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domingo, 9 de julio de 2006

"Inframundo: La evolución" (2006)


"Underworld: Evolution". Dirigida por Len Wiseman. Protagonizada por Kate Beckinsale, Scott Speedman, Tony Curran, Shane Brolly, Derek Jacobi, Bill Nighy, Steven Mackintosh. Estados Unidos. Año 2006.

¿De qué se trata?
Selene, la vampiro en látex sadomaso, está de regreso. Ahora es una perseguida porque... er... trataremos de no decir por qué. Es una secuela, ya lo sé, y retoma los acontecimientos allí donde quedó "Inframundo", así es que es complicado no dar pistas sobre lo ocurrido en la primera parte. El caso es que están de fuga él y su noviecito, un híbrido entre vampiro y hombre lobo, porque ella sabe demasiado. Qué es eso demasiado, ni siquiera ella sabe, pero el caso es que sabe demasiado. Los sucesos de la primera parte han lanzado la alta política de los vampiros por el caño, y por eso un vampiro viejo como su casta entera aprovecha la oportunidad para alcanzar a un legendario hombre lobo que se encuentra prisionero en alguna parte. La clave reside en un historiador vampiro que, así da gusto ser intelectual, vive en un exilio dorado afilándose los colmillos en dos vampiras con silicona. En sus peripecias, Selene descubrirá un antiquísimo secreto, y además, abrirá una nueva época de caos para ambas razas, vampiros y hombres lobo.

El espíritu de los tiempos.
Desde finales de los '90s, la moda gótica y cyberpunk comenzó a golpear cada vez más fuerte en la cultura popular. El reventón vino con Mátrix. ¿Mátrix, gótica? Pues sí, fíjense si no en la serie de referencias teológicas que están insertas dentro de la atmósfera cyberpunk, además de ese tonillo oscuro de la trilogía en general... En medio de todo esto, se imponía una actualización del mito de las tinieblas, porque digámoslo con todas sus letras, Lon Chaney sigue siendo el hombre lobo clásico y Bela Lugosi con Christopher Lee son Drácula indiscutiblemente, pero en los tiempos que corren actualmente, entre los tres no provocan el miedo de uno. Estuvo "Blade" y secuelas, por cierto, pero allí la cosa estaba todavía un poco en el candelero. En ese sentido, la película "Inframundo" del 2003 reventó como la necesaria actualización del mito. En más de algún aspecto, la estética y la trama de "Inframundo" son enormemente deudoras de los juegos de rol de White Wolf, en particular de "Vampiro: La Mascarada" y "Hombre Lobo: El Apocalipsis", hasta el punto que podría decirse que son una versión fílmica bastarda y sin acreditar de éstos.

¿Por qué verla?
- Esta película redondea todos los cabos sueltos dejados por "Inframundo", que por cierto no eran pocos. Esto es una fortaleza y una debilidad al mismo tiempo: fortaleza porque cierra un ciclo, pero también debilidad porque el argumento se resiente mucho de su carácter de secuela, privilegiando la acción pura y dura por encima del trasfondo de intriga política y puñaladas traperas por la espalda que tenía la primera parte. Por suerte el ciclo queda bien cerrado y sin cabos sueltos (por más que el monólogo final de Selene cante tercera parte con voz bien operática).
- Es fiel a la estética gótica de finales del XX y comienzos del XXI, en particular en su deuda nunca bien reconocida con White Wolf. Es una de vampiros a lo Mátrix, se sabe un filme estetitizante, y usufructúa muy bien su condición de tal.
- La dupleta conformada por "Inframundo" e "Inframundo: La evolución" es uno de los pocos ciclos fantásticos actuales, sino el único (haciendo excepción de "Mátrix" y secuelas), cuya trama es absolutamente original, no basada en una historieta como "Blade" o "X-Men" y secuelas, en una novela o saga de novelas como "El Señor de los Anillos", "El león, la bruja y el ropero" o Harry Potter, o que sea continuación de una franquicia más antigua, como la segunda trilogía de "La guerra de las galaxias" o la seguidilla de "Viaje a las estrellas". En estos tiempos en donde los ejecutivos de Hollywood sólo quieren historias archiprobadas y buscan novelas, historietas y hasta videojuegos de éxito para adaptar, semejante opción y riesgo es, por decir lo menos, saludable.
- Kate Beckinsale. Y es que forrada en cuero y látex se ve muy, muy, pero es que muy, "vampirizable".

IDEAL PARA: Ver en qué termina (por ahora) el asunto de los vampiros fashion.

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