Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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domingo, 19 de febrero de 2012
"Beetlejuice" (1988).
-- "Beetlejuice". Estados Unidos. Año 1988.
-- Dirección: Tim Burton.
-- Actuación: Alec Baldwin, Geena Davis, Annie McEnroe, Maurice Page, Hugo Stanger, Michael Keaton, Rachel Mittelman, Catherine O'Hara, J. Jay Saunders, Mark Ettlinger, Jeffrey Jones, Winona Ryder, Glenn Shadix, Patrice Martinez, Cindy Daly.
-- Guión: Michael McDowell y Warren Skaaren, sobre una historia del primero y de Larry Wilson, y de Tim Burton sin acreditar.
-- Banda Sonora: Danny Elfman.
-- "Beetlejuice" en IMDb.
-- "Beetlejuice" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
La vida es una cosa mala detrás de otra, y después te mueres. Y la muerte es una cosa mala detrás de otra, y después... er... digaaaaaamos... ¿te reencarnas? ¿en rana, o algo asín? Esta importantísima lección del "no te esfuerces por ganar el juego, no puedes ganarlo ni tampoco salirte" es aprendida por las malas, por una linda pareja matrimonial llamada los Maitland. Que se han mudado a un pueblito pequeño huyendo del mundanal ruido, y que por culpa de un puppie que se le atraviesa en un puente, acaban sirviendo de tarima para los concursos de canto de las ranas, en el fondo de un río. Pero ellos creen que no, creen que todo funciona como corresponde, regresan a la casa... Sólo para descubrir que están atrapados en ella. OK, estás muerto, qué peor puede pasar... Bueno, resulta que como están muertos, la casa legalmente ya no les pertenece, así es que la compra una nueva familia. Un conjunto de desagradables new rich capitaneados por una escultora sin gusto plástico, un especulador que no tiene neuronas más que para ganar dinero, y una chica gótica que encuentra bonito eso de pasarse al otro lado de la existencia. Ahora, los Maitland se ven en la terrible tesitura de... ¡tener que hacer un bioexorcismo! Pero cuando los vivos son duros y se niegan a marchar, ¿qué remedio cabe? Si estás pensando en llamar a Beetlejuice, Bioexorcista, Super Fantasma, los mata bien muertos, piénsalo dos veces. Porque el remedio puede salir peor que la enfermedad...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A veces es divertido mirar hacia atrás y ver cómo seres que después son parte del panorama fílmico, eran vistos en su tiempo como tipejos raros o excéntricos. Hoy en día, cada vez que Tim Burton trata de desmarcarse un poco y hacer algo cacho menos gótico, le dicen que "¡¡¡BRAVO, TIM, MUY BUENA, PERO...!!! ¿Podrías hacerla un piquito más gótica para la próxima? ¡Haz lo tuyo, Tim!". Y ahí va el pobre Tim Burton y rueda "El cadáver de la novia" y "Sweeney Todd", porque sí, porque es Tim Burton y está condenado a hacer pelis góticas hasta que se muera. Pero a finales de los '80s, las propuestas cinematográficas de Tim Burton eran de lo más raro. O sea, estábamos en la década en que el concepto de cine popular pasaba por montapajas como "La chica explosiva", horterismo como "Desesperadamente buscando a Susana", milifachismo como "Top Gun", o autoindulgentes desmadres como "¿Y dónde está el policía?". ¡Si hasta el personaje de Lydia, la chica gótica, fue de avanzada para sus años! Claro, Lydia estaba inspirada en toda la estética dark a lo Siouxsie And The Banshees, pero en esos años, hablar de goth era hablar de qué diablos es eso. Y además, Tim Burton cuando hablaba del cine con el que había crecido en los '50s y '60s no hablaba de Ingmar Bergman o Alfred Hitchcock, sino (¡¡¡HORROR!!!) Vincent Price en las adaptaciones de Poe, o la Hammer, o los platillos voladores ésos que se les ven los hilitos colgando cuando los "cañonean" desde tierra firme. Créanme, mis amigos, ser friki en esos tiempos primigenios, en que no podías desahogarte con un blog, y en que no podías encontrar gente afín en Internet sino que tenías que gastártela buscando (casi inexistentes) prosélitos en tu propia parroquia local, era realmente duro. Que no era cool como ahora, vamos. Pero aún así, Tim Burton se salió con la suya. No porque su visión artística fuera interesante (que lo era). No porque supiera captar con anticipación cómo se venía la mano de los tiempos para los '90s (que lo captó). No porque demostró ser un comediante bizarro y con estilo propio (que lo es). Sino porque hizo dinero. El idioma universal de Hollywood. ¿O creían que le encomendaron el "Batman" de 1989 o el "Batman regresa" de 1992 porque iba a hacerlas "artísticas"...? Plssssss...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una de las cinco que podríamos llamar la "Era Dorada de Tim Burton", y la que inicia la racha. Después siguieron "Batman", "El joven manos de tijera", "Batman regresa" y "Ed Wood", que conformaron y conforman todo su universo narrativo, y las que son ineludibles para cualquier cinéfilo que quiera comprender a cabalidad el cine de Tim Burton. A partir de "Marcianos al ataque", peli muy buena en algunos respectos pero ni de lejos tan interesante como el quinteto dorado burtoniano, el hombre empezó a repetirse, a darse gustitos, a ser autoindulgente, a plagiarse a sí mismo, a transformarse en una autoparodia ("Sweeney Todd"), y en caso extremo a ponerse en cuatro frente a las omnímodas fuerzas del mercado ("Alicia en el País de las Maravillas"). Bueno, no seré yo quién le critique eso a Tim Burton porque él sabrá cómo usa su talento y cómo dirige su vida, pero por otra parte no tengo por qué comulgar con ruedas de carreta en nombre de la "integridad artística" o como lo quieran llamar. El caso es que, como decíamos, "Beetlejuice" es la que inicia la racha. Estas pelis tienen algunas características en común: son enormemente imaginativas, tienen un espíritu rebelde e incluso punk injerto en su metraje, se preocupan más de la forma que del fondo, y hacen alarde de una filosofía nihilista en la que dentro de un universo en que los personajes están en la estacada, sólo les queda creer en ellos mismos, e incluso ni eso a veces (que éstas no son pelis inspiracionales, vamos). Junto con "El joven manos de tijera", "Beetlejuice" es la que mejor plantea esto (en "Batman" y "Batman regresa", por ser encargos de estudio, Tim Burton tuvo que ser un poco más adocenado, aunque ésas pelis brillan, pero por otros respectos), pero mientras que en "El joven manos de tijera" el registro es de un delicado romanticismo victoriano, en "Beetlejuice" el asunto va de cachondeo puro y duro, de desmadre típicamente ochentero. Esta es quizás la peli más punkie de Tim Burton, y se nota. "Beetlejuice" presenta una cosmogonía completa que incluye a los vivos y a los muertos, pero no se preocupa de ahondar en ella: prefiere sugerir, dar indicios, sembrar pistas, en vez de darnos una larga serie de explicaciones sobre cómo funciona esto o aquello (en efecto, en esta peli no existe ningún personaje que cumpla el siempre socorrido rol de "conozco la mitología interna de la historia y te la explicaré, oh-tú, personaje principal, para que las audiencias también se enteren de qué está pasando"). El resultado final es un universo muy peculiar, con sus propias leyes, y lo más importante, con una presencia que le es muy propia. (Y pensar que se llegó en su tiempo a tratar de rodar una secuela que se iba a llamar "Beetlejuice Goes Hawaiian"...).
-- Esta es una de las pocas pelis que conozco, en que TODO el elenco está perfecto. Ustedes deben recordar muchas en que el prota, o algún secundario, lo hace brillante. Deben recordar algunas menos en que varios miembros del cast se retroalimentan bien entre sí. Recordarán incluso menos pelis en que el elenco entero esté bien. Y podrán contar muy pocas en donde no sólo estén bien, sino que además superlativos. A pesar de que la peli se llama "Beetlejuice", el prota Beetlejuice aparece en total cerca de un cuarto de hora de metraje, y hay que esperar como hasta mitad de peli, pero cuando aparece, lo hace a lo grande, en la que probablemente es la mejor interpretación de toda la carrera fílmica de Michael Keaton, un desmadre continuo con un personaje cínico, amoral, desastrado y puñetero como pocas veces se ha visto en el cine. Alec Baldwin y Geena Davis interpretan a la parejita de muertitos, y aunque sobre el guión sus personajes son sosos y bastante unidimensionales (de hecho, probablemente nadie que haya visto la peli, a la vuelta de algunos años, los recuerde como "los protas", tanto les roban los roles en la cara), ambos actores se esfuerzan (¡y lo logran!) porque no aparezcan como héroes chulos, sino como seres humanos normales y corrientes a los cuales un giro puñetero de la vida los ha dejado en la estacada. La parejita de compradores malparidos, por su parte, vienen por cortesía de Catherine O'Hara en estado de gracia (otra que nunca más volvió a estar a estas alturas, y eso que en un principio no quería aceptar el papel) y un Jeffrey Jones también estupendo haciendo hasta simpático un personaje que en el fondo es bastante antipático. Y el sexteto de protas se completa con una jovencísima Winona Ryder, que luego de su rol en "Lucas" convenció de que se la podía, y que convirtió su chica protogótica en el rol que la consagró, después de que el rol estuvieran a punto de chupárselo Lori Loughlin (who?), Diane Lane (!), Sarah Jessica Parker (!!), Brooke Shields (!!!), Justine Bateman (er...), Molly Ringwald (WTF!) y Jennifer Connelly (sí, la mismísima, tenía 18 en ese tiempo). Después de esta peli (y de "Drácula", todo hay que decirlo), ya nunca más Winona Ryder se sacaría el cartel de chica gótica y noventera, y así es como su carrera se eclipsó después (eso y ciertos problemas con las alarmas de las multitiendas, ehm).
-- Por debajo del desmadre generalizado de la peli (¿música calipso churretera, gothgirls y esculturas postmodernas en una de fantasmas?), subyace un tema muy propio del primer Tim Burton, que es el descreimiento generalizado en la sociedad, y un nihilismo individualista a ultranza. La vida y la muerte no tienen sentido, son simplemente cosas que te pasan, y puedes acabar tan atascado en la muerte como en la vida (un punto interesante es que la pareja de "muertos" tiene vocación artística y a su manera están más "vivos" que los oficialmente vivos, una familia cuyos progenitores sólo se preocupan de ganar dinero uno y de su vanidad la otra, con una retoña que está viva y sólo quiere morirse). El Más Allá es una burocracia tan kafkiana como enfrentarse al Código Tributario y al Servicio de Impuestos Internos (filosofía resumible en una sola frase: "El SII siempre tiene la razón"). La falsedad de todo se proyecta incluso en el universo exterior, con una imaginaría hecha de cartón piedra a propósito (es impagable que el sarcófago de Beetlejuice está enterrado en el cementerio... de la maqueta del pueblo), y que además los compradores de la casa, tan falsos ellos, se preocupan de llevar hasta un paroxismo, haciendo pedazos la casa que era un reflejo de lo auténticos que eran sus moradores anteriores, e introduciendo todo ese deprimente arte postmoderno que en sí mismo juega con la idea de falsedad (interesantemente, Tim Burton utiliza tácticas postmodernistas para demoler lo falso del postmodernismo). Es muy difícil llevar el espíritu punkie incluso más lejos que esto.
IDEAL PARA: Ver una de las más auténticas pelis de Tim Burton.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
sábado, 18 de febrero de 2012
"Experto en diversión" (1986).
-- "Ferris Bueller's Day Off" (título original en inglés), "Un experto en diversiones" (título en México), "Todo en un día" (título en España). Estados Unidos. Año 1986.
-- Dirección: John Hughes.
-- Actuación: Matthew Broderick, Alan Ruck, Mia Sara, Jeffrey Jones, Jennifer Grey, Cindy Pickett, Lyman Ward, Edie McClurg, Charlie Sheen, Ben Stein, Del Close, Virginia Capers, Richard Edson, Larry Flash Jenkins, Kristy Swanson.
-- Guión: John Hughes.
-- Banda Sonora: Arthur Baker, Ira Newborn y John Robie.
-- "Experto en diversión" en IMDb.
-- "Experto en diversión" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
La apertura de la peli es toda una declaración de intenciones: Ferris Bueller hablando directamente al espectador ("quebrando la cuarta muralla", hablando en técnico) acerca de cómo ser un cretino y un patán mola mazo, compa're. Acostúmbrense porque esto será una tendencia de la peli: Ferris Bueller mola, Ferris Bueller la lle'a, Ferris Bueller es lo máximo, y si no eres como Ferris Bueller, a lo mejor tienes la suerte de parecerte a él, porque él es OH-MY-GOD tan espectacular que no puedes menos que amarlo. El caso es que Ferris Bueller decide que no irá a la escuela ni hará nada productivo por la vida. ¿Por qué? Buenoooooo... Porque no se le antoja, ¿hay acaso un motivo mejor? El caso es que nuestro parásito favorito, destinado por supuesto a convertirse en tu nuevo mejor amigo, inventa toda una estrategia para engañar a sus padres, tan compleja que menos trabajo le daba ir a la escuela y todo, si total... Pero la estrategia de Ferris no se detiene ahí. Porque verán, que sería de este narcisista si no tuviera un amigo que fuera como felpudo para sus pies, y una novia bonita que estuviera entusiasmada por seguir en todas sus andanzas a... ¡¡¡FERRIS BUELLER!!! ...y probar así que ella también mola, la lle'a, etcétera, ya se saben el credo. De manera que va a la casa de su amigo, que está prisionero de una enfermedad ésta sí real, y luego diseña toda una estrategia para sacar a su novia de la escuela. Porque verán, Ferris Bueyes... er... perdón, Ferris Bueller en realidad podríamos decir que querría estar solita con su novia y todo, pero es que es el amigo el que tiene el auto bakán que tiene la catego como para ser manejado por... ¡¡¡FERRIS BUELLER!!! De manera que tenemos al trío maravilla marchando... ¿a un threesome? No, demasiado gay para alguien tan AWESOME como FERRIS BUELLER, de manera que simplemente se van de juerga por la ciudad, fusilándose tarjetas de crédito que por supuesto no son las suyas. ¡Ah, pero no se crean! Hay dos personas que no se tragarán la mascarada. Una de ellas es la insoportable hermana de Ferris Bueller, y la otra es el director de la escuela. ¿Conseguirán ambos hacer volver a Ferris Bueller en sus cabales y convertirlo en un ciudadano decente y de bien, respetuoso de las leyes y de la autoridad, o se estrellarán contra el BAKANISMO de FERRIS BUELLER y recibirán su merecido por no ser tan AWESOME como FERRIS BUELLER...? Es una escrita y dirigida por John Hughes, nenes, así es que hagan sus apuestas...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
John Hughes fue el no-va-más del cine adolescencial en los '80s. Su receta fue bastante simple, mirada en retrospectiva. Tómese a un grupo de adolescentes, que puede oscilar entre dos y cinco, pínteselos como rebeldes-pero-de-buen-fondo, colóquese enfrente a numerosos adultos estúpidos y obtusos como símbolos de autoridad, y haga que todo el drama gire en torno a conflictos que los llevarán a madurar, hacerse adultos, y respetarse a sí mismos. "Se busca novio", "El club de los cinco", "La chica explosiva" o "La chica de rosa" siguen todas ellas más o menos la fórmula, con variaciones más bien cosméticas. Su fórmula arrasó con la taquilla adolescente en los '80s gracias a una generación despertándose de la autocrítica y autoconciencia de los '70s para sumergirse en el yonkismo de MTV y su cultura de young-and-shiny-is-better. "Experto en diversión" es el epítome de esta manera de entender el cine. John Hughes escribió confesadamente el guión en apenas una semana, casi en estado de trance, debido a la inminencia de un eventual paro del gremio de guionistas de Hollywood (al final las tensiones estallaron en el gran paro de 1988... pero eso es otra historia). Es entonces una de sus pelis más autoconfesionales, en parte debido a la falta de filtros. Sí: ésta es la peli en donde el supervillano finalmente ¡¡¡SE SACA LA MÁSCARA!!! ¡¡¡BUAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!!
¿POR QUÉ VERLA?
-- Como todo el resto del cine de Hughes, "Experto en diversión" ha envejecido terriblemente mal, y esta peli así como todo el resto de su cine encuentran defensa más bien en la nostalgia ochentera que en sus verdaderos valores como cine, sean cuales sean éstos (my God, Hughes WAS TRULY the Eighties in cinema). Pasemos por alto el hecho de que el prota sea un anarco que en el fondo, más allá de su comportamiento casi sociopático, es un chato de buen corazón, y considerémoslo como el equivalente de un Chuarche que es feliz despanzurrando pobres diablos con su megahiperametralladora: es cuestión de ideologías, y puedes estar de acuerdo o no (además, cualquiera que haya lidiado con adultos con puestos de autoridad sabe que esto de darle oportunidades democráticas a todo el mundo incluye a un montón de pringaos en cargos de responsabilidad para los cuales simplemente no están preparados). El principal problema aquí es un guión terriblemente descoyuntado, en donde a una escena molona le sigue otra escena igualmente molona... y así. Interesantemente, nunca a lo largo de la peli el prota pasa por un apuro verdaderamente grande que nos haga preocuparnos lo más mínimo por él: ha quedado tan establecido que es tan OH-MY-GOD y sus enemigos apestan tanto, que promediando la mitad de la peli ya no tenemos ningún interés por sus peripecias, más allá de que muy en el fondo quieras ser un wannabe de Ferris Bueller, que él sea toda la fantasía húmeda que tú nunca llegarás a ser. No en balde, esta peli cimentó el rol de adorable granuja que ha hecho toda la carrera posterior de su prota Matthew Broderick. A su lado, Mia Sara está radiante y con clase, anunciando lo comestible que se verá con menos ropa en pelis compartiendo lecho y/o lugares acuáticos con Jean Claude Van Damme ("Timecop", OK) o Gil Bellows (¡sí, leñe, el Billy de "Ally McBeal", eso es decadencia!). Los villanos, dentro de todo lo patéticos que son por oponerse nada menos que a... ¡¡¡FERRIS BUELLER!!! ...están bastante bien, el director interpretado por el gran Jeffrey Jones sacando avante un rol de mierda, y la hermana en manos de Jennifer Gray, con un papel que auguraba una más próspera carrera posterior que nunca llegó a materializarse. De hecho, no es exagerado afirmar que si esta peli vale la pena de ser vista a cerca de un cuarto de siglo de su estreno en cines, es por el buen nivel de las actuaciones.
-- Premio adicional por el factor creepy de ver casi como cameo a un jovencísimo Charlie Sheen en un rol casi premonitorio... en una comisaría, drogado, y tratándose de levantar a una chica. ¡Ay, Denise Richards, si hubieras visto ESTO antes de casarte con él...!
IDEAL PARA: Nostálgicos de los '80s.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
viernes, 17 de febrero de 2012
"El cuarto protocolo" (1987).
-- "The Fourth Protocol". Inglaterra. Año 1987.
-- Dirección: John Mackenzie.
-- Actuación: Michael Caine, Pierce Brosnan, Ned Beatty, Joanna Cassidy, Julian Glover, Michael Gough, Ray McAnally, Ian Richardson, Anton Rodgers, Caroline Blakiston, Joseph Brady, Betsy Brantley, Sean Chapman, Matt Frewer, Jerry Harte.
-- Guión: George Axelrod, con material adicional de Richard Burridge, basados en la novela de Frederick Forsyth.
-- Banda Sonora: Lalo Schifrin.
-- "El cuarto protocolo" en IMDb.
-- "El cuarto protocolo" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En plena Guerra Fría, las superpotencias nucleares Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron sendos acuerdos para evitar la proliferación nuclear. Entre ellos está... ¡¡¡EL CUARTO PROTOCOLO!!! Chachaaaaaánnn... Salto a... la actualidad (los '80s, entiéndase, claro está). El superespía británico Kim Philby, famoso por haber defeccionado a la URSS, es llamado a una dacha soviética, y nada más abrirse la puerta tiene uno de esos momentos de revelación OH-CRAP, después de lo cual... До свидания, товарищ!, y superespía empapando la nieve con sangre (poético, ¿eh?). Luego, siempre en la gélida y nevada URSS, llaman a una misión ultrachupisecreta a... ¡¡¡PIERCE BROSNAN!!! Qué diablos hace un irlandés interpretando a un ruso en una peli inglesa, ni idea, pero Pierce Brosnan es el llamado. El caso es que le encomiendan infiltrarse en Inglaterra e irse a instalar al ladito de una base aérea que está siendo regentada por los yanketas. Mientras tanto, en Inglaterra, un espía interpretado por Michael Caine descubre unos papeles de la OTAN que están donde no deberían estar (a saber, a punto de viajar a manos del enemigo), pero sus superiores, como buenos genéricos burócratas obstructivos, lejos de felicitarlo, lo envían a una sección de esto-o-aquello. Poco a poco, el espía ruso infiltrado en Inglaterra y el espía británico investigando esto-o-aquello irán confluyendo tras un pavoroso complot contra Occidente: detonar una bomba nuclear cerca de la base aérea para hacer creer que los americanos están infiltrando armas nucleares en Inglaterra, hacer caer al Gobierno, retirar a Inglaterra de la OTAN... ¿Dónde he visto este plan antes...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
...¡Ah, sí, ya me acuerdo! ¡En "Octopussy"! Sólo que en la de James Bond, el lugar a detonar estaba en Alemania Occidental, pero la idea era la misma: volcar a Europa contra Estados Unidos, desintegrar la OTAN... ¡y hacer cabalgar los tanques rusoskas desde el Vístula hasta el Rin, MWAHAHAHAHÁ!!! Si hasta da rabia y todo que Gorbachov haya acabado con la Unión Soviética, si los soviéticos eran nuestros villanos favoritos detrás de los nazis. (Ni siquiera funciona la excusa de que la novela fuera anterior, porque no lo es: fue publicada en 1984, y "Octopussy" es de 1983). Y el malo maloso de "El cuarto protocolo" es Pierce Brosnan, que en 1995 será ascendido a James Bond himself en "GoldenEye", ¡todo se conecta! En fin, regresando a nuestra materia, el caso es que Frederick Forsythe fue el amo del suspenso de espías en los '70s, aunque en los '80s empezó a estar un poco más de capa caída. Recordemos que sus novelas sirvieron de base para pelis como "El día del Chacal", "Odessa" o "Los perros de la guerra". De manera que era cuestión de tiempo antes de que se llegara a rodar una adaptación fílmica de su novela "El cuarto protocolo". Que tan terriblemente bien no fue, pero que ayudó a introducir poco a poco en el ojito del público a Pierce Brosnan como eventual James Bond. Que de otra manera, este thriller estaría probablemente olvidado.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Recordemos un par de cosas sobre Frederick Forsythe, y entenderemos mejor. Las novelas de Forsythe se caracterizan (además de por ser endiabladamente entretenidas) por su apego casi irrestricto al mayor realismo posible. Es sabido que cuando se habló de un remake de "El día del Chacal", pero ahora en versión Hollywood '90s, se opuso vivamente porque no quería una peli de acción-tiros-disparos y sin substancia (salió como "El chacal" con Bruce Willis). Teniendo esto en mente, es claro por qué "El cuarto protocolo", más allá de lo atrevido de su premisa, no termina nunca de despegar: a veces, el realismo en el cine es el enemigo de la entretención. No quiero decir que la peli sea mala (no lo es), pero sí es un thriller un tanto rutinario. Tiene algunos destellos por aquí y por allá de lo que podría haber sido con una dirección más vibrante o con un mayor sentido de la urgencia para los personajes, pero no se da. Pero se lo perdonamos, porque a cambio tenemos una de espías que se enraiza en el suelo del realismo. Quienes hayan seguido durante su tiempo este blog Cine 9009 saben el afecto que acá le tenemos a James Bond, pero también entendemos que así como deben haber pelis de acción y adrenalina por todo lo alto, también se agradecen las visiones más pegadas a la tierra sobre los mismos temas.
-- Pierce Brosnan. Es que el hombre se roba la peli como malo bruto. Seguro que las chicas lo ven de chico malo acá y se les mojan las bragas (no estoy bromeando). La escena casi al inicio de la peli en que se despacha a un pobre tovarich es de una brutalidad exquisita, y mucho de la escena funciona porque de verdad te llegas a creer que Pierce Brosnan es un malparido de mierda capaz de hacer lo que se ve en escena sin que le tiemble un condenado pelo. A su lado, aunque técnicamente es el héroe, en realidad Michael Caine se queda como un segundón, y ya sabemos lo difícil que es dejar a Caine de segundón en cualquier cosa (bueno, en esos años venía de rodar "Tiburón IV", así es que quizás eran sus horas bajas). Tienes también a Ned Beatty como un ruso pelotillero (sí, leñe, el patiño de Lex Luthor en "Superman"), a la buenorra de Joanna Cassidy también como rusoska (la replicante que aparece siendo tiroteada medio en pelotas por Harrison Ford en "Blade Runner"), y Julian Glover como jerifalte de mierda justo un par de añitos antes de ponérselas canutas a, vamos mencionándolo otra vez, Harrison Ford en "Indiana Jones y la última Cruzada".
-- Escenas memorables. Pierce Brosnan y Joanna Cassidy construyéndose, así como quien se fuma un puchito, una bomba nuclear, tan panchos ellos. Por escenas como ésta es que vale la pena ver la peli.
IDEAL PARA: Fanáticos del cine de espías, seguidores de Frederick Forsythe, y hembras y gays babeándose por Pierce Brosnan.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
jueves, 16 de febrero de 2012
"El guerrero solitario" (1986).
-- "Heartbreak Ridge" (título original en inglés), "El sargento de hierro" (título en España).
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Clint Eastwood, Marsha Mason, Everett McGill, Moses Gunn, Eileen Heckart, Bo Svenson, Boyd Gaines, Mario Van Peebles, Arlen Dean Snyder, Vincent Irizarry, Ramón Franco, Tom Villard, Mike Gomez, Rodney Hill, Peter Koch.
-- Guión: James Carabatsos, con aportes sin acreditar de Dennis Hackin y Joseph Stinson.
-- Banda Sonora: Lennie Niehaus.
-- "El guerrero solitario" en IMDb.
-- "El guerrero solitario" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
La cárcel del condado. Vemos a... ¿los diukdejázar? Ya quisieras, hijo, ya quisieras. No, al que vemos es a... ¡Clint! Junto a otros presos. Vestido de milico. Va otro preso, harto más grandote, y le dice que no le gustan los milicos. Clint se burla un poquito de él, porque qué gracia tiene una paliza sin burla previa, a continuación de lo cual hace tabula rasa con la pobre humanidad del pobre desgraciado (consejo práctico: nunca te metas con un personaje interpretado por el actor que además DIRIGE la peli). Con ese acabado retrato de personaje, lo vemos salir del arresto y ser informado que ha sido enviado como instructor militar a su antigua unidad. Nada más llegar, se adivina que las cosas no van a ser fáciles. La unidad en cuestión es regentada por un culobonito que come y caga reglamento, pero que nunca ha estado allí donde importa, o sea, plantando pecho al enemigo en batalla (el elemento clave para reconocer a un macho en estas pelis de milicos tiesos y duros). Resulta que como Clint tiene prontuario, el culobonito le dice que no te metes con mi unidad, que dame un error y yo te daré infierno por el culo, etcétera. Lo que no impide que Clint Eastwood haga de las suyas con los pobres Untermenschen puestos bajo su cargo, una panda de inadaptados que creen que el ejército y la vida son pasársela de juerga y no te estreses, bro... Pobre manga de infelices, no saben que les ha caído encima... ¡¡¡CLINT!!! Quizás en ese universo paralelo no existan pelis con él de prota, y por eso no podían saber. Por supuesto que Clint las pasará canutas mientras trata de hacer de ese montón de incordios unos... ¡¡¡HOMBRES!!! ...lidia con el culobonito, trata de ligarse a su ex esposa... todo eso antes de que Estados Unidos emprende otra gloriosa y mayestática campaña militar para salvar la libertad y la democracia, en... ¿Libia...? ¿Corea del Norte? ¿China? ¿La Unión Soviética? Pues, es que, verán que no, sino en... er... Granada.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los '80s, Clint Eastwood se movía más que un culo bailando la conga. Si me permiten una comparación tan gay tratándose de... ¡¡¡CLINT!!! Tanto te sacaba fascistadas como "Firefox", como se metía en secuelas de Harry el Sucio como "Impacto fulminante", o mira tú, hasta hacía comedias (una con Burt Reynolds llamada "Ciudad muy caliente"). Claro, eran los años anteriores a ser reconocido como regalón de la crítica y saludado como la gran esperanza blanca del cine en los 2000s, cuando los críticos todavía tenían a bien hacer pedazos sus pelis, o tratarlas con cierta condescendencia, porque bueno, porque no era progre ni europeo (para complacer a los críticos de cine se puede ser facha europeo o progre yanki, pero nunca, nunca, JAMÁS, facha yanki). En medio de todo esto rodó "El guerrero solitario". Peli en la que es más Clint que nunca, tratándose de su cine en los '80s, por lo menos. O la peli que no dejó contento a nadie. Porque para los progres, era una fascistada con un milico pasado de revoluciones defendiendo a América en un acto tan poco honorable como la intervención militar en Granada, mientras que para los fachas, proporcionaba una visión irrespetuosa y poco apologética del US Army. Pero le importó a quienes realmente importan. O sea a mí, que la voy a poner por las nubes. Porque sí. Porque esto es Cine 9009, y al que no le gusta, que se aburra con los blogs progres de todos los días.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por lo obvio y lo que tenemos que decir de casi todas las pelis de Clint Eastwood: su estudiado acabado formal. Si la ves de principio a fin puede que pase desapercibido un detalle: que en sus inicios es una comedia más o menos amable, incluso con algún que otro toque farsesco, y que en su final es una peli de acción bélica... y que no te diste cuenta de en qué minuto pasaste de un registro a otro, ni que la transición no chirrió en ningún minuto. ESO es talento para rodar, y lo otro son monsergas. Porque, qué hubiera hecho un cineasta de menor calado: rodar la parte bélica como comedia amable para prolongar lo anterior, ¿no? Clint no lo hace. Corre el riesgo de montarse dos pelis en una, y no sólo sale airoso, sino que le queda una pieza redonda en lo formal. O esa, esta peli enseña más cine que un montón de ladrillazos culturetas que te venden como cine, y son unos plomos insufribles, además mal rodados.
-- A pesar de que el personaje de Clint Eastwood es descrito de manera un poco over-the-top, un aspecto del personaje incide en un punto nuclear de nuestra sociedad hoy en día: el sentido de la disciplina. Su personaje tiene por trabajo adiestrar a un montón de idiotas que se creen que el asunto va de bromas. Cualquiera que haya tenido la desdicha de enseñar en un salón de clases de niñatos malcriados por sus papis y criados por sicólogos de la escuela de mierda ésa de "no vayan a traumar al niño", sabe a lo que me refiero. Claro, la peli hace un poco de trampa porque estando en el ejército, la disciplina se concibe como un valor positivo para mantener el valor bajo fuego y esas cosas. Tampoco se trata de que la sociedad sea un regimiento, pero sí que la peli incide en el concepto básico de que un hombre no es hombre hasta que se disciplina a sí mismo. Este es un discurso peligroso hoy en día: todos los que se capan y se tragan sus propios cojones por miedo a lo políticamente correcto y al qué dirán, defenestran esta clase de valores por la ventana. Es que a las personas hay que tolerarlas, hay que entenderlas, hay que dejarlas ser, dicen. Y se les olvida que para ser tolerado, entendido y que a uno lo dejen ser, primero hay que ser un ser humano que valga la pena, y una persona sin disciplina no lo es. ¡Herejía!, por supuesto. ¡Una persona que vale menos que otra, cómo es posible! ¡Mi General Gato es un facha! Bueno, déjenme decirles que bajo estos parámetros es que vuestro seguro servidor el General Gato no suele votar derechas precisamente por la alarmante falta de disciplina que se esconde tras la autocomplacencia de monetaristas, neoliberales, conservadores compasivos y amiguetes del cuartel y del convento (por algo Clint tampoco vota neocon a pesar de ser republicano). Pero el personaje de Clint no se limita sólo a mostrarles a sus soldaditos de chocolate cómo no derretirse con el calor, sino que además se las ve con su superior jerárquico que también tiene un concepto de disciplina equivocado: la idea de que ésta implica obedecer procedimientos y protocolos en vez de hacer las cosas que se deben hacer para sobrevivir (no en balde, el personaje de Clint ha estado en la guerra, y el cagatintas frente suyo no). E incluso tiene que disciplinarse a sí mismo, para ser merecedor del amor de la mujer a la que un día no supo satisfacer (sentimentalmente, suponemos, que en el tema de lo macho que sea Clint en donde importa, no nos metemos). Y claro, al final Clint triunfa por eso, por DISCIPLINADO, un triunfo quizás un poco fácil y efectista para efectos de guión, pero es que oigan, si es una peli al final, no un discurso político. Aunque casi-casi.
IDEAL PARA: Ver el ideario de Clint Eastwood en bruto, además de una peli estupendamente realizada de cabo a rabo.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos. Porque nadie subtitula a... ¡¡¡CLINT!!!].
-- Esta cárcel es demasiado pequeña para los dos [en inglés, subtítulos en inglés].
miércoles, 15 de febrero de 2012
"Amanecer rojo" (1984).
-- "Red Dawn". Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: John Milius.
-- Actuación: Patrick Swayze, C. Thomas Howell, Lea Thompson, Charlie Sheen, Darren Dalton, Jennifer Grey, Brad Savage, Doug Toby, Ben Johnson, Harry Dean Stanton, Ron O'Neal, William Smith, Vladek Sheybal, Powers Boothe, Ben Johnson, Roy Jenson, Pepe Serna, Lane Smith.
-- Guión: John Milius y Kevin Reynolds, basados en una historia del segundo.
-- Banda Sonora: Basil Poledouris.
-- "Amanecer rojo" en IMDb.
-- "Amanecer rojo" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El bloque comunista, como Cobra de G.I.Joe, empieza a alzarse en un movimiento geopolítico decidido y desesperado. América, uno de esos incontables poblados habitados por gentes peligrosamente limítrofes con la cultura redneck. Los estudiantes están sentados en su escuelita, aprendiendo sobre Genghis Khan (premonitorio, ¿eh?), cuando de pronto el cielo se tiñe de helicópteros y paracaidistas. ¿Es una operación del Ejército para asustar a los indignados, como ocurrió en Chile en 2011? El profesor de la escuela, que por supuesto es gordo y negro, sale para investigar qué pasa, olvidándose de una regla esencial, cual es... ¡¡¡EL NEGRO SIEMPRE MUERE PRIMERO!!! ¡¡¡Y EN EFECTO!!! ¡¡¡RA-TA-TA-TA-TÁ, SUENAN LAS AMETRALLADORAS!!! ¡¡¡Y EL NEGRO ACABA PALMÁNDOLA!!! Los estudiantes, sin saber qué pasa, salen corriendo en estampida. Fuera del pueblo, en una gasolinera perdida en medio de la nada, reciben provisiones y sus primeras armas (en concreto, rifles de caza), y sus papurris los envían al monte para que salven el pescuezo. Un mes después, ya están hasta el tupé de mascar perdigones en la carne de ciervo, así es que deciden hacer una incursión por el pueblo. Allí se enteran de que... ¡¡¡EL PUEBLO HA SIDO OCUPADO POR LOS COMMIES!!! ¡¡¡Y PARA PEOR, NI SIQUIERA SON LOS SOVIÉTICOS DE TODA LA VIDA, SINO QUE EL GRUESO SON INFRASERES COMO LOS CUBANOS Y NICARAGÜENSES!!! Ahora, nuestro heroico grupo debe regresar a las montañas, con dos chicas para que la cosa no sea tan criptogay, y hacer lo que todo americano hace si le invaden el territorio: resistir porque... THIS... IS... AMÉRICA!!!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Resulta curioso observar que en los '70s, mientras la sociedad yanketa se iba haciendo cada vez más darkie, edgie y grittie, y en consecuencia también su cine, en el frente externo las cosas estaban calmándose a pasos agigantados. La diplomacia de Henry Kissinger (a saber: matonaje en Chile, retirada silbando con las manos en los bolsillos en Vietnam) le garantizó al mundo entero un cierto receso de las tensiones de la Guerra Fría. Demasiado bonito para durar, con el auge de los fundamentalismos de los '80s, incluyendo a esas dos conocidas fuerzas integristas que se tomaron el poder en 1978 (Juan Pablo II) y en 1980 (el Ayatollah, que han habido muchos, pero para los que hemos cine '80s, existe uno solo, que es EL AYATOLLAH). No debemos olvidar que el fascismo americano y el totalitarismo comunista son también dos fundamentalismos, de corte agnóstico si se quiere, pero fundamentalismos a fin de cuentas. Con lo que el cine anticommies recrudeció. "Amanecer rojo" es quizás el epítome de esta manera de entender la geopolítica mundial en el cine. La premisa lo dice todo: la Unión Soviética invade Estados Unidos, y serán los yankis de a pie quienes le pararán pies al... ¡¡¡PELIGRO RUSO!!! ¡¡¡MWA-HA-HA-HA-HÁ, TENGAN MIEDO!!! Con una historia de Kevin Reynolds, que años después conocería la gloria dirigiendo "Robin Hood: El príncipe de los ladrones", y luego el escarnio con "Rapa Nui" y "Waterworld". Quién lo dijera, vaya.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Se ha dicho durante muchos años que "Amanecer rojo" es favorita entre las pelis de las videotecas de los grupos de extrema derecha en Estados Unidos, gentes a quienes se les corren todos los jugos viendo a un grupo de broncíneos y apolíneos jóvenes de pura sangre yanki (signifique eso lo que signifique en una nación mestiza que se llama a sí misma "el crisol de razas") enfrentados a esos sucios y mugrosos comunistas que han osado poner la bota en LA TIERRA DE LA LIBERTAD, LEÑE. ¡Pero si está en el himno, joder! "The land of the free and the home of the brave". Amén. La peli lo deja bien claro en un diálogo en que el grupete se ve afrontado al dilema de matar a un compañero presunto traidor: "¿en qué nos diferencia eso de los soviéticos?" / "¡¡¡NOSOTROS VIVIMOS AQUÍ!!!" (¡¡¡BAM!!!). Pero la cuestión para cualquier comentarista de cine honrado no es si la peli es un panfleto patriotero o no (esta lo es, y con saña, sea dicho para que no me acusen de inclinarme hacia ciertos valores geopolíticos). La cuestión es... ¿es una buena peli? ¿Está bien hecha? ¿Se preocupa de los valores cinematográficos (buena historia, buen guión, buenos personajes, etcétera) más allá del mensaje parafascista de turno? La respuesta en este caso es sí. Porque si bien buena parte del punto es justamente el enaltecimiento de los gallardos jóvenes que luchan y mueren por la Patria, al menos se preocuparon de hacerla más o menos bien. El perpetrador en este caso es John Milius, quien venía de dirigir otra fantasía YOU HAVE THE POWER, en concreto "Conan el Bárbaro" (sí, con Chuarche), y con la cual pueden decirse que son la cúspide de una carrera cinematográfica por lo demás no demasiado pródiga en títulos. Y buena parte (no todo, eso sí) del talento que depositó en hacer de "Conan el Bárbaro" un espectáculo memorable, está aquí vertido en un filme bastante apretado. A pesar de ser una peli bélica, Milius prefiere el enfoque más cable a tierra por sobre las machadas espectaculares de los protas made in Hollywood, que no sólo caen como moscas a tutiplén, sino que además lo hacen de maneras anodinas, sin sacrificios heroicos ni leches de lecherías similares. Claro que hay cosas que aceptar un poco porque sí, porque el guión lo exige (¿cómo es que una guerrilla de adolescentes espinilludos parte con rifles de caza y acaba con lanzamisiles derribahelicópteros...?). Súmesele un elenco de jóvenes promesas... Patrick Swayze ("Dirty Dancing"), Charlie Sheen (el hijo de Michael Sheen pateado por Denise Richards... ah, y además hace pelis y hacía esa infracomedia que es "Dos hombres y medio"), Lea Thompson (¡"Volver al futuro", leñe!) y Jennifer Grey (er... "Dirty Dancing" también), y estamos. Y para los cazasecundarios tenemos a Powers Boothe ("Deadwood") cuando era delgado y tenía pelo (no, no hace de jovencito, hace de piloto de aviación derribado a tierra). Y aunque la banda sonora no es especialmente memorable (tampoco mala... sólo... en un punto medio), digamos que se repite con John Milius el buen Basil Poledouris ("Conan el Bárbaro", vamos).
-- Se agradece de la peli que, más allá de esa fantasía paranoica que es ¡¡¡NOS INVADEN!!!, el escenario que presentan es más o menos plausible. La cosa es que la Unión Soviética se desespera por una hambruna o algo así, Europa Occidental decide tomar asiento porque los verdes, como buenos maricotas preocupados de los derechos humanos y esas cosas, se toman el poder y disuelven la OTAN, y así Estados Unidos pelea la Tercera Guerra Mundial en solitario, miren, pobrecitos, si es que nadie los quiere porque ellos defienden... ¡¡¡LA DEMOCRACIA!!! Era poco probable, y en definitiva no sucedió, pero sí plausible con un par de malas tiradas contra Carisma por parte de Estados Unidos. Después, la guerra misma queda en el contexto de fondo, borrosa, como lo es en definitiva para los civiles por lo general (las evoluciones y danzas de los ejércitos sobre el tablero mundial son cosas que uno percibe con claridad leyendo los libros de historia, pero en medio de la vorágine no suelen circular periódicos con libertad de prensa como para enterarse de cómo va de verdad la cosa). Incluso la manera en que las tropas enemigas entran a Estados Unidos, suena más o menos realista (quintacolumnas camufladas entre los inmigrantes ilegales cruzando el Río Grande, ¿por qué no? Así fue como los germanos entraron en el Imperio Romano, después de todo...). Vamos a ver cómo lo arreglan para que igual siga siendo creíble en el remake "Amanecer rojo" que se prepara para el 2012, en que el invasor va a ser Corea del Norte (WTF?!). Por cierto, también se agradece que el panfletarismo de la peli no llegue a extremos tales, que los comunistas sean villanos diabólicos hasta el extremo. Claro que se los pone de malos malosos, incluyendo tácticas de interrogatorio, fusilamientos de civiles y lavado de conciencia con documentales tendenciosos acerca de lo malo que es el Капитали́зм, pero a cambio, el tipo que pintaba al inicio para ser el máximo de todos los villanos, andando la peli se revela como un buen chato con sentimientos (claro, podríamos decir, es fácil ser chato con buenos sentimientos cuando eres un comunista equivocado que de pronto está en suelo americano, que la libertad yanki es un virus contagioso, pareciera ser, aunque la escena final del tipo es... un tanto penosa, para qué vamos a pasar una cosa por otra), y los rusos mismos a nivel de peatón se comportan más como buenas personas que como diabólicas máquinas de matar. Son detalles que hacen más soportable el panfleto, y más agradable la peli, al final del día. Que no nos olvidemos, es la favorita de grupos ultrayanketas. No por Patrick Swayze adolescente, ¡OH, NO, CLARO QUE NO!, por supuesto, sino por los valores de la defensa del territorio de Estados Unidos, insistimos.
IDEAL PARA: Haberse atrevido a mostrarnos por una vez y sin que sirva de precedente que América no es América porque sean los buenos, sino porque tienen espíritu, con una peli de nivel decente (esto es lo que "sin que sirva de precedente", no el aspecto doctrinario).
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
martes, 14 de febrero de 2012
"Traición al amanecer" (1988).
-- "Tequila Sunrise" (título original en inglés), "Conexión tequila" (título en España). Estados Unidos. Año 1988.
-- Dirección: Robert Towne.
-- Actuación: Mel Gibson, Michelle Pfeiffer, Kurt Russell, Raul Julia, J.T. Walsh, Gabriel Damon, Arliss Howard, Arye Gross, Daniel Zacapa, Eric Thiele, Tom Nolan, Dawn Martel, Lala Sloatman, Budd Boetticher, Ann Magnuson.
-- Guión: Robert Towne.
-- Banda Sonora: Dave Grusin.
-- "Traición al amanecer" en IMDb.
-- "Traición al amanecer" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un acuerdo de esos que implican comer maní en un auto en medio de la noche, y meterse a un hotelucho de tercera, acaba de manera compleja cuando dos viejos amiguetes se cruzan: un policía que persigue narcos, y un narco que es perseguido por polis. O ex-narco, porque él alega que está fuera, que está limpio, toda esa jerga de las pelis de narcos. El poli, siguiendo una pista, acaba enganchado con peazo chica (Michelle Pfeiffer en sus mejores años, para que nos entendamos). Y empiezan a salir y too. Nuestro poli, pobrecito él, se debate entre el cumplimiento del deber (a saber, echar abajo al dealer, o ex-dealer según alegatos), y honrar la amistad y todo eso. Pero revolcándose con Michelle, por qué no. A la vez, cuando el poli empieza a echarle los tejos a la chica, resulta que el traficante, o ex-traficante según él dice, descubre que está perdiendo y sin hacer ningún movimiento. El juego del gato y el ratón se desenvuelve así en dos frentes paralelos, por un lado echar abajo un cargamento de 1200 kilos de cocaína del tipo "un último trabajo y te retiras nene", y por el otro ver quién se folla mejor revolcada a la chica. Puro Hollywood, ¿eh?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Una de las características que tuvo el cine ochentero fue esa cosa estilosa, quizás como reacción a los prosaicos, realistas y sucios '70s. A finales de década, dicha tendencia estaba alcanzando su apogeo por obra y gracia de la escalada cinéfila. Uno de los géneros que tuvo un buen florecimiento dentro de este contexto fue el neo-noir. No por nada, el Cine Noir clásico de los '40s tenía un pie puesto en un duro contenido de densa crítica social por un lado, y por el otro lado en el refinamiento estilístico de la fotografía y el soundtrack (¿acaso las femmes fatales como Veronica Lake o Lauren Bacall hubieran tenido la mitad de encanto si no hubiera sido por sus elegantes vestidos y la luz que cae en diagonal sobre sus felinos movimientos...?). En este contexto, el escritor/director Robert Towne, que la había palmado con su debut directorial "Relaciones prohibidas" en 1982, decidió que era hora de reverdecer laureles. No en balde, había estado metido tras los guiones de "Bonnie y Clyde", "Chinatown", "Yakuza" y "Greystoke", lo que no es poco decir (bueno, también "Shampoo", "Orca" y "El Cielo puede esperar", pero es que nadie es perfecto tampoco). El resultado fue que de las cuatro pelis que ha dirigido (hasta 2010, al menos), ésta es la más exitosa de todas, costando 23 millones de tíosames más o menos y recaudando cerca de 105 a nivel mundial. Y quedó como un pequeño clásico ochentero. Aunque sea por las hombreras, los cardados y los narcos mexicanos...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Debe haber algo interesante en una peli que se llama como un trago ("Tequila Sunrise") que vertida al español en España se quedan con la primera palabra y se inventan la segunda ("Conexión tequila") y en Hispanoamérica es al revés, se quedan con la segunda palabra y se inventan la primera ("Traición al amanecer", traduciendo eso de "sunrise"), teniendo ambas traducciones de título en común su casi nula relación con el contenido de la peli. Imagino que haberla vendido como otra de tragos al mismo tiempo que estaba saliendo "Cóctel" con Tom Cruise hubiera sido excesivo. En este caso, la confusión no es menor. Porque al final de ver esta peli queda una cierta sensación de "WTF...?"... Claro, igual tiene el encanto y la nostalgia de los '80s, y además ha sido mantenida viva por las cuarentonas que eran adolescentes cuando vieron a la pobrecilla Michelle Pfeiffer debatiéndose entre Mel Gibson cuando estaba delgado y Kurt Russell cuando no echaba arrugas. Pero eso no habla de la calidad de la peli, precisamente. El problema es que el director/guionista en este caso (Robert Towne, repitamos el nombre para efectos de registro) se enamoró demasiado de su propia historia. Que la creyó perfecta, vamos. Y mala no era, si me preguntan. Por debajo de su fachada ochentera tenemos una historia clásica como las de toda la vida, con una chica debatiéndose entre dos amores cual "Casablanca", además del viejo tema de los dos amigos que en el fondo se quieren pero por estas putas circunstancias de la vida acaban en trincheras opuestas, historia que ha dado tanto jugo desde "El enemigo público N° 1" y "Los diez mandamientos" hasta "El zorro y el sabueso" y "El Príncipe de Egipto", por mencionar algunas bien distintas entre sí (bueno, "El Príncipe de Egipto" puede verse como un remake bastardo de "Los diez mandamientos"). Pero el guión nunca se toma la molestia de explicar nada, uno como espectador tiene que ir armando el recorrido de los personajes como buenamente puede con detalles importantes de la trama arrojados casi a la pasada (y a veces tanto secundario con agenda propia llega a ser mareador), y cuando tenemos el final que veíamos venir, con la pegajosa canción "Surrender to Me" de la vocalista de la hardrockera banda Heart, uno tiene derecho a preguntarse cómo rayos llegamos hasta ahí. Y del inverosímil giro de trama en mitad de la noche, mejor no hablemos. O cómo hacer una especie de neonoir a lo "Chinatown" con el guionista de "Chinatown" pasándose de roscas.
-- Si eres un ultranostálgico de los '80s, esta peli te va a fascinar sin ambages. Como decíamos, "Traición al amanecer" es una exacerbación de todo lo que representó los '80s en lo estético, visual y actoral. Tenemos a estrellas "juveniles" tan ochenteras como Mel Gibson, Michelle Pfeiffer y Kurt Russell en los protagónicos, la banda sonora está plagada de temas rockeros y baladas power ochenteras, la fotografía y la moda también son una destilación de la ultraelegancia chic de la época... Todo en una peli hecha a dos o tres años antes de que la eclosión del grunge y del cine indie mataran esa manera de entender el cine por completo. Nostalgia pura, señores.
-- Mencionemos también en el apartado actoral a los tres protas, que están brillantes dentro de sus roles (comerciales, pero roles), Mel Gibson y Kurt Russell exhudando testosterona como deben ser los machos, y Michelle Pfeiffer vaporosa moviéndose entre los dos (y es que son unas casquivanas). La presencia escénica de los tres combinados hace mucho por levantar una peli en que, como decíamos, muchas veces es fácil perderse en qué diablos está ocurriendo, o por qué.
IDEAL PARA: Nostálgicos de los dorados '80s.
lunes, 13 de febrero de 2012
"El secreto de mi éxito" (1987).
-- "The Secret of My Success". Estados Unidos. Año 1987.
-- Dirección: Herbert Ross.
-- Actuación: Michael J. Fox, Helen Slater, Richard Jordan, Margaret Whitton, John Pankow, Christopher Murney, Gerry Bamman, Fred Gwynne, Carol Ann Susi, Elizabeth Franz, Drew Snyder, Susan Kellermann, Barton Heyman, Mercedes Ruehl, Ira Wheeler.
-- Guión: Jim Cash, Jack Epps Jr. y AJ Carothers, basados en una historia de este último.
-- Banda Sonora: David Foster.
-- "El secreto de mi éxito" en IMDb.
-- "El secreto de mi éxito" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un campirano de ese estado que le da tiempo compartido al Creacionismo y al Evolucionismo que es Kansas, llega a Nueva York. ¿Clark Kent? Vale, Clark Kent era de Kansas, pero éste llega a Nueva York y no a Metrópolis, aunque ambas ciudades en definitiva sean más o menos la misma. El campirano llega a trabajar a una gran megachupi empresa corporativa, sólo para averiguar en el primer día que está de patitas en la calle, porque la empresa acaba de ser comprada y el 90% de sus empleados está dándole de comer a las palomas en el Central Park. Nuestro héroe tiene que empezar a buscar trabajo, buscar trabajo, buscar trabajo... hasta que debe ceder en su orgullo y recurrir a... ¡¡¡EL PAPEL CON UN NÚMERO TELEFÓNICO QUE LE DIERON SUS PAPIS!!! El número pertenece a un tío lejanísimo de ésos que uno se acuerda cuando el tío se ha sacado la lotería, o lo que es lo mismo, por tratarse de esta peli, que tienen una poderosa megachupi corporación, y nuestro prota termina hablando con él. Acaba por ganarse un empleo. En la sección de correspondencia interna de la empresa (benditos tiempos aquellos en que tales servicios aún no caían víctimas del outsourcing). Pero nuestro prota tiene ambiciones. Sabe de economía y negocios, y sólo necesita una oportunidad. Y si no se la dan, tanto para trepar en la empresa como para encamarse con una linda rubiecita que es ejecutiva de ahí, entonces tendrá que recurrir a todas las artimañas de su cuerpo y su mente (literalmente) para salirse con la suya. Sin moral alguna. Después de todo, ¡son los '80s!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En la década de los '80s, el movimiento de los tiempos puso de moda en el cine el cine de megacorporaciones, cuyo más marcado ejemplo es probablemente el "Wall Street" de Oliver Stone. Como el cine necesita cortar entradas entre mucha gente, y la mayor parte de la gente es pobre y desempleada, este cine debe vender la pomada de una contraposición entre el chico bueno de buenos valores como tú y como yo, que se mantiene incólumne y (a diferencia de la vida real) por mantenerse fiel a sus valores logra triunfar, y los magnates megacorporativos como tu jefe o explotador personal, que no se preocupan de las personas sino del dinero y blablablah. Interesantemente, en estas pelis siempre el chico bueno acaba por triunfar en el mismo juego de los villanos y llega él a ponerse a la cabeza del cotarro, cumpliendo las fantasías de golpe de estado económico de los proletas adictos a estas pelis. "El secreto de mi éxito" sigue a la pata de la letra esta receta, con mayor o menos inspiración a según que tramo de la peli. En clave de comedia, lo que se agradece.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una peli de Herbert Ross, director que podríamos considerar como el maestro de ese género tan setentochentero que podríamos llamar "horterismo con pretensiones". En algunas secuencias, la peli es genial (la escena en que una MILF acosa al jovencito en una piscina, con música de "Tiburón" de fondo, podrá ser un recurso cutre, pero le pone tanta energía en rodar, que termina saliéndose con la suya). En otras no puede menos que dar una cierta sensación de cosa chorra (esa escena tan sugestiva con Helen Slater bebiendo agüita de un pilón... en el sentido literal, pero la escena está filmada de una manera muy "metafórica", entrecomillemos así). Pero ahí está el bueno de Michael J. Fox, con su eterna cara de niño bueno-tierno-simpático, salvando la papeleta por todos. Al lado tenemos a Helen Slater, la chica de "Supergirl" tratando de desenmarcarse de su rol (y actúa bien, pero su papel es tan tópico que en realidad no es que se luzca mucho tampoco). Richard Jordan ("Fuga en el siglo XXIII", "Dune") está brillante como el jefe cabronazo y macho alfa que moja pija allí donde pille, pero la que se roba la peli sin lugar a dudas es la MILF Margaret Whitton, como un nuevo estereotipo de mujer que lentamente ha ido conquistando escaños: la mujer de armas tomar que es una zorra de cuidado, y aún así se sale con las suyas sin ser castigada por sus fechorías como las pelis ñoñas antiguas, sino que se empodera, toma control de su vida, etcétera. Con esos ingredientes, esta peli pudo haber sido notable. Pero la clásica conducta timorata de Hollywood de querer moverse entre dos aguas y estar bien con Dios y con el Diablo, el querer hacer una peli crítica del sistema para que le guste a las masas disconformes con el sistema, pero que al mismo no sea tan edgy que ponga en peligro el sistema mismo dentro del cual estas pelis profitan, hace que caiga en la indefinición más absoluta. A ratos estamos frente a una despiadada sátira del corporativismo modelo '80s (que dicho sea de paso, sigue hoy agudizado y con "menos grasa"), y a ratos tenemos una de esas autocomplacientes comedias romanticonas de enredos de toda la vida, y al no definirse entre Escila o Caribdis, la peli termina por pasar entre ambos sin peligro, sin escollos... y sin que los marinos tengan nada que reportar al final del viaje. Divertida para ver, simpática por sus actores protas, estupenda la muy ochentera banda sonora, y completamente outdated en nuestros días.
IDEAL PARA: Nostálgicos de los '80s.
VIDEOS.
-- OH-YEAH en la limusina [en inglés sin subtítulos, la canción es un clásico hortera ochentero].
-- Escena en la piscina [en inglés sin subtítulos].
domingo, 12 de febrero de 2012
"Negocios riesgosos" (1983).
-- "Risky Business". Estados Unidos. Año 1983.
-- Dirección: Paul Brickman.
-- Actuación: Tom Cruise, Rebecca De Mornay, Joe Pantoliano, Richard Masur, Bronson Pinchot, Curtis Armstrong, Nicholas Pryor, Janet Carroll, Shera Danese, Raphael Sbarge, Bruce A. Young, Kevin Anderson, Sarah Partridge, Nathan Davis, Scott Harlan.
-- Guión: Paul Brickman.
-- Banda Sonora: Tangerine Dream.
-- "Negocios riesgosos" en IMDb.
-- "Negocios riesgosos" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
La ciudad puede ser muy hipnótica cuando las delicadas texturas electrónicas de Tangerine Dream la acunan y arrullan suavemente. En esa jungla de concreto, que en el año de la peli ya tenía ese perfil ochentero de edificios corporativos de cristal, etcétera, tenemos a un jovencito Tom Cruise que es correctito, bueno, simpático, el buen hijo que todos desearían tener. En consecuencia sus papis, en vez de premiarlo, agasajarlo y tratarlo como se merece, lo dan por sentado en materia de logros, y siguen echándole cosas encima del espinazo, a ver si con eso se quiebra de una maldita vez, si después de todo para qué diablos quiere tener uno hijos, sino es para disponer de mano de obra que se pueda hacer cargo en los mandos medios de la casa que se gobierna de manera gerencial (nunca mejor usada la analogía económica: son los tempranos '80s). Nuestro chico trata de salir adelante y sobresalir en ese competitivo casi-japonés entorno colegial en que deberá ser destacado para ir a una buena universidad, graduarse de negocios y forrarse de dinero (son los tempranos '80s, insisto). Pero siempre hay un amigo que no entiende cómo funciona el sistema, y quiere pasarla bien sin darle palo al agua, y por tanto, cuando los papis de nuestro prota se van de vacaciones, ahí van a pegarle en la pera (¡casa libre, casa libre, casa libre!). Y uno de los amigos, simplemente por romper bolas, llama por teléfono a una "chica por horas" (el problema de quien va a pagar por el servicio es algo que a este amigo gusano no se le cruza por la cabeza). Después de algunos variopintos y macizos incidentes (si ven la peli sabrán a qué me refiero), el prota acaba recibiendo nada menos que a Rebecca de Mornay, cuando estaba en sus años más gloriosos y no en la etapa decadente a la que se ha precipitado desde entonces en su ancianid... er... en su madurez. Pero nuestro crío, después de haber descubierto que el Cielo existe y está en la vagina de una mujer, hace otro inquietante descubrimiento: debe pagar. Después de todo, es el capitalismo, nene, es América, ¿acaso no te enseñaron eso en el 101 de tu escuelita de negocios? Y, bueno, qué hace un buen chico yanki en esas circunstancias... pues, fácil... ¡montar su propio negocio! ¡De prostitución! ¡Viva la adolescencia, viva el emprendimiento, y viva la libre empresa!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
El paso de los '70s a los '80s fue, en muchos sentidos, casi como un despertar. Los '70s habían sido una década pesada y letárgica para la civilización yanki, decepción tras decepción, y por si Watergate y Vietnam fueran poco, ahí estaban esos horribles bigotones, los ridículos patelefantes, y los gemiditos castrati de los Bee Gees, qué mierda de década. En los '80s la generación siguiente dijo: ¡¡¡NO MÁS!!! Y cambiaron la onda disco por la electrónica made in Casio, y la hortera moda funky por... bueno, también es hortera, me refiero a los cardados y el maquillaje que podías hacer una excavación arqueológica en el estuco del rostro de una fémina cualquiera. "Negocios riesgosos" es, en más de un sentido, una peli de esa temprana rebelión de los '80s, esa década que tomó lo más radical del individualismo setentero y lo llevó a la exacerbación, ahora con alegría, devorando al mundo como tiburones, y de paso ayudando a incrementar la cada vez mayor crisis económica que venía arrastrándose desde 1973 y que con alzas y bajas, seguiría galopando alegremente hasta los grandes reventones de los '90s (Tequilazo, Argentinazo, Crisis Asiática) y 2000s (Burbuja Punto Com, Burbuja Hipotecas Sub-Prime...). Algún día, los historiadores del futuro tendrán que volverse hacia pelis como "Negocios riesgosos", para entender la extraña sicología de esa fanática secta radical conocida como "economistas" y su devoción por el Dios Dinero hasta el gran suicidio en masa final.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por lo obvio y lo que generalmente más se destaca de la peli. Es el primer protagónico de Tom Cruise. Este tipo, que ha hecho de la hipérbole una carrera completa, y que sigue a rajatabla el axioma de "si no cantas bien, canta fuerte" (en este caso actúa fuerte), acá está sorprendentemente bien. Claro, es que todavía tenía que hacerse un lugar y ganarse los porotos, así es que debía esforzarse por actuar. Su personaje refleja a las claras la frustración de las presiones: de sus padres y de la sociedad en general por ser exitoso, de sus amigos medio abusones, de la prosti que se las arregla para manipularlo... Y todo sin sobreactuar en ningún minuto, cuando tan fácil se lo tenía. No es que le vamos a dar el Cine 9009 To Best Actor Awards aquí, pero sí que sostiene bien la peli sobre los hombros sin tratar de robársela ni lucirse a costa del resto del personal. Además está la inolvidable y mil veces parodiada secuencia en donde hace el mongo bailando el calzoncillos, un impagable del infragénero cinematográfico de "eran jóvenes y necesitaban el dinero".
-- Rebecca de Mornay. Bastet mía, ¡qué hembra! Nunca antes y nunca después volvió a estar tan lúbrica como aquí. No se trata de belleza ni buenas curvas ni desnudos (aunque vemos un poco de todo eso acá). Se trata de ese algo más indefinible, esa cosita que tienen muy pocas hembras, que es saber colocarse en un pedestal y volverse objetos de adoración sin necesidad de jugar la carta agresiva o fingir modestia ni nada. Su personaje también tiende a romper estereotipos: es una prostituta, pero no es la "chica mala con fondo de oro" (fondo como corazón, claro, qué pensaban, pervertidos), no es bondadosa, ni tampoco cínica. Simplemente es una superviviente que hace lo que todos, sólo que usa su cuerpo en vez de otra clase de talentos. A veces uno se encuentra con pelis en que te venden a una chica con bueno de arriba y bueno de abajo y te dicen que "¡MIRA, ADMÍRALA, ESTÁ RICA!", y aunque está buena de físico encuentras como que algo le falta, y no es tan buena como la peli exige que sea, o como la cara de arrobamiento (pagado) de los otros personajes pareciera sugerir. No es éste el caso: Rebecca está como un cañón, y justifica de sobra que al personaje de Tom Cruise se le caiga la baba por ella.
-- Esta peli tiene un feeling extraño. En esos años comenzaba la avalancha de comedias adolescentes y pelis de desmadre que encontrarán su cúspide con "La revancha de los nerds" y secuelas. La filosofía era, claro, "party all night", que encontrará su paroxismo en cosas como "Despedida de solteros" y similares, por no hablar de las cientos de direct-to-VHS con chicas cachondas mostrando las lolas como reclamo para que te gastaras el dinero en arriendo de cintas. Pero "Negocios riesgosos" tiene de manera intencionada un ritmo más pausado y un enfoque un poco más dramático. Para ser una peli que es supuestamente una comedia, la peli no te provoca risas en ningún momento, y la terminas con una sensación que es más bien de desesperación, alienación, desamparo... Y esto parece ser adrede. Quizás la venden como comedia porque, bueno, si la vendieran como lo que es, no la vería nadie (injustamente, porque la peli está en general bien, pero ya se sabe cómo es el público). En muchos sentidos, aunque la peli está imbuida de la ideología de los '80s, la manera de narrar la historia es todavía deudora de los últimos coletazos del cine de los '70s, con su aproximación más desafectada, cínica, pesimista y "seria" a los temas que aborda. Compárese por ejemplo con otra peli también de factura tomcruisiana como lo es "Cóctel", de ocho años después, plenamente ochentera y con un angst mucho más impostado y pasteloso. Por no hablar de "El secreto de mi éxito" con Michael J. Fox, plenamente ochentera, desenfadada, cachonda, y estéticamente anclada en su década. Y ambas, bastante inferiores a "Negocios riesgosos". Quizás también de ahí el espíritu crítico inherente a esta peli, algo que era muy propio y casi inevitable en el cine de los '70s... que ya hacía algunos añitos habían quedado atrás.
-- Aunque el enfoque de esta peli va claramente por el lado del género del "niño que crece y madura y descubre el mundo real y se hace hombre", su mejor ángulo va por otro lado. Es poco probable que lo hayan hecho de manera intencional (¿en América? ¿Estás de joda?), pero esta peli es una de las más devastadoras sátiras o parodias hechas jamás sobre el capitalismo a la yanki, o mejor que sobre el capitalismo, sobre el espíritu monetarista que impulsa a la cultura de Estados Unidos, y por contagio, al resto del mundo occidental. Veamos. El chico en tanto chico carece por completo de valor, y sus padres le dejan la casa porque bueno, parece responsable y etcétera, lo que no impide que le tapen de instrucciones como a un obrero cualquiera. Además de eso, estudia estudios de verdad, o sea, ni Antropología ni Filosofía ni esas mierdas, sino Negocios, para el día de mañana llegar a ser un empresario y tener el dinero para hacer todo lo que quiera. Cuando se mete en líos y necesita desesperadamente dinero AHORA para salir, ¿qué hace? Pues hace lo que cualquier emprendedor: busca e identifica un nicho de mercado sin explotar (en este caso, la necesidad de los adolescentes para tener un lugar donde follar, así como una chica con la cual follar, porque ni los moteles ni las prostitutas se meten con menores de edad), monta su pequeña empresa (en su propia casa, y con eso ahorra en inversión), y hace un negocio redondo. Al final no consigue ni la felicidad ni una relación estable (hay un happy end, pero fue una imposición de los estudios, y si ves la peli, te das más o menos cuenta de que así como te habían presentado a los personajes es improbable que hayan terminado de esa manera sin pegarse un viraje tan brusco como conveniente cinco segundos antes del final), pero hacen dinero para salir de los problemas, que es lo importante. Tiene su miga que la peli exhiba el capitalismo en su vertiente más cruda a través de la prostitución, con una chica que ofrece agresivamente su producto a un cliente medio pavo, que a su vez es presionada por su pimp, y que la salida sea, bueno, más prostitución. ¿Moraleja de la peli? Al final, todo el cuento del capitalismo y ganar dinero a ultranza es para follar más. El que tiene más dinero tiene más posibilidades de follar (claro, puede ser que te dé un ataque cardíaco por la sobrecarga laboral tratando de ganar dinero, y ya no puedas follar tan tranquilo, pero viejo, valía la pena el riesgo, ¿no?). ¡Y esta peli se rodó en pleno corazón de Hollywood, una de las industrias más capitalistas de todas! Porque Hollywood es la "fábrica de sueños", no una fábrica de productos útiles para la sociedad como lo serían zapatos o comida, y bueno, eso es capitalismo puro a unos niveles de abstracción espantosos, estudios de mercado incluidos para introducir sus productos en el market. ¿Y los productores no se dieron cuenta? Bueno, parece que les vendieron la moto de la peli teen. Puede que los productores de Hollywood sean los más ricos, pero no necesariamente son los más listos, ya ven... O eso, o no les importa en lo absoluto, hijos putativos de Ayn Rand.
IDEAL PARA: Seguidores del cine tipo "rito de pasaje a la adultez" y crítica del capitalismo.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Tom Cruise era joven cayó tan bajo como para bailar estilo estríper por dinero [en inglés, sin subtítulos, ni falta que hacen].
-- La escena del tren, cuando escuchar un tema de Phil Collins era sexy [en inglés, sin subtítulos].
jueves, 9 de febrero de 2012
"J. Edgar" (2011).
-- "J. Edgar". Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Leonardo DiCaprio, Armie Hammer, Naomi Watts, Josh Lucas, Judi Dench, Damon Herriman, Jeffrey Donovan, Ed Westwick, Ken Howard, Stephen Root, Denis O'Hare, Geoff Pierson, Lea Thompson, Gunner Wright.
-- Guión: Dustin Lance Black.
-- Banda Sonora: Clint Eastwood.
-- "J. Edgar" en IMDb.
-- "J. Edgar" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El FBI, los estrambóticos '60s. Aunque la oficina no se ve muy '60s, no muy "Mad Men", sino más bien... espartana a lo Clint. Un vejete que no se lo cree nadie (Leonardo DiCaprio con un maquillaje de serie B '80s que tirapatrás) está dictando sus memorias a un agente joven, bien trajeado, masculino... no, no digo estas cosas por lo que piensan. Lo digo porque son detalles importantes en el subtexto. ¿Sabes cómo partió el FBI, my son...? Eran los años posteriores a la Primera Guerra. Afuera había... ¡anarquistas! Y las autoridades, kid, eran un poco como en "24", o sea, unos ñoños preocupados de los derechos civiles de las personas, mientras afuera los anarquistas were watching the world burning. Entonces llegué yo. ¡¡¡HOOVER!!! A enseñarles cómo se hace. Primero que nada, utilizando el poder de la... ¡¡¡CIENCIA!!! Los análisis forenses harán el milagro. Con eso, conseguimos detener la peligrosísima amenaza de los anarquistas. En recompensa, a mi jefe y a toda mi gente los despidieron, y me dejaron sólo a mí. Porque... ¡¡¡ESTO... ES... AMÉRICA!!! The land of the Trade and the Bald. Me permitieron montar mi propia oficina y too. De paso traté de seducir a una secretaria a la manera torpe de los pringaos que nunca abandonan el escritorio (salto de regreso al presente: la secre es una viejorra cayéndose tan a pedazos como Leo, o sea, con un maquillaje prostético que hacen buenos los efectos con el monigote E.T. Interpretada por Naomi Watts a falta de Christina Hendricks). Además, apareció un agente nada más joven, bien trajeado, masculino... (salto de regreso al presente: el agente nada más joven, bien trajeado, masculino, ahora es un viejorro cayéndose tan a pedazos como Leo y Naomi, o sea, con un maquillaje prostético digno de videoclip metalero de los '80s). El power trío así ensamblado, o sea, la secre, el agente bien trajeado etcétera, y el propio Hoover, deberán demostrar que su nueva oficina es capaz de combatir al crimen. Aunque sea mostrándole al Presidente Franklin Delano Roosevelt unas cartas que una vendedora de tortillas le ha enviado a la Primera Dama. Pero aún falta que suceda el caso del secuestro del chico de Lindbergh para que veamos lo que vinimos a ver... ¡¡¡EL FBI EN ACCIÓN!!!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
J. Edgar Hoover. Un hombre que por derecho debería estar en el listado de los diez hombres más poderosos en los Estados Unidos del siglo XX. Uno que a punta de armar expedientes sobre comunistas y anarquistas, construyó una base de datos tan completa que ningún Presidente de Estados Unidos entre 1924 y 1972 fue capaz de echarlo (no al menos sin exponerse a que sus chanchullos acabaran por ver la luz en algún periódico): el sobre de jubilación lo recibió junto con un certero guadañazo de la Huesuda, para que nos entendamos. Un hombre opaco, mortecino, del cual se dicen muchas cosas (¡leñe, si su tutú de bailarina de ballet aparece en la pared del recinto policial de "Y dónde está el policía 33 1/3"!). Incluyendo que era un rarito en el closet. Hoover ha encarnado a la quintaesencia de las fallas de la democracia en Estados Unidos: de cómo el gobierno popular se ha hecho tan complejo que se necesitan hombres y agencias especializadas que, bajo el radar de todo el mundo, cobran demasiado poder y se transforman en quistes dentro del sistema. Nada de raro que Oliver Stone lo haya dejado como betún para zapatos en un cameo de Bob Hoskins interpretándolo como un rarito pervertido en "Nixon". ¿Qué podía querer Clint Eastwood con un personaje como éste? ¿Acaso el señor Eastwood está entrenando el músculo del cine conspiranoico, de cara a ser reclutado como director de una eventual "The X-Files 3"? Y sin embargo, no es difícil entender el interés de Clint Eastwood por el personaje. El cine de Eastwood no suele ser ideológicamente sencillo, y aún en sus pelis más "vaqueros vs. forajidos", hay un punto de la peli para el villano. Como sea, Clint Eastwood se salió con la suya rodándola. Es que estamos hablando de un director tan respetado, que en Chile la peli se estrenó con el título original de "J. Edgar" que no le debe decir nada a nadie, salvo a un puñado de frikis por la Historia, únicamente confiando en el tirón que tenga "una de Clint", sin que nadie le haya cambiado el título a alguna chorrada como "El origen del FBI" o "FBI: (R)Evolución". Hasta la fecha de escribir esto, había recibido críticas bastante displiscentes, así como una fría recaudación de algo menos de 60 millones. Pero costó 35, caché de Leonardo DiCaprio incluído, así es que es una ganadora. (Salvo para la Academia, que no la recompensó ni con una candidatura testimonial para el Oscar. Y es que es una peli crítica de AMÉRICA y con un prota pervertidillo, no una de deportes, épica o con paralítico).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por la inteligente manera en que Clint Eastwood sortea el peor escollo que tendría un biopic sobre J. Edgar Hoover: la opacidad del retratado. ¿Qué se sabe de él con certeza? Ni siquiera su homosexualidad está confirmada al cien por cien, y eso que existen chorrocientos millones de testimonios que la afirman. Cualquier cosa que se escriba o se ruede acerca de Hoover, implica desde ya una generosa dosis de ficción, sólo porque es la única manera de rellenar metraje. Clint Eastwood hace de necesidad virtud aquí: la peli misma no es muy fiable. La peli está narrada a partir de las memorias que dicta el propio J. Edgar Hoover. A partir de esto, podemos asumir que todo lo vemos mediatizado. La peli parte y se desarrolla como una apología bastante descarada de J. Edgar Hoover. Su discurso es parafascista a más no poder: la cacería de comunistas y la protección de las instituciones lo son todo. ¿Derechos humanos, garantías individuales, qué es eso...? Hasta que nos cae la teja de que todo lo visto es desde la perspectiva del protagonista, y que en el fondo no hemos visto la realidad, sino como ésta se ha configurado en su cabeza. La peli es menos sobre el J. Edgar Hoover histórico, que sobre una manera o una filosofía de entender el mundo: la filosofía del fascismo americano. Utilizando a J. Edgar Hoover como tabla ouija para canalizar la visión de dichas ideas. Llega un minuto en que J. Edgar Hoover se transforma apenas en un pretexto para el verdadero blanco de la peli: la disección del discurso del fascismo americano. J. Edgar Hoover no se proclama, pero es obvio que se siente como un true American. ¿Y cómo es este true American? Un ser débil, carcomido por las inseguridades, echado a perder por una madre que es una fanática religiosa, teniendo que esconder su vida sexual no sólo de los demás sino también de sí mismo, que cree que cualquier medio es bueno para conseguir determinados fines, carente de autocrítica, y con una sensación exacerbada de que nadie más que él sabe cómo deben hacerse las cosas. Que el J. Edgar Hoover de la peli sea el menos advertido de todas estas flaquezas, las que camufla con su discurso sempiterno acerca de América (incluida esa gran escena ya cerca del final en donde le grita a su "amigo" que es un traidor porque sugiere la posibilidad de retirarse), habla bien a las claras de cierto sector del público yanketa. Dentro de la peli, cada vez que tiene que enseñarle a cada nuevo Presidente quién de verdad manda en el cotarro, se nos está mostrando cómo son las cosas de verdá verdadera en el American Dream: el mundo es para los oportunistas, pero no para los oportunistas cínicos, sino para aquellos que siguen adelante porque están insuflados con esa llama que sólo la Verdadera Libertad es capaz de proporcionarles. Incluso a quienes son indignos de ella.
-- Dentro de la filmografía de Clint Eastwood, la peli ocupa un lugar muy especial. Hoy en día, en que desde los '90s se viene saludando día sí y día también a Clint Eastwood como uno de los más grandes realizadores contemporáneos (cómo andará el cine y la nueva hornada de realizadores, que uno de los mejores es un tipo que ya en cualquier momento para las chalupas, fíjense), se nos olvida que en los '70s y '80s, el cine de Clint Eastwood fue sinónimo de fascismo americano a la vena. En la percepción de la gente, a lo menos. Recordemos cómo fue criticada "Harry el Sucio" en su época, considerándosela una exaltación de la filosofía del vaquero del dispara primero y pregunta después, sin respeto alguno por la dignidad humana, los derechos del hombre, etcétera. Para el público de la época, una peli en donde un poli disparaba a los sospechosos en vez de arrestarlos y llevarlos a la justicia con brillantes fanfarrias como soundtrack de fondo, era el colmo de la villanía. En "J. Edgar", Clint Eastwood nos muestra a un poli de verdad, que practica la filosofía de Harry el Sucio (sólo que un poco más desde el escritorio y un poco menos in the streets). Con esto, Clint pareciera estar ajustando cuentas con su propio pasado. La diferencia clave es que Harry el Sucio es un personaje de ficción, y todas las cosas que le ocurren y ante las cuales reaccionan, han sido amañadas para que en el guión todo calce con su figura heroica, mientras que J. Edgar Hoover es un personaje histórico que de verdad anduvo sobre la Tierra, como los dinosaurios. La idea pareciera ser un "¡hey, cuando me acusaban de fascista, estaban hablando de una peli de ficción, acaso una parábola en donde por una vez triunfa la decencia y la moral!". "J. Edgar" está en relación a "Harry el Sucio" igualito que el Quijote de la Mancha (un personaje "real" en el imaginario cervantino) al Amadís de Gaula (el Amadís, dentro del imaginario quijotesco, es ficticio, y el Quijote mismo es real). Y ya sabemos que el Quijote, por hacer las mismas cosas que el Amadís, no triunfa nunca y se lleva jarabe de palo capítulo sí y capítulo también. Pasa un poco lo mismo con el Edgar Hoover de Clint Eastwood: podemos considerarlo como un triunfador, pero no un triunfador a lo Harry el Sucio, sino uno retorcido, fracturado, que gana su batalla profesional al precio de perder su propia personalidad y sacrificar su propia felicidad. Harry el Sucio es un personaje dramático porque debido a su decencia es perpetuamente incomprendido por los burócratas y los bienpensantes. J. Edgar Hoover (el de Eastwood, claro, valga otra vez la aclaración) es un personaje grotesco porque cree o finge tener decencia, y resulta que consigue escalar hasta el pináculo más alto de la cordillera de la vida traicionando justamente la esencia de lo que solemos llamar "valores americanos". "J. Edgar" no contradice el legado fílmico de Clint Eastwood, ni es la muestra de un gran maestro ablandándose y cayendo en la chochera, sino que por el contrario, es un inteligente contrapunto y un TOMA ESO a quienes lo han criticado y lo han entendido mal.
-- Leonardo DiCaprio. He dicho en numerosas ocasiones que Leo tiene una cantidad sobrada de talento, y nos daría grandes actuaciones si es que se preocupara un poco más de eso en vez de ir como chulomijo por la vida (mal crónico de muchas pelis suyas, en particular post-"Titanic"). Aquí, Leonardo DiCaprio nos entrega uno de los papeles más monumentales de su vida, y una actuación realmente descollante. Al principio cuesta sacarse la idea de "Leonardo DiCaprio haciendo de J. Edgar Hoover", quizás por su fisonomía tan reconocible y algunos tics actorales que le son propios (lo que tanto hizo para hundir la por otra parte deplorable "Shutter Island"). Pero a medida que la peli se desenvuelve, su presencia escénica se va apoderando de todo y de todos. Se supone que el personaje es un ciclón que lo avasalla todo, y Leonardo DiCaprio transmite eso de manera soberbia. Tomemos la escena de la biblioteca (no es demasiado spoiler, está casi al comienzo). J. Edgar Hoover trata de seducir a la secretaria de una manera terriblemente torpe, casi quinceañera diríamos. Con un actor menos hábil (y con un director menos capaz también, vamos), la escena hubiera sido tan ridícula como una comedieta de ésas que ya sabemos cuáles son. Pero Leonardo DiCaprio, sin sobreactuar, sin salirse de madre, únicamente llevando a su personaje con toda la naturalidad del mundo, se las arregla para transmitir toda la soledad, el desamparo y las inseguridades del personaje, en lo que es quizás el momento definitorio de su personalidad dentro de la peli. Para que aprenda el resto cómo se hace.
-- El resto de la peli está bien. Clint Eastwood siempre fiel a su filosofía de menos es más, rueda de la manera austera que es su marca de fábrica, siempre directo al grano como corresponde, y buscando soluciones narrativas prácticas en vez de engolosinarse con teoría del montaje y otras tonteras. Las actuaciones del resto de los involucrados también se encuentran muy bien (aunque Naomi Watts desluce un poco, creo que podría haber dado un poco más de sí), destacando Armie Hammer dándole muy bien la réplica a Leonardo DiCaprio como su "quiero pero no quiero", y Judi Dench como una madre para colgarla (su enorme presencia escénica compensa algunos diálogos de ella quizás un poco risibles a ratos). Quizás el único verdadero lunar sean los efectos de maquillaje y prótesis para envejecer a los personajes. En realidad no son sensiblemente peores que los de Carla Gugino en "Watchmen", por poner un ejemplo, pero en esa peli estábamos en un universo de cómic, mientras que acá se supone que está basada o al menos inspirada en hechos reales, y de esta manera, cualquier detalle como éste rechina un poco más. Pero en el apartado técnico, la peli está muy bien.
IDEAL PARA: Ver una interesante disección de en qué piensan o más bien cómo se justifican las personas con una cierta mentalidad o visión de la vida, particularmente la del fascismo americano.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
domingo, 5 de febrero de 2012
"El turista" (2010).
-- "The Tourist". Estados Unidos / Francia. Año 2010.
-- Dirección: Florian Henckel von Donnersmarck.
-- Actuación: Johnny Depp, Angelina Jolie, Paul Bettany, Timothy Dalton, Steven Berkoff, Rufus Sewell, Christian De Sica, Alessio Boni, Daniele Pecci, Giovanni Guidelli, Raoul Bova, Bruno Wolkowitch, Marc Ruchmann, Julien Baumgartner, François Vincentelli.
-- Guión: Florian Henckel von Donnersmarck, Christopher McQuarrie y Julian Fellowes, basados en el guión original de Jérôme Salle.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.
-- "El turista" en IMDb.
-- "El turista" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un grupo de detectives está siguiendo a una fulana. Que es Angelina Jolie mostrando poco cuero, pero que por la cara se adivinan los terribles estragos que la anorexia le ha hecho a la bella. El caso es que Angelina Jolie pareciera intuir que le están echando el lazo, y se las arregla para moverse de una manera tal, que se entera de algo sin que la policía llegue a echarle un vistazo. Pero, señores, ¡sorpresa!, la policía sí consigue averiguar el follón al final. ¿Y qué follón es ése? Pues bien, que un evasor de impuestos se ha hecho cirugía facial, y para despistar a la policía, le ha pedido a la chica que se reuna con él DESPUÉS de haberse reunido con un pobre salao de la misma estatura y complexión, para darles un falso señuelo. La chica, obediente ella, se sube al tren que le dicen, busca a un tipo que responda a las señales... y éste resulta ser Johnny Depp, en uno de esos roles bordes que tan bien se le dan. Por supuesto que por revueltas del guión, todo el mundo irá a por Johnny Depp como señuelo, incluyendo no sólo a los dobermanes del fisco, sino también, peor aún... a la mafia rusa. Glup. No diremos que en Venecia correrán los canales de sangre, pero sí las piernitas de Depp y la Jolie tendrán un poco de ejercicio en medio de una espectacular arquitectura de postal...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En 2005 se rodó una peli en Francia llamada "El secreto de Anthony Zimmer", con Sophie Marceau e Yvan Attal, y de la que nada diremos porque no hemos tenido ocasión de verla acá en Cine 9009. Alguna mente maestra de Hollywood dijo entonces que era una buena idea hacer un remake en Yankilandia, si ya sabemos que eso de entender una peli en idioma foráneo a los yankis se les da como el culo. La razón por la que alguien pensó que era una buena idea encargarle a un director alemán la realización del remake yanketa de una peli francesa ambientada en Italia, es algo que se me escapa, pero lo hicieron. El elegido para la gloria fue Florian Henckel von Donnersmarck, que entra con este hito histórico (es un sarcasmo) por la puerta ancha (es un decir) a Hollywood. Aunque la peli chocó de frente contra la crítica (no sin razón, sin que sirva de precedente), recaudó más de 275 millones a nivel mundial con una inversión de apenas 100. De los cuales, seguro que la mitad fueron para pagar las voraces cuentas bancarias del Depp y la Jolie, muy tops ellos nowadays.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Pero, pero... ¿es que esto es en serio? O sea, ¿esta mugre de peli fue rodada por el mismo tipo que cuatro años atrás consiguió alzarse con el Oscar a la Mejor Película Extranjera con la estupenda "La vida de los otros"...? O sea, que ya tenemos al nuevo pobrecillo que va de prohombre genio en su país, y termina engullido por Hollywood. Y van... El caso es que cuando te sientas a ver una peli, han pasado como veinte minutos de la misma, y empiezas a preguntarte "a ver, tenemos el planteamiento, cuál entonces debería ser el ingenioso giro final para sorprendernos", te inventas un giro final en tu cabecita, y resulta que ESE INGENIOSO GIRO FINAL es el que era, pues apaga y vámonos. Si al menos la peli consiguiera construir tensión dramática por el camino, pues eso estaría mejor, pero ni por ésas. O sea, si para disimular la gran sorpresa tienes que recurrir a trucos tan zafios como contratar a un actor de primera línea para un rol sin importancia que en esencia es un señuelo para el espectador (no, no me refiero a Depp), pues aviados estamos. Con el planteamiento de la peli (el pobre jamón inocente tomado por un criminal que no es, etcétera) se pueden hacer estupendas filigranas, y ahí está "Intriga internacional" de Hitchcock para probarlo. Pero, ¡ay!, Hitchcock era un maestro y estos tipos no. La química entre Depp y Jolie es casi nula, ambos están actuando en piloto automático... La banda sonora es tan anodina, que nadie diría "James Newton Howard" de sólo escucharla. La fotografía y los vestidos cuentan como lo mejor de la peli, pero tampoco son exactamente un derroche de delirio visual. No se puede decir que la peli sea especialmente mala, pero no se necesitaban 100 millones de dólares para rodar lo que en esencia es un telefilme barato de espías sofisticados de los '80s. En algunos años más, no muchos tampoco, cuando exhiban esta peli en paquete con otras en horario de trasnoche, las nuevas generaciones se preguntarán qué tenía de especial esta peli, que fue estrenada y obtuvo cartelera como el blockbuster romance-spy de la temporada. Y por desgracia, tendrán razón.
IDEAL PARA: Olvidarse de ella.
OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL TURISTA":
-- "Crítica de 'The Tourist', por John Blutarsky" en La Casa de los Horrores.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].