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jueves, 14 de junio de 2007

"Los Piratas del Caribe: En el fin del mundo" (2007).


-- "Pirates of the Caribbean: At World's End". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Gore Verbinski.
-- Actuación: Johnny Depp, Orlando Bloom, Keira Knightley, Geoffrey Rush, Chow Yun-Fat, Jack Davenport, Bill Nighy, Jonathan Pryce, Lee Arenberg, Mackenzie Crook, Kevin McNally, Stellan Skarsgård, Tom Hollander, Naomie Harris, Martin Klebba.
-- Guión: Ted Elliott y Terry Rossio, basados en los personajes creados por éstos y por Stuart Beattie y Jay Wolpert.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.

-- "Los Piratas del Caribe: En el fin del mundo" en IMDb.
-- "Los Piratas del Caribe: En el fin del mundo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En el Caribe, ese peculiar árbol llamado "horca" ha empezado a florecer y mostrar sus mejores frutos, unos llamados "piratas", al tiempo que un casaca británica empieza a leer el equivalente de una Patriot Act del mundo caribeño, suspendiendo toda clase de libertades, incluyendo asociación, hábeas corpus, defensa por abogado, etcétera. Lo dicho, puro George W. Bush. ¿Y todo en beneficio de quien? De los mismos de siempre, que en esta época se llama Compañía de las Indias. Pero los prisioneros, al mejor estilo de las pelis de cristianos y paganos, empiezan a cantar. Así es que van y le informan al Gobernador: ¡están cantando! En la escena siguiente, la misma canción es cantada por la sabrosa Elizabeth Swann, paseándose por los canales de un inmundo barrio oriental. Ella y un grupillo de valientes llegan hasta la corte de un señor pirata de los mares orientales. Lo que se suponía iba a ser una negociación en toda regla, se transforma pronto en una batalla campal, porque los british andan también tras los piratas, tras cualquier pirata, y los orientales deben unir fuerzas con el Escuadrón Pirata del Caribe para enfrentar la amenaza. De esta manera, nuestros heroicos protas consiguen un barquito chino con el cual malamente navegan hasta lo más ártico de lo ártico en el mundo, internándose después en una tierra de nadie, en dominios en los cuales las leyes físicas tal y como las conocemos cesan por completo y cuyos misterios te llevarán a la locu-u-u-u-u-u-u-uraaaaaa... Son los dominios de Davy Jones, el malvado capitán del Holandés Errante, quien ahora ya no es el malo maloso supremo porque lucha bajo las banderas de la Compañía (bajo extorsión, por supuesto, pero aún así). Comienza así la épica batalla de los piratas contra la Compañía, porque verán, esto no es sólo por rescatar al viejo y entrañable y revientaboleterías Capitán Jack Sparrow, sino también por desatar la furia de una nueva entidad, la diosa Calipso, y en definitiva de unir a todos los antiglobalización de la tibia y la calavera para aniquilar al poderoso monopolio, al Microsoft del siglo XVII (¿o XVIII?), la Compañía. Tomen asientos y hagan sus apuestas (12947 contra 1 a favor de los piratas).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Con el inesperado exitazo de "Los Piratas del Caribe", dirigida por un Gore Verbinski que se había hecho un nombre con "El aro", el género de piratas regresó al cine con gloria y majestad, después de que parecía hundido junto con el barquito del "Capitán Blood" (o más bien, con el infame "¡Piratas!" de Roman Polanski). De ahí que hubiera una urgente y diarreica necesidad económica por pergueñar una secuela, y asi pagar la piscina, la segunda casa y el segundo auto (y el segundo celular). Y aprovechando, por aquello de haberse puesto de modas las trilogías después de "El Señor de los Anillos" y "Episodio I: La baba fantasma", pues, había que filmar las dos de inmediato (no fuera a ser cosa de que los actores decidieran renegociar su caché para la tercera, faltaba más). Y así como nos ofrecieron "Matrix recargado" y "Matrix revolutions" en tándem de un año a otro, a pesar de ser grabadas juntas, aquí hicieron lo mismo (aunque aún no hubiera guión listo para la tercera, dicen las malas lenguas). Ya habían estrenado "Los Piratas del Caribe: El cofre de la muerte" el año 2006, y ahora es el turno de la continuación. Una continuación que debía ser conclusión, para cerrar una trilogía. Pero que no fuera conclusión con fanatismo, por si nos seguimos forrando los bolsillos con dinero, lo suficiente como para una cuarta (¡uy una quinta, vaya uno a saber!). Además, tenían la formidable carga de cerrar todas las cuestiones que habían quedado pendientes de la segunda, y que sumaban más o menos todas las líneas abiertas en ésa, proque la verdad es que ese final no finalizó absolutamente nada. He aquí el resultado.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Bueh, si quieren saber qué pasó con Jack Sparrow, cómo vuelve a la vida (¡ups! Spoileríe la segunda!), qué pasó con el malvadísimo Davy Jones, y si la greedy Compañía se impondrá sobre los rebeldes piratas, entonces deben verla. Y tomen nota de que escribí "deben verla", no "deben verla en el cine", lo que abre la posibilidad por supuesto para el DVD, el BitTorrent, etcétera.

-- Del resto, ¿qué decir? La película es llevadera, indiscutiblemente. A veces, sus tres horas y cacho son un poco fatigosas, en particular proque estos tipos, no contentos con la ingente labor de cerrar con dignidad todas las tramas pendientes de la anterior, "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte", (líos entre el héroe guapo y la chica linda, la muerte de Jack Sparrow, el villano suelto, la presión de la Compañía, etcétera), le meten además una trama adicional, la de los nueve reales que juntos liberarán a la diosa Calipso, lo que por supuesto es un pretexto para mostrar a todos los piratas del mundo en un espectáculo bigger than life. Y es en este vasto, vasto, vastísimo giro argumental que la película empieza lentamente a naufragar, porque hay tantos personajes en el candelero, que la tríada protagónica original (el chico bueno, el sinvergüenza carismático y la chica linda) se diluyen en medio de una marejada de nuevos personajes, cada uno de los cuales tiene sus propios fines e intereses, y por lo tanto la nube de intrigas y tratos entre ellos llega a ser mareadora (¿y por qué no decirlo?, es fácil terminar perdiendo el interés después de la enésima puñalada por la espalda). Si a esa sobrecarga se le suma el peso de una trama adicional, el caos está servido. Para colmo, en su prisa por salirse de los problemas de cualquier manera, cometen el pecado de cargarse de una manera tontísima y fuera de cámara nada menos que al Kraken, el monstruo que había dado tanta fitarra durante la anterior, y una poderosa razón por la cual media parroquia se convocó a rezar el credo de Sparrow. Y por supuesto que no hay tiempo para secuencias de pura genialidad, como la delirante fuga de la isla de los caníbales que habíamos visto en la peli anterior.

-- La travesía por el inframundo, para rescatar a Jack Sparrow, cuenta como lo mejor de la peli. Es, con toda seguridad, uno de los mejores periplos por el infierno que hemos visto en los últimos años. El castigo (¿castigo?) de Jack Sparrow en esa zona de tormentos es de lo más estrambótico, y por qué no decirlo, es una manera descarada de mostrar todo lo que se pueda a Johnny Depp (ya que vende, Sparrow a las masas hasta que revienten). Toda esa secuencia tiene mucho gancho, posee mucha fuerza onírica, y cuenta como lo mejor de la peli.

-- Los actores están... hmmm... Johnny Depp sigue sobreactuando descaradamente como Jack Sparrow, y a ratos llega a ser cansador; como que la historia está cada vez más su medida, y se diga lo que se diga, Jack Sparrow no es Han Solo. Orlando Bloom sigue de cara bonita como un Errol Flynn de rebajas, igual de mijo pero sin tanto talento en la esgrima (¡caray! ¿es que este chico nunca aprenderá a actuar?). Keira Knightley luce bien, pero algo falta en ella que no termina de convencer como en las otras pelis (cuando hizo la primera iba de garbancera, y ahora como superestrella debe estar más que un tanto aburrida). Geoffrey Rush se lanza a mar revuelto para ganar de pescador y se cena con patatas a la mayor parte del elenco. Otros buenos actores están por completo desperdiciados (especialmente lastimoso es el caso de Stellan Skarsgard como el padre de Will Turner). Incluso Bill Nighy como Davy Jones, que en la segunda era fiero e imponente, al estar reducido casi a la impotencia por la Compañía en la tercera pierde casi todo su lustre (lo habíamos visto recientemente como el marido de la cachonda Cate Blanchett en "Escándalo").

-- Decíamos en su minuto que "La maldición del Perla Negra" era como "La guerra de las galaxias", "El cofre de la muerte" era como "El Imperio contraataca", y ahora podemos sostener en parte la tesis de que "En el fin del mundo" es "El regreso del Jedi", con visita a Jabba the Hutt incluida, en la figura de un pirata chino que (como Jabba) muere a mitad de peli (¡ups!, otro spoiler); todo eso en versión siglo XVII. Sin embargo, aquí hay una divergencia fundamental. Mientras que en "El regreso del Jedi" tuvieron la decencia de cerrar todas la tramas argumentales y dejar todo bien amarradito, aquí nos encontramos con un continuará de lo más grosero. Si pensaban que el final de "Batman inicia", con el Comisario Gordon mandando a Batman a luchar contra el Guasón, era una invitación obvia para la secuela, deberían ver acá. Todos los personajes importantes fueron dejados "en ruta", pero convenientemente separados, así es que si no quieren firmar para una cuarta parte, pueden desembarazarse de ellos sin dificultad... pero si firman, por descontado que tienen como incluirlos en esta parte de lo más natural. Al menos en "X-Men III" tuvieron la decencia de poner la invitación para una secuela, DESPUÉS de la secuencia de créditos... (bueh, sí, ¡ojo!, aquí también hay secuencia de postcréditos, así es que no se vayan del cine o no paren la reproducción del DVD si empiezan a pasar el larguísimo listado de especialistas en FXs).

IDEAL PARA: Curiosos que quieran averiguar cómo termina ese asunto de los piratas (y fanáticos que deseen empezar la vigilia para la cuarta parte).

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