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jueves, 9 de febrero de 2012
"J. Edgar" (2011).
-- "J. Edgar". Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Leonardo DiCaprio, Armie Hammer, Naomi Watts, Josh Lucas, Judi Dench, Damon Herriman, Jeffrey Donovan, Ed Westwick, Ken Howard, Stephen Root, Denis O'Hare, Geoff Pierson, Lea Thompson, Gunner Wright.
-- Guión: Dustin Lance Black.
-- Banda Sonora: Clint Eastwood.
-- "J. Edgar" en IMDb.
-- "J. Edgar" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El FBI, los estrambóticos '60s. Aunque la oficina no se ve muy '60s, no muy "Mad Men", sino más bien... espartana a lo Clint. Un vejete que no se lo cree nadie (Leonardo DiCaprio con un maquillaje de serie B '80s que tirapatrás) está dictando sus memorias a un agente joven, bien trajeado, masculino... no, no digo estas cosas por lo que piensan. Lo digo porque son detalles importantes en el subtexto. ¿Sabes cómo partió el FBI, my son...? Eran los años posteriores a la Primera Guerra. Afuera había... ¡anarquistas! Y las autoridades, kid, eran un poco como en "24", o sea, unos ñoños preocupados de los derechos civiles de las personas, mientras afuera los anarquistas were watching the world burning. Entonces llegué yo. ¡¡¡HOOVER!!! A enseñarles cómo se hace. Primero que nada, utilizando el poder de la... ¡¡¡CIENCIA!!! Los análisis forenses harán el milagro. Con eso, conseguimos detener la peligrosísima amenaza de los anarquistas. En recompensa, a mi jefe y a toda mi gente los despidieron, y me dejaron sólo a mí. Porque... ¡¡¡ESTO... ES... AMÉRICA!!! The land of the Trade and the Bald. Me permitieron montar mi propia oficina y too. De paso traté de seducir a una secretaria a la manera torpe de los pringaos que nunca abandonan el escritorio (salto de regreso al presente: la secre es una viejorra cayéndose tan a pedazos como Leo, o sea, con un maquillaje prostético que hacen buenos los efectos con el monigote E.T. Interpretada por Naomi Watts a falta de Christina Hendricks). Además, apareció un agente nada más joven, bien trajeado, masculino... (salto de regreso al presente: el agente nada más joven, bien trajeado, masculino, ahora es un viejorro cayéndose tan a pedazos como Leo y Naomi, o sea, con un maquillaje prostético digno de videoclip metalero de los '80s). El power trío así ensamblado, o sea, la secre, el agente bien trajeado etcétera, y el propio Hoover, deberán demostrar que su nueva oficina es capaz de combatir al crimen. Aunque sea mostrándole al Presidente Franklin Delano Roosevelt unas cartas que una vendedora de tortillas le ha enviado a la Primera Dama. Pero aún falta que suceda el caso del secuestro del chico de Lindbergh para que veamos lo que vinimos a ver... ¡¡¡EL FBI EN ACCIÓN!!!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
J. Edgar Hoover. Un hombre que por derecho debería estar en el listado de los diez hombres más poderosos en los Estados Unidos del siglo XX. Uno que a punta de armar expedientes sobre comunistas y anarquistas, construyó una base de datos tan completa que ningún Presidente de Estados Unidos entre 1924 y 1972 fue capaz de echarlo (no al menos sin exponerse a que sus chanchullos acabaran por ver la luz en algún periódico): el sobre de jubilación lo recibió junto con un certero guadañazo de la Huesuda, para que nos entendamos. Un hombre opaco, mortecino, del cual se dicen muchas cosas (¡leñe, si su tutú de bailarina de ballet aparece en la pared del recinto policial de "Y dónde está el policía 33 1/3"!). Incluyendo que era un rarito en el closet. Hoover ha encarnado a la quintaesencia de las fallas de la democracia en Estados Unidos: de cómo el gobierno popular se ha hecho tan complejo que se necesitan hombres y agencias especializadas que, bajo el radar de todo el mundo, cobran demasiado poder y se transforman en quistes dentro del sistema. Nada de raro que Oliver Stone lo haya dejado como betún para zapatos en un cameo de Bob Hoskins interpretándolo como un rarito pervertido en "Nixon". ¿Qué podía querer Clint Eastwood con un personaje como éste? ¿Acaso el señor Eastwood está entrenando el músculo del cine conspiranoico, de cara a ser reclutado como director de una eventual "The X-Files 3"? Y sin embargo, no es difícil entender el interés de Clint Eastwood por el personaje. El cine de Eastwood no suele ser ideológicamente sencillo, y aún en sus pelis más "vaqueros vs. forajidos", hay un punto de la peli para el villano. Como sea, Clint Eastwood se salió con la suya rodándola. Es que estamos hablando de un director tan respetado, que en Chile la peli se estrenó con el título original de "J. Edgar" que no le debe decir nada a nadie, salvo a un puñado de frikis por la Historia, únicamente confiando en el tirón que tenga "una de Clint", sin que nadie le haya cambiado el título a alguna chorrada como "El origen del FBI" o "FBI: (R)Evolución". Hasta la fecha de escribir esto, había recibido críticas bastante displiscentes, así como una fría recaudación de algo menos de 60 millones. Pero costó 35, caché de Leonardo DiCaprio incluído, así es que es una ganadora. (Salvo para la Academia, que no la recompensó ni con una candidatura testimonial para el Oscar. Y es que es una peli crítica de AMÉRICA y con un prota pervertidillo, no una de deportes, épica o con paralítico).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por la inteligente manera en que Clint Eastwood sortea el peor escollo que tendría un biopic sobre J. Edgar Hoover: la opacidad del retratado. ¿Qué se sabe de él con certeza? Ni siquiera su homosexualidad está confirmada al cien por cien, y eso que existen chorrocientos millones de testimonios que la afirman. Cualquier cosa que se escriba o se ruede acerca de Hoover, implica desde ya una generosa dosis de ficción, sólo porque es la única manera de rellenar metraje. Clint Eastwood hace de necesidad virtud aquí: la peli misma no es muy fiable. La peli está narrada a partir de las memorias que dicta el propio J. Edgar Hoover. A partir de esto, podemos asumir que todo lo vemos mediatizado. La peli parte y se desarrolla como una apología bastante descarada de J. Edgar Hoover. Su discurso es parafascista a más no poder: la cacería de comunistas y la protección de las instituciones lo son todo. ¿Derechos humanos, garantías individuales, qué es eso...? Hasta que nos cae la teja de que todo lo visto es desde la perspectiva del protagonista, y que en el fondo no hemos visto la realidad, sino como ésta se ha configurado en su cabeza. La peli es menos sobre el J. Edgar Hoover histórico, que sobre una manera o una filosofía de entender el mundo: la filosofía del fascismo americano. Utilizando a J. Edgar Hoover como tabla ouija para canalizar la visión de dichas ideas. Llega un minuto en que J. Edgar Hoover se transforma apenas en un pretexto para el verdadero blanco de la peli: la disección del discurso del fascismo americano. J. Edgar Hoover no se proclama, pero es obvio que se siente como un true American. ¿Y cómo es este true American? Un ser débil, carcomido por las inseguridades, echado a perder por una madre que es una fanática religiosa, teniendo que esconder su vida sexual no sólo de los demás sino también de sí mismo, que cree que cualquier medio es bueno para conseguir determinados fines, carente de autocrítica, y con una sensación exacerbada de que nadie más que él sabe cómo deben hacerse las cosas. Que el J. Edgar Hoover de la peli sea el menos advertido de todas estas flaquezas, las que camufla con su discurso sempiterno acerca de América (incluida esa gran escena ya cerca del final en donde le grita a su "amigo" que es un traidor porque sugiere la posibilidad de retirarse), habla bien a las claras de cierto sector del público yanketa. Dentro de la peli, cada vez que tiene que enseñarle a cada nuevo Presidente quién de verdad manda en el cotarro, se nos está mostrando cómo son las cosas de verdá verdadera en el American Dream: el mundo es para los oportunistas, pero no para los oportunistas cínicos, sino para aquellos que siguen adelante porque están insuflados con esa llama que sólo la Verdadera Libertad es capaz de proporcionarles. Incluso a quienes son indignos de ella.
-- Dentro de la filmografía de Clint Eastwood, la peli ocupa un lugar muy especial. Hoy en día, en que desde los '90s se viene saludando día sí y día también a Clint Eastwood como uno de los más grandes realizadores contemporáneos (cómo andará el cine y la nueva hornada de realizadores, que uno de los mejores es un tipo que ya en cualquier momento para las chalupas, fíjense), se nos olvida que en los '70s y '80s, el cine de Clint Eastwood fue sinónimo de fascismo americano a la vena. En la percepción de la gente, a lo menos. Recordemos cómo fue criticada "Harry el Sucio" en su época, considerándosela una exaltación de la filosofía del vaquero del dispara primero y pregunta después, sin respeto alguno por la dignidad humana, los derechos del hombre, etcétera. Para el público de la época, una peli en donde un poli disparaba a los sospechosos en vez de arrestarlos y llevarlos a la justicia con brillantes fanfarrias como soundtrack de fondo, era el colmo de la villanía. En "J. Edgar", Clint Eastwood nos muestra a un poli de verdad, que practica la filosofía de Harry el Sucio (sólo que un poco más desde el escritorio y un poco menos in the streets). Con esto, Clint pareciera estar ajustando cuentas con su propio pasado. La diferencia clave es que Harry el Sucio es un personaje de ficción, y todas las cosas que le ocurren y ante las cuales reaccionan, han sido amañadas para que en el guión todo calce con su figura heroica, mientras que J. Edgar Hoover es un personaje histórico que de verdad anduvo sobre la Tierra, como los dinosaurios. La idea pareciera ser un "¡hey, cuando me acusaban de fascista, estaban hablando de una peli de ficción, acaso una parábola en donde por una vez triunfa la decencia y la moral!". "J. Edgar" está en relación a "Harry el Sucio" igualito que el Quijote de la Mancha (un personaje "real" en el imaginario cervantino) al Amadís de Gaula (el Amadís, dentro del imaginario quijotesco, es ficticio, y el Quijote mismo es real). Y ya sabemos que el Quijote, por hacer las mismas cosas que el Amadís, no triunfa nunca y se lleva jarabe de palo capítulo sí y capítulo también. Pasa un poco lo mismo con el Edgar Hoover de Clint Eastwood: podemos considerarlo como un triunfador, pero no un triunfador a lo Harry el Sucio, sino uno retorcido, fracturado, que gana su batalla profesional al precio de perder su propia personalidad y sacrificar su propia felicidad. Harry el Sucio es un personaje dramático porque debido a su decencia es perpetuamente incomprendido por los burócratas y los bienpensantes. J. Edgar Hoover (el de Eastwood, claro, valga otra vez la aclaración) es un personaje grotesco porque cree o finge tener decencia, y resulta que consigue escalar hasta el pináculo más alto de la cordillera de la vida traicionando justamente la esencia de lo que solemos llamar "valores americanos". "J. Edgar" no contradice el legado fílmico de Clint Eastwood, ni es la muestra de un gran maestro ablandándose y cayendo en la chochera, sino que por el contrario, es un inteligente contrapunto y un TOMA ESO a quienes lo han criticado y lo han entendido mal.
-- Leonardo DiCaprio. He dicho en numerosas ocasiones que Leo tiene una cantidad sobrada de talento, y nos daría grandes actuaciones si es que se preocupara un poco más de eso en vez de ir como chulomijo por la vida (mal crónico de muchas pelis suyas, en particular post-"Titanic"). Aquí, Leonardo DiCaprio nos entrega uno de los papeles más monumentales de su vida, y una actuación realmente descollante. Al principio cuesta sacarse la idea de "Leonardo DiCaprio haciendo de J. Edgar Hoover", quizás por su fisonomía tan reconocible y algunos tics actorales que le son propios (lo que tanto hizo para hundir la por otra parte deplorable "Shutter Island"). Pero a medida que la peli se desenvuelve, su presencia escénica se va apoderando de todo y de todos. Se supone que el personaje es un ciclón que lo avasalla todo, y Leonardo DiCaprio transmite eso de manera soberbia. Tomemos la escena de la biblioteca (no es demasiado spoiler, está casi al comienzo). J. Edgar Hoover trata de seducir a la secretaria de una manera terriblemente torpe, casi quinceañera diríamos. Con un actor menos hábil (y con un director menos capaz también, vamos), la escena hubiera sido tan ridícula como una comedieta de ésas que ya sabemos cuáles son. Pero Leonardo DiCaprio, sin sobreactuar, sin salirse de madre, únicamente llevando a su personaje con toda la naturalidad del mundo, se las arregla para transmitir toda la soledad, el desamparo y las inseguridades del personaje, en lo que es quizás el momento definitorio de su personalidad dentro de la peli. Para que aprenda el resto cómo se hace.
-- El resto de la peli está bien. Clint Eastwood siempre fiel a su filosofía de menos es más, rueda de la manera austera que es su marca de fábrica, siempre directo al grano como corresponde, y buscando soluciones narrativas prácticas en vez de engolosinarse con teoría del montaje y otras tonteras. Las actuaciones del resto de los involucrados también se encuentran muy bien (aunque Naomi Watts desluce un poco, creo que podría haber dado un poco más de sí), destacando Armie Hammer dándole muy bien la réplica a Leonardo DiCaprio como su "quiero pero no quiero", y Judi Dench como una madre para colgarla (su enorme presencia escénica compensa algunos diálogos de ella quizás un poco risibles a ratos). Quizás el único verdadero lunar sean los efectos de maquillaje y prótesis para envejecer a los personajes. En realidad no son sensiblemente peores que los de Carla Gugino en "Watchmen", por poner un ejemplo, pero en esa peli estábamos en un universo de cómic, mientras que acá se supone que está basada o al menos inspirada en hechos reales, y de esta manera, cualquier detalle como éste rechina un poco más. Pero en el apartado técnico, la peli está muy bien.
IDEAL PARA: Ver una interesante disección de en qué piensan o más bien cómo se justifican las personas con una cierta mentalidad o visión de la vida, particularmente la del fascismo americano.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
Hoover también es mencionado en "Buenas Noches y Buena Suerte"
ResponderBorrarPor alguna razón no me extraña. ¿Será mucho decir que fue casi un dictador en las sombras, dentro de Estados Unidos...?
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