-- "Public Enemies". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Michael Mann.
-- Actuación: Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard, Channing Tatum, Giovanni Ribisi, Stephen Dorff, Billy Crudup, Leelee Sobieski, Jason Clarke, Stephen Graham, Bill Camp, David Wenham, Richard Short, Christian Stolte, Stephen Lang, Emilie de Ravin, Shawn Hatosy, Branka Katic, Don Frye, James Russo, Lili Taylor.
-- Guión: Ronan Bennett, Michael Mann y Ann Biderman, basados en el libro de Bryan Burrough.
-- Banda Sonora: Elliot Goldenthal.
-- "Enemigos públicos" en IMDb.
-- "Enemigos públicos" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
1933. El mismo año en que los nazis llegan al poder y FDR amenaza con imponer la dictadura socialista cobrando... ¡¡¡IMPUESTOS!!! ...en... ¡¡¡AMÉRICA!!! En una aislada penitenciaría en el quinto infierno y tres casas más allá, aparece... ¡¡¡DILLINGER!!! Como no podía ser de otra manera, tratándose de la introducción de una peli de mafiosos que no sean las del Padrino, los tiros vuelan y la sangre salta. La banda de Dillinger, la mitad de la cual estaba tomando el sol a rayas, ahora está lista para la acción. Pero la cosa va a ser un poco complicada. En primer lugar, aunque estamos en medio de la Gran Depresión, América se está rearticulando para luchar contra la crisis económica, y ya los asaltos de bancos no se ven tan chupis como antes (es lo que tiene la prosperidad, que te hace repentinamente más amigui con el poder establecido). Además, tenemos al inflexible y duro J. Edgar Hoover listo para reemplazar la anarquía del crimen organizado por la mano dura de la justicia (la suya, claro, que a este tipo tuvieron que sacarlo con piyama de madera de la dirección del FBI, cuarenta años después). El sistema organizado contra el individuo que atornilla al revés. Bueno, qué podría salir peor, ¿no? Y no se preocupen, que cuando el descensus ad inferos comienza, ya nada lo para, porque aparece después el siguiente escalón... ¡¡¡LA MUJER!!! En efecto, nuestro buen Dillinger se empota con una franchute nada más buena, y eso lo lleva a tomar decisión errada sí y decisión errada también. Poco a poco, el FBI lo va cercando, y pronto, Dillinger descubrirá que se está transformando en un anacronismo, y que ya el mundo no tiene espacio para los gángsters antisistema como él...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Tenía que pasar. Tanto nos han machado con eso de que la Crisis Subprime 2008 es la peor desde la Gran Depresión, que era cuestión de tiempo antes de que saliera efectivamente una peli de gángsters sobre la Gran Depresión (y van...). El gangsterismo tiene una larguísima tradición en el cine, desde el fundacional "Scarface" o las otoñales "El enemigo público número 1" o "El bosque petrificado", hasta revivals como "El padrino", "Los intocables" o "¡Mafia!". ¿Por qué, este secreto encanto de los gángsters de la era de la Depresión? La respuesta tiene mucho que ver con el mito romántico. Al igual que los piratas del siglo XVII o los pistoleros del Far West, los de a-de-veritas en realidad eran tipos mugrosos-malaseados, que se mataban entre sí por un quítame allá esas pajas, y que de honorables tenían el sobaco y el trasero, pero como después fueron aplastados por "el sistema", se convirtieron en íconos románticos de la rebelión contra el poder establecido. Que siempre vende, no lo neguemos, si después de todo, ya sabemos que eso llamado "poder establecido" tiende a funcionar mejor para algunos que para algunos otros, y al resto de los cavazanjas de toda la vida qué les queda, sino el escapismo y la ilusión. Que estas pelis no están hecha para que les guste a tipos como Silvio Berlusconi, Bill Gates o Sebastián Piñera, para que hablemos claro. Y si tienen hálito trágico (que el prota pierde, vamos, o acaso no sabían que a Dillinger acaban tirotéandolo al final, si eso sale en los libros de Historia, carajo), tanto mejor porque así las masas pueden sentirse identificadas con el pequeño rebelde sin causa hasta el final. No es casualidad que una peli como ésta salga y tenga éxito justo cuando "el sistema" la ha cagado metiendo la pata hasta el pescuezo en mierda, después de que durante años nos dijeron que eso de la desregulación de los mercados financieros y laborales estaba bien, y miren ahora la de Jesús es Cristo que dejaron allá afuera (ah, pero sin mandar a la cárcel a nadie, que podrán haberse mandado el cagazo, pero todo fue honorable y entre gente decente, así es que no vamos a hacernos algo tan poco amigable como enjuiciarnos unos a otros, ¿verdad?). En ese sentido, "Enemigos públicos" habla menos de Estados Unidos en 1933 que de Estados Unidos en 2009, con un tipo antisistema tratando de abatir a los poderosos. En una lucha inútil y sin cuartel, por supuesto. Para que se vea heroico... pero que en definitiva el sistema gane, o de lo contrario, ningún jerifalte de Hollywood hubiera puesto dinero en esto (que las pelis no las financiamos por buenas sino por vendibles y levemente ideológicas, al final del día).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Bueno, er... Es Michael Mann. No es el mejor Michael Mann de todos, pero la buena noticia es que está más cerca de la encomiable "Colateral", que de esa mierda planchá contra la ropa que era "Miami Vice". Nadie espere aquí una densa crítica social, ni siquiera personajes demasiado bien perfilados (en los hechos, aparte del prota, el cineasta se desentiende por completo del resto hasta el punto que pareciera no importarles nada de nada). Michael Mann tiene claro lo que quiere contar, y eso no es una peli histórica ni una de ésas con el ampuloso rótulo de "de época". Lo suyo en este caso es la pelea entre el sujeto aislado y el sistema opresor. Michael Mann no pierde ocasión en demostrarnos que Dillinger es bondadoso a la manera romántica, porque asalta bancos y mata gente a destajo, vale, pero cuando se lleva el dinero, se lleva el del banco y no el del humilde funcionario que para el banco trabaja, pobrecillo. O que en el fondo es un buen chico con su cariñito. Mientras que "el sistema" está encarnado en el implacable Purvis, que en el fondo no es un personaje sino que es Christian Bale jugando a ser el villano (lo que no le hace ningún favor a la peli, porque es casi como estar viendo al Bruce Wayne de "Dark Knight", pero sin su delicada psicología; tampoco ayuda que la partitura de Elliot Goldenthal a veces pareciera plag... "citar" líneas enteras de la compuesta por Hans Zimmer y James Newton Howard para "Batman inicia"/"Dark Knight"). Y detrás tenemos a Hoover, otro tipo que sólo aparece para ponérsela de putas a "el jovencito". La paradoja es que, a pesar de que el Gangsterismo floreció en un contexto bien definido, cual es la Gran Depresión, ese contexto desaparece por completo detrás del conflicto principal. Y esto no es algo ni para criticar ni para alabar: es simplemente una opción narrativa, que puedes tomarla o dejarla, pero si esperas una gran recreación histórica aquí, estás completamente fuera de lugar (que esto no es "Bonnie y Clyde", vamos). En el fondo, el decorado art-decó no es más que eso, un decorado, para que el bueno (el rebelde romántico) y los villanos (el prosaico sistema de toda la vida) se líen cómodamente a mamporros. ¿La gracia de esto? Como lo dije al inicio: es Michael Mann, hombre. Si hay alguien que podía hacer una peli tan inane y casi abstracta en su contenido, y aún así salirse con la suya, es justamente Michael Mann. ¿Por qué? Porque este tipo es insuperable filmando violencia. La opción por las cámaras digitales le hacen un favor enorme a los duelos con ametralladora, que pocas veces se vieron tan realistas y descarnados en el cine (si la ves en tu televisioncita de 14 pulgadas en año y medio más, cuando la den en el cable, te lo vas a perder). O sea, el tipo asume que si vas a reducir una peli de dos horas veinte a un simple duelo prolongado, al estilo "Transformers", por lo menos que ese contenido mínimo sea bueno. Y lo es. De manera superlativa.
-- Las actuaciones son bien ajustaditas a sus cometidos. Johnny Depp al principio como que no convence mucho, como que es muy Johnny Depp interpretando a su personaje, pero andando el metraje y desmelenándose un poco el asunto, fluye de manera natural en un personaje al que, de todos modos, se le hubiera agradecido un poco de mala leche adicional (¡es un gángster, por Bastet!). Christian Bale, ya lo dijimos, está para pasear su cara de rottwailer y cumple. Billy Crudup (¡sí, el Doctor Manhattan de "Watchmen"!) en sus breves escenas como Hoover, está impagable, como un tipo que parece estar en lo de perseguir el crimen más por satisfacer a Narciso que por verdadero espíritu de dedicación pública. Marion Cotillard, como de costumbre, está soberbia, aunque apenas se note porque esto no es "La vie en rose" y su rol es apenas poco más que el descanso del guerrero. Del resto no hay mucho que decir, porque en verdad el conflicto está tan centrado en "el jovencito" versus "el sistema", que sus vidas ni van ni vienen ni, la verdad, nos importan demasiado, y de ahí que gente solvente como Giovanni Ribisi, Lily Taylor o Leelee Sobieski (ya ven, hay vida después de "En el nombre del Rey") estén ahí casi para aparecer en la foto y poco más. Lástima de buen elenco sudándolo todo con la camiseta puesta, y que apenas se note.
-- Escenas impagables. El tiroteo en el bosque, adrenalina pura inyectada a la vena. O cuando Dillinger va a decirle a su mamacita que no va a trabajar más de recibechaquetas. O el asalto al banco que degenera en una balacera brutal. O toda la secuencia con "El enemigo público número 1" de fondo (que los tipos del subtítulo, de manera literal al original, pero desconociendo cómo tradujeron la peli acá en castellano en su día, le pusieron el tan adecuado como irreconocible "Melodrama en Manhattan").
IDEAL PARA: Ver una peli de violencia con buen pulso.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
-- Dirección: Michael Mann.
-- Actuación: Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard, Channing Tatum, Giovanni Ribisi, Stephen Dorff, Billy Crudup, Leelee Sobieski, Jason Clarke, Stephen Graham, Bill Camp, David Wenham, Richard Short, Christian Stolte, Stephen Lang, Emilie de Ravin, Shawn Hatosy, Branka Katic, Don Frye, James Russo, Lili Taylor.
-- Guión: Ronan Bennett, Michael Mann y Ann Biderman, basados en el libro de Bryan Burrough.
-- Banda Sonora: Elliot Goldenthal.
-- "Enemigos públicos" en IMDb.
-- "Enemigos públicos" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
1933. El mismo año en que los nazis llegan al poder y FDR amenaza con imponer la dictadura socialista cobrando... ¡¡¡IMPUESTOS!!! ...en... ¡¡¡AMÉRICA!!! En una aislada penitenciaría en el quinto infierno y tres casas más allá, aparece... ¡¡¡DILLINGER!!! Como no podía ser de otra manera, tratándose de la introducción de una peli de mafiosos que no sean las del Padrino, los tiros vuelan y la sangre salta. La banda de Dillinger, la mitad de la cual estaba tomando el sol a rayas, ahora está lista para la acción. Pero la cosa va a ser un poco complicada. En primer lugar, aunque estamos en medio de la Gran Depresión, América se está rearticulando para luchar contra la crisis económica, y ya los asaltos de bancos no se ven tan chupis como antes (es lo que tiene la prosperidad, que te hace repentinamente más amigui con el poder establecido). Además, tenemos al inflexible y duro J. Edgar Hoover listo para reemplazar la anarquía del crimen organizado por la mano dura de la justicia (la suya, claro, que a este tipo tuvieron que sacarlo con piyama de madera de la dirección del FBI, cuarenta años después). El sistema organizado contra el individuo que atornilla al revés. Bueno, qué podría salir peor, ¿no? Y no se preocupen, que cuando el descensus ad inferos comienza, ya nada lo para, porque aparece después el siguiente escalón... ¡¡¡LA MUJER!!! En efecto, nuestro buen Dillinger se empota con una franchute nada más buena, y eso lo lleva a tomar decisión errada sí y decisión errada también. Poco a poco, el FBI lo va cercando, y pronto, Dillinger descubrirá que se está transformando en un anacronismo, y que ya el mundo no tiene espacio para los gángsters antisistema como él...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Tenía que pasar. Tanto nos han machado con eso de que la Crisis Subprime 2008 es la peor desde la Gran Depresión, que era cuestión de tiempo antes de que saliera efectivamente una peli de gángsters sobre la Gran Depresión (y van...). El gangsterismo tiene una larguísima tradición en el cine, desde el fundacional "Scarface" o las otoñales "El enemigo público número 1" o "El bosque petrificado", hasta revivals como "El padrino", "Los intocables" o "¡Mafia!". ¿Por qué, este secreto encanto de los gángsters de la era de la Depresión? La respuesta tiene mucho que ver con el mito romántico. Al igual que los piratas del siglo XVII o los pistoleros del Far West, los de a-de-veritas en realidad eran tipos mugrosos-malaseados, que se mataban entre sí por un quítame allá esas pajas, y que de honorables tenían el sobaco y el trasero, pero como después fueron aplastados por "el sistema", se convirtieron en íconos románticos de la rebelión contra el poder establecido. Que siempre vende, no lo neguemos, si después de todo, ya sabemos que eso llamado "poder establecido" tiende a funcionar mejor para algunos que para algunos otros, y al resto de los cavazanjas de toda la vida qué les queda, sino el escapismo y la ilusión. Que estas pelis no están hecha para que les guste a tipos como Silvio Berlusconi, Bill Gates o Sebastián Piñera, para que hablemos claro. Y si tienen hálito trágico (que el prota pierde, vamos, o acaso no sabían que a Dillinger acaban tirotéandolo al final, si eso sale en los libros de Historia, carajo), tanto mejor porque así las masas pueden sentirse identificadas con el pequeño rebelde sin causa hasta el final. No es casualidad que una peli como ésta salga y tenga éxito justo cuando "el sistema" la ha cagado metiendo la pata hasta el pescuezo en mierda, después de que durante años nos dijeron que eso de la desregulación de los mercados financieros y laborales estaba bien, y miren ahora la de Jesús es Cristo que dejaron allá afuera (ah, pero sin mandar a la cárcel a nadie, que podrán haberse mandado el cagazo, pero todo fue honorable y entre gente decente, así es que no vamos a hacernos algo tan poco amigable como enjuiciarnos unos a otros, ¿verdad?). En ese sentido, "Enemigos públicos" habla menos de Estados Unidos en 1933 que de Estados Unidos en 2009, con un tipo antisistema tratando de abatir a los poderosos. En una lucha inútil y sin cuartel, por supuesto. Para que se vea heroico... pero que en definitiva el sistema gane, o de lo contrario, ningún jerifalte de Hollywood hubiera puesto dinero en esto (que las pelis no las financiamos por buenas sino por vendibles y levemente ideológicas, al final del día).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Bueno, er... Es Michael Mann. No es el mejor Michael Mann de todos, pero la buena noticia es que está más cerca de la encomiable "Colateral", que de esa mierda planchá contra la ropa que era "Miami Vice". Nadie espere aquí una densa crítica social, ni siquiera personajes demasiado bien perfilados (en los hechos, aparte del prota, el cineasta se desentiende por completo del resto hasta el punto que pareciera no importarles nada de nada). Michael Mann tiene claro lo que quiere contar, y eso no es una peli histórica ni una de ésas con el ampuloso rótulo de "de época". Lo suyo en este caso es la pelea entre el sujeto aislado y el sistema opresor. Michael Mann no pierde ocasión en demostrarnos que Dillinger es bondadoso a la manera romántica, porque asalta bancos y mata gente a destajo, vale, pero cuando se lleva el dinero, se lleva el del banco y no el del humilde funcionario que para el banco trabaja, pobrecillo. O que en el fondo es un buen chico con su cariñito. Mientras que "el sistema" está encarnado en el implacable Purvis, que en el fondo no es un personaje sino que es Christian Bale jugando a ser el villano (lo que no le hace ningún favor a la peli, porque es casi como estar viendo al Bruce Wayne de "Dark Knight", pero sin su delicada psicología; tampoco ayuda que la partitura de Elliot Goldenthal a veces pareciera plag... "citar" líneas enteras de la compuesta por Hans Zimmer y James Newton Howard para "Batman inicia"/"Dark Knight"). Y detrás tenemos a Hoover, otro tipo que sólo aparece para ponérsela de putas a "el jovencito". La paradoja es que, a pesar de que el Gangsterismo floreció en un contexto bien definido, cual es la Gran Depresión, ese contexto desaparece por completo detrás del conflicto principal. Y esto no es algo ni para criticar ni para alabar: es simplemente una opción narrativa, que puedes tomarla o dejarla, pero si esperas una gran recreación histórica aquí, estás completamente fuera de lugar (que esto no es "Bonnie y Clyde", vamos). En el fondo, el decorado art-decó no es más que eso, un decorado, para que el bueno (el rebelde romántico) y los villanos (el prosaico sistema de toda la vida) se líen cómodamente a mamporros. ¿La gracia de esto? Como lo dije al inicio: es Michael Mann, hombre. Si hay alguien que podía hacer una peli tan inane y casi abstracta en su contenido, y aún así salirse con la suya, es justamente Michael Mann. ¿Por qué? Porque este tipo es insuperable filmando violencia. La opción por las cámaras digitales le hacen un favor enorme a los duelos con ametralladora, que pocas veces se vieron tan realistas y descarnados en el cine (si la ves en tu televisioncita de 14 pulgadas en año y medio más, cuando la den en el cable, te lo vas a perder). O sea, el tipo asume que si vas a reducir una peli de dos horas veinte a un simple duelo prolongado, al estilo "Transformers", por lo menos que ese contenido mínimo sea bueno. Y lo es. De manera superlativa.
-- Las actuaciones son bien ajustaditas a sus cometidos. Johnny Depp al principio como que no convence mucho, como que es muy Johnny Depp interpretando a su personaje, pero andando el metraje y desmelenándose un poco el asunto, fluye de manera natural en un personaje al que, de todos modos, se le hubiera agradecido un poco de mala leche adicional (¡es un gángster, por Bastet!). Christian Bale, ya lo dijimos, está para pasear su cara de rottwailer y cumple. Billy Crudup (¡sí, el Doctor Manhattan de "Watchmen"!) en sus breves escenas como Hoover, está impagable, como un tipo que parece estar en lo de perseguir el crimen más por satisfacer a Narciso que por verdadero espíritu de dedicación pública. Marion Cotillard, como de costumbre, está soberbia, aunque apenas se note porque esto no es "La vie en rose" y su rol es apenas poco más que el descanso del guerrero. Del resto no hay mucho que decir, porque en verdad el conflicto está tan centrado en "el jovencito" versus "el sistema", que sus vidas ni van ni vienen ni, la verdad, nos importan demasiado, y de ahí que gente solvente como Giovanni Ribisi, Lily Taylor o Leelee Sobieski (ya ven, hay vida después de "En el nombre del Rey") estén ahí casi para aparecer en la foto y poco más. Lástima de buen elenco sudándolo todo con la camiseta puesta, y que apenas se note.
-- Escenas impagables. El tiroteo en el bosque, adrenalina pura inyectada a la vena. O cuando Dillinger va a decirle a su mamacita que no va a trabajar más de recibechaquetas. O el asalto al banco que degenera en una balacera brutal. O toda la secuencia con "El enemigo público número 1" de fondo (que los tipos del subtítulo, de manera literal al original, pero desconociendo cómo tradujeron la peli acá en castellano en su día, le pusieron el tan adecuado como irreconocible "Melodrama en Manhattan").
IDEAL PARA: Ver una peli de violencia con buen pulso.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
oh querido General gato, me ha hexo un grueso favor, asi voy al cine no tan ilusionada, aunque viniendo de Michael Mann ¿que mas esperar?
ResponderBorrarcomo ya lo he dicho anteriormente, soy mujer e iba por Johnny y Cristiancito a verla, porque las pelis de Gangsters no me gustan muxo todo hay que decirlo.
la ire a ver y despues juzgare pertinente el esfuerzo de romper o sabotear un anuncio de paradero para robarme el poster de Johnnycito XXXDDD
sayonara
De nada. Con Michael Mann es para tenerle miedo, a veces se manda unas buenísimas y a veces...
ResponderBorrarY bueno, yo sobre Johnny y Christian no opino, salvo en lo que se refiere a los aspectos profesionales del asunto, claro. Aunque sobre lo otro, las opiniones de las que importan al respecto (las féminas, se entiende) a mi alrededor, han sido con pulgares para arriba...
Saludos.