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jueves, 28 de abril de 2011

"Condena brutal" (1989).


-- "Lock Up" (título original en inglés), "Encerrado" (título en España). Estados Unidos. Año 1989.
-- Dirección: John Flynn.
-- Actuación: Sylvester Stallone, Donald Sutherland, John Amos, Sonny Landham, Tom Sizemore, Frank McRae, Darlanne Fluegel, William Allen Young, Larry Romano, Jordan Lund, John Lilla, Dean Rader-Duval, Jerry Strivelli, David Anthony Marshall, Kurek Ashley.
-- Guión: Richard Smith, Jeb Stuart y Henry Rosenbaum.
-- Banda Sonora: Bill Conti.

-- "Condena brutal" en IMDb.
-- "Condena brutal" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Frank Leone es un buen chato que ha caído en las grietas del sistema. Es que lo ves tan campechano y simpático, ni te crees que este pobre desgraciao en realidad es un ¡¡¡ASESINO BRUTAL!!! Bueno, tan brutal no, se supone que la cosa fue accidente, pero ya saben cómo es América, que si no eres O.J. Simpson... El caso es que después de su salida dominical debe volver detrás de las rejas, en donde todos los presos lo quieren y sus gendarmes lo saludan por nombre, y suponemos que el médico le habrá prohibido el café, o le traerían una tacita de cortesía, pobre tipo, si es que debe ser tan malo estar encarcelado. El caso es que un día cualquiera, faltándole seis meses para cumplir su condena, por esos entresijos aquí y allá del sistema, lo sacan violentamente con guardias armados, lo meten a un furgón, y a otra cárcel se ha dicho. En esta otra, es que ríete de la de Prison Break, porque en la nueva cárcel sí que son jopús, con prisioneros que son la escoria de la escoria de la escoria, y vigilada con mano de hierro por el malvadísimo herr Warden Drumgoole, que hasta el nombre te da mala quina. ¿La razón? Hace un tiempo atrás, Frank Leone se fugó de la cárcel que vigilaba Warden Drumgoole, rompiendo su récord perfecto, así es que a Warden lo pusieron en el agujero del culo del sistema carcelario... y en venganza... ¡¡¡HA TRAÍDO A DICHO AGUJERO A FRANK LEONE, EN DONDE LE HARÁ LA VIDA IMPOSIBLE HASTA REVENTARLO PORQUE... YO... SOY... EL SISTEMA!!! ¡¡¡MUAHAHAHAHÁ!!! ¡¡¡MUAHAHAHAHÁ!!! Ahora, Frank Leone pasará los seis meses más difíciles de su vida, buscando no caer... porque si lo hace, serán otros tantos años de sentencia en las manos de Drumgoole... ¿conseguirá nuestro malvado Donald Sutherland quebrarle el espíritu a Sylvester Rambo Rocky Stallone...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque ustedes no lo crean, había una época en que Sylvester Stallone era una estrella. Después de "Rocky" y "Rambo", podía darse el lujo de hacer cosas como "Cobra" y nadie le iba a decir que este huevo lo tienes hinchado. De esta manera, fue llamado o se interesó (las leyendas son vagas al respecto) en hacer esta peli de un género maldito en Hollywood: el carcelario. Y no es que la gente no pague por ver pelis de cárceles, en particular si son cárceles de mujeres con abundantes escenas de duchas de tías en bolas (por alguna razón, en esas pelis no hay prisioneras viejas, gordas ni planas, y eso que se supone son la hez de América). Las pelis de cárceles son un género maldito porque no hay posibilidad de crear franquicias, ya que al final pasa una de dos cosas: 1.- El tipo sale porque se fuga o porque cumple su condena, no tiene sentido hacer una secuela (bueno, hicieron "La fortaleza 2: Reentrada"). 2.- El tipo no se fuga, entonces muere adentro y vaya mierda de peli, por no hablar de que chao secuela. En Prison Break intentaron demostrar que se podía lo contrario, y ya ven el cagazo que quedó. Pero, ¿creen que esto iba a detener a... RAMBO? ¡No, señores! Porque Sylvester Stallone ha rodado a la fecha no una, sino DOS pelis de evasión carcelaria (en mi censo particular al menos, la otra es "Escape a la victoria"). Debemos aplaudir a Sylvester Stallone por esa vocación de arrostrar el peligro cinematográfico sin mirar las consecuencias. Porque el resultado es... bueno, ésta es de las pelis buenas de Stallone.

¿POR QUÉ VERLA?

-- "Condena brutal" tiene todo lo que nos gusta del cine ochentero. O sea, un tío muy bueno, que habrá sido criado con ratas y vagabundos, pero aún así es buena gente el individuo, y al lado un carajo del demonio al que es fácil odiar y tirar escupitajos, para que al final, cuando el bueno se cabree y vaya a por él como una máquina de matar imparable, aplaudamos a rabiar porque ahora sí que sí viene la justicia a imponerse en lo suyo. Y de verdad que el jefe de la cárcel es un cabrón de cuidado, que es de verlo y odiarlo (excelente casting y actuación de Donald Sutherland en el rol). La peli tiene un argumento bien hilvanado, en donde a cada minuto estás preguntándote con qué putada nueva va a salir el desgraciado, y sí, se las arregla para que la vida de Sylvester Stallone sea el infierno en vida. No se puede decir que esta peli sea una joya ni la revolución fílmica, ni mucho menos, y por supuesto que tiene algunos tics propios del cine ochentero, con un héroe tan prototípicamente ochentero como Sylvester Stallone, y siguiendo por la banda sonora del también ochentero Bill Conti, pero tiene una generosa dosis de adrenalina, y ves crueldad de verdad, no esa medio sanitizada con violencia estilizada, sino la que nace de tipos verdaderamente cabrones chingasumadre a los que dan ganas de ver muertos al final del espectáculo. Y es poco más lo que se puede decir, sin destripar el argumento y su progresión ascendente hacia un final tan electrizante como probablemente inesperado (no, no es el final más obvio de todos, créanmelo, y no diré más al respecto). En resumen, si te gustan las pelis carcelarias, ésta es prácticamente un must-see. Y si te gusta el cine palomitero en general, pues probablemente también.

IDEAL PARA: Ver una peli carcelaria con nervio.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 24 de abril de 2011

"Agora" (2009).


-- "Agora". España. Año 2009.
-- Dirección: Alejandro Amenábar.
-- Actuación: Rachel Weisz, Max Minghella, Oscar Isaac, Ashraf Barhom, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Richard Durden, Sami Samir, Manuel Cauchi, Homayoun Ershadi, Oshri Cohen, Harry Borg, Charles Thake, Yousef 'Joe' Sweid.
-- Guión: Alejandro Amenábar y Mateo Gil, sobre una historia del primero.
-- Banda Sonora: Darío Marianelli.

-- "Agora" en IMDb.
-- "Agora" en la Wikipedia en español.
-- "Agora" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Alejandría, a finales del siglo IV. El Imperio Romano vive horas apuradas y está en declive. En ese ambiente es que una bella mujer llamada Hipatia tiene el atrevimiento de... ¡saber de ciencia! ¡Y enseñarla! ¡¡¡UNA MUJER!!! ¡¡¡UNA DE ESAS CRIATURAS QUE DEBERÍA ESTAR EN LA CASA CRIANDO A TUS HIJOS Y SATISFACIENDO TUS URGENCIAS HORMONALES!!! El caso es que a algunos hombres les gustan las mujeres superiores porque de esa manera se sienten aplastados y oprimidos y felices, y por eso, alguno que otro decide que quiere hacer que Hipatia sea su mujer. Orestes el trepa, por ejemplo, que hace lo imposible por hacerse notar en la clase haciendo de alumno aplicado en algún minuto y de respondón en otros (además de darle serenatas a teatro lleno, pobre hombre, si es que a esos ridículos nos reduce el amor...). O el esclavo Davos, que como es esclavo no puede aspirar a la mano de su ama, pero igual escucha sus clases y entre latigazo y latigazo del patrón hasta construye su propia maqueta del modelo geocéntrico y todo. Pero este pacífico triángulo amoroso se ve perturbado por las cosas que ocurren allá afuera. Resulta que los cristianos, que hasta hace algunos años eran una secta de patipelaos que les gustaba dárseles de víctima, ahora sacan a lucir sus colmillos de lobo y no se conforman con la tolerancia, sino que además desean la destrucción completa de todos aquellos quienes no aceptan que ELLOS son LA PALABRA DE DIOS, y pongan ustedes de fondo su música épica con coros gregorianos que sea su favorita para complementar lo que aquí escribo. A resultas de que los paganos y los cristianos se están agarrando de las mechas, los desórdenes y disturbios amenazan con quebrar el interior de la sociedad alejandrina. Y lo que se juega no es menor: nada menos que la salvación de la cultura y el conocimiento. ¿Conseguirá nuestra bella Hipatia salvar el legado cultural de la Antigüedad...? (Para los que no saben historia y por lo tanto, son indignos de Cine 9009, les reventaré la respuesta: NO).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La ciencia y el cine no suelen llevarse bien. La ciencia, y me refiero a la ciencia de verdad, no a la del tipo Doctor Panchostein, es una actividad métodica, laboriosa, y un tantín aburrida. El héroe en el cine suele ser el hombre de acción, el presto a descargar puñete o sacar pistola para luchar por la justicia y el bien, no el científico que crea maravillas e invenciones para solaz y consuelo de la doliente Humanidad. El científico, de hecho, y cuando aparece, está limitado a ser el asistente del héroe, el Q que le grita a James Bond que ojalá esta vez sí que sí le cuide sus bellos cacharros (cacharros que James Bond inevitablemente destruirá, claro está, y justificado está el cabreo de Q entonces). Por eso hay tan pocas pelis sobre la Grecia Antigua: venden más las historias de heroicos y viriles legionarios, que de amaneraditos y barbilargos sabihondos pontificando sobre los epiciclos y las deferentes. En "300" esto queda patentemente claro cuando Leónidas se cachondea de los debiluchos atenienses diciendo que son "filósofos amantes de niños", de lo que se deduce que lo malo es ser pedófilo y no gay, porque los espartanos eran tan raritos como el resto de los griegos (pero la peli, claro, no lo muestra, pintando más gay a Jerjes que al mismísimo Leónidas), y claro que la peli está protagonizada por los griegos que eran guerreros con peazo pectorales, no por los jonios buenos para darle de crujir a las neuronas (y que, según Heródoto, eran flojitos como combatientes, si por algo Persia les echó la aplanadora encima). Y esto responde a un gusto muy definido de las audiencias: lo que el vulgo desea ver es harta acción, ojalá salpimentado con harta chica mostrando carnes prietas, no profundas disquisiciones existenciales sobre la vida y sus misterios (vean el Top 100 de pelis más taquilleras de todos los tiempos: pupulan los Espílber y los Brukjaime, no los Bergman ni los Haneke). ¿Quién podía entonces ser tan tozudo, tan porfiado, tan macarra, tan cultureta, que iba a ir contra la corriente y montarse una en donde los científicos sean los buenos? Pues, Alejandro Amenábar. O sea, un español. Nacido en Chile. Debe tener huevos binacionales, el hombre (de hecho, existe tratado de doble nacionalidad entre España y Chile... algo debe tener que ver). Olé y huifa rendija.

¿POR QUÉ VERLA?

-- "Agora" es sin lugar a dudas una peli atrevida, que rompe una serie de tópicos acerca de las pelis de toga pseudoShakespeare. Salvando el hecho de que Hipatia es un personaje histórico documentado (no diré BIEN documentado, que poco sabemos de ella, y casi todo lo que cuenta la peli sobre ella es no diré completamente ficticio, pero sí con bastante relleno), lo cierto es que es una prota cinematográfica que rompe todos los cánones: de partida es mujer y no hombre, en segunda trata de apelar siempre a la razón en vez de ser partidaria del recurso de fuerza, en tercera es científica y no (digamos) militar o aventurera, en cuarto es pagana y no cristiana... Resulta comprensible que jamás Hollywood se haya interesado por ella para rodar una peli (bueno, Carl Sagan y "Cosmos" no cuentan como Hollywood). Y Alejandro Amenábar tiene el buen gusto de seguir con esta elección suicida hasta el final: en vez de adocenar la peli metiéndole piezas de acción a tutiplén allí donde se pueda (con algún machorro protegiendo a Hipatia como damisela en desgracia o algo así, Hollywood' style), adecúa la peli entera a su alrededor. Quizás la única concesión a la audiencia es crear un triángulo amoroso alrededor de Hipatia, pero Amenábar no lleva esto tan lejos que termine por ahogar el resto de la historia, sino que lo utiliza como una manera de crear motivaciones para ciertos personajes secundarios: Orestes es el típico político trepa que no duda en vender sus convicciones por acomodarse por allá estas pajas (y lo paga: no falta el exaltado que en un minuto lo conmina a la prueba de la blancura), y el esclavo Davos se debate entre su adhesión al Cristianismo provocada más o menos por resentimiento social, y su admiración por Hipatia ya que ella representa todos esos valores humanistas que los cristianos dicen tener y no tienen. Pero aparte de eso, Amenábar crea una peli sobre un material tan poco promisorio de cara a la taquilla como el conflicto entre la fe y la ciencia, y la tolerancia y la intolerancia, y poniéndose del lado de la causa impopular (la ciencia y la tolerancia, causas que la gente sostiene de boquilla, pero que quedan en evidencia cuando muestran que "si, es bueno que haya ciencia, pero es que no he leído un libro desde... y yo no soy intolerante, ¡oh, no, señor!, pero es que esos cochinos esto-o-aquello"...). No deja de ser un plus.

-- Esta peli renuncia al fácil recurso de apelar a las emociones del público. Por el contrario, es una peli tremendamente fría y cerebral, muy brechtiana. Mientras que en pelis tipo Harry Potter los buenos son los buenos porque sí, y los malos son los malos porque sí, y la adscripción de los personajes a un bando u otro roza la caricatura (hasta el punto que te preguntas, un poco como el Saruman de "El Señor de los Anillos", para qué eres tan estúpido de servir a un señor que obviamente te la va a dar por la espalda a la primera de cambio, porque por algo es el MALOH), en "Agora" tenemos una compleja red de motivaciones para cada personaje. Es cierto que los cristianos son los malos de la peli y los paganos los buenos, pero Amenábar morigera este retrato mostrando que los paganos son burlescos, prepotentes, y en algún caso despiadado (el papá de Hipatia, en los primeros minutos de peli, azota a uno de sus esclavos por el delito de ser cristiano), mientras que se enfatiza que los cristianos tienen su propia red de asistencia social. Al final de la peli te queda clara la moraleja, por supuesto, pero no porque Alejandro Amenábar insista en mostrarte cuán beatos son unos y cuán salvajes son los otros. Los cristianos son malvados porque van ganando y hacen lo que toda religión cuando se impone, que es erradicar y exterminar a todos los que se oponen a sus delirios celestiales, pero se deja entrever que los paganos eran más o menos la misma cosa, hasta que el tarro se les escapó de las manos. En definitiva, la peli deviene en un estudio de la intolerancia en cuanto tal, y deja bien en claro que ser intolerantes no es un privilegio de un bando u otro. Esto se encuentra en las antípodas de "Gladiador" (por pensar en otra peli de romanos con algo de ínfulas sociales), en donde el Emperador es el malo porque sí y sanseacabó, y el héroe es el bueno también porque sí y porque lucha contra la tiranía y por restaurar la República y etcétera.

-- Esta es una de las pocas pelis de su tiempo que actualmente muestra RESPETO por la actividad científica en cuanto tal. Es cierto que la ciencia defendida es la de Ptolomeo, hoy claramente desfasada (además de lo improbable que resulta tener a Hipatia descubriendo las leyes de Kepler), pero muestra como algo positivo la actividad científica y la curiosidad por saber, aunque los descubrimientos resultantes terminen por arrollar más de algún dogma defendido histéricamente por cobardes intelectuales ansiosos de pegarse a las polleras de la religión. Pensemos por ejemplo en "El Señor de los Anillos": los que usan ciencia y tecnología y máquinas e industrias son los villanos que buscan subvertir el orden establecido, orden que sirve a la conveniencia de los que tienen estatus ya ganado (ahí tienen como Gandalf y Aragorn le arman un golpe de estado al Senescal de Gondor en medio de la guerra contra el enemigo, el par de muy cabrones, el "El retorno del Rey"). En "Agora" por el contrario, es la investigación científica lo que puede traer progreso al mundo y hacerlo un lugar mejor. La apertura de la peli es sugestiva: mientras Hipatia explica los misterios del universo mediante una clase participativa en donde sus alumnos tienen que pensar y responder, algo después vemos una escuela de adoctrinamiento cristiano en donde el obispo habla desde el púlpito un montón de sandeces mitológicas acerca de su Cristo a una masa de borregos que están completamente en silencio. Entre los alumnos de Hipatia, a la larga, hay de todos los tipos y valores morales, desde los buscadores de la verdad que tratan de hacer lo correcto hasta los acomodaticios que voltean la enseñanza racional en contra de su maestra, mientras que entre los alumnos del obispo sólo hay fanáticos ávidos de quemar rollos científicos y utilizar a la Biblioteca como establo. Hay quien acusa a esta peli de ser tendenciosa por cosas como ésta, pero es que abramos los ojos: las cosas allá afuera son así. Tú tienes Internet y estás leyendo Cine 9009 en estos minutos gracias a gente como Hipatia que abrió el camino y luchó, con éxito o con fracaso, para impedir que las tinieblas se tragaran los conocimientos científicos necesarios para construir estos chismes que hacen mejor tu vida, mientras que si hiciéramos caso de la enseñanza y prédica de los obispos, aún estaríamos acarreando sacos de trigo en carretas tiradas por caballo, y el simple arte de la lectura sería el privilegio de unos poquitos. Eso no es una opinión, sino la verdad, y es la verdad no porque lo diga yo, sino porque se ajusta a los hechos históricos tal y como los conocemos. Las verdaderas pelis de romanos adoctrinadoras en ese sentido son las que muestran a los cristianos como unos pobrecillos mansos víctimas de los depravados romanos, porque erradican sistemáticamente de sus guiones toda la actividad intelectual pagana, así como los argumentos con los cuales los paganos se atrevían a descreer de las cosas cristianas. Y cuando los cristianos se impusieron no fue con la fuerza de los hechos, sino con la represión, la persecusión y la quema de herejes. Así es que esta peli no sólo no es tendenciosa, sino que, salvando algunas inevitables licencias narrativas (poner a Hipatia en el foco de un triángulo amoroso, lo más recurrente), es en el trasfondo mucho más ajustada a la realidad histórica que el cine clásico de Hollywood sobre romanos.

-- ¿Y en el apartado técnico, cómo estamos? La verdad, bastante bien, quizás sin brillantez, pero tampoco nada de que avergonzarse. Las actuaciones oscilan entre el clavadísimo papel de Rachel Weisz por un lado, y algún que otro fulano medio pasado para el melodrama. La banda sonora acompaña bien, aunque tampoco sin estridencias. La puesta en escena es simplemente perfecta: tengo entendido que se usaron sólo escenarios de cartón piedra a la vieja usanza, pero si se llegaron a usar CGIs en algunos escenarios, la verdad es que no se nota, y eso se agradece (salvando las imágenes cenitales o desde el espacio, claro). La ambientación en líneas generales está bien cuidada, y se ve como la Alejandría del siglo IV en vez de una especie de transposición del siglo XX a nuestra época. No es más de lo que ofrece un buen producto hollywoodense del género, pero tampoco es menos, y eso se agradece. ¿Por qué mucha crítica en español se le lanzó a los ojos a Amenábar criticándolo por esto? Por una vez en la vida que desde España sale una peli decente con un buen tema, con ideas y bien realizada, y resulta que está mal porque es lo mismo que Hollywood, cuando hace rato que cualquiera con dos dedos de frente sabe que Hollywood marca la pauta acerca de cómo debe ser una peli desde el punto de vista técnico, y por eso las pelis de Hollywood son vistas en todo el mundo... Hay que ver lo idiotas que son a veces los críticos. Gracias a Bastet, vosotros tenéis al General Gato para protegeros...

IDEAL PARA: Ver una peli de la época de los romanos que por una vez en la vida trata de hacer pensar en vez de ofrecer emoción barata y vulgar.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés].

jueves, 21 de abril de 2011

"La loca historia del mundo" (1981).


-- "History of the World, Part I". Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: Mel Brooks.
-- Actuación: Mel Brooks, Dom DeLuise, Madeline Kahn, Harvey Korman, Cloris Leachman, Ron Carey, Gregory Hines, Pamela Stephenson, Shecky Greene, Sid Caesar, Mary-Margaret Humes, Orson Welles, Rudy De Luca, Leigh French, Richard Karron.
-- Guión: Mel Brooks.
-- Banda Sonora: John Morris.

-- "La loca historia del mundo" en IMDb.
-- "La loca historia del mundo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

EL ALBA DE LA HVMANIDAD, LA EPOCA EN QUE EL HOMBRE SE ALZA SOBRE SUS PIES, MIRA HACIA LO ALTO, HACIA EL CIELO, SE ESTIRA... LE DA PEREZA. ¡CVANDO SE VA A INVENTAR LA CIVILIZACION ASI! DESPVES VIENE MOISES CON LOS MANDAMIENTOS QUE DEBERAS OBEDECER PORQUE ES LA PALABRA DE DIOS GRABADA CON SV PROPIO DEDO... DESPVES VIENE LA ANTIGVA ROMA, EN DONDE LOS COMICOS DE LA LEGUA ANDAN DANDO VVELTAS POR AHI, LOS ESCLAVOS SE COMPRAN Y SE VENDEN Y SE TRANSAN, Y LOS EMPERADORES ESTAN LOCOS Y LAS EMPERATRICES SON VNAS CACHONDAS NINFOMANAS... BIENVENIDOS AL GRAN RETABLO DE LA HISTORIA VNIVERSAL, LA LARGVISIMA SERIE DE EVENTOS QUE DESPVES DARAN PASO A... LA SANTA INQVISICION Y LA REVOLVCION FRANCESA Y AHI SE ACABO LA PELI PORQVE COMO TODOS SABEMOS, EL CINE HISTORICO DE AHI PEGA EL SALTO HASTA LA II GVERRA Y PVN.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '70s, uno de los reyes de la parodia fue Mel Brooks. En una racha de poquitos años rodó "Locuras en el Oeste", "El joven Frankenstein", "La última locura de Mel Brooks" y "Las angustias del Dr. Mel Brooks". A partir de los '80, su estrella comenzó a declinar. En parte importante porque el mismísimo cine estaba cambiando, y el tipo de humor con el que se reía la gente también. El tipo de humor que Mel Brooks despliega en su época clásica es el mismo que vendrá después en "Hay un loco suelto en el espacio" o "Las locas aventuras de Robin Hood", pero éstas en contraste con su época lucirán quizás demasiado ingenuotas. Ayudó también que en los '80s cambiara la dirección por la producción (créanlo o no, este comediante es el productor de cosas tan para partirse de la risa como "El hombre elefante" de David Lynch o "La mosca" de David Cronenberg). El canto de cisne de Mel Brooks en el cine (salvo que hablemos de las mencionadas "Hay un loco suelto en el espacio" y "Las locas aventuras de Robin Hood") es "La loca historia del mundo". En parte porque no es tan graciosa como las anteriores. En parte porque, bueno, los tiempos cambiaron. Cosas de la vida. Con "La loca historia del mundo" podemos decir que... Mel pasó a ser historia (¡¡¡CHAN!!!) (¿en qué está Bruckheimer que no me contrata con diálogos como éste para CSI?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Así como en las pelis anteriores las había emprendido con el Western, el terror Universal' style, el cine mudo y Hitchcock, en "La loca historia del mundo" las emprende contra el cine épico e histórico made in Hollywood: el colossal, para que nos entendamos. Con algún que otro detalle como incluir una sátira de la primera sección de "2001: Odisea del espacio" (para ver más cavernícolas en una sátira contemporánea, consultar "El hombre de las cavernas" de ese mismo año). La verdad es que la peli sufre de un problema clásico que plaga a casi todas las pelis hechas por segmentos, y que en el fondo son varios cortometrajes pegados: algunos quedan más graciosos que otros. Mientras que la sección cavernícola es gag-tras-gag-tras-gag (algunos muy buenos, otros no tanto), la sección romana presenta una historia unitaria que va en crescendo hasta un final absolutamente desquiciado y surrealista. Hasta ahí la peli es la gloria hecha comedia. Pero a partir de ahí empieza el despatarre: la sección de la Inquisición Española es un tantín laterilla (o acaso nos hemos acostumbrado más al humor negro, y los chistes crueles ya no hacen tanta gracia como en 1981, vaya uno a saber), y la Revolución Francesa trata de levantar cabeza a costa del "cine de época", pero lográndolo a medias (y eso en buena medida gracias a un final desopilante). Hacer una peli en que lo mejor esté al medio, y por lo tanto tengas que medio soportar tanto el inicio como el final, es una arriesgada manera de hacer una peli, y ningún cineasta sensato obraría así (y a Mel Brooks le salió así de chiripa, muy probablemente), lo que resiente el resultado final. Por suerte, las partes buenas compensan las partes malas. No quiero adelantar más porque eso implicaría empezar a develar los chistes, y si ustedes no la han visto, es mejor que vayan vírgenes al altar... er... a su club de arriendo de DVDs, quise decir (si es que queda alguno de ésos en su calle. O en su ciudad. O en su país, a estas alturas). Pero los chistes ocasionales son buenos y salvan la papeleta. Y la salvan bien. Y bueeeeeeno... un solo chiste adelanto y ya. Para desahogarme. Mel Brooks haciendo una rutina para el Emperador de Roma: "He oído que los cristianos son tan pobres, pero tan pobres... que tienen UN SOLO DIOS". Por cierto, ojalá la pillen en versión original y con subtítulos. Porque quien hace la narración en off es ese gigante del cine que es Orson Welles... (gigante por lo titánico de su "Ciudadano Kane", no por su diámetro abdominal, ¿eh? Aunque también). Después, Orson Welles iría a lo de Unicron en "Transformers", y luego a la tumba. Mel Brooks también podría haber satirizado ESO.

-- El adelanto de "La loca historia del mundo, Parte II". Lo mejor de la peli. (Por cierto, por si no caen: las secuencias de adelanto van de coña, no es que Mel Brooks haya pensado jamás en rodar una parte II, ¿eh?).

IDEAL PARA: Reirse a discreción, a cierta discreción.

VIDEOS.

-- Los mandamientos del Señor [doblado al español].



-- El Senado de Roma [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 17 de abril de 2011

"Rango" (2011).


-- "Rango". Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Gore Verbinski.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Johnny Depp, Isla Fisher, Abigail Breslin, Ned Beatty, Alfred Molina, Bill Nighy, Stephen Root, Harry Dean Stanton, Timothy Olyphant, Ray Winstone, Ian Abercrombie, Gil Birmingham, James Ward Byrkit, Claudia Black, Blake Clark.
-- Guión: John Logan, basado en una historia de éste, de Gore Verbinski y de James Ward Byrkit.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.

-- "Rango" en IMDb.
-- "Rango" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La vida es un gran escenario y todos tenemos un papel. El de Rango es retozar tranquilamente sobre la arena, actuando con una chica (en realidad, un busto desarmado de muñeca que... un momento... ¿el prota tiene una muñeca de plástico como mejor amiga...? ¿No se suponía que era para niños la cosa...?), y además con un gigantesco pez de plástico, recitando monólogos que oscilan entre lo existencialista y lo pulp... claro, es la suerte de un camaleón que, según averiguamos con el clásico alejarse de cámara, está encerrado cómodamente en una pecera. O insectario. O terrario... una caja con paredes de vidrio, ya me entienden. Y justo en el momento en que Rango tiene una epifanía y descubre que no puede ser el héroe porque le falta su motivación, su reto, su desafío, su kriptonit...¡¡¡BANG!!!...que el vehículo se pega una frenada de órdago y saltan caja y lagarto (er, perdón, camaleón) al mundo exterior. Y claro, cuando el mundo exterior es una de esas polvorientas carreteras de Estados Unidos en que las únicas almas que pasan por ahí son esas pintorescas calaquitas de vacas con cuernos convenientemente blanqueados por los buitres y el sol, pues como que te vas empezando a preocupar. Si a eso le sumas un armadillo salido de vaya uno a saber donde que dice más encima que te tienes que salir de la carretera, y cuando miras que hay pallá ves puro desierto y desierto y desierto, pues como que te entra mala espina... Pero nuestro buen camaleón, que ha llegado a la conclusión de que como buen camaleón, no tiene ni pajolera idea de quién es, decide que es un héroe, o acaso que tiene que arriesgarse para sobrevivir, y se adentra en el desierto. Lugar en donde le comenzarán a suceder una serie de incidencias, en particular cuando llegue a un pueblo en busca de agua y descubra que el agua se le está acabando al pueblo. Y todo eso salpimentado con unos búhos cantarrancheras que a cada minuto prometen que Rango, en algún minuto, pues, qué decir... que se va a morir. Ya lo sabía yo, en el fondo los búhos son unos cabrones.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Quién hubiera dicho que ese renacuajo que partió dirigiendo infraproductos como "Un ratoncito duro de cazar" o "La mexicana", llamado Gore Verbinski, iba a acabar siendo uno de los grandes del cine de entretenimiento de Hollywood a comienzos del XXI? Aunque fuera con un remake de críos japoneses carapálida ("El aro") o con una montaña rusa de Disneylandia ("Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra" y secuelas). Pero después de mandarse una borrachera de campeonato con sus dos olvidables secuelas, quizás el encanto de Verbinski se hubiera agotado. A lo mejor la flauta sonó de casualidad como el burro flautista, lo que podríamos llamar el síndrome Zack Snyder, que cuando por primera vez le dejan las manos verdaderamente libre para hacer lo que quiera, va y se descarga con "Sucker Punch" en vez de rodar una peli que... bueno... que sea una peli, en primer lugar. Y más encima producía la gente de Nickelodeon, que tanto pueden mandarse cosillas simpáticas como "Harriet la espía", "Los Rugrats: La película" o "Una serie de eventos desafortunados", como trámites más o menos como "Tiempo congelado" o "Nacho libre". Pero bueno, Verbinski reclutó a su viejo camarada Johnny Depp (y éste se dejó reclutar, no en balde su rol de Jack Sparrow lo hizo una superestrella multimillonaria más allá del circuito artsy), y se las apañó para salir adelante con una peli que consiguió caer razonablemente bien parada (aclamación crítica y lo más importante, duplicó su inversión en la taquilla). Nada mal, señor Verbinski, nada mal. Y por salirse de la cada vez más pestilente franquicia de los Piratas del Caribe y dejarle la cuarta a algún paniaguado que será convenientemente afilado por retaguardia por Disney, aún mejor, señor Verbinski, aún mejor.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si tuviera que decirles algo sobre "Rango"... sería "esperen lo inesperado". Puede que "Rango" le guste a cierta gente, puede que a cierta otra gente no. Porque su mejor cualidad, es ser ella misma el no querer contentarse con ser un clon simpático de las pelis animadas Disney/Pixar/DreamWorks. Gore Verbinski tiene el talento y habilidad suficientes para rodar esta peli de manera tal que tiene un aroma único y particular, y sólo después de que sales del cine y meditas sobre la peli, te das cuenta de que no han hecho sino contarte la enésima historia del héroe pez-fuera-del-agua que llega a un lugar azotado por el villano y limpia al pueblo de los malvados mientras se queda con la chica que al principio pasa de él... Ese talento para enmascarar lo obvio es justamente eso, talento, del verdadero y bueno, el que vimos a paladas en "Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra" y echamos tanto de menos en sus dos dolorosísimas secuelas. Mientras que otras pelis animadas desde "Shrek" en adelante han consagrado la fórmula de la acción desaforada y destartalada para que los peques se rían y asombren, sumado a toda clase de referencias metatextuales puestas para que los adultos no se aburran tanto y se sientan, bueno... adultos... descuidando de paso la continuidad, el sentido, la verosimiltud, etcétera... en "Rango" tenemos justamente eso, un intento de construir una peli que sea verosímil. Y entiéndaseme bien: verosímil no quiere decir "realista", sino un universo que funcione con sus propias reglas, y siga esas reglas hasta su bendito final. Si hubiera una palabra para calificar el guión, sería de "surrealista", tanto por los evidentísimos guiños (las alusiones al surrealismo de Dalí, el evidentísimo cameo de Johnny Depp again como su rol en esa chalada psicodrójica de "Pánico y locura en Las Vegas", la aparición medio entre sueño y realidad del Espíritu del Desierto encarnado por Clint Eastwood himself), como por la cuidadísima manera de desmontar el espacio y el tiempo para construir una "no man's land" perfectamente atemporal en donde pueden convivir los vaqueros del siglo XIX con la tecnología del XXI, y animales animados con conspiraciones corporativas muy al estilo actual. Claro, esto trae el problema de que mucha gente puede quedarse descolocada. Lo advierto desde ya: esta peli no es exactamente para críos demasiado críos, ni para padres que esperen entretenimiento ligero. "Rango" no es un trepidante carrusel de acción ni una peli repleta de chistes tontos (hay un poco de humor de golpe-porrazo-caída, pero está bastante medido). Tampoco es un latazo meditativo y existencialista, conocido también como "truño pretencioso de cine arte". "Rango" se equilibra muy bien entre estos dos extremos, tratando por una vez en la vida de hacer un producto comercial que tenga dignidad y un par de ideas geniales en su interior, una peli que intente entretener a la audiencia sin tomarla por estúpida ni descerebrada. Es para aplaudirlo.

-- Resulta curioso observar que "Rango" es en muchos sentidos una parodia del Western, pero tan bien hecha y construida que se derrama de ese continente y se transforma en casi un subgénero del Western por derecho propio. La peli explota varios tópicos del Western, pero al servicio de una trama propia y original. Curiosamente, existen muchos parecidos entre esta peli y "Piratas del Caribe: En el fin del mundo", ya que en ambas pelis los buenos defienden un sistema de vida romántico-pero-humanitario, frente al pragmatismo economicista de los villanos que miran a "los buenos" como algo pasado de moda que deben quitarse del camino en nombre de El Progreso (además de las brillantes concesiones al surrealismo, que en lo de los piratas estaba limitado a la afterlife de Jack Sparrow, pero que aquí se toma mucho más espacio y tiempo de la peli). Las alusiones a pelis Western están ahí, claro está, pero son medidas y no están puestas ahí únicamente para que alguien en la platea diga "yo sé y nadie más"... La puesta en escena es impecable, y Hans Zimmer compone una muy estupenda banda sonora para redondear.

-- Rango es sin lugar a dudas un personaje muy querible e interesante. En la peli queda claro que Rango es realmente el único personaje que está vivo (no que sea una metáfora y estén todos muertos o una chorrada semejante... me refiero a la vida interior, claro está). Aunque obtiene su nombre por casualidad porque lee una botella que dice "DURANGO" con el dedo izquierdo tapando las dos primeras letras (¡cómo nos habríamos cachondeado si fuera el dedo derecho tapando las últimas tres...!), lo cierto es que es el único personaje que evoluciona por algo tan vital, como cuestionarse su identidad y su lugar en el mundo. Rango no parte la peli como esos héroes de una pieza tipo Luke Skywalker diciéndose "¡quiero ser piloto espacial!". Por el contrario, tiene una muy vaga idea de lo que quiere ser, y no puede concretar esta idea porque en su existencia adocenada y acomodada, tampoco tiene claro quién es él. Este detalle en su evolución personal está remarcado porque las grandes secuencias oníricas le pertenecen: son alucinaciones personales suyas, y están marcadas por ese entorno que lo conecta con la escuela de pensamiento del Surrealismo y su descubrimiento del inconsciente y la vida interior. No es una historia ni un personaje originales o que nunca se hayan contado antes, pero una vez más, es el tratamiento lo que hace la diferencia. Es poco probable que "Rango" sea LA MEJOR peli del 2011 (aún falta por recorrer), pero Rango el personaje es serio candidato para serlo.

IDEAL PARA: Ver un Western cómico-existencialista que se esfuerza por tener identidad propia... y lo logra.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "RANGO":

-- "Rango (2011) - Gore Verbinski" en Amazing Movies.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].

jueves, 14 de abril de 2011

"Sucker Punch: Mundo surreal" (2011).


-- "Sucker Punch". Estados Unidos / Canadá. Año 2011.
-- Dirección: Zack Snyder.
-- Actuación: Emily Browning, Abbie Cornish, Jena Malone, Vanessa Hudgens, Jamie Chung, Carla Gugino, Oscar Isaac, Jon Hamm, Scott Glenn, Richard Cetrone, Gerard Plunkett, Malcolm Scott, Ron Selmour, Alan C. Peterson, Revard Dufresne.
-- Guión: Zack Snyder y Steve Shibuya, basados en una historia del primero.
-- Banda Sonora: Tyler Bates y Marius de Vries.

-- "Sucker Punch" en IMDb.
-- "Sucker Punch" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En un escenario darkgothvintage que aparentemente es una casa de esa cosa que llaman gótico americano, se muere alguien, y se quedan dos hermanitas sueltas. Resulta que el padrastro ve que están muy buenas (una de ellas es la núbil Emily Browning, quién podría culparlo), y además como todo quedó para ellas en el testamento de la muerticia, pues qué mejor que hacer el iñigüiñi con ellas (como diría Bender... ¡¡¡es un santo, sniff!!!). El caso es que la chica no se deja trajinar así nada más, de manera que el muy jodepú decide en plan culebrón mexicano que si no serás mía no serás de nadie, y la sepulta (metafóricamente hablando, claro) en un manicomio. Allí, tras hacer unos cuantos pagos, logra que le practiquen una lobotomía. Y en el momento de la verdad... cambio de escenario, y estamos en una casa de burlesque. Seamos más directos: en un prostíbulo. Y es un prostíbulo muy especial: ¡¡¡FIGÚRENSE QUE NO HAY ZORRAS EN BOLAS!!! ¿Qué ambientación tendrá la siguiente peli de Zack Snyder? ¿Acaso un restaurante francés que sólo venda aperitivos? ¿Una oficina constructora que sólo venda casitas para perro...? En fin, el caso es que la chica se coaliga con otras cuatro macizorras y después de unas alucinaciones medias raras, diseña un plan de escape. Y aunque voy a dejar la reseña hasta este punto, permítanme adelantarles algo de lo que viene (o de lo que NO viene, mejor dicho): al revés de muchas pelis tipo cárcel de mujeres, aquí no hay escenas "en bolas en las duchas". Sucker Punch sucks.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Zack Snyder es uno de los varios niñitos de oro en la década del 2000. Cada década surgen algunos cuantos, y de esos cuantos, alguno hasta se convierte en clásico y todo (el que va bien aspectado es Christopher Nolan, con toda probabilidad). Pero algo particular que comparte Zack Snyder con el finado Alfred Hitchcock, es la renuencia a rodar material que no venga de otra parte. Así, su trayectoria comprende remakes ("El amanecer de los muertos"), adaptaciones de cómics ("300" y "Watchmen"), y una versión made-for-cinema de una cosilla infantil ("Ga'Hoole: La leyenda de los guardianes"). Esta es la primera vez que Zack Snyder nos deslumbra con una producción cuya idea y guión es enteramente original. Ojalá que sea la última.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos porque la idea de base es buena. Ha sido explotada antes desde varios ángulos, pero sigue siendo buena. Veamos: un cuento de hadas oscuro en donde una chica buenorra-inocentona-virginal es metida a un manicomio desde el cual puede evadirse soñando, y esos sueños la ayudan a lidiar con la realidad y fugarse. La idea es simplemente maravillosa. ¿En qué punto del camino se pasó de roscas en eso de la digestión y se convirtió en un oloroso y humeante zurullo? No lo sé. El caso es que la peli es una mezcla de diversos géneros cinematográficos, pero no se decanta por ninguno, y la mezcla permanece... bueno... mezclada, no cuajada en algo homogéneo que podamos disfrutar como una sola pieza. Es evidente la voluntad de Zack Snyder de construir una pieza de explotation (mijitas ricas salvajemente vejadas por crueles villanos y que pasan a la acción para enseñarles a respetar a las mujeres a base de jarabe de palo... ¡desde las pelis de violación-y-venganza de los '70s que es la fórmula ganadora para cualquier explotation!), pero curiosamente para alguien que se hizo famoso por la ultraviolenta "300" y la descarnada "Watchmen", acá se queda absolutamente a medio gas. De esta manera tenemos una peli con sueños en donde nunca vemos un paisaje de verdad onírico, tenemos una de fantasía e imaginación sin ningún elemento de verdad imaginativo (no pasa de la enésima remezcla de motivos japoneses-rolerogermánicos-steampunk), y una "cárcel de mujeres" (es un manicomio, pero la idea es la misma: encierro forzado de chicas mostrando presas, en este caso mediatizadas por la ropita apretada) que en ningún minuto muestra tortura de verdad o tetas en toda su gloria y esplendor. Digan que soy sexista, pero si de verdad quisiera ver una peli con chicas con conciencia social estaría repasando "Norma Rae" con Sally Field, no viendo "Sucker Punch" (evitar en este rubro "Erin Brockovich", la chica con conciencia social que gana utilizando municiones de mujer). Si tengo una peli que en el poster y trailer me promete minorras buenas encerradas y pasándolo muy-pero-muy mal, entonces es porque quiero ver tetas, o al menos escenas subidas de tono (dejémonos de pavadas, eso de que la explotación femenina en el cine debería prohibirse es para los hipócritas moralizantes de toda la vida, que son los primeros en la fila cuando de consumir porno se trata). Se supone que la prota se manda unos bailes eróticos que son de infarto y señor mío, pero es que oigan, cada vez que se va a menear, resulta que el escenario cambia a una misión tipo WoW, y cuando volvemos, el bailecito se acabó. O sea, erotismo cero. Y pensar que Vanessa Hudgens se hizo famosa por las fotos en bolas de cuando era menor de edad, que el jopú de su novia subió a Internet en venganza por ser pateado. ¿Y las escenas de acción? Pues, lo mismo que lo que se ve en un videojuego, o peor aún, lo mismo que se ve en esos videoclips de aficionados en YouTube en que te montan una de Therion o de Stratovarius con imágenes ripeadas de Final Fantasy 24500-03. E igual de aburrido (que sepamos que es un sueño no ayuda a crear el necesario suspenso e involucramiento emocional que el espectador debe desarrollar con los personajes que en un momento u otro pueden palmarla). Además el villano ladra bastante, pero en materia de ponérselas canutas a las chicas es un perrillo de aguas, ¿o cómo es que cuando sospecha de lo que está pasando no se le ocurre voltear el lugar arriba-abajo sólo para cerciorarse...? Lo único mínimamente inspirado acá es el final, pero vamos a ver cuántos se quedaron hasta verlo (además, se ve venir por el típico comentario casual que hace el maestro de turno, que ya sabemos en una peli de estas características no puede ser tan casual). Puede que las pelis explotation estén entre lo más basuriento del cine, pero "Sucker Punch" es peor que basura: es ABURRIDA. ¡Si incluso hasta el soundtrack, pudiendo jugarse la baza épica a todo cajón para salvar el día, suena aburrido! (excepción hecha del precioso cover de "Sweet Dreams" de Eurythmics que abre la peli, interpretado por Emily Browning herself). Pero si eres fanático de los videojuegos... en cuyo caso, quizás... incluso quizás ni ellos (a medio mes de su estreno en Estados Unidos, aún no recuperaba ni los costos de producción, y de utilidades ya no hablemos, así fue el batacazo que se dio... aunque en el mercado del DVD... quién sabe...). Sí, quizás esa sea la manera de definir la peli: porno para consoleros. Bueno, para los cuatro o cinco consoleros que aún no hayan descubierto que existen cosas mejores en Internet que el coitus interruptus de esta peli. Cosas como Bianca Beauchamp o Eve Ellis, o bien Bettie Page para los clásicos. Esas sí que prometen y cumplen.

IDEAL PARA: Saltársela.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "SUCKER PUNCH":

-- "Sucker Punch" en El Blog de Int.
-- "'Sucker Punch' (2011) - Zack Snyder" en Amazing Movies.
-- "Sucker Punch (2011)" en Quesito Rosa.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 10 de abril de 2011

"El pequeño mundo de Don Camilo" (1952).


-- "Le petit monde de Don Camillo" (título original en francés), "Don Camilo" (España). Italia / Francia. Año 1952.
-- Dirección: Julien Duvivier.
-- Actuación: Fernandel, Gino Cervi, Vera Talchi, Franco Interlenghi, Sylvie, Charles Vissière, Clara Auteri Pepe, Italo Clerici, Peppino De Martino, Carlo Duse, Manuel Gary, Leda Gloria, Luciano Manara, Armando Migliari, Giovanni Onorato.
-- Guión: Julien Duvivier y René Barjavel, con Oreste Biancoli sin acreditar, basados en la novela de Giovanni Guareschi.
-- Banda Sonora: Alessandro Cicognini.

-- "El pequeño mundo de Don Camilo" en IMDb.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Bienvenidos al valle del Po, en la deprimida Italia campesina de postguerra (la Segunda Guerra Mundial, aunque tratándose de Italia, cualquier postguerra es más o menos lo mismo). La tierra es amarrete, el sol caldea sobre las cabezas, y la vida sigue más o menos como siempre. O no. Porque en las elecciones para alcalde del pueblo han ganado... ¡¡¡HORROR, TERROR, DIOS NOS PILLE CONFESADOS!!! ...¡¡¡LOS COMUNISTAS!!! ¡¡¡BUAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!! Peppone es el nuevo alcalde del pueblo, y esto, maldita la gracia que le hace a Don Camilo, el sacerdote del lugar, que por ser sacerdote, católico, y de parroquia pequeña, e italiano más encima, junta todos los papeles para ser, bueno... un tantín reaccionario, para qué andarnos con finezas. Don Camilo ya está que trina porque la aldea aclama a Peppone, y cuando está a punto de hacer algo para solucionar el, ehm, "problema", recibe una llamada superior al orden, a no salirse de la iglesia, etcétera. Sí, Jesucristo mismo desde su crucifijo le habla a Don Camilo, ¿qué hay con eso? Así es que Don Camilo, sin salirse de la iglesia ¿eh?, sube al torreón y larga las campanas para ahogar el discurso. Los comunistas están ahora a por ir a por la cabeza del cura reaccionario, etcétera... Comienza así la larga historia de hostilidades entre Don Camilo el cura medio reaccionarillo pero no tanto como para que alguien no lo califique de bolchevique, y Peppone el comunista que igual lleva a su hijo a que lo bauticen en la iglesia (con el nombre de Lenin, OK, pero nadie es perfecto... pensándolo bien podríamos acusarlo de maltrato infantil). Hostilidades que van a durar todo lo que se pueda, porque, en definitiva, ¿qué sería de Don Camilo si no tuviera a Peppone para arrearle unas cuantas, y qué sería de Peppone si no tuviera a Don Camilo para entretenerse un rato...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Quién lo creyera, resulta que el arte de Italia no se agotó en el Renacimiento ni en el Barroco. En el marasmo general que es el arte italiano postrenacentista (exceptuando el cine, claro, y eso hasta cierto punto), de cuando en cuando surgen lumbreras de interés. Una de ellas es Giovanni o Giovannino (a según la fuente) Guareschi, un escritor y dibujante satírico cuya peor desgracia era la de todos los que son demasiado risueños como para quedarse tranquilos comulgando con ruedas de carreta: era de derechitas y un tantillo monárquico y clerical, y por lo tanto las emprendía con alegría contra los comunachos, pero también era capaz de lanzarle dardos a la mano que alimenta, etcétera. Otro pobre hombre demasiado inteligente cuya mayor desgracia es ser y comportarse como él mismo (de pronto me cayó simpático, vaya)... Pero si por algo será recordado y se ha inmortalizado el nombre de Guareschi, es por haber creado la saga del Mundo Pequeño (Mondo Piccolo), y a su imbatible prota Don Camilo. La premisa es sumamente simple: en una aldea pequeña, el sacerdote fachas se lía con el alcalde comunista, pero todo en un ambiente de cierta amabilidad en que se pueden decir y hacer cincuenta millones de putadas, pero al final del día son todos amigos porque, bueno... todos viven en la misma aldea, ¿no? El personaje le ganó una popularidad enorme (auxiliado probablemente porque el héroe, como corresponde con todos los héroes dignos de admiración, es facha y reaccionario, o cuándo han visto ustedes una saga o historia digna de admiración en donde el héroe se caiga al lado socialista/comunista del espectro), y vinieron las adaptaciones para el cine, incluyendo ésta (que dio origen a una próspera franquicia en los '50s y '60s inclusive), además de un deslavado remake protagonizado por Terence Hill, y emitido hasta que les dio puntada al hígado por Televisión Nacional de Chile en los tiempos en que era el canal nacional de la dictadura pinochetista en Chile (cura reaccionario atizándole al alcalde comunista, a fin de cuentas). Además de un remake bastardo mexicano protagonizado nada menos que por... ¡Cantinflas! ("El padrecito", concretamente, que se roba varias ideas de la novela y de esta peli).

¿POR QUÉ VERLA?

-- La peli constituye una bastante fiel adaptación del original literario. La adaptación no dejaba de ser complicada porque la obra original es episódica y consiste más bien en una serie de viñetas que en un gran arco argumental desde el primer hasta el último capítulo, pero lo resolvieron con naturalidad, intercalando habilidosamente una voz en off que nos explica los personajes y los caracteres, con la mezcla a parejas de humanismo y socarronería que tiene el original, y con ello salvaron la papeleta. El final está modificado y quizás hubiera sido más interesante dejar el de la novela, mucho más simple y a la vez más significativo, aunque también más arriesgado desde el punto de vista cinematográfico (lo que funciona en la novela, no necesariamente funciona en el cine). La filmación en blanco y negro también añade un puntillo de fidelidad al asunto, entroncando a esta peli con el neorrealismo italiano de los años inmediatamente precedentes y haciendo por lo tanto más reconocibles esos paisajes italianos (esta es una de esas historias que difícilmente podría ser trasvasijada con toda su gracia y salero a otros contextos, como bien lo prueba "El padrecito", que tiene otros méritos como peli, pero que no puede evitar caer en algunos lugares comunes del cine mexicano de toda la vida). Pero volviendo a la novela y la adaptación, tenemos una versión muy fiel al libro original, que rescata toda su gracia, gracias a unos diálogos brillantes, en que la palma se la llevan los diálogos entre Jesucristo y Don Camilo (dándose a entender entre líneas que es en realidad la conciencia del sacerdote, espoleándole como si fuera Jesucristo, que de manera socarrona lo censura por su tendencia a pasarse de roscas tratando de hacer el bien y lo correcto). A pesar de su carácter más bien episódico, la peli no decae en casi ningún tramo, y consigue ser tremendamente graciosa de principio a fin, sin basarse en el gag o en el chiste barato, sino sacándole punta a los personajes y sus debilidades, las que por otra parte trata de una manera muy humana y comprensiva, como productos del medio ambiente en que se han forjado. Resulta curioso observar que uno de los guionistas es René Barjavel, a quienes ustedes no van a conocer ni en pintura, pero cuyo mayor aporte a la civilización son... ¡historias de ciencia ficción! (¿se conocen el cuento del tipo que viaja al pasado y mata a su propia madre y por lo tanto no puede nacer y por lo tanto no puede viajar al pasado y...? Bueno, René Barjavel lo planteó por primera vez). Aunque por otra parte, si Ray Bradbury estuvo metido en "Moby Dick" y "Rey de Reyes", por qué no iba a estar Barjavel detrás de un proyecto humorístico pseudoneorrealista italiano...

-- Desde el punto de vista histórico y arqueológico, esta es una de esas pelis que certifican la defunción del neorrealismo italiano. Recordemos que el género se había estrenado con "Roma, ciudad abierta" en 1945, y a través de éste se vertió toda la amargura de haber perdido la guerra y el resentimiento contra la grandilocuencia mussoliniana de los años precedentes. Pero de tantos pescadores de Sicilia y de tantos ladrones de bicicletas, el ciclo neorrealista terminó de agotarse rápido (en particular después de que la política volvió un poco a sus cauces de siempre, iniciando el predominio de la siempre tibia Democracia Cristiana en Italia), y los propios cineastas italianos empezaron a volverse en otras direcciones. En "Don Camilo" tenemos una visión radicalmente distinta de la sociedad italiana, que la planteada en el neorrealismo. Mientras que en el neorrealismo predomina la desesperación y la miseria, todo ello con tintes de denuncia social, en "Don Camilo" vemos que existe miseria y desigualdad social, pero como parte de un mundo que, bueno... el mundo es así, con ricos y pobres, pero al final todo se soluciona siempre con un poco de güena onda y buena voluntad, o sea, todo lo contrario que la militancia combatiente del neorrealismo tradicional. Quizás influya (además del monarquismo del autor de la novela) que es una coproducción entre Italia y Francia. Con todo, no debemos temer acá que el retrato de la Italia rural degenere en una serie de bonitas postales de campo al estilo de "Bajo el sol de Toscana" o ese capítulo de Los Simpsons en que se encuentran a Bob Patiño en la campigna, u otras producciones de "yanketa de ciudad descubre el campo italiano que no ha evolucionado desde 1945", aunque quizás haya ayudado su punto a la evolución del género cinematográfico del cine etnoitaliano de toda la vida, vaya uno a saber... pero no acá, por lo menos.

-- Los actores están realmente magníficos en sus roles. Fernandel está clavado a Don Camilo, tal y como lo describe la novela (quizás un poco más bruto, pero siempre socarrón, y a las últimas de buen corazón). Gino Cervi, por su parte, es que lo ves y es Peppone, tal y como debería ser, medio bribón y prepotente, pero en el fondo un chato con buen corazón que es como es porque ha tenido que ganarse la vida allá afuera en vez de poder acceder a una educación como corresponde. El elenco de secundarios por su parte está grandioso, en particular Sylvie (Louise Pauline Mainguené, en realidad) haciendo un gran rol como la maestra Cristina, aunque nunca llegan a robarse la peli, que se trata íntegramente de Don Camilo y Peppone.

IDEAL PARA: Ver una gran comedia italiana... producida en Francia.

jueves, 7 de abril de 2011

"Jesucristo Superestrella" (1973).


-- "Jesus Christ Superstar" (título original en inglés), "Jesucristo superstar" (título en España). Estados Unidos. Año 1973.
-- Dirección: Norman Jewison.
-- Actuación: Ted Neeley, Carl Anderson, Yvonne Elliman, Barry Dennen, Bob Bingham, Kurt Yaghjian, Josh Mostel, Philip Toubus, Larry Marshall, Richard Orbach, Robert LuPone.
-- Guión: Melvyn Bragg y Norman Jewison, basados en el musical escrito por Tim Rice.
-- Banda Sonora: Andrew Lloyd Weber.

-- "Jesucristo Superestrella" en IMDb.
-- "Jesucristo Superestrella" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un bus sicodélico llega a una planicie desértica botando desde sus entrañas a una manada de... ¡¡¡HIPPIES!!! ¡¡¡BUAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!! Los hippies se bajan junto con una poca de vestuario y ambientación, y se preparan para escenificar... ¡¡¡JESUCRISTO SUPERESTRELLA!!! ¡¡¡BUAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!! Todos están alegres y contentos porque, vamos, ¡¡¡ES JESUCRISTO!!! MIRACLE MAKER!!! Pero nunca faltan los amargados, los cenizos, los cobardes, que miran desde la lejanía y agrían el gesto. Como Judas, por ejemplo, que canta una cancioncita en donde se queja de por qué Jesús mira a todo el mundo y ya no lo mira a él (prepárense: hay más subtexto homo por delante). Luego aparece María Magdalena bañando a Jesucristo con perfume (supongo que eso cuenta como "intento de seducción" en el siglo I después de Cristo Nuestro Prota), y Judas otra vez protesta (el subtexto homo otra vez, miren bien). Mientras tanto, Caifás y sus secuaces, con unas vestimentas que los hacen parecer vikingos con gorros musulmanes, están preocupados porque si la gente sigue al tal Jesucristo, quizás no quieran obedecer a los romanos, y miren, no es que los romanos sean demasiado queribles, pero tienen el gladio, el asta y el pilum por el mango, así es que mejor a obedecer calladitos, en particular si mantienen un status quo en donde ellos, los sacerdotes, siguen más o menos mandando con cierta libertad al fin y al cabo, que es lo mejor que se puede obtener, y no venga el condenado Cristo ése a arruinarnos el negocio. Las cosas se precipitarán cuando Jesucristo Superestrella decida hacer su gira más mediática, y aparecerse en... ¡¡¡JERUSALÉN!!! Pronto los acontecimientos se precipitarán, los sacerdotes tomarán cartas en el asunto, Judas hará lo suyo... vamos, si ya saben cómo termina el asunto. Pero esta vez es más entretenido porque es con música. Bueno, con música medio progre con teclados Hammond, vale, pero sigue siendo música más o menos de la buena...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

"Lo hubieras gestionado mejor si hubieras planeado tu mañana. ¿Por qué elegiste un tiempo tan atrasado y una tierra tan extraña? Si hubieras venido hoy en día hubieras alcanzado a toda la nación. ¡Israel en 4 antes de Cristo no tiene medios de masas como comunicación!". Esta canción, que "Jesucristo Superestrella" pone herejemente en labios de Judas (traducción libre al castellano cortesía de vuestro seguro servidor el General Gato), pone el dedo en la llaga en nuestra ignorancia fundamental acerca de ese simpático carpintero judío que un día cualquiera trató de montarse una revolución de... er... bueno, alguna clase, y acabó claveteado en una cruz (y algunos dicen que resucitó, vaya uno a saber). A lo largo de los veinte siglos posteriores al certificado de defunción extendido a "Jesús de Nazaret, domiciliado en Nazaret N° 33, Galilea, de profesión carpintero", el personaje se ha transformado en una especie de perchero en donde cada quien le cuelga su cada qué. Los católicos ven en él a un revolucionario ultramundano, tendiendo a limar el mensaje social en pos de la redención de las almas (es que eso de rebelarse contra el status quo, como que le empezó a doler a los católicos a medida que se hacían más ricos). Los marxistas ven en él a una especie de protoguevarista. Los sionistas, a un judío que intentó batirse del yugo de Roma. Los musulmanes, a un profeta al que se debe respetar, pero que no era tan chupi como el profeta más profetoso de todos que es Mahoma. Y así sucesivamente. Al final, ¿quién fue Jesucristo? Esta peli lo tiene claro: una superestrella. Porque el relato de su muerte sigue teniendo hoy en día más rating que los fenecimientos de la Princesa Diana, Heath Ledger o Anna Nicole Smith. Y es en eso donde el libretista Tim Rice y el compositor Andrew Lloyd Weber se inspiraron para componer una de sus obras cumbres, una ópera rock en donde se cargaron con todo contra la leyenda de Jesucristo. No contra el personaje histórico en sí, ojo, que esto no es ni pretende ser un relato histórico (de hecho, está plagado de anacronismos para enfatizar el punto de vista moderno por sobre el retrato histórico), sino en contra de la panda de mediocres que se cuelgan de la figura de Jesucristo para los más diversos y manipuladores fines... y también para sentirse salvos y mejores que el resto de las personas (¡soy apenas una persona, soy tan humilde, pero me eligió Cristo, me habló al corazón, y por eso soy mejor que tú, mira como brilla mi humildad...!). El musical, estrenado en 1971, conoció pronto una adaptación cinematográfica a cargo de Norman Jewison, que venía de rodar otro musical, cual es "El violinista en el tejado" (hay otro "Jesucristo Superestrella" del año 2000, que no ha visto... ni Cristo). El movimiento fue todo un éxito: la peli resultó un éxito de taquilla, y a pesar de las protestas de algunos grupos religiosos (los cenizos de toda la vida que se creen tan superiores que piensan que la sociedad debe inmunizarlos contra cualquier visión disidente de su mesías), éxito también de crítica.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Aquí es inevitable partir hablando de la obra. Cuando uno habla de adaptaciones al cine, tiende a hablar lo menos de la obra original porque la adaptación es justamente eso, una adaptación y no una copia al carbón (bueno, salvo "Harry Potter y la piedra filosofal" y "El Código Da Vinci", que son tan fieles al material de base como blandas y faltas de inspiración desde un punto de vista cinematográfico). Pero lo que tenemos acá es el musical puesto en imágenes, así es que es inevitable hablar del musical mismo. Acá, la intención está clara. No se trata de escenificar la vida, Pasión y muerte (¡y resurrección desde las brasas del infierno, como un Schwarzenegger cualquiera!) de manera tan literal como se pueda a los Evangelios, como en la por otra parte aburridísima "Jesús de Nazaret" de Zefirelli, sino que a través de un delicado ejercicio de anacronismo, plantear a Jesucristo como si fuera una superestrella rockera estilo "The Wall" (bueno, la peli "The Wall" es de 1978, cinco años después... pero me entienden el punto), poniendo así el dedo en la llaga en las reacciones no siempre demasiado positivas que la figura de Jesucristo (no el hombre, sino la leyenda mediática) genera en las personas. Para tal efecto, el guión realiza algunas astutas manipulaciones: se sustrae casi todo su mensaje, se descontextualizan algunas de sus frases bíblicas, y en definitiva se pone sobre la escena a un Jesucristo vacuo y quizás algo sicótico, en pos de algo que no se define muy bien, y que con no demasiada mala leche puede interpretarse casi como un delirio personal. Un Jesucristo muy poco divino y demasiado humano, en definitiva. La crítica no es por supuesto contra Jesucristo mismo, salvo que estés tan ciego por la prédica de tu pastor local llame-ya, que no soportes nada que no sea la rígida letra del Evangelio (en cuyo caso deberías estar yendo a ver "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson). Los dardos envenenados van fundamentalmente hacia quienes siguen a Cristo más por histeria de masas que por verdadera convicción al mensaje, incluyendo a esos simpáticos apóstoles que no entienden mucho de nada, que siguen a Cristo más porque es cool que porque verdaderamente le escuchen (pero que le niegan a la primera de cambio, igual como casi todos los fanáticos de Britney Spears se descolgaron de ella cuando engordó y se rapó el pelo), y que en la Ultima Cena cantan esa línea hereje de que luego de ser apóstoles podrán retirarse a escribir los Evangelios así como Bill Clinton se retiró (más o menos) a escribir sus memorias (que nadie leyó, aunque luce bien el tocho en las bibliotecas de los analistas políticos). Y como la peli traslada el musical casi palabra por palabra y nota por nota (nota más o nota menos, línea cambiada aquí o allá), entonces la peli transporta a la realización toda esa leche envenenada. Todo eso, apoyado por una partitura de Andrew Lloyd Weber que, en la actualidad puede sonar un poco desfasada (esos teclados Hammond, por Bastet...), pero que marcan la pauta de lo que serán otros musicales suyos (otros musicales suyos adaptados al cine son "Evita" y "El Fantasma de la Opera"). Por supuesto que no van a faltar los buenrollistas de toda la vida que van a decir que por qué tanta mala onda, que por qué no dejar a los cristianos en paz, no sin su dejo de condescendencia (esos pobrecitos cristianos, para qué quitarles lo poco que tienen), pero es que oigan, no es que este musical le falte el respeto a los cristianos, es que los cristianos con sus Cruzadas, con su constante oposición al progreso tecnológico y a la equidad social, y con sus histéricos telepredicadores gritando "HEY YISUS!!!", hace siglos que vienen faltándose el respeto a sí mismos.

-- La puesta en escena es magnífica. Quizás haya influido que el director sea judío (Norman Jewison fue harto más respetuoso con los judíos en "El violinista en el tejado", que con los cristianos aquí). El caso es que, aprovechando que el musical se lo carga todo, también se cargó unas cuantas convenciones cinematográficas. En vez de rodarlo con decorados fastuosos o una ambientación lo más realista posible (planea nuevamente la comparación con "El violinista en el tejado"), tan propios por otra parte del cine de romanos-y-cristianos de los 10-20 años anteriores ("El manto sagrado", "Quo Vadis"...), y a pesar de rodar en locaciones del mismísimo Medio Oriente en vez de las siempre socorridas ambientaciones pseudobíblicas en España, Italia o Tunicia, Jewison recurre a una puesta en escena lo más teatral posible. El inicio y el final (no es un gran spoiler, vamos, que al final el prota muere, ¿no lo sabían?) son casi una declaración de principios: al inicio llega un autobús cargando a todos los artistas, el vestuario, etcétera, y al final, cuando todo acaba (en la cruz: acá no hay resurrección, para meter más mala leche todavía), vemos a esa misma tropa de gente subiéndose al autobús y marchándose. Todo no ha sido más que un musical, una fantasía, remarcando aún más el carácter de artificioso que tiene el culto de la superestrella (Jesucristo superestrella o cualquier otra superestrella). Entre medio vemos un vestuario absolutamente lejano al prurito de realismo (chales hippies para las chicas, camisetas rojo-moradas y sin casco para los guardias romanos, capas negras y pecho al aire para los sacerdotes...), unas edificaciones en las que se no ha hecho el menor esfuerzo por esconder que en realidad son ruinas y cascotes de la antigua civilización grecorromanojudía que profitó allí, y elementos muy siglo XX como ¡tanques avanzando sobre la arena y aviones a reacción volando a ras de tierra! Con toda esa ambientación, es absolutamente imposible que podamos identificarnos de alguna manera con los personajes y las situaciones, y esa es precisamente la intención: que veamos la historia desde el distanciamiento irónico, desde la reflexión, desde la crítica, no involucrándonos y emocionándonos hasta el punto que se nos olvide lo que estamos viendo y acabemos convertidos en otra masa de grupies al servicio de la superestrella. Valga mencionar, como contraste, que Mel Gibson trató de conseguir justamente lo opuesto, que nos transformemos en grupies de Cristo, por la vía del hiperrealismo más extremo ("La Pasión de Cristo" es terriblemente formal, sucia como debió haber sido la Palestina económicamente deprimida de su tiempo, hablada en arameo y latín... bueno, en algo parecido al arameo y al latín...), por lo que podemos situar a ambas pelis, a "La Pasión de Cristo" y a "Jesucristo Superestrella", en los dos extremos de un continuo que va desde la aceptación acrítica de la superestrella mesiánica hasta su rechazo más absoluto (no necesariamente al mensaje de Cristo, insisto, sino a la actitud genuflexa ante el mesías que es Tu Nuevo Mejor Amigo). Es interesante también comparar esta peli con "El Evangelio según San Mateo", de Passolini, obra en la que el cineasta italiano también quería hacer crítica del Cristianismo, pero preservando el mensaje cristiano, y por lo tanto, siguió el camino de adaptar casi palabra por palabra el Evangelio de San Mateo para ridiculizar sotto voce a los cristianos que pretenden o finger seguir la Palabra de Cristo y mostrar en el subtexto todas sus incongruencias. "Jesucristo Superestrella" en ese sentido juega en una liga diferente, y dentro de ese contexto tiene todo el sentido del mundo que el palacio del Sanhedrín no sea ni siquiera una edificación o un escenario en el sentido clásico del término, sino un andamio de construcción con sus correspondientes tablones, y el espectador sea quien deba hacerse la imagen de que eso representa (esa es la palabra clave: "representa", no "es") un palacio.

-- Interesantemente, aunque la peli sea una ironía completa (un sarcasmo, más bien), los actores representan sus roles muy en serio (bueno, qué se espera: son grupis, cuándo un grupi se lo ha tomado a broma). Los productores tomaron la muy saludable decisión de traerse a casi todos los actores principales de la obra de Broadway (Carl Anderson como Judas, Yvonne Elliman como María Magdalena, y Bob Bingham como Caifás), mientras que Ted Neeley, si bien no había interpretado a Cristo en el musical y no era la primera opción tampoco (ambas eran para Ian Gillan, vocalista de Deep Purple, que prefirió seguir con ellos en vez de pasar al cine acá), había aparecido como secundario en el mismo (un leproso, vaya un tiraje por la chimenea). El afiatamiento del elenco se siente como algo natural, cada uno absolutamente identificado en sus papeles. Bob Bingham como Caifás con su ominosa voz da escalofríos, e Yvonne Elliman en su solo "Yo no sé cómo amarlo" llega a ser conmovedora. Pero los que se llevan la palma son claramente Carl Anderson (¿un Judas negro? ¡Creía que esta peli era rupturista!), dándole un carisma avasallador a "el Gran Traidor", y profundizando con su voz todas las dudas existenciales del personaje que, digámoslo con todas sus letras, en el fondo son las nuestras propias (moraleja: si te atreves a disentir del Cristianismo y tener un poco de sentido común, eres un Judas y un traidor a Cristo... y quizás también tengas fijaciones extrañas con él, que no en balde cuando se da cuenta de la enormidad de su traición, canta las mismas líneas de amor a Cristo que ha cantado María Magdalena como media hora atrás de peli...). Y al lado de Carl Anderson, Ted Neely, como un Cristo un poco blando en algunas escenas, pero que consigue especial intensidad en algunos minutos (la escena en que es acosado por los leprosos, en lo que casi es una premonición de la muerte de la princesa Diana acosada por los paparazzis, o la oración en Getsemaní). Es la intensidad especial que despliegan los actores (cantantes, repetimos, de Broadway, y que por lo tanto no necesitan ser doblados ni tienen esas vocecitas escuálidas de algunos wannabies tratando de hacer gorgoritos en musicales), lo que impide a la peli caer en la parodia ramplona y en vez de ello le aporta una nueva dimensión trágica: puede que todo el espectáculo del grupismo hacia el Cristo sea algo penoso e incluso grotesco, pero no hay nada para reirse en ello y en la tragedia humana de quienes voluntariamente concurren a cegarse a sí mismos, so pretexto de no ver nada más que la fulgurante luz emanada desde algún farol encendido en Palestina hace 2000 años atrás.

IDEAL PARA: Amantes de los musicales, y gente que esté dispuesta a andar por la vida sin cargar las anteojeras amablemente provistas por su predicador favorito.

VIDEOS.

-- "Hosanna" con Jesucristo ingresando a Jerusalén (en inglés, subtitulado en español).

-- "I Don't Know How To Love Him" (en inglés, sin subtítulos).
-- "Superstar" (en inglés, subtítulos en español).

domingo, 3 de abril de 2011

"Superman IV" (1987).


-- "Superman IV: The Quest for Peace".
-- Dirección: Sidney J. Furie.
-- Actuación: Christopher Reeves, Gene Hackman, Jackie Cooper, Marc McClure, Jon Cryer, Sam Wanamaker, Mark Pillow, Mariel Hemingway, Margot Kidder, Damian McLawhorn, William Hootkins, Jim Broadbent, Stanley Lebor, Don Fellows, Robert Beatty.
-- Guión: Lawrence Konner y Mark Rosenthal, sobre una historia de éstos y de Christopher Reeves, y basados en los personajes creados por Joe Shuster y Jerry Siegel.
-- Banda Sonora: Alexander Courage.

-- "Superman IV" en IMDb.
-- "Superman IV" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Tri- dva- odin- Un artefacto espacial poblado por tres rusoskas anda dando vueltas en el espacio exterior, cuando de pronto una cosa que viene desde alguna otra parte, y que por alguna razón los detectores rusos (refacciones comunistas, ¿no?), golpea a uno de los cosmonautas que está haciendo caminata exterior. El pobre individuo que acaba de cambiar el Soviet por la Eternidad, parece condenado, pero ¡NO! Porque aparece nada menos que... ¿es un tren? ¿es un avión? ¿es el transbordador espacial Columbia? ¡No, es Superman! El hombre de acero recoge al cosmonauta, lo acuna y arropa convenientemente en la cápsula, saluda en ruso (otro de los superpoderes de Superman: superidiomas) y se larga. Una vez asentado que Superman es el defensor no sólo de Yankilandia, sino de toda la Tierra, volvemos a Smallville, en donde Clark Kent está tratando de vender la vieja propiedad familiar, pero no lo quiere hacer a un tipo que se construya peazo edificio corporativo, sino a otro granjero que le guste el campo, Kansas, los valores tradicionales... quizás tenga suerte y algún amish se entusiasme, pero por el minuto sigue siendo la granja de Superman. Después de extraer un cristal kryptoniano esto-o-aquello, regresa a Metrópolis para toparse con una muy mala noticia. Resulta que el Daily Planet ha sido objeto de una compra hostil, y hay nuevos dueños. Los propietarios de una cadena de periodicuchos sensacionalistas. Y las cosas comenzarán a ponerse difíciles para Clark Kent, porque aparte de lidiar con Lois Lane, la hija del nuevo jefe está buena y quiere puro con él (Mariel Hemingway en sus mejores años, ahí es nada), y para peor, Lex Luthor se fuga de la cárcel. Las cosas se precipitan cuando las tensiones internacionales entre las superpotencias arrecian, y un crío decide que lo que los hombres no pueden hacer, hay que rezárselo a Dios, y envía una carta a Superman para que solucione el problema de las armas nucleares simplemente destruyéndolas. El nuevo tabloide sensacionalista Daily Planet recibe la nueva y orquesta toda una campaña porque eso vende. Y Superman entonces, a pesar de que le han repetido como churretecientas veces que no debe interferir en la historia humana y todo eso, pues va y empieza a hacer bola-bola con los misiles nucleares y enviarlos al Sol. De lo que se aprovechará Lex Luthor para enviar material genético de Superman al Sol y fabricar un clon que... mwahahahahá... MWAHAHAHAHÁ... ¡¡¡MWAHAHAHAHAHÁ!!! ¡¡¡DIE, SUPERMAN, DIE!!!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1978, la Humanidad creyó que un hombre podía volar. La peli "Superman", aunque en la actualidad algo avejentada por culpa de esos pantalones patelefante y esos peinados semiafro, sigue siendo una pieza superlativa dentro del género de los superhéroes, y una buena peli a secas. Pero puestos a exprimir la teta, ya llegó "Superman II" y "Superman III". Con inteligencia presciente, los hermanos Salkind, productores de las tres primeras, decidieron que la franquicia ya no daba más de sí (en particular después del bochorno de "Supergirl"), y se deshicieron de los derechos. Para mala suerte de todo el mundo, y los fanáticos de Superman no en último lugar, los compradores fueron... Menahem Golan. Sí, señores, la Cannon, el estudio que produjo "Fuerza Delta" y otras americanadas de Chuck Norris, trataba de pasar a las grandes ligas nada menos que con una secuela de Superman. Convencieron a Christopher Reeves de que se pusiera las mallas filogay por cuarta vez a cambio de darle control creativo, la dirección de una eventual quinta, y además financiarle otro proyecto completamente a su gusto (la cosa al final fue una peli casi desconocida y que no aparece nunca en ninguna parte, llamada "Un periodista astuto"). Para que repitiera Gene Hackman como Lex Luthor (baja sensible de "Superman III", en donde los supervillanos no calentaban a nadie y el más carismático de todos era una supercomputadora, lo que es algo triste bien mirado), le frotaron lascivamente un cheque por las narices. Trajeron de nuevo a Lois Lane, metieron a Mariel Hemingway con calzador... ¿qué podía salir mal de todo eso? Bueno, quizás la herencia de Menahem Golan le jugó en contra, porque en lo pesetero, la cosa era un proyecto de más de 30 millones de dólares, que quedó reducido a 17. La producción de la peli fue un desorden completo (además no tenían a Richard Donner sino a Sidney J. Furie de director, que venía directamente del guilty pleasure "Aguilas de acero", y de acá iría a caer directamente a "Aguilas de acero II", pobre hombre), y lo que resultó no le gustó a nadie. Al final de la peli, Christopher Reeves le dice a Lex Luthor "te veo en veinte" (en veinte años de cárcel, se entiende). Al final fueron sólo 19, hasta el estreno de "Superman regresa", secuela directa de "Superman II" que por tanto hizo caso omiso de "Superman III" y "Superman IV" y creó su propia continuidad paralela en donde Superman no decía "te veo en veinte", eliminando por tanto esa continuidad... demonios, ya incurrí en una paradoja temporal. ¿En qué estaba? Ah, sí. Iba a decir por qué hay que ver (o no) esta peli.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es costumbre universal pitorrearse en esta peli como en un cagarro indigno. Y la verdad de las cosas es que buena parte de las collejas que se ha ganado, las debe lucir con orgullo. Pero otras son un poco injustas. A pesar de que el guión se manda algunas de campeonato (gente en mangas de camisa respirando en el espacio exterior, Lex Luthor cortando un pelo de Superman capaz de sostener 100 toneladas sin que el alicate se le melle, el Hombre Nuclear horadando un volcán en su interior a pesar de que sin luz solar se desactiva... cosas así), el concepto general es bastante interesante, y hay como un intento de volver al drama puro y duro de "Superman" y "Superman II", eliminando los aspectos de comedia de "Superman III". Si en ambas pelis veíamos a un Superman mesiánico llegando a ustedes los pobres humanitos a resolverles la papeleta, acá tenemos a un Superman profundamente humano, que se ha asimilado tanto a la vida en la Tierra que ve con temor la destrucción de su mundo adoptivo, así como en su tiempo murió Krypton. En este caso, la destrucción viene desde un ala tan ochentera como es el espectro del holocausto nuclear. Puede parecer que esta peli en realidad son dos, una primera mitad dedicada a Superman salvando al mundo de las armas nucleares, y una segunda con un supervillano más tópica y predecible, pero como acá en Cine 9009 tuvimos acceso a la edición especial en DVD con escenas descartadas, descubrimos que en la segunda parte se seguía a lo menos en parte la trama de la lucha de Superman contra un eventual holocausto nuclear, y ambas historias estaban más imbricadas de lo que en principio parecía. Y ya que estamos, la peli dura 90 minutos, pero en versión completa habría durado dos horas y un cuarto, y habría aparecido nada menos que el supervillano Bizarro (aunque este descarte fue criterioso porque las escenas de Superman contra Bizarro eran ridículas, al revés de otras escenas cuya eliminación fue un error fatal y una puñalada contra el guión). La peli lleva más lejos que nunca en la saga fílmica de Superman sobre cuáles son los límites del superhéroe, qué cosas puede hacer o no. En muchos sentidos, esta peli emparenta con una novela gráfica llamada "Superman: Paz en la Tierra", en la que éste intenta utilizar sus superpoderes para combatir la hambruna mundial, sólo para descubrir que hay cosas que ni siquiera un semidiós con capa puede arreglar. Es notorio que Christopher Reeves quiso hacer no sólo un divertimento, sino también una peli significativa: la gran moraleja es que no es malo confiar en gente que nos resuelva nuestros problemas (sea un Superman ficticio o sean nuestros políticos o etcétera), pero es mejor aún confiar en nosotros mismos para arreglar este maltrecho planeta y hacerlo más habitable para vivir. No es una mala moraleja, probablemente, pero es un final agridulce para una peli de Superman.

-- Quizás parte importante de que esta peli haya chirriado, es el enorme cambio sufrido por el Superman del cómic en el período intermedio. El personaje del "Superman" de 1978 y sus secuelas es claramente el "Superman Pre-Crisis", casi todopoderoso y que se saca un nuevo poder de la manga historieta sí e historieta también, luchando contra un Lex Luthor que es un científico loco. Pero desde "Superman III" hasta "Superman IV", resulta que DC Comics había publicado la "Crisis de las Tierras Infinitas" y había liquidado esa continuidad, recreando a un Superman menos poderoso y más humano, que ahora necesitaba trajes espaciales para viajar al espacio exterior y cosas así, luchando contra un Lex Luthor que ahora era un magnate corporativo. Y "Superman IV", sin enterarse. Contra quienes critican al Superman de "Superman IV" por hacer cosas tan absurdas como utilizar poderes telekinéticos para reconstruir la Gran Muralla China, recordemos que el Superman Pre-Crisis de repente se las arreglaba para tener los superpoderes más chorras del mundo, y nadie se quejaba. En ese contexto, estas críticas son injustas. Aún así, hay como un intento de actualizar a Lex Luthor, haciendo que su complot le lleve a desplazar a los antiguos traficantes de armas y apoderándose del negocio. Y si Superman vacila a su antojo a las dos chicas detrás suyo, por otra parte no es menos cierto que el Superman de los '50s (el Superman Pre-Crisis) era un perro malparido con Lois Lane. Quizás el principal problema de esta peli a ese respecto (tiene muchos otros problemas, pero limitémonos a esto por el minuto) es que sigue teniendo una visión muy naif de Superman como personaje, visión que era pasable en el Superman de 1978, pero no nueve años después. No debe ser casualidad que para una eventual "Superman V", que al final no llegó a realizarse, intentaron cincuenta mil trucos para actualizar el personaje, todos ellos aprovechando la continuidad de la muerte de Superman a manos de Doomsday en las historietas, para darle un giro de timón al personaje y actualizarlo respecto de la visión tardíosetentera en que la franquicia había quedado estancada.

-- Y ahora vamos al apartado de la, ehm... realización. Y aquí es donde una peli bienintencionada y que tenía potencial, hace aguas por todas partes. Para una franquicia cuyo gran eslógan era "creerás que un hombre puede volar", y cuyos efectos especiales no han envejecido casi nada desde 1978 por mucho CGI que le pongan ahora, lo cierto es que los de "Superman IV" dan pena. O sea, cuando ves a Superman volando por el espacio con un fotomontaje que deja como buenos los efectos especiales del Chapulín Colorado, ya puedes ir buscándote los pañales para no manchar la parte trasera de tus calzoncillos, y más aún cuando la peli termina con la escena final de "Superman" de 1978 volando en el espacio para observar el enorme contraste en la calidad de los efectos especiales (repito: nueve años después). Y eso, por no hablar de la escena de Superman volando en la Luna, en que se ven claritos los dos cables que están sosteniendo por la espalda a Christopher Reeves (y el General Gato quien esto escribe no tiene reputación de aguja con los efectos especiales fallidos, así es que ya pueden ir tomando nota de que fueron MUY notorios). Esto no sería tan grave si fuera un serial de los '50s, o una serie televisiva, o el guión estuviera cerrado y bien cerrado, o fuera un reboot por parte de un estudio que desde el comienzo anunciara lo suyo como "otra cosa", pero el problema es que es la secuela de la saga iniciada en 1978, cuyos efectos especiales eran de cátedra, y por tanto a "Superman IV" simplemente no se le perdonan unos FXs que no hubieran cantado tanto en una de serie B de las de toda la vida. En ese sentido, el guión de la peli y el esfuerzo de Christopher Reeves por sacar adelante una peli que fuera más que pura y simple aventura (y sorprendentemente, el tener un villano que da su poco de cuco, si dejamos de mirarles las uñas largas y su leotardo gay), se merecía un presupuesto más holgado que permitieran esconder los evidentísimos fotomontajes y transparencias. Es poco probable que esta franquicia, así como iba, hubiera aguantado un "Superman V", pero al menos hubiéramos tenido un cierre digno y decente para una franquicia icónica dentro de género, en vez de esta purulencia que salió al final de esta involución darwiniana.

IDEAL PARA: Ingresar en el reino de las potencialidades desperdiciadas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].