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jueves, 15 de febrero de 2007

"Los edukadores" (2004)


"Die Fetten Jahre sind vorbei". Dirigida por Hans Weintgartner. Protagonizada por Daniel Brühl, Julia Jentsch, Stipe Erceg, Burghart Klaußner, Peer Martiny, Petra Zieser, Laura Schmidt, Sebastian Butz. Alemania / Austria. Año 2004.

¿De qué se trata?
"Sus días de abundancia están contados". Algunas personas notoriamente adineradas, y por tanto, mejores que el perraje, reciben la inesperada visita de tipos anónimos que se dedican a cambiar muebles de sitio, sin robar nada, y dejando notitas de "Los Edukadores". Los famosos Edukadores son activistas antiglobalización, de tipo "no compres zapatillas, están tintas en sangre de niño indonesio". Pero pareciera ser que habrá receso en eso de educar a los ricos (como si los ricos necesitaran educación, para eso tienen dinero), porque uno se va de vacaciones. Y comete el error #1: dejar a la chica con el mejor amigo. Como el ennoviado tiene cara de tránsfuga social, y el otro muy rebelde anarko será, pero ah, no, la cara de mijo no me la tocan, la chica viaja de la sombra al sol, estéticamente hablando. Los dos se entienden lo más bien, a espaldas del noviecito de ella, y él, como buen activista de izquierda, le muestra a ella lo que hace para luchar contra el sistema y así allanarse el camino a un buen revolcón. Por supuesto que la chica es muy bonita y tiene corazón de oro, pero de intelecto nada, por lo que su primera idea es el error #2: ir a cobrarle cuentas a un millonario que le está exprimiendo la vida. Las cosas comienzan a salir todo lo mal que pueden, y antes de darse cuenta, están metidos hasta el pescuezo en una impensada operación de secuestro. Ahora tendrán que resolver su pequeño triángulo de lujuria, además de lidiar con un secuestrado que, pues bien...

El espíritu de los tiempos.
El surgimiento de grandes megacorporaciones que amenazan con fagocitar la entera Creación por un puñadito de decenas de millones de dólares, ha hecho surgir también el cine de denuncia económica. Es decir, los ricos y las corporaciones son malos, y la pobre gente oprimida es buena. En el último tiempo hemos visto algunos casos, como por ejemplo "Syriana" o "En buena compañía". "Los edukadores" es parte de este cine, visto desde la óptica de los movimientos anarkistas o antiglobalización. Y rabiosamente, porque podemos suponer, al ser filmada con cámara digital en mano, que los costos de producción no fueron hollywoodenses, y por tanto se pueden permitir bastante mala leche (es lo que tiene no tener que estar bisagreándose delante de los financistas). Y conste que las cámaras digitales también son bienes de consumo...

¿Por qué verla?
- A pesar de que es una película relativamente liviana, para los cánones del cine europeo, y no carga las tintas en ningún minuto en la comedia, o el sexo, o la sangre, u otros feos vicios intelectualoides, su trasfondo es terrible, tanto por los planteamientos, como por la manera de estrujarlos hasta el último sin miedo y sin asco. En ese sentido, bien puede uno quedarse con la historia misma, o explotar las ideas del trasfondo, y de ambas maneras funciona. O sea, dicho en castellano, se trata de una película con ideas.
- Funciona de varias maneras distintas. Puede verse como una historia romántica o de amistad entre un grupo de pájaros raros, así como un filme contestatario y antisistema... o como una ironía sobre el contestatarismo y el antisistemismo, también. Leyéndola de manera adecuada, puede proporcionar molino tanto para los críticos del capitalismo, como para sus defensores.
- A pesar de clavar la estaca en una llaga abierta de nuestro tiempo, cual es el abuso de los capitalistas hacia el resto de la sociedad, la película no es discursiva. O mejor dicho, vemos ambos discursos. Los chicos buenos son los antisistema, los edukadores, quienes con sus actos de educación creativa harán entrar en vereda a los ricos (o eso se supone), pero el representante del capitalismo en el filme tiene una generosa porción de diálogos en los cuales defiende sus propios puntos de vista, lo cual la aleja del filme panfletario o propagandístico para transformarse en un estupendo análisis del problema de la acumulación de capital.
- El final. No adelantaremos nada, pero digamos que es un buen final. Y, de paso, aunque deja redonda la historia, deja entreabierta la posibilidad de una segunda parte... (y en verdad, agradeceríamos que hubiera una continuación, mucho más que secuelas inanes como "Los Angeles de Charlie: Al límite" o "Más rápido y más furioso").

IDEAL PARA: Ver una honda reflexión sobre los problemas sociales en la actualidad, derivados de la acumulación grosera de capital, envuelta en el ropaje de una película de adolescentes.

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