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domingo, 11 de mayo de 2008

"Los Aristogatos" (1970).


-- "The Aristocats". Estados Unidos. Año 1970.
-- Dirección: Wolfgang Reitherman.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Phil Harris, Eva Gabor, Liz English, Gary Dubin, Dean Clark, Sterling Holloway, Roddy Maude-Roxby, Scatman Crothers, Paul Winchell, Lord Tim Hudson, Vito Scotti, Thurl Ravenscroft, Pat Buttram, George Lindsey, Hermione Baddeley.
-- Guión: Larry Clemmons, Vance Gerry, Ken Anderson, Frank Thomas, Eric Cleworth, Julius Svendsen, Ralph Wright, Tom McGowan y Tom Rowe.
-- Banda Sonora: George Bruns.

-- "Los Aristogatos" en IMDb.
-- "Los Aristogatos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

París, 1910. Oh, la Ciudad Luz... En dicha ciudad, cantadita la historia con la voz de, ahí es nada, el gran Maurice Chevalier, tenemos el cuento de unos gatitos muy finos y muy moños (¡¡¡MMMIIIAAAOOOUUUUUU...!!! La vida no es así de apacible para vuestro General Gato...). Estos gatos muy finos y muy moños son Duquesa y sus tres cachorritos: Marie, Toulouse y Berlioz. Pueden permitírselo porque la pasta para fomentar su gran tren de vida procede de una ancianita que en sus buenos años ha sido cantante, y ha amasado fortuna con ello. Su mayordomo (sí, el mayordomo es el criminal, gran tópico, ¿qué pasa con eso?) escucha por "accidente" una conversación de la ancianita con su abogado, en la que instituye por testamento como herederos a sus gatitos, después de lo cual pasará la fortuna a Edgar. Para el mayordomo, maldita sea si tiene que seguir sirviendo a gatitos mimados, de manera que opta por saltarse el trámite de que la fortuna pase por dieciséis patas felinas, y vaya a parar a las del sirviente en un solo movimiento bancario, cuando la abuelita se despache. Como esto es una Disney, Edgar no llegará a la monstruosidad agathachristiana de pirrarse a la cantante calva, pero sí que se deshará de los pequeños herederos con pelo. Con una jugarreta, consigue echarlos en una cesta y sacarlos de París. Pero, aunque se lleva su merecido cuando se encuentra con los fieros Napoleón y Lafayette, ya es demasiado tarde: los lindos aristogatos están lejos de París, perdidos a campo traviesa, y si los dan por muerto, el siguiente en la lista de herederos es el mayordomo secuestrador...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los tempranos '70s fueron críticos para los Estudios Disney. Desde que en 1937 el incombustible y ultraamericano Walt Disney rodara "Blancanieves y los siete enanitos", había mantenido un férreo control sobre cada cinta animada que iba saliendo de su factoría (sí, fue Disney y no un suche intermedio el que se cargó las historias originales en "Pinocho", "Alicia en el País de las Maravillas"...). Pero en 1967, la larga sombra de Walt Disney desapareció para siempre, según unos porque estiró la canilla y reposa en el cementerio, y según otros porque su cuerpo fue congelado para experimentos de hibridación extraterrestre. Antes de irse de este mundo, bien sea para el sepulcro o para la cámara de criogenización, el viejo Walt había finiquitado "El libro de la selva", y había aprobado ya los trámites iniciales para el nuevo proyecto, "Los aristogatos". Dejó tan bien engrasada la maquinaria, que la peli tardó tres años ("El libro de la selva" había tardado cuatro). "Los aristogatos" había recorrido un largo camino desde que fue propuesta en los tempranos '50s como una peli con actores de carne y hueso (y leche, son mininos...), y así llegó a ser la primera Disney sin Disney. Dicho en forma brutal: de esta película pendía que los Estudios Disney siguieran adelante o se hundieran junto con su Demiurgo Creador. Y siguieron.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Los buenos absolutos de la historia somos los gatos. Y ustedes los humanos, a tomar aire. CATS WILL RULE THE WORLD!!!

-- La peli tiene un excelente feeling. Eran los años en que Wolfgang Reitherman dirigía (o sea, era el timbraórdenes entre Walt Disney y el resto del equipo), y no me extrañaría que ya papá Disney estuviera chocheando en sus últimos años, como lo prueba la desastrosa "La espada en la piedra" y la anémica "El libro de la selva", ambas dirigidas por el mencionado Reitherman. "Los aristogatos" es la primera que Reitherman dirige sin el Ojo de Sauron espiando por sobre su hombro, y se nota un filme mucho más relajado, mucho menos obligado a ser over-the-top, sin tantas concesiones al payaseo espúreo, y esto redunda en una peli que, dentro de los cánones de la comedia animada Disney, es más seria que las dos antecesoras del tándem Disney/Reitherman, y tiene más fibra y músculo. Ayuda, por supuesto, que es la primera peli de Reitherman para Disney que no está basada en un texto literario anterior, lo que por supuesto permite estirar un tanto la creatividad con la historia, además de que los ripios y baches se notan menos (yo no sé cómo alguien que haya leído el original de Rudyard Kipling podría no sentirse ofendido por la infraadaptación de "El libro de la selva" para el cine por Disney).

-- La peli intenta ambientarse en el París de la Belle Epoque, que aparte cosas como "Moulin Rouge", es un escenario curiosamente muy poco recorrido por el cine a pesar de su gran potencial estético y narrativo (quizás porque el grueso de las pelis son producidas en el mundo anglosajón, se prefiere la Inglaterra Eduardiana para una peli "del 900"). Decimos "intenta" no porque no lo consiga, sino porque lo hace sin pasarse y volverse un repertorio de curiosidades antropológicas, feo vicio que pareciera querer afectar a varias pelis Disney posteriores que tratan de rellenar su anemia narrativa con una estética antropológica, como "Pocahontas" o "Mulan". Aparte de los fondos palaciegos y las casas, hay algunos toques sutiles por aquí y por allá, como por ejemplo el dibujo de varios fotogramas de la anciana, sutilmente diseñados a partir de los afiches y figurines modernistas de la época (sí, ya no es moderno, pero se lo sigue llamando "Modernismo", ¿vale?). Hay también algunas alusiones, como por ejemplo hacer del gatito Toulouse una especie de pintor precubista, regodéandose en el arte de arrojar manchas a un lienzo. Quizás el único gran detalles, es la inclusión más o menos gratuita de una banda de jazz, concesión necesaria para los niños que en la época más o menos alucinaban con The Beatles o The Rolling Stones, y que por ende forzaban a introducir un número de luces sicodélicas (y como en ese tiempo no había rock 'n' roll...), pero que hoy en día chirría un poco (jazz en París, vale, pero... ¿1910...?).

-- Maurice Chevalier. Sí, el gran chanteur francés hace una aparición casi al borde de la tumba (la estrella de los '30 y '40 ya tenía 82 años), y estaba perfectamente retirado cuando un par de amiguetes lo convencieron de que hiciera un último trabajo y te retiras, nene, ahora para los Estudios Disney. La canción es en realidad una alabanza de la vida de poltronería de los aristogatos, pero... ¡es que la canta Chevalier! La canta con el énfasis de Chevalier, el estilo de Chevalier, la picardía de Chevalier... Para quienes piensen que hacer una canción para una peli de dibujos animados es una triste manera de despedirse para un contemporáneo de Mistinguett o Edith Piaf, piénsenlo de nuevo: he aquí una buena de cómo el oficio y la maestría dignifican cualquier trabajo, por pequeño que se vea.

-- El trabajo de dibujo está notablemente bien. Reitherman insiste en echar por la borda el clásico dibujo blandengue Disney, para privilegiar figuras más angulosas y caricaturescas, bajo la influencia de los Looney Tunes de la WB (ya saben, Bugs Bunny, el Pato Lucas, el Coyote y el Correcaminos...). Pero lo que en las dos pelis anteriores chirriaba lo suyo, aquí encaja de una manera más armónica y natural. Seguimos viendo una peli que bien podría haber sido dibujada por el creador de Pepé LePew para Looney Tunes, pero no se cae en la exageración ni el payaseo caricaturesco, o no mucho por lo menos, y aunque hay abundancia de gags visuales, éstos están más contenidos, y por lo mismo, alcanzan un buen grado de brillantez (de antología es la secuencia en la que Edgar debe recuperar cierta evidencia, disputándosela a los perrazos Napoleón y Lafayette). Bravo también por eso.

-- Incluso hasta los amigos forzosos de los protagonistas (elemento indispensable de toda peli Disney que se precie de tal) son simpáticos. La banda de jazz es prescindible, pero el ratoncillo rescatador y la yegua de paseo en calesa son queribles en grado sumo.

IDEAL PARA: Ver una Disney injustamente rotulada como "menor".

2 comentarios:

  1. Otra crítica que disfruté. Comparto contigo tus observaciones sobre el estilo visual, tanto el toque Looney Toones en los personajes como el ambiente y escenarios de aquella Francia que sería bueno el cine de hoy diera un nuevo surgimiento.

    Creo que una de las principales razones de que la película se recuerde o al menos esté presente en la memoria de las personas es, tristemente o no, la sobreexplotación del personaje Marie, manejada para ser un objeto puramente commercial, la vemos en todo tipo de mercancías y representada como la estrella del filme cuando es una de ellas y no la principal, creo que de haber hecho algo así con clásicos como Bernardo y Bianca, ahorita veríamos productos para niñas con Miss Bianca, desde perfumes y lápices hasta cerelase y sopa XD.
    A propósito me encataría muchísimo leer una crítica tuya sobre Bernardo y Bianca, aprecio mucho tus reflexiones y comentarios, no vendría mal una sobre ese clásico.

    Para terminar, Los Aristogatos es buena,a mi gusto digna representante de la década setentera y digna peli Disney que compensa los errorcillos cometidos con las otras dos, ya mencionadas y criticadas.

    ¡Hasta luego!

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  2. Gracias por las felicitaciones. Y de acuerdo con la sobreexplotación de Marie, aunque esa es la clase de cosas que tiendo a tomármelas con santa resignación (después de todo la cosa es negocio, al final del día). Al final, igual queda una buena peli de animación, que es disfrutable dejando el mercadishing al otro lado de la puerta.

    Por desgracia, no puedo criticar "Bernardo y Bianca" (A.K.A. "Los rescatadores") por la sencilla razón de que no la he visto (ni siquiera de cachorro, créelo o no). Y no por falta de ganas. Pero la tengo presente, y apenas pueda...

    Saludos.

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