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jueves, 11 de octubre de 2012

"Repulsión" (1965).


-- "Repulsion". Inglaterra. Año 1965.
-- Dirección: Roman Polanski.
-- Actuación: Catherine Deneuve, Ian Hendry, John Fraser, Yvonne Furneaux, Patrick Wymark, Renee Houston, Valerie Taylor, James Villiers, Helen Fraser, Hugh Futcher, Monica Merlin, Imogen Graham, Mike Pratt.
-- Guión: Roman Polanski y Gérard Brach, con adaptación y diálogos adicionales de David Stone.
-- Banda Sonora: Chico Hamilton.

-- "Repulsión" en IMDb.
-- "Repulsión" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Londres, los campy '60s. Una manicurista a la que eso de socializar no se le da muy bien, empieza a sufrir los embates de un tipejo que por debajo de su facha de tío lindo, es uno de ésos que la quiero y tengo que tenerla. El caso es que el tipo la invita a tal lugar o tal otro lugar, sólo para recibir el plantón de su vida, por lo que se cabrea mucho (en realidad él ha interpretado que hay una cita, porque ella no ha dicho un sí categórico, y con estas féminas, ya se sabe...). En paralelo, la chica ésta que vive con su hermana, pues bien, esa hermana a su vez tiene una relación de ésas con un hombre que es casado, pero que suponemos le dice a la señora que tiene mucho trabajo y se quedó a dormir en la oficina o tuvo que hacer un viaje, porque se queda lo más bien con la amante. Y resulta que ambos deciden (la hermana y el casado, se entiende) irse de vacaciones a Italia. Por lo que la manicurista se va a quedar solita. Y listo: ya la tenemos liada. Porque nuestra manicurista, bueno, la peli no lo dice explícitamente, pero hay una foto familiar en que ella aparece de niña y mira a un padre o tío o figura de autoridad masculina con evidente aire de terror, y ya con eso nos hacemos una idea. Además de que a la chica, eso de las relaciones sociales no se le da muy bien. De manera que decide que ir a trabajar no es tan interesante, después de todo, no tanto porque haya que trabajar (¿cómo lo hacían cuando no existía Facebook y tenías que encontrar otra manera de matar el tiempo entre que un mes en que te pagaran por no hacer nada y el mes siguiente en que te pagaran por no hacer nada?) sino porque hay que relacionarse con... ¡¡¡GENTE!!! Y se queda en su departamento. En donde las pesadillas empiezan lentamente a comérsela. Pesadillas que, no podía ser de otra manera, tienen su punto de pulsión sexual. Y claro, no falta el desprevenido que se dice que esta es la mía, la chica está solita en su departamento, y no está nada de mal (y Catherine Deneuve se pasea con un camisón traslúcido de infarto cuando estaba buena y no era todavía la "gran dama del cine francés", signifique eso lo que signifique), y va y se mete, y pasa lo que pasa: que la buenorra se defiende con todos los medios sicopáticos que tiene a su alcance. Es una de Roman Polanski, nene, por si no te habías enterado todavía.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Lees "Roman Polanski" en los créditos, y ya le vas tomando molde y medidas a la peli. Después de todo, cuándo ha salido algo bueno de este venerable señor. Y no me refiero al talento cinematográfico, claro, que no en balde Polanski ha rodado cosas que merecen estar en varios listados de "lo mejor de", en materia de cine (estamos hablando del tipo que rodó "La danza de los vampiros" o "Chinatown"). También ha rodado algunas mugres, pero sumando y restando, Polanski es un grande. Y es un grande a la manera verdaderamente grande, o sea, no siendo un paniaguado aventajado de los majors de Hollywood, sino rodando a contracorriente pelis que se salen de los marcos establecidos como "normalidad". Su primer largometraje había sido una peliculilla llamada "Cuchillo al agua", que como obra primeriza estaba bastante bien y era casi normalilla en comparación a su cine posterior (un triánguloso amorío medio extraño a bordo de un yate), pero para la segunda se soltó definitivamente las trenzas, y soltó un puñetazo recto a la mandíbula de todo cinéfilo que se precie. Lo que daría por regresar en el tiempo a 1965 para verle la cara a la gente que había visto "Cuchillo al agua" e iba a ver otra interesantilla peliculilla de ese directorcillo Roman Polanski y se encuentra con esta fantasía depravada de ninfomanía reprimida con toques de sadomasoquismo, esa expresión boquiabierta de asco debe haber valido oro. En fin, el caso es que con "Repulsión", Roman Polanski se consolidó como cineasta, inició lo que se conoce informalmente como la "trilogía de los departamentos" (las otras dos son "El bebé de Rosemary", y la aún más salida "El inquilino"), e inició su fructífera colaboración con Gérard Brach, otro buen señor que tan bien no debe estar, porque guionizó varias cosas después para Polanski (entre otras: "La danza de los vampiros", "El inquilino", "Búsqueda frenética" y "Perversa luna de hiel", además de guionizar para Jean Jacques Annaud las grandes "La guerra del fuego" y "El nombre de la rosa"). A saber si Brach tiene prohibición de entrar a Estados Unidos, así como su capataz.

¿POR QUÉ VERLA?

-- En realidad, la anécdota de esta peli es mínima, lo que a ratos redunda en que se torna un tantín aburrida. Pero la dupleta Polanski / Brach acierta de lleno al centrarse de manera casi exclusiva y obsesiva en el mundo interior de su personaje. Una de las grandes dificultades del cine (a diferencia de la literatura, en donde la palabra es mucho más elástica en cuestiones como sicología de caracteres, por ejemplo) es que al ser un arte audiovisual, las pasa canutas a la hora de graficar lo que es la mentalidad, la visión del mundo y las percepciones de un personaje, en particular de uno perturbado. Que se lo digan a David Lynch, si no. "Repulsión" lo consigue, plasmando en imágenes tremendamente perturbadoras todo el lío de tallarines con salsa que tiene nuestra prota en el cerebro. Ya la sola idea de definir las relaciones sexuales y la excitación sexual eliminando todo ruido ambiental y reemplazándolo con un machacón e irritante tictac de reloj, sugiere con toda potencia el mecanicismo y la falta de emoción con el cual la chica vive su sexualidad (o la falta de ella, a según). Por supuesto que ayuda la extraordinaria interpretación de Catherine Deneuve, pero no es menos fenomenal el trabajo de Polanski y Brach plasmando en imágenes y secuencias lo que en el fondo son desvaríos de una mente enferma (y todo esto, sin abandonarse al siempre tramposo recurso de la ambigüedad del ¿es real o imaginación?). Probablemente no sea casualidad que la primera media hora de peli en donde vemos a la prota interactuando con el mundo exterior y estableciendo los pilares de lo que será el resto de la narración, sea la más aburrida de todo el largo, y que la cosa se ponga realmente buena cuando nuestra prota vea la casa resquebrajándose por una grieta, o soñando con ser sistemáticamente violada, u otras cosas chungas por el estilo.

-- Catherine Deneuve. Su trabajo aquí es simplemente portentoso. Además de que físicamente está muy bella y deseable, dejando traslucir unas curvas de vértigo tras su camisón, su aproximación al personaje como una asocial que le cuesta relacionarse con los demás, y presa de sus propias obsesiones y pesadillas, la aleja notablemente del retrato típico hollywoodense de la mantis religiosa en control de su sexualidad que seduce y después asesina a sus presas (transversal desde "Bajos instintos" hasta "Monster", entre millones de ejemplos que arrancan probablemente desde el Cine Noir sino antes). Es fácil olvidarse, viéndola estar al centro de sus propias pesadillas, que en el fondo estamos frente a una personalidad sicopática y una bomba de relojería lista para saltar ante el primer impulso (o ante ninguno).

-- Hay también implícita una interesante (y probablemente no intencionada) reflexión sobre la libertad. Nuestra heroína o antiheroína, a según, en realidad es y se siente prisionera de una sociedad avasalladora alrededor suyo (la hermana que pasa un poco de ella y con cierta razón por lo demás, los hombres prepotentes que es cosa de verla y querer violarla). Pero cuando se queda por fin libre, es una libertad... ¿para qué? Para esta chica, la libertad es sinónimo de terror. Cuando su hermana se marcha, saltan las últimas barreras de contención, y la chica queda abandonada a sí misma. ¿Resultado? Se le terminan saltando todos los tornillos. Hay una visión decididamente pesimista sobre el tema de la libertad aquí: la libertad por sí misma en realidad no garantiza la felicidad, sino que darle la libertad a una persona no preparada para asumirla, puede llevarla incluso a la destrucción. A esto se añade una interesante segunda lectura si es que asumimos que la prota ha sido objeto de abuso sexual: una persona abusada hasta un punto límite, termina por perder su individualidad y su capacidad de levantarse, y por lo tanto, la libertad terminará siendo un veneno para ella. Son conclusiones desoladoras, pero no por ello menos interesantes. Por otra parte, el cine de Polanski no suele ser uno de soluciones fáciles, por lo menos en sus pelis más personales. Aunque "personal" es relativo aquí (la rodó cargando el morbo para hacer caja y financiar la que de verdad le interesaba, que era "Callejón sin salida"), pero sigue siendo... polanskiana, eso es.

IDEAL PARA: Ver el que probablemente sea el verdadero disparo en la línea de salida por parte de Roman Polanski.

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