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domingo, 15 de febrero de 2009

"Los duelistas" (1977).


-- "The Duellists". Inglaterra. Año 1977.
-- Dirección: Ridley Scott.
-- Actuación: Keith Carradine, Harvey Keitel, Albert Finney, Edward Fox, Cristina Raines, Robert Stephens, Tom Conti, John McEnery, Diana Quick, Alun Armstrong, Maurice Colbourne, Gay Hamilton, Meg Wynn Owen, Jenny Runacre, Alan Webb.
-- Guión: Gerald Vaughan-Hughes, basado en un relato corto de Joseph Conrad.
-- Banda Sonora: Howard Blake.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Año 1800. El segundo suceso más importante del año es que Napoleón Bonaparte se ha hecho Cónsul de Francia y la gobierna en su puño. El primero es... ¡los duelistas! Bueno, los duelos están prohibidos, pero eso no va a detener a algunas gentes, ¿no? Un oficialito del Ejército del Premier Empire es enviado a poner bajo arresto a uno de estos sujetos. El tipo se mosquea porque él es un salvaje desatado que le gustan los duelos, y le mandan a un tipo todo compuestito y mijo a ponerle grilletes. De manera que le pone la espada para retarlo a duelo. El otro, que no, que no, que no, que yo soy right y no le hago, pero el duelista empedernido le sigue mostrando su espada, y el otro no le queda más remedio que cruzarse de aceros con él (sí, ya sé cómo suena, pero la peli venía así, ¿OK?). Lo que podría ser un incidente menor, acaba con un duelo en toda forma en que el duelista es castigado por su afición a manejar la espada, con una heridita en la muñeca (ya saben, para la otra póngale forrito a la espada...). Así es que quiere su amarga revancha, porque ya se sabe que no hay resentimiento peor que entre duelistas... El otro tipo, el oficialito todo correcto, pues bien, dice que no, que no, que no, que salió vivo de suerte una, pero que de otra... Pero ya ha probado la experiencia prohibida, el pecado de introducir la espada en el cuerpo de otro, y lentamente empezará a obsesionarse con la viril experiencia de salir del armario y empezar a gozar la lascivia de trabarse a duelo con espadas enemigas (en serio, este tipo empieza a pasar de las chicas para liarse a espadazo limpio...). Mientras tanto, allá afuera ruge el cañón y truena el pisar de los ejércitos, pero nada de la política ni el mundo exterior entra en la cada vez más sólida cadena que se forja entre nuestros dos masculinos protas, unidos cada vez más por su sórdido vicio secreto... ¿Se matarán el uno al otro como un par de maracas celosas? ¿Terminarán nuestros dos protas en el Desfile del Orgullo Espadachín...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Ridley Scott es sin lugar a dudas uno de los más prominentes directores del último cuarto del XX y comienzos del XXI. Su filmografía cuenta con títulos como "Alien", "Blade Runner", "Thelma y Louise", "1492: La conquista del paraíso", "Gladiador", "Hannibal", "Gángster americano", "Red de mentiras"... Bueno, también rodó "Hasta el límite" con Demi Moore, pero oigan, si los aviones se caen, cómo no se va a caer el pobre hombre alguna vez... Pero antes de todo eso ("Alien" fue su segunda peli), Ridley Scott fue el alumno aplicadito de Stanley Kubrick. En 1975, escapándose de la Sci-Fi de "2001: Odisea del espacio" y "La naranja mecánica", papi Kubrick sacó una peli de época al ruedo: "Barry Lyndon". Irónicamente, Ridley Scott hizo el viaje inverso, de una peli de época ("Los duelistas", que nos ocupa) a la Sci-Fi ("Alien"), pero en fin... "Los duelistas" tiene más de algún parecido con "Barry Lyndon", incluyendo el basarse en un relato clásico de un escritor inglés (William Tackeray en lo de Kubrick y Joseph Conrad en lo de Scott), el basarse en una época que en un caso es el siglo XVIII neoclásico y en el otro esa especie de Neoclasicismo tardío que es la era napoleónica, y el exquisito acabado visual de ambas pelis (y también, por qué no decirlo, un cierto y desasosegante sentimiento de odiosidad porque la peli termine luego, que "Barry Lyndon", alardes visuales aparte, es básicamente un latazo, y "Los duelistas" no tanto porque dura clavada la hora y media). "Los duelistas" tuvo un pasar más que discreto, en la crítica (que la vio como un hijo bastardo del mencionado "Barry Lyndon"), y en el público, que ese mismo año alucinaba en technicolor con "La guerra de las galaxias", "La espía que me amó", "Aeropuerto 77", "Simbad y el ojo del tigre", "El exorcista II", "El imperio de las hormigas"... La peli quedó tan olvidada, que ni siquiera los filogays, tan aficionados a reivindicar el kitsch pasteloso, han levantado esta peli como bandera (y eso que aquí hay cantera para cav... mejor no empleo esa clase de metáforas con esa clase de gente, ehm).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una temprana muestra de lo que después será el cine de Ridley Scott. Como hemos dicho, el señor Scott es un tipo más bien formal, que con ideas profundas. Si el guión tiene calado es capaz de sacarse grandes cosas de la manga ("Blade Runner"). Si no, al menos le proporciona a sus pelis un poderoso empaque visual con el cual disimula sus debilidades ("Thelma y Louise", "Cruzada"...). En este caso el guión sigue by-the-book a Joseph Conrad y por ende, es una peli profundamente clásica. Pero Ridley Scott sabe no abusar. La historia original de Conrad estaba basada en una famosa serie de duelos del XIX entre dos hombrones del ejército napoleónico de apellido Dupont y Fournier, pero la anécdota de dos quítame allá esas pajas agarrándose duelo tras duelo tras duelo no podía dar mucho de sí para una peli. Consciente de esto, Ridley Scott se ajusta a la horita y media y un poco más, y no llega a cansar.

-- El acabado estilístico de la peli es simplemente impecable. Ridley Scott rodó muchas escenas en locaciones naturales (porque el bajo presupuesto le impedía construir estudios demasiado suntuosos o con mucha utilería, dicen las malas lenguas), y ese naturalismo se transmite a la peli. Por otra parte, esteta como pocos, Ridley Scott se empapó a conciencia de la pintura del período, incluyendo la técnica y el cromatismo, y se las apaña para reproducir todo eso (el final de la peli es un disimulado homenaje a la pintura "Caminante sobre el mar de niebla", de Caspar David Friedrich). El resultado es una peli que, incluso en las escenas en que no cuenta nada de verdadera relevancia, sigue siendo una exquisitez visual.

-- La lectura habitual de esta peli, es que versa sobre los duelos y el honor. O sea, sobre hombres asfixiados por las reglas que les impulsan a defender el honor, aunque no quieran batirse a duelo. Esto, la peli lo refleja bien. Pero por otra parte, hay varias curiosas sublecturas respecto de la misma. Uno de los duelistas es un camorrero que ama el duelo por la pasión, por la vida, y por qué no decirlo, en el subtexto se lee que por la tensión sexual subyacente. El otro, primero un correctito oficial, de a poco se va dejando seducir por el deporte de cruzar espadas y... Para qué insisto, ya me entienden el punto. Pero la peli plantea así una curiosa tesis histórica: ¿eran acaso los duelos y la defensa del honor, una especie de sucedáneo socialmente aceptable de la homosexualidad, un deporte homoerótico al que poder entregarse sin causarle escándalo a nadie...? No es una tesis que vaya a reescribir la Historia, pero no deja de tener su miga plantear esto, de esta manera...

IDEAL PARA: Ver una peli de espadachines sueltos de trenzas.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en La Off Off Crítica.
-- (Ir a la página) Comentario en Quesito Rosa.
-- (Ir a la página) Comentario en Mis Películas Y Series Favoritas De Todos Los Tiempos.
-- (Ir a la página) Comentario en Tierra de Cinéfagos.
-- (Ir a la página) Comentario en El CritiKrator.
-- (Ir a la página) Comentario en El Sitio de Ciencia Ficción.
-- (Ir a la página) Comentario en Metros de Celuloide.
-- (Ir a la página) Comentario en La Senda Infinita.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- La primera vez que se hacen tira, en un duelo se entiende... [en inglés, sin subtítulos].



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