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domingo, 22 de abril de 2012

"Búsqueda frenética" (1988).


-- "Frantic" (título original en inglés), "Frenético" (título en España), "Frenètic" (título en catalán). Estados Unidos / Francia. Año 1988.
-- Dirección: Roman Polanski.
-- Actuación: Harrison Ford, Betty Buckley, Emmanuelle Seigner, Djiby Soumare, Dominique Virton, Gérard Klein, Stéphane D'Audeville, Laurent Spielvogel, Alain Doutey, Jacques Ciron, Roch Leibovici, Louise Vincent, Patrice Melennec, Ella Jaroszewicz, Joëlle Lagneau.
-- Guión: Roman Polanski y Gérard Brach, con aportes sin acreditar de Robert Towne y Jeff Gross.
-- Banda Sonora: Ennio Morricone.

-- "Búsqueda frenética" en IMDb.
-- "Búsqueda frenética" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

París. La ville lumière. Que de luz nada, porque está nublada como... como... no se me ocurre ningún chiste bueno. Es que es tan deprimente, ver ese cielo gris sobre esas mansardes... En fin, vemos en un colectivo a Harrison Ford con su esposa, con rumbo al hotel en donde se alojarán porque hay una convención médica, etcétera (sí, el antiguo mercenario espacial y arqueólogo ahora resulta que es médico cirujano, chúpense ésa). Una vez en el hotel, después de encargar un desayuno y todo, Harrison Ford se mete a la ducha. Cuando sale de la ducha, se queda esperando a su señora. Se queda dormido. Despierta. Su señora no aparece. Sale a recorrer el hotel, pregunta por la señora... y nada. Se entrevista con funcionarios del hotel... da vueltas... pregunta en un bar... y de pronto cuando le dicen que la han subido a la fuerza a un vehículo, él descubre en el sitio un brazalete de ella. Ahora sí con un cagarro de muerte, va a la policía, que le sale con las idioteces de siempre: ¿no ha pensado que a lo mejor se fue con otro? ¿Y si se le cayó el brazalete por casualidad? ¿Y si en realidad fingió su propio secuestro porque le gustan los juegos sadomasoquistas con su amante? Ahora, nuestro heroico médico deberá buscar a su esposa por sí mismo. ¿En solitario? ¡No! Porque, qué sería un thriller de secuestros si el detective (improvisado en este caso, pero médico cirujano metido a detective al final del día) no contara con una bella y sexy e ímproba asistente con la cual se reúne de casualidad, y como renuente pareja seguirán hasta el final en la búsqueda...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A finales de los '80s, Roman Polanski parecía acabado como cineasta. Después de haber rodado un puñado de pelis en Estados Unidos entre las que se cuenta la clásica "Chinatown", debió salir cagando del Tío Sam debido a la acusación de que se había trajinado a una menor de edad. Ya en Europa, la situación para rodar se puso tan mala, que después de "Tess" (1979) pasaron nada menos que siete años, repito, SIETE, antes de volver a estrenar algo. Y cuando lo hizo, no fue una peli celebrada por la taquilla sino un sentido homenaje a las pelis antiguas de piratas que olía tan rancio como las pelis antiguas de piratas precisamente ("Piratas", uno de los mayores aburrimientos que el General Gato su seguro servidor quien esto escribe ha tenido el gusto de mandarse entre pecho y espalda). ¿Cómo volver a disfrutar de la fortuna, obtener financiamiento...? ¡Pues volvemos al thriller! Pero ahora, que no sea un thriller tan cerebral como "El inquilino", sino uno más abierto, más cordial, en definitiva un poco más hollywoodiano... con un actor de Hollywood a ser posible, claro. Y que pudiera rodarse en Europa, porque de hacerlo en los Yueséi, ya podía ir untándose el culo de vaselina a cuenta del castigo que los compañeros de celda le iban a aplicar por pedófilo. "Búsqueda frenética" es sin duda una de las pelis más directas, accesibles y comerciales rodadas por Polanski. Aunque lo de "comercial" quedó medio entre aguas: la crítica la alabó, pero el público en general le dio vuelta la espalda. Es lo que tiene cuando tratas de rodar una peli hollywoodiana y al mismo tiempo ser fiel a tí mismo y tus preocupaciones y obsesiones personales como cineasta: que más vale que coincidan como el simplón-pero-mayestático James Cameron, o de lo contrario ya puedes ir diciendo au revoir...

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de ser considerada como la peli en que Polanski se vendió a Hollywood (hasta "El escritor oculto" al menos), sigue siendo un thriller polanskiano puro y duro. Supongamos que hoy en día Hollywood decidiera rodar un remake. ¿Qué harían? Lo primero sería la escena del taxi, en que no mostrarían una larga conversación para crear ambiente, sino que de una meterían un furgón al lado que dispararía ráfagas de ametralladora contra el taxi, lo harían volcar, el médico y la chica sobrevivirían de milagro, sólo para que ella fuera secuestrada, y cuando él vaya a la policía, le dirían que fue un simple accidente y que se está imaginando cosas... todo action style. Polanski opta por el camino contrario, por una narración tremendamente down-to-earth, en donde los hechos se van concatenando unos con otros hasta que la tragedia se manifiesta de pronto con toda brutalidad, no por un giro inesperado en la trama, sino por la acumulación sucesiva de tensión en torno a una situación en que estás tan colgado como el prota. Al mismo tiempo, la acción de la peli en ningún minuto es superlativa, sino que está constreñida a elementos que podrían darse en la vida real, y el suspenso viene determinado porque sabemos (a pesar de que alguna vez fue Han Solo e Indiana Jones) que Harrison Ford en ningún minuto va a sacar la recortada para perforarle un segundo ombligo a los malosos, y esta indecisión de hombre común sin madera de héroe es lo que lo expone al peligro. Es una buena receta para hacer una peli interesante, que genere tensión a partir del dibujo de personajes y desarrollo de la trama y no a través del golpe de efecto puro y bruto, pero también es la fórmula ideal para que las audiencias masivas y ávidas de emociones fuertes abandonen la sala para no volver. "Búsqueda frenética" es, dicho de manera más franca, un thriller hecho para los que les gusta el cine, no para los comepalomitas que no son capaces de ir más allá de lo convencional en materia fílmica, y ésta es su mayor fortaleza... y de cara a la taquilla, también su mayor debilidad.

-- Un elemento polanskiano menos marcado en esta peli que en otras suyas, pero igual presente, es la represión. El médico prota es un hombre acostumbrado a que toda la vida funcione como un reloj: el simple hecho de que llegue a París un poco en jet-lag es metafórico de la condición de su vida, en que no hay emociones fuertes, y todo está dormido y adocenado. En una escena, cuando todavía está tratando de figurarse qué ocurre, no se le ocurre nada mejor que irse a meter de terno y corbata a una discoteca alternativa, y por supuesto que con eso y sus modales finolis, llama la atención de todo el mundo, y no para bien. La peli no muestra directamente (al revés de otras cintas polanskianas más desatadas), pero sí insinúa que, muy en el fondo, el médico se sentiría un poco más a gusto en ese medio ambiente medio pirado, al que a través de la peli demuestra adaptarse con un camaleonismo sorprendente (un poco en plan "no sabes lo que hará un hombre hasta que esté en esa situación", vale, pero...), que en ese otro medio más encorsetado en que debe desenvolverse por razones profesionales. La búsqueda de su esposa se transforma así no sólo en un descenso a los infiernos del submundo de París, sino también en un descenso al infierno de su propio mundo subconsciente. Hay incluso algo de evanescente en esa Emmanuelle Seigner (primera colaboración con Polanski, vendrían "Perversa luna de hiel" y "La novena puerta", además de ser convenientemente encamada por el realizador después) que es todo lo contrario de su esposa, una mujer abierta y liberal, autodestructiva pero llena de vida, y que más que ser un personaje, pareciera a ratos ser una proyección mental del propio estado anímico del médico, que en medio de su búsqueda tiene pretexto para darle rienda suelta a todas sus fantasías de escape (aunque, como buen hombre común, no tiene las agallas para llevar esto hasta las últimas consecuencias). Al final se muestra agresivamente que todo sobre lo que gira la trama en realidad es otro mcguffin en la más pura tradición hitchcockiana (no diré qué es, pero es un mcguffin, así es que... qué importa, ¿verdad?): el bueno de Polanski nos la ha vuelto a jugar, mostrándonos que bajo la máscara del thriller de factura hollywoodense, en realidad hay otro descenso a sus preocupaciones y temáticas personales. No tan obvio o evidente como en otras pelis, pero igualmente presente.

-- La realización es perfecta. Polanski le saca un partido supremo a la ambientación de la peli en París, y aparte de alguna que otra inevitable toma con la Torre Eiffel de fondo, no vemos el París de postal al que Hollywood nos tiene acostumbrados (se me ocurre "Divorcio a la francesa" por ejemplo), sino esa ciudad que en el fondo es un poco como todas las ciudades, sólo que con algunos rasgos arquitectónicos peculiares... y que por debajo de sus rasgos alejandrodumescos puede ser tan sucia y cochambrosa como otra cualquiera. Harrison Ford una vez más la borda en su papel de perseguido, cumpliendo sobradamente con no pasarse de roscas y eliminar la socarronería que es la marca de fábrica de varios de sus personajes (Han Solo, Indiana Jones...). Emmanuelle Seigner está muy bien, incluso perturbadora por momentos. El resto de los actores en realidad están de comparsas y no merecen mayor mención por sí mismos, pero todos ellos se ajustan a lo que se espera de sus roles. Ennio Morricone compone un soundtrack un tanto alejado de lo que es habitual en él, pero de buena factura, y con ello también contribuye a levantar el film.

IDEAL PARA: Ver un thriller polanskiano a la vena.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

3 comentarios:

  1. Tremenda peli!!!! tal vez sea por mi condicionamiento hollywoodense, pero es una de las que más me gusta de Polanski, ya saben... thriller de Hollywood y babeo como el perro de Pavlov.
    La vi con 15 o 16 años en un cine de verdad y no los televisores grandes que nos meten como cines ahora.Escenas para el recuerdo: Harrison Ford tipo de clase media normal enfundado en un traje con corbata y todo en un baño de una disco donde le meten a prepo una línea de coca por la nariz(escena que me resultó tremendamente violenta por lo del choque de subculturas supongo),y la otra escenita es Emanuelle Seigner bailando con Ford en plan gata superlativa, extremadamente sensual, y Ford con su traje y su corbata y toda su clase media alta norteamericana arriba, sufriendo porque su imperativo categórico le impedía probar de aquel dulce.

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  2. Una de las cosas interesantes es el juego que Polanski efectúa con la estatua de la libertad, que no lo olvidemos, corresponde a una serie de monumentos idénticos diseñados en París para una cantidad indeterminada de ciudades -similar a la polémica estatua de Caupolicán alzada en Temuco- y de los cuales la propia ciudad luz cuenta con una copia -mostrada convenientemente en esta película. En especial, el ridículo, considerando esos datos, en que queda expuesta toda la parafernalia seudo cultural que los norteamericanos han elaborado en torno al armatoste parado a la entrada de New York.

    Y a propósito de una eventual nueva versión: ¿qué harán los de Hollywood con la escena del camión recolector de basura, que aparece al inicio y al final del filme, y que tiene claras alusiones simbólicas.

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  3. A SECUTOR: Grandes escenas en efecto. El bailoteo que se manda la srta. Seigner es de infarto, sí, y el pobre y reprimido personaje de Ford hasta da pena y todo. Algo de perversillo hay en que Polanski se la llevó al altar después, y la siguió despelotando alegremente en filmes sucesivos...

    A GALO NOMEZ: Ya sabemos lo que pasa cuando Hollywood hace un remake de una peli "de auteur". Contratan a un directorcillo mediocre que caliente el sillín, y que por inopia o porque no le pagan para pensar, se va a cargar cualquier simbolismo que tuviere la peli. Que si Hollywood rueda un remake actual de "El séptimo sello", de seguro que la famosa escena del duelo de ajedrez la ruedan con CGI de figuritas de verdad dándose la tabarra sobre el tablero.

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