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domingo, 13 de abril de 2014
"Philomena" (2013).
-- "Philomena". Inglaterra / Estados Unidos / Francia. Año 2013.
-- Dirección: Stephen Frears.
-- Actuación: Judi Dench, Steve Coogan, Sophie Kennedy Clark, Mare Winningham, Barbara Jefford, Ruth McCabe, Peter Hermann, Sean Mahon, Anna Maxwell Martin, Michelle Fairley, Wunmi Mosaku, Amy McAllister, Charlie Murphy, Cathy Belton, Kate Fleetwood.
-- Guión: Steve Coogan y Jeff Pope, basados en el libro de Martin Sixsmith.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.
-- "Philomena" en IMDb.
-- "Philomena" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
A comienzos bien comienzos del XXI, un periodista del Partido Laborista pierde su peguita como asesor. Obligado a jubilarse, decide dedicarse a su vocación. ¿Será un buen británico que plantará geranios? ¿O calabacines? ¿O escribirá agudos guiones para series de TV que no verá nadie antes de que los yankis hagan un remake? No, señores. Quiere dedicarse a otro típico deporte de jubilado british: escribir de... ¡¡¡HISTORIA!!! ¿Militar? ¿Las Malvinas? ¿La Segunda Guerra Mundial Mundialosa? Tampoco. Se le ocurre escribir... ¡¡¡HISTORIA DE RUSIA!!! Y como todo el mundo lo mira con car'e pasmao, el tipejo como que empieza a dejarlo de lado. En particular cuando se le aparece una historia que podría devolverlo al mundo del periodismo y tal. Porque resulta que una chica nada más mona (bueno, no tanto como los estándares de Jólivu, hablamos más bien de "vecina corrientita pero igual") le presenta a su madre, que es una señora que está algo pallá (no tanto como para terminar en un manicomio, sólo lo justo y preciso para proporcionar alivio cómico a lo largo de la peli), y que ha dicho con tono de perfecto misterio a su hija: "Hoy cumple 50". (¿Quién cumple 50? ¡Misterio, misterio, sigan viendo la peli para salir de dudas!). Una serie de oportunos flashbacks puestos aposta sobre la narración de la 'iñora al periodista, nos van informando. Resulta que la viejuna, cuando era joven (reemplazo de... ¡¡¡JUDI DENCH, JOER!!! por una Sophie Kennedy Clark no tan mija como en las fotos de alfombra roja... sí, lo busqué, qué pasa con eso), había un gañán que la puso tóa caliente y tal, y salió... bueno, lo que suele salir a los nueve. De manera que a la chica la recluyeron en el convento porque ser madre soltera es un... ¡¡¡DESHONOR!!! ...y en el convento debía pagar el alojamiento con trabajo sin remunerar. Porque si eres una calentorra sucia, lavar ropa es un castigo perfecto para ti, más aún si es ropa de monja. Por la pureza, digo yo. El caso es que el chico se cría con otro chico más (sí, había otra madre de ésas que surgen como hongos... por culpa de los... hongos, eso es...). Y de pronto, ¡sorpresa!, las monjas entregan a los dos niños en adopción. De manera tan caraja, que sin avisarle a las mamis ni nada. Vuelta a... ¡¡¡EL PRESENTE!!! Resulta que ahora el periodista huele que hay una historia, y se hace el remilgao un poco sí un poco no porque, verán, la vejeta igual parece media gagá, pero weno-ya, echémosle pa'lante y a ver qué sale. De manera que van a hablar al monasterio. (En realidad la vieja ya había ido, y las monjas súper dijes y tal, fíjate linda y coteá). En el monasterio, el periodista empieza a preguntar. ¿No se pueden ver los registros? Er, no, se quemaron en el GRAN INCENDIO. Ah, pero hablar con la monja responsable, entonces... No, es que tampoco, es que ya eran viejitas y pararon las chalas. Bueno, ya, pero las que no están todavía en el patio 'e los callaos... Ah, no, es que están enfermitas. Ahí es donde la monja se lleva a la vieja a hablar por separado, y lejos de las miradas del periodista, le muestran un papel en donde dice que ella ha renunciado a todos los derechos para ver, buscar o hacerse exámenes de sangre y epitelio con su hijo, blablablá. Después, el periodista se pone suspichosón porque, verán, ¿cómo es que justo los papeles para encontrar a los críos ardieron todos, pero la exención de responsabilidad, ésa sí que se salvó? Mira qué conveniente pa' las monjas, ¿ah? Y la cosa se pone mejor cuando en el bar del pueblo, a alguien se le va la lengua como tres kilómetros, y suelta que el gran incendio en realidad fue una quema de cuadernos y libros en el patio del monasterio. ¡Ah! Y que Jane Russell se había comprado un crío precio contado y sin intereses (sí, la actriz, lo que quizás porque por esos años, esto verídico, la Russell adoptó un crío porque la actriz había quedado infértil por un aborto mal practicado en su lejana juventud. Ah, y las monjas tenían una foto autografiada de la Jane Russell en la pared, figúrense). Sobre la pista del caso, nuestro periodista... ¿va a desenterrar una trama de corrupción y tráfico de niños con la Iglesia Católica de villanos invitados? Bueno, sí. Con Judi Dench dando la tabarra todo el camino, también.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Ya le habíamos perdido la pista acá en Cine 9009 al ínclito Stephen Frears; lo último que habíamos comentado de él era "La reina" y "Chéri", y ya sus años desde eso. En el intertanto ha rodado otras cosas, que acá no hemos comentado porque no hemos visto porque... qué... ¿se creen que esto es un blog de cine, acaso...? ¿Ah? ¿Ah...? Eh... Bueno, sí lo es. Pero no importa. Acá vemos las pelis que nos da la gana, comentamos lo que nos da la gana, y a veces hasta comentamos de cine también. Porque ya estamos afilando los machetes para festinarnos una vez más sobre lo que queda de las ruinas del prestigio de la Iglesia Católica. En fin, el caso es que en medio de la oleada de escándalos que ha azotado a los eclesiásticos, está el tema de cómo curas y monjas se cepillaron a todo lo largo y ancho a la iglesia de Irlanda. Alcanzando su punto álgido en la esclavitud de jóvenes en el asunto de las hermanas de la Magdalena, que dio pie a la peli "Las hermanas de la Magdalena" de 2002 precisamente. En medio de todo eso, se metió culebreando un tipo llamado Martin Sixsmith, que apuntó en su currículum trabajar para comedias de la BBC ("The Thick of It"... y yo que ponía lo de guionista para series de TV como chiste, más arriba. Así me pillo los dedos yo). Y entre medio, trabajar medio como asesor para el gobierno de Tony Blair y medio para los medios de comunicación. Después de lo cual, desgraciado por un e-mail filtrado por los mismos amigos acuchillaspaldas de siempre, acabó... ya lo dije más arriba, vamos. Escribiendo libros sobre Rusia. ¡Ah! Y entre medio esta investigación. La misma que terminó en esta peli. Con sus correspondientes libertades narrativas, por supuesto. La peli fue recibida... ¿con éxito de taquilla? Naturalmente que no, qué creen, que esta no va de supers ni de robots. Pero sí con aclamación crítica. Le dio hasta para postularse a cuatro calvos dorados, aunque por supuesto no sacó ninguno (¿una comedieta simpática sin mayor temática social en donde los villanos son los católicos? Estás de broma). A los que le dio puntada son a los círculos religiosos, que odian con las brasas del infierno a todas las pelis en donde los católicos no son los HÉROES del cuento, porque ellos felices de crucificar a cuanto personaje los pone mal, poniéndose ellos como los crucificados. Pero en fin, la crítica seria sí ha respaldado esta peli. Y nosotros también.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Bueno, de partida el tema es inusual. Hay varias pelis que han denunciado las tropelías del catolicismo en los últimos años, y ésta es una de ellas. Y en eso de recordarnos cuán fanático puede ser un católico, esta peli es incluso mejor, créanlo, a "El Código da Vinci". Vale, la conspiración no es tan grande (la guagua perdida del culebrón no es tan llamativo como LA GUAGUA PERDIDA DE JESÚS Y MARÍA MAGDALENA, claro), pero a cambio, ésta es REAL (diga lo que diga Dan Brown en contrario). ¿Estamos por tanto frente a una rampante peli anticatólica que te incite a salir a quemarlos en efigie? Señores, aprendamos algo, Stephen Frears es algo más sutil que eso. La verdadera crítica no va por el lado de que los católicos vendan guaguas a cambio de dinero. Total, igual la cosa no es "Erin Brockovich" en donde son cientos de hogares los salvados en una cruzada social liderada con armas de mujer. O más cercano el terreno, el "Amén" de 2002 en donde se hacía una panorámica acerca de los católicos frente a la Solución Final. No, aquí la cosa es más intimista, más "el caso de la semana" y punto, y por lo tanto, la denuncia no va por ese lado. La sutileza está en contraponer dos tipos de catolicismo diferentes. Por un lado el de las monjas: rigoristas, reglamentarias, prepotentes, felices de ser LA VOLUNTAD DE CRISTO EN LA TIERRA y tal. Por el otro: la señora humilde, de fe simple pero firme, y que trata de ser todo lo buena persona que se pueda. Y si ampliamos el círculo al cristianismo en general, tenemos además a Ronald Reagan y los republicanos (¿qué tienen que ver ellos? Vean la peli y sabrán), con su cristianismo pechoño conservador que no por protestante se parece menos al catolicismo de las monjas. La peli tiene el tremendo acierto de no resultar maniquea, con la señora ultrabuenapura con auras semidivinas versus un grupo de monjas de carcajadas diabólicas blablablá. Las monjas pueden ser tercas y tener trancas mentales, pero no se ve que hagan lo que hacen por sadismo, e incluso no tienen más que una opaca conciencia de estar obrando mal al vender a los niños, en un ejercicio al estilo la banalidad del mal que predicaba la Hannah Arendt. La señora por su parte es una mujer simple y de pueblo, pero no simplona ni tonta. Algo cabezota porque tiene la cabeza envenenada por novelas rosa de mierda, pero bueno. Pero no una santa. Ni una pecadora. No más que ustedes o yo, por lo menos. (Bueno, si revolcarse por ahí fuera pecado... digo yo...). Un poco el tercero del vértice es el periodista que es agnóstico tirando pa'ateo, pero lejos de ser el héroe de la función porque es el ENEMIGO DE LA FE CIEGA Y TONTA, y aunque retratado esencialmente como buena persona, también de repente se pasa demasiado de listillo y llega a ser algo insultante en sus convicciones (no demasiado) religiosas. En definitiva, esta no es tanto una peli antirreligiosa o anticatólica como una peli agnóstica. No insiste en que la religión sea mala o negativa, sólo que hay maneras y maneras de vivirla, y ni la gente que la vive de una manera que afirme la vida es especialmente santa, ni la gente que la vive de manera rigorista castradora tienen por qué ser particularmente satánicos. No es una mala moraleja, por lo demás. Salvo que seas católico, porque claro, hoy en día es difícil ser católico practicante cuando después de dos mil años de historia, el manto del apóstol ha llegado a pesar lo que una mortaja funeraria. Pero claro, esta peli no se dirige a los católicos fanáticos, sino al público más racional. (Tampoco se dirige a los ateos ultrafanáticos que te miran feo porque te atreves a decir que QUIZÁS DIOS EXISTE... sino al público más racional, lo ya dicho).
-- ¿La realización? Notable en su simplicidad. Partiendo por un guión que se las arregla para ser bastante contundente en apenas 90 minutos (aprende, Peter Jackson), siguiendo por una Judi Dench genial en su rol de vieja media loca media genial (o un cuarto de cada cosa, mejor dicho), un Steve Coogan que la acompaña muy bien, la siempre agradecida directo-al-hueso dirección de Stephen Frears ("Relaciones peligrosas", "Héroe por accidente", "Alta fidelidad"), una excelente banda sonora de Alexandre Desplat... La peli no alcanza para genialidad ni la pipa en cacho, pero sí que está bien empacada y ejecutada. Sabe ser socarrona cuando corresponde, es intimista sin chantajear emocionalmente al espectador, y lo que más se agradece, no refriega la moralina en la cara (aunque tiene una, y bien clara, por supuesto). Una de las buenas herencias que nos dejó el 2013 cinéfilo, sin lugar a dudas.
IDEAL PARA: Ver una peli de denuncia social que tiene más de una arista acerca de cómo vivir la fe.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
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