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domingo, 21 de marzo de 2010

"Vivir al límite" (2008).


-- "The Hurt Locker" (título original en inglés), "En tierra hostil" (título en España), "Zona de miedo" (título alternativo en Latinoamérica). Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Kathryn Bigelow.
-- Actuación: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly, Christian Camargo, Suhail Aldabbach, Christopher Sayegh, Nabil Koni, Sam Spruell, Sam Redford, Feisal Sadoun, Barrie Rice.
-- Guión: Mark Boal.
-- Banda Sonora: Marco Beltrami y Buck Sanders.

-- "Vivir al límite" en IMDb.
-- "Vivir al límite" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Irak. Otro día más de cachondeo para las tropas yanketas, las mismas que siempre aparecen con un "¡Oh, Dios! ¿Te han herido, Jim?", "¡Oh, no es nada, sólo un rasguño, Joe! ¡Vamos a darles infierno a esos monos amarillos!" (reemplácese "mono amarillo" por "kreutzer" o "charlie" a según la guerra). En este caso, como la guerra frontal ha acabado, ya no se trata de hostilidades abiertas, sino de los petardos que los jodíos irakíes dejan atrás, miren que tener la insolencia de querer defender su Patria de las fuerzas foráneas que quieren darles... ¡¡¡DEMOCRACIA!!! El caso es que uno de estos equipos desarmabombas sufre una baja: un irakí se ha pasao de listo y activa una de las bombas a control remoto desde su celular, y al pobre desgraciao se lo cargan (sí, señores, Guy Pearce, el que hace diez años atrás era el chico maravilla de esto y aquello, hace mutis por el foro menos de diez minutos después de haber aparecido). Y como Rambo no debía de estar disponible, llaman a un pringao que, verán, el tipo nada más llegar dice que la armadura antibombas no, que hace calor y me gusta trabajar despejaíto. Le ponen la misma cara que a cualquiera que dice "sí, me voy a meter a ese corazón ardiente de reactor nuclear sin mi traje antirradiación sólo para estar más fresquito". Hay gente así, qué vamos a hacerle. Pero el tipo es bueno en lo que hace, así es que se sale con la jodía suya. Su equipo lo conforman dos personas, un negro que como buen negro, le tiene tirria al blanco, aunque con el tiempo, a regañadientes, tendrá que ir cambiando de opinión (una de las mayores fuentes de suspenso de esta peli es que si el compañero negro seguirá el ritual de los suyos y la palmará antes del fin de la peli, y cuándo, pero no voy a descargar spoilers al respecto). El otro es un blanco, pero medio debiluchín, porque figúrense ustedes, después de ver como al otro se lo molieron con la bomba, ha quedado medio trancado el pobre, y con madera así no se pueden tallar héroes, caramba. Y... bueno... de eso va la peli, más o menos. Dos horas yendo al lugar del suceso y desarmando bombas.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la gala de los Premios Oscar del 2010 (para premiar lo mejor del 2009), nadie se esperaba que de las dos favoritas, "Vivir al límite" le pegara tal paliza a "Avatar". Las dos postuladas a nueve Premios Oscar, y resulta que la de Irak se lleva 6 (¡66% de éxito, go to next scene!) y "Avatar" miserables 3 (33%, game over). Y para hacer más miserable la miseria, resulta que "Avatar" se lleva la pura morralla técnica que no cotiza nadie (igual que "Jurassic Park" en su día), y "Vivir al límite" se echa a cuestas Mejor Película y Mejor Dirección, ahí es nada. Para mayor ironía, no sólo James Cameron y Kathryn Bigelow están divorciados, sino que además fue el ex-marido quién convenció a la ex-señora de rodar esta peli. Claro, es que era el 2008 y "Avatar" no se estrenaba hasta el 2009, y sólo por un tecnicismo legal (la peli tuvo un éxito a lo sumo discreto, y no se estrenó hasta más de un año en Los Angeles, así es que no pudo postular a la entrega del año que le correspondía) acabó compitiendo con "Avatar". Bueno, esta serpentina secuencia de acontecimientos llevó a que el primer Premio Oscar de la Academia a la Mejor Directora mujer recayera en Kathryn Bigelow, reconocida por rodar como machorra ("Punto de quiebre", "Días extraños", "K-19"...), si por algo fue del gusto de James Cameron (la señora Bigelow, y la idea de que ella dirigiera "Vivir al límite", la que se prefiera). La peli además tocaba un tema sensible, como es el de la guerra de Irak. Y es que la de Bastet y señor mío que tienen montaos los yanketas allá, en una campaña que iba a durar seis meses y todos los analistas inteligentes dijeron que no, que iba a ser un nuevo Vietnam (la sangre no llegó al río... Tigris o Eufrates, tanto légamo da uno como otro... pero mal no lo hace tampoco, para ser una guerra completamente fraguada de suelo a techo), es que empezó a salir cine en contra. Porque todos los cineastas están coludidos y ninguno quiere hacer el Rambo de Irak (ni siquiera Sylvester Stallone, que hizo patrioteríadas bélicas como "Rambo 2" y "Rambo 3"). Y aquí está lo divertido del asunto: doña Bigelow se los montó a todos y se los pasó por la reverenda torera. Porque ésta peli no es sobre la guerra de Irak. Y sí es una peli muy Bigelow. Bien dado, chica, y si a tanto alcanza el cariño, aséstales una por mí.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por una aclaración, que es necesaria porque mucha gente se ha llevado a confusión con esta peli. ESTA PELI NO ES SOBRE LA GUERRA DE IRAK. Así como "Punto de quiebre" no era sobre polis y ladrones, ni "K-19" sobre la Guerra Fría. El cine de Kathryn Bigelow gira de manera casi obsesiva en torno a un gran tema, que es la adicción, los personajes que o son débiles o en un momento de debilidad caen en el chute y ya no hallan como dejarlo, y en la espiral de autodestrucción subsiguiente. Si nos tomamos "Punto de quiebre" como una peli de acción, su premisa de un agente del FBI persiguiendo a surfistas ladrones es imbécil hasta lo surrealista, pero si lo entendemos como una metáfora de la pérdida de la virginidad yonketa, todo tiene más sentido, incluyendo la escena final. Algo parecido pasa en la búsqueda de sensaciones en "Días extraños". Y en "K-19", si bien no hay adicción a la vista, sí que puede verse en ese reactor nuclear del submarino un equivalente de la droga, un algo de lo que el yonki es dependiente para subsistir, pero que al mismo tiempo puede llevarte a la ruina total en esa misma dependencia. En todos estos casos, lo que hay alrededor es puro decorado. Y "Vivir al límite" continua la misma lógica. La Guerra de Irak es un decorado. Se ha criticado de esta peli que los irakíes estén mal caracterizados, que la guerra no sea presentada de manera tan incisiva, incluso que la peli misma no tenga trama. Bueno, justamente de eso se trata. Porque esta no es una peli sobre una historia, sino sobre una experiencia: la de un tipo que es adicto terminal. Como la historia está contada desde su perspectiva, la de un yonki extremo al que lo único que importa en la vida es su subidón periódico, su obsesión/adicción a las drogas se lo traga literalmente todo a su alrededor. Por eso tiene una estructura episódica: se fuma una bomba, se inhala otra bomba, se inyecta otra bomba, se jala otra bomba, se esnifa otra bomba... y así ad infinitum, en una pesadilla que no puede tener fin (aunque la peli, por razones obvias, sí debe tenerlo). Así es la vida de un adicto (no sólo el adicto a las drogas, ojo, sino cualquier adicto, al teléfono, al chat, al sexo, a leer Cine 9009...). Todo en el horizonte desaparece, y ya sólo importa la adrenalina del momento, el subidón seguido de la consiguiente resaca. Esta peli es eso, subidón y resaca, subidón y resaca, subidón y resaca. Evidentemente no importa que los irakíes e incluso los amiguetes estén mal caracterizados, porque al adicto le importan un rábano el resto de los seres humanos. Tampoco es una peli de crítica contra la guerra, ni una glorificación de la misma, porque esa guerra es apenas un escenario más (podría ser cualquier otro, en realidad). El personaje es chulo y molón, pero en lo que parece ser una sutil (probablemente inCOZiente) crítica del héroe chulo y molón de toda la vida, pareciera querer decírsenos que los supermanes y los rambos más grandes que la vida no lo son por "la justicia" ni por dárselas de machos, como pudiera ser, sino porque simplemente son adictos a sus roles que no pueden dejar de ser lo que son (en "Rambo: Regreso al infierno", y desde una perspectiva bien distinta, el prota reflexionaba que al final la guerra siempre lo iba a llamar porque en la única parte en donde John Rambo está vivo, es en la lucha, en jugarse el pellejo, y en definitiva, en degollar pobres vietnamitas o lo que fuera). Por lo mismo también, los celebrados cameos de los muy estimables David Morse, Guy Pierce y Ralph Fiennes en realidad dan lo mismo, y no es que lo hagan mal, en realidad están la mar de bien (sobre Evangeline Lilly no me pronuncio, su presencia es puramente testimonial porque la pobre por no tener, no tiene ni diálogos casi, así es que lo mismo contrataban a una actriz porno o a un maniquí de multitienda y salía quizás más barato en lo que a presupuesto se refiere). Y como para remachar el mensaje, por sobre la banda sonora instrumental doña Kathryn Bigelow nos regala con tres temas antiBush, pero... de Ministry, la banda rockindustrial más yonketa que ha militado en América (no por nada, el frontman Al Jourgensen vive más pa'llá que del lado sobrio de la vida, y tampoco no por nada, la canción más famosa de Ministry es "Just One Fix"). O sea, si vamos a considerar por un segundo la hipótesis de que el Premio Oscar de verdad premia a lo mejor del cine en su año respectivo, entonces el premio para "Vivir al límite" está mucho mejor encajado que otras pelis de los últimos diez años como las entretenidas pero insubstanciales "Gladiador" o "Chicago", las sobrevaloradas "Los infiltrados" o "Sin lugar para los débiles", o derechamente mamarrachos fílmicos como "Una mente brillante" o "Crash". El único pero de esta peli, lo único que me impide calificarla como maestra, y me obliga a rebajarla a simplemente buena (que no es poco, por otra parte) es que TODA la peli está filmada cámara en mano. Oigan, pero es que ni "Bourne: El ultimátum" llega a tanto, y eso que ahí se las apañaron para contratar a toda la plana mayor de camarógrafos epilépticos de Hollywood. Vale que "Vivir al límite" trata de capturar el nerviosismo y la excitación adrenalínica de un buen chute, pero es que oigan, si hasta Shakespeare en sus tragedias más tragediosas metía interludios más livianos para que respiráramos un poco (una de las razones por la que "Cloverfield" es una reverenda mierda es precisamente por lo mismo, por la cámara en mano, y si bien se justificaba por la premisa argumental, eso demuestra que la premisa argumental misma de "Cloverfield" era una birria). Pero qué más da. La gente no parece marearse demasiado en el cine, como que después de darle el Premio Oscar, esta peli que ya estaba compartiendo sala con alguna otra, recibió más funciones y volvió a estar ocupando íntegramente todas las funciones de su sala. Es la magia del tío Oscar, que entre los blogueros de cine, todo sea dicho, también genera su otro poco de adicciones (que es una mierda, vamos, pero no puedo dejar de hablar del premio).

(¿Notaste que toda la parrafada anterior está contenida en un solo párrafo, para recrear la sensación de que te has mandado un chute de comentario cinéfilo?).

IDEAL PARA: Mandarse una esnifada de las buenas.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "VIVIR AL LÍMITE":

-- "Crítica de EN TIERRA HOSTIL (THE HURT LOCKER)" en Cinoscar & Rarities.
-- "En tierra hostil" en Bienvenidos a Nunca Jamás.
-- "En tierra hostil (2009)" en Quesito Rosa.
-- "Oscars 2010: En tierra hostil (The Hurt Locker) el cine es una droga" en Blog de Cine.
-- "En tierra hostil de Kathryn Bigelow" en Om & Asociados.
-- "En tierra hostil - La droga de Bagdad" en Tierra de Cinéfagos.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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