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domingo, 2 de noviembre de 2008
"El principio: La balada de Mangal Pandey" (2005).
-- "Mangal Pandey: The Rising". India. Año 2005.
-- Dirección: Ketan Mehta.
-- Actuación: Aamir Khan, Rani Mukherjee, Toby Stephens, Coral Beed, Amisha Patel, Kiron Kher, Om Puri, Ben Nealon, Habib Tanvir, Varsha Usgaonkar, Kenneth Cranham, Tom Alter, Mukesh Tiwari, Shahbaaz Khan, Amin Hajee.
-- Guión: Farrukh Dhondy, Ranjit Kapoor.
-- Banda Sonora: A. R. Rahman.
-- "El principio: La balada de Mangal Pandey" en IMDb.
-- "El principio: La balada de Mangal Pandey" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un hombre marcha hacia el cadalso. Es un sipahi, un miliciano nativo de la India. Cuando este hombre muera, toda India desde el monzón hasta los Himalayas arderá en rebeliones. Y todo es culpa mía... Eso se dice un soldado inglechute, y se pone a recordar. Cuatro años antes, este inglesito y este nativo se conocieron cuando, lidiando con los rebeldes de Afganistán (estos afganos, siempre insolentándose con las potencias imperialistas que quieren sojuzg... perdón, dominrls... perdón, "civilizarlos"), el segundo salva la vida del primero sacándolo herido del campo de batalla and under enemy fire. Se forja así una alianza de amistad eterna e inquebrantable que... ¡no sean malpensados, que los dos son bien machitos, caramba! Bien, decía que se transforman en amiguetes, pero verán, las cosas no son tan fáciles así, porque los británicos son muy malditos, y maltratan mucho a los indostánicos, y por ende, éstos acumulan resentimiento en contra de sus opresores, en vez de agradecer que les lleven la civilización (OK, pero, ¿quién le enseñó a tomar el té a quién...?). La India está siendo explotada por la Compañía de Indias, miren qué originales el nombre (son empresarios, no les pidan que sean creativos con el poder de la palabra), y por ahorrarse costos, empiezan a distribuir unos nuevos fusiles que, según dicen las malas lenguas, tienen municiones untadas con grasa de cerdo y vaca. Si muerdes el cartucho (y TIENES que morder el cartucho para cargar el arma, miren qué ingeniosos), ¡¡¡BAM!!!, directo al infierno por comer chancho (los musulmanes) o vaca (los hindúes). Poco a poco, las tensiones empiezan a crecer, el choque cultural se hace cada vez más espeso, y todo acaba en lo que debe ser un gran epic de época (valga la redundancia bilingüística). O sea, en sangre, tipos disparándose, grandes escenas de masas combatiendo, etcétera.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Una de las gracias de vivir en un país con mil millones de personas, es que ríete de los mercados extranjeros. Desde inicios del cine, los productores de la India descubrieron que podían tener su propio Bollywood y forrarse sin necesidad de acudir a los mercados extranjeros. En consecuencia, ni el mundo conoció el cine de la India, ni la India el cine del resto del mundo, hasta bien entrados los '90s. No tuvieron así que soportar a un Akira Kurosawa o a un Emir Kusturica o a un... un... un... ¿cómo se llama ese iraní, el famoso, el que estuvo en Cannes, el que hace pelis tan aburridas? Bueno, a ése tampoco. El cine de Bollywood tiene sus propios cánones y convenciones. De ahí que si salía una peli sobre un héroe libertario hindú, bien podía ser que tuviera todos los cánones del epic de toda la vida (guerra, recreación de época, héroe bigger than life), pero en la cual los británicos, por una puñetera vez en la vida, fueran los malos (bueh, también estaba "El patriota", pero en esa los británicos eran malos sólo porque el jovencito era yanki y la peli era de los USA, ¿ya?). ¡Y la peli se vende! ¿Se imaginan hacer algo así acá en Chile? Está el ciclo de pelis sobre los guerreros de la independencia ("O'Higgins, vivir para merecer su nombre", "Carrera, el príncipe de los caminos", "Rodríguez, el hijo de la rebeldía"), en donde los ezpañoleh son loh maloh, pero con una producción tan lastimosa que da tirria (batallas resuelta a puro close-up para que no se note la escasez de extras), situación que es imposible de remontar porque para coproducir deberían hacerlo con España, y ningún ezpañó va a financiar una peli en donde los villanos sean los malvadísimos Casimiro Marcó del Pont, Vicente San Bruno o Rafael Maroto. En cambio, en la India ríanse de los ingleses si ellos no se suben al barco... de partida, los ingleses no hablan ni hindi ni urdu. Bueno, querían a Keira Knightley en un secundario, y no se pudo. A cambio tenemos a Toby Stephens como amigo inglés del héroe, lo que no está mal.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es un epic magnífico. Son dos horas y media, pero casi ni se sienten (bueno, un poco por las canciones, pero esto es Bollywood, ¿no?). Bueno, habrá quien la vea y diga ¡qué mala! porque el héroe es demasiado marmóleo. Bueno, de eso se trata, si acabo de decir que es un epic, maldición. Pero si te gustan las pelis tipo "Corazón valiente", estarás en tu salsa. De hecho, hay un parecido más que casual entre ambas pelis (en ambas el héroe está en inferioridad frente a los ingleses, en ambas se rebela contra ellos, en ambas debe lidiar no sólo con los ingleses sino también con algunos de sus propios elementos...). Incluso ésta es mejor, porque en "Corazón valiente" sabíamos que Mel Gibson era el héroe porque lo veíamos haciendo el Aragorn cada dos minutos, mientras que aquí sabemos que Aamir Khan es el héroe no porque lo veamos haciendo grandes machadas sino porque es un hombre íntegro, correcto y de carácter. La diferencia entre hacer y ser, que le dicen. Bueno, esto último, salvo que lo que te tire sea el gore, en cuyo caso, pues bien, mejor "Corazón valiente"...
-- Es una peli ambientada en la rebelión de los cipayos de 1857 (perdón, la Primera Guerra de Independencia de la India). Si uno ha visto cine histórico, pareciera que la Historia Universal se reduce a Egipto, Roma, Cristo y los cristianos, poblaciones medievales, algún que otro samurai, Renacimiento, Francia, la Inglaterra Victoriana, y "Apocalypto". Y de la Viena austrohúngara, o Jayavarman el rey de Angkor Vat, o el poderío de los hititas, nada. En la primera mitad del XX hubo una cierta tradición del subgénero histórico de "peli épica en la India del XIX", cuyo ejemplo más destacado podría ser ese vehículo de Errol Flynn que fue "La carga de la brigada ligera" (sí, la famosa carga fue en Crimea, Rusia, y no en la India, pero casi toda la peli transcurría en la India), pero a medida que fue pasando el tiempo, el colonialismo se fue volviendo menos políticamente correcto, y los sucesos del imperialismo decimonónico fueron añejándose cada vez más (en la época de la peli mencionada habían pasado ocho décadas desde el motín cipayo, y en la peli en comento han pasado casi quince), y por lo tanto, las pelis de "británicos buenos vs. cipayos malos" fueron desapareciendo. O sea, por tener una peli ambientada en una época inusual, ya es apreciable, en particular considerando el dispendio de medios.
-- La visión del colonialismo que la peli propone es refrescante. Estamos acostumbrados a las pelis en donde un yanki métomentodo va por el mundo y, aunque aprenda un par de cosas en el camino, igual está ahí para ser más macho que los machos nativos (ahí tienen "El último samurai", que no es japonés sino yanki, y Tom Cruise para más tequila margarita en la herida, por no hablar de títulos con filosofía similar como "Cruzada"). Aquí, los métomentodo son británicos, claro está, pero el héroe no es británico sino un cipayo, y el único british más consciente, termina renegando de la causa imperialista. O sea, la peli hace abierta crítica del imperialismo, de cómo los británicos abusaban de su posición colonial, de su autoindulgencia en considerar que Dios mismo los había enviado a civilizar la India, de su desprecio por las costumbres nativas, de su prepotencia para tratar con éstos, etcétera. Se trata de los británicos, por supuesto, pero esto se puede aplicar a cualquier potencia imperialista. Desgraciadamente, pocos monarcas han alcanzado el estatus de reyes filósofos (un Asoka o un Akbar, quizás), y han conseguir mantener a raya a sus propios funcionarios para que eviten rapiñar a sus vasallos. Entre líneas hay una profunda discusión de lo que significa ser una potencia imperialista. Pero no se crea que es una peli panfletaria. Al darle a Mangal Pandey una contraparte inglesa, al menos se admite que éstos puedan llegar a aprender algo. Además, la peli deja bien en claro que los hindúes no eran tampoco unos santos: en su sociedad maltrataban a los intocables (el propio prota tendrá que aprender algo sobre lo frágil que es ser superior en una sociedad, cuando termine como un descastado), quemaban a las viudas, y sus rajáes y reyezuelos estaban interesados en abatir la opresión británica sólo para instaurar la suya propia. En ese sentido, si bien hay una fuerte brecha entre "hindúes nobles vs. ingleses egoístas", ésta se ve atemperada por esos detalles que dicen abiertamente cómo la prepotencia y el abuso no son monopolio de un bando, que la potencia imperialista no tiene por qué ser malvada per se, que la gente que trata de hacer lo correcto también puede caer en tentación, y que la repulsión que despierta el matonaje imperialista es un virus al que cualquiera puede bien estar expuesto, y que por lo tanto, la "bondad" de los oprimidos podría ser más una cuestión de circunstancias, que una intrínseca predisposición a la nobleza moral.
-- Es una peli de Bollywood, y tiene por lo tanto uno de los rasgos más característicos de su cine, que es meter canciones y bailes por todas partes y a santo de nada. No es algo criticable ni destacable: es simplemente parte de las convenciones del género. Si no quieres un epic con canciones, lárgate a rever "El Señor de los Anillos" por sexta vez. Las canciones están por lo general bien insertas, y si bien para el público occidental a veces pareciera que cortan el ritmo, en realidad llevan de lo más bien el pulso de lo que está pasando: dramáticas cuando las cosas van mal, alegres cuando van bien. La banda sonora, tanto en lo que se refiere a las canciones mismas como a la música incidental, es magnífica, oscilando entre el ¡¡¡CHAN!!! propio de los culebrones cuando hay una escena reveladora, y la gran épica de las escenas de masas y de heroísmo, sin caer en la estridencia ni en los feos vicios de otras pelis, que creen que por mucho ponerle coros góticos (¡o sánscritos, ahí tienen "Duel of the Fates" de "La amenaza fantasma" o "Neodammerung" de "Mátrix revolutions"!), la harán más de oro.
-- Es, también, una bella historia de amistad. Sacando todas las reflexiones políticas y la acción, tenemos a dos amigos que son entrañables gracias a la lealtad que ponen el uno en el otro. A veces podrán estar en campos opuestos, a veces podrán pelearse por ideas distintas, pero siempre tratarán de encontrar el mejor camino para su amigo y defenderlo, y por muy peleados que estén, siempre se abrirán paso hacia el otro cuando se encuentre en necesidad. Recuerdo pocas pelis en las cuales haya una amistad tan entrañable como en ésta. Y amistad, no se piense nada más, que como dije, ambos son machitos y tienen sus respectivos detallitos femeninos por ahí, ¿eh?
-- Las actuaciones son notables. Aamir Khan compone a un Mangal Pandey más humano que heroico, lo que lo hace aún más entrañable que esos protas mesiánicos de las pelis occidentales. Su amiguete viene interpretado por Toby Stephens, que seguramente es más recordado por haber hecho de villano Bond en "Otro día para morir" (bueno, no es que tampoco sea el villano Bond más memorable, pero es un rol más visible que sus participaciones en "Jinetes del espacio" o "Posesión"). Tampoco lo hacen mal las chicas (Rani Mukherjee como prostituta amada del prota, Coral Beed como aristócrata inglesa malcriada, y Amisha Patel como viuda salvada de la quema de viudas, precisamente). El resto de los personajes tienen apariciones muy esporádicas, pero dan pinceladas que conforman un cuadro muy grande, sin opacar a los protas: está el encargado de la Compañía de Indias, el burócrata que viene a fiscalizar, el intocable que escucha más de lo que debería, la nodriza hindú de un bebé británico, el soldadete británico que barre el piso con los hindúes, el presuntuoso general, el rajá ambicioso, etcétera. A través de todos ellos y sus pequeñas participaciones, se amplía notablemente el panorama, ayudando a entender el mensaje de la peli (no diremos entender la época, porque ésta es una peli de entretención y con mensaje subliminal, no un documental con pretensiones de objetividad de The History Channel).
IDEAL PARA: Ver un gran epic, a secas.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Canción "Main vari vari", de la peli [en hindi, subtítulos en español].
-- Por botarse a defensor de una mujer hindú, Mangal Pandey se gana el odio jurado de los británicos [en hindi, subtítulos en inglés].
-- Canción "Rasiya", de la peli [en hindi, subtítulos en inglés].
Es una entrada muy buena, pero creo que "el principio: la balada de Mangal Pandey" es efectivamente una película histórica, ya que nos ilustra un período crucial en la historia de oriente. La rebelión de este grupo de hindúes es casi desconocido para la mayoría de nosotros lo latinoamericanos (no hablo de occidentales ya que no lo somos)y nos situa en un lugar de conocimiento mas complejo y completo de lo que es la india (solo se sabe vagamente de Gandhi). Esta rebelión fue un descubrimiento para mi y me animó para indagar en la historia de oriente, terreno muy dejado de lado. Pues espero que el cine de la india tome un lugar más intelectual (la india es el inicio del conocimiento y la espiritualidad según expertos) y nos sorprenda y eduque con Films como este.
ResponderBorrarNadie discute que sea una peli histórica, y además una muy buena, pero también debe tener su componente de ficción y espectáculo. Sin que eso sea un demérito, claro, que la gente ve cine ante todo por el espectáculo, no para obtener una exposición didáctica sobre... creo que se entiende el punto.
ResponderBorrarConsidero una desgracia que la historia tal y como se enseña en los colegios sea tan europeocéntrica. Incluso me animaría a decir que en colegios aquí en Chile se enseña más sobre la historia de Francia, Inglaterra, Italia, Alemania o España, que sobre la de Perú, Argentina o Bolivia. Y la India, por no ser europea, cae también dentro de ese gran saco de "todos esos milenios en que no estuvo Gandhi". Por desgracia. No sé qué tanto más espiritual sea la India que Occidente (después de todo también hubo guerras, imperios, y toda la parafernalia de ambiciones de poder conocida en Occidente), pero sí se merece que se sepa un poco más de su historia de lo que habitualmente se sabe.
Y para terminar con un autobombo descarado, en mi blog paralelo de Siglos Curiosos he publicado varias anécdotas referidas a la India y su historia. Seguir el enlace para acceder.