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domingo, 19 de abril de 2009

"Gran Torino" (2008).


-- "Gran Torino". Estados Unidos / Australia. Año 2008.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee Vang, Ahney Her, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, John Carroll Lynch, William Hill, Brooke Chia Thao, Chee Thao, Choua Kue, Scott Eastwood, Xia Soua Chang.
-- Guión: Nick Schenk, basado en una historia de Dave Johannson y el mismo Nick Schenk.
-- Banda Sonora: Kyle Eastwood y Michael Stevens.

-- "Gran Torino" en IMDb.
-- "Gran Torino" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Hi-hmaaaaaá... El 'hood está siendo invadido por chi-nóoo... De ojo lasga-do... Y ahora, una de sus últimas residentes, la esposa de Clint Eastwood, está entreteniéndose en cultivar narcisos desde el lado de abajo del cementerio. El cura dice algunas palabrillas optimistas (ya saben: no sabemos nada de la muerte, pero soy tan chupi que el Señor me ha contactao y me dijo "no sabes nada, pero ten esperanza igual", miren qué chupi soy siendo cura). Clint Eastwood, como vejete heredero de Corea (¿quedan todavía vivos? ¡Yesú, ésa guerra fue hace casi sesenta años!), y como digno superviviente de la industria del automóvil yanki, ese firme y que no se inficcionaba de gremlins, stand still en medio de chinosería y de espaldasmojadas que invaden el antiguo barrio WASP. Sin embargo, Clint es... ¡¡¡CLINT!!! ...y ya sabemos que eso significa: troubles are coming. Al lado se ha mudao una de esas familias chinas ("mmmmmm... laosianos, los conozco bien", lo siento, tenía que citarlo, es el único chiste que me gustó de esa serie de TV...). Los hmong, una raza de chinos que viven entre Laos, Tailandia y Vietnam (er, ya sé, eso hace que no sean chinos, pero es que si hablo de chinos, todos me entienden, si es que son toos unos racistas dentro del armario, joer...) vienen con cola, resulta que algunos hmong integran las gang de toda la vida, y le empiezan a p**tear la vida al crío de la familia. En una de las tantas, se arma la rosca mosca, y terminan cruzando el cesped ¿hasta dónde? Hasta la casa de... Clint. Sale entonces Clint y les dice: "you've got to ask yourself one question: Do I feel lucky? Well, do ya, punk?", con la escopeta de rigor para marcar bien el punto. A partir de entonces, los hmong encuentran que diabloblanco-Cliiiiiint debe ser adora-do... Y Clint, hombre que pasa olímpicamente de su familia, que empieza a escupir sangre de manera cada vez más preocupante, y que apilaba congéneres de sus vecinos a paladas para usarlos de sandboxes en las trincheras de Corea, debe entrar una vez más en acción, para enseñarles que, aunque su antiguo eisenhoweresco barrio se haya transformado en un chinatown, aún se necesita un damn blanco para colocar las cosas en su sitio.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Y pensar que alguna vez actuó en cosas como "Tarántula". Clint Eastwood ahora es uno de los más respetados directores de todo Hollywood. ¿Por qué? Bueno, por dos razones substanciales. En segundo lugar (partamos así, como las misses, por el tema del suspenso), porque es el último de los clásicos, uno de los últimos tipos que rueda cine como la gente decente, por Dioh, y no como esos malditos videocliperos estilo McG (nada en contra de esto último, por supuesto, pero esa manada de wannabes tiende a confundir el medio con el mensaje). Y en primer lugar, la razón más importante, porque Clint makes money, baby. Ya se sabe que lo importante es hacerlo y no cómo se haga, en realidad (ahí tienen la interminable saga de "Rápido y furioso" y secuelas para confirmar que hacer dinero no necesariamente tiene que ver con calidad), pero el público, que algo sabidillo es del tema, le ve las virtudes: la de contar una buena historia con pulso y sin que le tiemble la mano al vejete. Después del éxito crítico de "Million Dolar Baby", se lanzó a ese gran díptico que es "La conquista del honor" y "Cartas desde Iwo Jima", y luego, cuando parecía que empezaba a escupir sangre el vejete, nos descarga primero "El sustituto" como aperitivo, y después, a renglón seguido, este otro winchesterazo como plato de fondo. Así se hace, Clint, y dáles una por mí.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo obvio: esta peli es un drama potente. Un dramón de los de toda la vida. Tenemos el personaje que vive con la culpa del pasado, en este caso de lo bestia que se ha portao en Corea, y le vemos aceptando y tomando la oportunidad de redimirse. A ratos, Clint Eastwood insiste en tratar de darle un tono de comedia, con resultados un tanto chuscos (que cae en la autoparodia, vamos, que Clint nunca ha sido el mejor comediante del mundo), pero cuando el asunto se pone serio, Clint es el más serio de todos, caramba. De la dirección ni hablamos, que Clint Eastwood siempre ha sabido donde poner una cámara y poner el corte preciso (incluso hasta las escenas chuscas tienen un montaje a lo menos decente), y aquí se luce como de costumbre. Pero de la actuación, tenemos a un Eastwood otoñal que bien podría alimentar aquel rumor que corrió en su tiempo, de que "Gran Torino" era la sexta entrega de Harry el Sucio, porque su personaje bien podría ser un Harry Callahan a medio morir saltando (incluso su personaje se apellida Kowalski, similar al detective de apellido polaco Pulovski que interpretaba en "El novato"). En ese sentido, esta peli es más que sólo una peli: es casi el testamento fílmico para esos personajes duros que Clint Eastwood ha venido interpretando desde el Pistolero Sin Nombre de "Por un puñado de dólares", "Por un puñado de dólares más" y "El bueno, el malo y el feo" en adelante. Un testamento necesario en una época plagada de metrosexuales meapilas que consideran que todo es correcto y carecen de todo sentido de la decencia, joer, que ser demócrata significa ser educado y generoso, y no un emotube narcisista bajao del Facebook, demonios. Clint Eastwood ya no pertenece a nuestros tiempos. Y se nota. Porque esta peli es crepuscular. Y también porque las audiencias hambrientas de algo más que fotologs y FXs, la han convertido, sólo en su paso por cines (falta aún la ronda por el DVD), en la peli más profitable de toda la carrera de Clint Eastwood, con ajustes por la inflación inclusive.

-- Podríamos decir que esta peli es la visión post-Bush sobre el crisol de razas, America ist wunderbar y todo eso. Después de que el ariocristiano George W. Bush y la Neocon Conga Orchestra interpretaran el Mambo de Irak, y amenazaran con crear el remake americano de la Gran Muralla China, por allá en el Río Grande, queda claro que América ya no es la patria de los WASP. Y esta peli trata justamente sobre el último WASP post-WorldWarII en un mundo plagado de otras razas. La ironía suprema es que el prota, que detesta a los orientales porque disfrutó como chino (bueno, ya me entienden) trepidándoselos a lo grande en Corea, es él mismo descendiente de inmigrante, un polaco por más señas. Y es que llegan con una mano por delante y otra por detrás, y ya bien instalados se ponen igual de chulos que lo que fueron con ellos (ya tenemos en Chile experiencia con las estiradas colonias, integradas por alemanes muertos de hambre, italianos muertos de hambre, griegos muertos de hambre y palestinos muertos de hambre, que llegaron a Chile y profitaron a costa del sufrido roto de toda la vida, y ahora tratan a patadas a los chilenos de siempre). El mensaje de la peli, intencionado o no, es claro: los inmigrantes ganaron, y los americanos en retirada. Y peor aún, se supone que los inmigrantes ganen porque Estados Unidos es un país de inmigrantes. No en balde, los WASP no descienden del orgulloso y autóctono piel roja, sino de una panda de puritanos a quienes no los dejaban vestirse de negro y usar sus graciosos sombreritos en Inglaterra, a quienes los patearon en la crisma los anglicanos por tomarse la Biblia demasiado a pecho y pretender que todos debían hacer lo mismo (ya saben de dónde vienen los neocon de toda la vida). Para colmo, los inmigrantes son hmong, que, como la chica dice, se supone que pelearon Vietnam al lado del Imperio Americano, y por ende, cuando los yankis tuvieron que irse por pies antes de que les metieran Saigón por el agujero sin luz, empezaron los norvietnamitas a chulearlos por enemigos del pueblo. O sea, los hmong vecinos de nuestro buen WASP tienen más que bien ganado su derecho a ser acogidos y asilados en suelo estadounidense, por más que a los WASP la perspectiva les fastidie.

-- La peli también es una interesante parábola sobre la religión y sobre la redención. Hay un sacerdote católico métomentodo que insiste en que su amigo imaginario el carpintero judío le obliga a pontificarle a los demás como llevar su vida, pero como de costumbre, sus rituales no pueden hacer la gran cosa por un hombre que es incapaz de perdonarse a sí mismo. A ratos, Clint Eastwood pareciera estarse riendo entre dientes, equiparando sutilmente a los católicos con los rituales chamánicos de los hmong: no en balde, en la peli se presenta el ritual de la muerte católico, en abierto contraste (¿contraste?) con el ritual del nacimiento hmong. Al final, la desoladora conclusión es que los rituales externos no sirven de nada, vengan del credo que vengan, y que el verdadero perdón y expiación debe venir del interior de la persona, a costa de un duro trabajo espiritual interior, no del camino facilón de invocar frasecitas hechas domingo tras domingo hasta convencerse de qué bueno soy. Al menos, esta es la única manera de explicar un final que, de otra manera, sería un tanto desconcertante (no, nada de spoilers aquí).

IDEAL PARA: Ver a Clint Eastwood haciendo testamento y firmándolo ante notario... y mostrando que tiene bienes cinéfilos suficientes para repartir.

VIDEOS.

2 comentarios:

  1. No se vuelve a pronunciar la famosa frase "Venga, alégrame el día" ?

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  2. Difícil, si no es una secuela oficial de "Harry el Sucio". La frase ésa ("make my day") la pronuncia en "Impacto fulminante", la cuarta entrega de la saga.

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