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domingo, 23 de diciembre de 2012
"El Hobbit: Un viaje inesperado" (2012).
-- "The Hobbit: An Unexpected Journey" (título original en inglés), "El Hòbbit: un viatge inesperat" (título en catalán). Estados Unidos / Nueva Zelanda. Año 2012.
-- Dirección: Peter Jackson.
-- Actuación: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage, Ken Stott, Graham McTavish, William Kircher, James Nesbitt, Stephen Hunter, Dean O'Gorman, Aidan Turner, John Callen, Peter Hambleton, Jed Brophy, Mark Hadlow, Adam Brown, Ian Holm, Elijah Wood, Hugo Weaving, Cate Blanchett, Christopher Lee, Andy Serkis, Sylvester McCoy, Barry Humphries, Jeffrey Thomas, Michael Mizrahi, Lee Pace, Manu Bennett.
-- Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro, basados en la novela de J.R.R. Tolkien, material adicional de J.R.R. Tolkien, ideas complementarias de J.R.R. Tolkien, y en general cuanta idea escrita en servilletas de mesa le pudieron adosar que viniera firmado por J.R.R. Tolkien.
-- Banda Sonora: Howard Shore.
-- "El Hobbit: Un viaje inesperado" en IMDb.
-- "El Hobbit: Un viaje inesperado" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En una época indeterminada, hace mucho tiempo atrás, dentro de este universo narrativo que a su vez no sabemos si es una época indeterminada hace mucho tiempo atrás de nuestro propio mundo, o bien una realidad paralela, o bien Nueva Zelanda. En dicho flashback vemos como los enanos tenían una chupicivilización cavando minas como un Codelco cualquiera, hasta que de pronto descubren esto-o-aquello, y su rey enano se enferma de ambición, codicia, deseo de oro... ¡Leñe, que se hace capitalista el desgraciao! Y con perfecta filosofía darwinista, resulta que cuando hay suficiente oro se viene así un tremendo especulador financiero llamado Smaug, que hace lo que todo especulador financiero de toda la vida hace: apoderarse de lo que ya está a sangre y fuego, echar a los anteriores, y decir "¡la destrucción creativa es el motor del capitalismo!". Y después echarse a dormir sobre sus riquezas, claro, sin preocuparse de los Occupy Wall Street porque esto es la Tierra Media, el mundo en donde todos son feudales y respetan las jerarquías en vez de nuestro mundo moderno. Salto en el tiempo a... Hobbiton. La aldea de los hobbits. Ahí vemos a Bilbo y a su sobrino Frodo (Elijah Wood harto más curtidito de cara que cuando tenía rostro de bebé para ESdlA), y Bilbo comienza a rememorar su aventura. Una aventura en la que Frodo todavía no estaba y por lo tanto el personaje no tuvo que pasar por recasting (en esta primera entrega a lo menos, que con too lo que se han inventao, pues quién sabe), y un Bilbo más joven que es otro actor (e Ian Holm, pataleta, vamos) es visitado por un tipejo cuyo modus vivendi es dedicarse a la industria de los fuegos artificiales, y que dice llamarse Gandalf. Este tipo va y le dice "¡oye, voy a cenar contigo a la noche, así es que tenme algo rico, y, ah, voy a invitar a una panda de gorrones a tu mesa! Hasta la noche, chaíto"... Tal cual. Con un par. Porque si hay algo que hacen los magos de la Tierra Media, es cagarse en la pobre clase media que lo único que quiere es que la dejen en paz. Y el tipejo éste cumple su amenaza: a la noche empiezan a aparecer uno por uno un montón de enanos que muy enanos serán, pero comen como sabañones los descriteriaos. Que le pelan la despensa al pobre Bilbo, que nada ha hecho para merecer semejante cosa salvo... como lo observa el desgraciao de Gandalf... "tenerle demasiado amor a la vida tranquila" o algo así. Toma ya, cabrón malparío, ¿qué tiene de malo quedarse en casita y no salir a ninguna parte ni meterse con nada ni nadie de este mundo? (Me rechinó cuando leí la novela hace más años de los que quiero confesar, y me sigue rechinando puesto en celuloide). Y como lo muestra la peli, se supone que cagarse sobre el pobre Bilbo, arrasarle la despensa, y ocuparle una noche en donde él podía tener otra clase de planes como salir con una grácil hobbita, machacársela con la última edición de Elfas Guarras Magazine o simplemente irse a la cama a dormir temprano, se supone que todo eso es GRACIOSO. QUE DEBEMOS REIRNOS DE LA DESGRACIA DEL POBRE WEÓN. En fin, el caso es que después de hacerle la putada, le extienden el contrato tipo para la aventura, porque si hay algo que los aventureros de toda la vida que van a cazar tesoros en plan Indiana Jones hacen, es llevar contratos tipos en donde estén establecidas todas las estipulaciones respecto de derechos, obligaciones, aportes, reparto de ganancias, y las inevitables cláusulas de exención de responsabilidad. (Seriously: estoy empezando a pensar que la Tierra Media es menos feudal y más capitalista de lo que pensaba). Al hobbit, maldita la gracia de ir y firmar para terminar, no sé, devorado por un lobo, cocinado por un troll o achicharrado por un dragón, así es que no firma. A la mañana siguiente, la casa está despejada. Todo limpio. No Gandalf, no enanos. Y entonces, cuando debería estar celebrando por patas, va el tonto, firma y sale corriendo detrás del grupo. Porque sí, porque la peli se llama "El Hobbit" y por lo tanto alguno de la raza tiene que haber para justificar el título, digo yo. ¿Cuántas aventuras más vivirán en esta peli? Unas cuantas, pero les daré una pista: quedan 45 minutos menos de peli. Seriously: para llegar al punto en que el hobbit se embarca en la aventura, debes aguantar tres cuartos de hora de metraje. Warren Ellis estaría orgulloso.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En una cátedra universitaria vivía un catedrático. No era una cátedra sucia y húmeda, llena de gusanos y olor a légamo: era una cátedra universitaria, y eso significa comodidad. ¿Quién la ocupaba? Un ínclito llamado John Ronald Reuel Tolkien, un soñoliento enamorado de los idiomas antiguos, las leyendas antiguas, la Inglaterra rural antigua y en general de cualquier cosa que tuviera más de un siglo de antigüedad en esos tempranos XX. Un tipo que había chocado de bruces con la Modernidad en las brutales trincheras de la WWI, y que al regresar había empezado a escribir historias entrelazadas entre sí por una mitología común. En medio de todo eso, por una razón u otra, en 1937 publicó una novelita infantil llamada "El Hobbit". Resulta que por razones bastante adivinables, esta obra terminó teniendo mucho más éxito que sus sesudos y secos estudios sobre los idiomas germánicos de la temprana Edad Media, y se abocó a la labor de una secuela, que fue "El Señor de los Anillos". El resto es historia. Por alguna razón nunca hubo adaptaciones de dichas obras al cine, pero una vez muerto en 1973, sus herederos descubrieron que había que comer, y por lo tanto vendieron los derechos. A finales de la misma década ya habían salido "El Señor de los Anillos" de Ralph Bashki, y una dupleta de pelis animadas del duo dinámico Rankin/Bass, "El Hobbit" y "El regreso del Rey" (sé que hay otras más, pero como no las he visto a la fecha, ni idea). El ostensible fracaso comercial de las mismas, sumado al hecho de convertirse en espantajo al ingresar a esa categoría espantapersonas que es "peli de culto", las convirtió en malditas no sólo a ellas, sino a la Tierra Media en general. El cine fantástico en general siempre había sido relegado a la categoría de cosa para cabros chicos, y no había mucho interés en la obra tolkieniana más allá de cuatro frikis. La losa pareció puesta con la decadencia definitiva del cine épico tradicional (que era más "para adultos", por regla general, o al menos de eso se convenció la Academia cuando repletó con Oscares la estantería de la gente tras "Ben Hur"), que con la inmensa explosión de los FXs en los '90s parecía cosa del pasado frente a cosas en donde se podía lucir más la animación por computadora, como la ciencia ficción o la acción ultrachula por ejemplo. Por alguna razón, alguien pensó entonces que era buena idea ir contracorriente y lanzarse a una adaptación épica de "El Señor de los Anillos", encargársela a un cineasta llamado Peter Jackson a quien nadie conocía (aunque quienes habíamos visto "Criaturas celestiales" podíamos tener algo de confianza viendo las escenas del mundo ficticio compartido del par de protas femeninas, que vistas en retrospectiva son como un preludio de lo que haría Jackson con la Tierra Media), en tres pelis en vez de dos, y a cruzar los dedos porque no se transformara en el Titanic del siglo XXI (o que lo hiciera en el sentido King Cameron en vez del hundimiento a pique, eso es). Y el milagro sucedió. No una sino dos, y tres veces. El final fue apoteósico: "El regreso del Rey" se transformó en la segunda peli más taquillera de la historia por detrás de "Titanic", y en la década siguiente todavía se mantenía porfiadamente en el Top Ten, siendo superada en la siguiente década sólo por "Avatar", "Los Vengadores", "Harry Potter y las reliquias de la muerte parte 2", y "Transformers 3: El lado oscuro de la Luna". Eso, por no hablar de igualar el récord histórico de "Ben Hur" y "Titanic" de llevarse once pelones dorados para la casa. Por alguna razón, los productores habían elegido empezar con "El Señor de los Anillos", y ahora que tenían una franquicia en que cada entrega superaba los 600 millones de dólares en promedio de ingresos (cifra rutinaria para un blockbuster de éxito hoy por hoy, pero en ese entonces una recaudación de órdago), se encontraron con el problema repentino de que no había cómo seguirla adelante. Después de todo, al final de "El Señor de los Anillos" el GRAN MAL es vencido, ¿no? (tengo entendido que Tolkien escribió apuntes para una eventual secuela ya sin elfos ni enanos sino sólo con los hombres, pero la perspectiva lo deprimió lo suficiente como para que nunca pasara de algunas páginas. Porque introducir una raza de gatos como Bastet manda estaba fuera de cuestión para el filólogo ése, parece). ¿Entonces qué explotamos? ¿Esa especie de puzzle de carnicero que es el Silmarillion? Probablemente no. ¡Entonces "El Hobbit"! Por alguna razón, no se pusieron manos a la obra de inmediato. Luego New Line Cinema pasó por problemas, y MGM que iba a poner fondos, estuvo a punto de irse a la quiebra y después se fue en derechura a la quiebra. En medio de eso iba a dirigir Guillermo del Toro ("El laberinto del Fauno", peli que tiene su qué de Tolkien, no me digan que no), pero después se aburrió de que la cosa no llegaba a ninguna parte, así es que se embarcó en la adaptación de "En las montañas de la locura" de Lovecraft antes de enterarse de que el tándem Scott/Lindelof se había embarcado en el vergonzante plagio de esa obra lovecraftiana IN SPACE que fue "Prometeo", pobre hombre... En fin, volviendo a "El Hobbit". Después de cincuenta millones de vueltas y circunvalaciones diversas, resultó que para que valga la pena la espera, la peli la vamos a sacar en dos... ¡no, quise decir, en TRES partes! Sí, leñe, una trilogía precuela completa a "El Señor de los Anillos" sacada de un texto que es más breve que cualquiera de los tres tochos que componen la otra obra... No quiero ni pensar en cuántas pelis va a salir "El Silmarillion" cuando traten de adaptarlo (¡la caída de Numenor! ¡¡¡EN CINCO PARTES!!!). O los doce tomos de la "Historia de la Tierra Media" ordeñados por Christopher Tolkien. ¡Leñe, que estos tipos podrían sacar un EPIC de dos horas cincuenta a partir del autógrafo de Tolkien a un admirador en una servilleta!
¿POR QUÉ VERLA?
-- ¿Cómo se consigue extender una novela de unas 300 páginas a tres pelis de 150-180 minutos cada una? Ahora que tenemos la primera entrega, conocemos la respuesta. Dos técnicas. 1.- Meter un montón de incidentes conexos a la historia principal que están en relatos secundarios de Tolkien, o si no directamente inventados por los propios guionistas, que vive Dios no será la primera vez que un guionista se sacará cosas de la manga para llevar una peli al cine. Y 2.- Decompressive storytelling a mansalva, la misma plaga que azotó y todavía viene azotando a los cómics desde los '90s en adelante, que al principio era para darle una cualidad más cinematográfica al cómic (¡oh, ironía!) y acabó transformándose en un recurso sacacuartos que so pretexto de "hacer más fluida la narrativa", extendía una sola historia por seis grapas en seis meses al hilo para compendiarlas en su resultado final, EL TOMO, y vendérsela doblada y dos veces a los fanáticos (funcionaba mejor antes de las descargas de Internet, en todo caso). Leñe, y pensar que la invención de la elipsis en narrativa fue uno de los más grandes progresos de la literatura universal, si es que ustedes los humanitos están emperrados en involucionar de regreso a la ameba. ¿El resultado? Según los críticos blogueros de toda la vida, una mugre. Pero sabemos por qué lo dicen. Es la precuela de una de las pelis más bienamadas del siglo XXI, las pelis que todos los frikis aman porque salir del closet y proclamar SOY FRIKI se hizo respetable gracias a ellas, así es que todo comentarista que quiera dárselas y ser alguien en la blogósfera ahora tiene que tirar a partir "El Hobbit" por principio, porque no es "El Señor de los Anillos" ni tiene su mismo nivel de impacto. Frente a eso, partamos por lo obvio. No estamos ni de lejos una adaptación literal de la novela original tolkieniana (bueno, de un tercio más o menos de ella), aunque sea por la hipertrofia narrativa a cuanto nivel se le puso a tiro a los guionistas. Si hemos de evaluar esta peli no es por su fidelidad al material literario de base, que es relativa en el mejor de los casos, sino por su capacidad (o incapacidad, a según) para hacer lo que toda cinta épica debe hacer: proporcionarnos una experiencia BIGGER THAN LIFE, sentirnos por un minuto transportados a un universo paralelo en donde tú puedes ser un gran héroe, el bien y la nobleza triunfan, y el mal y la bellaquería encuentran su justo y merecido castigo. Como la vida misma, vamos. Y en eso, "El Hobbit" lo consigue. Aunque más con un "logrado" o un "bien", que con un WHOAAAAA WHAT THE SHIT OHMYFUCKINGGOD WHAT A MOVIE!!! Las comparaciones son odiosas, pero es inevitable que tengamos el referente de "El Señor de los Anillos" al verla, al igual que teníamos el referente de "La guerra de las galaxias", "El Imperio contraataca" y "El regreso del Jedi" cuando salió "La amenaza fantasma" (aunque en ese caso la precuela tenía muy poco de rescatable en sí, trilogía original o no trilogía original de por medio). Pero si nos olvidamos por un rato que estamos ante lo que técnicamente es una precuela (la novela original no lo era, era "El Señor de los Anillos" la que era secuela, pero como las pelis se hicieron al revés...), tenemos una historia buena en general. El esquema de la misma es más o menos el de todos los comienzos de aventura, con un prota bien asentado en su vida que por esto-o-aquello termina recorriendo el mundo y viviendo un montón de peripecias. A ratos la cosa es demasiado episódica y eso como que aburre un poco, pero ese defecto (inevitable, tratándose de una historia "de viajes") ya estaba en menor medida en la novela original. Hay secuencias que podrían haber sido apuradas con un poco de elipsis (¡leñe, si "El Hobbit" en dibus animados apenas duraba hora un cuarto y conseguía meter casi todos los incidentes importantes de la novela!), y otras que parecen encaminadas a desarrollarse en las dos secuelas que vendrán ("La desolación de Smaug" y "Ida y vuelta") [ACTUACIÓN FEBRERO 2015: El de la tercera terminaron llamándola "La batalla de los cinco ejércitos"]. También, cosa rara habiéndose dado espacio para un guión de casi tres horas, ciertas cosas no quedan bien amarradas, siendo la más descarada de todas por qué Gandalf eligió a Bilbo para la aventura (más adelante en la peli dice que fue porque le inspira esto-o-aquello, ehm, pero si uno reexamina la primera secuencia de la peli, nada de lo que dice Gandalf aparece en Bilbo ni por asomo, de manera que o quisieron poner a Gandalf como viejo ya medio chocheando, lo que puede ser por lo vejestorio que está el pobre Ian McKellen, o los guionistas simplemente usaron el kit-de-armar-guiones y no se preocuparon de retirar las sobras de pegamento de la maqueta ya armada). Pero en los momentos en que la peli se inspira, lo hace por todo lo alto. Puede que la secuencia de los gigantes de piedra salga sobrando en términos narrativos, ¡pero es que se ve tan cortaaliento en el cine...! Los momentos en que los personajes salen con algo asombroso, son realmente buenos (el trineo de conejos por ejemplo). Momentos cruciales de la saga como el encuentro entre Bilbo y Gollum están también muy bien narrados (ya sé, spoiler, leñe, pero es que óigale, si usted no ha leído la novela... ni ha visto los infinitos trailers... ni ha estado expuesto al hype...). Esos momentos vibrantes compensan para bien los tramos más morosos. La peli quizás no tenga tanta épica como "El Señor de los Anillos", pero por un lado es la precuela que lo inició todo, y la escala de la misión es bastante inferior a salvar un mundo entero, ni siquiera salvar un reino entero (reconquistarlo, más bien, pero no de un ejército enemigo sino de un dragón, que muy poderoso será, pero sigue siendo uno), pero si no tienes presente eso, entonces yo no sé en donde tenías puesta tu cabeza el día en que decidiste ir al cine a verla. En resumen, una peli solvente, que probablemente hubiera funcionado mucho mejor si se hubieran rodado en el orden original de las novelas en vez de haber partido por "El Señor de los Anillos", cuya sombra sauroniana es para desgracia de ésta, muy, pero que muy larga.
-- ¿Encaja bien esta peli con la trilogía original? La respuesta es sí. Le hicieron un montón de adiciones a la historia, incluyendo una escena completa con Christopher Lee y Cate Blanchett para hilvanar, lo que es un gran acierto. Lo que en la novela original era una aventura aislada (en un primer borrador de Tolkien, la novela ni siquiera se ambientaba en la Tierra Media, y se mencionaban lugares como China...) y sin mayor repercusión dentro del universo narrativo, acá aparece como algo más interesante. Es una simple misión para conquistar un tesoro y refundar un reino enano, ¿cierto? Por un lado, sí. Pero por el otro, la idea de que vuelva a surgir un reino enano poderoso obviamente cambiará los equilibrios geopolíticos, y eso la peli lo discute bien. Como bien se lo espetan a Gandalf, no esperaba que su pequeña cruzadita con una bandita de enanos iba a pasar desapercibida, ¿verdad? Esa sensación de que lo que ocurre en primer plano tiene más trascendencia de la aparente, y que se están cocinando cosas en la trastienda, la peli lo logra muy bien (la larga sombra de "La amenaza fantasma", sí, pero mucho mejor hechito aquí). Estamos a la espera de ver cómo resuelven esos tópicos y empalman todo con la trilogía original en las otras dos pelis que faltan para completar esta primera trilogía, pero si eres uno de esos humanitos que se la ha pasado la última década bajo una roca y nunca ha visto una de las tres pelis, puedes partir por acá y todo va a fluir naturalmente hacia allá (supuesto de que no la caguen con las otras dos entregas, claro). Por cierto, dicho sea malintencionadamente de paso, es sintomático que Peter Jackson jugó a la segura, y tramó la historia casi como una especie de remake bastardo de "La Comunidad del Anillo", como puede observarse haciendo un paralelo entre ambas: 1.- Prólogo épico, 2.- Escena en Hobbiton que empuja la aventura, 3.- Primeras batallitas, 4.- Encuentro clave (con Aragorn en la otra, con un mago aquí), 5.- Batallita en donde los protas se salvan in extremis, 6.- Escena cortesana con los elfos, Hugo Weaving incluido, 7.- Escena de peligro en las montañas, 8.- Batalla en el mundo subterráneo, 9.- Traca final. ¡Y funciona! Quizás por la vaga sensación de estar reconociendo una estructura familiar, vale, es una solución algo tramposilla, pero como dicen, si funciona no lo toques. Vamos a ver ahora si "La desolación de Smaug" sigue la misma estructura de "Las Dos Torres", lo que sería de esperar si consideramos que con el ataque de Smaug la novela original sube bastantes voltios de épica, igual que con la Batalla del Abismo de Helm en "El Señor de los Anillos". A esperar hasta 2013 para salir de las dudas.
-- El nivel de realización es tan lujoso y superlativo como la trilogía original. Las actuaciones son memorables de la primera a la última. Martin Freeman toma muy bien el relevo de Ian Holm como un joven Bilbo (seriously: el parecido de manierismos resulta espeluznante), salvando bien la papeleta en un rol que, como decíamos, el guión no termina de cuadrarlo a la hora de definirlo. Ian McKellen vuelve a disfrutar su rol de Gandalf el mago que viene y se va el muy cabrón, aunque el cansancio de una década después empieza a sentirse. Andy Serkis vuelve a robarse la pantalla en sus escasos minutos (bueno, no tanto, decompressive storytelling, ¿recuerdan?) de aparición como Gollum. Cate Blanchett como Galadriel por su parte es un aporte mucho más significativo que en "La comunidad del Anillo", además de una escena muy enternecedora con Ian McKellen que parece casi de romanticismo caballeresco medieval. Entre las adiciones que no estaban en "El Señor de los Anillos", Ken Stott se lleva escenas muy emotivas como Balin (leñe, que es el único de los enanos mencionado por nombre aparte de Thorin en el prólogo), el obligado personaje medio mentor, en este caso entre los enanos. Pero entre los nuevos el que se lleva la palma es Richard Armitage como el rey Thorin Escudo de Roble, dando muy bien el tipo como ese personaje al que sabemos heroico y que está luchando por una causa justa, pero en el cual podemos adivinar demonios interiores y un inquietante lado oscuro que suponemos veremos desarrollado en las secuelas (también se robaba la escena en la novela original, dicho sea de paso, y en la novela es imposible no sentir un poco de pena por él). Thorin es probablemente el personaje mejor desarrollado de todos, el que menos se siente como un arquetipo y más se siente como un personaje completo, y si bien es cierto que el guión ayuda y mucho, también Richard Armitage pone bastante de lo suyo. He escuchado quejas de que los enanos no están tan caracterizados como para distinguirlos unos de otros, pero se lo perdono porque este problema venía de la novela original (aunque bueno, quizás podrían haberlo corregido mejor, considerando la cantidad de escenas metidas con fórceps). Por cierto, la caracterización de los enanos a ratos me rechinó: alguno por ahí no dejaba de recordarme a un guerrero Klingon en la serie original de Star Trek, pero en fin, no podía ser perfecto tampoco. La fotografía es espectacular, y dato para la trivia, parte importante de la misma es obra de Andy Serkis, ya liberado de sus obligaciones como Gollum, y que parece andaba merodeando por ahí el día de contrataciones. El soundtrack de Howard Shore es correcto, aunque se resiente un poco de las odiosas comparaciones con su majestuosa banda sonora para "El Señor de los Anillos" (el de acá es algo más folk, incluyendo la canción de créditos final, lo que es congruente con la escala épica menor, pero ya sabemos que nunca faltan los ambiciosos inconformistas siempre ávidos de MÁS Y MÁS Y MÁS Y MÁS...). En resumen, tenemos una peli que no está llamada a tener el mismo impacto que "El Señor de los Anillos" original ni alcanza sus mismas cumbres, pero que encaja bien con la trilogía original y además es cine de aventuras del bueno, del de toda la vida. Aunque con media hora menos hubiera quedado mucho más redonda, eso sí.
IDEAL PARA: Ver una adaptación relativamente digna de "El Hobbit" y una digna peli de aventuras en general.
Yo lo que tengo miedo es que si esto de forzar una historia a que sea tres películas, al rato veremos El Principito la trilogía (y en 3D)
ResponderBorrar¿De verdad eso es lo peor que podría pasar? Se me ocurre un escenario incluso peor si es que cabe. George Lucas regresando a la vida después de su pacto mefistofélico con Disney, haciendo un remake de "La guerra de las galaxias" original de 1977... ¡como una trilogía! ¡Con un montón de material adicional procedente del universo expandido! ¡Que van a ser "Un astroviaje inesperado", "La desolación de la Estrella de la Muerte" y "De ida y vuelta en Yavin"! Con la tercera empalmando con "el resto de la trilogía original". Y en 3D por supuesto.
ResponderBorrarY después de rodada y estrenada las tres pelis de la trilogía remake, diez años después, reestreno en cines... ¡con nuevo sistema oloroso surround que permitirá OLER LA DESCOMPOSICIÓN EN EL COMPRIMIDOR DE BASURA!!!
Si es que estos tíos nunca paran.
Chale, ya te fuiste a terrenos muy tenebrosos, yo queria seguir manteniendo algo de optimismo jajaja.
ResponderBorrarBueno, una luz de esperanza y optimismo... todavía no tenemos a un sucedáneo del Gran Líder Camarada Stalin Il-jong que NOS OBLIGUE POR LEALTAD PATRIÓTICA a ir al cine. Incluso, como andan los precios de la entrada, inclinarse por la opción de no verlas es casi un deber para con el bolsillo propio (que a mí no me metieron a ver el reestreno de "La amenaza fantasma" en 3D ni amarrado, vamos).
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