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domingo, 15 de enero de 2012
"Adios, muñeca" (1975).
-- "Farewell, My Lovely". Estados Unidos. Año 1975.
-- Dirección: Dick Richards.
-- Actuación: Robert Mitchum, Charlotte Rampling, John Ireland, Sylvia Miles, Anthony Zerbe, Harry Dean Stanton, Jack O'Halloran, Joe Spinell, Sylvester Stallone, Kate Murtagh, John O'Leary, Walter McGinn, Burton Gilliam, Jim Thompson, Jimmy Archer.
-- Guión: David Zelag Goodman, basado en la novela de Raymond Chandler.
-- Banda Sonora: David Shire.
-- "Adios, muñeca" en IMDb.
-- "Adios, muñeca" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
A veces las cosas no andan bien. Estás viejo y cansado, y el mundo entero se cierra encima tuyo sin que te quede más que un mortecino futuro. En particular si estás escondido en un hotelucho de mierda en el corrupto L.A. de los '40s. Desde el cual llamas a la policía. "¿Marlowe? Quédate ahí, cabrón jopú, ten la gentileza, mira que vamos a arrestarte, porque te están cargando siete fiambres". Al final, resulta que uno de los policías entra solo al hotelucho, y le dice a Marlowe que por favorcito se deje arrestar. Y éste, que Marlowe es mucho Marlowe, le dice que no, que primero le va a contar un cuentecillo. Flashback a... una operación de búsqueda de una adolescente casquivana. Marlowe ingresa a una disco (lo que en esos '40s se llama disco, o sea, una de esas pistas de baile con big band, pero no de ésas iluminadas por todas partes, sino que en sórdido), medio consigue sacar a la adolescente, le consigue asiento de primera fila en papi's crucero, y cuando sale de ésa, va un gigantón y lo para en plena calle y le dice que quiere contratarlo. Mire, yo no estoy interesado... pero bueno ya, por qué no. El gigantón quiere encontrar a su VELMA (memorícense este nombre: el tipo será un bruto y un maleducado de lo peor, pero se le derrite la baba cuando se le sale la jeta diciendo eso de "MI VELMA"). El caso es que Marlowe termina por aceptar y sigue un rastro para llegar hasta la tal Velma. Siguiendo aquí o allá, empieza a meterse en problemas. Porque no falta el patán que trata de enviarlo por la pista incorrecta. O el otro patán que va y lo mete en un problema secundario. O el otro patán que lo mete en un asunto inconexo que al final sí es conexo y una celada y todo lo que han visto en sepetecientos otros policiales aparte de éste. Incluyendo la clásica femme fatale que ronda por ahí y que tratará de hacer caer al muy macho Robert Mitchum (Charlotte Rampling cuando no era una vieja chuñusca, quién podría culparlo). Welcome to the Chandler's universe.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A pesar de intentos por reflotar el cine noir, algunos tan cachondos como "Sin límites", la verdad es que el género nació y quedó tan bien afiatado en los '40s-'50s, que nunca volverá a ser lo que era. Y cuando trata de serlo, aunque se lleve Oscar sí y Oscar también ("Los Angeles al desnudo"), nunca pasará de ser un ejercicio de estilo (a veces lastimosos como en "La dalia negra" de de Palma). El ciclo del noir falleció a finales de los '50s en parte por la sobresaturación del mercado en que recursos narrativos atrevidos se convirtieron en clichés (la femme fatale, el primero de ellos), y en parte porque la revolución cosmológica de los '60s hizo bruscamente obsoleto todo ese cine en que las cosillas sexuales debían ser reprimidas y sublimadas. Para el noir quedaron entonces dos caminos posibles. Uno de ellos es la constante actualización de las convenciones propias del noir a tiempos más recientes (podemos pensar en "Tony Rome", "Cuerpos ardientes" o "Bajos instintos") o a escenarios ajenos en principios al noir (el fantástico en "Twin Peaks: El fuego camina conmigo", la ciencia ficción en "Blade Runner", o la parodia desatada en "Quién engañó a Roger Rabbit"). La otra es retornar a la ambientación primigenia, y rodar pelis retro que desde los '70s, '80s, '90s o 2000s revisiten los '40s. Pero para esto tenía que pasar algo de tiempo, claro está, el necesario para calmar la sobresaturación y desarrollar la autoconciencia necesaria para retomar ese viejo cine, jugar con sus claves, y hacerlo como se debe. El éxito de "Chinatown" de Roman Polanski en 1974, otra de esas pelis revisitadoras de los '40s, hace olvidar que en los '70s hubo al menos un par de apreciables adaptaciones de Raymond Chandler, el novelista noir por antonomasia (con perdón de Dashiell Hammett, la otra cumbre del género). Una de ellas fue "El largo adios" de Robert Altman y su visión un poco más d'auteur. La otra es la más comercial y genérica "Adios, muñeca", que aquí nos ocupa.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Una comparación con la peli "El enigma del collar" de 1944 puede arrojarnos alguna pista. Ambas pelis ("El enigma del collar" y "Adios, muñeca") están basadas en la misma novela de Raymond Chandler, por lo que en estricto rigor estamos frente a un remake. Sin embargo, mientras la versión de 1944, muy apreciable en sí misma, no siempre se ajustaba al imaginario chandleriano y en sus planteamientos era la viva muestra de que el género estaba aún en desarrollo y muchas soluciones narrativas del noir o no se sabía cómo manejarlas bien, o había que creárselas con inventiva (sin desmedro de la peli, que aunque muy de su época aún sigue siendo apreciable), en "Adiós, muñeca" se aborda el género ya como algo clausurado, un arcón de ropajes (gabardinas, impermeables, sombreros...) que basta con abrir y escenificar para tener un noir de alturas. ¿Esto es una ventaja? Eso, a según el punto de vista. Si lo que quieres es una peli creativa y sorprendente, entonces "Adios, muñeca" te va a parecer el colmo del aburrimiento, justamente por esa sensación de que ya te lo adivinas todo, tan por el manual es. Si por el contrario, te gusta el noir y estás dispuesto a condescender con un ejercicio de estilo, esta peli se te va a clavar medio a medio por lo mismo precisamente, por el enorme cuidado y dedicación puestos en recrear el noir de los '40s de la manera más correcta posible. Por cierto, tiene su gracia que esta peli tan contenida y correctamente noir sea producida por un tipo que después se hizo famoso como sinónimo de todo lo contrario, como productor de pelis de acción desatada y sin el menor asomo de seriedad ni sobriedad dramática ni guionística (ni sentido del ridículo, mucho me temo): me refiero por supuesto a Jerry Bruckheimer.
-- Resulta interesante observar que esta peli es una de las más chandlerianas jamás rodadas. Si bien existen pelis basadas en Raymond Chandler (la mencionada "El enigma del collar", o el grande de Humphrey Bogart en "El sueño eterno"), una mezcla de licencias de Hollywood más el hecho de que el género era algo que no se veía todavía demasiado bien por la cercanía, incluyendo qué era la literatura de Raymond exactamente, hacía que el espíritu de su autor no estuviera plenamente plasmado. "Adios, muñeca" se rodó un poco con el beneficio de la distancia, y gracias a eso tenemos un detective Philip Marlowe (interpretado la mar de bien por Robert Mitchum) que es más Marlowe que nunca, en el cine por lo menos. Toda la filosofía de vida de Marlowe, su pesimismo y su nihilismo vital, más su peculiarísimo sentido de la justicia, todo eso está plasmado no diré que al pie de la letra, pero sí con una muy cuidada corrección. Vemos a Marlowe un poco de vuelta de todo, cansado y hastiado del mundo y de su corrupción, que por debajo de su máscara de cinismo y su afición a meterse en problemas, es una especie de último justiciero en pie, luchando porque este mundo sea un sitio algo mejor para todos. La escena final de la peli, directa y extrema en su sencillez, lo dice todo. Eso final, es algo que el Marlowe literario hubiera hecho.
-- Las interpretaciones están relativamente bien, si se considera que la historia es un poco cliché (de hecho, a medida que los acontecimientos se van desarrollando, se hace cada vez más patente que los distintos asuntos en apariencia inconexos de la peli en realidad sólo pueden conectarse de una manera... y esta solución obvia es finalmente la correcta, por muy desternillante que sea la hipótesis). Pero una historia sin demasiado vuelo (con perdón de la novela original de Chandler, pero su mayor talento no estaba en las tramas imaginativas, sino en la caracterización de personajes y el excelente estilo literario), es remontada por la actuación de Robert Mitchum, actor al que aquí en Cine 9009 no es que le tengamos demasiado aprecio (siempre he considerado que es un actor un tanto unidimensional), pero es de hidalguía reconocer que aquí está absolutamente clavado al rol. Charlotte Rampling es una curiosa elección para una femme fatale (¿actriz francesa?), pero funciona muy bien. John Ireland está bien también como Nulty, el detective cascarrabias-pero-socio-reluctante de Marlowe. Sylvia Miles aparece poquito, pero la borda como una borracha perdida que desde su vida miserable trata de echarle los tejos a un Marlowe inalcanzable (recibió una nominación al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto, pero perdió ante Lee Grant por su rol en "Shampoo"). Y Jack O'Halloran como Moose, el matón persiguiendo a su Velma, aparece también relativamente poco, pero está descollante: a pesar de que le hace la vida a cuadritos al pobre Marlowe, hasta acabas queriéndolo y todo, porque cómo tan grandote y tan tontorrón y tan embobado por su Velma... (yo les dije: memorícense eso de "mi Velma"). Y si te gustan los datos de trivia, un Sylvester Stallone pre-Rocky hace su aparición casi de cameo, como un matón prácticamente sin diálogo (como no sea que contemos como diálogo el disparar un arma en pelotas).
IDEAL PARA: Ver un muy correcto y bien ejecutado ejercicio de estilo noir.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos, y con un tracking horrible].
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