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domingo, 8 de noviembre de 2015

"Terror a bordo" (1989).


-- "Dead Calm" (título original en inglés), "Calma total" (título en España). Australia. Año 1989.
-- Dirección: Phillip Noyce.
-- Actuación: Nicole Kidman, Sam Neill, Billy Zane, Rod Mullinar, Joshua Tilden, George Shevtsov, Michael Long, Lisa Collins, Paula Hudson-Brinkley, Sharon Cook, Malinda Rutter, Benji (no ESE Benji).
-- Guión: Terry Hayes, basado en la novela de Charles Williams.
-- Banda Sonora: Graeme Revell.

-- "Terror a bordo" en IMDb.
-- "Terror a bordo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En uno de esos montajes fragmentados, como que alcanzamos a adivinar que la Nicole Kidman está medio pa'llá. Lógico, ella iba conduciendo, accidente automovilístico, y el kid se le muricia. ¡Ah!, pero el marido es oficial de Marina o algo así (se lo ve con un uniforme bien pintoso al gil, que por cierto es Sam Neill, como veinte años mayor que la Kidman), y dice que "vámonos al mar, allá hay aire fresco, ya vas a ver que se te olvidará nuestro crío muerto como un mal catarro", blablablá. Y entonces... ¿salen a navegar, ella hace algunos pucheritos, regresan y acá no ha pasao na, masho? Por supuesto que no, qué clase de pelimerda sería ésa, acabaría en como quince minutos, ¿no? Así es que, veamos, qué le hacemos para seguir traumando a la muchacha... ¡Ah, ya sé! En mitad de alta mar se encuentran con lo que parece una nave varada. Incluyendo a un tipejo que rema-que-te-rema. Too musculoso el tipejo, en concreto Billy Zane hecho un crío (bueno, la Kidman también. El único que se ve como siempre, porque ése parezque nació vejo, es el Neill ése). El caso es que lo recogen, y el Billy Zane les dice que la nave en la que venía está haciendo aguas, y toda la tripulación está muerta por envenenamiento destoquello. El Sam, como que no se lo traga mucho, y decide tomar la decisión más racional de todas: encerrar al tipo por si las moscas, y dejar atrás a su señora mientras él se va a explorar en vez de, digamos, mandar a la señora a explorar y quedarse él con el tipo (joer, oficial de la Armada, uno podría suponer que iba a saber mejor). Nada más llegar a la otra nave, que parece que sí está yéndose glugluglú, se encuentra con unos cuerpos muertos cadaveritos que, de estar muricidos lo están, pero con heridas muy poco compatibles con un envenenamiento destoquello (salvo que hayan muerto o hayan regresado como zombis, eso es. Pensándolo bien... hubiera pagado por ver esa peli). Y mientras tanto sucede lo inevitable (o no habría peli, claro está). Que el Billy Zane se suelta, sobrepasa toda posible resistencia de la Nicole Kidman (incluso AQUELLA, andando el metraje eso sí, en una de las raras ocasiones en que Nicole Kidman nos ha regalado escena de ALEGRÍA TOTAL DEL CUERPO), echa a andar la nave, y deja al Sam Neill varado en la otra. El drama de la chica para sobrevivir al que, se ha revelado ahora, es un asesino sicópata de los wenos, de los que te meten cuco y tal, ha comenzado.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hubo una época en donde Australia era POTENCIA FÍLMICA QUETECAGAS. El gobierno de Australia hizo... (neoliberales, taparse los oídos aquí) ...financiamiento para ayudar a su industria fílmica, y el resultado es que durante cerca de dos décadas, los '70s y '80s, Australia se transformó en un macizo cinematográfico ("Mad Max" y secuelas, y "Cocodrilo Dundee" siendo las más conocidas, probablemente). Gracias a la Nueva Ola Australiana es que el mundo descubrió los valores de... ¡Sam Neill! ¡Nicole Kidman! ¡Mel Gibson! y... Paul Hogan, sí, ése. Y entre los directores, varios que después hicieron lo que tantos directores internacionales, o sea, saltar a Jólivu y hundir sus carreras en el sumidero, como Bruce Beresford ("Conduciendo a Miss Daisy") o Peter Weir ("Testigo en peligro"). Y Phillip Noyce. Tipo que había dirigido algunas pelis con más reputación académica que éxito de taquilla, hasta que su gran momento llegó con "Terror a bordo". Que lo llevó a rodar ese remake de Zatoichi que es "Furia ciega", luego "Juegos de patriotas"... y luego, ya se la saben... el despeñadero ("Sliver", "Peligro inminente", "El Santo", "El coleccionista de huesos"). Pobre hombre, otro que vendió su alma a Hollywood a cambio de asados con piscina, esperemos que con chicas en bikini para que la cosa valga la pena. Digo yo. El caso es que para efectos, adaptó una novela del novelista Charles Williams. No Charles Williams el Inkling, aclaremos. Existe un Charles Williams que era amiguete de Tolkien y Lewis en el pub en donde so pretexto de leerse cuentitos con hadas y duendes, le daban el bajo a cerveza sí y cerveza también. Bueno, ese Charles Williams NO. Este es OTRO Charles Williams, que escribía novelitas de ésas de novelita negra (la otra adaptación fílmica suya somewhat conocida es "La zona caliente", famosa hoy en día en lo principal por una brevísima escena en donde una jovencísima Jennifer Connelly hace destape mamario... sí, es ESA clase de novelista). El caso es que adaptaron una novela suya y la hicieron esta peli. La cosa no funcionó demasiado bien en taquilla (con un magro presupuesto de 10 millones, ni siquiera recobró los costos), aunque quedó para la posteridad como clásico de culto. Además de ser la peli que le abrió a Nicole Kidman... un montón de roles de mierda, eso es, porque la chica en los '90s hacía porquería sí y porquería también (¿"Batman Forever", alguien?), y la mejor del montón no la vio nadie ("Todo por un sueño"). Que tuvo que separarse de ¡¡¡TOM!!! para empezar a hacer pelis con dignidad, porque ya sabemos lo que le pasa a las chicas que se meten con ¡¡¡TOM!!! (Mimi Rogers, Nicole Kidman, Penélope Cruz, Katie Holmes... joer con el hombre, qué manera de fregarle la carrera a sus chicas). En fin, la peli quedó como eso, y además como el último gran ejemplo y exponente de la Nueva Ola Australiana, que ya en los '90s decaería vaya uno a saber por qué (bueno, porque Jólivu se robó a algunos cuantos directores y actores, por una parte).

¿POR QUÉ VERLA?

-- "Terror a bordo" es de esas pelis minimalistas que funcionan potenciando al máximo los pocos elementos que tiene. Apenas tres personajes (el resto de los actores acreditados aparecen o en la breve secuencia de prólogo, o... en videotape a bordo del yate siniestrado, estilo Lisa Boyle en "Carretera perdida"... ¿estilo quién, dice usté mi General? Eh... no importa, sigamos adelante), apenas tres personajes, decía, y una locación que es el yate (bueno, dos, el yate de la pareja prota y el yate yéndose a glugluglú). A partir de estos poquísimos elementos, Phillip Noyce se las arregla para construir una peli tensa y con bastante empaque. Sam Neill es quizás el más débil del grupo, en parte porque siempre ha tenido un estilo algo mortecino para actuar, que en otras partes funciona de maravilla, pero acá no tanto. Billy Zane por su parte (el villano de "Titanic", leñe. Y también de, hehehé... "El Rey Escorpión 3". Tenía que mencionarlo, es que soy un cabrón. Pero que en la época era conocido, y "conocido" es por usar alguna palabra, como uno de los matones de Biff en "Volver al futuro") compone un sicópata realmente creepy, con el que de verdad no te darían ganas de estar en un yate o en ninguna parte. Nicole Kidman, ella... buenoooooo... No está mal (en particular cuando aparece en gloriosa pelota picada, ehm). Pero podría estar mejor. Su personaje es bastante rico y lleno de matices (en algunos tramos de la peli se insinúa que a pesar de que estar siendo sicopateada, igual la ponen los malotes), pero ella como que no consigue dar del todo en la tecla. El desarrollo mismo es bastante sencillo, pero al mismo tiempo potente, acompañado por Graeme Revell en su primerísimo soundtrack, un poquito más desatado que su trabajo posterior. La única gran pega es un final quizás demasiado Jólivu. La cosa iba por el derrotero del thriller psicológico, y al final acaba con una escena de gusto a psycho-killer que desentona visiblemente del resto (parece ser que la peli cerraba antes, de manera redonda, y le metieron un pegote de 3-5 minutos finales porque en los pases para el público, al respetable la cosa sicológica como que los dejó fríos... y el pegote final SE NOTA. Y bastante). Queda la sensación de que "Terror a bordo" podía haber sido incluso más dura y sórdida (es inevitable que la premisa recuerde en cierta medida "Cuchillo al agua" de Roman Polanski, por ejemplo). Por desgracia, la peli no quiso seguir el camino en su totalidad. Aún así, garantiza suspenso y tensión. Que es probablemente lo que le estábamos pidiendo desde el minuto 1, por supuesto.

IDEAL PARA: Ver un thriller psicológico bien empaquetado.

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