Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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domingo, 29 de abril de 2012
"Titanic" (1997).
-- "Titanic". Estados Unidos. Año 1997.
-- Dirección: James Cameron.
-- Actuación: Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Billy Zane, Kathy Bates, Frances Fisher, Gloria Stuart, Bill Paxton, Bernard Hill, David Warner, Victor Garber, Jonathan Hyde, Suzy Amis, Lewis Abernathy, Nicholas Cascone, Anatoly M. Sagalevitch.
-- Guión: James Cameron.
-- Banda Sonora: James Horner.
-- "Titanic" en IMDb.
-- "Titanic" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El argumento es ése que ya viste. En la versión original de 1997, en DVD, en las incontables repeticiones en TV, o ahora en glorioso 3D. Sí, ése es el argumento. Qué... ¿Quieren más detalles? ¿Se lo saben pero igual quieren que se los cuente porque están enamorados de la bella prosa de vuestro seguro servidor el General Gato...? Vaya, me halagan... Bueno, bueno, está bien, soy sensible a las lisonjas, así es que voy a contar el cuento, ¿OK? Allá va. Un pequeño vehículo se abre paso en medio de las tinieblas submarinas. Destino: los restos de un naufragio. Que por el título de la peli, podemos inferir que es el Titanic, ¿no? Toman fotos y lanzan algunos comentarios irrespetuosos acerca del ¡Titanic! ¡HEREJÍA! ¡¡¡ES JAMES CAMERON SOBRE EL TITANIC, NO TOMARÁS EL NOMBRE DEL TRASATLÁNTICO EN VANO!!! El caso es que llevan a la superficie una pequeña caja fuerte (sí, el mismo vehículo robótico que no fue capaz de levantar una puerta de madera semipodrida minutos antes... no me pregunten, yo no escribí el guión), y con esa técnica de restauración de antigüedades llamada MAGIA DEL CINE, obtienen el dibujo de una maja en bolas. ¡No hay oro, pero hay ARTE!!! Oh, cruel decepción... El caso es que cuando exhiben el dibu en la TV, aparece una vieja media patuleca diciendo que esa chica del retrato es ella... Oh, crap, time goes on... El caso es que la vieja sabe algo acerca de una joya llamada el Corazón del Océano, que nadie más se supone que sepa, de manera que le garantizan ticket de primera clase hasta el barco saqueatesor... er... hasta el barco de investigación arqueológica submarina, that's it. A la señora le investigan los antecedentes y descubren que ni siquiera estaba en la lista de pasajeros, y además que fue actriz, vaya uno a saber si es una impostora al estilo Anastasia. Pero el capitán, erre con erre que la vieja es legal, y se disponen a escuchar su historia. Salto en el tiempo a... sr. James Horner, partitura por favor... turuuuuuú-rururú... mai jaaaaaar güilgouón... Thank you. 1912. El Titanic está a punto de zarpar, y aparece la prota, que es la misma vieja, pero ahora en joven, o sea, Kate Winslet cuando era ilustre desconocida. Detrás aparece el prometido, que es que lo ves y ya te da cosa creepy (aunque alguna fan femenina tendrá, si los abusadores también tienen su fanclub, créanselo o no). Se suben al Titanic, listos para afrontar su destino, y luego vemos en otra parte, en un pub, a James Cameron, bajo el alias de Jack Dawson y con el perfil de Leo DiCaprio. El caso es que James Cameron, bajo el alias de Jack Dawson y con el perfil de Leo DiCaprio, se gana una partida de poker con un amigote, y en el premio va incluido... un ticket en el Titanic en tercera clase. Una vez a bordo, Jack Dawson verá a la joven Rose y dirá lo que dice cualquier tercera clase al respecto: "¡¡¡MIJIIIIITA RRRRRRICA, WASSSHHHIIIIIITA, QUIÉN SE LA LLEVARA A MONTARSE Y HUNDIRSE CON EL TITANIC, WASHALOMA!!!". Sólo que lo dice para sus adentros porque, bueno, si lo dijera de viva voz no sería romántico y a las chicas del público se les atragantaría, ¿verdad? Después, en un rapto de niñata malcriada "no los soporto a uds. por ser tan vacuos y no ser tan interesantes y doctos como James Cameron", ella abandona una cena a toda prisa y, con el melodrama propio de las criaturillas malcriadas, se instala en la baranda del Titanic, lista para saltar y suicidarse. Pero justo, por accidentes del guión escrito por James Cameron, resulta que James Cameron, bajo el alias de Jack Dawson y con el perfil de Leo DiCaprio, andaba dando vueltas por ahí, y la convence de que no salte. Comienza entonces el romance que incendiará la pantalla, romance que ya sabemos afectado por una cercana tragedia, porque como sabemos, al final el barco se hunde. ¿Eh, qué cosa? ¿No lo sabías? ¿¿¿ACASO NO SABES QUE EL TITANIC SE FUE A PIQUE EN SU VIAJE INAUGURAL EN 1912...??? ¿¿¿Y LA MENDA DE POSTEOS QUE HE PUBLICADO AL RESPECTO EN ESTAS DOS ÚLTIMAS SEMANAS EN SIGLOS CURIOSOS, AH...??? Er... ¿No? No eres por casualidad un tuitero de 15 años que va a cine por un severo caso de adicción al pop-corn, ¿verdad? Uhm, me lo temía.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había un director llamado James Cameron, cuyo lema para rodar pelis era "BIGGER!!! HARDER!!! THOUGHTER!!!". Partió rodando la magistral (sarcasm mode here) "Piraña II", siguió con "Terminator", y venía de rodar "Mentiras verdaderas" cuando vio la peli "Una noche para recordar". Y de inmediato se enamoró del Titanic: esa longitud, esas líneas estilizadas, esa potencia... ¡Que me voy a rodar una peli sobre el Titanic, leñe! Pero claro, la catástrofe por la catástrofe no tiene mucha gracia, salvo que sea el 9-11 por CNN, así es que había que meterle algo. Las opciones posibles eran: a) Una parábola religiosa acerca de cómo Dios castiga el orgullo del hombre a través de un sacerdote que es purificado por la catástrofe y alcanza la redención, b) Una extensa disquisición filosófica acerca de la futilidad de la vida y la necesidad de vivir una vida sencilla por sobre el lujo y el boato a través de un filósofo existencialista a lo Nietzsche que tenga eruditas conversaciones de salón entre puro y puro y brandy y brandy sobre la vida y la muerte y todo lo que hay entremedio, c) Un marino borracho que se embarca en una cruzada de supervivencia liándose a mamporros con un oso polar (conocido también como el Gambito Robertson), y d) Una histora vendedora sobre dos amantes en un romance imposible por la diferencia de clases sociales. Ya sabemos cuál fue la opción cameroniana aquí. Cuando se lo planteó a los ejecutivos de la FOX, éstos se quedaron perplejos: un blockbuster que es un drama de época casi sin acción de 150 millones de dólares y sin secuela. WHAT THE...??? Pero le dieron la luz verde, porque si la cosa más o menos recaudaba algo, se podían asegurar a James Cameron para algún futuro proyecto, que no en balde el tipo se había forrado con "Alien 2" y "Terminator 2: El juicio final". Cuando el presupuesto acometió la maldición clásica de todas las pelis rodadas in water (¿"Waterworld", alguien?) de ir escalando el presupuesto, James Cameron se dejó el salario sobre la mesa y prometió trabajar por gratis si no le cerraban la llave del presupuesto. Cuando se estrenó, fue la primera peli en sobrepasar la barrera de los 200 millones de dólares de presupuesto, una elefantíada para la época (qué tiempos aquéllos, ¿verdad?). Y miren que el desgraciao la supo hacer: rompió el récord de ser la primera peli en embucharse mil millones de dólares, llegó a recaudar dos mil millones de hecho, y arrasó con los calvos dorados llevándose once preceas para la casa de un total de eventuales 14 nominaciones, igualando el récord de "Ben Hur" de 1959. Y yo aquí escribiendo blogs por gratis. Si la mina de oro está en rodar naufragios, entonces, veamos, veamos, veamos... qué voy a rodar... ¡Ah, ya sé! El hundimiento del Kronan en 1676. ¿Qué puede fallar con un drama romántico de época sobre el hundimiento de un navío de la marina de guerra sueca en el siglo XVII? Dinero, fama, barbacoas en Hollywood, allá voy...
¿POR QUÉ VERLA?
-- El paso del tiempo no ha hecho sino favorecer a "Titanic". En el momento de su estreno hubo una activa campaña entre el común de los estiradetes pedantes acerca de que "Titanic" era una mugre, muchos de los cuales seguro que eran telépatas porque ni siquiera la habían visto porque, bueno, ellos no veían mugres. Todo porque, bueno, no es una peli filosófica ni conceptual. Que no es europea, leñe. Pero es que "Titanic" no pretende serlo, tampoco. Filosófica o conceptual me refiero, que de europea apenas Kate Winslet y poco más. "Titanic" se enclava firmemente dentro de una determinada concepción de cine, que es el cine como espectáculo, como algo que se te muestra para dejarte con la boca abierta y asombrarte y dejarte clavado en la butaca. Por alguna razón, los idiotas de toda la vida piensan que eso está mal, que esa clase de cine no vale, que sólo vale el cine que "hace pensar" (en particular el que hace pensar como ellos piensan, miren ustedes qué coincidencia). ¿La historia romántica es primaria? ¿Toda la carga emocional de la peli está desatada sobre el naufragio? ¿Es una peli que apela a los sentimientos antes que a la razón? Bueno, es lo que es, en dónde está lo malo con eso... Yo en sus días defendí a "Titanic" como un magnífico exponente del cine espectáculo, como una muestra magistral de cómo debe hacerse ese tipo de cine, y el paso del tiempo no ha hecho sino darme la razón. Al reencontrarme hace poco con "Titanic 3D", me encontré cuánta razón tenía (ya que estamos en el 3D: ni quita ni añade nada a los logros de la peli, que no son pocos). Frente a otros subproductos que se han rodado desde 1997 a la fecha, que prometían ser la chicha en cacho de transportarte a otro mundo blah-blah-blah y que pasados dos o tres añitos yacen en el olvido (¿"Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton, alguien...?), "Titanic" sigue resistiendo orgullosa la prueba del tiempo. La peli, no el barco, claro. El propio James Cameron después, fiel a su filosofía de cada vez más imponente, trató de superarse a sí mismo con "Avatar", pero a mi gusto, no lo logró: "Avatar" entretiene y es espectacular, pero no deja esa misma sensación de tibieza y cariño que deja "Titanic". Peli que puede ser hasta ñoña en muchos respectos (¿James Cameron bajo el alias de Jack Dawson y con las facciones de Leo DiCaprio, yéndose a pique al final para que todos moqueen pañuelitos?), pero que está hecha con un mimo y un cuidado muy especiales. Aquí, Cameron consiguió la rara alquimia de que su historia, bastante sencilla dentro de lo suyo (romance socialmente prohibido a bordo de un barco condenado a hundirse), se potencie de esa sencillez en vez de resultar simplona y aburrida. Esta fue la jugada que no resultó demasiado en "Avatar", pero que aquí está resuelta con mano maestra. Tenemos esos fastuosos escenarios y vestuarios, tenemos esa atención a detalles sutiles como los personajes que se mueven en el fondo, tenemos una partitura de James Horner que está en su punto justo que transporta a ese mundo de emociones sin abrumar con cortinas o golpes musicales (aprende algo Steve Jablonsky el tarrero que sonorizó "Transformers"), tenemos esos actores clavándolo en sus roles, tenemos esa mezcla de cinismo social con cálida humanidad... Esta es una peli hecha no sólo con oficio o con técnica, sino con cariño. ¿Que se nota el ego de James Cameron casi a cada minuto, que el prota es casi un surrogatorio suyo o de la audiencia, que la vieja al final le da lecciones de tibieza de corazón y buenos y nobles sentimientos a los saqueadores de tesoros porque ELLA SÍ SABE LO QUE SIGNIFICA EL TITANIC JOER? Bien, dejémosle eso, si perfecto no podía ser tampoco. Además, no tiene nada de malo un poco de autoindulgencia cuando todo el resto está tan bien.
-- La peli tiene algunos subtextos bastante interesantes. Se ha hablado mucho de que Rose es otro de esos típicos personajes cameronianos de mujeres fuertes, pero por suerte, en este caso "mujer fuerte" no significa machorra, como Sigourney Weaver en "Alien II", Linda Hamilton en "Terminator 2: El Juicio Final" o Michelle Rodriguez en "Avatar". Rose es un raro equilibrio entre mujer fuerte, pero que sabe ser femenina (bueno, el momento en que se libra de las represiones sociales que la asfixian es cuando se pone en bolas para que la dibujen... sutil, James, sutil). Pero las concomitancias sexuales no se agotan allí. En un desayuno, los mandamases del cotarro se ponen a hablar de manera casi lasciva acerca de lo grande y potente que es el Titanic, a lo que Rose replica que Freud tendría algo que decir sobre eso. Es un golpe bajo, pero vaya uno a saber si James Cameron se da cuenta de cuánto se vuelve ese golpe en su contra. Porque la peli puede ser definida casi como porno del metal: el barco mismo está retratado con enorme sensualidad, casi con fetichismo. Quizás esto se relacione con que el "chico bueno" del triángulo amoroso tenga facciones algo finolis y además sea sensible y le pegue al dibujo, mientras que el "chico malo" del triángulo amoroso por el contrario es un machorro de vieja escuela, pero caricaturizado como un duro y bruto maltratador de mujeres. Cuando los dos protas se escapan, lo hacen a través de las entrañas del Titanic, del fuego de las calderas, en una escena de colores rojizos en vívido contraste con los tonos suavemente pastelosos del resto de la peli: el Titanic es casi retratado como una especie de gigantesco útero de acero en cuyo vientre florece el romance y el personaje de Rose crece. Habrán otras secuencias similares después, pero cuando el barco ya se esté hundiendo: el útero se ha quebrado, ahora esos pasillos están descritos en tonos azulosos y después en la oscuridad cuando falla la electricidad, y los dos protas deben tratar de arreglárselas para salir del mismo para sobrevivir, en lo que puede ser leído como una metáfora del nacimiento (al final, ya sabemos en qué acaba la cosa). En ese sentido, lo que en la superficie es otra pastelosa y mermeladosa tragedia romántica de amantes que no-pueden-estar, tiene una enorme cantidad de concomitancias y sugerencias sexuales raras. Y sólo para incordiar a mis lectores un poquito dejándoles con pesadillas en la noche siguiente a leer esto: si mi teoría de que el Titanic es una especie de gigantesco útero mecánico, ¿no resulta perturbador que no sea redondo ni esférico, sino largo y aguzado, de forma fálica, hendiendo las olas, y al final más encima se quiebra en dos antes de hundirse en el corazón del océano...?
-- Un aspecto que le añade cierta profundidad a un guión en esencia bastante básico, incluso esquemático, es que estamos frente a una narración enmarcada. La historia parte en el presente (bueno, en los '90s), y desde allí, Rose nos recuerda lo que ha pasado. Si nos tomamos el extensísimo flashback (tres horas narrando la vieja, vaya pulmones se gasta para una centenaria) como una versión literal y objetiva de los hechos, tenemos un culebrón venezolano acerca de la chica rica oprimida por las convenciones sociales, el chico pobre que la quiere salvar pero no tiene dinero, y el chico rico-pero-malo que es absurdamente malvado porque, bueno, tiene que serlo si el otro es el bueno y además es el surrogatorio para que las audiencias se identifiquen con él (chico conoce chica, chico y chica se enamoran, chico cambia el orden social establecido... fórmula ganadora, lo decía Woody Allen en "HormiguitaZ"). Hasta ahí, la historia no tiene mayores alicientes en cuanto historia. Pero, ¿y si no fuera así? ¿Es seguro que Rose nos está diciendo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad...? Veamos la escena del dibujo en pelotas. La Rose vieja dice que no pasó nada. Técnicamente es correcto, porque según el flashback no pasó nada... en el minuto. Pero sí pasó después. ¿Mintió la vieja o no? Por otra parte, el flashback nos refiere varios hechos en que Rose no puede haber estado presente. ¿Son cosas que Rose infirió, que leyó en otra parte y que le ayudaron a completar la historia, o simplemente que se las inventó? Y esto nos lleva a inferir que a lo mejor no estamos viendo a los dos galanes tal y como fueron en la realidad, sino que podrían estar tamizados por sus recuerdos: a lo mejor James Cameron bajo el alias de Jack Dawson y con las facciones de Leo DiCaprio no era tan noble ni aguerrido como nos cuentan, y el malvadísimo Cal quizás no era tan mezquino ni maltratador, sino que Rose los ve así, y como atestiguamos los hechos a través de ella, nosotros por extensión también. Lo que deja algunas interesantes coletillas. ¿Cómo sabemos si de verdad Jack se ganó los pasajes al Titanic en un juego de póker, en vez de por otros medios más, er, cogoteros...? ¿Obtuvo Jack su smoking por un legítimo regalo de la insumergible Molly Brown, o se lo ganó por, er, medios que requieren, er, dedos largos...? ¿Seguros de que a Jack le plantaron la joya, en vez de habérsela en verdad robado, seguros de verdad sin que Rose no haya sido testigo ni haya tenido de verdad NI UNA SOLA PRUEBA DE QUE EL GUARDAESPALDAS DE CAL HIZO LA JUGADA...? ¿Y es de verdad Cal un abusivo y un maltratador como nos lo presentan, si no había nadie más para atestiguarlo? ¿O la madre tan prepotente, egoísta, autocentrada o absorbente? Después de todo, a Rose nos la describen en varios pasajes como más que un poco malcriadilla (miren que estar en una cena, y a santo de nada, se para y se pasa la baranda para tratar de suicidarse... o llamar la atención de alguien haciendo como que se suicida). No creo que la peli tenga una respuesta clara para ello, y es posible que ni siquiera el guión haya contemplado la posibilidad de esta lectura alternativa. Pero mirando con atención la peli, está ahí. Y es que por desgracia vivimos en un mundo en que ni siquiera de las viejas centenarias desfloradas a bordo de un Ford modelo T se puede uno fiar, si después de todo ella tuvo la condenada joya todo el tiempo y no le dijo a nadie, así es que, qué puede quedar para este pobrecito entretenimiento de tres horas de duración...
-- Un punto importante de esta peli son los actores. No por nada, esta peli hizo la carrera de Leonardo DiCaprio hasta un punto tal, que tuvieron que pasar años antes de quitarse la imagen de chulomijo y volver a ser tomado en cuenta como un actor serio (algunas desafortunadas elecciones de papeles y manierismos de mijorrico tampoco ayudaron, todo sea dicho). Hizo también la carrera de Kate Winslet, quién venía de rodar la estupenda "Criaturas celestiales", otro drama de época aunque algo más pasadillo para la punta miren ustedes por dónde. Billy Zane quien venía de la injustamente denostada "El Fantasma" lo hace estupendamente bien tratando de sacar adelante su rol de villano de cartón piedra y dándole algo de carne y personalidad (no mucho, pero es que tampoco el papel daba para más). La otoñal Gloria Stuart (86 años al momento de rodar, con make-up de vieja de 101, y cuyo otro gran crédito es haber sido la chica linda de "El hombre invisible"... de 1933) se manda un papelazo como la vieja Rose. Kathy Bates como la insumergible Molly Brown es siempre una presencia refrescante y bienvenida, Frances Fisher la borda como mamá-de-mierda, Bernard Hill (Theoden en "El Señor de los Anillos: Las Dos Torres") está magnífico como el capitán del barco, y el pobre David Warner que ha estado en alturas como "TRON" y mugres como "Naked Souls" con Pamela Anderson brilla como el perro de presa del villano. Entre todos ayudan a levantar a personajes bastante esquemáticos sobre el guión, insuflándoles vida y convirtiéndose en el complemento perfecto del personaje más vivo de toda esta peli, que es el mismísimo Titanic, por supuesto (ya hablamos sobre eso, no me hagan repetirme aquí).
IDEAL PARA: Ver una peli romántica de desastres con más concomitancias e implicaciones de lo que a primera vista pudiera parecer.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
-- Escena en que Leonardo DiCaprio hace "volar" a Kate Winslet [en inglés, sin subtítulos].
-- James Cameron dibujando a Kate Winslet [en inglés, sin subtítulos, y seriosly, la mano con el lápiz que se ve dibujando a Kate Winslet en bolas, es James Cameron himself, viejo zorro].
jueves, 26 de abril de 2012
"Infierno en la torre" (1974).
-- "The Towering Inferno" (título original en inglés), "El coloso en llamas" (título en España). Estados Unidos. Año 1974.
-- Dirección: John Guillermin, con secuencias de acción dirigidas por Irwin Allen.
-- Actuación: Steve McQueen, Paul Newman, William Holden, Faye Dunaway, Fred Astaire, Susan Blakely, Richard Chamberlain, Jennifer Jones, O.J. Simpson, Robert Vaughn, Robert Wagner, Susan Flannery, Sheila Allen, Norman Burton, Jack Collins.
-- Guión: Stirling Silliphant, basado en las novelas "The Tower" de Richard Martin Stern, y "The Glass Inferno" de Thomas N. Scortia y Frank M. Robinson.
-- Banda Sonora: John Williams.
-- "Infierno en la torre" en IMDb.
-- "Infierno en la torre" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El más chulialto rascatechos de San Francisco está por ser inagurado. La gente mira parriba y dice "chuaaaaaá... ¿y va a poer respirah la gente allá arría?". Pero su arquitecto está insatisfecho (Paul Newman y sus ojazos azules, por más señas). Cantidad (de pisos en este caso) no equivale a calidad de vida, y pues bien, mejor irse a un lugarcito chico en donde se puedan hacer cositas de madera como chalés e iglesias rurales, suponemos. Pero las cosas se le van a poner difíciles porque su mujercita, muy '70s y liberada ella (Faye Dunaway, en los años que estaba la mortadela de buena), acaba de obtener un peazo puesto en el laburo, y ahora debe elegir entre seguir al money o al love (Sandra Bullock y Reese Whiterspoon no se inventaron nada, ya lo ven). Mientras tanto los preparativos para la inaguración del rascacielos están a toda popa, y se hacen algunas comprobaciones de rutina. En medio de ellas, ¡UPS!, es una de desastres, así es que algo tiene que salir mal, o no hay desastre ni movie. De manera que salta una chispita en un circuito eléctrico. Llaman al arquitecto y sofocan el asuntillo, pero en medio de todo eso, una bodeguita perdida en medio de los ytantos pisos le toma el gustito a eso de la piromanía, y empieza a arder por su cuenta. El arquitecto, por su parte, sale lanzao a buscar al yerno del constructor, que se ha encargado de la construcción misma, y que para ahorrar (y ahorrarse, presumiblemente) costos, ha puesto materiales de clase B en un edificio clase A, y de ahí todo el desaguisao. El famoso yerno (Richard Chamberlain, con una cara de sodomita activo de encargo), además de poco fiable, más encima en la fiestorrita va a tratar de agarrarle la presa al arquitecto, miren qué carajo el hombre. Empieza la fiesta, y el incendito en la bodega, que ha tenido todo el tiempo del mundo para crecer y alimentarse, estalla por fin. De a poquito, Paul Newman empieza a darse cuenta de que el asunto crece y crece, y pide que se cancele todo. Pero como esta peli es un año antes del tiburón de Steven Spielberg, los jerifaltes no han aprendido eso de que siempre es mal negocio no cerrar la playa por la imagen porque al final la imagen se va al carajo igual. Que la fiesta sigue, vamos. Pero como la cosa está cada vez más que arde, esto en sentido literal, pues obligaos a llamar al jefe de bomberos, que es igual de chulazo que Paul Newman, porque es el chulazo de Steve McQueen. Sí, señores. En esta peli, el incendio es tan de órdago, que requiere no a un chulo sino dos, a Paul Newman y Steve McQueen, para darle un puñetazo a las flamas y enseñarles que con Tío Sam y las empresas inmobiliarias no se juega, joer.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Años antes de que la burbuja inmobiliaria se llevara consigo, o paralizara temporalmente al menos, las obras en las estratoconstrucciones de Dubai, la gente estaba aterrorizada de rascatechos como el por entonces novísimo World Trade Center. Saltaron entonces dos novelas sobre el tema ("The Tower" y "The Inferno Glass", que cito en inglesito porque ignoro si hay traducción al castellano), cuyos derechos, obviamente, acabaron en los departamentos de estudios de cine, en este caso de la WB y de la FOX (cuál en cuál, no me interesa, investiguen ustedes, joer). El caso es que al darse cuenta de que los dos estudios estaban desarrollando proyectos paralelos, dijeron que eso de la competencia es buena en teoría económica, pero si los teóricos económicos tuvieran razón estarían haciéndose millonarios en vez de estar haciendo clases, así es que encargaron a un solo guionista que hiciera un Frankensteincito cosiendo y pegando de las dos, para así abocar sus esfuerzos a un solo peliculón, y repartirse las ganancias tan contentos. Y como una peli de megaincendios requería a un incombustible de toda la vida para rodarla, quedó a cargo de todo el gran Irwin Allen, AKA el Rey del Cartónpiedra por series de TV como "Tierra de gigantes", "El túnel del tiempo" o "Perdidos en el espacio", y que ya había dado el batatazo produciendo "La aventura del Poseidón". Como eran dos novelas, resultó que en la peli final habían dos protas, y como ambos eran los muy chulos Paul Newman y Steve McQueen y ninguno quería ser second best, hubo que ponerlos en paralelo y en diagonal en la secuencia de créditos, hacerlos top-billing a los dos, y de paso darles la misma cantidad de diálogos a cada uno. El resultado final fue un mastodonte de dos horas cuarenta de duración, minuto más o minuto menos, de pura acción catastrofista de la de viejo cuño, de la de toda la vida, con muchos actores en roles pequeños que puedan ser adecuadamente conchabados cada X minutos para que veamos a gente morir y sepamos que eso de la amenaza es bien real, demonios.
¿POR QUÉ VERLA?
-- No es una gran peli en general, pero sí es una gran peli de catástrofes, un must-have o un must-see inevitable para entender el género como tal. Al igual que "Aeropuerto" y "La aventura del Poseidón", con las que esta peli forma la trilogía sagrada del "cataclismo con muertos esparcidos por el metraje", "Infierno en la torre" sigue el esquema más clásico del género: héroe de acción over-the-top (dos en este caso, a falta de uno), la chica del jovencito, rutilante elenco con buitres encima, el gran cataclismo con impactantes escenas de desastre, el bellaco que lo ha provocado todo y que egoístamente trata de salvar su propio ass en vez de contribuir a la causa común (y que, inevitable en toda peli de catástrofes que no sea el "Titanic" de James Cameron, acabará teniendo la muerte más gore de todas), etcétera. Y no se crea que por ser formulaica, esta peli es acartonada o carente de interés. Al contrario de otras pelis de desastres, en ésta los personajes están bien perfilados y definidos con apenas unos pocos trazos y diálogos, aunque servidos de manera irregular. Paul Newman y Steve McQueen son dos héroes de lujo, y tenerlos a ambos corriendo por carriles separados y uniendo fuerzas de momento en vez, le confiere aún más músculo heroico a la peli. William Holden, por su parte, está brillante como ese empresario que no tiene problemas de erección... de un largo y esbelto... rascacielos, para gloria de su propia billetera, claro está, no haciéndolo especialmente villanesco sino simplemente inconsciente de la verdadera situación, perdido en su danza de billetes. Richard Chamberlain, ya lo comentábamos, es un villano maravilloso, malo como cagar clavos, y da pena que no aparezca mucho más. Fred Astaire está como secundario de lujo, y es uno de los personajes más emotivos de la historia. A cambio, las chicas poco más que de relleno sexy, como mandaba el canon conservador de la época (ya saben: las mujeres están para cuidar la casa, criar bebés, y chillar y ser salvadas en cualquier catástrofe), incluyendo la radiante Faye Dunaway en un rol indigno de su solvencia, mientras que Susan Blakely está radiante y hermosísima (y, cosas del machismo del guión, está todavía más radiante cuando el puñetero Richard Chamberlain la putea vez sí y vez también a lo largo de la peli). Y aparece O.J. Simpson, años antes de su inolvidable rol como Nordberg en "Y dónde está el policía" y secuelas (y años antes también de... ya saben qué), en un rol que ni le perjudica ni le beneficia. Lo mismo cabe decir de Robert Vaughn y Robert Wagner, que están ahí más que nada para llenar la cuota de superestrellas que toda peli de catástrofes de alcurnia debe tener.
-- Vamos a la parte buena, o sea, al espectáculo puro y duro. "Infierno en la torre" lo proporciona. Mientras que la primera parte es morosita tirando a tediosa, ya puestos en la catástrofe misma el asunto se abuena lo suyo. El trabajo de efectos especiales es notable para la época, e incluso 35 años después siguen viéndose la mar de bien, considerando que la peli costó 14 millores de los verdes de su tiempo (una fortuna en su época, un moco de pavo en la nuestra). Ayuda, claro, que la peli se ambiente de noche, y así las llamas se ven más vistosas... y no se le ven tanto las junturas o el pegamento a las maquetas, claro está. La solución final que le encuentran al asunto, también es bastante buena, y espectáculo por todo lo alto.
-- Secuencias notables. La parejita de, ehm, "pecadores", que por hacer sus tropelías se condenan a acabar asados en el infierno de fuego (metafórica y literalmente). Todas las de Fred Astaire. Todas las que aparece el gato (sí, hay un gato, pero ése no era pariente mío, snif...). El fallido rescate en helicóptero. Richard Chamberlain recibiendo (¡al fin!) su merecido, joer con el desgraciao p**omadr* (el personaje, no el actor, of course). Y Steve McQueen, chulo como... bueno, como Steve McQueen, siendo convencido para hacer el trabajo final ("sí, encontraron a un tonto para que lo hiciera", con toda la resignación del mundo).
IDEAL PARA: Ver una peli de catástrofes de las buenas, de las canónicas, de las clásicas.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos... pero les proporciono la mitad de ellos: ¡¡¡BOOOMMM!!!].
-- De los primeros en palmarla, y bien palmada miren ustedes [en inglés, sin subtítulos, pero con música de John Williams, leñe].
domingo, 22 de abril de 2012
"Búsqueda frenética" (1988).
-- "Frantic" (título original en inglés), "Frenético" (título en España), "Frenètic" (título en catalán). Estados Unidos / Francia. Año 1988.
-- Dirección: Roman Polanski.
-- Actuación: Harrison Ford, Betty Buckley, Emmanuelle Seigner, Djiby Soumare, Dominique Virton, Gérard Klein, Stéphane D'Audeville, Laurent Spielvogel, Alain Doutey, Jacques Ciron, Roch Leibovici, Louise Vincent, Patrice Melennec, Ella Jaroszewicz, Joëlle Lagneau.
-- Guión: Roman Polanski y Gérard Brach, con aportes sin acreditar de Robert Towne y Jeff Gross.
-- Banda Sonora: Ennio Morricone.
-- "Búsqueda frenética" en IMDb.
-- "Búsqueda frenética" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
París. La ville lumière. Que de luz nada, porque está nublada como... como... no se me ocurre ningún chiste bueno. Es que es tan deprimente, ver ese cielo gris sobre esas mansardes... En fin, vemos en un colectivo a Harrison Ford con su esposa, con rumbo al hotel en donde se alojarán porque hay una convención médica, etcétera (sí, el antiguo mercenario espacial y arqueólogo ahora resulta que es médico cirujano, chúpense ésa). Una vez en el hotel, después de encargar un desayuno y todo, Harrison Ford se mete a la ducha. Cuando sale de la ducha, se queda esperando a su señora. Se queda dormido. Despierta. Su señora no aparece. Sale a recorrer el hotel, pregunta por la señora... y nada. Se entrevista con funcionarios del hotel... da vueltas... pregunta en un bar... y de pronto cuando le dicen que la han subido a la fuerza a un vehículo, él descubre en el sitio un brazalete de ella. Ahora sí con un cagarro de muerte, va a la policía, que le sale con las idioteces de siempre: ¿no ha pensado que a lo mejor se fue con otro? ¿Y si se le cayó el brazalete por casualidad? ¿Y si en realidad fingió su propio secuestro porque le gustan los juegos sadomasoquistas con su amante? Ahora, nuestro heroico médico deberá buscar a su esposa por sí mismo. ¿En solitario? ¡No! Porque, qué sería un thriller de secuestros si el detective (improvisado en este caso, pero médico cirujano metido a detective al final del día) no contara con una bella y sexy e ímproba asistente con la cual se reúne de casualidad, y como renuente pareja seguirán hasta el final en la búsqueda...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A finales de los '80s, Roman Polanski parecía acabado como cineasta. Después de haber rodado un puñado de pelis en Estados Unidos entre las que se cuenta la clásica "Chinatown", debió salir cagando del Tío Sam debido a la acusación de que se había trajinado a una menor de edad. Ya en Europa, la situación para rodar se puso tan mala, que después de "Tess" (1979) pasaron nada menos que siete años, repito, SIETE, antes de volver a estrenar algo. Y cuando lo hizo, no fue una peli celebrada por la taquilla sino un sentido homenaje a las pelis antiguas de piratas que olía tan rancio como las pelis antiguas de piratas precisamente ("Piratas", uno de los mayores aburrimientos que el General Gato su seguro servidor quien esto escribe ha tenido el gusto de mandarse entre pecho y espalda). ¿Cómo volver a disfrutar de la fortuna, obtener financiamiento...? ¡Pues volvemos al thriller! Pero ahora, que no sea un thriller tan cerebral como "El inquilino", sino uno más abierto, más cordial, en definitiva un poco más hollywoodiano... con un actor de Hollywood a ser posible, claro. Y que pudiera rodarse en Europa, porque de hacerlo en los Yueséi, ya podía ir untándose el culo de vaselina a cuenta del castigo que los compañeros de celda le iban a aplicar por pedófilo. "Búsqueda frenética" es sin duda una de las pelis más directas, accesibles y comerciales rodadas por Polanski. Aunque lo de "comercial" quedó medio entre aguas: la crítica la alabó, pero el público en general le dio vuelta la espalda. Es lo que tiene cuando tratas de rodar una peli hollywoodiana y al mismo tiempo ser fiel a tí mismo y tus preocupaciones y obsesiones personales como cineasta: que más vale que coincidan como el simplón-pero-mayestático James Cameron, o de lo contrario ya puedes ir diciendo au revoir...
¿POR QUÉ VERLA?
-- A pesar de ser considerada como la peli en que Polanski se vendió a Hollywood (hasta "El escritor oculto" al menos), sigue siendo un thriller polanskiano puro y duro. Supongamos que hoy en día Hollywood decidiera rodar un remake. ¿Qué harían? Lo primero sería la escena del taxi, en que no mostrarían una larga conversación para crear ambiente, sino que de una meterían un furgón al lado que dispararía ráfagas de ametralladora contra el taxi, lo harían volcar, el médico y la chica sobrevivirían de milagro, sólo para que ella fuera secuestrada, y cuando él vaya a la policía, le dirían que fue un simple accidente y que se está imaginando cosas... todo action style. Polanski opta por el camino contrario, por una narración tremendamente down-to-earth, en donde los hechos se van concatenando unos con otros hasta que la tragedia se manifiesta de pronto con toda brutalidad, no por un giro inesperado en la trama, sino por la acumulación sucesiva de tensión en torno a una situación en que estás tan colgado como el prota. Al mismo tiempo, la acción de la peli en ningún minuto es superlativa, sino que está constreñida a elementos que podrían darse en la vida real, y el suspenso viene determinado porque sabemos (a pesar de que alguna vez fue Han Solo e Indiana Jones) que Harrison Ford en ningún minuto va a sacar la recortada para perforarle un segundo ombligo a los malosos, y esta indecisión de hombre común sin madera de héroe es lo que lo expone al peligro. Es una buena receta para hacer una peli interesante, que genere tensión a partir del dibujo de personajes y desarrollo de la trama y no a través del golpe de efecto puro y bruto, pero también es la fórmula ideal para que las audiencias masivas y ávidas de emociones fuertes abandonen la sala para no volver. "Búsqueda frenética" es, dicho de manera más franca, un thriller hecho para los que les gusta el cine, no para los comepalomitas que no son capaces de ir más allá de lo convencional en materia fílmica, y ésta es su mayor fortaleza... y de cara a la taquilla, también su mayor debilidad.
-- Un elemento polanskiano menos marcado en esta peli que en otras suyas, pero igual presente, es la represión. El médico prota es un hombre acostumbrado a que toda la vida funcione como un reloj: el simple hecho de que llegue a París un poco en jet-lag es metafórico de la condición de su vida, en que no hay emociones fuertes, y todo está dormido y adocenado. En una escena, cuando todavía está tratando de figurarse qué ocurre, no se le ocurre nada mejor que irse a meter de terno y corbata a una discoteca alternativa, y por supuesto que con eso y sus modales finolis, llama la atención de todo el mundo, y no para bien. La peli no muestra directamente (al revés de otras cintas polanskianas más desatadas), pero sí insinúa que, muy en el fondo, el médico se sentiría un poco más a gusto en ese medio ambiente medio pirado, al que a través de la peli demuestra adaptarse con un camaleonismo sorprendente (un poco en plan "no sabes lo que hará un hombre hasta que esté en esa situación", vale, pero...), que en ese otro medio más encorsetado en que debe desenvolverse por razones profesionales. La búsqueda de su esposa se transforma así no sólo en un descenso a los infiernos del submundo de París, sino también en un descenso al infierno de su propio mundo subconsciente. Hay incluso algo de evanescente en esa Emmanuelle Seigner (primera colaboración con Polanski, vendrían "Perversa luna de hiel" y "La novena puerta", además de ser convenientemente encamada por el realizador después) que es todo lo contrario de su esposa, una mujer abierta y liberal, autodestructiva pero llena de vida, y que más que ser un personaje, pareciera a ratos ser una proyección mental del propio estado anímico del médico, que en medio de su búsqueda tiene pretexto para darle rienda suelta a todas sus fantasías de escape (aunque, como buen hombre común, no tiene las agallas para llevar esto hasta las últimas consecuencias). Al final se muestra agresivamente que todo sobre lo que gira la trama en realidad es otro mcguffin en la más pura tradición hitchcockiana (no diré qué es, pero es un mcguffin, así es que... qué importa, ¿verdad?): el bueno de Polanski nos la ha vuelto a jugar, mostrándonos que bajo la máscara del thriller de factura hollywoodense, en realidad hay otro descenso a sus preocupaciones y temáticas personales. No tan obvio o evidente como en otras pelis, pero igualmente presente.
-- La realización es perfecta. Polanski le saca un partido supremo a la ambientación de la peli en París, y aparte de alguna que otra inevitable toma con la Torre Eiffel de fondo, no vemos el París de postal al que Hollywood nos tiene acostumbrados (se me ocurre "Divorcio a la francesa" por ejemplo), sino esa ciudad que en el fondo es un poco como todas las ciudades, sólo que con algunos rasgos arquitectónicos peculiares... y que por debajo de sus rasgos alejandrodumescos puede ser tan sucia y cochambrosa como otra cualquiera. Harrison Ford una vez más la borda en su papel de perseguido, cumpliendo sobradamente con no pasarse de roscas y eliminar la socarronería que es la marca de fábrica de varios de sus personajes (Han Solo, Indiana Jones...). Emmanuelle Seigner está muy bien, incluso perturbadora por momentos. El resto de los actores en realidad están de comparsas y no merecen mayor mención por sí mismos, pero todos ellos se ajustan a lo que se espera de sus roles. Ennio Morricone compone un soundtrack un tanto alejado de lo que es habitual en él, pero de buena factura, y con ello también contribuye a levantar el film.
IDEAL PARA: Ver un thriller polanskiano a la vena.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
jueves, 19 de abril de 2012
"La mañana siguiente" (1986).
-- "The Morning After" (título original en inglés), "A la mañana siguiente" (título en España). Estados Unidos. Año 1986.
-- Dirección: Sidney Lumet.
-- Actuación: Jane Fonda, Jeff Bridges, Raul Julia, Diane Salinger, Richard Foronjy, Geoffrey Scott, James 'Gypsy' Haake, Kathleen Wilhoite, Don Hood, Fran Bennett, Michael Flanagan, Bruce Vilanch, Michael Prince, Frances Bergen, José Angel Santana.
-- Guión: James Cresson, con aportes sin acreditar de David Rayfiel.
-- Banda Sonora: Paul Chihara.
-- "La mañana siguiente" en IMDb.
-- "La mañana siguiente" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
¿Existe algo peor que despertarse en una cama, tu cama u otra cualquiera, con una resaca espantosa, y descubrir que tu ligue ocasional de anoche es un adefesio con el que sobrio no te habrías metido ni aunque fuera el último homínido vivo sobre la superficie terrestre? Sí, existe algo peor... Despertarse en una cama, tu cama u otra cualquiera, con una resaca espantosa, y descubrir que tu ligue ocasional de anoche está criando moscas. La clase de moscas que meten sus huevitos en los cadáveres, para que nos entendamos. A la actriz Alex Sternbergen le pasa. Antaño gloriosa presencia actoral en esto o aquello, y ahora bien apegadita a la botella, doña Alex ha tocado fondo (Jane Fonda en su etapa de actriz seria). ¿Qué hacer? Si va a la policía, la agarran a ella. Y claro, ya sabemos dentro de las pelis, siempre hay algún heroico abogado que tome el caso y, contra toda la evidencia que la apunta a ella, logra probar su inocencia de una manera tan maestra y más allá de toda duda posible, que no sólo convence al jurado y a la prensa sino también al espectador promedio, así de maestros son. Pero claro, Alex Sternbergen no tiene idea de que está dentro de una peli que nosotros estamos viendo, y esa historia ficticia para ella es la realidad, y ella razona prudentemente que en esa realidad los inocentes no siempre se salen con la suya. Además, la actriz otoñal estaba con un buen caso de curda, por lo que la pregunta se impone, claro... ¿y si no fue ella misma quien le dio el bajo al tipo? Para colmo, el tipo era un fulano medio cuestionado porque, bueno... se supone que tenía grabaciones de ésas en que aparecen chicas bonitas mostrándolo todo (era 1986, no como ahora que se graban upskirts y lesbian scenes con cámaras celulares, y las minas se sienten orgullosas y too en vez de bajarles el santo pudor). De manera que vaga un poco aquí y un poco allá, buscando fugarse de Los Angeles. Por esas vueltas y revueltas del guión, se topa con un tipo que, bueno, es jovencito (Jeff Bridges hecho un crío). Y chispas van y vienen, un poco vaya uno a saber por qué, porque la otra es más vieja, no está tan buena, y es una chupabotellas de cuidado (bueno, a lo mejor por ahí, vaya uno a saber). El caso es que ambos congenian y todo, pero ¿cómo esconderle la verdad de que a la chica se le amanecen fiambres en la cama? ¿Y si el chico tuviera algo que ver con el follón? La mañana siguiente se alarga y se alarga y se convierte en algo parecido a lo que Jack Bauer decía con resignación en la primera temp de 24 de que "today is the longest day of my life". Con el agravante de que la chica no tiene ni la energía ni la pericia de Jack Bauer para lidiar con un simple muertito y una investigación policial de ná...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Jane Fonda las ha pasado por todas. Actoralmente hablando, claro. Minorra rica: "Barbarella". Activista: "El baile interminable". Chica heroica: "El síndrome de China". Actriz dramática: "Agnes de Dios". Y finalmente, vieja de mierda: "Una suegra de cuidado" y "Las reglas de Georgia" (¡sí, la venerable Jane Fonda acabó como patiño de Jennifer Lopez, y como tratando de demostrar que se podía caer más bajo, siguió siéndolo pero ahora de Lindsay Lohan!). Pero en los '80s se llevó algunos buenos tantos. Además de esos videos en que aparecía con mallas spandex apretadas y que generaron toda una moda y furor (abrió el camino para los videos de ejercicio de Cindy Crawford y de Josefa Isensee, miren ustedes), también hizo algunos roles notables. Ahí están "Agnes de Dios" y "Gringo viejo" para probarlo. En estos dimes y deretes unió fuerzas con Sidney Lumet, el gran hombre detrás de pelis ciclópeas como "12 hombres en pugna", "Serpico", "Asesinato en el Expreso Oriente", "Tarde de perros" o "Network: Noticias que matan". El resultado por desgracia no fue exactamente 1+1=2, sino más bien "uno más uno igual un medio". Porque la peli se llevó aclamación crítica (merecida) para el papelazo que se manda Jane Fonda, pero pasó discretamente de todo lo demás. A un cuarto de siglo de estrenada, la verdad es que es una peli un tantín olvidada. Y en algunos respectos, con razón.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Esta es de esas pelis que nacen condenadas a la mediocridad, y si se dejan ver sin excesivo fastidio, es por la estrella que las levanta. En este caso las estrellas son dos: Jane Fonda y el director Sydney Lumet. La Fonda está simplemente brillante en el rol y lo borda, como una actriz acabada que se ha refugiado en la bebida. Esta no es de esas pelis en que el personaje es alcohólico pero se le cura mágicamente la borrachera cuando tiene que defender su vida, la familia o la Patria (¿alguien dijo "Iron Man 2"?): la Fonda (su personaje, por supuesto) se la pasa arriba de la cuerda media peli entera, y le sale muy bien. Ayuda claro que para los momentos claves en que debe defenderse, o está sobria o está con una resaquita así de nada, claro, pero eso habla de la inteligencia del guionista para meter bajo la alfombra detallitos así. Por otra parte, en lo que en manos de otro director podría haber sido otro de esos thrillers efectistas e impersonales, en las manos de Sidney Lumet se transforma en otro de sus brillantes estudios de caracteres. El caso es que más allá de lo rocambolesco de la premisa, la trama no da mucho de sí, y de hecho se adivina desde lejos cómo es que el muertito se murició (el guión incluso tiene que esconder un detalle esencial hasta el final, para que sea más difícil de adivinar qué sucede). Por lo tanto, Sidney Lumet opta por el saludable recurso de echar por la borda la investigación, y centrarse en el retrato de sus personajes, y aquí se luce sacando agua de donde no la hay. Incluso se permite sacarle partido a un tema transversal en la cinematografía de Lumet, que es su repunto de crítica social, de cómo la sociedad es grande, vasta y hostil, y no está construida para perdedores como tú o yo (el final... bueno, la penúltima escena en realidad... en verdad hasta da lástima inclusive). Toda una muestra de maestría, porque claro, si tienes un guión armado y bien armadito, pues puedes ser un gran cineasta y te llevas los laureles y todo, y además la tienes fácil, mientras que sacar algo bueno de un guión mediocre, eso sí exige genio. Al final no tienes una peli que te vas a perder la mitad de tu vida si es que no la ves, pero se defiende esforzadamente y deja un buen sabor de boca. Matarte por buscarla quizás sea mucho, pero si de repente la encuentras... y te gustan las buenas actuaciones... y la dirección pulcra y eficiente... entonces quizás...
IDEAL PARA: Ver a Jane Fonda en uno de sus mejores roles.
domingo, 15 de abril de 2012
"Secretos de Estado" (2011).
-- "The Ides of March" (título original en inglés), "Poder y traición" (título en México), "Los idus de Marzo" (título en España). Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: George Clooney.
-- Actuación: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Evan Rachel Wood, Marisa Tomei, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle, Gregory Itzin, Michael Mantell, Yuri Sardarov, Bella Ivory, Maya Sayre, Danny Mooney.
-- Guión: George Clooney, Grant Heslov y Beau Willimon, basados en la obra teatral de este último.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.
-- "Secretos de Estado" en IMDb.
-- "Secretos de Estado" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Ohio. Como de costumbre, dicho estado definirá los destinos del Mundo Libre. Que de libre tiene bien poco, pero bueno, aceptémoslo como un sobrenombre graciosillo. El caso es que allí están peleando los dos precandidatos demócratas, porque estamos en la fase de primarias. Cada uno de los candidatos tiene, por supuesto, su propio equipo asesor. Porque ahora no te eliges candidato a puro ñeque como en los buenos tiempos, sino que debes venderte como un producto de belleza. Si las elecciones hasta parecieran una votación entre Wella y Head & Shoulders. El asesor del asesor de uno de los candidatos recibe entonces una propuesta indecorosa por parte del asesor de la otra campaña: reunirse para esto-o-aquello. Reunirse los equipos de los dos precandidatos rivales es contra las reglas, por supuesto, vaya uno a saber qué cuchilladas se van a cocinar, pero nuestro jovencito, que es un tanto tontorrón de idealista, pica la carnada y va. Lo que le espera es una oferta de trabajo, etcétera. Nuestro jovencito dice que no, claro, indignado y ofendido porque le tomen por un mercenario, porque verán, él trabaja... ¡por idealismo! ¡¡¡POR CONVICCIÓN, LEÑE!!! AMERIKA ÜBER ALLES!!! La cosa podría no tener consecuencias, mientras se empiezan a desarrollar otros eventos. Porque resulta que nuestro jovencito idealista se enreda con una becaria. Que es la hija de ALGUIEN IMPORTANTE, claro. Y a través de la becaria, se entera de que su precandidato... ¡tiene un secretito turbio! Y entonces hace el descubrimiento OH-CRAP de su vida... ¡¡¡LA POLÍTICA ES CORRUPTA!!! ¡¡¡OH, DIOS!!! Y ahora... ¿¿¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS...??? (en particular cuando esa inofensiva reunioncita le estalle al prota en la cara, o qué esperaban).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
"Si no puedes confiar en los políticos, entonces, ¿en quién?", planteaba Albert Einstein en la por desgracia olvidada peli "El joven Einstein". El concepto fundamental de la democracia es que todas las personas tenemos los mismos derechos a acceder y/o fiscalizar al Gobierno, así como la obligación de ejercer dicho derecho de manera responsable. Suena bonito en teoría, pero tenemos a dos grandes grupos de gentes: 1.- Las grandes masas a quienes eso de obligación y responsabilidad como que les pesan mucho, y dejan que otros se encarguen de todo, y 2.- Las minorías medio sociópatas que se aprovechan de esto para crear sus propias camarillas, secuestrar la democracia y llevársela para la casa. Quizás alguna vez la política republicana consistió en el debate de ideas, pero hoy en día se parece más bien al chiste de Futurama de la campaña política entre John Jackson y Jack Johnson, que se decían: "¡Yo pienso que tu impuesto del 3,5% al titanio va demasiado lejos!", "¡Y yo en cambio pienso que tu impuesto del 3,5% al titanio no va lo suficientemente lejos!" (cita no textual, me da flojera repasar la web para cotejar). Gane el que gane, nada cambia. ¿Por qué? Porque las maquinarias ya están ahí. Y las maquinarias no son controladas por el pueblo y para el pueblo, sino por gentes claves en puestos claves que, claro, obran en su propio beneficio, no el de la sociedad en su conjunto. Quizás la cosa termine por saltar en una pirotécnica Revolución Francesa 2.0, pero por el minuto, así es como son las cosas. "Secretos de Estado" es justamente sobre eso: sobre cómo las elecciones se ganan con trampas, chantajes y juego sucio, y sobre cómo ya no quedan ideales. En la política, al menos. Si ud. quiere ideales, mejor lea Cine 9009. Que a mí, nadie me paga para esto. Ninguna máquina política. En serio, se los juro. Por eso digo lo que digo. Aprovechen Cine 9009, antes de que la maquinaria me compre también a mí...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Créase o no, el viejo cine de denuncia política no está muerto. En coma terminal, pero no muerto. "Secretos de Estado" es un ejemplo. La peli es un retrato frío, desangelado, pero muy despiadado, de la política. No la emprende con los republicanos, que son los que andan con el rótulo de villano pintado en la frente, ni con un partido ficticio que todos-sabemos-quiénes-son, sino que nada más y nada menos que con los demócratas, a quienes el cine de crítica política trata con el pétalo de una rosa o similar. En ese sentido, la peli puede verse como un ajuste de cuentas (intencionado o no) con la administración Obama: él nos prometió que las cosas iban a ser diferentes, que la guerra se iba a acabar, que la crisis iba a pasar, que los tiburones responsables iban a acabar tomando el sol con el piyama a rayas tras las rejas, y ya ven... La peli no juzga ni condena: se limita a retratar cómo funciona la maquinaria. Tenemos un precandidato que trata de inspirar fuerza y cambio, pero ese precandidato tiene cadáveres en el armario. Tenemos el equipo asesor al cual las ideas le tienen al buen socaire, y todo se reduce a ganarse electores más o electores menos. Tenemos a los periodistas cuyo trabajo es escarbar para vender, no luchar por la democracia. Tenemos zancadillas que van y vienen. Tenemos el inevitable condimento sexual (sin escenas, por supuesto, que esta peli es SERIA). Frente a esto, la historia es casi un pretexto. Puede culpársele al guión de estar demasiado bien armado, miren que el prota se viene a enterar del secretito de su candidato de una manera tan bizarra. Pero eso es lo de menos: a lo largo del camino se nos ha ido diseccionando de manera fría e implacable cómo ya no existen ideales. Por suerte la peli no peca de moralizante, y la transición del prota desde su idealismo primitivo hasta su cinismo final fluye con naturalidad, sin esos odiosos momentos reflexivos que les meten para subrayarle la moraleja al público. Quizás la peli destiñe un poco porque todo lo que nos cuentan, si tenemos dos dedos de frente ya lo sabemos, además de que en su sordidez carece de grandeza o de épica. Pero a cambio tenemos a un buen elenco dando lo mejor de sí, a un director como George Clooney que la vuelve a hacer después de la excelente "Buenas noches y buena suerte", y a un guión que no toma al público por tonto (aunque para eso haya que saber algo acerca de cómo opera la maquinaria presidencial estadounidense, que esta peli no se lo da mascadito a la audiencia, lo que puede influir en que no va a ser una revientataquillas ni por asomo). No es una peli original, ni es lo nunca visto, pero es la clase de pelis que de tarde en tarde es bueno que se hagan: las pelis que constituyen un alto en el camino, un pare y reflexione, un mirar hacia cómo estamos. Parte importante de por qué el mundo anda a los descalabros, es por situaciones y por las complejas relaciones de poder que suceden en escenarios parecidos al descrito con maestría por esta peli.
IDEAL PARA: Recordar la razón por la cual, gane quien gane, nosotros siempre perdemos.
OTRAS PÁGINAS SOBRE "SECRETOS DE ESTADO":
-- "The Ides of March - 2011 USA" en Críticas de Cine.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
jueves, 12 de abril de 2012
"John Carter" (2012).
-- "John Carter". Estados Unidos. Año 2012.
-- Dirección: Andrew Stanton.
-- Actuación: Taylor Kitsch, Lynn Collins, Samantha Morton, Willem Dafoe, Thomas Haden Church, Mark Strong, Ciarán Hinds, Dominic West, James Purefoy, Bryan Cranston, Polly Walker, Daryl Sabara, Arkie Reece, Davood Ghadami, Pippa Nixon.
-- Guión: Andrew Stanton, Mark Andrews, Michael Chabon, basados en la novela "Una princesa de Marte" de Edgar Rice Burroughs.
-- Banda Sonora: Michael Giacchino.
-- "John Carter" en IMDb.
-- "John Carter" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hubo una época en que el planeta rojo fue fértil y grandioso y etcétera (se nos informa verbalmente, nada de imágenes, quizás se había agotado el cartucho de tinta verde del CGI). Además se llamaba Barsoom. Pero una ciudad malvada se lo consumió todo y dejó al planeta Barsoom hecho un asquito. Sí, leñe, una sola ciudad, miren qué tragona. En paralelo tenemos a la ciudad de Helium, que es la ciudad de los buenos, la última esperanza del planeta, blah-blah-blah. El caso es que los buenos tienen una oportunidad de oro para cargarse al líder de los malos, pero la pifian por la aparición intempestiva de unos sujetos muy chupis ellos, con una tecnología que-te-oh-shit, que es una fuente de energía que es como una enredadera azul o algo asín, yo qué sé. El caso es que estos tipos le dicen al malo maloso que con esa tecnología, emblematizada en un guante de esto-o-aquello, podrá por fin subyugar a la ciudad de Helium. Salto a... la Tierra, en donde vemos a un joven Edgar Rice Burroughs yendo a hablar con el tipo que está a cargo del testamento de su tío, que es un tal John Carter. Sí, diez minutos de peli y el tal John Carter del título nos dicen que está muerto, así es que aquí algo huele, y no a muerto precisamente. El caso es que le dejan una serie de cláusulas testamentarias un tanto extrañas, que ni tumba de Faraón egipcio óigale, además de un ladrillazo acerca de cómo llegamos hasta aquí, por lo que la cosa entera va a ser en flashback, parece. Resulta que terminada la Guerra Civil de Estados Unidos que, como Hollywood enseña, es el evento más importante de todo el siglo XIX, tenemos al tal John Carter que, bueno, es un poco rebelde, no lucha por ninguna causa, es un nihilista, quizás leyó a Nietzsche, yo qué sé. Los yankis lo quieren enganchar para pelear con los apaches, pero John Carter, na-ni-ná, él sólo quiere buscar una cueva repleta de oro que según sabe, debería andar por ahí. Después de como veinte aburridos minutos de peli, John Carter termina encerrado en una cueva y matando a una criatura que parece como salida de una de esas pelis baratas de SciFi Channel. Y termina en... Barsoom, sorpresa. Ahora, forzando un poco las cosas por parte de los guionistas, John Carter se abrirá paso a través de una fiera tribu de cuatro-brazos para entrometerse en la guerra civil entre Helium y la ciudad mala, y de paso echarse encima a la princesa de Barsoom, que está de muy buen ver. Porque nada hay que estimule más a un guerrero nihilista que no lucha por nada ni por nadie, que la promesa de encamarse con una de la alta, que además está buena. Así de primarios son ustedes, humanitos. No digan que no se los advertí.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Se me escapa la razón por la que no ha existido una adaptación de John Carter para el cine antes. El personaje es icónico dentro de la historia de la Ciencia Ficción en grado sumo. A través suyo el escritor Edgar Rice Burroughs, sí, el mismísimo creador de Tarzán, prácticamente lanzó el género del Romance Planetario, o al menos, lo codificó hasta el punto de hacerlo reconocible para las audiencias de hoy en día. Flash Gordon, sin ir demasiado lejos, es una especie de refinamiento en versión cómic de lo que hizo Edgar Rice Burroughs con John Carter de Marte en prosa pulp. Alguien dijo alguna vez que el Romance Planetario es como la continuación de las aventuras exóticas de jungla o desierto en la Ciencia Ficción, así como la Space Opera es la continuación de las aventuras de acción marítima en la Ciencia Ficción. John Carter fue el que creó los trucos del género, y se merecía una adaptación mucho antes de que los clones fueran a por él. Porque de que el personaje es veterano, lo es: en este 2012 en que se estrena la peli, se cumple también su primer centenario. Y se quiera o no, las obras que vinieron después y que el público conoce mejor, como que le han hecho daño al veterano. Esta progenie revoltosa, sin respeto por sus abuelos...
¿POR QUÉ VERLA?
-- ¿Recuerdan lo que hemos hablado del problema de actualizar series de televisión como "Los ángeles de Charlie" para las audiencias modernas? Recapitulemos. El adaptador se enfrenta al dilema de crear algo respetuoso con el material original, y que por lo tanto estalle en la audiencia que no lo va a captar o lo va a encontrar lo ya demasiado visto o se lo va a tomar a cachondeo, o bien le hace un upgrade al material original, y con ello traiciona todo lo que era la esencia y hacía especial al personaje en primer término. Con "John Carter" tenemos ese problema en grado sumo. El personaje INVENTÓ o al menos codificó todos los trucos del género, pero desde entonces, esos trucos se han visto hasta la saciedad. Si en la adaptación hubieran hecho un upgrade, hubieran traicionado al personaje, pero si lo hubieran mantenido fiel al original, la platea hubiera bostezado de aburrimiento. La respuesta fue tratar de crear una historia con ciertos toques elevados a lo que esperamos de una de SciFi en el XXI, pero siempre con una evocación cariñosa y nostálgica del material original, incluyendo el situar la acción a finales del XIX en vez de hacer a John Carter un chulo del XXI, como tuvieron la muy mala idea de hacer con el prota de "El Mundo del Río" por ejemplo. El resultado es una peli llevadera, pero quizás algo insubstancial. No ayuda tampoco un guión con agujeros por todas partes, el más espectacular de los cuales es que la actuación de los villanos más villanos (las criaturas ésas que ayudan a la ciudad malvada) no sólo es misteriosa que se te cierra el ojete de misteriosa, sino que además carece de sentido (¿para qué darse tantas vueltas jodiendo a los buenos y cargándose al planeta, si con el poder que tienen podrían hacerlo de una manera mucho más directa?). En ese sentido, el guión queda claramente en deuda, aunque no lo sea tanto como adaptación de John Carter en sí. Esto porque...
-- ...como decíamos, el punto fuerte de la peli es el cariño que le tienen al material original. Los tipos no se cortan por cosas que sean un tanto ingenuotas hoy en día. ¿Una princesa que es científica y además experta en artes marciales? (No muy Rice Burroughs, pero bueh...), echémosle adelante. ¿Un héroe matasietes hiperchulo que lucha contra todo y contra todos y sale siempre bien? Vamos, es de recibo. ¿Los bárbaros salvajes que al final se unirán a los civilizados en una sola cruzada Santiago y a ellos? Claro, faltaba más. ¿Rescates inverosímiles y matrimonios a la fuerza? ¡Venga, venga, venga! Son clichés gastados, pero los tipos no se cortan en usarlos porque, bueno, estaban más o menos en el genoma del material original. Incluso hay una referencia a la "novena luz", lo que podría ser una referencia velada a los dos colores que se ven en Barsoom pero no en la Tierra, según la novela original. El escenario del Marte agonizante, muy típico de la proto-SciFi de la época, está también muy bien llevado. No se puede decir que la adaptación sea perfecta o que algunas cosas no chirríen (miren que tremendas naves espaciales que se gastan, y peleando a espada y rifles), pero bueno, lo podemos aceptar por rule of cool. Se nota que los tipos trataron de hacerlo lo mejor que pudieron, actualizando sin hacer perder la esencia. El resultado a ratos es francamente ñoño, pero el material original también lo es, al menos para la sensibilidad moderna. Además, ¿en qué punto nos volvimos tan cínicos que no podemos simplemente dejarnos maravillar por una aventura de las de toda la vida, en otro mundo fantástico y distinto al nuestro...? Yo no he dado ese paso al menos, ¿y ustedes...?
-- ¿La ejecución? Bastante límpida. Taylor Kitsch es un poco débil como héroe (venía de interpretar a Gambit en "Wolverine", en donde también estaba Lynn Collins, miren ustedes...), y el apellido tampoco ayuda mucho, aunque le viene al pelo, pero aún así el hombre salva los puntos con esfuerzo. Lynn Collins como la princesa da el tipo (estuvo en alturas como "El mercader de Venecia" de Michael Radford, Shakespeare es nada miren, y en abismos como "Wolverine"), por más improbable que sea su personaje. El elenco de secundarios por su parte quizás no está todo lo brillante que cabe, pero están ejecutados con profesionalismo por una camada de los buenos (Willem Dafoe, Samantha Morton, Thomas Hayden Church, Ciarán Hinds...). El único que despinta un poco hacia abajo es Mark Strong, de quien habida cuenta su nutrido currículum de villanos en el último tiempo ("Sherlock Holmes", "Robin Hood", "Linterna Verde") esperábamos un poquito más. Michael Giacchino por su parte se manda una banda sonora que acompaña muy bien. La fotografía, el escenario y la ambientación están también muy bien logrados. En este apartado es que una peli de un guión con fallos a veces bastante substanciales, remonta hasta convertirse en un entretenimiento aceptable.
-- Escenas memorables. Los yankis tratando de convencer a John Carter de que se enrole. John Carter aprendiendo a hacer uso de la menor gravedad marciana en su beneficio. El horrendo caniche ése, querible a pesar de que es feo como un marrano con constipado. Y Lynn Collins con su vestidito de novia estilo fetiche pulp, por supuesto.
IDEAL PARA: Evocar con nostalgia los tiempos en que la ficción espacial era más simple y con menos pretensiones.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
domingo, 8 de abril de 2012
"Inside Job" (2010).
-- "Inside Job" (título original en Estados Unidos), "Dinero sucio" (título en México), "Trabajo confidencial" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Charles Fergunson.
-- Actuación: Matt Damon (narración en off), William Ackman, Daniel Alpert, Jonathan Alpert, Sigridur Benediktsdottir, Ben Bernanke, Willem Buiter, George W. Bush (imágenes de archivo), John Campbell, Satyajit Das, Jerome Fons, Barney Frank, Timothy Geithner (imágenes de archivo), Alan Greenspan (imágenes de archivo), Christine Lagarde.
-- Guión: Charles Ferguson, coescrito por Chad Beck y Adam Bolt.
-- Banda Sonora: Alex Heffes.
-- "Inside Job" en IMDb.
-- "Inside Job" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Islandia. El país más bello del mundo. Uno tan bello, que sus habitantes pueden darse el lujo de tener nombres que suenan como aclararse la garganta con papel lija, y aún así el país sigue siendo bello. En 2000, el país era un paraíso bello-lindo-bonito. Entonces, por alguna razón, aparecieron esos banqueros desgraciados que todo lo compran y todo lo corrompen, y dejaron hecha la isla un asquito. Salto a... Estados Unidos. PARTE I: CÓMO LLEGAMOS A LLENARNOS DE FLUIDOS INTESTINALES. Después de la Gran Depresión, América vivió algunos años buenos gracias a la... ¡¡¡REGULACIÓN!!! Pero de pronto, con Ronald Reagan en adelante, el actor que fue Presidente y desarrolló Alzheimer, no necesariamente en ese orden, la consigna fue... ¡¡¡DESREGULACIÓN!!! Así es que desregulamos a lo loco, porque verán, las regulaciones entraban el crecimiento, impiden a los pobrecitos capitalistas emprenden y generar riquezas, que después, vía chamanismo vudú, terminan por propagarse al resto de la sociedad, porque si unos poquitos son más ricos, entonces por estadísticas y promedios todos lo son. PARTE II: LA BURBUJA. Y luego, aprovechando la desregulación, aparecieron algunos instrumentos crediticios con los cuales los banqueros podían conseguir que la gente jugara a la lotería con tales o cuales valores. Y la gente, miren ustedes, pobres idiotas queriendo hacerse ricos especulando en vez del trabajo honrado, lista para jugar sin saber que en la lotería la casa siempre gana. Llegándose al extremo de crearse seguros que subían de precio cuando ciertos activos se iban a la mierda... como una especie de superseguro, pero en desregulado. PARTE III: LA CRISIS. De pronto las hipotecas subprime dejaron de pagarse, y con ello empezaron a hacerse efectivos los superseguros. Lo que puso en aprietos a la banca y a las compañías de seguro, que de pronto se pusieron verde pálidos porque ahora tenían que... ¡responder! ¡hacerse responsables! ¡a lo mero macho! PARTE IV: RESPONSABILIDAD. Bueno, no fue culpa de nadie, el sistema es así, los pobrecitos banqueros simplemente iban pasando por ahí y les cayeron de alguna parte los fajos de billetes bien amarrados, las calificadoras de riesgos no calificaban sino que sólo sugerían... que la culpa es de alguien más, vaya. PARTE V: DÓNDE ESTAMOS AHORA. Bueno, hundidos en fluidos urinariogastrointestinales hasta el cuello y respirando pedorretas por encima de ese nivel, ahí es donde estamos ahora.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Las burbujas económicas llegaron para quedarse. Lejos de ser breves interrupciones del mercado o anomalías del capitalismo, son propiedades inherentes al mismo. Surge un bien económico cualquiera, y al pasito viene un mercado sobre eso. Y como la seguridad, el riesgo, o la disponibilidad monetaria también son bienes, viene otro mercado más sobre ese mercado, que es el mercado financiero. Y después, a la gente le da por jugar a la lotería en el mercado financiero, aprecian artificialmente el valor de las acciones, los bonos, los deventures, los swap y el croar de la rana, y cuando la gente por un motivo u otro deja de jugar, ¡pataplás! Para evitar eso, es que se inventó algo llamado... ¡¡¡REGULACIONES!!! Pero verán, resulta que un puñado de terroristas académicos capitaneados por la Escuela de Chicago y otros insignes financiados por las grandes corporaciones, dijeron que las regulaciones son malas porque, verán el Estado es... ¡¡¡MALO!!! ¡¡¡MEFISTO!!! ¡¡¡SATÁN!!! Dejad hacer, dejar marchar, que el mundo se las arregla solo. Y bueno, al final, el mundo se las arregló solo. El problema es que las nueve décimas partes de la Humanidad nos pillamos los dedos y aún las manos en ese proceso. Y ni un responsable del desaguisado fue a la cárcel. ¿Por qué iban a hacerlo, si lo suyo era más o menos legal, o al menos, estaba en esa área gris de legalidad que los abogados send the clones son tan hábiles en explotar? "Inside Job" es básicamente la descripción de todo el follón. Ganó el Premio Oscar al Mejor Documental del 2010. Y con razón. Porque el premio Economista del Año, ése no lo iban a ganar, si faltaba más después de la manera en que destripan las miserias del sistema.
¿POR QUÉ VERLA?
-- "Inside Job" es una eficiente, quirúrgica y mortífera radiografía a cómo un puñado de banqueros, armados con políticos en un bolsillo y economistas a sueldo en el otro, se tomaron por asalto a la economía de Estados Unidos y del mundo, se reforcilaron forrándose con ella e invirtiendo en prostitución y coca (seriosly: hasta una madám aparece entrevistada en la peli), y dejaron la economía hecha el asquito que es en el 2012 en corriente al momento de escribir estas líneas. Es poco lo que se puede decir de este documental que no sea de alabanzas: de manera lenta, metódica e implacable, se va desarrollando el hilo acerca de cómo se formó la bola de la burbuja, y luego de cómo estalló, para después ahondar no sólo en cómo nadie se hizo responsable de nada, sino que además, las razones por las cuales nadie se hizo responsable, o de cómo pintar un retrato sobre la burbuja de intocabilidad que protege a aquellos que son demasiado grandes para caer. Si "Too Big to Fail" era una versión ficcionalizada de la crisis 2008, "Inside Job" es la versión abierta y descarnada de la misma. A diferencia de las pelis de Michael Moore, que pueden y de hecho son atacadas por sus concesiones al sentimentalismo y a la platea (no es que sean malas ni las critique, pero ese es un flanco débil demasiado obvio), aquí el tono es serio, gélido, casi islandés en definitiva. Las entrevistas son espectaculares, en particular a medida que la peli avanza y las preguntas se van haciendo más incisivas (en particular sobre las responsabilidades particulares de los entrevistados), y los sinvergüenzas son acorralados uno a uno. Los segmentos de las audiencias ante el Congreso, en donde los metidos en el ajo tratan de defender lo indefendible y justificar lo injustificable, podrían ganar con facilidad el concurso de debates en el Kindergarten de la esquina, debido a la puerilidad con la cual los pobrecitos banqueros, economistas y fulanos sentados en el banquillo esperan que los demás acepten su "derecho" a quedarse con las riquezas malhabidas. La peli alcanza momentos sublimes cuando los tipos de las aseguradoras de riesgo que le dieron AAA a las hipotecas subprime, a los swaps y otros activos tóxicos similares, dijeron que ellos sólo están ahí para sugerir y nada más... ¿para qué leches quiere uno entonces una aseguradora de riesgos que no asegura NADA, AH??? Otro momento épico de la peli es cuando hacen un breve retrato del perfil sicológico de los banqueros de Wall Street, como narcisistas ávidos de éxito y felices de bañarse en leche de prostitutas. Incluso ya la secuencia de créditos parece parodiar el respirar de exitismo de pelis trepas de feeling ochentero como "Cocktail" o "El secreto de mi éxito", al crear un minivideoclip con el tema "Big Time" de Peter Gabriel con los Manhattan skylines de fondo. De esta manera, la peli ni se excede ni se corta en ningún minuto, explicando de manera metódica y paso a paso las complejidades del sistema financiero, y de cómo estos sujetos se aprovecharon de las mismas para cooptar a la clase política y hacerle un big fist fucking al planeta entero. Hay pelis que son entretenidas, y ésas vale la pena verlas por la entretención. Hay pelis que son buenas, y ésas vale la pena verlas por los valores cinematográficos. Y hay un pequeñísimo destacamento de filmes que son indispensables para entender el mundo tal y como lo concebimos, y ésas son... bueno, eso, son indispensables, son de visionado obligatorio para cualquiera. "Inside Job" es una de éstas. Porque con ella aprenderás en dos horitas lo que enormes tostones económicos no serán capaces de explicarte: que el mundo no se fue al carajo el 2008 por una serie de complicadísimas maniobras económicas en donde todo salió mal por alguna razón, sino porque un puñado de gentes le vieron la cara, las nalgas y las rayas de las bolas a toda la Humanidad.
IDEAL PARA: Entender de qué va eso de la crisis económica del 2008, por qué pasó, cómo pasó, y qué tan jodidos estamos todo el resto.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
jueves, 5 de abril de 2012
"Too Big to Fail" (2011).
-- "Too Big to Fail" (título original en inglés), "Malas noticias" (título en España). Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Curtis Hanson.
-- Actuación: William Hurt, Edward Asner, Billy Crudup, Paul Giamatti, Topher Grace, Matthew Modine, Cynthia Nixon, Michael O'Keefe, Bill Pullman, Tony Shalhoub, James Woods, Ayad Akhtar, Kathy Baker, Amy Carlson, Evan Handler, John Heard, Dan Hedaya, Peter Hermann, Chance Kelly, Tom Mason, Ajay Mehta, Laila Robins, Victor Slezak, Joey Slotnick.
-- Guión: Peter Gould, basado en el libro de Andrew Ross Sorkin.
-- Banda Sonora: Marcelo Zarvos.
-- "Too Big to Fail" en IMDb.
-- "Too Big to Fail" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Richard Fuld, un importante pez gordo de Wall Street que es cabeza y glande de Lehman Brothers, está en aprietos. Su banco ha tenido una ronda de pérdidas desastrosas, y las acciones se han desplomado como la popularidad de Britney Spears después de raparse el pelo (es más o menos la época, 2007, 2008...). Pero ¡no importa! porque, ¡leñe!, porque sí, porque la tengo manguera y la uso para regar lo que quiera, y por lo tanto, ¡¡¡TENGO PODERES SOBRE LA REALIDAD!!! A GOD I AM!!! Por lo tanto, el mercado se recuperará, esto es un bache temporal, y si no, el Gobierno tendrá que rescatarnos por el riesgo sistémico, etcétera. ¿Y el Gobierno, mientras tanto? Como George W. Bush no aparece como personaje, quizás porque querían que esta peli fuera inteligente, será el Ministro de Hacienda señor Henry Paulson quién tendrá que bancarse todo el rollo. Al final habrá que organizar una ronda de esto-o-aquello con la gente que importa, o sea, los señores banqueros, para analizar el problema de Lehman Brothers. A los banqueros, maldita la gracia que les hace el cuento, pero qué joder, si hay que mancharse la pija en mierda para sodomizar otro poco, pues se mancha y qué diablos. A Paulson entonces se le ocurre una idea delirante: dejemos que Lehman Brothers se vaya básicamente a la redesumalparida para darle una señal al mercado de que seremos... ¡fuertes! ¡resistentes! AMERIKA ÜBER ALLES!!! Que la caída de un banco arrastre una crisis de confianza que lleve a una corrida en que todos van a retirar sus ahorros y hagan quebrar TODOS los otros bancos, pareciera ser lo de menos. De manera que a Lehman Brothers, que ya no se le para, termina too capao. ¿Fin de la crisis, tenemos todo resuelto? ¡Leñe, que no! ¡Que pasa lo que se supone que debía pasar, que los fondos de Lehman Brothers acaban congelados por esos cagones británicos, tan reacios ellos a usar la pija como un hombre con esos internados de mierda sólo-para-hombres que tienen ellos, y AHORA sí que tenemos una jodida crisis económica! Suena como un thriller político apasionante, ¿verdad?, como la febril imaginación de un John Grisham o algo, ¿no? ¡Que no, joder, que esto PASÓ EN LA REALIDAD!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Imagínate que esos truculentos planes de supervillano Bond para montarse un rayo láser en órbita y cargarse Londres, Washington y Chimbarongo de paso, no fueran la ficción calenturienta de algún guionista de Hollywood, sino que el mundo hubiera estado al borde una y otra vez de eso. Bueno, algo así pasa con esto. Recapitulemos. Después del grave colapso de la burbuja punto com, la propiedad raíz se revalorizó que es un gusto, y con ello, la vivienda. Los bancos vieron entonces el negocio en conceder hipotecas como jodidos, y aprovechando algunos novedosillos instrumentos financieros, empezaron a conceder hipotecas con faldas y a lo loco porque, bueno, si no pagan, alguien más se hará responsable, no nosotros, leñe... De ahí vino toda la joda de las hipotecas subprime, apodados con ingenio siniestramente preciso como "activos tóxicos", porque eso esencialmente es lo que son: activos sin valor ninguno porque como se concedieron a gente incapaz de afrontar su hipoteca, entonces no van a ser pagados, y por lo tanto valen lo que el papel mojado. Y claro, llegó el minuto en que Joe Six Pack no fue capaz de pagar, y luego su vecino, y luego el siguiente... y alguien tuvo que empezar a responder. Como usualmente el banco que las concede es el que tiene que poner la cara, es el banco el que debería irse a la mierda, ¿no? Porque eso es economía de mercado, ¿no? Porque en un sistema capitalista de libre empresa, el empresario tiene derecho a la innovación y el emprendimiento, y a lucrarse con ello, a cambio de hacerse responsable de las eventuales pérdidas en que pueda incurrir, ¿no? Bueno, con los bancos no es tan sencillo, porque de por medio está la confianza ciudadana en las instituciones financieras, y si un banco quiebra, todos los demás bancos afrontarán una corrida en que todos irán a buscar sus depósitos. Salvo que se impongan corralitos y otras leches, lo que puede llevar a chistes como el de Argentina, ya se acuerdan. Por supuesto que la crisis del 2008, que todavía arrastramos a la fecha de escribir esto, y para la media década vamos, inspiró toda una frondosa literatura respecto de por qué la cagamos. Incluido este libro ahora hecho peli para HBO, etcétera. Porque la pluma es más fuerte que la espada. En particular cuando esa pluma firma cheques, claro.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Tamaña empresa se llevó el señor Curtis Hanson para la casa. Aunque la elección del director resultó clave aquí, y a la larga fue una decisión milagrosa, habida cuenta de que en su época de gloria de los '90s, Hanson fue casi sinónimo de thriller policial con tintes neonoir ("Malas influencias", "La mano que mece la cuna", "Río salvaje", "Los Angeles al desnudo"). Acá, Hanson se encarga de sacar adelante un material sumamente rebelde, y lo hace con estilo y elegancia. El guión y el director sacan avante una peli frenética, en donde tienes que estar minuto a minuto prestando atención, porque te perdiste un diálogo clave, y al segundo siguiente estás preguntándote de qué coño hablan los personajes. Muchas pelis caen en el comprensible-pero-fastidioso vicio de subrayar y explicar los puntos esenciales para que el público no se pierda, estrategia que mal hecha, lleva a que los personajes tengan diálogos de tipo como-usted-sabe: "como usted sabe, mi distinguido colega, por los estudios de primer año de introducción a la astrofísica que usted tiene pero el público no, el cohete lunar necesita de tres fases para despegar"... Esa estrategia es la que NO usan en esta peli. O mejor dicho, lo hacen ya bastante promediada la misma, cuando el personaje surrogatorio del público (Cynthia Nixon como la encargada de relaciones públicas de no tengo idea qué) pregunta qué le dirá al gran público, y los protas entonces le dan una exposición sucinta y clarita del problema. Eso, después de que hemos visto pasar a toda pastilla toda la crisis de Lehman Brothers, a un ritmo de "he estado a punto de morir y visto pasar mi vida entera delante de mis ojos". Esto no es un defecto, sino una opción narrativa: hacer realistas a los personajes economistas enfrascados en su pequeño mundo de experimentos de frankensteinismo social, aún a riesgo de que la mitad de las audiencias no se enteren de qué pasa. Pero prestando atención, sí se entiende. Prestar atención, ese pequeño hábito ahora casi olvidado, ésa es la clave. Alrededor de esto se erecta una peli en donde la tensión se construye a partir de los diálogos y las situaciones en abstracto, casi sin espacio para el delineado de personajes porque lo que importa es la crisis en sí. Lo que tenemos entre las manos es casi un sucesor espiritual de esos thrillers políticos setenteros en donde lo que importaba era la intriga y no el molismo de las escenas de acción (acá, por motivos comprensibles, no hay ninguna, porque por desgracia, ningún ejecutivo de Wall Street nos ha regalado un momento inolvidable saltándose la tapa de los sesos con una pistola o algo, como lo hubiera hecho algún insigne prócer de las finanzas del XIX en bancarrota). Claro que esta valentía se ve un poco contrapesada por el enfoque, ya que al poner al Gobierno como el centro del drama, al final es inevitable que termines viéndolos un poco como héroes, cuando varios personajes de ellos en la vida real fueron gentes que contribuyeron de manera entusiasta a la mortífera labor de cagar sobre el ventilador funcionando. Ayuda a la peli, por supuesto, el tener un elenco multiestelar haciendo lo que mejor sabe, aunque como los personajes se definen no como personas sino por su relación con la crisis, no hay actuaciones descollantes aquí (por supuesto, que gentes como James Woods, William Hurt, Billy Crudup, Bill Pullman, Paul Giamatti, etcétera, estén actuando dentro de su nivel estándar y sin superlativos, no es algo que le haga daño a nadie, después de todo hablamos del nivel estándar de grandes como James Woods, William Hurt, Billy Crudup, Bill Pullman, Paul Giamatti, etcétera, leñe). Además, el elenco escogido, vía un poco de caracterización y maquillaje, claro, se parece cosa creepy a los personajes retratados, y si no me creen, comparen fotos de William Hurt con Henry Paulson, de Paul Giamatti con Ben Bernanke, etcétera. En resumen, Curtis Hanson se fue por la opción arriesgada de hacer una peli estilo thriller muy descarnada y muy ajustada a su material, sin concesiones al ala más estúpida de la platea, y se salió con la suya. Que esta gente de HBO la rompe, vaya.
-- "Ellos casi echan abajo la economía de los Estados Unidos como la conocemos, pero no podemos ponerles restricciones sobre cómo gastar los 125 mil millones de dólares que les estamos dando porque... ¡podrían no tomarlos!". Tan surrealista como se dice, pero qué buena frase para explicar todo el largo y ancho de la zurullada.
IDEAL PARA: Ver un notable thriller acerca de cómo se jodió la economía yanki el 2008.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
domingo, 1 de abril de 2012
"Encuentro explosivo" (2010).
-- "Knight and Day" (título original en inglés), "Noche y día" (título en España). Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: James Mangold.
-- Actuación: Tom Cruise, Cameron Diaz, Peter Sarsgaard, Jordi Mollà, Viola Davis, Paul Dano, Falk Hentschel, Marc Blucas, Lennie Loftin, Maggie Grace, Rich Manley, Dale Dye, Celia Weston, Gal Gadot, Jack O'Connell.
-- Guión: Patrick O'Neill.
-- Banda Sonora: John Powell.
-- "Encuentro explosivo" en IMDb.
-- "Encuentro explosivo" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Cameron Diaz, la chica que durante dos décadas has aprendido a querer aunque sea a presión, está a punto de emprender un viaje en avión, cuando de pronto, en el aeropuerto, tiene una serie de encuentros más o menos casuales con... ¡¡¡TOM!!! Cruise. La cosa va de coqueteo en coqueteo, porque esta chica seguro que no ha visto ésa con Rachel McAdams y Cillian Murphy en donde la cosa comienza como comedia romántica y acaba como thriller (Wes Craven dirigiendo... alguien...). En este caso, a la chica no le sale un terrorista sicópata, sino un asesino a sueldo de terno, ni que salido del taxi de Jamie Foxx, miren ustedes, todo se conecta. El caso es que Ethan Hunt... er... quiero decir... ¡¡¡TOM!!! deja el avión hecho unos zorros, porque se encarga de asesinar limpiamente hasta al ayudante de guión aquí, así de completa la masacre, ante el espanto de una Cameron que de a poco ve que su príncipe azul se ha convertido en un sapo con pistolas y cientólogo para remate. Poco después, Cameron cree que ha conseguido librarse del psycho y seguir con su vida, ¿no? Errorrrrrr, si eso pasara, la peli se acabaría acá mismo, y hay que estirarla una horita / una horita y media más, para mayor gloria de Cameron y ¡¡¡TOM!!! El caso es que ¡¡¡TOM!!! encuentra algún pretexto que no entendí (no es que sienta que con eso voy a perderme el Nobel o algo), para volver a aparecerse en la vida de Cameron, y tener eso que toda chica desea: un chico macarra y maltratador que además sepa darle de tiros a los malos y etcétera. ¿Liberación femenina, alguien...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Seré breve. Hay pelis hechas por una buena historia, o por una visión artística. Buenas, mediocres o malas. Nadie diría que Ed Wood por ejemplo, a pesar de lo mal cineasta que era, no tenía integridad artística (o algo así). Y hay otras pelis hechas para mayor gloria de: 1.- La estrella protagónica, o 2.- La pareja protagónica. Esta es de las del segundo tipo. Aunque por pareja nos referimos que la gloria se reparte 70-30 a favor de... ¡¡¡TOM!!!, claro está. Con algo que quede para Cameron. Que parece haber sido más listilla que Mimi, Nicole y Katie, emparejándose con ¡¡¡TOM!!! sólo en la ficción.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Esta es de esas pelis que se disfrutan mejor con cierto espíritu brechtiano, lo que es una manera elegante de decir que nos reimos a mandíbula batiente de ellos mientras ellos tratan de hacer un thriller... ¡serio! ¡con pretensiones, leñe! Porque el guión es el más imposible del imposible (¿"Misión Imposible: Protocolo Fantasma", alguien...?), y está hecho únicamente para hilvanar escena molona con escena molona: que ahora en un avión, que ahora en una autopista, que ahora mostramos de manera gratuita a Cameron Diaz en bikini (bueno, quién se queja por eso, la chica ya anda en sus 40s y sigue regia-estupenda ella). Tiene su gracia que ¡¡¡TOM!!! sea retratado como un personaje positivo y como el futuro amor delante del cual Cameron caerá rendida, cuando en realidad el personaje es un macarra tipo Ethan Hunt elevado a la enésima, a quien cualquier vientecillo de ésos de "respeta a las mujeres y no las trates como objetos" de los últimos cincuenta años tiene al buen socaire. Tiene también su gracia que Cameron Diaz sea la chica linda de la que te vas a enamorar, y cuyo trabajo sea tan masculino y viril como reparar automóviles (restaurar clásicos, eso sí), en plan Megan Fox de "Transformers", miren ustedes (ojalá que eso de chica-rica-repara-motores no se vuelva tendencia). Y tiene también su gracia que la última secuencia transcurra durante la corrida de toros de San Fermín... en Sevilla (o de cómo ¡¡¡TOM!!! no tuvo suficientes minutos de caguémonos a España en "Misión Imposible II", y volvió recargado para defecar más fuerte sobre el ventilador). Por supuesto, esto no hace una peli buena, sólo una peli involuntariamente hilarante. Y cuando hablamos de una peli que trata de ser seria-pero-graciosa con méritos propios, y el público inteligente y sofisticado terminamos riéndonos de lo que se suponía que no había que reirse, y no riéndonos de lo que se suponía que había que reirse, pues, buenoooooo... Por más señas, dirige James Mangold, que se ha hecho de una carrera dirigiendo cosillas buenas no-tan-buenas, y mierdecillas malas-no-tan-malas, para que nos entendamos: "Tierra de policías", "Kate y Leopold", "Identidad" y "El tren de las 3:10 a Yuma" el remake del 2007 integran su filmografía, además de que bajo su batuta, Angelina Jolie se llevó su Premio Oscar por "Inocencia interrumpida", miren ustedes (a la hora de escribir estas líneas, estaba en vías de pegarse el castañazo padre, porque está rodando la secuela de "Wolverine". Death seeker indeed).
IDEAL PARA: Perder un par de horillas en la vida.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
-- La escena que todos querían ver. Cameron Diaz en bikini (again) [en inglés, subtítulos en español].