Páginas

jueves, 1 de marzo de 2007

"Goldeneye" (1995).


-- "GoldenEye". Inglaterra / Estados Unidos. Año 1995.
-- Dirección: Martin Campbell.
-- Actuación: Pierce Brosnan, Sean Bean, Izabella Scorupco, Famke Janssen, Joe Don Baker, Judi Dench, Gottfried John, Robbie Coltrane, Alan Cumming, Tchéky Karyo, Desmond Llewelyn, Samantha Bond, Michael Kitchen.
-- Guión: Jeffrey Caine y Bruce Feirstein, sobre una historia de Michael France, basados en los personajes creados por Ian Fleming.
-- Banda Sonora: Eric Serra.

-- "Goldeneye" en IMDb.
-- "Goldeneye" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una gran represa soviética, el inefable Bond James Bond se lanza a un gran salto en bungee, alcanzando el fondo de la misma. Ahí se encuentra con un compañero. Juntos, combaten al viejísimo enemigo soviético. Pero algo sale mal, desastrosamente mal, y el compañero pierde la vida, y Bond sale con los pies llenos de humo de pólvora. Años después, Bond está divirtiéndose en lo suyo, persiguiendo a una gatita en celo (es Famke Janssen, ¿OK?), y descubre que la chica está involucrada en una operación para robar un helicóptero resistente al pulso electromagnético nuclear. En forma paralela, un grupo de villanos toma por asalto una estación nuclear perdida al fondo de Siberia y un par de calles más allá. Desde la estación roban dos satélites GoldenEye, un ultrachupimegasecreto proyecto de la antigua Unión Soviética capaz de provocar eso mismo a lo que es resistente el helicóptero, un pulso electromagnético nuclear. Bond, listo como el hambre, ve de inmediato la conexión entre los GoldenEye y el helicóptero robado, y se lanza a una persecusión que lo llevará hasta donde nunca antes ha llegado, al corazón del Imperio del Mal, la Fortaleza de Sauron, la Estella de la Muerte de las pelis Bond: la Santa Madre Rusia...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de "Licencia para matar", la saga Bond estaba en serio compromiso, en particular por los débiles resultados económicos de ésta. En el intertanto el casi inmortal guionista Richard Maibaum, presente en casi todas las Bond desde "El satánico Doctor No", había finalmente pasado al reconfortante y consolador cielo de los guionistas, y además habían problemas legales sobre la franquicia Bond. Además, el material original de cuentos y novelas escritas por Ian Fleming estaba prácticamente agotado (aunque con el grado de fantasía de los guionistas para adaptar, esto era un problema menor, en realidad). Y para colmo el bloque oriental, el sempiterno enemigo de Bond, se había desplomado gracias a la mancha de Gorbachev y a los golpazos de vodka de Yeltsin. ¿Qué hacer para seguir explotando al Bond de los huevos de oro? En primer lugar, aprovechando que Timothy Dalton había desechado la posibilidad de rodar una tercera Bond, se dieron el lujo de contratar a Pierce Brosnan, ahora sí, considerando que lo habían intentado en 1987 para "Su nombre es peligro", pero no había podido por sus compromisos con la serie de TV "Remigton Steele". Además, aprovechando el deshielo y la Glasnot, qué mejor que poner a Bond en la mismísima Unión Soviética, como un Rocky Balboa cualquiera salido de "Rocky IV". En cuanto al argumento, no se calentaron excesivamente la cabeza. Se limitaron a tomar la vieja trama de "Operación Trueno", que ya había tenido un remake bastardo en "Nunca digas nunca jamás", cambiaron el avión por un helicóptero, y las dos bombas termonucleares por dos satélites capaces de soltar un pulso electromagnético, y dejemos seguir la serie hacia adelante. Era una apuesta arriesgada, presentar a un Bond nuevo, con un director también nuevo (Martin Campbell), después de cinco pelis al hilo dirigidas por John Glen que habían cubierto los '80s íntegros, y además con una trama que anunciaba descaradamente que el viejo Bond antirruso era historia. O quizás no...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la primera Bond con Pierce Brosnan, quien en sus cuatro pelis interpretando al personaje, dio vida a un Bond bastante correcto. Probablemente es la mejor de las cuatro que hizo, con un Bond más clásico y bruto, sin los toques de sofisticación un tanto metrosexuales que fue ganando por el camino hasta "Otro día para morir".

-- Martin Campbell. Sin lugar a dudas es un gran director de acción, y sabe imprimir suspenso y tensión a las películas que filma, como bien lo demostró en "La máscara del Zorro" (y un poco menos en "La leyenda del Zorro"). Tan buenos resultados obtuvo, que los productores de las pelis Bond tuvieron el buen juicio, después de probar con los inanes Spottiswoode, Apted y Tamahori, de volver a colocarlo detrás de las cámaras para relanzar la saga Bond con Daniel Craig en "Casino Real". Siendo así el primer director Bond en repetirse plato desde los '80s.

-- Los villanos. Al pobre Sean Bean sólo le dan papeles de villano, como que intentó ser el Bond de reemplazo para Roger Moore y no resultó; y aquí entró (y salió casi de inmediato) en la saga Bond como villano. No es el más memorable de los villanos Bond, pero sin duda le imprime carácter a su personaje, el cual se ve un tanto perjudicado porque no es descrito como un supervillano al uso de las pelis Bond sino como un hombre vulgar y corriente, un tanto a la par con Bond, y por tanto no muy amenazante. Pero Bean cumple bien. Alan Cumming está perfecto como el computín detestable; años después se hará famoso interpretando a Nightcrawler en "X-Men II". Y Famke Janssen está en su salsa como la chica Bond mala, en un rol que, no por nada, la lanzó al estrellato, años antes de interpretar de su deslavada y gomosa interpretación de Jean Grey en "X-Men" y secuelas; de antología son sus escenas en las cuales se excita sexualmente matando por asfixia a otras personas...

-- Judi Dench. Una M mujer por sobre el machista Bond parecía sobre el papel una pésima idea, y el guión original no contemplaba algo así (fue idea de Martin Campbell), pero la elección de Dench para el rol demostró ser acertadísima, convirtiéndose desde entonces en pieza indispensable de los filmes Bond. Mencionemos también a Joe Don Baker, quien había hecho de villano Bond en "Su nombre es peligro", y que aquí repite plato, pero como Jack Wade, agente de la CIA amiguete de Bond. Y es que Félix Leiter, el antiguo y casi invisible amigo de Bond, pasado a retiro en "Licencia para matar", era demasiado indispensable en muchas pelis Bond, así es que hubo que buscarle reemplazo. El personaje de Jack Wade reaparecería en "El mañana nunca muere". (Por cierto, premio para que el que descubra el cameo de Minnie Driver en la peli).

-- Secuencias de acción pura y dura. El tiroteo en el ferrocarril. La escena en la represa. El secuestro del Goldeneye. Y muy en particular una que a estas alturas del partido es canónica dentro de las cintas Bond, cual es la persecusión que hace 007 de los villanos a bordo nada menos que de un tanque, reduciendo de paso a polvo a la bella San Petersburgo (si querían a alguien que hiciera el trabajo de manera más limpia debieron enviar a Mr. Bean, y no a Sean Bean, sino al de Rowan Atkinson, ¿no?).

-- La trama juega bien con la realidad política de la Unión Soviética posterior a la Perestroika, infestada de zares del crimen organizado y traficantes de armas, además de escuálidos controles sobre el armamento de alta tecnología. Es, en ese sentido, un digno colofón a las viejas historias de "James Bond vs. Unión Soviética", las cuales por motivos obvios no podían rodarse más. Además, son impecables las menciones aludiendo a que Bond sería un dinosaurio de la Guerra Fría, con métodos anticuados en medio de un mundo revolucionado por la computación e Internet. Lejos de esquivar el bulto, la película hace bien en hacerse cargo de todas esas cosas, y sale con elegancia de todos esos compromisos, presentando así al Bond post Guerra Fría en plena forma.

-- El argumento es bastante realista, hablando en términos comparativos respecto de otras películas Bond. El malo maloso no es un supervillano dispuesto a apoderarse del mundo o sembrar el caos mundial, sino que tiene un plan bastante más "aterrizado". Además, es un traficante de armas, lo que es una opción más natural que otros villanos Bond (ya en "Su nombre es peligro", el villano era también un traficante de armas). La trama es acción pura y dura, sin mucho espacio para extravagancias, corriendo la escena espectacular de rigor a cargo del golpe para apoderarse de Goldeneye. Y eso sería todo.

-- La banda sonora... ¿Qué decir de ella...? Durante casi un cuarto de siglo, entre "Desde Rusia con amor" y "Su nombre es peligro", y con poquísimas excepciones, el compositor John Barry se había transformado en un elemento Bond tan invisible como imprescindible, para que una Bond fuera realmente Bond. Tanto, que su reemplazo por Michael Kamen en "Licencia para matar" no había sido demasiado brillante. En "Goldeneye", para ponerse a tono con los electrónicos '90s, pusieron en el trabajo a Eric Serra, quien venía de laburar en "El perfecto asesino". El resultado es... es... ejem... Si te gustan las variaciones sobre el tema, está bien. Pero si eres amigo de lo clásico y hogareño de toda la vida, los esfuerzos de Serra por modernizarse a los '90s no funcionan excesivamente bien, que digamos.

IDEAL PARA: Ver una Bond en plena forma, considerando que al momento de su salida, todos daban a la franquicia por cadáver.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario