Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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jueves, 1 de abril de 2010
"Contacto en Francia" (1971).
-- "The French Connection" (título original en inglés), "Contra el imperio de la droga" (título en España). Estados Unidos. Año 1971.
-- Dirección: William Friedkin.
-- Actuación: Gene Hackman, Fernando Rey, Roy Scheider, Tony Lo Bianco, Marcel Bozzuffi, Frédéric de Pasquale, Bill Hickman, Ann Rebbot, Harold Gary, Arlene Farber, Eddie Egan, André Ernotte, Sonny Grosso, Benny Marino, Patrick McDermott.
-- Guión: Ernest Tidyman, ficcionalizado sobre el libro de no ficción de Robin Moore.
-- Banda Sonora: Don Ellis.
-- "Contacto en Francia" en IMDb.
-- "Contacto en Francia" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Marsella. En la amplia y por ese entonces aún a medio despoblar Riviera Francesa, hay un tipo que camina de manera sospechosa para dar a entender que es un mafioso, por si nadie se entera. Y detrás va otro tipo, de una manera más sospechosa aún, para denotar que es el policía. Siguen caminando uno detrás de otro, hasta que el poli se da por satisfecho y se da la media vuelta. Justo a tiempo para que su perseguido emerja de las sombras y... ¡¡¡BAM!!! Tiro recto a la cara. Luego de esta escena impactante, pero completamente superflua (sirve sólo para mostrarnos la cara del matón del malo y lo malo malísimo que es), vamos a Nueva York, en donde vemos a... ¡Gene Hackman de poli! Sí, aunque no lo crean, viéndolo tan rollizo como está en pelis posteriores. El y Roy Schneider están encubiertos, con Hackman disfrazado de Santa Claus (¡¡!!). El sospechoso sale corriendo, y ahí va nuestra pareja de detectives a desgastarse los zapatos. Una vez que le hacen un par de cariñitos al estilo Jack Bauer, le medio sonsacan la existencia de una conexión drogosa. Pero a nuestro fiel detective, que a todo esto responde al no muy macho sobrenombre de "Popeye" Doyle, le han dado un hueso bueno para seguir, así es que continuará de manera implacable. Hasta dar con el franchute que mandaba la red en Marsella al comienzo de la peli, y que ha viajado a Nueva York para hacer peazo venta de drogas. La batalla por las jeringas y las venas de los buenos neoyorkinos ha comenzado, y Popeye Doyle no se detendrá hasta el final.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Algo sucedió en 1971, que de pronto toda la decencia y la dignidad del trabajo policial fue arrojada por la ventana, en lo que al cine se refiere por lo menos. En ese año se estrenaron "Shaft", "Harry el Sucio" e "Implacable", todas ellas presentando agentes de la ley bastante más pasaditos de roscas que los de antaño. ¡Incluso hasta el ya en ese entonces veterano James Bond se endureció lo suyo golpeando mujeres en "Los diamantes son eternos"! Y es que claro, pasados los últimos alientos del Hippie Power, y soplando los primeros vientos del Black Powah, era lógico que el cine se endureciera a su vez. No vaya a ser cosa que esos jipies mugrientos que creen en el amor y la paz, vayan a dejarnos en bolas frente a los enemigos de... ¡América! que invaden nuestras calles con sus drogas y su igualitarismo racial. En la época, Estados Unidos estaba metiéndose de lleno en el asunto de la guerra contra las drogas, y en consecuencia, a mayor prohibición, mayor mercado negro. De ahí surgió algo llamado la "conexión francesa", destinada a inundar América de heroína. Y de ahí surgió un libro de no ficción. Y de ahí, a su vez, surgió esta peli, que retrata los horrores de los esforzados polis que tratan de mantener la salud pública y alimentar los fondos de las organizaciones antidrogas del Gobierno...
¿POR QUÉ VERLA?
-- No es exagerado decir que la saga conformada por "Contacto en Francia" y "Contacto en Francia II" es una de las mejores series de acción que nos ha dado el cine ever. De las dos, probablemente la mejor sea la segunda, pero ésta no es desdeñable en lo absoluto. La primera parte es lentísima y morosa, y parece que no va a ir hacia ningún lado, aparte de ver a Popeye Doyle haciendo chulería sí y chulería también, para mostrarnos que es duroh. Además que los resortes narrativos son los de toda la vida (ya saben, poli cabreado y métomelibrodereglaspor, jefazos ñoñoleyes que no entienden la esforzada labor de sus subordinados por defender al orden público y la ciudadanía para la cual se hicieron esas leyes en primer lugar, escoria social apta para recibir golpazos, y adrenalina, mucha adrenalina), pero estupendamente bien planteados. A partir de la segunda mitad, cuando el franchute ya está en América y empieza el juego del gato y el ratón, es cuando la cosa despega.
-- Gene Hackman. Aunque su actuación mejora en "Contacto en Francia II" (en parte porque el papel allá es más jugoso), acá también se manda un peazo actuación. Su detective duro y malaspulgas está en las antípodas de, por ejemplo, su aún futuro rol en "La conversación". Hackman se llevó el Oscar al Mejor Actor por su interpretación como Popeye Doyle, en una época en que llevarse el Oscar a la casa todavía valía de algo.
-- Los secundarios también están bien. Roy Scheider está en su punto como el patiño de Gene Hackman. Pero el gran punto es, por supuesto, Fernando Rey (sí, un actor español interpreta a un villano franchute, ¿qué hay con eso?). Bueno, tuvieron el mal gusto de doblarlo en la edición original, de manera que él pone la cara y los gestos, y una voz en off lo hace hablar francés. Pero aún así, es un villano bastante interesante, en su escurridizismo y en su flema.
-- La acción. Es seria. Es mortalmente seria. Un daño tremendo que hicieron las action-movies de los '80s al cine en general (sin denostar clásicos como "Depredador" o "Duro de matar", grandes pelis también, aunque por otros motivos), es imponer el modelo de héroe chulo y macarra que suelta frasecita sí y frasecita también, algo que no tiene por qué ser malo, pero sí que pasa a serlo cuando TODO el cine de acción se transforma en eso. O casi todo. En esta peli, la acción es seria: vemos a los personajes correr calles enteras y sudar la camiseta (algo que en el trabajo de edición actual con cortes cada dos segundos, se ha perdido), la violencia es real (no sólo por los golpes mismos, sino también por la agresividad de los personajes), y el cansancio físico no sólo se siente, sino que también se te inocula a la vena como espectador. Después de todo, no hay manera de falsificar a un tipo corriendo varios minutos bajo una única toma de cámara.
-- Grandes secuencias. La persecusión de Chenier en el metro de Nueva York, con suspenso hasta el último instante. La persecusión por debajo del tren elevado, una pieza maestra del cine de acción hasta el día de hoy que ni James Cameron podría rodar mejor (de hecho, no me extrañaría que Cameron hubiera tomado algunas notas de aquí antes de rodar la famosa escena del monstercamión en "Terminator 2"). Y la secuencia final, quizás un poco anticlimática, pero a las últimas estupendamente resuelta.
IDEAL PARA: Ver una de acción como nunca deberían de haberse dejado de rodar.
VIDEOS.
-- El pobre Popeye Doyle haciéndose pedazos mientras persigue a un metro [en inglés].
Hace ya tiempo que vi "French Connection", si la vuelvo a ver ahora seguramente me gustaría más. Aún así tengo el recuerdo de una gran película que introdujo una nueva forma de filmar el (buen)cine de acción. Un cine de acción de autor, si se me permite la expresión. El legendario Fernando Rey saliendo de las películas de Buñuel para entrar de lleno en las salvajes calles americanas. El personaje de Gene Hackman luchando sin cuartel como el de Steve McQueen en "Bullitt". La frenética persecución por debajo del tren. Los oscuros y poco ortodoxos métodos del policía protagonista. Y un final en el que se adentra en las tinieblas para aniquilar a su presa, cueste lo que cueste.
ResponderBorrarSaludos
Creo (en mi no tan humilde opinión...) que el buen cine de acción se basa fundamentalmente en lo físico. Algo en que las pelis más antiguas eran demasiado tímidas, y que en la época de "Contacto en Francia" y "Harry el Sucio" cristalizó (y siguió en los '80s). Los efectos digitales de ahora podrán hacer maravillas por la Ciencia Ficción o por las pelis estilo Señor de los Anillos, que requieren ese componente visual espectacular, pero creo han terminado por matar el buen cine de acción en donde veías de verdad al tipo sudándose la camiseta. Ojalá que con la venidera "The Expendables" recuperemos un poco ese cine de acción de la vieja escuela, el que nunca debieron dejar morir en primer lugar.
ResponderBorrarSaludos.
Soy amante del cine policial negro (noir). Justamente en ese issue (raro por que no es masivo) se lanzó una colección de clásicos del cine noir.
ResponderBorrarDejo el link por si les interesa http://www.avh.com.ar/kioscos/col_filmnoir.html
Excelente el blog!
Gracias por el enlace, y por las felicitaciones. Saludos.
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