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miércoles, 16 de febrero de 2011
"Antes de las lluvias" (2007).
-- "Before the Rains". Estados Unidos / India / Inglaterra. Año 2007.
-- Dirección: Santosh Sivan.
-- Actuación: Linus Roache, Rahul Bose, Nandita Das, Jennifer Ehle, Leopold Benedict, Dr. Ambikathmajan, Indrajith, Lakshmi Krishnamurthy, Lal, John Standing, Thilakan, Ejji K. Umamahesh.
-- Guión: Cathy Rabin, basada en el guión de Dan Verete.
-- Banda Sonora: Mark Kilian.
-- "Antes de las lluvias" en IMDb.
-- "Antes de las lluvias" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
La India, 1937. Mientras flotan vientos de libertad sobre la colonia más grande del planeta, un hacendado británico decide que es buena idea construir un camino privado para... ¡explotar la jungla! ¡depredar el medio ambiente! ¡generar capitales para el colonialismo británico! Nuestro simpático emprendedor, por su parte, se ha avenido lo más bien con una nativa que está buena y es simpática, a escondidas por supuesto porque ella es casada y ya sabemos cómo son las cosas con esos nativos salvajes y sus costumbres supersticiosas, que por un nada arman una rebelión y rechazan a Occidente y etcétera. Se supone que el asunto no tendría consecuencias de ningún tipo, pero las cosas siempre pueden enredarse un poco más. Por ejemplo, puede ser que el técnico ingeniero del asunto, que es un indostánico, también esté verde por la chica aunque por respeto a la raza, el clan y todo eso, tenga que quedarse en dique seco y mirando con ojitos de cordero degollado. Puede ser también que el marido sea un zurrador de los buenos, de como tienen que ser los maridos, que hay que pegarles porque si ellos no saben la razón, seguro que ellas sí. Puede ser también que llegue la esposa desde el extranjero con el hijo y entonces la relación no tiene más remedio que acabarse. Y puede ser que la nativa, dentro de la simplicidad mental propias de las razas inferiores, decida encapricharse porque ella está enamorada del príncipe azul en su palacio, y se niegue a entender razones, y entonces...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Por allá por 2002 hubo una peli llamada "Yellow Asphalt", que servidor General Gato quien esto escribe no ha tenido ocasión de ver, y que según se ha informado por aquí o allá, trataba sobre incidentes entre israelíes y palestinos. Uno de los tres segmentos que la componían pareció lo suficientemente bueno como para merecer un remake, ahora por todo lo alto como una peli entera. Y como la historia es universal, atemporal, etcétera (el clásico Romeo y Julieta, sólo que en este caso Romeo es un niñato caprichoso de mierda), lo trasladaron a la India de los '30s. Con toda la suntuosidad de Merchant Ivory Productions, todo sea dicho. Quien manda aquí es claro: aunque su director es Santosh Sivan, se la promociona estridentemente como una "Merchant Ivory", lo que significa que encontraremos una suntuosa recreación de época, un guión cuidado, y esa cosa muy british y flema de mantenerse siempre dentro de la orilla (además de un mensaje intrínsecamente conservador, que James Ivory no es precisamente un rojo). El resultado fue una peli que tuvo un cierto éxito con la crítica, pero como de costumbre, no arrasó en público, y tuvo una explotación más bien fugaz en los circuitos de cine arte. Como de costumbre, repito.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Digamos de entrada que es el típico producto Merchant Ivory Productions. Lo que por supuesto es una buena noticia. Vale que el estilo de cine promocionado por James Ivory se siente a ratos un poco trasnochado, como si el hombre se hubiera quedado pegado en el cine histórico de los '60s, pero el hombre al menos es respetuoso con la historia y los entornos que narra, y pulsa los resortes narrativos del melodrama a través de los personajes, no mediante el lacrimógeno chantaje sentimental. Ante la poderosa voluntad del capital británico, la India se doblega una vez más, y la voz de Santosh Sivan (que había rodado cosas como "Asoka", "Novia y prejuicio" y "Un toque de especias") se pierde por completo aquí, subsumida ante la voluntad mayestática, sublime e imperial de Merchant Ivory Productions (James Ivory no tuvo nada que ver, pero suponemos que la gente que lo ha sucedido viene cooptada, así es que hay un sello que se mantiene en el tiempo). Desde ese punto de vista, aunque la peli huela un poco a trasnochada, como a algo que podía haberse rodado diez o veinte años antes (más o menos en la época de "Gandhi" o "Pasaje a la India"), aún así se mantiene sólidamente en pie. Ayuda por supuesto un guión endemoniadamente bien construído, la clase de historia en que las circunstancias se van enredando bien enmarañadas las jodías para que todo, cuando parezca estarse resolviendo, vaya un punto más con rumbo hacia el desastre. Y bueno, aunque no lo crean, el final no es tan predecible como pareciera (aunque muchos aspectos del mismo quedan más entregados a la intuición del espectador, que literalmente mostrados en escena, lo que por otra parte tampoco está mal, en una época en donde el grueso de las pelis te dan todo insultantemente cocido y masticado para que no pienses). Y todo esto, abordado con sencillez y recato intelectual, sin tratar en ningún minuto de forzar las cosas para mandar mensajes o cosas así. O sea, una pequeña joyita de peli.
-- La peli presenta un punto de humor involuntario, cuando trata de ser ecuánime con británicos e indostánicos (después de todo, hubo capitales de ambos involucrados, y el asunto se rodó in situ, en la India), y al final termina quedando mal con todos. Porque trata de ser respetuoso con los nativos, pero no puede evitar mostrar su primitivismo con una mirada de "mira cómo son estos salvajes, qué bueno hemos venido para traerles la civilización" (parte importante de la trama es que como telón de fondo están estallando los primeros fuegos de la emancipación de la India, que vendrá a la vuelta de diez años, pero las consecuencias más filosas de ese tema son pasadas un poco en sordina). Con decir que el único indostánico "bueno" y civilizado en toda la historia es el ingeniero que fue a una escuela occidental, y aún así, el pobre hace el ridículo siendo el tapete del británico para todo (incluso para taparle sus cochinadas Triple X), y de la chica, que es tonta como una esponja, mejor ni hablemos. A la vez, tratan de no ser demasiado heroicos mostrando a los británicos, pero a la larga igual acaban justificándolos (la esposa es buena y noble, el esposo es un fresco-'e-raja pero "igual la quería", y sólo el banquero aparece con rasgos que podríamos llamar derechamente imperialistas). O sea, el mensaje subliminal de la peli (Ivory Merchant Productions, recordemos) es que el imperialismo británico tenía sus cositas malas, sí, a veces a los latifundistas ariosajones se les iba la mano con las nativas, pero es que vamos, con gente tan bruta que recurría a ordalías y cosas así para juzgar en tribunal a las personas, es una suerte que llegaran los europeos a traerles... ¡Progreso! (y miren los malagradecíos como agradecen, queriendo independizarse, habráse visto). Quizás el asunto no sería tan chocante si fuera un poco más abierto, pero lo divertido del caso es que tratan de limar todos los aspectos más sensibles del tema para que nadie se sienta ofendido, y el resultado es una peli tan políticamente correcta, que resulta hasta cómica en algunos pasajes. Al menos, el cine clásico de "británicos en la India" tenía la desvergüenza de mostrar su racismo abiertamente, en vez de camuflarlo, lo que podrá no ser mucho más edificante, pero al menos es más honesto ("Gunga Din", sin ir demasiado lejos).
-- Un punto importantísimo de esta peli son las actuaciones. Los actores en general están muy bien dentro de sus roles, y consiguen evitar que la peli naufrague en un mar de estereotipos. Linus Roache, eterno secundario de pelis como "Las crónicas de Riddick" o "Batman inicia", compone de manera extraordinaria a un hacendado que en el fondo es un niñito mimado de la fortuna que presiona su buena suerte más allá de lo que debiera, y que a pesar de lo repelente que es su personaje, hasta da lástima y todo por cómo las cosas se le van torciendo a medida que va pasando la peli. Nandita Das es su contrapunto perfecto, la chica indostánica que se enamora de su amo y señor con algo más parecido a la obnubilación que otra cosa (y lógico, si su marido es un pobre pelafustán de la aldea que para colmo es tirano y maltratador, mientras que el otro es un millonario en su búngalou, y además rubiecito de ojos azules, ahí no hay donde perderse), y que se aferra al British Dream hasta las últimas consecuencias. Rahul Bose es el ingeniero con ojos de cordero degollado, también en un estupendo papel, atrapado entre sus raíces indostánicas por un lado, y su aprecio por la labor civilizadora del hombre blanco, sin saber mucho qué hacer y sin tener claro de a qué mundo pertenece, y si bien su personaje puede parecer un tanto ridículo a ratos, su escena final en la que habla sobre el camino y los monzones explica de lleno las motivaciones que han llevado a su personaje a comportarse de la manera en que se ha comportado (y que el señor Bose saca adelante con enormidad, todo sea dicho). Jennifer Ehle por su parte es la siempre perfecta esposa británica, que se ha casado con el perfecto esposo británico, y que como el común de las hembras del mundo occidental, acabará por ser incapaz de entender que las cosas en su mundo perfecto no siempre encajan como ella querría que encajaran.
-- Mención aparte para el soundtrack, bastante ajustado a la peli, siempre contenido y funcional al relato, sin superlativos ni desmadres de ninguna clase (ni menos pretendiendo chantajear emocionalmente al espectador con violines chillando en los momentos dramáticos más estratégicos y etcétera, como suele ser costumbre en muchas pelis históricas, y de las otras también). Cortesía de Mark Kilian, como un nombre a tener en cuenta en lo sucesivo.
IDEAL PARA: Ver un drama humano bien escrito y facturado.
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