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lunes, 19 de febrero de 2007

ESPECIAL MENSUAL Nº 12: CIENCIA FICCIÓN / PRIMER AÑO / RESEÑA 200.

Hace un año exacto atrás, el día 19 de Febrero de 2006, partió Cine 9009. Era un proyecto casi en el tintero, sin mucha idea sobre de qué se trataría, como no fuera la fórmula "un posteo = una reseña de película" (algo que, por suerte, no ha cambiado con el tiempo). No tenía ni la más mínima idea de si perduraría o se quedaría atrás, de si podría alimentarlo adecuadamente o si terminaría como esos blogs de "hoy posteo tres películas y posteo la siguiente en tres meses más", o de si atraería lectores, o si por el contrario se quedaría como una roca solitaria en el vasto océano de Internet. Bueh, esto último aún no lo sé. Pero no lo lamento. El placer de escribir ha sido en realidad mi mayor recompensa, y si con eso he dejado satisfecho a mi público lector, pues mejor aún. No soy tan pedante como para tratar de hacerme el orgulloso escribiendo en difícil o haciéndome el intelectual para que me lean pocos, y después partirme en dos con arrogancia diciendo "soy más inteligente que ustedes, y la prueba es que nadie me entiende"; quizás pueda ser un poco más estudioso o erudito, pero ¿inteligente...? Probablemente no. Por cada filme que he visto, hay cien que nunca jamás veré, porque con todo lo que se ha filmado desde los hermanos Lumière hasta ahora, no hay vida que baste para ver todo lo rodado sobre celuloide o archivado en MPEG. En cuanto a ustedes, si van a gastar tiempo leyéndome, la mínima carga ética que se me puede exigir es entretenerlos e informarlos adecuadamente, y eso he tratado de hacer en todo este tiempo. Si lo he logrado o no, eso es un tema aparte, pero tal era, por lo menos, la intención. De todas maneras, por aquello de "mejorar el servicio", cualquier comentario sobre el particular es de provecho.
Pero volviendo al cumpleaños. Ha sido un año prolífico; tanto, que hoy día mismo acabo de enterar 200 reseñas, lo que representa en promedio una reseña cada 44 horas (en comparación, dos días tienen 48 horas en total). Eso es motivo más que suficiente para celebrar, y lo hacemos poniendo un digno y gran final a la maratón para celebrar el primer año. Y lo hacemos con un especial de cinco reseñas de un género dilecto para mí, vuestro servidor el General Gato, cual es la Ciencia Ficción. Me hubiera gustado postear algunos grandes clásicos como "Metrópolis", "2001: Odisea del espacio", "Ultimátum a la Tierra" o "Mátrix", pero por diversos motivos eso no se pudo. A cambio, van cinco películas que abarcan desde la Space Opera de entretención pura y dura, hasta densos filmes filosóficos. La selección incluye:

- "Duna" de David Lynch (1984). ¡¡¡ESTA ES NUESTRA RESEÑA 200!!!
- "La guía del autoestopista galáctico" (2005).
- "El último guerrero espacial" (1984).
- "Fuga en el siglo XXIII" (1976).
- "La máquina del tiempo" (1960).

Por supuesto que este hito es tan solo un alto en el camino. Esperemos que CINE 9009 pueda seguir por muchos años más, y que éste sea tan solo el primero de una larga serie de cumpleaños. Quizás alcancemos el posteo 400 para el próximo 19 de Febrero, quizás no lo logremos, e incluso, si existen los milagros, podríamos llegar a superar esa cifra, ¿quién lo sabe?
Por lo pronto, CINE 9009 se toma descanso hasta el Jueves 01 de Marzo. En esa fecha regresa con lo que resta de la saga de James Bond, que termina en dicho mes de Marzo, con el período de Pierce Brosnan como Bond: "Goldeneye", "El mañana nunca muere", "El mundo no es suficiente" y "Otro día para morir". También están pendientes las reseñas de filmes recientes como "La conquista del honor" de Clint Eastwood y "Rocky Balboa" de Sylvester Stallone, que por motivos de tiempo no pudimos incluir en medio de esta maratón, para la que tuvimos que recurrir a material de archivo (traten de postear sobre 14 películas en siete días, a ver cómo les va después a ustedes con sus grandes y jugosos cerebros).
Por todo eso, sigan prefiriendo CINE 9009. Buena suerte, y nos vemos en Marzo.

P.D.: Como los lectores de CINE 9009 habrán visto, nos pasamos al nuevo Blogger y trabajamos el sistema de etiquetas para hacer a CINE 9009 algo más accesible, como una especie de pequeña enciclopedia de consulta sobre películas. Sus comentarios, sugerencias, alabanzas o críticas son bien recibidas. Todo, por supuesto, en pos de mejorar cada día a CINE 9009. Y ahora sí, hasta Marzo.

"Duna" (1984).


-- "Dune". Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: David Lynch.
-- Actuación: Francesca Annis, Leonardo Cimino, Brad Dourif, José Ferrer, Linda Hunt, Freddie Jones, Richard Jordan, Kyle McLachlan, Virginia Madsen, Silvana Mangano, Everett McGill, Kenneth McMillan, Jack Nance, Siân Phillips, Jürgen Prochnow, Paul L. Smith, Patrick Stewart, Sting, Dean Stockwell, Max von Sidow, Alicia Witt, Sean Young.
-- Guión: David Lynch, basado en la novela de Frank Herbert.
-- Banda Sonora: Toto.

-- "Duna" en IMDb.
-- "Duna" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Es el año 10191. El universo conocido es gobernado por el Emperador Padishah Saddam IV. En este tiempo, la más preciosa substancia del universo es una droga llamada la especia melange. Con la droga puedes hacer de todo. La droga expande tu mente. La droga alarga tu vida. La droga permite el viaje espacial. La droga es controlada por fuerzas poderosas: el imperio intergaláctico, la Cofradía de los navegadores espaciales, la hermandad de las brujas Bene Gesserit, y la Casa Harkonnen. Sin embargo Arrakis, conocido también como Duna por su increíble aridez, y que es el único planeta en todo el universo que produce la especia, pasa en feudo a la Casa Atreides, enemiga de los Harkonnen. Los Atreides tienen a un joven heredero llamado Paul, que siembra la inquietud entre la Bene Gesserit y la Cofradía, porque ellos intuyen que algo raro pasa con él. Los Atreides viajan hasta Arrakis, sin saber que los Harkonnen están a punto de reconquistar el feudo por la fuerza. El complot Harkonnen sale a pedir de boca, salvo por un pequeño detalle: uno de sus agentes salva la vida de Paul y su madre, quienes encuentran refugio entre los Fremen del desierto. Ahora, Paul empieza un larvado movimiento de rebelión, que lo llevará a cumplir con su destino: ser el mesías Ubermensch que traerá la luz y la libertad al universo entero.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1965, el novelista Frank Herbert remeció al mundo de la Ciencia Ficción con su novela "Dune", en donde creaba un complejísimo universo en el cual se entrelazaban aventura, alta política, religión, y mucha, mucha, mucha New Age (drogas que amplían la visión, ecología profunda, religiosidad panteísta y matriarcalista, etcétera). También vinieron a entrelazarse, como quien no quiere la cosa, una seguidilla de novelas que configuraron una próspera franquicia. Casi de inmediato comenzaron las tentativas para llevarlas al cine. El realizador pseudointelectualoide chileno Alejandro Jodorowski intentó llevarse el premio mayor, contratando al afamado dibujante europeo de cómics Möebius para realizar los diseños, y llegó hasta a considerar a Salvador Dalí para interpretar al Emperador. Pero su manía de meterle cambios a su reverendo antojo causó la ira del autor Herbert, así como la irritación de Hollywood, que quería algo un poco más aventurero, para vendérselo a las masas. Retiraron a Jodorowski del proyecto y pusieron a cargo a Ridley Scott, que en el intertanto se había hecho un nombre con "Alien". Pero Scott, aburrido de las dilaciones, se marchó a rodar "Blade Runner". Raffaela de Laurentiis, la hija del prolífico productor Dino de Laurentiis, decidió entonces contratar a David Lynch, por entonces en lo alto gracias a "El hombre elefante", y que estaba siendo también tentado para dirigir "El regreso del jedi" (¡qué enredo, por Dios!). David Lynch llevó a cabo finalmente el proyecto, que resultó carísimo de dirigir, y que con todos estos cambios, era ya casi un campo minado en lo artístico. La película final resultó demasiado rara para el público, que la castigó masivamente en la taquilla, lo que significó la casi quiebra de los Estudios Universal, pero con los años, gracias al empuje de la novela, recibió un estatus de cult-movie casi ineludible para referirse a los '80s. Tanto, que se hizo después un remake en forma de miniserie televisiva que, la verdad sea dicha, aunque es más fiel a la novela, tampoco es que aporte mucho.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de que David Lynch reniegue de "Duna" y prefiera proyectos más personales, la verdad es que tiene más de algún toque de su sello personal. Las decoraciones alambicadas y el contraste entre lo pulido del escenario y lo sórdido de sus personajes es un rasgo que repetirá después en "Twin Peaks" y "Mullholland Drive", entre otras; eso, por no hablar del regusto sádico y sexualmente perverso de muchas de sus escenas.

-- El elenco es de lo mejor. Kyle McLachlan está bien como el chico maravilla de la historia, Jürgen Prochnow impone su estatura como un magnífico Duque Leto (venía de haber protagonizado "El submarino" para Wolfgang Petersen), Francesca Annis compone a la sufrida madre del prota con mucha emotividad, y Kenneth McMillan compone a uno de los villanos más bizarros que ha dado el entero cine de Ciencia Ficción. Los personajes secundarios brillan poco como tales, pero sus actuaciones están al punto: Max von Sidow sacándole el jugo a un papel de adorno, Patrick Stewart dándole una magnífica presencia a su propia parte, Virginia Madsen bien ajustada a lo que se espera de ella (cara de muñeca pepona, como buena princesa), Miguel Ferrer compone un Emperador prepotente y al que claramente el trono le queda grande, Siân Phillips compone una inquietante bruja Bene Gesserit, Brad Dourif como el consejero Harkonnen que disfruta su propio maquiavelismo como si fuera un juego deportivo, Sting haciéndose el lindo con una mirada que verdaderamente dice "donde te pille, te voy a matar"... Muchos personajes en roles cortos, pero estupendamente bien servidos. De pocas películas puede decirse eso. Mención aparte merecen Alicia Witt, positiva en su caso, quien interpreta a la hermanita pequeña del prota, y que cuando creció y se hizo adolescente a finales de los '90s se convirtió en musa del cine indie, y Sean Young, altos sus bonos como protagonista de "Blade Runner", aunque en este caso de manera negativa, porque a diferencia de su rol como compañera de Harrison Ford, en este caso interpreta a una heroína sosa y sin mayor gusto, preludiando así el largo despeñadero al que iría a dar su carrera con posterioridad.

-- La película mantiene un poderoso sentido de la épica, a la altura de "La guerra de las galaxias", de "2001 Odisea del espacio" o de "Metrópolis". El sentido de lo superlativo está más que bien servido. En ese sentido, este filme guarda una poderosa resemblanza de aquellas producciones épicas que el polifacético Dino de Laurentiis produjo en los '60s. Es de recordar que de Laurentiis produjo, entre otras, "Barrabás", "La Biblia", "La batalla de Anzio", "Barbarella", "Flash Gordon" y "Conan el bárbaro". ¿Y Raffaela de Laurentiis? Es su hija (y de Silvana Mangano, que también tiene rol en la peli), pero eso es tan solo un dato. El capo tutti di pasta aquí es Dino. Quizás lo único que destiñe un poco la ilusión sean los efectos especiales, que en la actualidad tienen un aire de serie B que es indigno del gran Kit West, que entre otros créditos es responsable de los FXs de "Los cazadores del arca perdida", "El regreso del jedi" o "1492: La conquista del paraíso", o de Carlo Rambaldi, quien hizo lo mejor que pudo creando a unos imponentes gusanos de arena que en las tomas cercanas canta clarito el fotomontaje, y que con anterioridad había dado vida a la cabeza del monstruo en "Alien", o al muñequito de "E.T.".

-- Salvo algunas concesiones a la platea, como meter la escena de la pelea con el robot para darle un poco de acción a la historia, por no hablar del arma sónica, la película adapta tan bien la novela como se puede hacer, considerando que el mamotreto original tiene 600 páginas, incluyendo 50 de apéndices. Aún así, para entender algunas alusiones fugaces, no queda más remedio que acudir a la obra original, en donde muchos personajes están abiertamente más desarrollados. El lunar negro, por cierto, es la visión de los Fremen, que en la novela son una raza fuerte, noble y con un elevado sentido del honor y la supervivencia, y que en la peli son descritos como una tropa de bárbaros esperando a que llegue el educador de turno para llevarlos "a la civilización" (signifique eso lo que signifique).

-- Mención aparte merece la magnífica banda sonora. La misma banda Toto que en los '80s era sinónimo de chulerío musical y que ha sido después carnaza para snobs con temas como "Rosanna", "Africa" o "Hold the Line", creó un soundtrack completamente diferente, casi sin resemblanzas con aquello que componían para ganarse los garbanzos a costa de la audiencia gruesa, hasta el punto que sólo un tema tiene una vaga semejanza con los acordes del soft-rock ochentero que interpretaban. Buena parte de la carga épica de este filme viene de su impecable banda sonora. ¡Si hasta en teleseries chilenas se han colgado de este soundtrack! Causaba vergüenza ajena, por el poco talento de los musicalizadores nacionales para llegar a alturas, que el inquietante tema "The box" que en la peli acompañaba a la Reverenda Madre Gaius Helem Mohiam, interpretada por una Siân Phillips inmensa como la vida, en la teleserie chilena "Estúpido cúpido" acompañaba a una vulgar y cutre monja con calentura, interpretada por Claudia di Girolamo...

IDEAL PARA: Ver una cult-movie que se ha ganado su estatus a punta de logros, y no como otras, que lo han obtenido con la simpática condescendencia de los devoradores de cutrerías.

"La Guía del Autoestopista Galáctico" (2005)


"The Hitchhiker's Guide to the Galaxy". Dirigida por Garth Jennings. Protagonizada por Martin Freeman, Zooey Deschanel, Mos Def, Sam Rockwell, Anna Chancellor, Warwick Davis, Steven Fry, Thomas Lennon, Helen Mirren, Alan Rickman, Bill Nighy, John Malkovich. Estados Unidos / Inglaterra. Año 2005.

¿De qué se trata?
Es un hecho importante y conocido que las cosas no son siempre como se ven. Por ejemplo, en la Tierra el ser humano siempre ha asumido que es la especie más inteligente de todas, en vez de la tercera de ellas. La segunda son los delfines, tan inteligentes que advierten la próxima e inminente destrucción de la Tierra, y hacen lo imposible por avisarle a la Humanidad. Pero los seres humanos interpretan esto como acrobacias, saltos mortales, saltos dobles mortales... Hasta que de pronto los delfines deciden despedirse con una alegre canción, y "hasta luego, y gracias por todo el pescado". Ese mismo día, un bípedo descendiente de simios está tratando de evitar que demuelan su casa para construir una autopista, cuando sobre todo el planeta surge una gigantesca nave espacial que anuncia la inminente demolición de la Tierra para construir una gigantesca autopista cósmica.... Y sí, los carajos se echan el planeta Tierra entero, con un par. El descendiente de simios, por su parte, acaba de enterarse que su mejor amigo, que parecía ser otro bípedo descendiente de simios (llamémoslos "humanos" de aquí en adelante, mejor, porque sale más corto) es en realidad un alienígena, y gracias a él salva el pellejo. Es decir, gracias a él y a la GUÍA DEL AUTOESTOPISTA GALÁCTICO, el súper manual de cortapalos para emprender el viaje por la galaxia; juntos, estos dos autoestopistas y una tripulación de lo más friki se enfrentará a la raza más maligna del universo: una manada de aburridos y legajosos burócratas del espacio exterior.

El espíritu de los tiempos.
Toda mitología sigue una curva desde sus orígenes como historia de terror hasta su concreción como obra de arte, y su decadencia posterior como pastiche y humorada; la CF, que era el sueño terrorífico del espacio exterior en los tiempos de Wells y Asimov, se transformó en arte estilizado durante la Nueva Cosa ('60 y algos), y ahora va en imparable decadencia, con dibus para niños burlándose de los tópicos de la serie B, de Star Trek y similares. En medio de todo esto los british, que hasta para hacer pastiches y parodias son estirados, se apuntaron un tanto en la empresa de demolición, con la serie radiofónica, después reducida a saga de novelas, del Autoestopista Galáctico, de Douglas Adams. El asunto tuvo tanto éxito, que ya en 1982 el siempre roederesco olfato de Ivan Reitman se fijó y compró los derechos para una adaptación cinematográfica, aunque finalmente se decantó por "Los Cazafantasmas". Y así fueron pasando los años, y la película no venía, y no venía... hasta que por fin, después de un parto de más de veinte años, fue estrenada en los cines el año 2005. Y los veinte años se notan. En el intertanto salieron varias otras sangrantes parodias a la ciencia ficción, incluyendo "Hay un loco suelto en el espacio" (Mel Brooks against "La guerra de las galaxias"), "Héroes fuera de órbita" (contra Gene Roddenberry y Star Trek), además de una tonelada de capítulos de series de TV en el mismo registro ("Animaniacs", "Pinky y Cerebro", "Los Simpsons", "Rem y Stimpy"), e incluso series de TV enteras ("Futurama"), y el tema de reirse de lo viejo, o de ESO viejo por lo menos, perdió novedad. ¿Es un filme entretenido? Sí. ¿Chispeante? Sí. ¿Novedoso y original...? Hmmm... Si ya en su tiempo "Futurama" lucía un look old fashioned, y la serie era del 2000... ¿qué quedaba para un filme del 2005 en la misma línea?

¿Por qué verla?
- Es una más que notable adaptación de los textos originales de Douglas Adams. El guión mismo está sumamente alterado con respecto a la historia original, pero a cambio, las variaciones fueron introducidas por Douglas Adams himself, así es que conserva el espíritu de "jojojó" flemático del original.
- Secuencias hilarantes. Los delfines tratando de avisar a los humanos. Los vogons firmando una serie de decretos y circulares por triplicado para iniciar una persecusión espacial en regla (literalmente "en regla"). El "rescate" en el planeta de los vogons. Todos y cada uno de los diálogos de Marvin el robot depresivo (gran trabajo de Alan Rickman dándole voz), incluyendo su resignado "increíble, es peor de lo que yo esperaba". La aparición de Humma Kavula con un camaleónico y casi irreconocible John Malkovich. La respuesta al problema de la vida, el universo y todo lo demás. Las codas y explicaciones de la Guía del Autoestopista Galáctico misma. Y el premio mayor: el número musical "so long, and thanks for all the fish".
- El centro de fabricación de planetas. Una secuencia literalmente alucinante, quizás uno de los mejores momentos del cine de CF de la década entera.

IDEAL PARA: Fanáticos huérfanos de "Futurama".

"El último guerrero espacial" (1984).


-- "The Last Starfighter" (título original en inglés), "Starfighter: La aventura comienza" (título en España). Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: Nick Castle.
-- Actuación: Lance Guest, Robert Preston, Catherine Mary Stewart, Kay E. Kuter, Dan Mason, Dan O'Herlihy, Barbara Bosson, Norman Snow, Chris Hebert.
-- Guión: Jonathan R. Betuel.
-- Banda Sonora: Craig Safan.

-- "El último guerrero espacial" en IMDb.
-- "El último guerrero espacial" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Alex es un chico de la América Profunda. Tan profunda, que ni para Kent/Superman le alcanzó, y tiene que vivir asfixiado entre un grupo de vejetes de remolque para quienes destapa caños y arregla antenas de TV, insultado por sus "amigos", basureado por las instituciones de educación superior a las que postula por correo certificado transiberiano (o poco menos), pero que es admirado por una linda noviecita que parece puesta de postizo, tan linda que es entre tanto remolque mugroso. Aún así, como es un yanki correctito y no un flaite chileno, el chico le dice "no" a las drogas, y se envicia con el más sano deporte de matar navecitas espaciales en una consola arcade '80s style. Una noche particularmente puñetera, la rabia acumulada le sirve para quebrar el récord y aniquilar a la flota entera del malvado Xur y la armada de Kodan. Y esa misma noche, descubre que ¡ups!, el juego en cuestión era real, y que tanto Xur como Kodan tienen entidad real y son de temer (como los comunistas). Por los manejos de un extraterrestre un tanto tramposo que responde al prosaico nombre de Centauri, acaba enrolado en una guerra que no es la suya, y decide que tanto ruido no es para él. Lo que el joven no sabe, es que Xur ya ha iniciado la cacería contra él en la Tierra, que cuando los buenos interestelares sean aniquilados la Tierra será el próximo blanco (o no, pero Centauri lo afirma con un entusiasmo digno de Ronald Reagan)... y que dentro suyo late el alma y corazón de nada menos que todo un guerrero, el último guerrero espacial, que habrá de salvar nada menos que a todo el universo... o el universo civilizado... o el universo que comulga con la libertad, la felicidad y el american way of life, al menos...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los '80s fueron la década más revolucionaria del siglo XX, qué duda cabe, aquella en que se sentaron las bases de la moderna Genética, la revolución telemática (¿alguien usa aún esa vieja palabra?), el Neoliberalismo... y la derrota definitiva de la Unión Soviética, el Imperio del Mal, por la labor combinada de Rocky Balboa, el negrito Webster, los chicos de "Amanecer rojo" y el último guerrero espacial. Ya "La guerra de las galaxias" había desatado todo un nuevo concepto de cine comercial, uno en donde se pudieran tratar historias simples y primarias que alcanzaran a los públicos más gruesos posibles, envolviendo todo en el delicado papel celofán de FXs de última generación... o que lo sean hasta la generación siguiente. Si en los '70s lo último en FXs eran maquetas armadas haciendo una mezcla promiscua entre modelitos de aviones y de barcos, en los '80s lo último era la naciente tecnología computacional, que tan bien aprovechó Kraftwerk en su icónico video "Music non stop". Y un ideas geniales dijo: ¡Hagamos entonces Star Wars, pero con efectos especiales por computadora, y además como está de moda eso de nosotros los defensores de la libertad contra ellos los malvados totalitarios comunistas, démosle énfasis a eso! Parece que, por desgracia para los productores, el concepto no fue muy bien entendido o asimilado por la gente, quizás resultó demasiado complicado de captar para las audiencias, y a pesar de los vistosos (para entonces) efectos por ordenador, la película resultó un fracaso de taquilla.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Al contrario de todo lo reseñado anteriormente, la película es divertida de cabo a rabo. Diversión pop-corn, por supuesto, quizás un tanto ampulosa a ratos considerando lo anémico del contenido, pero se deja ver como una de aventuras espaciales sin excesivo fastidio.

-- Todos los efectos especiales del espacio profundo se hicieron por computadora, incluyendo el diseño de las naves espaciales. Alguien podría decir "¡ah, mira, pero si los FXs de 'Andrómeda' son mucho mejores!". Vale, sí, pero éstos, para la época, eran de avanzada, y para el día de hoy, su propia tosquedad les otorga un carácter entrañable, un poco como cuando los artistas de MTV, para posar de ultramodernos, se ponen a hacer videoclips imitando la estética retro de las cintas y filmes del cine mudo.

-- El mensaje proyanki es tan descarado, que cuesta no reirse con ese humor involuntario. Es impagable la escena en la que Centauri le dice al chico que si los malos ganan, la Tierra no estará segura nunca más... Por cierto, los buenos usan uniformes blancos y los malos usan armaduras rojas, ¿será casualidad...?

IDEAL PARA: Ver cómodamente echado en el sofá y de manera relajada, un día cualquiera en que el mundo deba detenerse por alguna razón.

"Fuga en el siglo XXIII" (1976).


-- "Logan's Run". Estados Unidos. Año 1976.
-- Dirección: Michael Anderson.
-- Actuación: Michael York, Richard Jordan, Jenny Agutter, Roscoe Lee Browne, Farrah Fawcett, Michael Anderson Jr., Peter Ustinov.
-- Guión: David Zelag Goodman, basado en la novela de William F. Nolan y George Clayton Johnson.
-- Banda Sonora: Jerry Goldsmith.

-- "Fuga en el siglo XXIII" en IMDb.
-- "Fuga en el siglo XXIII" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Tierra en el siglo XXIII. La superpoblación y la contaminación se lo han marabunteado todo, así que es hora de tomar medidas draconianas. La gente vive en una sociedad hipertecnificada con look de mall de los '70s, en donde todo es puro placer (sexo y drogas, para ser bien '70s), pero en donde tienes que morirte fatalmente a los 30 años de edad. Eso, salvo que seas renovado en una ceremonia llamada "el carrusel", a donde todos van como borregos, a pesar de la evidencia empírica según la cual nadie ha visto a un renovado jamás, y por tanto, no se sabe que pasa con ellos (¿y qué? no sería la primera cosa que la gente cree porque quiere creer y tener fe, ¿no?). Un guardia llamado Logan entra en contacto con una célula rebelde que, tan poco marciales ellos, dicen que la sociedad entera, y el carrusel primero, es una farsa, y para vivir sólo hay que escapar a un lugar llamado el Santuario. Aprovechando eso, la gran supercomputadora con tarjetas perforadas que controla la ciudad, le hace la joputada a Logan y le quita cuatro años de vida, para hacerlo agonizante y obligarlo a fugarse, y así llevarle a descubrir el Santuario. Infiltrado entre los rebeldes que querían vivir, Logan empieza poco a poco a descubrir la macabra verdad detrás de la sociedad (nadie se renueva), el destino de quienes se fugan, y qué demonios es realmente el Santuario, todo eso acompañado por una bella chica (así da gusto ser fugitivo).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En medio de la fiebre Sci-Fi/New-Age de los '60s, salió publicada (en 1967 para ser precisos) una novelita cuyo título traducido al castellano sería "La fuga de Logan". Al igual que otras novelas y filmes de la época (léase "¡Hagan sitio, hagan sitio!" y su adaptación semibastarda "Cuando el futuro nos alcance"), ponía énfasis en el tema entonces de moda, cuál es que estamos haciendo cañazos la Tierra, nos estamos reproduciendo como ratas, y el mundo entero se va a ir al garete por la superpoblación. Era obvio que la novela sería adaptada al cine, porque tenía acción y tocaba un tema de moda, y eso sucedió en 1976. Que ahora estábamos en plena fiebre disco se nota porque la sociedad descrita en la película es hedonista, materialista y permisiva, y por lo tanto Tony Manero se hubiera sentido en ella como en casa (salvo por eso de tener que morirse a los 30). La película estaba destinada a ser el gran éxito del verano, y probablemente lo fue hasta cierto punto, pero las críticas la aguijonearon hasta convertirla en colador. Y con razón, porque la gente detrás no era exactamente de primera línea, partiendo por el director Michael Anderson, que había tenido su momento de gloria con "Las sandalias del pescador", y que después tendría oportunidad de seguirla chafando con "Orca", "Crónicas marcianas" (miniserie de TV un tanto subvalorada, pero tampoco demasiado brillante), y "Millennium" (la peli de 1989, no la serie de TV de 1997). Hubo después de "Fuga en el siglo XXIII" una serie de TV, que no tuvo ningún éxito; y el escritor William F. Nolan, por su parte, al no tener ningún otro gran hit salvo ese éxito discreto, escribió algunas secuelas que nunca han sido adaptadas (y quizás deberíamos dar gracias a Dios por eso).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la clásica historia que en "HormiguitaZ" definían como "chico conoce a chica, chico enamora a chica, chico cambia el orden social establecido". Hay quienes dirán que esto es "La guerra de las galaxias" por enésima vez, y quizás tengan razón, pero en definitiva, todas las historias de héroes son lo mismo, así es que podemos decir que "Fuga en el siglo XXIII" es otra prototípica historia de héroes.

-- Por arqueología visual. La peli no puede ser más '70s en cuanto a su estética y moral. El continuo festín sexual que es la vida en el mundo de Logan no tiene nada que envidiarle a "Fiebre de sábado por la noche". El futuro hiperluminoso, plástico y decadente que se construye en los sets también es un preludio de lo que al año siguiente será "La guerra de las galaxias".

-- Si te gustan los efectos especiales risibles, ésta es la tuya. Porque a pesar de ser un filme considerado como "de alto presupuesto", los efectos especiales cantan con todos sus pulmones. Vemos rayos lásers que no cortan nada (la sobreimpresión tararea su propia melodía), pistolas que supuestamente queman lo que tocan y este quemadito se reduce a unos petarditos de tres al cuatro en el suelo, robots que no son más que una caja grande de zapatos recubierta de acrílico para darle brillo, y todo eso que en la serie B de los '50s se veía bien, o lo suplían con creatividad al menos, pero que aquí tiene un aire de mal gusto increíble. Servidor quien esto escribe, puede testimoniar acerca de cómo se partió de risa en las escenas de tiroteos... Por cierto, en el apartado de los errores de bulto, la maquinita hidráulica sucedánea de represa hidroeléctrica que alimenta a la ciudad es del todo punto imposible, sin que pase una de dos cosas: que la ciudad se inunde tratando de sacar el agua que cae, o bien que se pierda toda la energía ganada tratando de elevarla de nuevo al nivel de poder utilizarla otra vez.

-- Si estaban pensando en Farrah Fawcett en sus años de gloria, lo siento mucho, pero aparece poquísimo, y sin desnudos. La otra chica que aparece, Jenny Agutter, no puede ser más desangelada, así es que tampoco aporta demasiado (hay opinión en contrario en Internet, de todos modos, para ser imparciales). Lo único vistoso en el apartado son las minifaldas, cortas como sólo en esos años sabían manufacturar.

-- Peter Ustinov. Aparece poquito, muy poquito, casi al final de la película, y su rol no puede ser más tonto, pero es que demuestra con ese poquito por qué se robó la película entera de "Quo Vadis" interpretando a Nerón, como una veintena de años antes (también tuvo un rol secundario, pero llamativo, en "Espartaco").

IDEAL PARA: Partirse de la risa con una película que hoy en día calificaríamos con cierta conmiseración y de manera respetuosa como "muy de su época"...

"La máquina del tiempo" (1960).


-- "The Time Machine". Estados Unidos. Año 1960.
-- Dirección: George Pal.
-- Actuación: Rod Taylor, Alan Young, Yvette Mimieux, Sebastian Cabot, Tom Helmore, Whit Bissell, Doris Lloyd.
-- Guión: David Duncan, basado en la novela de H.G. Wells.
-- Banda Sonora: Russell García.

-- "La máquina del tiempo" en IMDb.
-- "La máquina del tiempo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Comienzos de 1900, una época que ya en tiempos de la peli en comento era añeja. Un grupo de amiguetes muy estiradotes y eduardianos llegan de visita. El anfitrión, eso sí, no está. Los invitados protestan por la enorme descortesía, y lo hacen como buenos hijos de la Rubia Albión, pero cuando la anciana ama de llaves anuncia que puede empezar la comilona sin que llegue el anfitrión, por expresas instrucciones de éste, el grupete no se hace de rogar. Y de repente... ¡¡CHAS!! ...se abre la puerta y aparece el anfitrión, con la camisa descosida como un indy jones de rebajas, y muy alterado. Uno de los amigos le pide que cuente su historia con calma, porque "tiene todo el tiempo del mundo". Y el otro, con esos ojos medidativos y perdidos en el horizonte que vienen muy bien en el cine cuando alguien va a empezar a contar un relato, dice "es verdad, tengo todo el tiempo en el mundo"... Refiere entonces como cinco días antes, el último de 1899, ha convocado a esos mismos amiguetes, y les ha hablado sobre una máquina del tiempo. Después de una prolija explicación pseudoeinsteniana, sólo obtiene risotadas, consejos de buena crianza ("no se enfebrezca tanto, mi amigo, que se va a enfermar", y cosas así), y preguntas sobre el potencial del invento para ser aplicado en la guerra imperialista británica (ni que fueran industriales yankis). Fastidiado de que el siglo XIX/XX sea tan estrecho de miras como para entenderle, decide entonces usar su máquina para viajar al futuro. Después de descubrir que el mundo se irá progresivamente al demonio durante el siglo XX, arriba nada menos que a 800 mil años en el futuro, y descubre... ¿El Paraíso Terrenal...? ¿El infierno de Dante...? Un poco de ambas cosas, porque en el futuro hay una sociedad de lindos arios rubios y de ojos azules, y otra que...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1895, un inglés de finales del imperio victoriano, de clase media, y convicciones políticas cercanas al fabianismo (o sea, lo que hoy en día sería un socialista de asados de fin de semana en el barrio alto) publicó su opera prima, cual era "La máquina del tiempo". Esta obra, del posteriormente prolífico Herbert George Wells, estaba destinada a transformarse en uno de los libros más importantes de todos los tiempos, ya que era el primer relato en el cual el viaje temporal se hacía mediante máquinas y no por magia o extraños pactos con criaturas sobrenaturales, sentando así uno de los temas capitales de lo que después llegaría a llamarse "ciencia ficción"; esto, sumado a su exquisito estilo literario, y a una trama llena de aventuras, y con un trasfondo social y filosófico sumamente hondo. No es casualidad entonces que desde siempre hayan querido llevarla al cine, de una manera o de otra. Quien se llevó el palo al agua fue George Pal, hombre con un zutantrástico currículum que en la dirección incluía incontables cortos para Bugs Bunny, y en la producción algunos de los grandes clásicos de la CF de los '50s, incluyendo "Mundos en colisión", "Destino: la Luna" y "La guerra de los mundos". Perteneciente a una generación de cineastas que, aunque preocupados por ganar dinero en la taquilla, mostraban algo de preocupación por no corromper (demasiado) el material literario original, la adaptación de Pal resultó ser enormemente respetuosa al texto de Wells, aunque un tanto menos sobre su espíritu. Y es que Wells ha sido siempre un escritor complicado para el cine: atrae por una parte el que sus obras sean canónicas (la primera invasión extraterrestre en "La guerra de los mundos", el primer experimento científico de invisibilidad en "El hombre invisible"), pero su vena corrosiva e izquierdoide hace difícil de pasar el trasfondo metafísico. Y George Pal, estadounidense ortodoxo a fin de cuentas, se ve obligado a introducir algunos sutiles cambios en la trama, para evitar al Wells más crítico social, algo que siempre ha herido la sensibilidad pequeñoburguesa de los yankis. La película está más ajustada en realidad a los miedos propios de los '60s (la aniquilación de la raza humana por cortesía de un bombazo nuclear), que a la sensibilidad críticobritánica wellsiana, pero aún así mantiene un carácter contestatario que es muy propio del autor de la novela original.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La novela original tiene un argumento buenísimo y muy original, dentro del género "viajero del tiempo perdido en el siglo chorropetecientos", y la película es enormemente fiel al argumento buenísimo y muy original. ¿Más comentarios...?

-- Consecuencia de lo anterior. Esta película es una crítica feroz a cierto dogma liberal (bien mantenido por las grandes corporaciones petroleras actuales) de que el progreso es eterno y hasta el infinito. Otras civilizaciones tan buenas como la nuestra han caído antes, ¿por qué no iba a hacerlo aquella en la que vivimos? Y no se necesita ningún empujón externo para ello, basta que nosotros metamos el dedo en el botón nuclear, en vez del botón del expendedor de snacks, y estamos listos. Aún sin el discurso social de Wells, sigue siendo una premisa aterradora. "Terminator" no inventó nada (y los robots de Terminator tienen más que un simple aire de familia a los morlocks, en más de un sentido, para que vean que James Cameron no inventó nada).

-- El diseño visual. La máquina del tiempo es todo lo vistosa que se puede. Los efectos de aceleración del tiempo cuando se produce el viaje son notablemente buenos, a pesar de su simplicidad casi rústica (cámara acelerada y nada más). Y el mundo futuro luce realmente como un mundo casi alienígena para nuestro entendimiento normal, incluyendo una ominosa esfinge que... no, no contemos más, para maantener el suspenso arriba.

-- El vigoroso ritmo narrativo. A diferencia de las peripecias de películas contemporáneas, que mantuvieron al público en su día sentado al borde de la butaca, pero que hoy en día produciría algunos bucólicos bostezos, los eventos del filme aún consiguen emocionar. Tanto, que se comen con zapatos al remake de 2002, y eso que para éste le metieron una serie de elementos nuevos para hacerla aún más espectacular, con resultados en definitiva mediocres.

IDEAL PARA: Ver una adaptación fílmica hecha con la altura de miras necesaria para respetar la obra original, en vez de "rejuvenecerla" y "modernizarla" para el ignaro público actual.

domingo, 18 de febrero de 2007

ULTRAMARATÓN DE CUMPLEAÑOS DE CINE 9009.

El próximo Lunes 19 de Febrero, CINE 9009 cumple su primer año de vida. Y lo festeja a lo grande. Realmente grande. Colosal, titánico, en cinemascope. Cuando los festejos de CINE 9009 terminen, ni siquiera sabrás qué fue lo que te golpeó. Pero no te preocupes: sólo fue CINE 9009. Esa es nuestra manera de premiar la fidelidad de nuestros lectores (que no son muchos, pero son selectos, y eso es lo que cuenta).
Eso, porque CINE 9009 hace maratón hasta el 19 de Febrero. Durante todos los días de la semana anterior al Lunes 19, publicaremos DOS reseñas de película CADA DÍA. Sí, como parece algo increíble y fuera de todo tiesto, lo repetimos, y con mayúsculas: DURANTE LA SEMANA ANTERIOR AL LUNES 19 DE FEBRERO, CINE 9009 PUBLICA DOS RESEÑAS DE PELÍCULAS CADA DÍA. Son catorce reseñas en total, nuestra más larga maratón en nuestra corta vida.
Y eso no es todo. El Lunes 19 mismo, le añadimos la guinda a la celebración, con un especial con las habituales cinco películas. Esta vez, el especial está dedicado a la Ciencia Ficción.
Al final del día 19, CINE 9009 habrá sumado así, cumpliendo su primer año de vida, nada menos que 200 reseñas de películas, lo que significa más de una reseña cada dos días en promedio. Así es que sigan en la sintonía de CINE 9009, que de manera lenta e implacable se posiciona como el mejor blog sobre películas y cine en toda la red.

"Las locas aventuras de Robin Hood" (1993).


-- "Robin Hood: Men In Tights" (título original), "Las locas, locas aventuras de Robin Hood" (título en España). Francia / Estados Unidos. Año 1993.
-- Dirección: Mel Brooks.
-- Actuación: Cary Elwes, Richard Jones, Roger Rees, Amy Yasbeck, Mark Blankfield, Dave Chapelle, Isaac Hayes, Megan Cavanagh, Eric Allan Kramer, Matthew Porretta, Tracey Ullman, Patrick Stewart, Dom DeLuise, Dick Van Patten, Mel Brooks.
-- Guión: Mel Brooks, Evan Chandler y J.D. Shapiro, sobre una historia de los dos últimos.
-- Banda Sonora: Hummie Mann.

-- "Las locas aventuras de Robin Hood" en IMDb.
-- "Las locas aventuras de Robin Hood" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Con sones arábigos de fondo, aparece Tierra Santa durante las Cruzadas: allá está Robin de Loxley, sepultado como prisionero de guerra por los musulmanes. Consigue evadirse, por supuesto, gracias a la ayuda de un negro que le pide ayuda, porque su hijo Atchú está en Inglaterra como estudiante de intercambio. Una vez en Inglaterra, Robin ubica a Atchú, pero descubre una desagradable sorpresa: su castillo está siendo movido por los recaudadores de impuestos. Literalmente: lo tienen puesto sobre unas rueditas, y se lo están llevando. Como ésas son cosas del avariento Rey Juan y su secuaz el Sheriff de Rottingham, Robin Hood defenderá la causa del buen Rey Ricardo, quien está en las Cruzadas, y reunirá un grupo de malandrines para enfrentarse a la autoridad. En medio de todo esto se encuentra también Lady Marian, una chica que reza porque llegue la persona con la llave de su corazón... y de su cinturón de castidad de hierro, por supuesto.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En ese período de inseguridad cultural que fue el paso de los hyperhaired '80s a los soulsqueezed '90s hubo un breve revival del filme de aventuras de capa y espada, con pelis como "Los tres mosqueteros" y "Robin Hood: El príncipe de los ladrones". Mel Brooks, especialista y maestro en el género de la spoof movie intelectual (hablamos de "El joven Frankenstein", "Hay un loco suelto en el espacio" y "La última locura de Mel Brooks", entre otras), no iba a perder tamaña ocasión, y al "Robin Hood, Prince of Thieves" de Kevin Costner opuso su "Robin Hood, Men in Tights" (literalmente, "hombres en mallas"). Pero si alguien no ha visto la de Costner, no importa, porque los chistes se entienden más o menos lo mismo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una película con el sello de Mel Brooks. O sea, hay chistes picarescos, chistes de judíos, chistes de parodia gruesa, y muchos chistes de referencia a lugares comunes de la cultura popular. A veces las pelis de Brooks pueden ser un tanto pesadotas debido al matiz hiperintelectualizante de su humor, y ésta no es la excepción, pero para quienes no conocen su tipo de filmes, éste es uno de los más accesibles.

-- ¿Ya le echaron un vistazo al elenco? Cary Elwes, gran actor cómico y dramático a quien nunca llegó su gran papel, está en su salsa cuando el Rey Juan le pregunta por qué le van a seguir, y Cary Elwes responde: "Porque a diferencia de otros, yo sí soy un Robin Hood con acento inglés"... (lo es, es el único en ese papel que nació en Inglaterra). Amy Yasbeck debe ser la Lady Marian más deseable y sensual de todas. Tracey Ullman está insuperable como el extraño engendro que mora en el castillo, y la inclusión en roles secundarios de Patrick Stewart y del propio Mel Brooks condimentan muy bien el panorama.

-- Los chistes. Algunos han perdido brillo, como las "flechas Patriot", alusión a los misiles Patriot con los cuales Estados Unidos bombardeó Irak en 1991, pero otros siguen plenamente vigentes (y ya no hablemos del surrealismo de armar un jacuzzi en plena Edad Media, con tipos soplando aire con tubos en una bañera). Algunos son predecibles, como aquellos relacionados con el cinturón de castidad de Lady Marian, pero otras secuencias, como la lucha en el puente entre Robin Hood y el pequeño Juan, son desopilantes. Y algunas referencias son desternillantes... para el que las capta, como cuando Robin Hood da un discurso Churchill's style y deja dormida a su concurrencia (yo sí capté el chiste, ¿bien?). En cuanto a los chistes basados en anacronismos, supongo que serían más graciosos si es que esos mismos anacronismos no los perpetraran en las películas de aventuras "serias", y eso a propósito, con plena conciencia, por puro regodearse en la propia ignorancia y hacer exhibicionismo de "new rich"... (¿oiste, Kevin Reynolds?).

IDEAL PARA: Disfrutar distendidamente con una muy surrealista desmitificación del cine clásico de capa y espada.

"Aprende como puedas" (1996).


-- "High School High" (título original en inglés), "La loca escuela del desorden" (título en México). Estados Unidos. Año 1996.
-- Dirección: Dirigida por Hart Bochner.
-- Actuación: Jon Lovitz, Tia Carrere, Louis Fletcher, Mekhi Phifer, Malinda Williams, Guillermo Díaz, Lexie Bigham, Gil Espinoza, John Neville, Brian Hooks, Natasha Gregson Wagner, Marco Rodríguez.
-- Guión: David Zucker, Robert LoCash y Pat Proft.
-- Banda Sonora: Ira Newborn.

-- "Aprende como puedas" en IMDb.
-- "Aprende como puedas" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡Casha, logo, hay un nuevo maihtro en la escuela, cauro...! Un profesor poco agraciado y de mediana edad (rasgos a los que Jon Lovitz confiere amplia credibilidad) recibe un gran honor: será nombrado asistente del vicepresidente del Departamento de Historia de una universidad muy aristocratizante de Estados Unidos. Pero el profesor tiene otros planes: para escapar de la férrea férula paterna, ha postulado (y es admitido) para hacer clases en un colegio secundario yanki, una high school controlada por los negros, las pandillas y toda la escoria que es posible encontrar in da hood. Llega con ideas frescas, tales como tratar a esos rebeldes inadaptados como seres humanos y cosas así. Al principio le cuesta ganárselos, por supuesto, y hace chambonada tras chambonada, pero con la ayuda de una profesora de un ramo inespecífico (¿y quién quiere saber de qué hace clases, si la interpreta Tia Carrere?) consigue imponerse y ganarse el respeto de los gangsta alumnos. Así es que los prepara para el desafío máximo: una prueba que decidirá si llegan a la universidad o no. ¿Lo logrará antes de que un oscuro líder de pandillas que hace negociados con narcotraficantes, consiga imponerse...? Y como parece que no quedó muy claro por el resumen anterior, el asunto en general es una comedia. O eso se supone.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque desde la gran semipseudorrebelión juvenil del '68 la educación en Estados Unidos ha ido bajando a mínimos cada vez más deprimentes (¡si hasta enseñan el Diseño Inteligente en Kansas por orden oficial!), el cine tardó bastante en tomar ese tópico. Y es que siempre es más fácil llenar las boleterías con filmes sobre secundarias de nenes ricos, estilo Beverly Hills 90210, que se la pasan en fiestas, vistiendo fashion y escuchando popmusic mascachile Britney's style, que con chicos pobres y "de pobla", metidos en asuntos de pandillas, con nenas preñadas y escuchando gangsta rap como soundtrack. Este subgénero minoritario tenía que llamar en algún minuto la atención de David Zucker, uno de los ZAZ (Zucker, Abrahams, Zucker) especialista en parodias de filmes de género (de catástrofe en "Y dónde está el piloto" y secuela, de nenes pilotos en "Loca academia de pilotos", de policías en "Y dónde está el policía" y secuelas, de mafiosos en "Mafia" y etcétera), que aquí oficia de guionista. Y se nota. Todo lo bueno (lo escaso bueno) de este filme es por los chistes al estilo ZAZ, y todo lo malo, pues bien, cómo decirlo... sí, el director apesta, estamos de acuerdo, pero es que también el tema elegido no es precisamente como para reirse mucho (tanto más fácil es reirse del Holocausto judío, y aparte de Roberto Begnini, no he sabido de nadie a quien el asunto ése le haga gracia).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Jon Lovitz. Eterno secundario en una inmensa chorrada de filmes ("Quisiera ser grande", "Mi novia es una extraterrestre", "Un equipo muy especial", "La mejor de mis bodas", "Las mujeres perfectas"), además de ser la voz en inglés del inolvidable Jay Sherman que protagonizara esa bizarrada del creador de "Los Simpsons" que fue la injustamente olvidada "El crítico", en ésta hace más o menos su papel de siempre, y eso se agradece. Y es que en realidad el pobre se ve tan patético como lo requiere el personaje.

-- Tia Carrere. En ese tiempo, al borde de la treintena y fresco su éxito como villana de "Mentiras verdaderas" y como Wayne Girl en "El mundo según Wayne", estaba enormemente linda. Ahora, cerca de la cuarentena, hace tiempo que no la vemos... pero no importa, aún podemos disfrutarla en retrospectiva, ¿verdad?

-- Para los amantes del dato friki: aparece John Neville en un rol hipersecundario (el padre del prota, al principio y al final). Este es conocido como "el hombre bien manicurado" en "Expediente X".

-- Del resto, mejor no hablar. Y es que no importa cuánta comedia pueda hacerse sobre un subgénero fílmico, lo cierto es que hay que ser muy corazón de piedra para reirse con las desventuras de un grupo de perdedores y marginados sociales. Esta película infringe una clásica ley que enunciara Chaplin hace muchos años atrás: un helado que caiga y chorree en el escote de una vieja rica causa risa, y lo mismo en una empleada pobre causa compasión. Esta película no hace reir por eso, pero como tiene vocación de comedia, tampoco hinca el diente a compadecernos por los personajes. En definitiva pasa hora y media de película, y lo único que hemos visto es una parodia ZAZ con algunos chistes buenos... los que no se hacen a costa de reirse de los estudiantes niggas, justamente. Quizás algún chico podrido en plata se reiría con estos chistes como de alguna clase de estereotipo social, pero los que tenemos el alma bien amarrada al pecho, lo encontramos algo más difícil.

IDEAL PARA: Ver una película "ZAZ's style" con prota carismático, cuando no haya nada demasiado mejor como opción en la TV por cable.

sábado, 17 de febrero de 2007

"Cabo de miedo" (1991).


-- "Cape Fear". Estados Unidos. Año 1991.
-- Dirección: Martin Scorsese.
-- Actuación: Robert De Niro, Nick Nolte, Jessica Lange, Juliette Lewis, Joe Don Baker, Robert Mitchum, Gregory Peck, Illeana Douglas.
-- Guión: James R. Webb, con desarrollo posterior de Wesley Strick, basados en la novela de John D. MacDonald.
-- Banda Sonora: Bernard Herrmann, con adaptación y arreglos de Elmer Bernstein.

-- "Cabo de miedo" en IMDb.
-- "Cabo de miedo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Las puertas de la cárcel se abren. Y Max Cady, un ciudadano que ha purgado su condena, sale libre. Desgraciadamente para su antiguo abogado defensor, este ciudadano está muy enojado. Cuando fue llevado a juicio por violar a una doncella, el abogado escondió una evidencia que podría haberlo salvado de 14 años de cárcel. Después de todo, su cliente, un pobre diablo semianalfabeto, no iba a darse cuenta, ¿verdad? Ni siquiera pensó que podría aprender a leer, hacerse defensor de su propio caso, y revisar su propio expediente, ¿verdad? Y para peor, el infeliz en la cárcel se hizo protestante... y ya sabemos la clase de persona (o "criatura", mejor dicho) que son los protestantes yankis. El abogado va con su bella esposa y su tonta-pero-linda hija, y recibe algunas bocanadillas del cigarrillo habano del tipo de adelante que es... sí, ¡Cady ha regresado! Luego, empieza a aparecerse en los muros de la casa, empieza a pasearse por ahí, pasan cosas raras... Y el abogado empieza a descubrir que para él, el sistema no funciona, que no es capaz de proteger ni a su familia ni a su casi-amante... Vamos, lo que todos los ciudadanos de a pie ya sabemos por experiencia propia. Pronto, deberá pensar en recurrir a las medidas más extremas para huir de Cady, pero,. ¿cómo despegarse de alguien dedicado 24 horas al día y siete días a la semana para un único objetivo...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¡Ah, los '90s! Qué tiempos aquellos, ¿verdad? Se acababa el Muro de Berlín, Estados Unidos imperaba sin contrapeso en el mundo, los buenos habían ganado... Pero muchos yankotas sabían en su fuero interno que algo huele podrido en Dinamarca (o en EEUU). El propio Pueblo Elegido de Dios para llevar la libertad y la democracia al resto del mundo no siempre actuaba de la manera más correcta posible. A veces, los buenos ciudadanos tienen cadáveres escondidos en el armario, algo que sabía bien en ese tiempo la incipiente Generación X. A veces, la religión no nos libera, sino que nos transforma en asesinos y viciosos. No es casualidad entonces que el viejo cine de asesinos psicópatas, que en los '80s había derivado a una especie de metáfora de la represión sexual (Freddy Krueger y Jason Vorhees te matan si intentas tener coito), pasara en los '90s, por obra de este filme (y más en particular por "El silencio de los inocentes", todo sea dicho), a transformarse en un espejo distorsionado de todo aquello que los yankis de buena cepa no quieren ver en ellos mismos. Después de todo, el asesino psicópata estilo '90s es una mera exteriorización de aquello que en todos nosotros puede potencialmente estallar. Y qué mejor, que tomar una vieja película de 1962 (llamada también "Cabo de miedo") y hacer un remake. Y para mejor, llamemos a Scorsese, cineasta cuya carrera fílmica ha ido de más a menos, y que por ende, en esos años estaba en un punto intermedio. El resultado es un filme bueno, sí, aunque quizás un tanto sobrevalorado por la posteridad.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un pequeño clásico del cine de "asesino psicópata". Porque digamoslo de una vez: por debajo del envoltorio caro (director de lujo y elenco VIP, fundamentalmente), no pasa de ser "otra de psicópatas". Y no vale eso de que Max Cady es una metáfora del pasado que regresa para pasarnos la cuenta y todo eso: hasta cierto punto vale, pero por la ejecución y resolución final, no es sino otra de villano indestructible que finalmente es destruido. Algo que los guionistas de "Los Simpsons" tenían meridianamente claro, cuando se burlaron sin piedad del argumento de esta peli, y de su cretino final, en un clásico episodio con Bob Patiño.

-- Robert de Niro. En aquellos días, Robert de Niro todavía se esforzaba un poquitito por actuar, algo que en el 2000 y siguientes olvidó casi por completo. Su interpretación de Max Cady es, de lejos, lo mejor de la película: burlón, cínico, seductor, pero también calculador, manipulador y brutal.

- El resto del elenco está bien. Jessica Lange nos regala uno de sus mejores papeles, como esposa de bien que, de un día para otro, se ve víctima del pasado de su marido. Juliette Lewis lleva a su perfección ese estereotipo de chica oligofrénica que ha paseado por varias otras películas ("Kalifornia", entre ellas). Robert Mitchum y Gregory Peck aparecen en sendos cameos, y aparecen bien (ambos fueron los protas de la versión '62).

- Escenas de lujo. La manera en que Max Cady envuelve y seduce a la cretina de la hija del abogado, tiene todo el morbo que se le puede arrancar a aquello de "corromper la inocencia". El ataque de Max Cady a la amiguita del abogado también está por todo lo alto. O la paliza que los matones parten a darle a Max Cady. Lástima que todo ese trabajo de joyería haya sido arruinado por un final tan convencional.

-- La banda sonora de Elmer Bernstein. Inspirada en el soundtrack del "Cabo de miedo" original, acompaña bastante bien, a pesar de que en rigor es otra de ésas que resuelven el tema de crear suspenso mediante golpes de sonido. Pero se acopla bien con la peli, así es que si funciona, no lo arregles.

-- Hay algunas sublecturas bastante interesantes en la peli. La más obvia es la social, porque en verdad el abogado resulta ser una criatura tan negra como el psicópata, incluso hasta por "buenas razones" en ambos casos, pero el abogado luce mejor porque no ha ido a la cárcel (aún así, eso de que el poderoso leguleyo quede desprotegido y a merced de un tipo recién salido de la cárcel, muestra que eso es Estados Unidos, porque aquí en Chile, las cosas habrían sido bien distintas). Una más soterrada, es la religiosa. Uno puede buenamente preguntarse sobre quién es el malo, si el psicópata que acosa al abogado, o el abogado que con su mal actuar creó una motivación en el psicópata. A la larga es el mismo reclamo que el monstruo de Frankenstein le hace al doctor Víctor Frankenstein: por qué diablos lo acusan de ser "el malo", si él no pidió nacer, no pidió ser hecho tan feo, y para colmo el tipo bueno que lo creó se desentiende de él. Lastima que no le dieron más énfasis a estos puntos, con lo que la película hubiera ganado varios enteros, y en cambio se fueron por el lado del espectáculo y del psicópata inmortal en plan "la hago más difícil para jo'er". Pero así es como está el cine por estos días (y desde hace tiempo).

IDEAL PARA: Ver una de asesino psicópata de alto presupuesto y con pretensiones de cine arte.

"Kalifornia" (1993).


-- "Kalifornia". Estados Unidos. Año 1993.
-- Dirección: Dominic Sena.
-- Actuación: Brad Pitt, Juliette Lewis, David Duchovny, Michelle Forbes.
-- Guión: Tim Metcalfe, basado en una historia suya y de Stephen Levy.
-- Banda Sonora: Carter Burwell.

-- "Kalifornia" en IMDb.
-- "Kalifornia" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un escritorzuelo estiradete hasta el colmo anda propagando ideas tales como que los delincuentes no son culpables de sus delitos y no pueden elegir porque la genética y las familias, y otras mendas por el estilo. Pero ni eso, ni su karloffesco deporte de andar haciendo grabaciones en audiotape sobre lugares de asesinatos en serie in situ, le ayudan a salir de un bache creativo en el cual se ha gastado todo el dinero por el anticipo de un libro, sin escribir una puñetera palabra. Y como a su mujercita, otra estirada intelectualete de la alta que funge de fotógrafa, le rechazan por enésima vez unas fotos muy dizqueartísticas, ambos deciden viajar a California en una especie de viaje místico de inspiración por los santuarios en donde se cometieron múltiples asesinatos seriales. Y como hay que ahorrar en gasolina porque el viaje es larguísimo, postean un papelito en un panel universitario, buscando compañeros para el "viaje de estudios" que desee compartir gastos. Y los compañeros aparecen, pero no son universitarios: son un psycho que vive el impulso de matar como quien come mandarinas, y su chica, una cretina white trash que le encanta que la zurren, o por lo menos, no lo ve como algo especialmente repulsivo. Al menos, el escritor puede tener el consuelo de que escribe sobre asesinos seriales y no sobre alienígenas, o si no, capaz que se le monte un huevo de alien en el vehículo... (no es broma, el escritor viene interpretado por David "I don't wanna be Mulder anymore" Duchovny).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Idos definitivamente los gloriosos, escarmenados y reaganescos '80s, llegaron los individualistas y grungoides '90s, en los cuales los personajes individualistas, alienados y con personalidades torturadas y autoflagelantes se pusieron de moda. Y como uno de los prototipos canónicos de esto son los asesinos seriales, éstos tuvieron nuevas lecturas, en particular después de los senderos abiertos por la dupla Demme/Hopkins en "El silencio de los inocentes". El psycho-killer dejó de ser entonces un fantoche a lo Jason Vorhees o Freddy Krueger, para transformarse en un individuo con una personalidad psicótica y/o alucinada. El cine de psycho-killers entregó entonces filmes como "Cabo de miedo", "Asesinos por naturaleza", "Los siete pecados capitales" y un puñado más, de menor enjundia. "Kalifornia" se inscribe de lleno en esta nueva tendencia, claro está.

¿POR QUÉ VERLA?

-- El argumento es bastante interesante. Forzado y tirado de las mechas, también (miren que ver a unos estiradotes de la alta intelectual, faltos de dinero hasta el punto de tener que buscar compañero al azar para el viaje). Pero la idea de hacer un recorrido por los santuarios de los asesinos seriales, con uno de ellos a bordo, da bastante jugo de sí. Esta road movie cumple entonces, por ese expediente, con ser lo que se supone es el género, o sea, la carretera como metáfora del autodescubrimiento interior y la desolación del paisaje como un espejo del vacío interior del protagonista y blah blah blah blah (esto de haber leído tantas reseñas dizqueintelectuales en los '90s, por Dios...). Y por cierto, esta película es otra muestra de la larga estela dejada por David Lynch entre esa generación, porque de que tiene un tufillo a "Corazón salvaje", lo tiene, y bien fuerte...

-- Dominic Sena, cineasta de un currículum extraordinariamente parco (sus otros dos grandes hits son las muy inferiores, por calificarlas suavemente, "60 segundos" y "Acceso autorizado"), alcanza aquí un registro notable. No puede decirse que la película tenga excesivos toques personalistas, porque la verdad sea dicha, resume todos los tópicos de lo que se suponía era el cine indie de los '90s (tal estilo de fotografía, tal banda sonora, etcétera). Pero con todo eso hace una buena amalgama. O sea, no es una película ciento por ciento original en cuanto a estilo y estética, pero sí es un muy compendio de lo que era el cine en aquellos años.

-- Las actuaciones, sin ser descollantes ni el summun de la técnica Actor's Studio, están bastante bien. Brad Pitt se luce como asesino serial, en aquellos años en los cuales todavía se esforzaba por ser un buen actor, y no hacía el ridículo más supino gritando metrosexualmente: "¡Inmortalidad! ¡Tómenla! ¡Es de ustedes!", como lo hizo en "Troya". Juliette Lewis hace el mismo papel de oligofrénica mentalmente involucionada que era su marca de fábrica en aquellos años, repitiendo así el rol que interpretara en "Cabo de miedo". David Duchovny es de lejos el más débil de todos, aunque éste debe ser uno de sus papeles más normales de su época Pre Fox Mulder, considerando que poquito antes había interpretado a un agente FBI travesti en la serie de TV "Twin Peaks". Y Michelle Forbes compone un muy buen papel de chusma pseudointelectual, además de mostrar una interesante academia paseándose en ropa interior durante la mitad de sus escenas.

-- Al igual que "Los enredos de Harry", "El padrino de la boda" y otros (escasos) ejemplos fílmicos, esta película se mete con el problema de qué pasa cuando un escritor es superado por su propia obra. Ya por eso, gana unos cuantos enteros adicionales.

IDEAL PARA: Ver una road movie psicótica llena de estilo alternativo '90s.

viernes, 16 de febrero de 2007

"Scaramouche" (1952)


"Scaramouche". Dirigida por George Sidney. Protagonizada por Stewart Granger, Eleanor Parker, Janet Leigh, Mel Ferrer, Henry Wilcoxon, Nina Foch, Richard Anderson, Robert Coote, Lewis Stone, Elisabeth Risdon. Estados Unidos. Año 1952.

¿De qué se trata?
Estamos en la Francia prerrevolucionaria. Para ser más específicos, en la anterior a la de 1789 (hubo después revoluciones en 1830, 1848, 1871, y ya no hablemos de Brigitte Bardot en "Barbarella"). Volviendo a la trama: en la Francia anterior a 1789, un asesino con patente de corso por ser aristócrata, que disfraza sus crímenes como duelos a espada, recibe la comisión de terminar con un tal "Marcus Brutus", que hace llegar panfletos sediciosos de tipo "libertad, igualdad, fraternidad", hasta las altas autoridades. Su premio: una bella chica de la corte de la reina María Antonieta. ¿Quién parará pies a este temible villano? Paralelamente, un tal André se fuga a París, en busca de una actriz a la que pretende. En medio de estas peripecias, André es contactado por la familia que le ha criado como un hijo (el prota, fiel al lugar común, desconoce el misterio de su propio origen): y es que su "hermano adoptivo" es nada menos que el buscado Marcus Brutus. Por esas coincidencias del folletín clásico, el chico bueno se encuentra con la chica del malo. Hay flechazo instantáneo, pero el prota se entera entonces de dos cosas desagradables: la chica aristócrata que le gusta es su hermana, y el padre común de ambos está muerto. Pero no para ahí: el villano consigue echarle mano a Marcus Brutus, quien haciendo gala de su seudónimo de bruto, se deja provocar estúpidamente a duelo, y es asesinado como en verdad se lo merecía, por estúpido. Opera entonces el cambio mágico en André: al ver el cadáver de su tierno familiar, jura tomar venganza (ya sé que suena gay, pero lo siento, yo no escribí el guión). Como no lo logra a la primera, se esconde en la compañía teatral de su primera amada, en donde adopta el papel de Scaramouche, el borrachín de la commedia dell'arte. Ahora, Scaramouche no es sólo un actor: es también la máscara y el rostro de la venganza... y de la justicia.

El espíritu de los tiempos.
En el siglo XVI se desarrolló esa forma de comedia popular italiana llamada commedia dell'arte, que era pura improvisación basada en papeles estereotipados interpretados por actores entrenados en su único carácter. La influencia de la commedia dell'arte en la posteridad ha sido inmensa: basta ver cuántos artistas han pintado o escrito sobre Pierrot, Polichinela, Colombina, etcétera, mientras que el viejo avaro Pantalone le dio nombre a la prenda de vestir para las piernas. Uno de sus personajes, el borracho Scaramouche, le dio una luminosa idea a un tal Rafael Sabatini para escribir un truculento folletín, "Scaramouche", cuyo éxito fue tan resonante que ya en 1923 fue objeto de una adaptación muda. En 1952 el cine, necesitado de espectacularidad para luchar contra la naciente televisión, echó mano a dicho clásico e hizo este remake. La historia no dejó de tener problemas con la estricta censura de la época, debido a las insinuaciones de amores incestuosos, y también extramaritales, pero los trabajos valieron la pena: el "Scaramouche" de 1952 es, sin lugar a dudas, un clásico dentro del género de capa y espada en el cine. Tanto, que ya ven como el concepto del payaso enmascarado haciendo justicia no lo inventó "V por venganza"...

¿Por qué verla?
- Como dijimos, es un clásico del género de capa y espada. Consigue el mérito de mantener un ritmo trepidante y no decaer en ningún minuto, y eso visto desde una perspectiva del siglo XXI, época en la que el grueso del cine del siglo XX preInternet se ve adocenado y reptantemente lento, y debe verse muchas veces aguantando bostezos. Por el contrario, "Scaramouche" se mantiene fresca como el primer día.
- Los actores. Stewart Granger, al tope de la bandera con roles como Allan Quatermain en "Las minas del Rey Salomón", compone un protagonista carismático, tanto cuando es un irresponsable sinvergüenza, como después durante su metamorfosis posterior en un héroe enmascarado (o no tanto). A su lado las dos chicas se lucen en belleza y carácter. Eleanor Parker compone a una deseable y apasionada pelirroja, también con mucho carisma, que contrasta con la belleza gélida e intocable de Janet Leigh como la chica aristócrata que se debate entre mostrar o no sus sentimientos (esta Janet Leigh interpretará ocho años después el protagónico femenino en "Psicosis" de Hitchcock). El cuarteto es completado por un Mel Ferrer haciendo un estupendo rol como villano estirado y pedante.
- La historia... ¿Qué decir de la historia...? Pues bien, es puro folletín: protagonista de orígenes desconocidos que se esconde tras una máscara, dos chicas, posible amor incestuoso, duelos a espada, muchas peripecias... Aventura pura y dura, sin pretensiones, a la vena. La trama, de rato en rato, se hace bastante complicada, y quizás el filme se hubiera beneficiado de un mejor trabajo de edición, en vez de hacer tanta elipsis que obliga al espectador a reconstruir un poco los acontecimientos a medida que pasan. Por supuesto que, en la mejor tradición folletinesca, la ambientación en la Francia de 1789 es un puro detalle anecdótico: al igual que la commedia dell'arte, el escenario es un puro telón pintado.
- Mención especial para el duelo final a espada entre el héroe y el villano. No adelantaremos detalles, pero digamos que es uno de los mejores enfrentamientos finales que el cine ha visto jamás.

IDEAL PARA: Entretenerse, entretenerse, entretenerse.

"Las minas del Rey Salomón" (1950)


"King Solomon's Mines". Dirigida por Compton Bennett y Andrew Marton. Protagonizada por Deborah Kerr, Stewart Granger, Richard Carlson, Hugo Haas, Lowell Gilmore, Kimursi, Siriaque, Sekaryongo, Baziga. Estados Unidos. Año 1950.

¿De qué se trata?
Africa, 1897. Después de observar la estúpida y deportiva actitud de unos jactanciosos perdonavidas ingleses, de cacería en la jungla (cacería que costó la vida de uno de los negritos), Allan Quatermain está harto. Tiene un hijo de siete años en Inglaterra, y quiere salirse de la aventura. Pero le llega un trabajito más. Uno que podría ser el último. El último por dinero, por una parte, ya que le pagan 5000 libras esterlinas (su tarifa usual son 200-250). Y el último también porque implica ir a una región desde donde ningún explorador europeo ha vuelto. El asunto es traer de regreso al marido de una mujercita de la alta, que estaba enfebrecido con la posibilidad de hacerse con el paradero de las míticas minas del Rey Salomón. De manera que la esposa de la alta, y el hermano de la esposa de la alta, parten en misión con Allan Quatermain. Lo que viene después es Africa: afrontar insectos, fieras salvajes, nativos enojados (o no tanto, bwana), etcétera. ¿Encontrarán finalmente las míticas minas del Rey Salomón...?

El espíritu de los tiempos.
En 1885, el escritor inglés H. Rider Haggard desató una bomba literaria publicando su novela "Las minas del Rey Salomón". Era la primera novela de aventuras ambientada plenamente en Africa, y la primera de la venerable tradición de "inglechutes/yankis encuentran salvajes remanentes de una vieja civilización desaparecida", algo que se volvería lugar común en el cine (ver "King Kong"), la literatura ("El mundo perdido" de Arthur Conan Doyle) y los comics (díganselo a Tío Rico, Donald y sus sobrinos, que se la pasan abandonando Patolandia para viajar al Tercer Mundo y encontrar ruinas con mucho oro). Allan Quatermain, aparte de ser adoptado por escritores y dibujantes (Philip Jose Farmer, o Allan Moore en "La liga de los caballeros extraordinarios"), recibió de papi Haggard una larga serie de secuelas (más de diez); además es el modelo más o menos confeso de Indiana Jones ("Los cazadores del Arca perdida"). No es raro entonces que "Las minas del Rey Salomón" haya sido adaptada al menos unas cuatro veces para el cine y la televisión. Tampoco es raro que su popularidad haya decaído con el tiempo: es que el exotismo que destilaba el Africa inexplorada en la Europa de 1885, es muy distinto a lo que ahora vemos y sabemos de Africa por los noticiarios. Hay bien poco de romántico en un Africa deprimida y vandalizada por Occidente, como se muesta por ejemplo en la reciente "El jardinero fiel". Por eso, hay que ser indulgentes con este filme de 1950, que en su época quizás fue un pequeño terremoto para las audiencias populares, pero que hoy en día resulta, pues bien, digámoslo de una vez, un tanto lisérgico.

¿Por qué verla?
- Stewart Granger. Con su carisma habitual, interpreta a un estupendo Allan Quatermain, al mismo tiempo rudo por el tipo de vida que lleva, y sensibilizado por la naturaleza y el entorno africano (Sean Connery será un venerable actor y antiguo James Bond, pero como Allan Quatermain en "La liga de los caballeros extraordinarios" no llega a los talones de Granger). Como contraparte tiene a Deborah Kerr, y pues bien, está un poco menos desangelada que de costumbre, lo que siendo un comentario sobre ella, es un elogio (Deborah Kerr actuó también en "Quo Vadis", "El prisionero de Zenda", "Julio César", "De aquí a la eternidad", "El rey y yo", "Algo para recordar" y "La noche de la iguana").
- No cabe duda que el filme está hecho con dispendio de recursos. Las escenas con animales cuentan de lejos como lo mejor. No en balde, secuencias de este filme fueron reutilizadas ad nauseam en productos posteriores. Las estampidas y ataques y muertes de los mismos se ven tremendamente realistas, tanto, que uno puede preguntarse si PETA, o su equivalente en aquel tiempo, no se habrá enojado con los productores. Por más que quieran, los ordenadores de hoy en día no consiguen reproducir esa magia: quizás algún día, pero hoy por hoy, todavía no.
- La trama es la clásica historia de la novela. O sea, se ven esta película y quedan bien enterados de que va el asunto sin tragarse el mamotreto. La mala noticia es que el carácter episódico de la historia le resta varios enteros: como dijimos, todos los incidentes menores de la novela eran exóticos para los ingleses de 1885, pero hoy en día no puede decirse que den mayor entusiasmo. Si hay gente que se queja del tratamiento estilo videojuego de algunas películas de hoy, deberían ver ésta: Etapa 1, luche con los mosquitos, Etapa 2, liquide al fiero león, Etapa 3, sobreviva a la estampida... Y el final es bastante carca, dejando esa sensación de "¿y todo lo anterior para ESTO...?". O sea, podemos considerar o no un plus el respeto por el material literario de base, pero consignémoslo, sólo por si acaso hay entre nuestros lectores alguien con placer de anticuario (yo lo tengo, ejem, pero ése soy yo, y ustedes no tienen por qué ser como yo, ¿verdad?).

IDEAL PARA: Enterarse de qué consideraban como exótico y salvaje nuestros abuelitos y bisabuelitos.

jueves, 15 de febrero de 2007

"Los edukadores" (2004)


"Die Fetten Jahre sind vorbei". Dirigida por Hans Weintgartner. Protagonizada por Daniel Brühl, Julia Jentsch, Stipe Erceg, Burghart Klaußner, Peer Martiny, Petra Zieser, Laura Schmidt, Sebastian Butz. Alemania / Austria. Año 2004.

¿De qué se trata?
"Sus días de abundancia están contados". Algunas personas notoriamente adineradas, y por tanto, mejores que el perraje, reciben la inesperada visita de tipos anónimos que se dedican a cambiar muebles de sitio, sin robar nada, y dejando notitas de "Los Edukadores". Los famosos Edukadores son activistas antiglobalización, de tipo "no compres zapatillas, están tintas en sangre de niño indonesio". Pero pareciera ser que habrá receso en eso de educar a los ricos (como si los ricos necesitaran educación, para eso tienen dinero), porque uno se va de vacaciones. Y comete el error #1: dejar a la chica con el mejor amigo. Como el ennoviado tiene cara de tránsfuga social, y el otro muy rebelde anarko será, pero ah, no, la cara de mijo no me la tocan, la chica viaja de la sombra al sol, estéticamente hablando. Los dos se entienden lo más bien, a espaldas del noviecito de ella, y él, como buen activista de izquierda, le muestra a ella lo que hace para luchar contra el sistema y así allanarse el camino a un buen revolcón. Por supuesto que la chica es muy bonita y tiene corazón de oro, pero de intelecto nada, por lo que su primera idea es el error #2: ir a cobrarle cuentas a un millonario que le está exprimiendo la vida. Las cosas comienzan a salir todo lo mal que pueden, y antes de darse cuenta, están metidos hasta el pescuezo en una impensada operación de secuestro. Ahora tendrán que resolver su pequeño triángulo de lujuria, además de lidiar con un secuestrado que, pues bien...

El espíritu de los tiempos.
El surgimiento de grandes megacorporaciones que amenazan con fagocitar la entera Creación por un puñadito de decenas de millones de dólares, ha hecho surgir también el cine de denuncia económica. Es decir, los ricos y las corporaciones son malos, y la pobre gente oprimida es buena. En el último tiempo hemos visto algunos casos, como por ejemplo "Syriana" o "En buena compañía". "Los edukadores" es parte de este cine, visto desde la óptica de los movimientos anarkistas o antiglobalización. Y rabiosamente, porque podemos suponer, al ser filmada con cámara digital en mano, que los costos de producción no fueron hollywoodenses, y por tanto se pueden permitir bastante mala leche (es lo que tiene no tener que estar bisagreándose delante de los financistas). Y conste que las cámaras digitales también son bienes de consumo...

¿Por qué verla?
- A pesar de que es una película relativamente liviana, para los cánones del cine europeo, y no carga las tintas en ningún minuto en la comedia, o el sexo, o la sangre, u otros feos vicios intelectualoides, su trasfondo es terrible, tanto por los planteamientos, como por la manera de estrujarlos hasta el último sin miedo y sin asco. En ese sentido, bien puede uno quedarse con la historia misma, o explotar las ideas del trasfondo, y de ambas maneras funciona. O sea, dicho en castellano, se trata de una película con ideas.
- Funciona de varias maneras distintas. Puede verse como una historia romántica o de amistad entre un grupo de pájaros raros, así como un filme contestatario y antisistema... o como una ironía sobre el contestatarismo y el antisistemismo, también. Leyéndola de manera adecuada, puede proporcionar molino tanto para los críticos del capitalismo, como para sus defensores.
- A pesar de clavar la estaca en una llaga abierta de nuestro tiempo, cual es el abuso de los capitalistas hacia el resto de la sociedad, la película no es discursiva. O mejor dicho, vemos ambos discursos. Los chicos buenos son los antisistema, los edukadores, quienes con sus actos de educación creativa harán entrar en vereda a los ricos (o eso se supone), pero el representante del capitalismo en el filme tiene una generosa porción de diálogos en los cuales defiende sus propios puntos de vista, lo cual la aleja del filme panfletario o propagandístico para transformarse en un estupendo análisis del problema de la acumulación de capital.
- El final. No adelantaremos nada, pero digamos que es un buen final. Y, de paso, aunque deja redonda la historia, deja entreabierta la posibilidad de una segunda parte... (y en verdad, agradeceríamos que hubiera una continuación, mucho más que secuelas inanes como "Los Angeles de Charlie: Al límite" o "Más rápido y más furioso").

IDEAL PARA: Ver una honda reflexión sobre los problemas sociales en la actualidad, derivados de la acumulación grosera de capital, envuelta en el ropaje de una película de adolescentes.

"La sal de la vida" (2003)


"Πολίτικη Κουζίνα" ["Politiki Kouzina"], título original griego; "A touch of spice", título internacional en inglés. Dirigida por Tassos Boulmetis. Protagonizada por Georges Corraface, Ieroklis Michaelidis, Renia Louizidou, Stelios Mainas, Tamer Karadagli, Basak Köklükaya, Tassos Bandis, Markos Osse. Grecia / Turquía. Año 2003.

¿De qué se trata?
A veces, tienes que ponerle sal a la vida. La sal es invisible, pero le da sabor a la vida. Le da suficiente sabor como para que las sombrillas rojas vuelen a través del firmamento, y el realismo mágico macondiano invada Grecia. Un astrónomo griego decide irse de vacaciones, pero en el momento decisivo se entera de que su abuelo aparecerá. El asunto parece ir bien, hasta que llegan malas noticias: su abuelo ha sufrido un accidente médico, y está hospitalizado. En la vida real todo eso se traduciría en hacer vigilia hospitalaria, soltar algún par de lagrimones y tomarse la cabeza con las dos manos frente a la exorbitante cuenta por servicios profesionales médicos, pero como esto es una película, el protagonista elige comenzar a recordar. De esta manera volvemos en el tiempo a la ciudad a orillas del Bósforo que en nuestros subtítulos en español aparece como "Estambul", y que en caracteres griegos es transcrito como "Constantinopla". Es el año 1959, y el futuro astrónomo es un niño que pasa las horas muertas con su abuelo, quien identifica los planetas y cuerpos celestes con distintas especias (es que verán, el abuelo tiene una tienda de especias). La principal alegría de su vida es una preciosa niña turca que está bien dispuesta a bailarle si él le cocina ("bailar" en el buen sentido de la palabra, por favor... ¡son niños!). Pero las cosas se enrarecen. A lo lejos, el Arzobispo Makarios pretende sublevar a Chipre contra Turquía, y los griegos de Constantinopla la pagan, ya que todo ciudadano griego es limpiamente deportado. Entre ellos, nuestro prota, quien debe partir con una lágrima en la garganta no sólo hacia el exilio, sino también lejos de su amada niña. Andando el tiempo, éste descubrirá el placer de la cocina, tendrá que esquivar los embates de su padre, quienes parecen pensar que su hijito se está volviendo maricón, y crece con la añoranza de encontrarse de nuevo con la chica, y de que su abuelo abandone Constant... perdón, Estambul una vez, una sola vez en la vida, para visitarle. Ahora, con el accidente, el antiguo chico reconvertido en astrónomo viejón, tiene una nueva oportunidad de ajustar cuentas con su pasado, y llenarse con un poco de polvo de especias, de paso.

El espíritu de los tiempos.
Cuando eres el amo del mundo, toda la vida se reduce a eterna entretención, aunque trates de abordar temas complicados. Si vives en cuna de oro, simplemente no tendrás sobre la pobreza más que una visión turística o de postal. Ese es, sin lugar a dudas, el defecto capital de Hollywood, el ariete cultural de Estados Unidos, y la razón básica por la cual el cine de otras regiones del planeta presenta un carácter bastante más desgarrado, aunque traten de ser filmes hechos en un tono ligero. "La sal de la vida" pretende ser una comedia o película ligera con cierto toque de nostalgia, pero en el fondo es mucho más cruda que cualquier aproximación hollywoodense al tema del desarraigo. La historia política de Grecia ha sido cualquier cosa, menos pacífica. Nacidos como un movimiento insurgente contra el por entonces poderoso Imperio Otomano en 1823, consiguieron arrancarle nuevas posesiones durante la Primera Guerra Mundial. Luego, Venizelos por Grecia y Ataturk por Turquía se liaron en una sangrienta guerra con deportaciones masivas por ambos bandos. Después vino el asunto de Makarios, el golpe de estado de 1967... Una tragedia griega detrás de otra. Este espíritu de pueblo castigado es bien visible en la película, por debajo de un delgado manto de cáscara de costumbres.

¿Por qué verla?
- Es un buen filme del género "evocación de los años pasados", tan poco recurrido por el cine estadounidense, y tan mimado por el cine europeo en general (léase "Nos habíamos amado tanto", "Amarcord", "Fanny y Alexander", "Cinema Paradiso", etcétera). Descontando algunos elementos de realismo mágico (la recurrencia de la ubicua sombrilla roja en plano OVNI llega a ser realmente molesta), la película se deja ver muy bien desde ese punto de vista. Tiene las dosis justa de comedia de situaciones y de tragedia, sin caer nunca en el exceso por lado y lado.
- Los acontecimientos políticos están presentados con una habilidad supina. A pesar de su tono más bien intimista y de historia familiar, puede bien decirse que se trata de un filme épico, de algo que podría llamarse la épica de lo cotidiano. A través de casi medio siglo de historia personal y familiar, es posible apreciar el trasfondo de la evolución social y política, incluyendo desarraigos y exilios, intentos por programar las mentes de los jóvenes griegos para servir a la patria, y también el cambio en el concepto e importancia de la familia. La película es muy gráfica al retratar el profundo divorcio entre la alta política y las ambiciones desatadas en las esferas del poder (algo no visible, pero que sí se palpa recurrentemente), y la vida cotidiana de personas a quienes en verdad la arrogancia racial, étnica o nacionalista les tienen sin cuidado, ocupados como están en vivir sus propias vidas tranquilas y normales.
- Los paisajes elaborados con computadoras. Debido al uso y abuso de esta técnica por parte del cine estadounidense, cuesta asociar la técnica de paisajes hechos por infografía a filmes que no sean CF como "La venganza del Sith" o épicohistóricos como "Gladiador". Pero aquí se usan para una película perfectamente realista, y se usan con bastante talento y tino. La secuencia que nos presenta a Constantinopla en 1959 puede ser un tanto estereotipada, pero tiene cierta magia, y lo mismo la breve secuencia con los tanques en la calle, durante el golpe de estado de 1967. Una muestra de que no importa cuanta tecnología digital tengas para plasmar tus visiones en imágenes, si no tienes el talento para elegir bien éstas y dosificar el derroche tecnológico, no vas a llegar a ninguna parte.

IDEAL PARA: Entusiastas por el cine con buenas historias.

miércoles, 14 de febrero de 2007

"La chica de al lado" (2004).


-- "The Girl Next Door" (título original en inglés), "La vecina de al lado" (título en España). Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Luke Greenfield.
-- Actuación: Emile Hirsch, Elisha Cuthbert, Timothy Olyphant, James Remar, Chris Marquette, Paul Dano, Timothy Bottoms, Donna Bullock, Amanda Swisten, Sung Hi Lee.
-- Guión: Stuart Blumberg, David Wagner y Brent Goldberg, basados en una historia de los dos primeros.
-- Banda Sonora: Paul Haslinger.

-- "La chica de al lado" en IMDb.
-- "La chica de al lado" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Matthew es el clásico joven empollón de comedia adolescente yanki. O casi. No es exactamente un perdedor, pero anda por ahí, porque está metido en la dirección estudiantil y cosas así. Es un buen chico, pero sin el toque redentor que otras películas adolescentes asignan a sus protas losers, como por ejemplo ser fanático de los cómics, de las series de culto o de Cine 9009. Hasta que por coincidencias de la vida, cuando está a punto de graduarse y lucha con uñas y dientes contra otros estirados con una beca para ir a la Gran U, llega una vecinita nada más mona a la casa vecina. Como ella viene en el estupendo empaque corpóreo de Elisha Cuthbert, la sabrosísima chica métomenlíos de "24", Matt no se resiste a dar una miradita. La chica, que es rubia, pero no tonta, se da cuenta, y empieza una relación peculiar con Matt. Todo marcha bien, ella tiene paciencia hasta los santos huevos (o melones, en su caso) de la inepcia sentimental del pobre joven, habrá romance seguro, etcétera, cuando de pronto, Matt descubre que ella es una, ¡ups!, actriz porno. Trata torpemente de agarrársela como a perra en celo, en vez de tratarla como una mujer con sentimientos y etcétera, y en consecuencia, ella se cabronea visiblemente y decide mandarse cambiar. ¿A dónde? Hay que ser, por lo demás, porque se devuelve hacia donde estaba escapando. Y el joven, pues bien, descubre al hombre debajo del empollón, y con su par bien puesto y una inyección de testosterona adicional, parte al rescate. O ella intenta rescatarlo a él. Algo así. La de líos que se producen después, mejor no adelantarlos.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Esta es una película "rara". Desde el 2000 en adelante, y desde un poco antes, la comedia para adolescentes estaba volviéndose cada vez más anémica. O sea, mucha actriz sugiriendo con poca ropa, pero cero desnudos, y menos material sexual comprometedor. Las actrices ascendentes (léase Jessica Alba, Jessica Biel, Lindsay Lohan, Hillary Duff, y un largo etcétera) están cada vez menos dispuestas a sacarse la ropa. En consecuencia, las comedias adolescentes, y no tanto, se están volviendo cada vez más estúpidas, y cada vez que uno dice "no va más", viene una nueva y sorprende con el nivel de memez que derrama. Por eso, "La chica de al lado" es... pues bien... Seguimos sin ver desnudos, pero mezcla dos ingredientes que supuestamente, según el cine yanki, no deberían mezclarse, cuales son la vida del estudiante de educación secundaria, y el submundo de la pornografía. Hay que tener valor.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Elisha Cuthbert. Si se fijan bien, en la película no vemos ningún desnudo ni aparición pornográfica de ella, y aún así, aparece tan sexy y radiante que es bueno verla con una polera impermeable, por aquello de las babas. A cambio, hay un desnudo fugaz de Sung Hi Lee, y algún beso lésbico de fondo.

-- La historia puede parecer un poco tópica (chico loser que encuentra a chica que le cambia la vida), e incluso recuerda a muchas de esas comedias baratas adolescentes de los '80s, pero a mitad de camino la cosa se espesa y vira con fuerza hacia el drama. No hacia el lagrimón fácil, sino hacia esa esencia más espesa que es el querer estar ahí y no poder. Vamos, es la vieja historia del descenso a los infiernos en busca de la amada, tema que ha sido tomado por filmes tan disímiles como "Orfeo negro" o "Más allá de los sueños", por mencionar dos bien distintos, y que aquí vuelve a ser abordado de una manera correctísima, sin abandonar un tratamiento de comedia seria, pero tampoco sin trivializarlo hasta la idiocia.

-- Las actuaciones en general son de buen nivel. Los papeles son un tanto estereotipados, pero quienes los interpretan lo hacen con cierta convicción, así es que le infunden vida más allá del lugar común.

IDEAL PARA: Ver una versión "early XXIth century" sobre el tema del descenso al infierno.