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domingo, 18 de septiembre de 2011

"Violeta se fue a los cielos" (2011).


-- "Violeta se fue a los cielos". Chile / Argentina / Brasil. Año 2011.
-- Dirección: Andrés Wood.
-- Actuación: Francisca Gavilán, Cristián Quevedo, Patricio Ossa, Jorge López, Thomas Durand, Luis Machín, Stephania Barbagelata, Roberto Farías, Gabriela Aguilera, Marcial Tagle, Vanesa González.
-- Guión: Andrés Wood, Eliseo Altunaga, Guillermo Calderón y Rodrigo Bazaes, con la colaboración de Angel Parra.
-- Banda Sonora: Angel Parra, Chango Spasiuk, José Miguel Miranda y José Miguel Tobar.

-- "Violeta se fue a los cielos" en su sitio web oficial en español.
-- "Violeta se fue a los cielos" en IMDb.
-- "Violeta se fue a los cielos" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Violeta está paseándose con su hijo a la búsqueda de alguien que le enseñe a cantar, mientras tanto muchos años atrás (¿"mientras tanto muchos años atrás"? ¿contradictio in terminis? No me miren, la peli venía así) es una niñita chica que tiene problemas con su papi, mientras tanto muchos años adelante es entrevistada en la televisión en blanco y negro, mientras tanto muchos años vaya uno a saber está dedicada al rescate de canciones populares y cosiacas así. Sí, esta peli comienza como uno de esos Conecta-4 con los cuales los cineastas y guionistas tienen tantos orgasmos porque es... ¡¡¡CULTURETA!!! Papi Eisenstein estaría orgulloso. Sí, el que lleva más de medio siglo en la tumba. En fin, hacemos FASTFORWARD por los primeros insoportables veinte o treinta minutos de peli, y los guionistas como que empiezan a acordarse de que en medio de todo tienen que (¡glup!) contar una historia además de crear una atmósfera mental blah-blah-blah, y nos refieren como hay una cantautora medio sonada y entero histérica, que es la Violeta Parra, que en una fiesta de cumpleaños muestra su mala leche diciendo que saben que más, no me canten ná el cumpleaños feliz, que estoy vieja y too, y prefiere una bonita tonada para disimular los años, que no son tantos tampoco, pero es que son los '50s o '60s (la peli no es precisa con las fechas, algo no indispensable en un biopic, pero ayudaría un poco a ponerle suelo a los pies, así es que acostúmbrense), y en esos años, cualquiera over-25 ya estaba pa' vestir santos. El caso es que en ese cumpleañ... er... onomástico, conocerá a un franchute enamorao d'ella porque ha escuchado sus canciones en la radio (oh, aquellos dichosos años en que la cultura europea descubrió... ¡Latinoamérica!). O sea no es franchute sino suizo, pero más o menos la misma cosa. El caso es que se van a Europa, tienen algunas peripecias y desencuentros, después la Violeta Parra se vuelve a Chile para montar su gran empresa o carpa o lo que sea... ya se conocen la historia, supongo. Y si no, bueno... Siempre pueden ver la peli. Supongo. Que si no la exhiben en un cine cerca de ud., pierda ud. cuidado porque más temprano que tarde estará disponible para descarga en Internet. Actividad que sabemos ilegal, por supuesto, pero como la Violeta Parra (la original, no el personaje de esta peli) era comunista y abogaba por los pobres contra los ricos, pues, no creo que se revuelque mucho en su tumba la finada por un download más o menos a su nombre...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Violeta Parra es uno de los personajes más complicados de la cultura chilena del siglo XX. Existe una fuerte probabilidad de que todos los grandes artistas, y Violeta era grande, muy grande, todos ellos lo sean en parte debido a personalidades complejas y conflictivas cuya única salida sea el trabajo creador. No es una ley natural, pero estar en conflicto consigo mismo ayuda. Pero además... ¡ups! ...era comunista. Y ya sabemos que hacer cine del güeno por lo general es una actividad que debe hacer componendas con la derecha. Después de todo, escribir es barato (papel y lápiz), pintar algo más caro (telas y pinceles), pero las pelis cuestan tanto que para conseguir financiamiento, hay que buscarlo en la banca o en los tiburones empresariales que difícilmente van a financiar algo demasiado salido para la siniestra. De esta manera, si se quiere hacer cine pa'l pueblo, cine comunacho, cine-comprometido-compañero, hay que resignarse a que la peli va a ser una mugre desde el punto de vista técnico, que los cuatro patipelaos contratados como actores van a dar lástima, y que en general todo va a tener un nivel de producción horrorosamente bajo mínimos. En Chile se me ocurre como gran excepción la peli "Caliche sangriento", que hecha con cuatro duros es un peliculón, pero alguien que sabe me confidenció una vez la de apuros económicos que pasó Aldo Francia para rodar de manera más o menos decente en lo técnico sus únicas dos pelis ("Valparaíso mi amor" y "Ya no basta con rezar"), que no dio el dinero para más tampoco. Pasa también con las ideas, que un escritor demasiado socialista nunca verá trasladada su ideología con fidelidad a la gran pantalla por eso, por socialista, por crítico con el capitalismo y en última instancia con el imperialismo (por ejemplo, "La guerra de los mundos" de 1953 y "La guerra de los mundos" de Spielberg en el fondo son apologías del fascismo americano, mientras que la novela original de Wells era una crítica salvaje del imperialismo británico). Volviendo al cine, una de las constantes del cinematógrafo es algo que hemos comentado a propósito de otras pelis ("El libertino", por ejemplo, en un registro muy diferente): toda peli sobre artista maldito es potencialmente taquillera por el gancho que tiene el morbo sobre la audiencia (el mismo gancho que tuvieron en su tiempo las noticias de que Britney Spears se había rapado, había mostrado los labios menores bajándose de un auto, estaba en detox, cosiacas así), pero a la vez, para venderla sin que nadie se escandalice, tienen que quitarle al artista maldito todo lo maldito que tenga, y en definitiva dejarlo como una cáscara vacía y un producto cultural inocuo. En Chile ha pasado un poco con Pablo Neruda: el tipo era un compañero y tenía poesía comunacha bastante violenta, pero hoy en día siempre se lo trata en los medios oficiales al menos con una mezcla de reverencia y paternalismo de tipo "era un Premio Nobel, así es que le perdonamos esos desvaríos, pussom"... Neruda solía ser un poeta combatiente (bueno, mediocre o malo, eso es otro cuento, pero eso trataba de ser), y ahora es casi una marca comercial. Violeta Parra era otra de ésas porque, bueno, por varias razones. En primer lugar por comunacha, que los Parra en su tiempo solían serlo (yo no sé ahora, pero algún que otro Parra ha engordado lo suyo en el intertanto, y de la no muy interesante carrera musical de Colombina Parra con Los Ex ya no hablemos). En segundo lugar por ser rota, porque bueno, ella no es gente como uno (una escena de la peli en el Louvre lo escenifica muy bien). En tercer lugar porque era mujer, en un tiempo en que... bueno, ya sabemos. Y además, la criatura ésta no se andaba con genuflexiones con nadie, y esa actitud suele irritar a los mediocres y trepas de siempre, que en Chile vuelan hasta obstruir el sol. No es raro que el culto a Violeta Parra haya quedado durante muchos años encasillado dentro de la izquierda dura, ésa que le interesa el folclor de verdad y no esos guitarreos pasados por agua de las bandas de huasos de la dictadura militar. Y no es raro tampoco que, como una manera de recomponer grietas con el pasado, y ante la imposibilidad de ningunearla (por último, ahí van a estar los porfiados Parra para mantenerla viva porque es una del clan, y los Parra mueven cosas en la cultura chilena), tengan que elevarla a los altares, pero que no sea demasiado filosa. ¿El resultado? Veinte años antes, una peli sobre Violeta Parra hubiera sido un panfleto combatiente visto por cuatro patipelaos con poncho y tomando vino bigoteado en un vaso picado en algún festival de cine improvisado en una peña. En cambio, "Violeta se fue a los cielos", dirección de Andrés Wood, año 2011, es una peli tan amable con el establishment a la que Violeta tanto despreciaba... ¡que a mi lado en el cine había una pareja de snobs y probables gays que mientras esperaban el inicio de la función estaban comentando haberse comprado un libro de Jaime Bayly! ¡Sí, el gay que hizo carrera apadrinado por Mario Vargas Llosa! ¡Qué diría el Santo Padre que vive en Roma!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por el director Andrés Wood, que es una rara gema dentro de la cinematografía chilena, y que aquí, más allá de opciones ideológicas, en términos de rodar cine lo hace muy bien. Andrés Wood se hizo conocido por la muy recomendable "Historias de fútbol", y después de pasar un poco desapercibido con "El desquite" y "La fiebre del loco", acabó dando el batatazo con "Machuca". El problema con las pelis de Andrés Wood (sin dejar de remarcar que como cineasta le pone el pie encima al noventa por ciento de los wannabies que quieren hacer pelis en Chile) es que se mete en temas de la chilenidad, pero siempre de una manera demasiado encorsetada, que haya su poquito de retrato y de costumbrismo y su punto de crítica social, sin pasarse al feísmo, pero tampoco sin meterse tanto que vaya a ofender a alguien. Cuando realmente se lanzó a la piscina y rodó "Machuca", la prensa de derecha casi lo demolió (después de todo, la peli dejaba como chaleco de mono al clasismo chileno). Con "Violeta se fue a los cielos", Andrés Wood no se quema demasiado las pestañas, y al final termina rodando una peli de género del artista maldito. Ya sabemos, todos hemos visto unas cuantas, me refiero a esas pelis que se centran en el personaje y su mundo interior y sus conflictivos y torturados demonios internos que se subliman y vierten a través del dolor para crear una gran obra artística, siempre con grandes dosis de comprensión para el personaje para que las audiencias puedan empatizar con éste. Basándose esta peli en una obra de alguno de los Parra, tanta amabilidad no debería resultar extraña. ¿Y funciona? A según el punto de vista. Si te gustan las pelis de ese género, acá vas a estar en tu salsa porque la peli lo hace muy bien, sin las idas de olla que tienen otros cineastas a la hora de cargarles las tintas a cuán negra es la existencia de su biografiado para generar ¡¡¡DRAMA!!! Drama, la peli tiene lo justo y preciso, y juega la baza del "menos es más", de insinuar o de dejar caer pincelazos más que mostrar abiertamente. Ahora bien, si consideras que había mucho más que escarbar en Violeta Parra que sólo su torturada vida interior (su estragada relación con su padre y con su propia femineidad, su adscripción comunista, su contundente crítica social, su sangre media india, su vastísima labor como pionera del rescate del folclor musical, todos temas que la peli toca de refilón pero que no profundiza en ningún instante), entonces la peli queda claramente en deuda. Nuevamente, es una cuestión de opciones para el espectador, sin que podamos decirle desde acá si va a estar bien acunado o no por la peli.

-- Francisca Gavilán. Lo que en otras manos podría haber terminado siendo otro biopic mediocre más, en manos de ella termina siendo un puñetazo demoledor a la jeta. La manera en que construye el personaje es realmente descollante, muy lejos del estereotipo desgraciadamente cierto según el cual los actores chilenos son flojitos, sobreactuados o divos. A través de su actuación vemos a Violeta Parra, la entendemos, incluso empatizamos con ella a pesar de que pensándolo fríamente, muestra una personalidad tremendamente repulsiva. Su Violeta Parra no es una chica histérica que nos muestre lo borde que es mediante pataletas y chillidos histéricos (aunque también, pero pocos, sólo los justos y precisos), sino que nos lo muestra con miradas contundentes, con silencios opresivos, con gestos mínimos. Estamos acá muy lejos de la actuación vulgar del "artista maldito" excesivo en su tormento interior, y nos encontramos con un ser humano que, además, tiene un par de tuercas falladas dentro de la cabeza. La actriz simplemente agarra el personaje, lo interpreta, se lo echa al hombro, y corre con él los cientodiez con vallas y termina de ganadora de cancha con uno de los mejores roles que se han visto en toda la historia del cine chileno.

-- La música. Puede parecer una idiotez remarcar que la peli está trufada de canciones de Violeta Parra si es un biopic de Violeta Parra, pero es que oigan, decisiones más idiotas se han tomado en la historia del cine, incluyendo la de no dejar al personaje artista expresar su obra en la peli sobre el personaje artista. Acá la música de Violeta Parra (en la estimabilísima interpretación de la misma prota Francisca Gavilán) lo envuelve todo y se transforma casi en una fuerza de la naturaleza. A ratos la peli termina transformándose en una especie de largo videoclip sobre canciones de Violeta Parra, pero tratándose de canciones tan potentes interpretadas de manera igualmente potente, y con una estupenda puesta en escena, lejos de transformarse en un defecto se transforma en uno de los puntos altos de la realización. Las canciones de Violeta Parra, dentro de su aparente simplicidad, en esta peli terminan por erizar los pelos. Como lo hace el verdadero arte, supongo. La interpretación de "El gavilán", casi al finalizar la peli, tuvo la santa virtud de callarle la boca al respetable de una manera que cuando salieron del cine, absolutamente nadie hablaba. Se los juro, palabra de General Gato. Cuándo fue la última vez que vieron ustedes algo así.

IDEAL PARA: Ver una peli sobre Violeta Parra que no será la biografía definitiva sobre la artista, pero que está ejecutada de una manera soberbia e impacta.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español, por supuesto].

3 comentarios:

  1. Tita Parra, una de las integrantes del clan -que no lo fundó Violeta, sino los ocho hermanos en general- hace poco habló pestes de esta película, diciendo que resultaba una aberración mostrar una Viola reticente al baño diario y que además tenía un temperamento bastante explosivo. Aprehensiones que fueron recogidas por Germán Carrasco en un artículo que escribió para la edición de Teh Clinic del 9 de septiembre (ése donde aparece la pista del aeropuerto de Juan Fernández en portada). Las figuras canonizadas -más allá de si lo merecen o no- siempre provocan un problema, por muy minúsculo que sea, cuando se las quiere llevar al cine de una manera que se pretende imparcial.

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  2. Y un comentario trivial acerca de Gilvert Favrè, la última pareja de Violeta. Es uno de los pocos artistas de género masculino que, a despecho de su calidad, son conocidos producto de haber sido pareja de tal o cual persona. Normalmente es al revés

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  3. Ignoraba esas críticas contra la peli, pero por alguna razón, ni me sorprende ni me extraña. Violeta Parra es demasiado icónica como para no haber despertado ronchas en alguien. Más aún en un país tan enfermo de wenaonda como Chile. Como alguien decía por ahí, ¿se imaginan que en Chile alguien le tomara el pelo a O'Higgins o a Prat así como Los Simpsons se burlan de Washington, de Lincoln o de Roosevelt...?

    De Gilvert Favrè, la verdad es que ni idea tenía de quién era el majo. ¡Y eso que el tipo tiene hasta un artículo en la Wikipedia en inglés y todo! Habrá que seguir investigando...

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