Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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jueves, 13 de enero de 2011
"La sombra de una duda" (1943).
-- "Shadow of a Doubt". Estados Unidos. Año 1943.
-- Dirección: Alfred Hitchcock.
-- Actuación: Teresa Wright, Joseph Cotten, Macdonald Carey, Henry Travers, Patricia Collinge, Hume Cronyn, Wallace Ford, Edna May Wonacott, Charles Bates, Irving Bacon, Clarence Muse, Janet Shaw, Estelle Jewell.
-- Guión: Thornton Wilder, Sally Benson, Alma Reville, basados en una historia de Gordon McDonell.
-- Banda Sonora: Dimitri Tiomkin.
-- "La sombra de una duda" en IMDb.
-- "La sombra de una duda" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un tipo está tumbado en su habitación. Con dinero. De pronto, se mete la casera, preocupada y métomentodo como todas las caseras gordas con escasa acción sexual, y le dice que andan dos hombrones allá afuera buscándolo. El tipo, que ya se le ve no es demasiado de fiar, sale escopetado de la habitación, y diseña un plan de fuga. Y qué mejor lugar para esconderse, que en la casa de su familia en California, allí donde seguramente nadie que sepa alguna cosa sobre su pasado podría rastrearlo (a George Lucas la idea le seguirá pareciendo buena más de sesenta años después, e hizo que los hijos gemelos del villano fueran escondidos en la casa del hermano del villano, porque seguro que a nadie se le ocurre buscar ahí). El caso es que la llegada del "tío Charlie", que es este personaje, revoluciona a todo el mundo: a su hermana desde luego, porque va a ver a su hermanito que tanto lo quería en la infancia, a su cuñado porque, bueno, el cuñado es un calzonazos de peso... y a Charlie (sí, otra Charlie), una sobrina que en el intertanto que no se han visto tío y sobrina, ha florecido como un pimpollo y está como para... er... mejor vuelvo a la peli. ¿En qué estaba? Ah, sí. Llega el tío, y de inmediato hace buenas migas con la sobrina. Quizás demasiado buenas migas. Como que cuando llega con regalos y todo, ¿qué le regala a ella? Nada menos que un anillo. Y para que el mensaje sea más explícito, va él mismo y se lo coloca con toda la suave sensualidad del mundo. La cosa podría volverse un infierno, pero como todo queda en familia, pues qué de malo podría pasar... A ver, veamos, qué se nos ocurre. ¿Qué tal... que el famoso tío Charlie no sea lo que aparenta ser, y en realidad haya cometido algunas fechorías por aquí o por allá para ganarse el pan? ¿O que su funesto pasado lo venga persiguiendo detrasito y comience a derrumbarle toda la fachada familiar...? Poco a poco, la sobrina Charlie irá descubriendo quién de verdad es el adorado tío Charlie, hasta el punto que se le pasarán las ganitas y todo. Porque hay amores que se tornan en odio, en pesadilla, amores que matan, y... creo que ya me entienden el punto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Si los '30s son la década inglesa de Hitchcock, a partir de los '40s comienza su producción en Hollywood. En muchos sentidos, las pelis hitchcockianas de los '40s son una transición desde sus primeros experimentos fílmicos en Inglaterra, hasta las portentosas obras maestras con las que se descolgaría en los '50s, la década en la que alcanzó su madurez y en la que probablemente por atmósfera moral se sentía más a gusto (son de ese período "Extraños en un tren", "La ventana indiscreta", "La llamada fatal", "Vértigo", y la cierra con "Psicosis"). Pero de tarde en tarde, dentro de la trayectoria más o menos rectilínea o sin giros demasiado bruscos de los directores, hay picos de creatividad y también bajones. En el caso de "La sombra de una duda", estamos ante un punto alto. En muchos sentidos, aunque lejos de ser perfecta, todavía muy embutida en los manierismos de su etapa inglesa, la peli preludia algunos de sus tópicos favoritos de los '50s, particularmente los morbosos subtextos sexuales de muchas de esas pelis (acá, el tema soterrado que recorre la peli es claramente el incesto platónico entre tío y sobrina). Interesante observarlo, porque esta peli salió así como salió casi de pura chiripa. En primera, Hitchcock no estaba convencido de rodarla, y lo hizo más bien por presiones del estudio que por otra cosa. En segunda, la madre de Hitchcock estaba enferma en Inglaterra, y éste tenía sobre sí toda la angustia de estar trabajando al otro lado del charco. En tercera, el título "La sombra de una duda" era provisional, y se suponía que después iban a ponerle un título definitivo que era diferente. En cuarta, Hitchcock quería al gran William Powell en el protagónico, mientras que Joseph Cotten no estaba exactamente lo que se llama convencido de rodarla (un par de años antes, por cierto, se había lucido en "El ciudadano Kane"). Pocos podían decir entonces que la peli de nacimiento tan revuelto, con el tiempo iba a ser considerada una obra maestra y un importante hito en la trayectoria de Alfred Hitchcock, mientras que éste iba a considerarla después como su favorita.
¿POR QUÉ VERLA?
-- El componente sexual, claro está, si el gordinflón Hitchcock era un cochinorro, como ya lo sabemos. Cuando Hitchcock recibió el guión, el concepto era claro: se trataba de la vieja premisa de la buenoide familia yanketa de toda la vida, que recibe en su seno a una manzana envenenada que viene a sembrar el terror. Era un tema demasiado estadounidense como para que el británico Hitchcock se sintiera identificado, pero encontró otro ángulo, el muy cerdo: potenciar la relación entre el tío y la sobrina, extremando el afecto hasta convertirlo casi en un incesto platónico. De partida, la chica se ahoga en su casa, pero tiene un muy buen recuerdo de su tío, razón por la cual, cuando éste aparece, se pone contenta de todos colores, y más aún cuando descubre que su tío sigue siendo una presencia misteriosa y subyugante (aunque, por supuesto, nunca cruzan la línea, o los censores habrían caído de hacha sobre la peli). Parte importante del terror de la peli deriva en que ella cree conocer a su tío, pero después, cuando descubre la verdad completa y verdadera, se queda de una pieza, y aquí es donde encontramos otro elemento constante del cine hitchcockiano: la alegría con la que mancilla, maltrata, humilla, tortura y deja en la impotencia tanto física como psicológica a sus personajes femeninos, luego de que se han encontrado con el mal, la culpa, etcétera. Porque después de todo, la sobrina quiere tanto o más con el tío que el propio tío, así es que debe pagarlo. Pasa soplado porque las audiencias inadvertidas pueden considerarlo como un elemento más del suspenso ("¡miren como quería al tío y miren lo que el tío jopú le está haciendo!"), pero es que ustedes los fieles lectores de Cine 9009 y yo, entre nosotros conocemos bien al viejo morbosón, ¿verdad? Ustedes no se van a encontrar allá afuera con demasiadas reseñas en castellano, incluso en inglés, acerca de esta peli, que remarquen el elemento incestuoso, por la sencilla razón de que muchos críticos sienten pudor de tocar estas cosas, y además, hombre, ¡es Hitchcock, el Maestro!, y cómo vamos a denostarlo diciendo que en su peli favorita (sí, ésta era su peli favorita) hay incesto insinuado de por medio. Pero vuestro seguro servidor el General Gato no es pudoroso, ni tiene una reputación académica que proteger a punta de puritanismo, así es que les canto las cosas claro: el motor de esta peli, más que el conflicto de tipo "aldea pequeña infierno grande", es el incesto convertido en una pesadilla, o de cómo el pecado carnal (metafórico, pero siempre presente) se paga con dolor y sufrimiento.
-- Joseph Cotten. ¡Qué cabrón jopú el famoso tío Charlie! Ladino y seductor como él sólo, y un alma satánica en la venganza. Hizo tan suyo el papel, que se transformó en uno de los más grandes villanos que creó la mente enfermiza de tío Alfred. Y ahora que uso la palabra "tío", uno puede preguntarse hasta qué punto se refleja él mismo en el personaje. Después de todo, el cine de Hitchcock tiene un fuerte componente sadomasoquista, de manera que identificarse con el personaje que desencadena el mal para después ser convenientemente castigado (no hay sorpresas ni spoilers aquí, era convención en el cine de los '40s que el villano nunca se salía con la suya, incluso estaba establecido en el Código Hays, y si no lo sabías, no tengo por qué ser indulgente con tu ignorancia), tiene casi un sentido de expiación personal. O sea, supuesto de que en efecto Alfredito se refleje a sí mismo en el personaje de Joseph Cotten. Chi lo sá...!
-- Teresa Wright. Esta actriz, de carrera más bien discreta, a la luz de lo que podía ofrecer (en esta peli, por lo menos) queda claro que merecía ser una de las grandes luminarias de Hollywood de todos los tiempos. Ella interpreta de manera sublime a esa chica adolescente ya crecidita, tanto inocente como sensual a un tiempo, con esa sexualidad inocente de estarse insinuando a cada momento sin darse cuenta especial de lo que está haciendo.
-- El desarrollo de la peli es bastante notable. El comienzo sigue la clásica convención del cine negro, de que la historia parte en un punto determinado, con una especie de prólogo, que lleva a los personajes hacia la situación principal, momento en que el prólogo es después olvidado casi por completo. Pero eso basta para sembrar la mala espina en torno al tío Charlie, respecto del cual poco a poco se va descubriendo toda la horrible y macabra verdad. Así, aunque la peli tiene un aire plácido sobre la superficie, ya ha sembrado una atmósfera repulsiva y malsana. Ya promediando hacia el final, cuando sabemos lo que está pasando y lo que está en juego, es cuando Hitchcock deja caer todo el peso del hacha. Y bien hecho. Sin demasiadas estridencias, sin demasiada acción, pero con bastante tensión. La resolución final es algo flojilla, pero funcional, además de que (y en esto Hitchcock es terriblemente británico) hay una burla sutil al espíritu bienpensante de los yankis.
IDEAL PARA: Ver una pieza que, al contrario de la opinión de Hitchcock, quizás no sea su mejor peli, pero sí es un jalón alto en su carrera.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- El Tío Charlie se deleita cagán... er... haciendo delicada crítica social sobre las mujeres viudas ricas y de cómo estarían mejor muertas [en inglés, sin subtítulos].
Hola de nuevo general: fíjate que no es de las pelis que más me gustan de Hitchcok, aunque creo que lo es precisamente por lo bien que se hizo. Es decir, ese ambiente asfixiante acentuado por el fotograma en blanco y negro, ese tipo hierático que no cambia de expresión, aunque es cierto que no es de sus mejores historias. A mi personalmente me gusta mucho disfrutar con sus primeras cintas en las que experimentaba la técnica del suspense y el thriller, para ver cómo lo desarrolla más tarde en la etapa americana.
ResponderBorrarUn saludo
Por eso creo que esta peli es una cumbre dentro de su etapa preparatoria: no alcanza la magnificencia de las más clásicas, pero para lo que hacía en esos años, está superlativa. Creo que se aprecia mejor después de haber visto otro material de Hitchcock para comparar, porque o si no, podría pasar como otro thriller de cine negro de los '40s, y uno quizás no demasiado interesante en definitiva (después de todo, no hay femme fatale, ni investigador privado de gabardina, ni crimen perfecto, ni esos elementos tan noir de la época).
ResponderBorrarSaludos.