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jueves, 18 de febrero de 2016
"El pibe" (1921).
-- "The Kid" (título original en inglés), "El chico" (título en España). Estados Unidos. Año 1921.
-- Dirección: Charles Chaplin.
-- Actuación: Charlie Chaplin, Jackie Coogan, Edna Purviance, Carl Miller, Tom Wilson, Henry Bergman, Charles Reisner, Raymond Lee, Lita Grey, Jules Hanft, Frank Campeau, F. Blinn, John Coogan, Sr., Esther Ralston, Granville Redmond, May White, Silas Hathaway, Albert Austin.
-- Guión: Charles Chaplin.
-- Banda sonora: Charles Chaplin (edición de 1971).
-- "El pibe" en IMDb.
-- "El pibe" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una mujer ha cometido el mayor pecado de todo el mundo. ¡Ser madre! O sea, ser madre soltera, entendámosnos (por supuesto que por mí, cualquier humanito es bienvenido en el mundo, o si no, quién fabricaría mis Whiskas, ¿ah?). Qué tiempos aquellos en que una madre soltera era tratá como ESCORIA y no como ahora que las perrujas de 13 se embarazan para el programa ése de madres adolescentes de MTV... Ahogada por la desesperación, recurre a la única solución viable: ¡¡¡DEJAR ABANDONADO AL CRÍO EN PLENA VÍA PÚBLICA!!! (¡joer! ¡Chaplin, uno de los más grandes genios cómicos del cine, acaba de parir su primer CULEURÓN VENEHOLANO). El caso es que lo deja en un vehículo porque... qué se yo por qué, pero conviene al guión. Y el vehículo se lo roban unos cacos porque... qué se yo por qué, pero conviene al guión. Y los cacos descubren el bebé (después de entrar a puntapistola a ver qué gime tanto... joer con estos cacos, están listos para pacos reprimiendo estudiantes), y lo dejan botao por ahí porque... qué se yo por qué, pero conviene al guión. ¿Y quién iba pasando por ahí? Pues, quién más va a ser, el Vagabundo, o sea, Chaplin. Que pasa y mira al bebé, y ya sabes, si encuentras a uno de esos engendros del demonio, ya te lo vas quedando, porque la LEY DE JÓLIVU dice que si ves un bebé, te toca. El caso es que Chaplin trata de deshacerse del condenao bebé, pero ya saben cómo es esto, hay días en que no puede uno deshacerse de un condenao bebé, así es que... se lo queda. Pasa el tiempo, cinco años, ahora el bebé es un cachorro humano ná más mono, y... Sí, señores. Es casi como un hijo putativo para Chaplin (y por suerte es varoncito. Ya sabemos lo que Chaplin le hacía a las chicas que eran así de chiquitas. Exacto, se casaba con ellas. Cuatro veces). Son casi como una familia, viviendo en una pobreza casi como el Chavo del Ocho (aunque con así unas rumas de panqueques para desayunar... hasta para ser pobre antes tenían ESTILO). Todo marcha bien, pero... la madre todavía anda revoloteando por ahí, claro está. Y además de eso, están LOS SERVICIOS SOCIALES. ¡¡¡EL GOBIERNO!!! ¡¡¡EL OPRESIVO GOBIERNO SOCIALISTA QUE NO DEJA A LA GENTE SER LIBRE EN PAZ!!! (Joer, y despuéz acusaban a Chaplin de comunistas. Sin lugar a dudas no vieron esta peli, en donde los servicios sociales quedan como monos de Madagascar). ¿Podrán Chaplin y su pibe salir adelante juntos en esta vida cruelosa...? Por una vez la respuesta no es tan obvia. No es tu blockbuster favorito, para que nos entendamos. Es Chaplin, y ése te salía con cualquier cosa (en particular en el metraje del final... véanla y entenderán).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En retrospectiva, resulta increíble constatar lo mucho que avanzó el cine en apenas su primer cuarto de siglo. En 1895 estaban exhibiéndose las primeras cosas, ya para 1902 o 1903 estaban llegando las primeras pelis hechas y derechas de ficción ("Viaje a la Luna", "El gran robo al tren"...), ya para los 10s habían inventado el epic monumental ("Cabiria"), y en paralelo, vino la enorme explosión que tuvo la comedia en esos años, género muy agradecío porque como el cine era mudo y eso limitaba un resto las posibilidades narrativas (¿se imaginan las parrafadas de Shakespeare en cine mudo...? Nosotros tampoco). De esa hornada de comediantes, el que más caló en la memoria popular fue sin lugar a dudas Charles Chaplin, que con su personaje Charlot, o el Vagabundo, hizo historia. En la época rodó churretecientos millones de cortos, pero en esa época decidió dar el salto al largo. Bueno, a lo que era un largometraje en esos días ("El pibe" dura como 52 minutos, minuto más o minuto menos, o sea, menos de una hora en total). Y además, dando otro tiple salto al vacío: a diferencia de sus cortos que son divertimentos ligeros y comédicos, "El pibe" por debajo de los chistes y el slapstick clásico de Chaplin, es un drama de aquéllos (porque, leñe, se trata de un niñito huérfano adoptao por un adulto que es un ESCORIA SOCIAL, al final del día). La jugada fue coronada por un éxito completo. "El pibe" fue la segunda peli más taquillera de 1921, superada sólo por "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", que lanzó a una efímera y suspiriosa fama a Rodolfo Valentino. Y andando el tiempo, "El pibe" quedó también como uno de los grandes hitos del cine mudo, y como una de las más grandes pelis rodadas por Chaplin, y de éstas el hombre tiene unas cuantas ("La quimera del oro", "Tiempos modernos", "El gran dictador").
¿POR QUÉ VERLA?
-- ¿Peli de cine mudo? ¡Puaj! ¿Quién quiere ver esas cosas hoy en día? ¡Queremos oir diálogos idiotas y EXPLOSIONES ESTRUENDOSAS! Lo queremos tanto, que en nuestras pelis de zenzafixión las explosiones se oyen hasta en el ezpacio sin aire que transmita el sonido, figúrense. Pero, ¡no temáis, humanos perecederos! "El pibe" era y sigue siendo una de las mejores pelis de ésas que combinan drama y comedia. Mudita y too. (Bueno, hay quien dice que calladitas son mejores, hehehé). Porque Chaplin tiene el intelecto suficiente como para tomar una premisa que explicada plana y brutalmente es de lo más angustiosa (las penurias de un huerfanito viviendo en condiciones prácticamente dickensianas, casi-casi Oliver Twist), y sacar de ella una comedia de las buenas, comedia de verdá, no de esas pelis en donde los chistes son de mal gusto o no alcanzan a tapar el horror de la situación. Porque esta peli sabe ser lo que es: hace reir cuando toca la tecla de comedia, te saca sus buenos lagrimones cuando la cosa va de drama (la escena de Chaplin persiguiendo por los tejados al chico que se lo lleva, oprime el corazón hasta de nosotros los gatos, que como los humanos saben, solemos carecer de ese superfluo órgano), y te hace soltar un "AAAUUUuuu, mira como se quieren" cuando se pone emotiva. Algunas soluciones narrativas son un tanto forzadas, y es mejor aceptarlas un poco con lógica de "es un drama, dejémoslo así que es más dramático" (miren ustedes lo fácil que es establecer la identidad del chico, de cara a que su madre pueda reclamarlo de vuelta, o el final quizás un tanto facilón porque si la cosa terminaba en su curso natural, iba a ser un final más bien deprimente, muy poco de comedia). Otras son más bien discutibles (la secuencia final, en donde vemos un bizarro sueño surrealista tres años antes de que, en efecto, se publicara el Manifiesto Surrealista, a mí en lo personal me gusta por el derroche de imaginación y creatividad que muestra, siempre dentro de los limitados medios de la época eso sí, pero otros espectadores la pueden encontrar ñoña, ridícula, o que saca demasiado del argumento). Pero se le perdona todo a cambio de todo lo emotivo que resulta ver a los dos protas (Charles Chaplin, claro, y a su lado un Jackie Coogan como uno de los mejores actores infantiles ever) tan compenetrados uno con el otro, como una verdadera familia afrontando juntos las miserias y veleidades. La peli es de hecho bastante simple, y no va mucho más allá de esa premisa. Pero, como si hiciera falta. Con eso basta, y basta tanto, que "El pibe" se tiene bien ganado su lugar entre los monumentos de la historia del cine.
IDEAL PARA: Ver una emotiva historia de cariño paterno filial, y una poca de crítica social de paso.
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