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jueves, 29 de noviembre de 2007

"Bourne: El ultimátum" (2007).


-- "The Bourne Ultimatum". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Paul Greengrass.
-- Actuación: Matt Damon, Julia Stiles, David Strathairn, Scott Glenn, Paddy Considine, Edgar Ramírez, Albert Finney, Joan Allen, Tom Gallop, Corey Johnson, Daniel Brühl, Joey Ansah, Colin Stinton, Dan Fredenburgh, Lucy Liemann.
-- Guión: Tony Gilroy, Scott Z. Burns y George Nolfi, sobre una historia para la pantalla de Tony Gilroy, vagamente basados en la novela de Robert Ludlum.
-- Banda Sonora: John Powell.

-- "Bourne: El ultimátum" en IMDb.
-- "Bourne: El ultimátum" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Moscú. Tienen a Jason Bourne en la mira. Pero Bourne es muy Bourne, y se les escapa. De manera que ahí tienen a la CIA otra vez haciendo el payaso. En particular cuando uno de sus agentes decide darle alfombra roja a la lengua, y denuncia la existencia de Jason Bourne como agente que trabaja para la CIA. La CIA se entera, por supuesto, pero piensa que es una buena oportunidad de darle caza por fin a Jason Bourne, iniciando entonces la persecusión. En la mira está el periodista que se metió allí donde no debió haberse metido, claro está, y Bourne se las arregla para contactarlo ganándole por pies a la CIA. Pero el periodista, no demasiado habituado a esto de estar en la línea de fuego, decide ponerse nervioso... Y ahí tenemos a Jason Bourne otra vez, ya no salvando el mundo ni el día, sino corriendo por su propio pellejo, en una carrera que lo llevará a través de los financistas de Madrid, los vericuetos de Tánger, y finalmente, a un epifánico encuentro con su propio pasado en Nueva York, cuando por fin descubra los secretos de Treadstone, y esté en posición de lidiar contra sus sucesores en Blackbriar...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Algún inspirado tuvo la buena idea, por allá en el 2002, de realizar una peli llamada "Identidad desconocida" (en realidad, el título original es "The Bourne Identity"). La peli estaba basada en una novela de Robert Ludlum, aunque con el correspondiente upgrade, ya que las novelas iban de Vietnam, mientras que éstas se emplazan en el mundo post 9-11. Fue la película justa en el momento justo. Al igual que "24", la saga fílmica de Jason Bourne lidió con los temas del terrorismo, las agencias de estado que manipulan a la opinión pública, y todas esas cosas que en el 2007 son moneda corriente, pero que proferirlas en el 2001 implicaba ser antipatriota, estar en contra de Estados Unidos, etcétera. La apuesta tuvo éxito, y Jason Bourne se transformó, sin lugar a dudas, en el gran referente del cine de espionaje y acción del 2000. Y he aquí que llega la tercera parte, en un año plagado de terceras partes ("Spiderman 3", "Shrek Tercero", "Piratas del Caribe 3", "Resident Evil 3")... y por una vez, tenemos una tercera parte de decente a francamente buena, como nos la merecíamos hacía tiempo, faltaba más, cómo nos explotan estos carajos de Hollywood...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Bueh, digamos desde ya que la saga empieza a dar señales de fatiga. Porque es más de lo mismo. Otra vez vemos a Jason Bourne viajando de acá para allá, lidiando con asesinos y siempre perseguido por la omnipresente CIA. Pero Paul Greengrass, que se repite plato en la saga (antes había dirigido "La supremacía de Bourne", y entre medio se las arregló para llevar a buen puerto la potente "Vuelo 93"), consigue que la empresa de estirar lo casi inestirable funcione bien. Porque la peli tiene un ritmo endiablado, y consigue el casi imposible de que lo mil veces visto en materia de secuencias de acción, tenga la suficiente dosis de adrenalina como para mantener al público al borde de la butaca. Y eso que la estructura es tan sencilla como un videojuego: Stage 1 Moscú (Fight!), Stage 2 London (Fight!), Stage 3 Madrid (Fight!), y los lugares sean apenas algo más que un decorado tipo mcguffin para lo que verdaderamente interesa, que es ver a Jason Bourne fileteando carne de asesinos por el camino. Cuando ya el asunto se tornaba medio flojito, a la altura del Stage 4 Tánger, pues un vuelco inesperado en la trama consigue inyectar nuevo suspenso, y de verdad que la secuencia en Tánger es adrenalina pura.

-- No siguen dándole vueltas a quién diablos es Jason Bourne. Vale bien lo que decía el tagline, de que "recuerda todo, no perdona nada". Ahora, por fin, averiguamos cuál es su verdadera identidad, y conocemos cuál fue el lugar en donde recibió entrenamiento. El mayor golpe bajo es, por supuesto, las verdaderas razones que tuvo Jason Bourne para terminar en el interior de Treadstone. Porque el periplo vital de Jason Bourne es un profundo mentís a los mediocres que se envuelven en la bandera del patrioterismo barato para justificar sus propias agendas personales. Algo que se insinuaba en las pelis anteriores de la saga, pero que ahora lo tenemos confirmado, por triplicado y firmado ante escribano. ¿Es o no es, la saga de Jason Bourne, fiel reflejo de lo que fue la ahora decadente Era Bush...?

-- El elenco está estelar. En una peli de acción más o menos arquetípica, con personajes de perfiles bien definidos (el jovencito cara-de-nervio, la chica linda de apoyo, el ambicioso cínico, la trabajo-para-los-malos-pero-soy-buena, el Malvado-en-su-Castillo), en donde por definición cuesta empujar los límites actorales, todos se las arreglan para estar en su punto. Jason Bourne una vez más compone a su tipo duro y sin contemplaciones, lejos del glamour de un James Bond (aunque los años pasan la cuenta, y ya no está tan mijo como en "Identidad desconocida"). Julia Stiles tiene un rol más relevante, aunque cae un tanto en el estereotipo de "chica en peligro" (¡si hasta en un segmento abandona la calle para entrar a una casa y subir escaleras...!). Joan Allen compone a una agente de la CIA con carisma. La adición de David Strathairn ("Río salvaje", "Sueño de una noche de verano", y en particular su gran rol como Edward Murrow en el protagónico de "Buenas noches y buena suerte") es también una gran baza de la peli, componiendo un gran villano, tan político y marrullero como dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para encubrir lo incubrible. Y como regalito final tenemos al gran y venerable Albert Finney (un poco como sandía calada, valga decirlo), como el Supremo Amo del Mal, el creador mismo del Proyecto Treadstone, y por lo tanto, antiguo mentor de Jason Bourne, con quien por supuesto, como corresponde a toda peli de "yo descubro mi pasado", el prota tendrá su encuentro final...

IDEAL PARA: Ver en qué termina (por ahora, al menos) el ajuste de cuentas entre Jason Bourne y los tipos que antaño firmaban su planilla de pagos.

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