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domingo, 29 de marzo de 2009

"Watchmen" (2009).


-- "Watchmen". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Zack Snyder.
-- Actuación: Malin Akerman, Billy Crudup, Matthew Goode, Jackie Earle Haley, Jeffrey Dean Morgan, Patrick Wilson, Carla Gugino, Matt Frewer, Stephen McHattie, Laura Mennell, Rob LaBelle, Gary Houston, James M. Connor, Mary Ann Burger, John Shaw.
-- Guión: David Hayter y Alex Tse, basados en la novela gráfica de Dave Gibbons y Alan Moore (este último sin acreditar).
-- Banda Sonora: Tyler Bates.

-- "Watchmen" en IMDB.
-- "Watchmen" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Nueva York. 1985. Richard Nixon rules. Literalmente: es el Presidente de los Estados Unidos. El Hombre Uno. The Omega President. En un roñoso departamento tipo "first floor's pre-sucessed Billy Idol", un vejete fumador de puros está mirando la TV. De pronto, puerta rota. El tipo sabe que lo están persiguiendo, pero en una maniobra muy idiota, se ha quedado quieto para que lo encuentren, y puede darse por satisfecho de que venga sólo uno tras él, en vez de un escuadrón completo. El misterioso atacante confronta al dueño de casa con muy malos modales, la clase de malos modales que involucran darle una rastrera paliza y luego precipitarlo ventana abajo desde un ytitantopiso hacia la calle. La policía, como de costumbre, está in albis. Pero no se preocupen, ahí llega el batmanesco Rorschach (los puristas que se aguanten, ya sé que Rorschach no es un trasunto de Batman sino de Question, y que el Batman de esta historia es Búho Nocturno o como-se-llame, pero en fin, me entienden el concepto). Llega el batmanesco Rorschach, decía, e investiga su poco aquí y su poco allá, llegando a una paranoica conclusión: alguien está matando enmascarados. Porque el muertito era un justiciero enmascarado llamado el Comediante, medio ya en retiro porque Richard Nixon ha pasado una ley para que los enmascarados no se pongan a investigar watergates y cosas así, y así imponer su Tenebrosa Dictadura sobre la América Orwelliana 1985 (¡hey, suena como "1984 Year Two"! En fin, chistes comiqueros aparte...). ¿En qué estaba? ¡Ah, sí! Rorschach investigando la muerte del Comediante. Resulta que a partir de eso, vamos conociendo al resto del elenco de superhéroes, que desde su retiro forzoso ha vivido su vida cada uno como mejor puede, lo que puede ser un tanto deprimente en algunos casos. El más chupi es el Doctor Manhattan, que tiene poderes para manipular la materia, el tiempo y el espacio, y en vez de utilizar sus nuevas habilidades para crearse un Paraíso con 72 huríes y whisky a destajo, se ha vuelto cada vez más misántropo y filósofo y sufrido, pobrecito él. A su lado está Espectro de Seda, curvilínea y comestible por todas partes, que se va más o menos hacia donde calienta el Sol (es un decir, el Doctor Manhattan en realidad no calienta mucho que digamos, con su permanente tecnofilosofogibarish). Más allá está Búho Nocturno, que no se atreve a mojar pija con Espectro de Seda, así es que se conforma con quedarse verdebaboso alrededor de ella como pañuelito de lágrimas. Y completa el elenco un tal Ozymandias, que haciendo honor a su habilidad para ser el hombre más inteligente del mundo o eso dicen, cuelga el traje de superhéroe para lucrarse vendiendo los monitos y figuritas basados en sus compañeros, chico listo que le llaman (¡el dinero no está en la obra sino en el mercadishing alrededor!). ¿Será alguno de ellos el asesino? ¿Se incrementará la tensión mundial hasta el punto de una guerra nuclear total? ¿Quién se ha comido mi queso?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Quizás el mito más perdurable de la cultura popular del siglo XX, sea el superhéroe. Nacidos en los deprimidos '30s (se dice que el primero fue Superman, pero antes Flash Gordon y el Fantasma Que Camina fueron importantes puntos de bisagra entre el antiguo héroe pulp y el moderno superhéroe), encontraron su raison d'être en los '40s, cuando frente a los malvadísimos nazis los yankis podían sentirse buenos y puros, y por eso se comprarían el cuento completo. En los tranquilos y adormilados '50s, los superhéroes se sanitizaron lo suyo (hay que ver lo ridículas que eran las portadas de Superman en aquellos años, con Lois Lane tomando milkshakes y yendo a la peluquería...). En los '60s se hicieron contraculturales, pero curiosamente, muchos de esos superhéroes que desmentían lo que era ser un superhéroe (el aproblemado Hombre Araña, el renuente Guapo Ben, el jekyllesco Hulk) se transformaron en mainstream. En los '70s, con la resaca Watergate, los superhéroes se oscurecieron un tanto más (la saga del Imperio Secreto del Capitán América, Batman luchando contra Ra's al Ghul...). Y en los '80s, los superhéroes tradicionalmente asociados a los valores patrios, empezaron a caer en desgracia cuando esos valores patrios fueron secuestrados por los neocon ultraliberales de Ronald Reagan (bueno, al menos él era simpático, lo que es George W. Bush...). En medio de ese ambiente alienado, el historietista Alan Moore, que ya había hecho sus pinitos haciendo comiquitas de superhéroes, lanzó la historieta que pretendía ser definitiva: "Watchmen". Se supone que iba a partir como una historia de una franquicia antigua comprada por DC Comics, pero por avatares de la conveniencia editorial, acabó transformándose en una historia autocontenida. "Watchmen" marcó una revolución para la época, una revisión draconiana de lo que significan de verdad los superhéroes. La idea de base era muy sencilla: ¿qué pasaría si los superhéroes existieran de verdad en nuestro mundo real? Porque el mundo de los superhéroes es real sólo de mentirijillas, o acaso alguien se cree que con todos los inventos que desarrolla Reed Richards entre desayuno y almuerzo de manera casi rutinaria, el mundo actual no estaría viviendo su Sexta Revolución Industrial o acaso más... Como bien apuntó Alan Moore, por un lado los superhéroes cambiarían los balances de poder en el mundo. En segundo lugar, vamos a ver si la gente los aceptaría tan de buenas a primeras (la gente tiene la desagradable costumbre de gustarle la mano dura cuando es con otros la cosa, no cuando es con uno). En tercera, los superhéroes no necesariamente serían modelos de justicia, desapasionados Linternas Verdes o 4 Fantásticos luchando por la libertad y la justicia porque sí, y sin tener delante ninguna opción moral ambigua (vamos, que los conflictos de método entre Batman y Superman generalmente son más cosméticos que otra cosa). El producto creado fue algo tan denso y soliviante, que quién demonios iba a atreverse a adaptarlo al cine. La respuesta: Todos los que pudieran pagar por los derechos. Total, al carajo con la densidad de ideas, que si la historieta vende, hay que sacar la peli, caramba. Por ABC motivos, terminaron sacándola casi un cuarto de siglo después de la historieta original. Originando de paso discusiones enconadas dentro de la parroquia. Que si es buena, que si es mala. Que si había que adaptarla en forma más literal, que si se podía adaptar o no. Caray, si están más fundamentalistas que la Biblia, ni los propios fundamentalistas cristianos se quejan porque "Rey de Reyes" o "La más grande historia jamás contada" no sean ciento por ciento fieles a la pata de la letra de la Santa Escritura...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Saltándonos a la torera el problema de si es o no es una buena adaptación (sí, "Watchmen" es inadaptable a una peli en forma literal, pero vamos, también lo son el Quijote, el Conde de Montecristo y la Biblia, y nadie con dos dedos de frente se queja porque las pelis basadas en ellas no sean copias al carbónico...), ¿tenemos una historia que contar aquí? La respuesta puede depender de lo que andes buscando en esta peli. Porque la verdad, tenemos dos pelis en una. Toda la primera mitad es una rica descripción de un 1985 alternativo con un gobierno yanki fascista escalando hacia una guerra nuclear, a través de los ojos de unos personajes que podrían hacer algo quizás, o quizás no... Y la segunda mitad ya nos hace entrar derechamente en la acción, en el nudo del conflicto y en su dramática resolución final. De ambas, la mejor parte es obviamente la primera, que so pretexto de ser "una de supers", pinta un alienadísimo universo de relaciones humanas, y de visiones sobre la existencia, incluyendo algunos bocetos sobre la profunda relación entre represiones y frustraciones personales, y delirios místicos de salvador del mundo que cabe metafóricamente a todo superhéroe, y en verdá a todo iluminado tengolaverdad, sea neoliberal, guevarista, neocon, feminista con bigote... Cuando el asunto degenera en una peli de acción al uso (hay que vender pop corn después de todo, ¿no?), todo se vuelve un poco más manido, y la maquinaria narrativa pierde un montón de fuelle, no porque el espectáculo no esté asegurado, sino porque todo se hace un poco más de rutina (rescatar a un compañero en desgracia, hacer que los viejos underdogs se reunan en un nuevo equipo para salvar al mundo, ir a la guarida del villano... lo de siempre, vamos). Bueno, tenían una historia muy compleja entre las manos, y era difícil no naufragar tratando de adaptarla en algo que pudiera entenderse. Y de hecho, no naufragan. Del desafío, salen bastante airosos. No es la mejor peli de superhéroes que se haya hecho, ni de refilón, pero consigue ser inquietante, consigue meter dudas e incertidumbres, y en particular consigue mostrar a los superhéroes como tipos cuyas motivaciones no están del todo claras, y que a las últimas, de manera soterrada, parecerían ser guiados por un instinto mesiánico que no sirve más que para encubrir una enfermiza ambición de poder. No estamos frente a estoicos luchadores de la libertad, sino frente a tipos que disfrutan teniendo el destino de la Humanidad en sus manos, so pretexto de salvarla de ellos mismos (¿dónde he escuchado eso antes?), y esto queda meridianamente claro en la peli, más allá de algunos obvios baches argumentales, e incluso un trabajo de edición un tanto desaliñado a ratos.

-- Más allá de un guión irregular-pero-esforzado, la ejecución misma de la peli es eficiente. Ninguno de los actores pasará a la Historia por sus roles aquí (en algunos casos, como el de Patrick Wilson como Búho Nocturno, que había estado superlativo en "El Fantasma de la Opera" y en "Hard Candy", su desempeño es subnormalmente bajo: iba bien, pero su transformación en superhéroe no termina de cuajar), pero en general están todos ajustados a lo que se espera de ellos. Billy Crudup no se desmadra actuando, pero como se supone que el Doctor Manhattan es una criatura fría y poco emocional, pues está bien (tiemblo de pensar que se llegó a barajar a Tom Cruise interpretándolo...). Jackie Earle Haley compone un Rorschach intenso, y como él lleva el pandero en bastantes tramos de la peli, es una ganancia. Pero los que la llevan son Jeffrey Dean Morgan como el Comediante, dándole al personaje toda la ambigüedad de un personaje ni demasiado bueno ni demasiado malo, Malin Akerman dándole algo de substancia a su en principio anodino rol de Espectro de Seda (a ella la habíamos visto como la chica histericona en la subvalorada "La mujer de mis pesadillas"), y en particular Carla Gugino en su rol secundario, no confiándose en lo prostético para marcar la evolución de su personaje desde superheroína jovencita hasta vejete alcoholizada (ya la habíamos visto en "Spy Kids" y secuelas, y en un rol con harto morbo en "Sin City"). La banda sonora, sin descollar, cumple. La inserción de canciones de un repertorio sesentero y setentero (Simon & Garfunkel, Bob Dylan) es un acierto y le confiere a la peli un mood muy distinto al de las pelis de superhéroes genéricas. El único bajón en este apartado es la inserción forzada (a ratos, por suerte) de shitrock y shitmetal para vender el soundtrack, destacando en particular el vergonzoso cover de la infrabanda My Chemichal Romance sobre un tema de Bob Dylan, que por suerte hay que soportarlo en la secuencia de créditos y no en la peli misma. Y bueno, en lo visual la peli ofrece todo lo que se puede hacer hoy en día con CGI, creando de verdad un universo distópico y ucrónico creíble y convincente (quizás lo único que cante su tanto, sea el Doctor Manhattan, demasiado pixelado, así como las secuencias en Marte, demasiado de videojuego, y que rompen el naturalismo de otras secuencias mejor logradas, pero no llega a chirriar tanto que fastidie).

-- ESTE PÁRRAFO COMPLETO ESPOILEREA EL FINAL. SI NO HAS VISTO LA PELI Y TIENES INTENCIONES DE HACERLO, SÁLTATE INMEDIATAMENTE AL PÁRRAFO SIGUIENTE. El final de la peli introduce una sutil modificación sobre la historieta original, y con esto le da un sentido diferente a todo, y un poco más crítico, si me permiten. No diré que mejora la historieta original (los ortodojos rasgarían vestiduras al respecto, pero no me tiembla la pata para denunciar el fundamentalismo friki allí donde lo encuentro), pero sí entrega un cierto sentido diferente. En la historieta original, el armagedón es desatado liberando una criatura alienígena (o algo por el estilo) que hace a la Humanidad temer por una invasión extraterrestre. En la peli, el arquitecto del miedo usa al mesiánico y casi cristológico Doctor Manhattan. La desviación es sutil, pero interesante: resulta que en la historieta el estatus final del Doctor Manhattan el Cristo cuántico de este universo narrativo, frente a la Humanidad, queda un tanto ambiguo. En la peli, en cambio, la actitud de la Humanidad hacia el Doctor Manhattan se insinúa como abiertamente negativa: ojalá que nunca vuelva. Considerando que el Doctor Manhattan es prácticamente un semidiós o cerca de eso, hay acá toda una parábola religiosa sobre el temor a Dios. La Humanidad se une, sí, pero el temor a un enemigo externo alienígena se transforma en un temor contra el mismísimo Dios (y el Doctor Manhattan TIENE poderes de dios, quizás DEL DIOS CON MAYÚSCULAS). Un cambio sutil, quizás impensado por los guionistas, pero interesante como planteamiento. FIN DEL SPOILER DEL FINAL, PUEDEN SEGUIR LEYENDO CON CONFIANZA.

-- Secuencias notables. La secuencia de créditos, introduciéndonos de manera muy eficaz (densa pero informativa) sobre un montón de situaciones claves para definir el universo de la peli. El Doctor Manhattan matando vietcongs al son de la Cabalgata de las Valkirias (después de "Apocalipsis Now" quedó como estándar, definitivamente, si hasta en "Operación Valkiria" que no tiene que ver con Vietnam, aparece la dichosa cabalgata...). La bizarra discusión entre Espectro de Seda y el Doctor Manhattan. Rorschach cenándose prisioneros en la prisión. Y todas las escenas del Comediante, por supuesto.

-- Una reflexión final. Esta peli está condenada al fracaso desde el comienzo. ¿A quién le va a gustar, en definitiva? A los amantes del cómic, no, por descontado, que son tan fanáticos y fundamentalistas que no le hubieran perdonado la más mínima desviación (y por tratar de hacerla lo más fiel posible, las desviaciones se notan más). Al público en general le parecerá inenarrablemente densa, lo que no está mal, por supuesto, que está bien una peli que te haga pensar un poquito, caramba, no todo va a ser "El transportador" y secuelas tampoco, pero para quién vaya a ver un festival de tiros y patadas (la mayoría, eventualmente) puede ser como mínimo una experiencia descolocante. Apreciar esta peli implica sustraerse tanto al material comiquero de base, como a la ecuación superhéroes=acción. Hecha esta operación mental, emergen los verdaderos valores de esta peli, que como muchos de sus críticos dicen, pudo haber sido mucho mejor, es cierto, pero tampoco es menos cierto que pudo haber sido mucho peor, y que, sumando y restando, tiene más fortalezas que debilidades.

IDEAL PARA: Ver una peli de superhéroes que lidia de manera irregular pero valiente con el problema de qué hacemos con los mesías iluminados que creen saber mejor que nosotros cómo manejar el mundo.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 15 de marzo de 2009

N° 500: ¡¡¡CINE 9009 ALCANZA EL MEDIO MILLAR DE COMENTARIOS!!!

Sí... Como suena. Medio millar. El pasado Jueves 12 de Marzo de 2009, con la muy simbólica publicación del comentario de "Los diez mandamientos" de Cecil B. DeMille, Cine 9009 alcanzó la cantidad de 500 comentarios publicados. Esto debe convertir a Cine 9009 seguramente en uno de los blogs de cine unipersonales más grandes que existan en la Internet en castellano. Y, qué decir, puedo mirar con orgullo a esta criatura cinéfaga y rozagante, en la que coexisten pacíficamente comentarios sobre cine policial de los '40s, comedias románticas, pelis de superhéroes, y en general pelis muy basurientas y olvidables con grandes clásicos del cine. Un poco como la escena en que Ed Wood se encuentra con Orson Welles, en la peli "Ed Wood", más o menos. Creo que, más allá de la calidad de los comentarios (o la falta de calidad, que la recomendación viene de cerca, después de todo, y ustedes tendrán su propia opinión al respecto...), es esa variedad de contenidos lo que hace a Cine 9009 un blog prácticamente inagotable, un arcón de tesoros en donde el lector puede encontrar cosas del cine que hasta el minuto desconocía, o bien perspectivas nuevas sobre pelis de toda la vida. A lo largo de 500 reseñas, el blog ha ido cambiando un poco, lo mínimo en realidad, manteniendo siempre una sola línea (la inflexible política "un posteo, una reseña"), pero siempre tratando de hacer un poco mejor el trabajo cada día. Las cerca de 200 visitas diarias que obtiene Cine 9009 (BlogPatrol dixit) confirman que este trabajo tiene su importancia.

Pero volviendo al Planeta Tierra. La mala noticia es que Cine 9009 aprovechará de tomarse un breve receso. Esta sala de cine reabrirá sus puertas el Domingo 29 de Marzo, con la reseña de "Watchmen" de Zack Snyder. Hasta ese minuto, espero hacer la tantas veces postergada renovación de los tags, a fin de hacerlos más útiles (según BlogPatrol, los más utilizados son aquellos relacionados con el año de la peli, y en segundo discreto lugar, los relativos a actores y directores. Haremos algo con eso). Siglos Curiosos, por su parte, sigue completamente operativo y a plena potencia, por si echan de menos el pelechar del General Gato.

No se olviden de votar por la mejor película de todos los tiempos según Cine 9009. Saludos cordiales, y nos vemos a finales de Marzo.

P.D. Para curiosos, estos son los gustos que nos hemos dado al doblar cantidades de 100:

Comentario N° 100: "King Kong".
Comentario N° 200: "Duna".
Comentario N° 300: "Psicosis".
Comentario N° 400: "Los aristogatos".
Comentario N° 500: "Los diez mandamientos".

jueves, 12 de marzo de 2009

"Los diez mandamientos" (1956).


-- "The Ten Commandments". Estados Unidos. Año 1956.
-- Dirección: Cecil B. DeMille.
-- Actuación: Charlton Heston, Yul Brynner, Anne Baxter, Edward G. Robinson, Yvonne De Carlo, Debra Paget, John Derek, Cedric Hardwicke, Nina Foch, Martha Scott, Judith Anderson, Vincent Price, John Carradine, Olive Deering, Douglass Dumbrille.
-- Guión: Æneas MacKenzie, Jesse Lasky Jr., Jack Gariss y Fredric M. Frank, basados en la novela "El pilar de fuego" ["Pillar of Fire"] de J.H. Ingraham, "En las alas del águila" ["On Eagle's Wing"] de A.E. Southon y "El príncipe de Egipto" ["Prince of Egypt"] de Dorothy Clarke Wilson.
-- Banda Sonora: Elmer Bernstein.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Estamos en los años del Faraón Seti. Los egipcios han construído una gran civilización, y al alero de ella, una pandilla de rebeldes conocida como "judíos" quieren vivir la dolce vita sin trabajarle un día a nadie (en esos días no se inventaba la banca internacional... aún). Los egipcios aplican una serie de políticas económicas neoliberales que implican dejar la valoración del trabajo a la libre contratación de las partes, y como consecuencia, los niveles salariales se desploman por debajo de la línea de la esclavitud, para mayor gloria y beneficios de la Corporación Faraón Egipcio S.A. Consecuentemente cabreados, los judíos empiezan a reclamar por la llegada de un Salvador que les enseñe un poco de sindicalismo a los egipcios. En medio de este fortísimo clima de lucha de clases, una madre judía echa a su retoñín al agua (en una cesta, por supuesto, si no se trata de apulmonarlo con la mojada tampoco) para salvarlo de los intentos egipcios por liquidarlo, ya que los astrólogos han predicho que Grande Es El Dios Hebreo y castigará a los egipcios. El retoñín es recogido por una princesa egipcia quien le dará el adecuado nombre de Moisés, esto es, salvado de las aguas. Pero... ¡ah! ...ahí está una sirvienta egipcia, que muy sirvienta será, pero er egipcia, joer, y por lo tanto superior a esa chusma hebrea. Pasan los años, y Moisés se ha transformado en el más chuchipiruli de la corte. Lo que por supuesto despierta envidias entre los mediocres, similares a las que algunos que conocen por ahí al General Gato sienten envidia de él porque es más inteligente y escribe mejor (PDE...). En fin, ¿en qué estaba? Ah, sí. Que Ramsés, el hijo carnal de Seti, odia a Moisés porque siente que el trono se le escapa de las manos, y además la chica linda de turno, la pizpireta Nefretiri (¡ojo, no Nefertiti! Nefretiri, así mal escrito como está, Cecil B. DeMille lo hizo de adrede) sólo tiene ojitos para el vencedor (versión antigua de "eres lindo como amigo, pero él tiene auto y me invita a bailar y a los tragos con todos los gastos pagados"...). En vísperas de que Moisés está por ser encumbrado al trono egipcio, tener la mano de la chica, etcétera, se cumple la maldición y la viejamierda sirvienta que anda por ahí se le ocurre abrir el pico y denunciar que Moisés es... ¡horror! ...¡¡¡UN JUDÍO!!! Para colmo, Moisés ha estado sensibilizándose demasiado con los sufrimientos de los judíos (pero no para liberarlos sino para humanizar el trato, que esto es despotismo ilustrado y no democracia, caramba), y todo eso le ocasiona una crisis existencial en que toda su vida será cuestionada, todo lo que posee lo perderá, pero pronto descubrirá que teniendo princesa, trono, poder, riquezas... aún puede tener... MÁS... (¡¡¡ALELUYA!!!).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El cine podrá ser muchas cosas: nervio en las manos de un Alfred Hitchcock, metafísica en las de un Stanley Kubrick, lirismo en las de un Ridley Scott, etcétera. Pero primero y antes que nada, es espectáculo. ¿Qué otra cosa va a buscar el espectador a la sala, sino a ingresar a la magia del cine, a ser seducido, incluso engañado, por una serie de cuadros estáticos que en la retina crean la ilusión de movimiento? Si hay un cineasta que bien sabía esto, era Cecil B. DeMille. Menospreciado por los historiadores más conspicuos, ninguneado por las cátedras pedantescas, e ignorado por los jóvenes realizadores culturetas, DeMille sigue siendo uno de los más grandes directores de todos los tiempos, el hombre que inventó prácticamente de la nada el concepto de espectáculo cinematográfico puro. DeMille creó una pesada estela de wannabies posteriores, porque sin DeMille sería inconcebible un Steven Spielberg, un George Lucas, un Ridley Scott, un Tony Scott, un James Cameron o un Michael Bay, que de una manera u otra profitan de los mismos conceptos demillescos de toda la vida, sólo que convenientemente adaptados a los tiempos (Spielberg mismo no menospreció producir literalmente un remake bastardo de "Los diez mandamientos" en su por otra parte memorable homenaje de "El príncipe de Egipto", sin ir demasiado lejos). En 1923, Cecil B. DeMille hizo una peli basada en el personaje de Moisés, que se llamó "Los diez mandamientos". Seguramente el propio DeMille quedó descontento con los resultados, porque era una peli hecha al uso de los '20s, o sea, una en la que la historia bíblica servía de pretexto para montar un drama actual (así se hacía en esos años, créanlo o no...). DeMille tuvo la agudeza de entender que la gente quería ver el espectáculo bíblico, no el melodrama contemporáneo, y se quedó con la espina pasada de rodar la historia de Moisés tal y como debía ser. O sea, con componente espectacular asegurado. En 1956, ya en el ocaso de su carrera, DeMille rodó su autoremake. Mientras la estaba rodando pensaba ya en continuar con una peli sobre bucaneros, además de llevar al cine un biopic sobre Robert Baden-Powell, el fundador de esa secta neofascista conocida como Boy Scouts, y de tratar de negociar la dirección de la por entonces sobreviniente "Ben-Hur". Pero el corazón le envió un aviso. DeMille estuvo algunos días fuera de rodaje. Los médicos le dijeron que se aguantara, que descansara. DeMille no quiso. Moisés estaba allá afuera. Lo esperaba. La más grande historia para ser contada en el cine lo llamaba con sus bíblicos dedos. Y fue a rodarla. Quizás a sabiendas de que sería la última. Murió algunos años después, en 1959. Pero no sin antes haberle legado esta monumental producción a la historia del cine.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta es una de las pelis más espectaculares de todos los tiempos. El viejo zorro de Cecil B. DeMille tenía claro que poseía una historia con ingredientes ganadores (bebé perdido, triángulo amoroso, luchas por el poder, encuentro con Dios, espectaculares plagas, y final apoteósico con el héroe reuniéndose con el Jerifalte de Jerifaltes mismo), y los explotó al máximo. Toda su experiencia de cuatro décadas está vertida acá. DeMille demuestra conocer al máximo los resortes que llevan al espectador de un punto a otro. La peli dura tres horas con cuarenta minutos, y en ningún minuto se sienten o se hacen pesados, y apenas hay escenas que uno podría decir "sí, bien, caramba, pero ojalá la hubieran recortado". Tiene defectos, claro está, partiendo por la insufrible narración de fondo, y en varias cosas ha envejecido su punto, pero en general es una lección catedralicia sobre cómo hacer cine de espectáculo. Todos los detalles están en su punto, no hay nada fuera de lugar, y si exceptuamos ciertas convenciones fílmicas que hoy en día nos pueden parecer ingenuas, todo se desliza de manera natural y sin ser forzado en ningún punto. Y eso que la historia está banalizada a más no poder (colocar a Moisés en un triángulo amoroso con Ramsés, hmmmmmm, gran y elevado motor narrativo, ¿eh?), pero en ningún minuto se nota como eso. Siempre he pensado que James Cameron tenía el ejemplo de esta peli a la hora de rodar su propio triángulo amoroso con catástrofe que fue "Titanic", pero aquí es donde (con el debido respeto al señor Cameron, que también muy buenos momentos ha entregado a la pantalla) vemos quien es el Amo y quien el Sirviente. Y Cecil B. DeMille es el p**o amo.

-- El elenco está en estado de gracia. Charlton Heston en esa época era todavía un actor no excesivamente notorio, pero después de interpretar a Moisés se transformó en el gran macho alfa del cine de los '50s, '60s, e incluso tempranos '70s ("La semilla del mal", "Ben-Hur", "El Cid", "55 días en Pekín", "La agonía y el éxtasis", "El planeta de los simios", "El Hombre Omega", "Cuando el destino nos alcance", "Aeropuerto '75", "Terremoto"...). Y cuesta pensar en un actor actual que pudiera ser un Moisés tan magnífico, a pesar de ciertos toques cartoonish que, por lo demás, eran la norma en el cine de la época. Ramsés, su contraparte, es interpretado por el gran Yul Brynner, quien tuvo que raparse para el papel, y le gustó tanto su nuevo look que lo preservó y se hizo famoso con él. Brynner ese mismo año rodó "El rey y yo" junto a Deborah Kerr, y entre ambos roles se convirtió en el clásico actor hollywoodense que fue, actuando después en "Salomón y la Reina de Saba", "Los siete magníficos" y "Westworld". Entre medio está Anne Baxter, insuperable como femme-fatale egyptian-style, en el que probablemente es el mejor rol de su carrera. Porque de que emponzoña el ambiente la chica ésta, lo emponzoña y bien. El elenco de secundarios está magníficamente servido por el gran Edward G. Robinson ("El pequeño César", "Pacto de sangre", "El premio", "Cuando el destino nos alcance"), como el villanesco Datán, en un rol que sobre el papel es pura opereta, pero al que Robinson le otorga carne suficiente para que lo odiemos, y para que sonriamos felinamente cuando encuentre su muy merecido final. La gran dama Yvonne De Carlo, por su parte, es Séfora, y aunque su rol acá es más bien de comparsa (y es que la chica mala tiende a llevarla más que la chica buena...), viéndola cuesta entender cómo rayos fue a acabar de matriarca vampira en la defenestrable serie televisiva de "Los Munsters". El Faraón Seti es magníficamente interpretado por Cedric Hardwicke, pura magnificencia él (ese mismo año estuvo en la más bien deplorable "Diana de Francia"), que en ningún minuto se achica ni ante Heston y ni ante Brynner, y eso ya es decir. Y terminemos el recuento del elenco con el famoso capataz egipcio al que Moisés mata, y que creativamente en la peli le dan el nombre de Baka, y que viene interpretado con su truculencia habitual por... ¡sí, adivinen qué actor de la clásica serie B cae aquí...! ¡Vincent Price himself! Bueno, aparece poquito (algunas escenas para mostrar que es un negrero, y después Moisés lo mata), pero lo poco que aparece, Vincent Price lo convierte en un gran personaje.

-- La banda sonora fue compuesta por Elmer Bernstein. No era la primera opción de Cecil B. DeMille (éste quería a su amiguete Victor Young, con quien se entendía a las maravillas, pero éste estaba enfermo y no pudo aceptar el encargo). La desgracia de Young fue la fortuna de Bernstein, quien se había hecho sus pinitos como sountrackista, pero aquí se reveló de cuerpo entero. Personalmente soy de la opinión que su soundtrack para "Los diez mandamientos" es a ratos un tanto débil, pero el trabajo en general es más que digno y acompaña bien. A Chespirito le pareció muy buena idea robárselo impunemente y sin acreditar, así es que si ustedes ven la secuencia del cruce del Mar Rojo y sienten que suena como la música del Chapulín Colorado, no es casualidad (¿habrá pagado royalties...?). Bernstein hizo después una prolífica carrera componiendo partituras a lo loco ("Los siete magníficos", "Matar a un ruiseñor", "Y dónde está el piloto", "Heavy Metal", "La edad de la inocencia", y un larguísimo etcétera).

-- Se espera en general de una peli épica, que ofrezca grandes escenarios. En este apartado, "Los diez mandamientos" cumple de manera superlativa. En realidad se recurre al uso y abuso de los fotomontajes y del travelling mate, vale, pero eso era lo mejor que podía ofrecer la técnica de la época. A cambio, los escenarios son enormemente suntuosos. Quien haya visto la "Cleopatra" de 1934 (también con ambientación egipcia y también bajo la batuta de Cecil B. DeMille) reparará el salto gigantesco que ha dado el manejo de la escenografía en dos décadas. Es notorio también el acucioso trabajo de investigación en relieves y pinturas egipcias para recrear un mundo egipcio no de fantasía, sino con el más estricto apego posible a la realidad. Salvando el ya mencionado y extensivo uso de estudios, se ve y se siente como si estuviéramos inmersos en el mundo egipcio, y las escenas al natural no desentonan demasiado de las restantes.

-- Alabar una peli de 1956 por sus efectos especiales, en particular si no es de SF (con la SciFi uno tiende a ser más indulgente porque, por último, es fantasía, ¿no?), puede parecer un despropósito. Pero no en este caso. Es cierto que la técnica se ve hoy un tanto naif, pero en realidad, bien mirado, considerando que ahora se gastan diez veces el presupuesto en CGI y los resultados no son diez veces mejores, no deja de ser un trabajo impresionante. El efecto especial del granizo quemándose en el suelo tiene magia aún hoy, los fotomontajes son poderosísimos, y la grandilocuente escena de la apertura del Mar Rojo es tan iconográfica en sí, que 42 años después a Dreamworks no le quedó más remedio que remedarla en "El príncipe de Egipto", con más CGI y algunos añadidos resultones por aquí y por allá. Y ya no hablemos de esa gran escena final, con el dedo de fuego de Dios golpeando la roca para escribir los mandamientos, y que no podrían hacerla mejor hoy en día (a lo mejor tratarían de hacerla más realista, y con eso la sumirían en el más completo de los ridículos, probablemente, y no en balde en "El príncipe de Egipto" se lo saltaron y mostraron a Moisés lisa y llanamente trayendo las Tablas de la Ley desde el Sinaí).

-- Esta peli está tan llena de secuencias memorables, que cuesta elegir. Está por supuesto la nodriza lengua de serpiente, incluyendo su no muy agradable final... La escena de delicado regusto fetish en la que Baka amarra a Josué desnudo y empieza a latigarlo... La secuencia en que una pobre vieja queda atrapada debajo de un bloque de piedra que la va a aplastar inminentemente... Las escenas en las que aparece Dios, por supuesto... La machada de Moisés nada más llegado al oasis de Madián, de defender a su futura esposa y sus futuras cuñadas... Todas las escenas de Datán complotando para salvar el trasero propio... Y por supuesto las plagas, que son el plato fuerte del asunto. Y a no olvidar la escena de la orgía, que llena 10-15 minutos en pantalla, y que tomó 2-3 semanas de grabación... Y que para la época debió haber sido el colmo de la degeneración, bailando y cantando con una voz en off que dice "entregados a sus más nefandos vicios, degenerados y perversos, esa mala semilla que"-etcétera.

IDEAL PARA: Ver un clásico absoluto del cine épico y del cine de entretención en general, servido por el Maestro, el Amo y Creador del Cine de Entretención.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en +cineXfavor.

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-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 8 de marzo de 2009

"Una mujer partida en dos" (2007).


-- "La fille coupée en deux" (título original en francés), "The Girl Cut in Two" (título internacional en inglés). Alemania / Francia. Año 2007.
-- Dirección: Claude Chabrol.
-- Actuación: Ludivine Sagnier, Benoît Magimel, François Berléand, Mathilda May, Caroline Sihol, Marie Bunel, Valeria Cavalli, Etienne Chicot, Thomas Chabrol, Jean-Marie Winling, Didier Bénureau, Edouard Baer, Clémence Bretécher, Charley Fouquet, Hubert Saint-Macary.
-- Guión: Claude Chabrol y Cécile Maistre.
-- Banda Sonora: Matthieu Chabrol.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Perdido en los arrabales de Lyon (sí, no siempre París c'est la France...) hay un escritor viejonoide que je t'aime con su esposa, y cuyos berrinchitos de ah-tit-ha se lo aguanta una amiga (¿amiga...?) que funge de manager, asistente editorial, o como megde los llamen allá en el país de la Grandeur. De pronto, fastidiao porque tiene que ir a un programa de TV con un entrevistador farandulero que a duras penas sabe distinguir el Código Da Vinci de su culo (fácil: cuando te sientas en la taza del baño, el Código Da Vinci es el que está delante tuyo), le descubre el lado fille de la mer a la vida: resulta que anda rondando por ahí la femme que pone pechito para los comentarios del tiempo on-TV. Miradillas van, miradillas vienen, una cena tránsfuga por lo que pueda salir, y todo enrielado. Bueno, sería otra historia de vejete du megde tratando de flagelarse a viagrazo limpio con una tía buena, pero hay un tercero en discordia, un chulillo metío a millonario que los visillos le quedan de discogay y señor mío, y que también le tiene ganas a la petite fille de la lujurié. Las vidas de los tres comenzarán entonces a entrelazarse de maneras poco ortodoxas (bueno, se insinúa que el chiquillo y el escritor se conocen de antes, aunque ese resorte de suspenso nunca terminan de aclararlo bien). Y pasa lo que pasa. Pobrecilla. Tan ramerilla, y por ramerilla le pasan cosas (mujer caliente y maltratada, combinación ganadora... vamos, no me digan que no les sube, meapilas, que si no, no harían pelis así tampoco). Bueno, ya sabes lo que dicen: Cherchez la femme...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Claude Chabrol es uno de los directores más incombustibles de Francia. Es, por más señas, un superviviente de la legendaria época de Cahiers Du Cinema (legendaria porque en estos tiempos, ¿quién diablos ve cine antiburgués franchute sesentero...? Ni en Cine 9009, que a veces tenemos nuestras salidas, hemos posteado sobre disparos sobre el pianista o paraguas de Cherburgo...). Superviviente de esa época, decía, Chabrol se ha mantenido firme al pie de la bandera, ripeando de lo lindo al maestro Alfred Hitchcock (al cual, por cierto, dedicó un libro escrito de a deux), pero al menos ripéandolo comme il faut. En el 2000, como que ha querido darse un upgrade, una estucadita a la pared para no parecer tan old-fashioned ("La ceremonia", de 1995, era buena, pero tenía un look retro que tiraba para atrás). El resultado en definitiva ha ido por sí o por sá, soi-disant, pero al menos una peli de Chabrol seguía siendo una peli de Chabrol. "La comedia del poder", su anterior peli, no siendo una obra maestra, cumplía más que bien con los estándares. Viendo "Una mujer parida en dos"... perdón, "Una mujer partida en dos" (es que se la parten y se la hacen parir tant pis...), cuesta pensar que este tipo ha rodado cosas mucho mejores. O sea, tiene el estilo y la façade de Claude Chabrol, esa cosa medio burguesois decadente que es su élan, pero también tenemos un cul-de-sac que, hmmmmmm... Lo siento, Claude, viejo, pero esta vez la mélange no pasa.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Bueno, se ha vendido esta historia como una de suspenso (muy propio de Chabrol) y una comedia negra. Y no funciona demasiado bien como ninguna de ambas. La historia parte bien centrada en el escritor, después descubrimos que el escritor no es el importante sino la chica, y al final parece que el importante es el chulomijo que andaba de secundario por toda la peli. Promediando la peli hay varios momentos climáticos en que podría haberlo rematado con una frase y vámonos (un poco al estilo del descolocante final de "La comedia del poder", no demasiado brillante, pero que no abusaba de estirar el elástico), pero y no, dale con seguir el asunto a ver hasta dónde nos conduce. Porque en alguna parte (Chabrol es muy Chabrol, qué rayos) hay que mostrar lo malos malosos y abusivos que son los burguesitos. Las motivaciones de los personajes para hacer esto o aquello tampoco quedan demasiado claras (en particular las de la chica, que se supone es la prota, y no es un personaje testigo precisamente... ¡si hasta la Bella Swan de "Crepúsculo" tenía un trasfondo narrativo más sólido y una personalidad más acabada!). La escena final, con un personaje que habían mostrado tangencialmente en la peli y que parece sacado sólo para la escena final, es un penoso ejercicio de obviedad narrativa, por si el mensaje no quedaba del todo claro. Pero al menos tenemos a Ludivine Savignier poniendo cara de hembra en celo y pasando por zorra victimizada, eso algo tiene que valer. Y Mathilda May, casi un cuarto de siglo después de pasearse en gomasterio por "Lifeforce", sigue interesantona la viejorra, y con su casto trajebaño aún más... Sí, ya lo sé, es bajo ver una peli de éstas y encontrar que las comares están buenas como gran crédito, pero es que no hay mucho más que rescatar... Son tantas las buenas ideas desperdiciadas... Es tanto el alargue y el no-termina-nunca (créanme, las escenas de "ahora sí termina" andaban por ahí con el clásico del "no termina nunca" que es "Leyendas de pasión")... En fin, quizás ahí se encuentra otro aspecto interesante de la peli: siempre tiene su cuota de morbo ver a los grandes caer y morder el polvo...

IDEAL PARA: Tipos que hayan pulsado el "házte fan" de Claude Chabrol o Ludivine Savignier en Facebook.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en Primordiales.
-- (Ir a la página) Comentario en Estovadecine.com.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinemarama.
-- (Ir a la página) Comentario en elcine.ws.
-- (Ir a la página) Comentario en Escribiendo Cine.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en francés, sin subtítulos].



jueves, 5 de marzo de 2009

"Operación Valkiria" (2008)


-- "Valkyrie". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Bryan Singer.
-- Actuación: Tom Cruise, Kenneth Branagh, Bill Nighy, Tom Wilkinson, Carice van Houten, Thomas Kretschmann, Terence Stamp, Eddie Izzard, Kevin McNally, Christian Berkel, Andy Gatjen, Jamie Parker, David Bamber, Tom Hollander, David Schofield.
-- Guión: Christopher McQuarrie y Nathan Alexander.
-- Banda Sonora: John Ottman.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Toda Deutschland ha hecho un juramento a Adolf, de que protegerán al líder con sus vidas si es preciso. Toda Deutschland se ha puesto en marcha para defender la Überdeutschenkultur contra los salvajes finolidecadentes del exterior. ¿Toda Alemania? ¡No! Porque un puñado de valientes siguen resistiendo en las sombras. Hay muertes y destrucción. Adolf debe ser detenido. Sólo hombres valerosos y resistentes, que por idealismo sean capaces de arrostrar todos los riesgos, podrán oponerse a Hitler y los Malvados Nazis del Ritmo. Así reflexiona Tom Cruise en el nort... Sí, ya sé que el personaje en realidad es el Coronel Klaus von Stauffenberg, pero es que sean razonables, no voy a escribir uno de esos ridículamente largos nombres alemanes una y otra vez, y además, es... bueno, es... ¡¡¡TOM!!! No importa a dónde vaya, siempre será "Tom Cruise haciendo de...". Bueno, ¡¡¡TOM!!! hace estas reflexiones en el Norte de Africa, cuando de pronto, sin previo aviso (faltaba más) empieza literalmente a llover plomo: un avión de los Aliados hace un barrido de ametralladoras, y ¡¡¡TOM!!! está a medio camino. Termina en un hospital de Alemania, con una mano menos y algunos deditos más de cobranza, por si faltara. Además, como tiene ahora un parche en el ojo y se peina ondulais, Tom ahora deja paso a... ¡¡¡NICK FURIA, AGENTE DE S.H.I.E.L.D.!!! (Tom Cruise haciendo el David Hasselhoff, justo cuando se decía que por cientólogo y pijaenvenenada no podía caer más bajo...). Pero bueno, que me distraen. Resulta que Nic... perdón, que ¡¡¡TOM!!! es reclutado por una nada más chula sociedad secreta antiHitler y lo convocan a una de sus reuniones (y lo dejan pasar como si nada, a una reunión con como veinte cabecillas, hay que ver que se lo ponen fácil a la Geheime Staatspolizei...). La sociedad ésta ha intentado meter una bomba en un Countreau para darle a Hitler el pasaporte directo al Valhalla, y la dichosa bomba, pues bien, las cosas no salieron como debían, y hubo quién cayó en las redes de la GESTAPO por ese error. Bueno, es que no tenían en sus filas a... ¡¡¡TOM!!! Nada más recién llegado, ¡¡¡TOM!!! se ve tan chulosexy con su parchecito negro, que lo dejan de inmediato empezar a armar su propio plan. De pronto, en un momento un tanto facilón de la peli (¡¡¡TOM!!! escuchando la Cabalgata de las Valkirias, de Wagner, recurso un tanto obvio desde que la dichosa Cabalgata se hizo conocida en cierto filme sobre Vietnam), ¡¡¡TOM!!! decide que la clave está en secuestrar Valkiria para sus propios intereses. Resulta que Adolf Hitler creó un protocolo llamado Valkiria, para que, en caso de haber un atentado contra su persona, bienes o autoridad, las milicias de reserva salgan a las calles de Berlín y otras ciudades selectas, para liquidar cualquier intento de sublevación ciudadana. ¡¡¡TOM!!! propone cambiar a Valkiria para facilitar la movilización, luego ponerle un juguetito de los que explotan a Hitler en sus bigotes y aislar a su plana mayor, y movilizar a Valkiria para que ellos hagan el golpe por los golpistas. El plan es perfecto, claro está, salvo por dos casi insignificantes detalles. En primer lugar, ponerle un petardo a Hitler es más fácil decirlo que hacerlo, y en segundo lugar, sabemos bien desde nuestras mullidas butacas que Hitler sobrevivió para pegarse un tiro cómodamente instalado en su búnker, un año después del complot, por lo que bueno, las cosas no es que vayan a salir del todo bien...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los nazis ya no son lo que eran. Los nazis del cine, me refiero. En las pelis de los '40s, '50s y '60s, los nazis eran malos sin contemplaciones. Todavía en "Indiana Jones y la última cruzada", los nazis eran cabrones joputas, con lo que fielmente podías contar para odiar, combatir y derrotar. Pero doblados los 50-60 años de la Segunda Guerra Mundial, muertos o alzhemeiritos la mayor parte de los combatientes de la refriega, y habiendo girado el mundo lo suyo, ya no es tan claro que los nazis fueran los demonios emplumados del asunto. Y empezaron las desmitificaciones. Un paso importante lo dio "El hundimiento", en que se retrataba a un Adolf Hitler un poco más humano, y que por el solo hecho de no aparecer gesticulando toda la peli como un enajenado más devil que man, fue intensamente criticados por los antinazis de toda la vida que consideran a todo militante del Partido Nacionalsocialista como Untermenschen sin derechos. Y eso que "El hundimiento" era cualquier cosa menos una peli pronazi. Bueno, debemos reconocer también que los 2000s han sido complicados para la democracia, en particular porque la bandera de la democracia se la apoderó una banda de gángsters que se consideraban tan demócratas que bombardearon toda disidencia en Irak para probar lo demócratas y tolerantes que son. En un panorama en que los defensores de la democracia son más nazis que los nazis, como que ser nazi se ha desperfilado un poco. Y ahora una peli de Hollywood que le baja un poco el tono al asunto nazi, y en donde... ¡sorpresa! ...hay nazis buenos. Sí, los nazis siguen siendo intrínsecamente malos, blah-blah-blah, pero... ¡hay nazis buenos! A dónde irán a llegar con esto, Bastet, a dónde irán a llegar...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una recreación histórica bastante interesante. No me atrevo a decir completamente fidedigna, pero sí trata de no ponerle demasiada dramaturgia al asunto, como suele ser regla y costumbre en Hollywood. Claro que hay concesiones bastante gruesas al cine palomitero en general, la mayor de las cuales es convertir a Tom Cruise en una especie de cruzado antinazi con un look y atitú que lo hace parecer un Nick Fury de rebajas (sí, a ratos esta peli parece una de esas historietas en que la Mujer Maravilla o el Capitán América retroceden en el tiempo para combatir una vez más a los nazis), que por supuesto se lleva todos los créditos como autor del complot y deja a todo el resto de comparsas esperando que San Tom Cruise les resuelva la papeleta. También le bajan un poco el tono a las razones por las cuales habían muchos opositores a Adolf Hitler, las cuales no pasaban necesariamente por su disgusto ante sus políticas racistas y ni siquiera ante los reveses de la guerra, sino a cierto tufillo conservador que quedaba aún entre los junkers prusianos, de que un austríaco de mierda devenido en cabo de ejército los mandara a ellos, la aristocracia de toda la vida, que se habían visto brutalmente marginados del Tercer Reich, o habían tenido que plegarse ante esta tropa de advenedizos que habían aprovechado la coyuntura post-WWI para alzarse al poder. Tampoco ayuda demasiado el que hayan elegido a un Adolf Hitler cuyo parecido con el original es pura coincidencia. Pero bueno, esto no es The Hitler Channel, perdón, The History Channel, así es que con tener una recreación histórica decente, ya estamos bien.

-- Salvando los aspectos más palomiteros del asunto, que nadie espera pelis hollywoodenses con mensajeh, o por lo menos no con un demasiado profundo mensajeh, ¿no?, ¿funcionan estas concesiones a la acción, al menos? La respuesta es un rotundo y meridiano SÍ. Porque tenemos un thriller político en toda regla. Bryan Singer tiene la astucia de irse a lo esencial, que no es otra cosa sino el viejo tópico del tirano que oprime a una nación, y un grupo de rebeldes comandados por un matasietes que va a ponerle las peras a cuatro (1-7-4 no es un código, ¿eh?), argumento con el cual tanto se forraron los italianos haciendo pelis de Hércules, Macistes, Sansones y demases. Hubo críticas contra esta peli sobre que no mostraba lo suficiente las crueldades de los nazis (deben referirse a que no se ven judíos en campos de concentración, si es que les gusta la tontera a los espectadores filosionistas...) y por tanto no hay razones para odiar al malvado Hitler, sin entender que todo eso Bryan Singer ya lo da por establecido, porque no en balde se supone que la gente ha visto pelis tan variopintas como (recito de memoria, me faltan y sobran a destajo) "La lista de Schindler", "El tambor", "Los falsificadores", "Mefisto", "La caja de música", "Cuando los violines dejaron de sonar", "El pupilo", "Los niños del Brasil" y un largo etcétera donde nos han mostrado la locura/demencia/criminalidad/sociopatía de los nazis en los más variados contextos (incluso el propio Singer se sumó en la secuencia inicial de "X-Men"). Con una breve escena inicial de Tom Cruise escribiendo un diario, se nos da a entender que hay alemanes que odian a Hitler y van a hacer lo imposible por deshacerse de él. Luego, puede empezar la acción. Acción que Bryan Singer maneja al dedillo. Y es que oigan, sacarle suspenso del bueno a una escena tan miserable como la entrega de una puñetera caja de Countreau tiene su mérito, no me digan que no. Todo el resto incluye la planificación del atentado, con nada sobreexplicado y diálogos ágiles que, hay que estar atentos para no perderse de qué va el asunto, y luego el atentado mismo. Que Singer te mantenga pegado a la butaca con ese esquema dos horas, aún sabiendo que todos nosotros sabemos que el complot está destinado al fracaso (se supone que es una peli histórica, no una ucronía de tipo "what if...?"), sin concesiones a la ñoñería pseudofilosófica, es todo un mérito. Le saca también buen partido a la ambientación Tercer Reich, creando espectacularidad a través de los ingredientes nazistoides varios de toda la vida: espíritu militarista, uniformes, soldados en formación o marchando disciplinaditos, frasecitas en alemán en las fachadas de los edificios, iconografía nazi varia... ¡Ah! Y consigue todo esto a punta de puro suspenso, sin explosiones, tiroteos o persecusiones en auto (bueno, un poco de todo esto al final, lógico, si ya es la hora de la acción, pero no tanto que esto se transforme en una bruckheimeríada al uso). ¿Cine palomitero, entonces? Indiscutiblemente, y no más que eso (en particular por ese Tom Cruise que parece el Ethan Hunt de "Misión Imposible", el One-Man Army himself ahora en la Segunda Guerra Mundial). Pero cine palomitero de alturas, del que te tensa y no lamentas haber gastado el dinero de la entrada ni mucho menos. Por eso, me pregunto las razones de por qué tanta gente le tomó inquina a esta peli. ¿Quizás porque esperaban algo más, una epifanía histórica o algo así? Puede ser, vaya uno a saber. O a lo mejor simplemente porque es una de... ¡¡¡TOM!!! (sí, yo también lo detesto, pero disfruté la peli igual, créanme).

-- Aparte de todo esto, el elenco está de lo más bien. A pesar de que en principio es una peli para el lucimiento de... ¡¡¡TOM!!! ...la verdad es que el resto se las arregla de lo más bien (y Bryan Singer debe haberle puesto un poco de mala leche tratando de contener las ansias incontenibles de protagonismo de... ¡¡¡TOM!!!). La verdadera coestrella acá es Bill Nighy, ilustre actor que se ha robado fotogramas en "Realmente amor", "Inframundo", "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte" y su olvidable secuela, y "Escándalo", y que aquí interpreta aquí al reverso del heroico ¡¡¡TOM!!!, un oficialete timorato y cágomenmipantalones que, curiosamente, se hace simpático porque en realidad es probable que nos parezcamos más a él que al estatuario y paralaposteridad ¡¡¡TOM!!! (¿ustedes no estarían también medio muertos de miedo si tuvieran que habérselas con Hitler himself?). Terence Stamp y Kenneth Branagh hacen breves pero memorables secundarios, el primero como un político mezcla de idealismo político con un crudo sentido mesiánico (el suyo propio, claro está), mientras que el segundo interpreta a un militar de alta graduación metido en el ajo y que se la suda bien sudada tratando de cubrir sus huellas cuando algo sale mal. Y Carice Van Houten se defiende bien en su brevísimo rol secundario como esposa de ¡¡¡TOM!!!

-- Un aspecto interesante de esta peli, es que funciona por el momento histórico exacto en que fue lanzada. Un año antes o un año después, quizás hubiera sido un fracaso. Veamos. La historia se trata de un régimen que en nombre de la "salud pública" o como lo quieran llamar, crea una tiranía, y se trata también de algunos "hombres buenos" que, asqueados por esto, le plantan cara a un tirano para que después la Historia diga "no todos eran malos". ¿No suena como a algo que hubiera dicho un orgulloso antiBush en 2008, en vísperas del triunfo de Barack Obama? En el período 2001-2008, o al menos antes de Katrina y desde luego que antes de la debacle Subprime, si un estadounidense se pronunciaba contra George W. Bush y lo criticaba, le llovían los epítetos de "antipatriota", "antiamericano", "enemigo de la democracia" y otras lindezas, y a ver si tenía suerte de que no lo quemaran en efigie, o peor aún, lo lincharan. George W. Bush, lo he dicho siempre en este blog y ahora lo reafirmo, es el Hitler de América, porque: 1.- Ambos fueron déspotas que cortaron los derechos civiles de su población; 2.- Ambos se creían superiores al resto de la población porque una fuerza externa a ellos los había elegido sin méritos para ello (Bush por Dios, Hitler por el Destino o la Historia); 3.- Ambos iniciaron sendas guerras en defensa de sus ideales antidemocráticos; 4.- Ambos engañaron a la población contando sendas mentiras de sus enemigos; 5.- Ambos atacaron a sus enemigos no con un elevado y democrático debate intelectual, sino con métodos gangsteriles para acallar violentamente a sus enemigos (Hitler más que Bush, pero si le hubieran dado la oportunidad al yanki...). La oposición contra Hitler, en esta peli, puede ser vista como un trasunto inconsciente de la oposición contra Bush, con una diferencia: los germanos antiHitler la tenían mucho más cruda que los yankis antiBush para oponerse a sus respectivas tiranías. A muchos yankis de pro debería caérseles la cara de vergüenza que hubo gente que resistió a Hitler en las sombras, por las razones que fueran, pero resistieron, mientras que ellos mismos se encargaron de perseguir a todo enemigo de Bush porque sí, porque era antipatriota. No muchos yankis pueden decir hoy en día con propiedad que "nosotros no éramos como ellos" y "nosotros sí resistimos a Bush", y eso que la tenían más fácil (podía írseles la libertad, pero no la vida en eso). Lo más probable es que esta sincronía de la peli con la realidad histórica de un Estados Unidos saliendo de la pesadilla bushesca y tratando de encontrar un camino obámico más justo y bueno, sea algo absolutamente casual. Pero no es menos cierto que toda peli tiende a traslucir su propia realidad histórica y Weltanschaaung, aunque sea de manera inconsciente, y es poco probable que "Operación Valkiria" (palomitera traducción del título original) se haya escapado a tal influjo.

IDEAL PARA: Ver un gran thriller de acción ambientado en la Alemania nazi.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en Blog de Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en CineCineCine.
-- (Ir a la página) Comentario en MyCine.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinematografia.cl.
-- (Ir a la página) Comentario en Sobredosis de Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en Listín Diario.
-- (Ir a la página) Comentario en Niebla de Guerra.
-- (Ir a la página) Comentario en Cine Visiones.
-- (Ir a la página) Comentario en SVNNA.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].



domingo, 1 de marzo de 2009

"El curioso caso de Benjamin Button" (2008).


-- "The Curious Case of Benjamin Button". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: David Fincher.
-- Actuación: Brad Pitt, Cate Blanchett, Taraji P. Henson, Julia Ormond, Tilda Swinton, Faune A. Chambers, Elias Koteas, Donna DuPlantier, Jacob Tolano, Earl Maddox, Ed Metzger, Jason Flemyng, Danny Vinson, David Jensen, Joeanna Sayler, Mahershalalhashbaz Ali, Fiona Hale.
-- Guión: Eric Roth, sobre un desarrollo del mismo Eric Roth y de Robin Swicord, inspirado en el relato corto de Francis Scott Fitzgerald.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.

-- "El curioso caso de Benjamin Button" en su sitio oficial en español.
-- "El curioso caso de Benjamin Button" en IMDb.
-- "El curioso caso de Benjamin Button" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Primera Guerra Mundial mundialosa del mundo. Gente ¡¡¡CRASH!!!, gente ¡¡¡BOOM!!!, gente ¡¡¡BANG!!! Después de matanza tan horrenda, un relojero ciego diseña un reloj muy particular para la estación de trenes de Nueva Orleans. El reloj, en efecto, gira hacia atrás. La intención es un intento huidizo por retener el tiempo, por conseguir que nuestros boys regresen de la guerra indemnes, acaso que no haya guerra en absoluto. Un tiempo después, siempre dentro del mismo 1918, sucede algo inesperado. Nace un niño. Agurrado como pasa. Con artrosis, cataratas y un cuantuhay de efecciones de viejo. La mamá está medio moribunda, pero encuentra fuerzas para la escena culebronesca de hacerle jurar al papá que cuidará al niño, antes de hacer lo que las novelitas de antaño llamaban "exhalar el último suspiro". Y el papá, jodepú como buen papá de culebrón, lo primero que hace apenas se le muere la 'ñora (o sea, cinco segundos después de su oath), agarra al niño y trata de echarlo canal abajo, que pa'eso es Nueva Orleans. La afortunada intervención de un cop impide el asuntillo, pero el niño termina donde corresponde, o sea, en un hogar de vejetes. Ahí sucede que una mamma negra la toma a su cuidado, benaiga el Señó, porque es una criatura 'e Dió, y habrá que cuidarla, sí Señó. Pasan los años, y el crío no sólo no se muere, siendo viejo como es, sino que además empieza poco a poco a rejuvenecer. A vivir aventuras, a forrarse en el mundo, a seducir damiselas británicas en Rusia... Cosas así, a lo largo de todo el siglo XX. Siempre gravitando en torno a Nueva Orleans. La misma Nueva Orleans en que una mujer agónica recuerda la historia en comento, en el año 2005, mientras Katrina está a punto de desatar su furia de mujer (sí, los huracanes tienen nombre de mujer por una muy buena razón) sobre la doomed city. Por cierto, el tipo al que mencionábamos, el que envejece pa'trás, ése es el famoso Benjamin Button del título. Y no, no hay ningún caso clínico ni UFOs ni Proyectos Genomas aquí, es sólo la historia del tipo y punto.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la primera mitad del siglo XX existió un escritor llamado Francis Scott Fitzgerald, que es muy famoso y reconocido en Estados Unidos por haber inventado el término de "la Era del Jazz" para caracterizar la época que le tocó vivir (¡así qué fácil, ahora el General Gato será conocido por inventar "the Britney Age" para caracterizar nuestra época frívola y banal!). Eso, además de caracterizar la época con su prosa, por supuesto. Podría decirse, leyendo "El gran Gatsby", que Fitzgerald es un tipo realista, pero sucede con Fitzgerald como con muchos escritores del XX, que su obra más realista es aplaudida por la crítica catedralicia de diarios y universidades (o sea, por los ignorantes que se las dan y las tiran porque se aplauden entre sí), mientras que escribían obrillas fantásticas, un poco entre sí y un poco entre no, pero que no podían publicar o lo hacían quitacallada la noche para que no los motejaran de escritores de segunda. Recordemos que aún hoy ciertas obras literarias, para ser aplaudidos por la Alta Crítica, se dice de ellas que son tan buenas que no son fantasía, o son tan buenas que no son ciencia ficción ("Crónicas marcianas", "1984", Borges completo...). Afortunadamente, con el eclipse del intelectualoide marxistoide sigloveintoide y el surgimiento de una nueva clase intelectualoide frikienta, más abierta a la cultura de masas que la élite sigloveintesca metida en su torre de marfil, esta tradición fantástica está siendo reivindicada. Era, por tanto, el tiempo en que podía tomarse la obra fantástica de un escritor celebrado por su obra "realista" y hacerla una suntuosa adaptación para el cine, sin que a nadie se le cayera la cara de vergüenza ni tuvieran que estar haciendo cruces de justificaciones. Después de circular por aquí y por allá, la historia cayó en las manos del guionista Eric Roth, quién vio propicia la oportunidad de reverdecer sus laureles de "Forrest Gump" haciendo un remake de "Forrest Gump", precisamente, pero en clave fantástica y abarcando todo el siglo XX, en vez de limitarse a Vietnam-Nixon-SIDAochentas. Luego vino el baile de directores, hasta que finalmente David Fincher asumió el reto. El resultado final es una peli... Mmmmmm... Bueno, es una Geistensturm Fitzgerald-Roth-Fincher, el resultado final iba a ser, predeciblemente, y como mínimo, algo raro. Lo es.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A primera vista, esta peli puede ser algo desconcertante. A riesgo de dármelas, me pregunto seriamente si todos aquellos quienes la alaban desde el púlpito, la habrán entendido de verdad. O acaso le celebran el valor poético (que lo tiene, y bastante) para evitar tener que referirse a las ideas de fondo, que como mínimo son un poco ácratas desde cualquier punto de vista filosófico (Pirrón habría estado fascinado). De partida, puede ser algo desconcertante que la peli no tenga un discurso filosófico coherente, que en realidad no lo tiene. Pero esta renuencia a los grandes relatos metafilosóficos, esta obligación de tener que bucear en la trastienda de lo que se nos está contando, es muy coherente con el mensaje central de la peli: que no puede haber mensaje en absoluto. A-ver-a-ver-a-ver, mi General Gato, que usté me está hablando en paradojas y no le entiendo en lo absoluto. Bien, trataré de ser más simple. La idea central de todo esto es que la vida es una serie de cosas que pasan, y que pasan un poco porque sí, y hacer cualquier metarrelato sobre esto es una soberana tontería (y los Platones, Aristóteleses, Kanties, Descárteses y Heideggers, para la casa). Hay un relojero ciego (cita evidente a Richard Dawkins y su ferviente ateísmo antifinalista y antiteleológico) que construye un reloj, y en apariencia ese reloj tiene la propiedad mágica de convertir la vida de un hombre en un "atrás-adelante" en vez de un "adelante-atrás" como todo el mundo (en apariencia, porque ni siquiera termina de estar del todo claro que sea así, algo así como atribuirle al Cometa Halley el nacimiento de Mark Twain). ¡Y resulta que, después de que el Relojero Ciego ha metido su mano, nada en verdad cambia, y todo sigue siendo como siempre! Tampoco es casualidad que el final de todo el embrollo sea la destrucción por el huracán Katrina, símbolo por antonomasia para la platea 2000 de la naturaleza indomable aplastando la arrogancia humana (la vena antiBush, ya ven). Si les suena como a "la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes lo que te va a tocar", recordemos que el guionista Eric Roth es el mismo de "Forrest Gump". No es que el guión esté libre de cosillas (¿cómo diablos Benjamin Button se enteró de toda la concatenación de situaciones que llevaron al accidente en París?, ¿era necesario que en el momento crítico, justo apareciera un personaje a arreglarle monetariamente la vida a nuestro prota, en el mejor fairy-tale style?). Pero acá está hecho con más sutileza, con más elegancia, y por qué no decirlo, tenemos a un a-medias-querible Brad Pitt en vez de un insufriblemente querible Tom Hanks, y a un acerado David Fincher en vez del más comercial Robert Zemeckis a cargo del buque. La peli está también plagada de señales semirreligiosas por todas partes (el Relojero Ciego, la mamá putativa de Benjamin hablando a cada rato de la voluntad de Dios, ese personaje que reaparece a mitad de peli de manera casi milagrosa, la velada alusión a la religiosidad 2000 que significa incluir el huracán Katrina...), pero todo al final es humo y nieblas, y después de dos horas y media de peli, al final no ha pasado realmente nada importante o trascendente. Así como cuando al final la mayoría de todos nosotros nos muramos, tampoco nuestras vidas habrán sido importantes ni trascendentes, en el sentido supremo del término (ya sé, les gustaría que el alma fuera inmortal, la comunión con Dios y esas cosas, pero si es por querer, yo querría que mi escudilla de Whiskas estuviera chapada en oro, y ya ven...). Quizás es esta premisa que parece extraordinaria y al final resulta tremendamente banal, este "plus ça change, plus c'est la même chose", el mayor valor de esta peli. Lástima que no muchos filósofos intentarán explotar esta veta: si lo hicieran, tendrían que cerrar sus maletines e irse para la casa, dejando de percibir sus sabrosos emolumentos universitarios de paso, por no hablar de los pedantescos reconocimientos que se dan entre sí dentro de la industria tecnointelectualoide.

-- David Fincher. A primera vista, el director de "Alien 3", "Los siete pecados capitales", "El club de la pelea", "La habitación del pánico" y "Zodíaco" no parecía la opción más recomendable para una historia sin suspenso y sin personajes sicóticos, o al menos tan obviamente on-the-edge. Pero el oficio del cine es el oficio del cine, y David Fincher aplica todo lo aprendido con elegancia. Sigue siendo una peli fincheresca en muchos detalles (particularmente esa estética amarillenta, heredera de su estética de óxido de sus primeras pelis), pero su tendencia al videoclip está muy atenuada, puesta sólo para momentos de necesaria distensión narrativa (el pobre tipo del rayo...), y se reserva toda la contundencia narrativa para algunos momentos claves (la única gran escena de batalla, por ejemplo). Si hay alguna razón por la que esta peli de dos horas y media que en realidad no cuenta nada que con dos dedos de frente sea medianamente interesante, es capaz de atrapar al espectador y llevarlo hasta su lógica conclusión, es justamente por el esforzado trabajo de Fincher contando una historia deteniéndose en los puntos justos y obviando a toda prisa todo lo demás, desarrollando las cosas con mucha sutileza, dejando que el subtexto hable por sí mismo en vez de traerlo irritantemente al primer plano con el fastidioso recurso de vocearlo por boca del personaje explícalotodo, y en definitiva, centrándose en la historia y los personajes, y no engolosinándose con la recreación de época. Bueno, algo de eso habíamos visto en "Zodíaco", pero aquí domina aún más los resortes del cine de época, hasta que consigue hacernos olvidar que es, efectivamente, la recreación de épocas pasadas lo que estamos viendo.

-- Los actores están en estado de gracia. Brad Pitt compone un rol por el que, si hubiera justicia en este mundo, debería ser más intensamente recordado luego de su muerte. Cate Blanchett, por su parte... Sería insultante de ella decir que está soberbia porque esta chica, no sé cómo se las arregla, pero siempre está soberbia en todas las pelis que aparece, pero hay que decirlo igual... está soberbia (de hecho, consigue robarle cámara a un por una vez en la vida superlativo Brad Pitt en sus propias narices... otra vez, porque ya lo había hecho en "Babel", hehehé). El elenco de secundarios está en su punto, sin actuaciones descollantes, pero bien amoldados a lo suyo, y son más que dignas réplicas a los dos grandes protas (mención especial para Tilda Swinton, conocida camaleona de "Orlando", "Constantine", "El león, la bruja y el ropero", "Michael Clayton" y "Quémese después de leerse", y que aquí hace un papel "normalito" y se destaca igual a través de lo "normalito", eso es arte...).

-- Mencionemos, casi a la pasada, que la banda sonora es estupenda: ni siquiera se siente, así de bien acoplada a la peli está, pero ayuda a construir una atmósfera intimista y muy particular. La recreación de época, por su parte, es notable, y consigue el efecto de ver el paso del tiempo entre escena y escena, sin que de verdad nos demos cuenta que estamos en épocas y años distintos. Como no sea en algunas escenas que, quizás, por tratar de ser demasiado icónicas chirrían un poco (Brad Pitt haciendo el James Dean...), pero que son poquitas y no influyen mayormente. Y la recreación del countdown biológico de Benjamin Button, por su parte, son estupendos, y es fácil olvidarse que estamos frente a prótesis y efectos de maquillaje en vez de un personaje de carne y hueso.

-- Grandes escenas. Toda la secuencia del Relojero Ciego. Toda la secuencia del nacimiento de Benjamin Button. Cate Blanchett en la piscina, en una escena que por potencia y concisión, sostenida por puro talento actoral, es durísima y potente. La escena de batalla, en la cual, es que te haces de todo en la butaca. Cate Blanchett danzando (ella misma, no un doble). El vejete y la niña chica, bajo el mantel de una mesa, escena creepy con ganas. Y varias escenas del último muy puntuales, que no menciono para no romper el suspenso, incluyendo la bellísima imagen final.

-- Dejamos para el último, como gran broche final, la bellísima historia de amor entre Benjamin Button y su chica. Una historia que comienza, todo sea dicho, de una manera ímproba (esa niñata que se entusiasma con el viejo-chico...), por no decir que sugiere algunas inquietantes palabrillas en el cerebro (paidof... peder...). Pero luego, cuando vemos el romance desarrollarse, entendemos que en definitiva es un romance condenado (snif-snif, sí, como en las mejores tradiciones hollywoodenses). El mensaje final, con todo, puede ser algo deprimente. A diferencia de otras pelis, que terminan con un happy end (matrimonio, típicamente) o con un quiebre espectacular (supongo que no espoilereo a nadie si cito aquí a "Lo que el viento se llevó", ¿verdad?), acá termina todo como tiene que terminar, en un interminable ocaso de la existencia. Lo más terrible y hermoso a la vez de este romance, es que en definitiva entendemos a través de las vivencias de los dos personajes, que todos los romances son en cierta medida romances condenados, que el tiempo a las últimas igual se encargará de separar a los amantes, bien sea porque los amantes cambian, o bien porque aunque no cambien por sí, la muerte se encargará de hacer la faena correspondiente. Y todo eso, sin caer en el melodrama barato.

IDEAL PARA: Ver una peli filosófica, romántica, de época y fantástica, que funciona potentemente en cada uno de esos respectos.

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VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].