Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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miércoles, 17 de febrero de 2010
"La cosa" (1982).
-- "The Thing". Estados Unidos. Año 1982.
-- Dirección: John Carpenter.
-- Actuación: Kurt Russell, Wilford Brimley, T.K. Carter, David Clennon, Keith David, Richard Dysart, Charles Hallahan, Peter Maloney, Richard Masur, Donald Moffat, Joel Polis, Thomas G. Waites, Norbert Weisser, Larry J. Franco, Nate Irwin.
-- Guión: Bill Lancaster, basado en el relato "¿Quién anda ahí?" de John W. Carpenter Jr.
-- Banda Sonora: Ennio Morricone.
-- "La cosa" en IMDb.
-- "La cosa" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Algo espeluznante ha llegado desde el espacio exterior. Y no, no es Barney el Dinosaurio. La guinda se la tendrán que comer un puñado de aguerridos científicos yanketas (para variar) apostados en la Antártica por alguna razón no especificada, pero qué bueno están ahí o no habría peli. De pronto ven aparecer un helicóptero tratando de barrer del mapa a un lindo e inocente husky siberiano. O la raza que sea. Después de todo, no es de veritas husky ni siberiano. Pero es igual de malo que si viniera de Siberia, peor que enema de comunista... Del heli se baja un tipo gritando garbanotzia-garbanotzia, y trata de disparar a la desesperada. Mala idea. Es acribillado. Y el perro, bien, gracias, que estupendo me lo paso. El grupo se mira y remira, y qué diablos le pasó al maldito albanés. No, es noruego. Bueno, hay una base noruega cerca (lo que es cerca en la Antártica, o sea, laperracientos kilómetros pa'llá), así es que habrá que inspeccionar. Con mal clima y todo. Nuestro héroe aguerrido, sabemos que es el héroe porque es Kurt Russell y es una de John Carpenter, y Russell es como el hijito musculoso que Carpenter nunca tuvo, viaja a la base. Y descubre algo rarísimo. Un cadáver congelado por gentileza de Congeladores Antártica, 200 millones de años congelando para usted. Bueno, el cuerpillo es más reciente. Y además viene con bomba biológica adentro: resulta que el cuerpo no estaba tan congelado como se suponía (por eso mi mami me dijo siempre que no pusiera la carne a descongelar si no me la iba a servir). Por su parte el perro ha estado circulando por toda la base, con cara de santito de estampa, y cuando lo dejan solo con los otros perros... Bueno, la de Vater und Herr que arma. Ahora, el grupo está llegando a una serie de conclusiones espeluznante. Un terrorista llegado desde el espacio exterior está amenazando con liquidar al grupo. Como los muhayidines, son capaces de dormir por años o siglos hasta infiltrarse en el cuerpo de los pacíficos ciudadanos y reemplazarlos. Cualquiera en la base puede ser un "ellos". Y de ellos depende contenerlo, antes de que las tormentas arrecien y venga apoyo desde el mundo exterior, y por ende, darle la oportunidad a la criaturilla para mimetizarse con la Humanidad al palo...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los tempranos '80s, la Humanidad debió afrontar una tenebrosa alternativa. Todo hombre, mujer o niño del planeta fue colocado frente a un terrible dilema, por el crecimiento del fanatismo religioso cristiano-musulmán-comunista. De qué lado estás: de las malvadas fuerzas del lavado de conciencia religioso, o de los buenos y fieles librepensadores de toda la vida. Es lo que tiene que recrudezcan las Guerras Frías, que posiciones terceristas y acomodaticias no tienen espacio: o tatcheriano o rojo. En medio de ese ambiente floreció el cine de un terrorista intelectual por antonomasia, como es el incombustible John Carpenter. Carpenter ya había inventado medio de chiripa las Slasher Movies con "Halloween" (ya vendrían "Martes 13", "Pesadilla en la Calle Elm", "Hellraiser"...), había contado una buena de terror en "La niebla" y venía de rodar esa especie de precyberpunk movie que fue "Escape de Nueva York", cuando se fijó en una peli llamada "El enigma de otro mundo". Este clásico del cine alienoparanoico (ya saben: hay ETs, los ETs son malos porque sí, caen humanos cada X minutos, el ET es destruido y la buena y vieja Tierra a salvo...) estaba a su vez basado en el relato de un editor de Ciencia Ficción llamado John W. Campbell Jr., bien conocido por el friki de pro porque al tomar el liderazgo de la revista "Astounding Stories" en 1937 redefinió la Ciencia Ficción literaria para siempre (bueno, literaria, en esos años, lo que se dice literaria...). Campbell podrá haber sido editor de Ciencia Ficción, pero era también un buen patriota, y su relato trataba sobre el miedo a aquello que no es como nosotros, o sea, no es humano, bueno ni americano (tres conceptos sinónimos en la mentalidad yanketa de toda la vida). No es casualidad que haya sido adaptado por primera vez en medio de la ola macartista (no por nada el diablo es rojo). Y tampoco es casualidad que la segunda adaptación haya venido en los albores de la Era Reagan, pasada la época en que James Bond contemporizaba con bellas agentes rusas como en "La espía que me amó", y en que la vieja URSS volvía a ser el enemigo de toda la vida. Lo curioso es que en la Era Bush, nadie pensó en adaptarla. Bueno, tuvimos suerte. Aunque ahora están hablando de precuela. Que es lo mismo que decir "reboot". Yo no sé para qué diablos eligieron al bueno de Barack Obama, si no es capaz de impedir atrocidades como ésa.
¿POR QUÉ VERLA?
-- John Carpenter. Denostada toda la vida por ser de bajo presupuesto, malas ideas y peor ejecución, la serie B fue enormemente dignificada por este director que toda la vida trabajó en las ligas de segunda división, y obtuvo con su cine resultados muy superiores a la gente de primera. Por no ser pelis de alto presupuesto y que por tanto tuvieran que apelar a audiencias espaidermanescas para recuperar la inversión, Carpenter pudo darse el lujo de ser un director seco, alienado y nihilista. Que sus pelis son la cruda realidad y no una p*** fantasía de Jennifer López, para que nos entendamos. En "La cosa" no vemos demasiadas concesiones a la platea: el tema de la peli es oscurísimo (el mejor de los días tu amigo se levanta y te convierte en un monstruo de otro planeta), y Carpenter lo lleva hasta las últimas consecuencias. Todo su talento para lo artesanal está muy bien vertido en una peli espectacular, no por los FXs (aunque ya hablaremos de ellos), sino por la manera en que agarra al espectador y no lo suelta hasta que llega la inevitable conclusión final. Una buena peli de un buen director, en que se ven reflejados todos sus tics y su ideología tan divergente respecto del cine popcornero de rigor.
-- Kurt Russell. El actor fetiche de John Carpenter ("Elvis", "Escape de Nueva York", "Rescate en el Barrio Chino") aquí se desprende de su rol carpenteresco más célebre, el renegado Snake Plissken, para meterse en la piel de un científico que, a pesar de ser el héroe (alguien tiene que serlo, ¿no?), en ningún minuto deja de ser una persona de carne y hueso enfrentada a una situación que sobrepasaría a cualquier persona. El resto del elenco, conformado por ilustres desconocidos entre los cuales se cuela más de un secundario de toda la vida (de ésos que los ves y dices "¡Lo he visto! ¿Cómo diablos se llamaba y en dónde actuó?"), acompaña también muy bien.
-- Los efectos especiales y la imaginería visual de la peli son apabullantes. Como es costumbre en los trabajos de Carpenter, prefiere el trabajo a la antigüita, sin FXs de última generación que quedan más molones, pero en definitiva distraen, por no hablar de incrementar exponencialmente los costos de producción. Podrían haber un remake de esta peli con una cosa confeccionada con la moderna CGI, y en realidad no se ganaría demasiado porque con los recursos muñequísticos y prostéticos de 1982, más el acerado uso de la cámara que hace el siempre duro Carpenter (la influencia de los clásicos: Howard Hawks, Sergio Leone...), hacen que el monstruo se vea igualmente terrorífico. A la vez, casi como los pistoleros en la inmensidad del desierto en el Spaghetti Western, el espacio físico del desierto de hielo que es la Antártica es casi un personaje más dentro de la peli, aumentando la claustrofobia sólo con mostrar todo perpetuamente blanco. Como en el cuento de Borges, no hay peor laberinto que un desierto abierto (aunque sea un desierto glaciar).
-- Ennio Morricone. Rompiendo la inveterada costumbre de John Carpenter de musicalizar himself todas sus pelis, Carpenter contrató para esta faena a Ennio Morricone, tipo que, bueh, nos ha dado algunos de los más brillantes soundtracks de todos los tiempos ("El bueno, el malo y el feo", "La misión", "Los intocables", "Investigación de un ciudadano por sobre toda sospecha"...), pero que también se ha mercenarizado hasta lo indecible en ocasiones con tal de llevar lentejas a la mesa. ¿Y aquí? Bueno, lo curioso es que Carpenter contrató a Morricone para componer un soundtrack Carpenter-style. Bueno, si son fans del Morricone instrumental del Spaghetti Western a lo Clint Eastwood, despídanse porque este soundtrack es fuertemente electrónico. O sea, Morricone consiguió imitar de lo más bien el estilo de John Carpenter. Pero si se toman el soundtrack como lo que es y no como de quién viene, es un gran soundtrack, opresivo y alienante. Olvídense de quien lo compuso, y disfrútenlo como si el propio maestro Carpenter le hubiera dado al Casio de toda la (su) vida. Y sí, mucho de la peli se le debe a su partitura, tan notable como minimalista.
-- Insistamos un poco más en el planteamiento de la peli. Algunas pelis son buenas porque son feel-good, las ves y sales aliviado de los problemas del mundo luego de un bañito de rosas ("Mujer bonita", por ejemplo). Pero no es bueno que TODAS las pelis sean feel-good, porque a veces también hay que pensar sobre lo malo que puede llegar a ser el mundo. "La cosa" es del segundo tipo. No hay concesiones al heroísmo, y Kurt Russell, a pesar de ser el héroe, está muy lejos de ser un Schwarzennegger diciéndole a la cosa: "You're a very ugly motherfucker"... El enemigo podrá ser uno y podrá ser fácilmente exterminable si se le localiza, pero también es escurridizo, y la angustia se traspasa. En definitiva hay una dura reflexión sobre cómo las personas podemos conocernos y aún compartir una vida, y al momento siguiente, por algún motivo, las desconoces y tienes que lastimarlas (incluso destruirlas) para seguir adelante. En la peli, esto es obra de un bicho alienígena, pero esto es metafórico: también en la vida cotidiana pasa lo mismo, y no se necesitan invasores del espacio exterior para eso. Claro, la pelis hablaban de la paranoia anticomunista, tanto "El enigma de otro mundo" como el remake que nos ocupa, pero es también extensible a la vida cotidiana. Quizás eso es lo más inquietante de la peli: que a través de una fantasía de monstruos espaciales, podemos echar un vistazo a algunos de los peores aspectos del ser humano y de lo que significa encajar en la vida de sociedad.
IDEAL PARA: Ver una metáfora en clave cienciaficcionera de aquella frase de Hobbes sobre que "el hombre es el lobo del hombre"...
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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