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jueves, 26 de febrero de 2009

"Arráncame la vida" (2008)


-- "Arráncame la vida". México. Año 2008.
-- Dirección: Roberto Sneider.
-- Actuación: Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho, José María de Tavira, Irene Azuela, Delia Casanova, Julio Bracho, Joaquín Cosío, Ana Ofelia Murguía, Eugenia León, Gina Morett, Camila Sodi, Isela Vega, Mariana Peñalva.
-- Guión: Roberto Sneider, basado en la novela de Angeles Mastretta.
-- Banda Sonora: Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman.

DE QUÉ SE TRATA.

México, en los tempranos días del PRI. Una familia de humirrrde origen, empieza a recibir las atenciones de un señor don General, pues... Y pos ándale que el General, don Andrés Ascencio, pues que descubre bien donosita y bonita a la hijita... Y empiezan las visitas y las atenciones, y luego el viejo chiste de "mijita, si usté no conoce el mar no conoce ná"... Y se la lleva, pues, a conocer el mar, ella toda escuincle todavía, pero no importa, que con 15 dentro de una cabaña igual explora el placer y la sensualidad (buenas noticias, en estos tiempos de cine remilguete: sí hay muestrario de cuero)... Y al final, pa qué digo que no si sí, pues que el General aparece en la casa, y órale mijita, arréglese y sálgase ya, que nos casamos... ¡Cómo que nos casamos, así sin petición ni ná...! Ya, pues, mijita, cómo es eso, no quiere casarse conmigo, ya, arriba del auto y al civil óigale, que pa' eso soy General y mando... Bueno, mala pareja la que se formó aquí, porque verán, ella acaba de descubrir el fuego en el cuerpo y ya la están conteniendo en chimenea (ayuda mediante de una Gitana que... que... ¡Por Bastet, que ha envejecido la pobre y otrora rica Isela Vega!). Bueno, al menos la chica tiene la vida arreglada, con todos los cartones de chica fresa, que en el México de 1930, o eras rico latifundista, o campesino muerto d'hambre (o peor aún, comunista muralista fusilao). Pero no le basta, porque verán, esta heroína protofeminista también quiere... ¡¡¡LIBERTAD!!! Es lo que pasa cuando una chica lo tiene todo y aún no lo valora, que se pone cosquillosita con tonterillas tales como que el General tiene otras chicas y otros críos repartíos por ahí... Pos y ahorita, que empieza a dedicarse a las causas sociales, para acompañar a su maridito en su carrera política, y de pronto encuentra una mejor causa social, cual es levantarle la batuta a un director de orquesta filocomunista que anda tratando de subvertir a la sociedad...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá por 1985, doña Angeles Mastretta, una de las adalides de la Literatura "para mujeres liberadas" (ya saben, de esas novelitas con heroínas protofeministas enfrentadas a un malvado mundo de hombres que no las comprenden ni acunan) se hizo popular con su novela "Arráncame la vida", iniciando así una próspera vida editorial entre las mujeres "en realidad soy como esas heroínas, yo también soy buena y virtuosa y los hombres no me comprenden" (como de costumbre: ¿quién dice?). En algún minuto, alguien detectó que podría ser un buen negocio adaptar una novela con un público cautivo como ésta. Le damos ahora un buen chorro de dinero para que todo se vea suntuoso y bonito, y ¡voilà! Peli habemus. No será la mejor peli que haya salido de México, pero a punta de dinero, algo bueno se puede sacar, y ¿saben? Tan mala tampoco está, si me preguntan.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Bueno, esta es otra de esas pelis "con target". Se supone que si eres una mujer buscando reivindicarse a sí misma por encima de hombres machistas y tarados (en estas historias los hombres se subclasifican en machistas-tarados-oséase-malos, y en modernos-sensiblollorones-oséase-buenos, y curiosamente las heroínas cuando se encuentran con el bueno, en vez de maltratarlo como de costumbre, lo reverencian y adoran, lo que muestra que todo esto es ficción), bueno, se supone que si eres esa clase de mujer, esta peli es para tí. Bueno, también "Sex and the City", pero olvidémosnos de ésa por un rato. ¿Esto es un drama pasteloso con niñata de vida resuelta buscándole los quince pies al gato? Sí, lo es. Pero tampoco pretende ser otra cosa, ni trata de pasaportar gato por liebre, así es que nadie espere encontrarse con otra cosa. Ver de otra manera esta peli es simplemente perder el tiempo. Una vez asumidos en estas coordenadas, tenemos un entretenimiento bastante eficaz. A contrapelo de la consuetudinaria tradición fílmico/televisivo/culebronesca mexicana de hacer de toda la vida un melodrama, acá todo está llevado a un ritmo bastante rápido, incluso alegre a ratos, y por qué no decirlo, incluso con su cuota de ironía Claro, un tanto a costa de los hombres y de su machismo, pero también a costa de las turbias conexiones entre la política, la mística revolucionaria y los negociados... De hecho, es cuando deja de apartarse de ese molde, y la historia empieza a transitar por los vericuetos del clásico triángulo amoroso, que el asunto baja de revoluciones y se torna latero. Pero por el resto de la peli, su montaje rítmico, en donde las cosas van pasando y pasando, te hacen olvidar que estás frente a un departamento prefabricado (suntuoso, pero prefabricado) y no a una casa con identidad propia. Y si bien al final de la peli no queda mucho más (bueno, salvo para las chicas que lloran con la heroína por ser tan poco comprendida y amada blah-blah-blah), al menos el rato fue llevadero y el dinero quedó salvado. Bueno, no pudo postularse al Premio Oscar a la Mejor Película Extranjera como se intentó, pero en fin, qué diablos significa en términos de calidad artística ganarse un Oscar hoy por hoy...

-- Daniel Giménez Camacho. Bueno, la Ana Claudia Talancón está bien en su rol, y además luce cuero de una manera envidiable (por cierto, ¿alguien se cree que en el México de 1930-40 haya tenido trabajo de parto y años después siga teniendo esa cintura de Sports Illustrated?), pero su rol estereotípico no le ayuda a lucirse (ya saben: chica joven y rebelde que busca darse su lugar en una sociedad machista/opresiva/corsetera...), y el directorcillo de orquesta intelectocomunista está insufrible (quién sabe si por el actor o el papel). Pero Daniel Giménez Camacho está brillante, dando vuelta su rol de villano y convirtiéndolo en algo completamente distinto. Porque si bien es machista, retrógrado, su punto de misógino y todas esas cosas, se nos da a entender un trasfondo de hombre acostumbrado a mandar (general de ejército, ¿no?), y en más de algún minuto, aunque brutanteque de gestos y carácter, se da a entender que quiere (un tanto a su manera, vale, pero igual va) a su esposa. Este personaje ambiguo, a medias cruel y a medias simpático, es lo más interesante del espectáculo, básicamente porque no tienes idea de con qué te va a salir después. Sus frases irónicas y su manera de discutir, mirando con perplejidad los intentos de su mujercita por mandarse a sí misma, son lo mejor de la peli, lo que rompe moldes y estereotipos y al final dan ganas de seguir viendo a ver qué pasa (bueno, no hay sorpresas al final, ¿OK?).

-- Esta peli contiene también un duro retrato de la degeneración moral de la victoria. El General es presentado como un antiguo guerrero de la Revolución Mexicana, ahora reconvertido en político para (no se dice en voz demasiado alta, pero si se sabe algo de Historia de México) el servicio del PRI, el Partido Revolucionario Institucional, que hizo el imposible ontológico de "institucionalizar la Revolución" y de crear una "Revolución permanente" en México (al final hubo que sacar a estos revolucionarios a patadas, si llevaban ¡70 años! revolucionando México, híjoles, si qué más podía haber que revolucionar...). El General, cuando habla, lo hace con el convencimiento supremo de estar haciendo la labor de la Revolución en favor de los desposeídos y los abusados por el poder, sin tener conciencia clara de que él mismo se ha convertido en otro abusador del poder, de que a Porfirio Díaz lo sacaron tapado a Europa sólo para transformarse ellos en los nuevos porfirios (en algún minuto, una señora dice eso de que "con Porfirio estábamos mejor", así, con nombre de pila, como a un viejo amiguete, miren), y de que en definitiva los pobres siguen más o menos igual de mal que toda la vida. Este retrato del General como un tipo de afanes casi místicos, que cree que la política no funciona si la dejan en manos de pinches pendejos en vez de las suyas propias, es bastante crudo sobre cómo funcionan las trastiendas de las Revoluciones, no sólo de la mexicana, sino de cualquiera en general.

IDEAL PARA: Ver una llevadera peli "para mujeres", que además tiene algunos carteles para más.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Sitio oficial de la peli en español.
-- (Ir a la página) Dirección en Fox Latina.
-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en español.
-- (Ir a la página) Comentario en Cine Y Punto.
-- (Ir a la página) Comentario en El Perro Café.
-- (Ir a la página) Comentario en cineXcepción.
-- (Ir a la página) Comentario en Ocho y Medio.
-- (Ir a la página) Comentario en El Blog de Saúl.
-- (Ir a la página) Comentario en Pinche Película.
-- (Ir a la página) Comentario en ctrl+z.
-- (Ir a la página) Comentario en El Blog de Francomagno.
-- (Ir a la página) Comentario en Cine Forever.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español de México].



domingo, 22 de febrero de 2009

"Escondidos en Brujas" (2008).


-- "In Bruges". Inglaterra / Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Martin McDonagh.
-- Actuación: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Clémence Poésy, Jérémie Renier, Thekla Reuten, Jordan Prentice, Zeljko Ivanek, Elizabeth Berrington, Rudy Blomme, Olivier Bonjour, Mark Donovan, Ann Elsley, Jean-Marc Favorin, Eric Godon.
-- Guión: Martin McDonagh.
-- Banda Sonora: Carter Burwell.

-- "Escondidos en Brujas", sitio oficial de la peli en español.
-- "Escondidos en Brujas" en IMDb.
-- "Escondidos en Brujas" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Brujas. Putafuck city. Qué ciudad más fea. Ray está cabreado, fuck-fuck-fuck, fuck-city. Su buen amigo Ken (sí, en serio, se llama Ken, como el de Barbie, pero éste es viejito y gordo, ¿OK?) le dice que Brujas no está mal, que no es esa cité de megde que el otro piensa, que la mire, que goce su entramado gótico y todas esas zarajandas. Bueno, Ray es el jovencito (algo así, en realidad: es Colin Farrell, que como jovencito calificaría sólo en "Beverly Hills 90210", ehm), y como buen jovencito, es impaciente y cree sabérselas todas. Pero carga con su karma. Su primer trabajo salió fuck-fuck-fuck. Básicamente lobotomizó a un crío de un balazo. Sin querer, por supuesto (el blanco era un sacerdote, pensándolo bien vaya uno a saber si al niñato lo libraron de algo, quién sabe...). El caso es que tienen que estar ahí. ¿Por qué? Porque ambos son asesinos, y han sido contratados para hacer un trabajillo. Se supone que en Brujas o algo así. En realidad no están muy bien informados. El caso es que, entre espera y espera, terminan saliendo. El jefe justo llama, y por supuesto que se mosquea. En la salida, el buen Ray, que es el jovencito, como decíamos, aprovecha de ligarse a una calentorra. A la noche siguiente, Ray sale en busca de fuck-fuck-fuck (ahora no en el sentido peyorativo de la palabra, por supuesto). Mientras tanto, arriba la llamada. Ken la contesta. Ahora sabe cuál es el blanco. Dentro de poco, Brujas se llenará de sangre. Porque la de líos que se están armando, harán que en definitiva las balas vuelen, y todo se convierta en un infierno del Bosco... Sí, el Bosco... Ya saben, el pintor flamenco... Del siglo XV... ¡Bastet mía, es que a estos niños en la escuela no les enseñan nada, hoy en día...!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La larga sombra de "Snatch", y la más larga aún de "Pulp Fiction". En los '90s se puso de moda el reciclaje, no sólo de desechos por ecologismo, sino también de antiguos códigos visuales del cine, la televisión... Quentin Tarantino destapó la olla en materia de ultraviolencia con la VIOLENCIA/glamour "Perros de la calle", y con la GLAMOUR/violencia "Pulp Fiction". Los directores enloquecieron. Todos querían ser Tarantino. Y se pusieron a tratar de ser grandes cineastas imitando a Tarantino (los tarados de siempre, que quieren ser diferentes haciendo todos la misma nueva cosa diferente...). Hubo alguno que consiguió crear cosas interesantes, como Guy Ritchie ("Juegos, trampas y dos armas humeantes" y "Snatch", fundamentalmente), o como esa bizarrada que es "Hermosas criaturas", pero en general el subgénero se hundió en una marejadilla de imitaciones (piénsenlo: Quentin Tarantino era el escarabajo estercolero del cine, haciendo bolitas de caca de cine, y sus imitadores eran los escarabajos peloteros que hacían bolitas de caca de Tarantino, que a su vez hacía bolitas de caca de cine... penoso, ¿eh?). En los 2000s, el género se terminó de hundir. ¿Para siempre? Pareciera ser que no. Porque con Tarantino pasó aquello de que, de tanto reciclar lo viejo y reensamblarlo, terminas por crear algo nuevo. "Escondidos en Brujas" es una peli tarantinesca, sí, pero también tiene elementos propios. Aunque comparte mucho de la filosofía tarantinesca/ritchera, posee también un sello propio. Es lo que tiene la primera década del siglo XXI: después de la degollina generalizada de códigos y referencias cinéfilas de los '90s, en que no quedó gallina con pescuezo, hubo que despertar de la orgía, empezar a retomar laboriosamente los pedazos rotos del jarrón, y reinventar el arte de contar viejas historias. Bueno, desde Homero y la Biblia que no hay nada nuevo bajo el Sol, pero las audiencias siempre piden algo que huela a nuevo. "Escondidos" podría ser la primera (suponemos que vendrán más) peli metapulpesca a lo Quentin Tarantino del siglo XXI. Lo que no está mal.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una peli sumamente equilibrada. El resultado es que puedes verla de muchas maneras. Puedes verla, en primera instancia, como una especie de fantasía tarantinesca al uso (matones, armas, absurdo existencial, relaciones humanas retorcidas de amor/pistola, lo de siempre, vamos). Puedes verla también como una especie de alegoría existencialista (los protas viajan de la mundanal Londres a la medieval Brujas y se impregnan de todo su ambiente metafísico, lo que de alguna manera puede ser una alegoría de la muerte, tema éste bien caro al Bosco, pintor cuyas pinturas son presentadas explícitamente en la peli). Y si esto es demasiado pesado y lo tarantinesco demasiado folletinesco, siempre queda una buena historia de personajes, sobre dos matones queribles y entrañables, a los que una terrible joputada del destino ha dejado varados en una situación incómoda.

-- La peli se ayuda sobremanera con las actuaciones. Colin Farrell, otrora niñito prodigio del cine (sus secundarios en "Sentencia previa" y "Daredevil", su rol en "Enlace mortal"...) y después caído en desgracia por "Alexander", "Miami Vice" o "El nuevo mundo", acá está otra vez con sus bonos altos, componiendo un personaje al principio bastante sobreactuado, pero que luego se va humanizando y entra en el juego, y se hace querible dentro de toda la torpeza de su personaje. Brendan Gleeson, eterno secundario de lujo ("Corazón Valiente", "Michael Collins", "El cocodrilo", "Troya", "Cruzada", "Harry Potter y el Cáliz de Fuego" y continuaciones, "Beowulf"...) al lado de Farrell es su contrapunto perfecto, aunque las motivaciones de su personaje sean, cuando menos, un tanto incomprensibles a ratos (¿cómo un asesino puede sobrevivir tantos años en el negocio, siendo tan buena gente?). Ralph Fiennes es el secundario de lujo, y se nota que se divierte de lo lindo. El personaje femenino del asunto en realidad no tiene mucho asunto (lo típico: ve a Colin Farrell y se enamora loca-altiro-perdidamente de él porque es... ¡¡¡COLIN!!!), pero como viene en el envase de Clémence Poésy, pues, no nos quejaremos mucho, hehehé...

-- Detengámonos por último en la ambientación. En castellano le pusieron "Escondidos en Brujas", o simplemente "Escondidos", porque diera la apariencia de que los sujetos fueron sacados de Inglaterra por una metida de pata hasta el gaznate. Pero el título original, que se traduce como "En Brujas", es mucho más acertado. Porque esta peli hubiera sido infilmable en otro lugar que no fuera Brujas. Quizás viajar a Brujas sea un puro bluff y la ciudad no sea más que otra metrópoli urbanita como hay tantas clónicas en este mundo hiperyankizado en que vivimos. Pero la Brujas de la peli es casi un personaje por sí mismo. Es una ciudad medieval, carnavalesca, metafísica, casi sobrenatural, la que es muy bien explotada, confiriéndole así a la peli un sello muy onírico, casi surreal. De hecho, los tramos rodados en interiores son con mucho los menos interesantes de la peli: son aquellos en exteriores los que consiguen fuerza y levantan una peli que, de otra manera, hubiera pasado por ser el enésimo epígono de Quentin Tarantino. En otros términos, esta peli consigue, para bien o para mal, entrar en la categoría de pelis únicas, que serían infilmables en otras condiciones. La peli tiene capitales yankis y está rodada en inglés, así es que estamos a salvo de algún remake infumable, pero si la remakearan, no podrían elegir ninguna locación de Estados Unidos (quizás Providence, y aún así no sería lo mismo).

OTRAS PÁGINAS SOBRE "ESCONDIDOS EN BRUJAS":

-- (Ir a la página) Tag de la peli en Blog de Cine, con varios comentarios y notas.
-- (Ir a la página) Comentario en El Criticón.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinissimo.
-- (Ir a la página) Comentario en Notas de Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en La Off Off Crítica.
-- (Ir a la página) Comentario en Las Horas Perdidas.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinencuentro.
-- (Ir a la página) Comentario en It's Z-Time.
-- (Ir a la página) Comentario en CineFreaks.
-- (Ir a la página) Comentario en elcine.ws.
-- (Ir a la página) Comentario en Salasentral.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinematografia.cl.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinema de Perra Gorda.
-- (Ir a la página) Comentario en Bicho Raro.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Trailer de la peli [doblado al español de Ezpaña].

viernes, 20 de febrero de 2009

ESPECIALES DE CINE 9009: MARATÓN DEL TERCER ANIVERSARIO.

Como el lector conspicuo de Cine 9009 sabe, ayer 19 de Febrero de 2009 este blog llegó a los 3 años cumplidos y cabales. Y lo celebramos con una maratónica jornada con reseñas de películas desde 1930 hasta 1980 (bueno, desde 1934 hasta 1979, en realidad... más o menos la misma cosa, para cualquier persona menor de 25 años, en realidad), cerrándola con ese clásico insigne que es "El bueno, el malo y el feo". Un poco para cerrar este ciclo de una película diaria durante casi tres semanas, es que posteo ahora el índice completo del especial. Disfruten...

-- Domingo 01 de Febrero: "La ventana indiscreta", de Alfred Hitchcock (1954).

-- Lunes 02 de Febrero: "Once a la medianoche", de Lewis Milestone (1960).

-- Martes 03 de Febrero: "Mi nombre es violencia", de Don Siegel (1968).

-- Miércoles 04 de Febrero: "Busco mi destino", de Dennis Hopper (1969).

-- Jueves 05 de Febrero: "Locuras en el Oeste", de Mel Brooks (1974).

-- Viernes 06 de Febrero: "Los profesionales", de Richard Brooks (1966).

-- Sábado 07 de Febrero: "El bosque petrificado", de Archie Mayo (1936).

-- Domingo 08 de Febrero: "El enemigo público número 1", de W.S. Van Dyke (1934).

-- Lunes 09 de Febrero: "Ninotchka", de Ernst Lubitsch (1939).

-- Martes 10 de Febrero: "El sol sale para todos", de Elia Kazan (1947).

-- Miércoles 11 de Febrero: "Límite de seguridad", de Sidney Lumet (1964).

-- Jueves 12 de Febrero: "Los guerreros", de Walter Hill (1979).

-- Viernes 13 de Febrero: "La conversación", de Francis Ford Coppola (1974).

-- Sábado 14 de Febrero: "Kramer vs. Kramer", de Robert Benton (1979, y Feliz Día de los Enamorados...).

-- Domingo 15 de Febrero: "Los duelistas", de Ridley Scott (1977).

-- Lunes 16 de Febrero: "Bonnie y Clyde", de Arthur Penn (1967).

-- Martes 17 de Febrero: "La batalla de Anzio", de Duilio Coletti y Edward Dmytryk (1968).

-- Miércoles 18 de Febrero: "El tren de las 3:10 a Yuma", de Delmes Daves (1957).

-- Jueves 19 de Febrero: "El bueno, el malo y el feo", de Sergio Leone (1966).

Y bien, qué viene para lo que será nuestro cuarto año... Bien, más reseñas, qué esperaban... Y no se olviden que ustedes, como lectores de Cine 9009, están también invitados a votar por la mejor película de todos los tiempos según Cine 9009. Y para terminar, por supuesto que van mis agradecimientos a todos los que han enlazado este blog, a los que se han suscrito como seguidores de Cine 9009, a los que han comentado sea para estar de acuerdo o para disentir, a los que me han señalado los (escasos, gracias a Bastet) errores por aquí o por allá para corregir, los que han aportado algún datillo útil o interesante más, y al último pero no en último lugar, a los lectores sin los cuales la tarea de hacer Cine 9009 sería probablemente igual de entretenida, pero no tendría en realidad mayor sentido que comentarle lo buena que estaba tal o cual película a la pared más cercana. Saludos, y nos vemos a través del 2009, en el cuarto año de Cine 9009 (este año debe ser especial, ¿notan que termina en "9", igual que este blog...?).

jueves, 19 de febrero de 2009

"El bueno, el malo y el feo" (1966).


-- "Il buono, il brutto, il cattivo". Italia / España / Alemania Occidental. Año 1966.
-- Dirección: Sergio Leone.
-- Actuación: Eli Wallach, Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Aldo Giuffrè, Luigi Pistilli, Rada Rassimov, Enzo Petito, Claudio Scarchilli, John Bartha, Livio Lorenzon, Antonio Casale, Sandro Scarchilli, Benito Stefanelli, Angelo Novi, Antonio Casas.
-- Guión: Agenore Incrocci, Furio Scarpelli, Luciano Vincenzoni y Sergio Leone, basados en una historia de estos dos últimos.
-- Banda Sonora: Ennio Morricone.

-- "El bueno, el malo y el feo" en IMDb.
-- "El bueno, el malo y el feo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En uno de esos agujeros de la Historia en que cae la gente noVIP (la mayoría, en realidad), hay una familita muy pobre tomando sopita y legumbritas y esas cosas. Hasta que de pronto aparece un pistolero. Basta verle la cara, es Lee Van Cleef, y ya sabemos que nada bueno se va a cocinar aquí, que va a comer un poco y después... ¡Y, que el hombre desenfunda antes de irse a borras y hace lo suyo! Después viaja de regreso al tipo para el cual hacía el trabajo de pistola a sueldo, y qué creen... ¡El joputa también lo mata! Un lindo cartelito nos informa que él es... ¡¡¡EL MALO!!! Cambio de escena (aaaaaah, la magia del cine...). Aparece un tipo que por descarte no puede ser el Malo (ya salió) y tampoco el Bueno (es tan dejaíto 'e la mano de Bastet, el pobre...), así es que tiene que ser el Feo. En un difícil trance, el Feo es rescatado por otro tipo, que es el Bueno. Pero miren qué Bueno más malo, resulta que en vez de liberar al Feo, va y lo entrega a las autoridades... Después de escuacherinflarle al Bueno una hortada de improperios para éste y su sagrada familia, el Feo se arriesga a terminar afirmado con una cuerda del peral que no da peras. En la hora decisiva, el Bueno monta una Western-Ops y con un tiroteo de empechine, arrea al Feo consigo. Y se reparten el money de la recompensa, par de buitres. Bueh, pasa lo que suele pasar con todos los acuerdos comerciales, que cada socio quiere más, y así la primitiva alianza entre el Bueno y el Feo termina quebrándose. Y el Feo empieza a tratar de vengarse del Bueno. Mala cosa, porque el Bueno, no sé si ya lo dije, es Clint Eastwood, y por la mamacita de Chuck Norris que nadie se caga en... ¡¡¡CLINT!!! El asunto se transformaría en una simpática guerrilla, de no ser porque en medio, por puro azar del destino, el Bueno y el Feo se topan con el clásico moribundo que dice unas últimas y crípticas palabras sobre un churrantástico tesoro enterrado en una tumba, etcétera. El problema es que el Feo escuchó la primera parte del asunto. Y el Bueno la segunda. Ahora ambos deben volver a ser amiguetes a la fuerza si quieren el tesoro, porque cada uno tiene la pieza de información que le falta al otro. Y por si esto fuera poco, resulta que el Malo también se enteró de la existencia del tesoro, y se le ocurre que si hay algo mejor que ser mercenario, es hacer el Indiana Jones. Ya se sabe que eso de los triángulos nunca funciona, y así es como el asunto terminará... Bueno, en lo que termina.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los '60s, la época en que podías hacer revoluciones con flores, en que los discos de vinilo servían para algo más que escrachearlos en una tornamesa, y en que los hippies caminaban sobre la faz de la Tierra. En la superficie se trató de un movimiento de nenes ricos jugando a las protestas y al free-sex, pero un poco más por debajo hubo todo un rico movimiento contracultural. Aunque no parezca haber relación a primera vista, el Spaghetti Western se nutre de este Zeitgeist. En los '60s, el mundo le perdió el respect a la Mitología Yanki (algo bien visible, por ejemplo, en "Busco mi destino"), y como parte de esto, le perdió también el respeto a los Western, venerable género que era más que sólo cine, sino que también era la columna vertebral de lo que podríamos llamar la esencia de lo americano, de los más profundos valores del self-made-man, del rudo pionero conquistando la naturaleza (y fertilizándola de indios, de paso, pero nadie dijo que no habían costos que pagar...). El Spaghetti Western puso todo esto patas por cabeza, porque si bien los vaqueros seguían siendo rudos y viriles (en algunos casos incluso más, y es que Clint Eastwood es mucho Clint...), ahora todo era más sucio y quisqui, no tan almidonadito como esas viejas baladillas sobre rancheros bien peinaditos y bien afeitaditos en calles de poblados rodadas en gloriosos exteriores de cartón piedra. La obra clave en este sentido fue la llamada Trilogía del Dólar ("Por un puñado de dólares", "Por un puñado de dólares más" y la que nos ocupa), en que la dupleta de Sergio Leone en la dirección y Clint Eastwood en el protagónico le volaron la tapa de los sesos a medio planeta con su radical reinterpretación del Western. En realidad, de Trilogía no tiene nada, como no sea la conexión temática y conceptual, porque el personaje protagónico ni siquiera se sabe si es el mismo o no (algunos han tratado de ver en la figura del Pistolero Sin Nombre, interpretado por Clint Eastwood, algún resabio de continuidad cronológica, y en ese sentido, "El bueno, el malo y el feo" sería algo así como la precuela de las otras dos, pero estos ejercicios de eruditillo no dan mucho de sí porque la intención primaria nunca fue hacer una saga, en primer lugar). Esto quiere decir que, al revés de trilogías de infausta fama como "El ataque de los clones", "Mátrix recargado" o "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte", pueden verse perfectamente por separado y no pasa nada. Qué tiempos aquellos. El caso es que "El bueno, el malo y el feo" pasó a ser una peli icónica en la Historia del Cine, ubicó a Clint Eastwood definitivamente en el Olimpo de los die hard, y fue después imitada/parodiada/destrozada hasta la saciedad. Es el destino de los clásicos: mientras más clásico, más te quieren ver hecho carroña.

POR QUÉ VERLA.

-- Podría partir por su valor arqueológico, por su indiscutible contribución a la historia fílmica mundial del mundo. Y sí, éste es un buen motivo para verla. Pero el valor arqueológico en este caso tiene que ver con el hecho de haber redefinido el concepto de duro y el concepto de Western, y eso es algo que dura hasta el día de hoy. Después de "El bueno, el malo y el feo" nunca más ha podido realizarse un Western en serio "como los de antes", y eso es porque esta peli parte de una premisa tan básica, que torna en increíble todo lo demás: el Far West era sucio. Piénsenlo. Carretas levantando polvo todo el día. Sol abrasador que te hace sudar. No hay agua. Y los farwesteros eran todos patipelaos tipo franciscopizarros o hernancorteses escapados de las alcantarillas de las Trece Colonias para probar suerte en el Oeste a su flaite manera, así es que aunque hubieran tenido agua a destajo, no se hubiera podido esperar que se tomaran una ducha al año aunque tuvieran necesidad (buena época ésa para los ácaros de la sarna...). En ese sentido, aunque las peripecias de los personajes son un folletineo que podría haberlo escrito un Charles Dickens o algo así (eso de que Clint Eastwood tenga tanta puntería con el fusil que pueda cortar una soga a cuatro cañonazos de distancia...), la ambientación demolida queda. Hasta el día de hoy. Existen Westerns limpiecitos como "Bandidas" o "Shangai Kid", pero bueno, ésos no iban en serio, de todas maneras...

-- Clint Eastwood. Esta peli es inseparable del Pistolero Sin Nombre que interpreta un hombre de nombre Clint Eastwood. Había hecho roles antes, incluso había interpretado al mismo personaje en "Por un puñado de dólares" y "Por un puñado de dólares más" (bueno, es un personaje sin rasgos definitorios propios, así es que uno puede preguntarse si es el mismo o es un héroe genérico... ya saben, como en esas antiguas pelis de romanos con forzudo en donde el pectoral con patas podía ser Hércules, Sansón, Maciste y al final era la misma cosa). Pero fue aquí en donde se consagró. Mucho de la carrera posterior de Eastwood fue en buena medida un reciclaje con variantes, y a veces cruda autoparodia, por qué no decirlo, del mismo tipo de héroe vaquero rudo con otros nombres ("La marca de la horca", "La leyenda de la ciudad sin nombre", "Dos mulas para la hermana Sara", "Joe Kidd", "El fugitivo Josey Wales", "El jinete pálido"...). De hecho, fue recién con "Harry el Sucio", estrenada cinco años después de ésta, que Clint Eastwood pudo desencasillarse del rol de vaquero rudo y malhablado, demostrando que también podía interpretar a un policía rudo y malhablado. En esta peli, Clint Eastwood no era la ultraestrella que llegó a ser después, así es que si bien puede ser considerado el prota del asunto (por aquello de ser "el Bueno", aunque se lo llama "el Rucio"), tanto "el Malo" como "el Feo" roban también un montón de tiempo en pantalla, y Clint apenas se destaca (especialmente poco heroica es la secuencia en que el Feo manda al Bueno de paseo por el desierto a hacerle junta a los buitres). Y justo es decir que Lee Van Cleef compone un Malo que acompaña estupendamente bien porque es un joputa que ríete tú de los villanos metrosexuales del cine post-2000, y Eli Wallach como el Feo es un desgraciado tan querible que al final hasta uno quiere que gane, a pesar de que, por ser el Feo y no el Bueno, se sabe que cuando mucho va a compartir, y de ganar olvídense. Y no diré más para no entusiasmarme, así es que, a pasar a otra cosa.

-- El soundtrack de Ennio Morricone. ¿Quién diablos no ha cantado el gritito ése tan Western, "aAh-aAh-aaaaaa... cgua-cgua-cguaaaaaá...", cambiándolo con el correspondiente "sa-que-roooooo" o "po-se-roooooo" o "bol-se-roooooo" o cualquier palabra tonta de tres sílabas, que el castellano tiene muchas para eso (qué previsor, señor Cervantes, haber dejado el idioma tan premunido para poder después cantarle Morricone a cualquier desgraciao con letra autóctona). El soundtrack mismo tiende a ser repetitivo y con la excepción de un par de temas, no se sale mucho del aAh-aAh-aaaaaa, con el subsiguiente cgua-cgua-cguaaaaaá interpretado por algún que otro instrumento, y asocia tal o cual instrumento con tal o cual personaje (flauta para el Bueno, ocarina para el Malo y voz humana a pecho palomo para el Feo). Quizás esto también ayudó a labrar la fortuna del soundtrack (el principio Lavín: si no tienes un mensaje profundo, repítelo hartas veces, a ver si así se graba). El caso es que el soundtrack de "El bueno, el malo y el feo" es ultraclásico y es un must-have para cualquier discoteca de cinéfilo de pro, además de que ayudó a cimentar la fama de Ennio Morricone como soundtrackista destacado. A tanto llegó Morricone como afamado compositor después de esto, que no sólo escribió brillantes partituras para "La misión" o "Los intocables", sino que además pudo regodearse con sopa de garbanzos a cuenta de la factura por las bandas sonoras de "Orca", "El humanoide", "Sahara" (la con Brooke Shields, no la con Penélope Cruz), "Sonja la Guerrera"...

-- Aunque la peli misma es un tanto irregular (hay secuencias enteras que pudieron ser perfectamente eliminadas del guión y tanto no se hubiera perdido, la del puente probablemente la más larga y menos relacionada con la acción de todas), hay una tracalada de grandes momentos que son cine en estado puro. La presentación del Malo es que de verla, y ya sabes que el desgraciao es jodío. La estancia del Bueno y el Feo en el monasterio es también brillante. La secuencia en que el Feo las pasa canutas en el campo de prisioneros mientras de fondo suena una triste balada, encoge el alma. Pero la mejor de todas es la traca final, un encuentro de los tres personajes que marca un antes y un después para cualquier cinéfilo. Se dice que Ennio Morricone compuso la música de la secuencia en un momento de inspiración (integrada por "The Trio" y "The Ecstasy of Gold"), y a Sergio Leone le gustó tanto, que en vez de pedirle que adaptara el tema acortando aquí y alargando allá para que calzara en la peli (el procedimiento estándar de trabajo para cualquier soundtrackista), fue él quien en la mesa de montaje acomodó las imágenes para que el tema pudiera tocarse entero, tal y como Morricone lo concibió. Sí, como lo leen: ¡¡¡En 1966, en un Spaghetti Western, Sergio Leone se convirtió en un proto-MTV creando lo que podría ser el primer videoclip de la Historia del Cine!!! Y no sólo el primer videoclip, sino uno de los mejores jamás rodados.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL BUENO, EL MALO Y EL FEO".

-- (Ir a la página) Curiosidades de la peli.
-- (Ir a la página) Sobre el Spaghetti Western en Mabuse.
-- (Ir a la página) Comentario en Arlequín.
-- (Ir a la página) Comentario en Filmoteca: Cine y Series.
-- (Ir a la página) Comentario en Mis Películas Favoritas.
-- (Ir a la página) Comentario en La Guarida del Bigfoot.
-- (Ir a la página) Comentario en Filmolibros.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

-- Secuencia de créditos de España [sin subtítulos].

miércoles, 18 de febrero de 2009

"El tren de las 3:10 a Yuma" (1957).


-- "3:10 to Yuma". Estados Unidos. Año 1957.
-- Dirección: Delmer Daves.
-- Actuación: Glenn Ford, Van Heflin, Felicia Farr, Leora Dana, Henry Jones, Richard Jaeckel, Robert Emhardt, Sheridan Comerate, George Mitchell, Robert Ellenstein.
-- Guión: Halsted Welles, sobre una historia corta de Elmore Leonard.
-- Banda Sonora: George Duning.

-- "El tren de las 3:10 a Yuma" en IMDb.
-- "El tren de las 3:10 a Yuma" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En los viejos tiempos del Lejano Oeste, cuando los bandoleros usaban revólveres y camisas escocesas en vez de iPods y celulares manos-libres, y viajaban arriba de su caballo en vez de estar sentados produciendo pelis, una diligencia es asaltada por el malvado Ben Wade. La escena es presenciada por un ranchero y sus hijos, que al mejor estilo Scooby-Scrapy Doo, los críos dicen que papi, vamos, eres el héroe, salva a la diligencia, y el papi, con un poco más de vida vivida y sentido común acumulado, dice que no, que van a terminar dándole un tiro también a él, y too paqué. Ben Wade y su banda van rumbo a vivir la vida con jalapeño del lado mex de la frontera (qué tiempos aquellos en que la marea migratoria iba de los Yueséi a Ciudad Juárez...), pero en un caserío cercano de dos tejados sobre cuatro palos cada uno, el bandolero se fija en la bellísima tabernera y manda a su banda por delante mientras intenta limpiarle el vaso, hehehé, y ella, pues bien, ya se ve que le gustan malos, porque cae con una soltura de cuerpo que ¿y esto es una peli de 1957? Bueno, digamos que es el Salvaje Oeste en varios sentidos, aunque con la correspondiente elipsis coital de rigor por aquello de la censura. El ranchero, mientras, se ha movido y gracias a que da la voz de alarma, le consiguen echar el lazo a Wade. Bueno, esa era la parte fácil, ahora viene lo jodío. Porque la banda de Ben Wade prontito extrañará a su jefe, y vendrán a por él, y el pueblo es tan cutrescente que nada puede hacer contra una horda de villanos de ese calibre. Después de barajar alternativas, resuelven llevarse pa'callao a Ben Wade y montarlo como bulto FRÁGIL NO TOCAR en otro pueblo, en el tren de las 3:10, para que se lo lleven a la cárcel de Yuma (sí, el título es por eso). El flete mismo no es problema. El problema es esperar hasta las 3:10, no llamar la atención, que los bandidos no se enteren de nada... Porque si se enteran, puede que los chicos buenos reciban las 3:10 con plomo en el cuerpo...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Si usted es cinéfilo de pro, es posible que el nombre de Elmore Leonard le suene por el breve romance del Hollywood noventero con sus textos policiales: "Un romance peligroso" (la de Clooney y la J-Lo), "El nombre del juego" (John Travolta mafi metido a productor de cine), "Jackie Brown" (la menos tarantinesca y probablemente por eso mejor peli de Quentin Tarantino). Pero antes que eso nuestro buen Leonard (natus 1925) publicó también unos cuantos relatos "del oeste", de "vaqueros e indios". Uno de esos relatos terminó en esta peli. Convenientemente anacondizado, porque el original es bastante corto, pero eso en Hollywood nunca ha sido un problema, of course. En los '50s, el Western estaba cambiando. No era todavía la época del poncho sucio de la Trilogía del Dólar ("Por un puñado de dólares", "Por un puñado de dólares más", "El bueno, el malo y el feo"...), pero sí que los vaqueros ya no eran lo que habían solido ser. Aún usaban camisitas limpias, pero las distancias entre buenos y villanos estaban recortándose. Ya con cosas como "Más corazón que odio" (estrenada en España con el pintoresco pseudomitológico título de "Centauros del desierto"), estaba claro que los viejos duros al estilo John Wayne estaban quedando demodé. Es lo que tienen los mitos, mito Western incluido, que de tanto repetir la historia del héroe, empieza a sonar cada vez más ridícula y anodina, y no falta el que grita "¡¡¡EL VAQUERO ESTÁ DESNUDO!!!". "El tren de las 3:10 a Yuma", la versión original, la del '57 (porque está también el remake "El tren de las 3:10 a Yuma" protagonizada por Christian Bale y Russell Crowe, que debemos leerla en otras coordenadas históricas distintas), se inscribe dentro de esa corriente desmitificadora del género, con un héroe un tanto malgreluí y un villano hasta querible, en definitiva no tan distantes el uno del otro, incluyendo un final que no adelantaré, pero que es más que un tanto ambiguo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para los gustos modernos, este Western en definitiva un tanto menor, ha envejecido lo suyo. Ya esa entrada con una canción que recuerda al mítico tema "Canyonero" de ese-episodio-ya-saben-cuál de "Los Simpsons", nos da una idea del ñoñería que vendrá después. Los escenarios, aunque rodada en ambientes naturales (ya estaban pasando los tiempos de los callejones de duelo en estudio), todavía lucen bastante bien arregladitos, considerando el amasijo de polvo que era el Far West en los postreros XIX. Pero no se engañen. La peli podrá ser un poco correctita, un poco el alumno aplicadito del curso, un tanto ñoña a ratos, pero promediando el cotarro, y muy en particular su segunda mitad, remonta con creces. El problema es que tenían que alargar una premisa de por sí básica (hombre bueno y hombre malo esperando un tren), y para eso le meten un prólogo bastante extenso que, hasta donde entiendo, no estaba incluido en el relato original, y eso se nota. Es en la segunda mitad donde encontramos con el incremento de la tensión, basado en que el reloj se mueve de a poco, los bandoleros empiezan a aparecer, y lo que parecía en principio una empresa simple (fletar al bandolero en tren) se va complicando progresivamente. Y todo eso, construido más desde la tensión dramática que desde la acción, lo que por supuesto crispa los nervios (conditio sine qua non: debe estar bien llevado, y ése es el caso). Este Western es, en ese sentido, un poco heredero de "A la hora señalada", en donde la tensión deriva de una situación límite, más que de personajes moviéndose de allá para acá. Hablando en plata: dénle una oportunidad y dejen la cinta correr, que pasada la más bien amuermante primera media hora en que no parece entenderse bien para dónde va todo el asunto, el asunto mejora después.

-- Glenn Ford. Nuestro bueno y gran Ford compone un muy memorable Ben Wade, un villano notable por donde se lo mire. A su lado, Van Heflin hace lo imposible por ostentar el protagónico que se supone posee, pero no puede. Nunca es claro con Ford si su personaje se está tomando el asunto para el payaseo, o está maquinando un plan de fuga, y esa ambigüedad lo convierte en alguien mucho más peligroso, incluso estando prisionero como está. Muy probablemente, sin su concurso, esta peli hubiera sido mucho menos de lo que es.

-- La llegada de las 3:10. Pocas pelis consiguen recrear tan bien ese ambiente de "solos contra el destino". Vamos, que en casi todas las pelis sabemos que el héroe va a ganar, mientras que aquí el asunto se ha vuelto tan opresivo que podría salir el tiro por cualquier lado (literalmente). El final de este Western redime muchos de sus pecados anteriores.

IDEAL PARA: Ver un Western quizás menor y envejecido, pero aún con nervio y fibra.

VIDEOS.

-- Créditos y opening de la peli [en inglés, sin subtítulos].

-- El malvado Ben Wade tratando de enchilarse a la cantinera [en inglés, sin subtítulos].

martes, 17 de febrero de 2009

"La batalla de Anzio" (1968).


-- "Lo Sbarco di Anzio" (título italiano), "The Battle of Anzio" (título internacional). Italia / Estados Unidos. Año 1968.
-- Dirección: Duilio Coletti y Edward Dmytryk.
-- Actuación: Robert Mitchum, Peter Falk, Robert Ryan, Earl Holliman, Mark Damon, Arthur Kennedy, Reni Santoni, Joseph Walsh, Thomas Hunter, Giancarlo Giannini, Anthony Steel, Patrick Magee, Arthur Franz, Tonio Selwart, Elsa Albani.
-- Guión: H.A.L. Craig, sobre una adaptación de Duilio Coletti, Frank De Felitta y Giuseppe Mangione, del libro de Wynford Vaugham-Thomas.
-- Banda Sonora: Riz Ortolani.

-- "La batalla de Anzio" en IMDb.
-- "La batalla de Anzio" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una de esas construcciones dizqueneoclásicas italianas ingresa un good american, con los muy viriles rasgos de Robert Mitchum (esta peli es los años en que habían larguísimas secuencias de créditos al comienzo en donde mencionaban hasta el perro y el gato mascotas del equipo realizador, mientras en pantalla no pasaba ná). Ingresa a una habitación, y ve a un puñao de soldadetes haciendo el mono mientras descansan de eso de ir al frente de batalla. Estamos en la época de la Segunda Guerra Mundial del Mundo, en que los Demócratas del Ritmo apaleaban malvados nazis y todo eso. El good american es en realidad un reportero de combate, en la época en que ser reportero de combate implicaba ir a meterse al horno, en medio de las balas y con el riesgo de que te saltaran el cráneo, no como ahora que se instalan cómodamente en tiendas de campaña cerca del Zerg Hatchery, esperando los partes de batalla para clonarlos a CNN. En medio del carrete desaforado vienen esas típicas conversas filosóficas de medio pelo, que mejor retírate, que no es lo tuyo, que con lo que has ganao ya podrías irte a tirar minorras en los Yueséi y dejarle todo el copropastel a los bisoños. Pero el otro no, que dale con querer conocer la verdadera naturaleza de la guerra y otras zarajandas pseudokantianas. Bueno, allá él. De pronto llegan las noticias: ¡irán al battlefront! La idea es desembarcar en un lugar llamado Anzio y doblegar la perversa resistencia alemana para tomar Roma, y así terminar la WWII (en realidad no, que ya sabemos los italianos son los soldaditos de polenta, pero como que viene más épico si lo ponemos así, ¿no?). Pero el general a cargo empieza a manifestar algunos extraños síntomas de eso que cuando es el alto mando se llama "exceso de prudencia", y cuando es en la tropa se llama "cobardía" a secas. Una operación anterior en Salerno resultó en una batalla desastrosa, y nuestro bien generalote no quiere repetir el riesgo, no sea que el éxito de la guerra, o las vidas de las tropas, o peor aún, su promoción, se vean perjudicados. De manera que desembarcará, gastará unos cuantos días cómodamente en consolidar una cabeza de playa, después dará una patrulladita por los alrededores para saber cuántas son las fuerzas alemanas, luego se tomará otro tiempecito entre tacita de té y tacita de té para ver cómo barrerlos, después los barrerá, y si para ese entonces la guerra no ha acabado, avanzará sobre Roma. Nuestro reportero, mientras tanto, no teniendo mucho que hacer, pide permiso para que le proporcionen un jeep y un conductor, y decide explorar los alrededores, mientras que nuestro buen generalote, inteligente él, decide que no hará reconocimientos para no alertar a los alemanes de su presencia allí (como si decenas de lanchas de desembarco pudieran disimularse con un poquito de pintura y a otra cosa, majo). Nuestros ragazzi emprenden así la marcha en el jeep (al que se suma otro soldado más), y avanzan, y avanzan, y avanzan, sólo por ver y pasear un poco... Y de pronto, así como así, de sopetón, se encuentran en Roma. Sin soldados. Sin tropas. Città aperta. Ante la mayúscula revelación, después de exclamar el correspondiente ¡mamma mia, ma che cosa, questo mascalzone tudeschi abandonaron el territorio di soldadinis di polenta!, emprenden el regreso a toda tarantela, e informan que están listos, Roma está ahí, llegar y llevar y páguese en tres cuotas precio contado... Nuestro generalote, al enterarse, dice entonces que los malvados alemanes han dejado pasar a la patrulla indemne para que los Aliados se confíen, e ir a parar a una trampa más adelante, sin haber consolidado aún la cabeza de playa. Desesperado, el reportero y su amiguete soldado emprenden el viaje con una patrulla, sólo para otra misión de inspección. Las consecuencias serán un largo viaje por territorio que los alemanes, ahora bien alertados del desembarco (exacto, al comienzo no había un p*** alemán en todo el territorio para hacer el heil muriendo por su patria), están fortificando a toda tallarinata. E questo está basado en una vera storia, mios caros lectores...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '60s, el cine bélico de toda la vida tuvo un repunte espectacular. Se habían hecho pelis sobre la WWII, pero tendían a ser melodramas pastelosos sobre aviadores sobrevolando el Pacífico y sufrientes doncellas esperando el regreso de sus pilotos, etcétera. Todo eso fue reemplazado por un cine más crudo y crítico (bueno, para los estándares de ese entonces). Ayudó, claro está, que en Estados Unidos el tema de la guerra se pusiera de moda otra vez por Vietnam. En los '60s vimos piezas como "Los cañones de Navarone", "El día más largo", "Los doce del patíbulo", "Donde las águilas se atreven", y otros en donde los buenos, rudos y sucios U.S.Army's privates se dejaban la vida liándose a balazos con los bien trajeados y siempre blackweared nazis. En medio de todo eso, el avispado productor Dino de Laurentiis, que se había hecho sus pinitos con espectaculares blockbusters Sword & Sandals como "Ulises", "Atila" y "Barrabás" (y entre medio produjo a... ¡sorpresa! ...el Federico Fellini de "La strada" y "Las noches de Cabiria"), después del trutrazo de "La biblia" se pasó a otro tipo de cine. "La batalla de Anzio" fue su intento de mantenerse a flote incorporando su piecita al Cine Bélico. Para eso compró los derechos sobre un libro escrito por Wynford Vaughan-Thomas, corresponsal de la BBC que efectivamente estuvo en Anzio (el personaje del prota está vagamente basado en él, o eso se supone al menos), y se decidió a adaptarlo. El resultado fue mediocre en lo relativo a la crítica y al público. Que a nadie le gustó, eso quiero decir. No fue un fracaso absoluto, pero tampoco fue un exitazo. Bueno, no es que Dino de Laurentiis (hombre que después produjo "Capricho a la italiana", "Barbarella", "Serpico", "Conan el bárbaro", "Dune" y "Hannibal") se preocupara mucho por ello, no en balde ha producido como desaforado y compensa así los fracasos con los éxitos, pero aún así "La batalla de Anzio" quedó como la gran peli que prometía ser, y no fue. Bueno, peor le fue a "La delgada línea roja", así es que...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si hay algo que tiene el infatigable cappo di tutti cappi Dino de Laurentiis como productor, es la capacidad de crear pelis con gran empaque visual. Una peli producida por de Laurentiis será al menos vistosa de ver, y "La batalla de Anzio" no es una excepción. Hay algunas cosas que cantan, eso sí (ese truco barato de ahorrar en FXs, insertando planos de noticiarios de la época para las escenas de lanzamiento de misiles y bombardeo), pero en general con un presupuesto más bien modesto se consigue bastante. La historia podrá ser mediocre, pero al menos el cuento está contado de manera vistosa.

-- Esta peli sufre del mal propio de muchas otras pelis, que buscan satisfacer dos tipos de cine distinto, el espectáculo puro y el discurso ideológico, y se queda un poco con lo peor de ambos mundos. Porque la parte espectáculo es un tanto lisérgica (en particular promediando la peli hacia adelante, pecado capital donde los haya), y la parte ideológica no tiene tanta garra. El hilo conductor del asunto es la peripecia existencial del reportero que trata de entender la guerra, el por qué de la guerra y todas esas sesudas preguntas pseudofilosóficas (alabémosle que al menos quiere buscar las respuestas donde los huevos se fríen, y no en un cómodo sillón o en la cátedra universitaria como tanto filósofo mediocre que existe). La peli tarda en arrancar, pero cuando vienen las secuencias del desembarco y las primeras incursiones, agarra tensión dramática. Sin embargo, lo que prometía ser una peli de escenas con varios extras a gran escala y todo eso, termina en el viejo argumento de la patrulla perdido en territorio enemigo. Y en medio de todo eso, cuando la peli se torna episódica y por ende aburrida, nuestro reportero finalmente ve la luz, un poco a santo de nada porque si hubiera visto la luz en Pearl Harbor 1941 (por ponerle), la peli habrían tenido que rodarla allá, ¿no? Con mucha mayor modestia, y tomando el mismo tema como tópico, la contemporánea peli chilena "Caliche sangriento" (1969, o sea, un año después) con mucho menos conseguía mucho más, con un argumento semejante y un personaje muy parecido (el abogado antiguerra metido a oficial chileno), y llegando a conclusiones ideológicas mucho más arriesgadas. La escena final, al menos, tiene su interés, siendo una profunda bofetada al triunfalismo yanki, cuando el prota melancólicamente concluye que al ser humano le gusta matarse porque sí, que esta guerra no ha terminado nada, y habrán nuevas guerras en el futuro. Quizás esto contribuyó a la falta de éxito entre el público: no en balde, en 1968 los Yueséi estaban metidos hasta el pescuezo en Vietnam, y el grueso de la audiencia lo que menos quería era que le recordaran lo injusta que era la maldita guerra contra los malditos vietcongs (los yankis siempre asimilan mejor las pelis en donde ellos son los héroes que salvan el mundo), y esta peli lo que les refregaba en la cara era justamente eso. Pero aún así, por seguir hurgando en pelis que buscan la ecuación "espectáculo + profundidad" en esto de ser peli antibélica, resultados mucho mejores los logró una peli tan aparatosamente hollywoodense como "Salvando al soldado Ryan".

IDEAL PARA: Ver una peli bélica antibélica que es espectáculo antiespectáculo. O algo así.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "LA BATALLA DE ANZIO":

-- (Ir a la página) Comentario en Cinema de Perra Gorda.
-- (Ir a la página) Comentario en La Segunda Guerra Mundial En El Cine.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

lunes, 16 de febrero de 2009

"Bonnie y Clyde" (1967).


-- "Bonnie and Clyde". Estados Unidos. Año 1967.
-- Dirección: Arthur Penn.
-- Actuación: Warren Beatty, Faye Dunaway, Michael J. Pollard, Gene Hackman, Estelle Parsons, Denver Pyle, Dub Taylor, Evans Evans, Gene Wilder.
-- Guión: David Newman y Robert Benton, y Robert Towne sin acreditar.
-- Banda Sonora: Charles Strouse.

-- "Bonnie y Clyde" en IMDb.
-- "Bonnie y Clyde" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Chico linda y chica linda se conocen. Son los años de la Gran Depresión, así es que en vez de irse a tomar un milkshake y presentarse a los padres como corresponde, o simplemente salir y hacer el shanti-shanti delight Buddha por ahí, ambos deciden emprenderlas contra el sistema, tomar la ametralladora y salir a vivir la vida loca por los caminos. En una de las tantas, se topan con una casa a medio derruir, que su dueño heredó de su padre, que a la vez heredó de su padre, que a la vez (suponemos) heredó de los indios originarios de la región, y que está con un mayúsculo cartel de "embargado por orden judicial a cuenta de la hipoteca impaga al Banco". El chico lindo (Clyde Barrow, o sea Warren Beatty cuando inflamaba corazones femeninos) y la chica linda (Bonnie Parker, la por ese entonces muy vistosa Faye Dunaway) dicen entonces la frase canónica ésa de "nosotros robamos bancos", a pesar de que en su p*** vida se las han empeñado con uno. Pero lo hacen. Porque eso es lo que se hacía en la época de la Gran Depresión, para redistribuir el dinero convenientemente acaparado por los especuladores: asaltar bancos para propender así a una redistribución de la riqueza que pusiera la economía en marcha otra vez. Empieza así la Balada de Bonnie y Clyde, estos dos descastados que por aquello de impresionar al sexo opuesto se meten a gangsterstars (los abuelitos lejanos de los raperos con pistolas, vaya), que pronto se verán acosados por la policía y el sistema, hasta su lógico y lúgubre final... Por eso, chicos, ustedes deben portarse bien, obedecer en todo a sus padres, ser niños de bien, y estudiar y crecer para transformarse en hombres de provecho para la sociedad. Amén.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¡Ah, esos turbulentos '60s! Eran buenos años: los pijos metíos a rebeldes salían a las calles a protestar contra Vietnam, esos melenúos de Liverpool (¿cómosellamaban...? ¡Oh, sí! The Beatles, como el chaleco que se llama beatle) la llevaban, y con la píldora podías meterte con cualquiera a follar como conejos (bueno, eso si eras lo suficientemente bonito, que por muy hippie que se fuera, en cualquier época que se precie de tal nadie quiere follar con la fea). Para responder a esa oleada de rebeldía juvenil reprimida por tantos años de pie de manzana hornéandose en la ventana, el cine tuvo que emprender una profunda renovación. Esos entrañables bailarines bajo la lluvia, esos vaqueros peinaditos y de camisita limpia, esos gángsters siempre bien ataviados y reprendidos por el cura de turno hasta comer dieta de plomo, todo eso ahora lucía vetusto y anticuado. El cine se volvió más outrageous: más (y más extraño) sexo, más violencia... "Bonnie y Clyde" se inscribe dentro de esa tendencia revisionista generalizada, en donde los viejos códigos fílmicos (en este caso el cine de gángsters '30s style al estilo de "El enemigo público número 1" o "El bosque petrificado") eran subvertidos y reconvertidos en otra cosa. Por supuesto, lo que en esa época era progre, chupi y lo más adelantado de lo adelantado, hoy en día luce clásico, canónico, casi tan vetusto como ese tipo de cine al que se proponía reemplazar. Pero sigue siendo una joya fílmica.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una peli romántica. No me refiero sólo al romanticismo ñoño de "tequiero/teamo/teadoro" (aunque también lo hay), sino a esa cosa más vaga e indefinible que es el individualismo remarcado por encima de las convenciones sociales. Lejos de las convenciones del cine de gángsters de los '30s, aquí los gángsters son héroes sin paliativos (antihéroes, cabría mejor decir), y el sistema es el malvado. Puro romanticismo, vaya. Las motivaciones de los héroes son el más puro y refinado narcisismo: cada uno se mete a la vida delictual porque quiere impresionar al otro, y bueno, ambos se retroalimentan mutuamente. Un cuarto de siglo después, la idea de una pareja de outsiders armados con revólveres en la carretera le seguirá pareciendo buena a Oliver Stone, que rodará "Asesinos por naturaleza" con el mismo espíritu, aunque con resultados claramente inferiores.

-- Bonnie y Clyde, tal y como se presentan en esta peli, podrían perfectamente candidatearse al Premio de la Pareja Fílmica Más Extraña De La Historia. Verán, él... bueno, él... mmmmmm... Ella es calentorra, muy calentorra, cashonda hasta la médula, mientras que a él... pues bien... verán, es que a él no se le para la cosita. Iñipiñi. Cero. Nada. La peli tiene la suficiente delicadeza para no explorar en esa perturbadora faceta sexual de Clyde, pero de todas maneras, algo dice el que ambos puedan seguir adelante con su peculiar relación, a pesar de que él volaría medio planeta para esconderse del agresivo acoso de un par de biberones, mientras que ella, bueno, tiene que contentarse con aguantar la respiración hasta 10 y tomarse una ducha fría (y nótese que la Dunaway en esos años estaba para duchársela entera...). Aquí hay méritos compartidos, porque si bien el guión desarrolla muy bien este muy extraño romance entre ambos, también está el extraordinario trabajo de Warren Beatty y Faye Dunaway al respecto (imaginamos esto como un acto de valentía del señor Beatty, considerando que en esos años tenía fama de meterle escopetazo a cuanta gallinácea se le cruzara por el cañón, que era el nuevo chico rubio de Hollywood, y que además era el productor de la peli con casi entera libertad creativa, y por lo tanto, tenía todas las cartas para presentarse como macho viril matachicas, en vez del rol que hace en esta peli).

-- La parte de la acción y la violencia, pues bien... Ya sabemos que las copias le hacen mal al original. En su tiempo, muchas soluciones narrativas de esta peli eran buenísimas y originales, incluyendo el hecho de tener violencia a raudales combinada con música campirana. Pero esta fórmula fue tan imitada después (¡hasta en "Los Dukes de Hazzard", MFG!), que ha perdido gracia, y hasta es pesadota (ahí tienen a Homero Simpson y su clásico diálogo: "¡Empezaron a perseguirnos cuando pusiste esa música campirana de persecusión!"). Pero si uno se saca a los imitadores de encima y se concentra en lo que esta peli representó para su tiempo, o simplemente en el delicado acabado de las escenas de violencia, sigue siendo grande como la vida. Lo interesante del caso es que la violencia es tratada como parte de la atmósfera, incluso se respira en el ambiente, sin que los protas sean de naturaleza especialmente violenta. Dicho de otro modo: lo perturbador aquí no es poner a gángsters disparándole con rifles a la policía, o a policías ametrallando bárbaramente casas y autos para liquidar a los enemigos públicos de la sociedad, sino el hecho de que los protas piensan y actúan con perfecta inconsciencia, casi como niños chicos, y de este modo, cada vez que jalan del gatillo lo hacen con una amoralidad casi perfecta. Pero son tipos realizados, eso sí: el sueño americano perfecto, ¿no?

-- La ambientación de la peli, durante la Gran Depresión (la época en que efectivamente vivieron los históricos Bonnie y Clyde) añade una interesante segunda lectura a la peli, que no se dice frontalmente, pero que en más de algún minuto puede leerse. La Gran Depresión es uno de los episodios más traumáticos en la Historia de los Estados Unidos, porque representa el tenebroso reverso del American Dream: en 1929 la economía se fue a pique básicamente porque una manga de especuladores se pusieron a sobrevalorar acciones en el juego de la Bolsa, y cuando éstas se desplomaron, toda esa riqueza ficticia se evaporó y millones de personas se vieron paradas, o bien con hipotecas hasta el pescuezo. Antes de 1929 todos iban a ser millonarios, sin detenerse a pensar que alguien tiene que ser pobre para hacer el trabajo de baja calificación que permita a los millonarios seguir viviendo su lujoso tren de vida, y eso después de 1929 se acabó (por unos años al menos). Bonnie y Clyde en muchos aspectos son el resultado de dicho quiebre social. Quizás sean delincuentes, quizás sean gángsters, quizás se hayan liado a tiros con la policía y hayan matado a alguno, pero también en última instancia el sistema es el responsable, ese sistema que permitió la especulación irresponsable a gran escala y después hizo pagar al pequeño contribuyente los platos que esencialmente fueron rotos por los grandes contribuyentes. Esta peli representa de este modo la rayana incapacidad de una sociedad como la de Estados Unidos, que se pretende y a veces hasta actúa como si fuera democrática, para hacerse cargo de sus vástagos, cuando el American Way of Life por alguna razón sale mal, así como las formas retorcidas que el individualismo del Self Made Man puede volverse contra el individualismo de otras personas, cuando la prosperidad se acaba por culpa de otros Self Made Man. Y todo esto, ambientado en lugares tan clásicamente americanos como los pequeños poblados post-FarWest del MiddleWest yanki. La lectura, no por soterrada, es menos evidente. Con esos mimbres, vamos a ver si la combinación de la moda de hacer remakes por todo en Jólivu, con la Crisis Subprime made-in-2008, llevan a perpetrar una nueva versión de esta peli. Bueno, ya salió el rumor de que Clyde (la Faye Dunaway) sería interpretada por... ¡Hillary Duff! (Bastet, si lo permites, te lo juro, me cambio de religión).

IDEAL PARA: Ver una peli ultraclásica y catedralicia sobre el mundo de los bajos fondos de Estados Unidos, y sobre lo que significa ser americano en tiempos de crisis.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "BONNIE Y CLYDE":

-- (Ir a la página) Comentario en Pablo Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en Quesito Rosa.
-- (Ir a la página) Comentario en Ese Cierto Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en De Locuras Y Paranoias.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos]. -- Escena en la que se confiesan como ladrones de bancos [en inglés, sin subtítulos]. -- ¡Primer papel de Gene Wilder en el cine, en esta peli! [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 15 de febrero de 2009

"Los duelistas" (1977).


-- "The Duellists". Inglaterra. Año 1977.
-- Dirección: Ridley Scott.
-- Actuación: Keith Carradine, Harvey Keitel, Albert Finney, Edward Fox, Cristina Raines, Robert Stephens, Tom Conti, John McEnery, Diana Quick, Alun Armstrong, Maurice Colbourne, Gay Hamilton, Meg Wynn Owen, Jenny Runacre, Alan Webb.
-- Guión: Gerald Vaughan-Hughes, basado en un relato corto de Joseph Conrad.
-- Banda Sonora: Howard Blake.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Año 1800. El segundo suceso más importante del año es que Napoleón Bonaparte se ha hecho Cónsul de Francia y la gobierna en su puño. El primero es... ¡los duelistas! Bueno, los duelos están prohibidos, pero eso no va a detener a algunas gentes, ¿no? Un oficialito del Ejército del Premier Empire es enviado a poner bajo arresto a uno de estos sujetos. El tipo se mosquea porque él es un salvaje desatado que le gustan los duelos, y le mandan a un tipo todo compuestito y mijo a ponerle grilletes. De manera que le pone la espada para retarlo a duelo. El otro, que no, que no, que no, que yo soy right y no le hago, pero el duelista empedernido le sigue mostrando su espada, y el otro no le queda más remedio que cruzarse de aceros con él (sí, ya sé cómo suena, pero la peli venía así, ¿OK?). Lo que podría ser un incidente menor, acaba con un duelo en toda forma en que el duelista es castigado por su afición a manejar la espada, con una heridita en la muñeca (ya saben, para la otra póngale forrito a la espada...). Así es que quiere su amarga revancha, porque ya se sabe que no hay resentimiento peor que entre duelistas... El otro tipo, el oficialito todo correcto, pues bien, dice que no, que no, que no, que salió vivo de suerte una, pero que de otra... Pero ya ha probado la experiencia prohibida, el pecado de introducir la espada en el cuerpo de otro, y lentamente empezará a obsesionarse con la viril experiencia de salir del armario y empezar a gozar la lascivia de trabarse a duelo con espadas enemigas (en serio, este tipo empieza a pasar de las chicas para liarse a espadazo limpio...). Mientras tanto, allá afuera ruge el cañón y truena el pisar de los ejércitos, pero nada de la política ni el mundo exterior entra en la cada vez más sólida cadena que se forja entre nuestros dos masculinos protas, unidos cada vez más por su sórdido vicio secreto... ¿Se matarán el uno al otro como un par de maracas celosas? ¿Terminarán nuestros dos protas en el Desfile del Orgullo Espadachín...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Ridley Scott es sin lugar a dudas uno de los más prominentes directores del último cuarto del XX y comienzos del XXI. Su filmografía cuenta con títulos como "Alien", "Blade Runner", "Thelma y Louise", "1492: La conquista del paraíso", "Gladiador", "Hannibal", "Gángster americano", "Red de mentiras"... Bueno, también rodó "Hasta el límite" con Demi Moore, pero oigan, si los aviones se caen, cómo no se va a caer el pobre hombre alguna vez... Pero antes de todo eso ("Alien" fue su segunda peli), Ridley Scott fue el alumno aplicadito de Stanley Kubrick. En 1975, escapándose de la Sci-Fi de "2001: Odisea del espacio" y "La naranja mecánica", papi Kubrick sacó una peli de época al ruedo: "Barry Lyndon". Irónicamente, Ridley Scott hizo el viaje inverso, de una peli de época ("Los duelistas", que nos ocupa) a la Sci-Fi ("Alien"), pero en fin... "Los duelistas" tiene más de algún parecido con "Barry Lyndon", incluyendo el basarse en un relato clásico de un escritor inglés (William Tackeray en lo de Kubrick y Joseph Conrad en lo de Scott), el basarse en una época que en un caso es el siglo XVIII neoclásico y en el otro esa especie de Neoclasicismo tardío que es la era napoleónica, y el exquisito acabado visual de ambas pelis (y también, por qué no decirlo, un cierto y desasosegante sentimiento de odiosidad porque la peli termine luego, que "Barry Lyndon", alardes visuales aparte, es básicamente un latazo, y "Los duelistas" no tanto porque dura clavada la hora y media). "Los duelistas" tuvo un pasar más que discreto, en la crítica (que la vio como un hijo bastardo del mencionado "Barry Lyndon"), y en el público, que ese mismo año alucinaba en technicolor con "La guerra de las galaxias", "La espía que me amó", "Aeropuerto 77", "Simbad y el ojo del tigre", "El exorcista II", "El imperio de las hormigas"... La peli quedó tan olvidada, que ni siquiera los filogays, tan aficionados a reivindicar el kitsch pasteloso, han levantado esta peli como bandera (y eso que aquí hay cantera para cav... mejor no empleo esa clase de metáforas con esa clase de gente, ehm).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una temprana muestra de lo que después será el cine de Ridley Scott. Como hemos dicho, el señor Scott es un tipo más bien formal, que con ideas profundas. Si el guión tiene calado es capaz de sacarse grandes cosas de la manga ("Blade Runner"). Si no, al menos le proporciona a sus pelis un poderoso empaque visual con el cual disimula sus debilidades ("Thelma y Louise", "Cruzada"...). En este caso el guión sigue by-the-book a Joseph Conrad y por ende, es una peli profundamente clásica. Pero Ridley Scott sabe no abusar. La historia original de Conrad estaba basada en una famosa serie de duelos del XIX entre dos hombrones del ejército napoleónico de apellido Dupont y Fournier, pero la anécdota de dos quítame allá esas pajas agarrándose duelo tras duelo tras duelo no podía dar mucho de sí para una peli. Consciente de esto, Ridley Scott se ajusta a la horita y media y un poco más, y no llega a cansar.

-- El acabado estilístico de la peli es simplemente impecable. Ridley Scott rodó muchas escenas en locaciones naturales (porque el bajo presupuesto le impedía construir estudios demasiado suntuosos o con mucha utilería, dicen las malas lenguas), y ese naturalismo se transmite a la peli. Por otra parte, esteta como pocos, Ridley Scott se empapó a conciencia de la pintura del período, incluyendo la técnica y el cromatismo, y se las apaña para reproducir todo eso (el final de la peli es un disimulado homenaje a la pintura "Caminante sobre el mar de niebla", de Caspar David Friedrich). El resultado es una peli que, incluso en las escenas en que no cuenta nada de verdadera relevancia, sigue siendo una exquisitez visual.

-- La lectura habitual de esta peli, es que versa sobre los duelos y el honor. O sea, sobre hombres asfixiados por las reglas que les impulsan a defender el honor, aunque no quieran batirse a duelo. Esto, la peli lo refleja bien. Pero por otra parte, hay varias curiosas sublecturas respecto de la misma. Uno de los duelistas es un camorrero que ama el duelo por la pasión, por la vida, y por qué no decirlo, en el subtexto se lee que por la tensión sexual subyacente. El otro, primero un correctito oficial, de a poco se va dejando seducir por el deporte de cruzar espadas y... Para qué insisto, ya me entienden el punto. Pero la peli plantea así una curiosa tesis histórica: ¿eran acaso los duelos y la defensa del honor, una especie de sucedáneo socialmente aceptable de la homosexualidad, un deporte homoerótico al que poder entregarse sin causarle escándalo a nadie...? No es una tesis que vaya a reescribir la Historia, pero no deja de tener su miga plantear esto, de esta manera...

IDEAL PARA: Ver una peli de espadachines sueltos de trenzas.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en La Off Off Crítica.
-- (Ir a la página) Comentario en Quesito Rosa.
-- (Ir a la página) Comentario en Mis Películas Y Series Favoritas De Todos Los Tiempos.
-- (Ir a la página) Comentario en Tierra de Cinéfagos.
-- (Ir a la página) Comentario en El CritiKrator.
-- (Ir a la página) Comentario en El Sitio de Ciencia Ficción.
-- (Ir a la página) Comentario en Metros de Celuloide.
-- (Ir a la página) Comentario en La Senda Infinita.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- La primera vez que se hacen tira, en un duelo se entiende... [en inglés, sin subtítulos].



sábado, 14 de febrero de 2009

"Kramer vs. Kramer" (1979).


-- "Kramer vs. Kramer". Estados Unidos. Año 1979.
-- Dirección: Robert Benton.
-- Actuación: Dustin Hoffman, Meryl Streep, Jane Alexander, Justin Henry, Howard Duff, George Coe, JoBeth Williams, Bill Moor, Howland Chamberlain, Jack Ramage, Jess Osuna, Nicholas Hormann, Ellen Parker, Shelby Brammer, Carol Nadell.
-- Dirección: Robert Benton, basado en la novela de Avery Corman.
-- Banda Sonora: Varias fuentes.

-- "Kramer vs. Kramer" en la Wikipedia en inglés.
-- "Kramer vs. Kramer" en IMDb.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Es que así no hay vida. Llegas un día cualquiera silbando a la casa porque te han dado flor de ascenso, después de hacerte tracción de espinazo durante meses, sí señoh, y te dicen las segundas dos peores palabras fatales de todas: "Te dejo" (las dos primeras peores palabras fatales son, por supuesto, "estoy preñada", seguidas por otras dos: "de ti"). Pues bien, la esposa dice que te dejo, porque en realidad ya no nada más que hacer, etcétera. Y se va, dejándole a nuestro flamante maridito ahora recién separado, un niñato malcriado y rezongón con el que debe empezar a lidiar, aparte por supuesto de sus jefazos. Y empiezan los problemas. Por una parte, el niñato quiere a mamá, y anda tú a decirle a un crío de ¿cinco, seis años? que mamá se fue para no volver, y peor aún, mantener controladitos sus berrinches y cosas así. Además, tiene que empezar a hacerse cargo de la crianza, comprar las cosas para la casa y todo eso (eran los '70s, cuando todavía las mujeres solían hacerse cargo de esas cosas). Empiezan también las fallas en el trabajo, porque, es que hay que ver, los niños tienden a enfermarse en los momentos más inoportunos, por no hablar de cuando derraman jugo sobre la mesa de dibujo y cosas así. Todo son líos y problemas, pero poco a poco, con buena voluntad y mucha paciencia, todo empieza a arreglarse... o no, porque mami ha vuelto, y es que después de explorarse y encontrarse a sí misma y todas esas autojustificaciones que las mujeres egoístas (o sea, casi todas) han inventado desde el comienzo de los tiempos, está lista para hacerse cargo de su retoño otra vez, aunque no lo ha visto en 18 meses y maldita sea si le ha enviado aunque sea un par de cartitas (bueno, en realidad sólo una)... y esto lo hará aunque sea por la vía judicial. La guerra está servida, será Kramer versus Kramer, y sólo un Kramer quedará en pie para cantar victoria.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Lo he escrito sepetecientas veces, y lo volveré a escribir aquí. Los '70s fueron la década de la resaca, en donde todo el optimismo hippioso sesentero se vino abajo, y consecuentemente, las pelis se volvieron más oscuras y densas. Casi en la cola de esa etapa, alguien descubrió una novelita de un tal Avery Corman, que narraba de manera sencilla y naturalista la historia de un divorcio, y pensó en adaptarla para el cine. El naturalismo de la trama novelesca la hacía ideal para esos tiempos de tanta presión cultural, que se requería angustiosamente un "La guerra de las galaxias" o un "Encuentros cercanos del tercer tipo" para escapismo. Desgraciadamente, mientras que esas pelis seguirán siendo ejemplos de historias entretenidas sobre otros mundos con los cuales soñar e imaginar, las realidades sociales detrás de "Kramer vs. Kramer" siguen existiendo. Los matrimonios son cada vez más desechables, los divorcios aumentan, el trabajo se hace cada vez más inestable, y los niños están cada vez más desprotegidos frente al egoísmo de padres que dicen "no importa, si no funciona me separo", y quién diablos piensa en ellos. No es raro que la generación que era niña y casi bebé cuando salió "Kramer vs. Kramer", hoy en día ronden la treintena y sean en masa unos desalienados empotados con YouTube y FotoLog, narcisistas, e incapaces de mirar más allá de la punta de sus narices. Quizás sea más que una coincidencia, tal vez sea un chiste macabro de un Dios Omnisapiente allá arriba, que el niñito de esta peli, nominado al Oscar como Mejor Actor Secundario (la nominación más joven en este rubro), después se haya ido desinflando cada vez más, ingresando en el Reino de la Falta de Repercusiones...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Hay pelis que son buenas porque cuentan una grandiosa historia épica en donde un héroe romano, un pistolero espacial o un mandoblero iluvatariano se enfrenta casi en solitario y con unos pocos aliados, contra hordas de malignos seres que ponen en peligro la civilización entera. Y hay pelis que son buenas porque dan cuenta, con naturalismo y parsimonia, y también con mimo, de ciertas circunstancias de la vida cotidiana. Sólo la gente ignorante y estrecha de mente (o sea la mayoría, porque vaya que cuesta abrir la cabeza...) dice "de este lado las pelis son buenas y de este otro no". En realidad, hay pelis buenas (pocas) y pelis malas (la mayoría) a ambos lados de la barricada. "Kramer vs. Kramer" pertenece al segundo tipo, al de las pelis naturalistas. A primera vista, esta debe ser la peli menos glamorosa de los '70s: un publicista vulgar y corriente, con una esposa y un niño también vulgares y corrientes, en un departamento vulgar y corriente, viven una separación vulgar y corriente, después de lo cual la vida sigue de manera vulgar y corriente, para terminar todo en un juicio por la tuición del menor que se desenvuelve de manera vulgar y corriente. ¿Por qué iba a querer ver esta peli, si todo es tan vulgar y corriente que me basta salir a la esquina para ver lo mismo? Créanme, por distintos motivos me ha tocado ver parejas separándose, divorciándose o peleando los alimentos o la custodia de los hijos, y a muchas de ellas las beneficiaría hondamente ver "Kramer vs. Kramer", casi como consejería espiritual. Esta peli no pretende ser un documental sobre el tema, pero aborda de manera asombrosamente fidedigna lo que ocurre en el interior de una pareja cuando las expectativas se quiebran y las relaciones se van al carajo. Y lo hace de manera fina y minimalista, sin dárselas de hollywoodense con la esperable inesperada vuelta de tuerca, o con recursos dramáticos facilones como la enfermedad del niño o así (hay un accidente, sí, pero aparte del momento de tensión en el accidente mismo, éste se resuelve rápido, bien y sin secuelas). Mencionemos en este apartado que el director es Robert Benton, cineasta de una cinematografía no particularmente mala, pero tampoco demasiado lucida, ni tampoco muy nutrida ("Nadine" y "Billy Bathgate", además del "Crepúsculo" con Paul Newman y Susan Sarandon de 1997, NO el "Crepúsculo" de vampiros onderos 2008, valga la aclaración), pero que aquí está realmente en estado de gracia. Digamos también que esta peli fue la aplanadora fílmica en los Oscares de 1979 (en esos tiempos, serlo aún significaba algo), imponiéndose como Mejor Película a "Apocalypsis Now", "All That Jazz" y "Norma Rae", como mejor director a Francis Ford Coppola, como Mejor Guión Adaptado a "Apocalypsis Now" y "La jaula de las locas" y "Norma Rae", como Mejor Actor a Al Pacino, Jack Lemmon, Roy Scheider y Peter Sellers, y también como Mejor Actriz para Meryl Streep (año ocupado, ¿eh?).

-- Las actuaciones son grandiosas. Dustin Hoffman está estupendo como el padre de vida mortecina y opaca, que poco a poco debe hacerse cargo de las responsabilidades de la paternidad (en esa época aún no se hablaba de paternidad responsable y esas cosas, y criar niños era asunto de mujeres, recuérdese), y que a pesar de ser el prota, no es un héroe, porque por Dios que puede ser obtuso, cerrado, y más que un poco violento, nuestro personaje (pero también es emocional, leal, preocupado, y es capaz de aprender de sus errores). Hoffman mismo venía saliendo de un divorcio, en esos años, y es notorio que esta peli obró como exorcismo, porque de que le pone pasión, le pone (Hoffman es otro de esos actores que se ha ido poniendo un poco flojito con los años, aunque no ha llegado a los extremos autocomplacientes de un Al Pacino, por ejemplo). A su lado tenemos a una Meryl Streep en el rol que, con justicia, la consagró (el año anterior había rodado un secundario en "El francotirador"); tan poca fe le tenían, que la habían contemplado para un rol secundario, como amiguita de una noche del prota (rol que de todas maneras, al final, fue a dar a la por entonces suculenta JoBeth Williams), y que consiguió el coprotagónico sólo porque la primera opción estaba ocupada y no podía asumir el papel (¡Kate Jackson, y no pudo porque estaba comprometida para "Los Angeles de Charlie"!), y realmente salimos ganando con el cambio. Y Justin Henry está más que bien como el niñato, sin caer en el prototipo de pergenio insufrible sabelotodo-hipersensible. Mención especial para Jane Alexander, como la mejor amiga DE LA prota que, andando el tiempo, se transforma en mejor amiga DEL prota (sin pensar mal).

-- A pesar de su sencillez, es una peli sin concesiones. Hay escenas que el cine de hoy en día, teñido de asquerosa moralina judeocristianizante, no dejaría pasar ni en un millón de años, como por ejemplo el desnudo integral que una inadvertida JoBeth Williams acaba realizando frente al niño chico. O situaciones que daban para algún discurso apologético en donde los protas aparecieran marmóleos y listos para la eternidad, y en los cuales se prefiere privilegiar el diálogo natural. O la omisión de chantajes emocionales (no quiero pensar cómo un director más sensiblero hubiera tratado el accidente del niño). El juicio no tiene ningún componente espectacular, y todo transcurre más bien como un aburrido trámite burocrático, centrándose toda la tensión narrativa en los sentimientos y emociones encontrados de los separados. Esto no la hace una peli aburrida, ni mucho menos. Por el contrario, toda la fuerza está en un trabajo de edición draconiano, sin escenas superfluas, y en las actuaciones de los personajes. O sea, en todo lo que hace grande al cine de toda la vida.

IDEAL PARA: Consejería terapéutica matrimonial, seguidores de buenas actuaciones, fanáticos de Hoffman y la Streep, y para toda clase de público en general que busque algo más que entretención liviana para el fin de semana en una peli.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "KRAMER VS. KRAMER":

-- (Ir a la página) Comentario en Harto Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en Se Piensa.
-- (Ir a la página) Comentario en Evitando Intensidades.
-- (Ir a la página) Cine Club Golfa.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Preparando tostadas francesas [en inglés, sin subtítulos].