Páginas

domingo, 2 de octubre de 2011

"Terror en la Antártida" (2009).


-- "Whiteout". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Dominic Sena.
-- Actuación: Kate Beckinsale, Gabriel Macht, Tom Skerritt, Columbus Short, Alex O'Loughlin, Shawn Doyle, Joel S. Keller, Jesse Todd, Arthur Holden, Erin Hickock, Bashar Rahal, Julian Cain, Dennis Keiffer, Andrei Runtso, Roman Varshavsky.
-- Guión: Jon Hoeber, Erich Hoeber, Chad Hayes y Carey Hayes, basados en la novela gráfica de Greg Rucka y Steve Lieber.
-- Banda Sonora: John Frizzell.

-- "Terror en la Antártida" en IMDb.
-- "Terror en la Antártida" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Aurora austral, a bordo de un avión carguero soviético. Dos pilotos tienen una conversación en ruso con subtítulos (bueno, suponemos que es ruso, por algún que otro davai y un nastarobia suelto por ahí), antes de que el copiloto haga la maniobra más inteligente del mundo (sacar una pistola y dispararla en un avión, y por cierto a varios blancos, cosa que cuando uno muere, los otros ya están parándose para defenderse y que salga una bala perdida). Pasa lo que es previsible: que una bala perdida efectivamente va a parar allí donde no tiene que parar, el aire se escapa, el avión se viene abajo en la Antártida, etcétera. Pasa medio siglo. Vemos llegar a Kate Beckinsale toda embutida en un abrigo de oso a una base antártica, y después de un largo plano secuencia sin cortes en donde se recorre toditita la base, la vemos encerrarse en su cuarto y sacarse la ropita hasta mostrarnos con sostén y tanga su impecable academia de 36 años y lo muy bien que le han sentado las horas de gimnasio. Pero, ¡la peli tiene que partir, no hay tiempo que perder! A los minutos aparece el médico, que de inmediato nos lo delinean como un personaje importante en la trama (el venerable Tom Skerritt acá, para remarcarnos que su personaje es... ¡IMPORTANTE!). Y a los siguientes minutos, denuncian que hay un muertito allá afuera. A campo abierto, en plena Antártica, mira que se pegaron trabajo para dejar el cuerpo los asesinos. Ahora, Kate Beckinsale, que además de estar buena es policía y todo (con trauma del pasado, porque para qué vamos a ponernos roñosos con los clichés, ¿verdad?), tiene que investigar el primer asesinato en la Historia de la Antártica (excluyendo las matanzas de focas y ballenas, claro, pero ésas no cuentan porque no son... ¡HUMANOS!). Y además, para hacerlo más emocionante, con tiempo límite porque la base está por ser evacuada ya que se acerca el invierno antártico, seis meses de oscuridad, etcétera. Claro que acá no son 24 horas como Jack Bauer, sino como tres días, para que estemos más calmados, relajaditos, no tan preocupados por la suerte de la prota... que eso sea contraproducente para lo que se supone es un thriller, es lo de menos, ¿verdad? Después de todo, ya hemos visto los estupendos abdominales de Kate Beckinsale, ¿verdad...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Las historias policiales desde los tiempos de Edgar Allan Poe que viven una continua carrera hacia adelante. Cuando el género partió (Poe, Collins, Conan Doyle...), todo era nuevo, fresco y virginal. Podías poner gorilas asesinos, piedras lunares y cinco pepitas de naranja en los casos policiales, y todo era ¡¡¡OOOH-AAAH!!! Pero ahora en la actualidad, la cosa ya está más difícil. Quizás el paso lo dio Agatha Christie, cuando empezó a crear sus novelas todas ellas más o menos calcadas entre sí (todas variaciones de los mismos ingredientes: un detective que da la idea de no ser tan brillante como lo es al final, una extendida familia de aristócratas ingleses con mucha mala leche, hijos bastardos que son la clave del misterio y por lo mismo no se mencionan como bastardos sino hasta el final, etcétera). Ya se sabe la de órdago que se armó con esa de la Christie (no diré cual, para no mandarme un spoiler, claro) en que la historia era narrada en primera persona por el compañero del detective, y al final el compañero del detective era el asesino. A partir de entonces todo fue cuesta abajo, porque cómo seguir manteniendo el misterio. Se inventó la novela negra. Se inventó el mix de misterio policial con thriller de espionaje. Se inventó la novela policial de Ciencia Ficción ("Bóvedas de acero", "El sol desnudo"...). Se inventó la novela de asesinos en serie. Y para peor llegó la televisión, que empezó a quemar historias policiales a lo bestia presentando un caso nuevo (¡y su resolución!) por semana. Ahí tienen a la "Reportera del crimen", que duró tantos años que al final Cape Cod era casi una tierra de espectros más que una ciudad de vivos, tantos fueron los asesinatos en la localidad de la venerable señora Fletcher. O el "Detective Conan", que el chico ése se desayuna a misterio por día, porque con esa tasa de asesinatos, ya no debe haber problemas de superpoblación ni de espacio para la vivienda en Japón. ¿Cómo seguir adelante en esta carrera hacia adelante? Greg Rucka y Steve Lieber tuvieron la idea genial... ¡inventemos la historia del primer asesinato en la Antártida! Porque todas las malas costumbres viajan con los seres humanos, y esa de asesinar al prójimo es una de ellas. Lástima que después vinieran los tipos que hicieron esta peli, a arruinar la idea.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Les suena el nombre de Dominic Sena? ¿No? Bien por ustedes, pequeñuelos. Para eso estamos gente como su seguro servidor el General Gato, para acumular información basura que ustedes no necesitan saber, salvo para casos puntuales como éste. En fin, la cosa es que este señor Sena rodó por allá por 1993 esa interesante cosilla llamada "Kalifornia", pero lo que prometía ser un cineasta a punto de emprender el vuelo, acabó estrellándose después de maneras cada vez más lapidarias: "60 segundos" y "Swordfish: Acceso autorizado". Y ahora "Terror en la Antártida", que sólo ésas ha rodado en su primera década y media de trayectoria fílmica. En este punto, hagamos caso omiso de que "Whiteout", que libérrimamente podríamos traducirse como "blanqueada" o "irse a blanco" (es un derivado de la palabra inglesa "blackout", que significa "apagón") fue traducida con un horrible título que la hace parecer una serie B de terror direct-to-DVD. En fin, el caso es que ese tipo, Dominic Sena, rodó ésta. ¿Y qué significa eso? Básicamente, que una historia con potencial, es rodada de manera completamente anémica, sin fuelle. Y eso que Dominic Sena declaró que amaba el material de base. Ojalá que nunca ame de esa manera los posteos de Cine 9009 y decida hacer con este blog lo que David Fincher hizo con Facebook (y bien) en "Red social", porque su seguro servidor el General Gato se merece algo mejor. Digo yo, por decir. No es que la peli esté mal rodada. No es que la trama sea absurda (tampoco es una maravilla, pero más o menos se defiende, a pesar de que ves llegar la vuelta de tuerca final más o menos desde el minuto 15 de la peli o antes), aunque tampoco sea una maravilla de arquitectura narrativa. No es que no tenga sus puntos altos (¿aparte de la escena de Kate Beckinsale en ropa interior...? Bueno, está más o menos a mitad de peli la escena en que se enfrenta al asesino en medio de la nieve, y sus consecuencias... no quiero mandarme un spoiler aquí). Pero la sensación general es de "quiero y no puedo". Kate Beckinsale se trata de poner la camiseta, pero la chica no luce ni de lejos todo el talento actoral que tiene (¿esta fue la chica que estaba tan deslumbrante en la versión televisiva de "Emma"...? ¡Qué tiempos aquellos!). Gabriel Macht, por su parte, era la opción más idiota para coprota, porque después de haber hecho el superhéroe más soso de la Historia ("The Spirit", serio candidato al Premio a la Peor Peli Comentada en Cine 9009), nadie en ninguna parte debería darle trabajo como actor. De un comienzo bastante interesante, en que la peli se defendía como un blockbuster decente, la cosa va cayendo en esa espiral en que empiezas a preguntarte "y todo esto, ¿qué me importa a mí?". La secuencia en que a la detective se le va agotando el tiempo y debe resolver el asunto contrarreloj, debería ser un chute de adrenalina a la vena porque, después de todo, se supone que esto es un thriller policíaco, y lo que tenemos a cambio es un muermo en que realmente no importa la gran cosa si el plazo se vence o no, si el villano se sale con la suya o no... Añadámosle unas gotas de falta de caracterización de personajes (veneno para cualquier peli policial, porque si los personajes apenas asoman su perfil en relieve contra un fondo indiferenciado, ¿qué importa cuál de todos ellos es al final el culpable?) y el no tan inevitable cliché de la detective que debe redimirse de una tranca del pasado, y ya tenemos el elenco completo. Lástima, porque la historia daba más de sí, y si se deja ver hasta el final, es justamente por lo desusado del escenario del asesinato (aunque, no nos engañemos, la idea del muerto en el páramo abierto hasta donde no hay forma alguna de que haya llegado, es una variante del viejo misterio del cuarto cerrado del cual nadie puede haber entrado y salido, pero aún así el tipo fue muriciado por alguien que no era él mismo), además del aprovechamiento del entorno antártico y las costumbres de la gente que vive ahí para sobrevivir. O sea, que nos merecíamos algo mejor con esta premisa. No necesariamente un clásico inolvidable del cine, pero sí algo que se saliera de la línea plana del electrocinegrama.

IDEAL PARA: Fanáticos ultraortodoxos de Kate Beckinsale.

2 comentarios:

  1. lo único interesante que de la peli fue la sensación de "la cosa" que tenía en los planos exteriores, despues nada, solo preguntas: ¿qué hacía un avión soviético de la Guerra Fría cargado de diamantes en medio de la Antartida?, ¿Cómo demonios se enteró el doctor de los diamantes soviéticos décadas despues?

    ResponderBorrar
  2. La verdad ni me hice planteamiento de esas profundas y sesudas cuestiones. Más que nada porque a mitad de peli ya estaba preguntándome cuando iba a acabar la lata, y si había de verdad alguna escena ¡GUAU! entre ese punto de la línea temporal y el final. Y me resisto a preguntármelo por un poco de sanidad mental. La que me queda después de alternar entre "Ciudadano Kane" y "Casablanca" por un lado, y "Terror en la Antártica" o "Dirty Love" por el otro.

    ResponderBorrar