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domingo, 12 de diciembre de 2010

"Océanos" (2010).


-- "Oceans". Francia / Suiza / España. Año 2010.
-- Dirección: Jacques Perrin y Jacques Cluzaud.
-- Actuación: Narración de (en francés) Jacques Perrin, (en inglés) Pierce Brosnan y (en español) Pedro Armendáriz Jr., con un montón de ballenas, delfines, focas, tiburones, cangrejos, etcétera.
-- Guión: Christophe Cheysson, Jacques Cluzaud, Laurent Debas, Stéphane Durand, Laurent Gaudé, Jacques Perrin y François Sarano.
-- Banda Sonora: Bruno Coulais.

-- "Océanos" en IMDb.
-- "Océanos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Mientras el ser humano apresta toda su tecnología para ir al espacio y explorar hasta los últimos rincones del universo, en su propio planeta, incluso en un gota de agua, se encuentran otros universos incluso más extraños y desconocidos. Universos en donde las criaturas se enfrentan en una frenética carrera por la supervivencia darwiniana. Criaturas tales como focas, pingüinos, tiburones, orcas, ballenas, delfines. Aunque entre medio consiguen encontrar tiempo para el amor, tanto el entretenido como el que implica arrojar gametos al agua a la mejor de sus suertes. Y todo ello, defendiéndose como nutrias de espalda frente al más darwiniano de sus enemigos, uno que viene desde más allá de los confines de lo húmedo, de ese lugar árido y desértico llamado la superficie emergida: el ser humano.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Extraña es la suerte de la suerte de los estudios. La factoría Disney, que durante décadas fue señera en materia de pelis (de dibus, claro, pero era su nicho de mercado y lo explotaban como nadie), estuvo a punto de salir del mercado en los negros años después de "Vacas vaqueras", tan negros que debieron esperar hasta "Bolt" y "La princesa y el sapo" para experimentar algo parecido a una resurrección: o sea, salir de la UCI para ir a dar a la sala común. Una de las tablas de salvación fue Pixar, claro, si no LA tabla de salvación. Pero hay otra, no tan de primera línea, pero que algo deja también en las arcas: una nueva división llamada Disneynature. Como en los 2000s se ha puesto de moda el medio ambiente, y no era para menos considerando que estamos al borde del colapso ecológico, Disney decidió que era un buen negocio llevar la naturaleza al cine. Tiene su gracia: uno de los estudios fílmicos más procapitalistas del panorama, enfrascado en distribuir documentales que hablan sobre algunas de las más perversas consecuencias de ese capitalismo, concretamente, la manera en que la explotación desaforada de recursos naturales (crecimiento económico, lo llaman) lleva a la destrucción del medio ambiente. El diablo vendiendo cruces, vaya. Y la jugada salió bien, distribuyendo "La Tierra" primero, luego una de flamencos, y ahora "Océanos". Una peli a la que se le tenía tan poca confianza, que conseguir los apoyos financieros para la misma fue poco menos que un parto (no es demasiado difícil adivinarlo, por una lista de organismos científicos y políticos asociados, que salen como productores en los créditos de entrada de la peli, obscena de puro larga). Bueno, al menos Disneynature han tenido el buen gusto de adaptarse ellos a los documentales, y no exigir que los documentales se adapten a ellos. Bueno, no mucho. Tengo entendido que la versión que se exhibió en Chile era la legal, la de 104 minutos de largo. Para el público de Estados Unidos, Disney le metió una salvaje cantidad de tijeras, y la dejó en 84 minutos: un quinto de peli, volado limpiamente. Quizás para las audiencias yankis, demasiado quisquillosas con eso de "crear conciencia" y felices de contaminar el planeta con sus bigmacs y sus cambios de celulares cada seis meses, las monstruosas imágenes de delfines muertos en redes de pesca por asfixia eran algo demasiado difícil de tragar, me imagino.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si comparamos a las pelis con la música, podríamos decir que muchas de ellas, la mayoría probablemente, son algo así como la canción del verano: entretenida, te la bailas, quizás te agarres a una chica con ella, pero al poco ya la has olvidado. Otras en cambio son música recia, sólida, clásicos, llenos de intrincadas armonías y efectos sonoros. Dentro de esta comparación, "Océanos" entra en la categoría de "sinfonía", lisa y llanamente. O cómo rodar lo que es una verdadera oda al océano. La peli incide en algunas cosas que se han visto en los documentales de toda la vida (pingüinos, ballenas, delfines, etcétera), es cierto, pero trata siempre de buscarle un ángulo que resulte interesante o novedoso. ¿O habías visto alguna vez a un par de delfines haciéndoselo...? Y también incorpora mucho material que no suele ser carne de National Geographic, por no hablar de los a estas alturas un poco cansinos documentales de Jacques Cousteau (nada en contra del gran Cousteau, claro, que nos legó entre otras cosas una joyita documental llamada "El mundo sumergido", pero su estilo de rodar documentales hace rato que está un poco obsoleto). La peli sigue un poco el patrón de muchas pelis sobre naturaleza, que tiende a sobrerrepresentar a los mamíferos (focas y delfines, fundamentalmente) porque son más tiernos y suelen ganarse más a la audiencia, pero no descuida a los siempre poco carismáticos invertebrados: los cangrejos tienen varios momentos estelares (esa masa de cangrejos cruzándose, ese cangrejo cuerpo a cuerpo contra un langostino...), aparecen algunas sepias o jibias, y hasta algunos erizos tienen sus 15 minutos (sus 15 segundos, mejor dicho). La peli no se ahorra crudezas, por cierto: vemos a una orca metiéndose casi a la orilla y a riesgo de quedar varada, para despacharse algunas focas, y con éxito, y lo mismo con un tiburón que salta para conseguir su pedido de mamífero a medio cocer. Incluso las iguanas tienen su momento, en particular esa pobre que queda varada arriba de una balsa natural, con su mejor cara de circunstancias... Seleccionar una escena o una secuencia de escenas aquí, que se destaque más que el resto, es casi labor imposible porque todo está simplemente superlativo. Pero quizás el momento más dramático, el peor, es cuando las cámaras submarinas captan lo que ocurre dentro de una red de pesca de arrastre: las tortugas tratando de morder la red para escaparse, las albacoras haciendo lo propio, los delfines enredados en la red y asfixiados por no poder ascender a la superficie a respirar... y la manera bárbara en que los tiburones son mutilados para extraerles las aletas y luego arrojados vivos por la borda, a que se hundan, simplemente porque ya no sirven ni tienen utilidad. Esta peli consigue el milagro de que el siniestro supervillano de "Tiburón" de Steven Spielberg te inspire lástima y compasión hasta un punto que si no te indignas hasta que te entren ganas de meterle cargas de C-4 bajo la línea de flotación a los pesqueros de pesca de arrastre o arramblar a bazucazos con el Ministerio de Pesca de Japón (o lo que sea su equivalente), es que eres un psicópata sin sentimientos. La lástima es que mientras cosas como "El juego del miedo 3-D" se quedan semanas y semanas en el cine y la gente va a verlas con toda la alegría del mundo, estas pelis que valen mucho más y son tanto una muestra de un buen quehacer como una verdadera lección de vida, se quedan una o dos semanas a lo sumo en cartelera porque la gente o no sabe de ellas, o no le interesa ir a verlas porque "qué aburrido, una de la naturaleza, ay qué lata". Para que se llenen después la boca con eso de que la cultura es muy importante. Pero si eres de esa punta de lanza que son las audiencias más sofisticadas, las que no se rinden, las que todavía creen que el cine puede ser algo más que entretenimiento descerebrado, las que todavía se maravillan con la naturaleza y tienen algún sentimiento humanitario de por medio, entonces... ¡¡¡A VERLA, GENTE, A VERLA, QUE YA ESTÁN TARDANDO!!!

IDEAL PARA: Cualquier persona con un mínimo de inteligencia y un mínimo de interés sobre el mundo que lo rodea.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "OCÉANOS".

-- "Oceans" en Take 78.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].

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