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sábado, 16 de noviembre de 2013

"La maratón de la muerte" (1976).


-- "Marathon Man". Estados Unidos. Año 1976.
-- Dirección: John Schlesinger.
-- Actuación: Dustin Hoffman, Laurence Olivier, Roy Scheider, William Devane, Marthe Keller, Fritz Weaver, Richard Bright, Marc Lawrence, Allen Joseph, Tito Goya, Ben Dova, Lou Gilbert, Jacques Marin, James Wing Woo, Nicole Deslauriers.
-- Guión: William Goldman, basado en su novela.
-- Banda Sonora: Michael Small.

-- "La maratón de la muerte" en IMDb.
-- "La maratón de la muerte" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A veces, los accidentes y coincidencias suceden. Por eso es lo más natural del mundo que un automóvil se quede en pana. Y que ese automóvil le pertenezca a un antiguo oficial nazi escondido en NY. Y que detrás aparezca justo un vehículo llevado por un judío. Y que cuando ambos se lían en una competición para ver quién gana, si el Sionismo Internacional o el Cuarto Reich, un camión cargado de combustible les hace la faena de liquidarlos a ambos. Una pura morralla de puñeteras circunstancias, las muy jodías, qué vamos a hacerle. Mientras estas cosas ocurren, asistimos a las vidas de dos personajes muy distintos. Uno de ellos es un tipo de mundo, refinado y movido, que bajo su fachada, en realidad es un peligroso agente secreto que blablablá (mucho James Bond, estimado guionista, mucho James Bond). El otro es un universitario que corresponde al modelo poca-cosa de toda la vida (en los '80s hubiera sido un geek y en los 2000s un emo), apocado porque el fantasma del suicidio de su padre planea sobre él y blablablá. El caso es que poco a poco, la suerte de ambos tipos comenzará a confluir, porque créanlo o no, como en los mejores culebrones de todos los tiempos... ¡son hermanos! Y las cosas se pondrán aún más dolorosas cuando el hermano del nazi muerto con el judío en el holocausto (el holocausto bencinero del comienzo, a ése me refiero, claro) aparezca listo para ponerles a ambos las cosas de a cuadritos. Ahora nuestro universitario, que además es maratonista para justificar eso de que la peli se llama "La maratón de la muerte", estará metido hasta el pescuezo en el mogollón de su vida. Qué bueno que los nazis anden todos en Nueva York, y ninguno de ellos haya venido a esconderse a Latinoamérica...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Durante muchos años, una de las constantes temáticas del cine era la persecusión de nazis a la carrera ("Los niños del Brasil", "Odessa"...). Por desgracia el tiempo pasa, supervivientes de la Segunda Guerra Mundial mundialosa del mundo van quedando cada vez menos (y si van a ser tan ñoños y torturados como el tal Ryan de "Salvando al soldado Ryan", no es que los echemos tanto de menos tampoco), y por lo tanto, ya no es creíble hacer una peli sobre nazis escondidos que guardaron sus tesoros en bóvedas suizas y etcétera (en 2013 ya han pasado 68 años desde el final de la WWII, y a eso hay que sumarle la edad previa que debería tener el vejete para nacer, criarse en las Hitlerjugend y después hacer carrera), salvo que las ambientemos en la época, y por alguna razón el cine, que tan pródigo es para brindarnos pelis de romanos o de la Edad Media, se le acoquina utilizar el período 1945-1990 como ambientación, salvo para esas pelis "drama de época" ("Lejos del Cielo"), "niños haciéndose adultos" ("Las vírgenes suicidas") o para comedias infames como las de Austin Powers. Y luego dicen que la industria de Hollywood está manejada por judíos que no pierden ocasión de poner a los nazis de malos, para que vean los malhablados que son ustedes... "La maratón de la muerte" responde a estas coordenadas, las del inocente yanki de toda la vida que de pronto se mete en una espiral de terror al final de la cual se encuentran las voraces fauces del nazi psicópata de rigor. Ni más ni menos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Algo tuvo el thriller de los '70s, que tenía una densidad y empaque de los cuales el hiperhormonizado thriller actual carece. Es como comparar a un fisicoculturista hecho a punta de esteroides, con el tipo cualquiera que va regularmente al gimnasio a hacer pesas: el segundo tendrá menos musculatura y se verá menos impresionante, pero se ve más proporcionado y realista, y le creemos más el esfuerzo físico mediante. "La maratón de la muerte" es de los buenos thrillers setenteros, de los que te dejan al borde de la butaca. Como es costumbre en el cine pre-'90s, la cosa tarda en arrancar, aunque tenemos alguna que otra escena del agente secreto amenizando la cosa para que no nos aburramos (una explosión, una pelea a mano limpia, cosas así). Incluso pareciera que el asunto no va a ninguna parte. De pronto, un inesperado giro de trama abre el enfrentamiento propiamente tal, y entonces... ¡madre mía la gata que me parió! La escena de tortura puede parecer un poco outdated si se considera que desde ese entonces hemos tenido "El juego del miedo" y "Hostal" y secuelas a tutiplén, pero dentro del contexto de la movie, es para rec*g**se. La peli no ofrece nada más que un thriller al final del día, y no trata de hacer filosofía ni explorar nuevos ámbitos de la moral política de la época (a pesar de que al principio pareciera ir en esa dirección, dado no sólo que la cosa va de nazis escondidos, sino que también hay alusiones directas al Macartismo), pero manteniéndose en esa área cómoda y segura, esta peli la hace buena.

-- Los actores están brillantes. Dustin Hoffman es el prota, y aunque desentona su tanto verlo como universitario (tenía 38 años al momento de rodar la peli, o sea, andamos como en "Beverly Hills 90210", en que la actriz que hacía de Andrea tenía 35), construye su personaje de manera asombrosa. Le creemos que es un pobre diablo incapaz de salvar nada, y que aún así se las ingenia para librar batalla contra los nazis, sin recurrir al manido recurso guionístico hollywoodense de "descubre su heroísmo interior y los masacra mesiánicamente a todos", generalmente necesario para explicar cómo un patipelao de toda la vida puede plantar cara a tanta adversidad y no desmoronarse en el camino. A su lado tenemos a Roy Scheider y su estupendo buen hacer, aunque queda un poco opacado porque Hoffman la borda. William Devane de jovencito, por su parte, acompaña bien y sin estridencias. Y Marthe Keller está bellísima e inquietante. Y dejo para el final, simplemente porque es quien construye la peli, al gran y único Laurence Olivier en un rol extraordinario como el villano cabrón, seguramente uno de los peores malvados que nos ha entregado Hollywood ever, y que sin necesidad de grandes gestos, ni aspavientos, ni diálogos para el bronce, con su pura presencia y gestualidad, hace que lo odies prácticamente desde el comienzo.

-- Lo usual en el thriller setentero: escenas en que notas a los actores mojando la camiseta, acción sucia y realista, cámara pausada que realza aún más el componente físico de la pelea. Cosas que se han perdido en el camino, con la aceleración del montaje y la hipermusculización de los protagonistas en el tiempo.

IDEAL PARA: Ver un thriller que se ha mantenido escalofriante.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

2 comentarios:

  1. No diré que los judíos hacen todas las películas posibles de nazis malos malísimos, pero sí que cada cierto tiempo hacen una para mostrar lo sufridos que son.

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  2. Históricamente el lobby judío fue siempre muy poderoso en Hollywood, no en balde muchos de los primeros grandes productores y fundadores de estudios lo fueron. Hoy en día pesa un tanto menos, pero todavía hay esa cosa de "conciencia liberal" muy propia de las gentes retratadas (y parodiadas) por las pelis de Woody Allen. Eso sí, Steven Spielberg rueda una en donde los judíos son buenos buenísimos en manos de los nazis malos malísimos y se forra de Oscares, y Woody Allen rueda una en donde los judíos neoyorkinos son displiscentes y pagados de sí mismo, y la suerte de que sus pelis no cuesten mucho porque casi ni las financian (y ahora último se tuvo que ir a Europa para seguir rodando).

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