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jueves, 8 de septiembre de 2011
"Medianoche en París" (2011).
-- "Midnight in Paris". España / Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Woody Allen.
-- Actuación: Owen Wilson, Rachel McAdams, Kurt Fuller, Mimi Kennedy, Michael Sheen, Nina Arianda, Carla Bruni, Yves Heck, Alison Pill, Corey Stoll, Tom Hiddleston, Sonia Rolland, Daniel Lundh, Kathy Bates, Marcial Di Fonzo Bo, Marion Cotillard, Léa Seydoux, Emmanuelle Uzan, Adrien Brody, Tom Cordier, Adrien de Van, Gad Elmaleh, David Lowe, Yves-Antoine Spoto, Laurent Claret, Vincent Menjou Cortes, Olivier Rabourdin, François Rostain.
-- Guión: Woody Allen.
-- Banda Sonora: ¿¿¿???$%&·%&·%&3!!!!!!!!!!! (por poner alguna cosa).
-- "Medianoche en París" en IMDb.
-- "Medianoche en París" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
París es una ciudad mágica es como... como... una ciudad en que las caaalles y los empedraaados y todo huele a historia y es tan rico y... y... podrías per... perderte en París todo el tiempo y... es como todo tan... romántico... (¡¡¡SÍ, SEÑORES, WOODY ALLEN NO SÓLO LE PUSO LOS CUERNOS A MIA FARROW CON SOON-YI, SINO QUE AHORA LE PUSO LOS CUERNOS A NUEVA YORK CON PARÍS!!! ¡¡¡DESPUÉS DE HABERSE ACOSTADO CON BARCELONA!!!). Y bueno, siendo una de Woody Allen... ¿Es Woody Allen quien proclama su amor a París así de tartamudo y elevando en algunas sílabas elegidas al azar una octava el tono? ¡No, señores! ¡Es OWEN WILSON! ¡Caray, lo he visto todo, ya me puedo morir tranquilo el 2012! El caso es que Owen Allen... perdón, Woody Wilson... er... no, no era así... a ver... Nuestro prota, dejémoslo así, le hace esa declaración a una chica en el apetecible envase de Rachel McAdams, con la cual se va a casar en un tiempo más o menos breve. Pero hasta aquí llega el fiato. Porque si bien ambos han venido un poco por el matrimonio y un poco por los negocios de papá (de ella) / suegro (de él), en definitiva ella viene como turista esnob, y él viene por auténtico amor al romanticismo de la ciudad. El es un guionista de pelis mugrosas de Hollywood (en ningún minuto se dice cuáles, ni falta que hace tratándose del malintencionado de Allen), pero quiere reiniciar su vida como novelista serio en París, mientras que ella quiere vivir en Malibú con una piscina y con el sueldo del marido como guionista exitoso, suponemos. Y él, pobrecito, por mucho que Owen Wilson haya pasado la cuarentena, se comporta como un adolescente tratando de... ¡¡¡COMPARTIR!!! ...el romanticismo de la ciudad con la bella (no te preocupes, hijo, todos cometimos el error de sobreestimar a una bella alguna vez). Si éste fuera uno de esos mugrosos guiones de Hollywood, después de un poco de esto-o-aquello se le abrirían a ella los ojos como platos y caería rendida al sentido de la maravilla y el romance, y estarían todas las chicas de la platea sacando pañuelos porque, verán, "yo no soy una perra, sólo necesito un hombre comprensivo que despierte la parte romántica escondida dentro de mí"... Pero esto es como la vida real, así es que él termina dedicándose a vagar por las calles de París. Y se sienta en una escalinata de piedra, algo bebido. Suenan doce campanadas, y... ¡¡¡SORPRESA!!! Pasa una burra modelo T con unos tipos vestidos de etiqueta y sacados de algún roleplaying de época, y él, borracho como está (porque sobrio no sé él, pero yo no me subo ni defecando a un auto lleno de extraños con ropa extraña, vaya uno a saber si son torturadores de gatos o qué), termina yéndose de juerga con ellos. Al París de los '20s. Con un par. Ahora, el conflicto está instalado, en particular cuando aparezca una bella de los '20s que le ponga ojitos, y ¡sorpréndanse!, no se aburre con lo que él escribe, sino que todo lo contrario, miren qué fantasiosa esta peli... ¡se interesa por su arte! ¿Conseguirá nuestro héroe FINALMENTE abrirle los ojos a su chica casadera en el presente? ¿U optará por quedarse en los felices '20s? Déjenme planteárselos de manera más cruda y hormonal: ¿Rachel McAdams o Marion Cotillard? Bueno, déjenme serles sincero, la verdad es que me lo ponen difícil, porque cada una tiene su qué, una es más voluptuosa, pero la otra tiene ese encanto de chica mala que... er... holaaaaaa... ¿qué es esto...? Eh... essssss... un comentario sobre la peli ésta, la última del Woody... sí... ¿Qué pasa con...? Pero, mijita, no se enoje, si la comparación entre las dos bellas es meramente académ... er... ¡entre las dos chicas, quise decir! Yo, no dije bellas, debiste escucharme mal, yo, mira... eh... ¡Ay! No, espera, espera, déjame al menos guardar est... ¡Ay! ¡Ay! ¡¡¡AYAYAY!!! ¡No! ¡Eso no! ¡Ay! ¡Qué dura es la vida del comentarista de cin...! ¡¡¡AYAYAAAAAAYYYYYY...!!!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
(NOTA DEL VETERINARIO: Este pobre gato de callejón ha decidido salir por su cuenta y riesgo de la clínica sin ser dado de alta, y si sufre un nuevo ataque siguiendo su posteo, el veterinario a cargo declina toda responsabilidad sobre la salud de su paciente). En fin, en qué estaba... Rachel McAdams o Marion Cotillard... ¡Ah, sí, la última del Woody! No aparece Scarlett Johansson ni en traje de baño como en "Scoop" ni besándose con Penélope Cruz como en "Vicky Cristina Barcelona", miren qué lástima. En fin. "Medianoche en París". Supongo que más tarde o más temprano tenía que pasar. Porque Woody Allen será un judío mequetrefe criado en el Nueva York de la WWII, pero andando el tiempo quiso y siempre ha querido transformarse en... ¡¡¡UN CULTURETA!!! Pero bueno, claro, ser un émulo de Ingmar Bergman es algo difícil cuando no eres un sueco recio y ario, sino... bueno, Woody Allen. O sea, el hombre que trata de rodar mortalmente serios dramas existenciales nórdicos sobre la vida y la muerte, y le resulta "La última noche de Boris Grushenko". Pero hay un detalle que le da un barniz a la comedia culturetocachonda de Allen: su amor o al menos su comprensión por ese entorno de pobrecitos delirantes cuyos grandes problemas en la vida son ser una esposa preocupada de tener cortinas que sean del año en la casa, o ser un prestigioso banquero/catedrático encadenado por las sagradas cadenas del matrimonio a una esposa preocupada de tener cortinas que sean del año en la casa. Y todo cultureta del siglo XX en el fondo es un Rick de "Casablanca" que levantará como emblema "¡¡¡SIEMPRE TENDREMOS PARÍS!!!". Porque en el fondo todo cultureta pretende ser un rebelde, pero sólo hay dos grandes capitales culturales del mundo en que te puedes jactar de rebelión: Londres y París (mención honrosa para Berlín a pesar de la creepiness de que su rebelión adopta ciertos tintes de "Panzerdivisionen gegen Polen übermorgen", y Nueva York descartada porque... ¿contra quién mierda se van a rebelar los neoyorkinos? ¿Contra "Sex and the City"?). Y entre Londres y París, la segunda cuenta con dos ventajas: el francoparloteo que hace verse más cultos a los susodichos porque "hablan idiomas" (esa ventaja se pierde para los hispanohablantes, para quienes el inglés y el francés son idiomas igualmente alienígenas, pero hablamos de la gente que importa aquí, o sea, el mundo anglosajón), y en segundo lugar, el hecho de que París se consagró en el siglo XX como la capital de los comunachos bebedores de champaña que están dispuestos a librar al proletariado del mundo de las cadenas de la opresión comentando pelis abstrusas y aplaudidas en Cahiers du Cinema entre cóctel y cóctel bien surtido. Con todo lo antedicho... ¿resulta demasiado raro que Woody Allen haya terminado por rodar una peli basada íntegramente en su amor de intelectualoide por París? En realidad, más raro resulta que haya tardado TANTO (¡casi medio siglo de carrera fílmica!) en rodarla.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Woody Allen se las arregló para darse un gusto, y ese gusto se transforma sobre la pantalla en magia pura. La historia es puro Mary Sue: un prota que obviamente es él (Owen Wilson como sosías) y que es un escritor y guionista como él (pero de mierda fílmica), sueña con un mundo más encantador y refinado que la sociedad de mierda que le toca vivir, con paseantes tan desagrables como ese suegro republicano o ese pedante profesorcillo que no hace turismo por París sino que lo utiliza como telón de fondo para su propia pomposa e inflada verborrea (¡hey, se parece a mí!), y bueno, volviendo a nuestro prota, éste termina mágicamente trasladado al París de los '20s, vaca sagrada del culturetismo intelectualoide. Por supuesto que este París es mejor que el de la realidad. Allen... er... su alter ego... se pasea por el París intelectual de los cafés, no por el París del proletariado que en esa época amenazaba con desbancarse y salirse de la posición social que deben ocupar (¿o ustedes creían que la ley francesa del descanso dominical en 1935 fue porque los plutócratas de pronto decidieron que era bonito regalonear a sus lacayos?). Es casi como esas historias en donde un ñoño que lee historietas, termina por meterse en una de sus historietas y vivir su gran aventura ("La historia interminable", "Los Goonies", un episodio de "Heavy Metal"... ¡El propio Allen en una secuencia de "La rosa púrpura del Cairo"!), sólo que en este caso la cosa no es las aventuras de mi infancia, sino esa gente con la cual es tan agradable conversar... surrealistas, creo que se llama (¡vaya que debe serlo! ¡Si estaban todos locos!). El punto es que podría haber acabado como una broma pesada y autorreferente, pero es tan transparente la intención de Woody Allen por a un tiempo abrazar el tópico y al otro cachondearse de él. A la larga, da igual que sea una fantasía masturbatoria de Woody Allen: el ir derecho a por ella y no tratar en ningún minuto de justificar lo injustificable (el viaje en el tiempo, por ejemplo... el prota ni siquiera se pregunta por qué, sino que simplemente lo asume), la convierte en una peli muy querible. Ayuda el final, por supuesto, que no voy a espoilerear, pero que es una reflexión bastante sombría justamente sobre la naturaleza de esa clase de sueños, y que no comentaré porque habla por sí solo. Si ven esta peli. Que ya están tardando, vamos.
-- Los actores. Si me hubieran dicho que el pesado de Owen Wilson algún día iba a ser un clon bastardo de Woody Allen, mi reacción hubiera sido un grande y sonoro WTF???!!! Y, aunque no lo crean... ¡Funciona! ¡No es Owen Wilson! ¡Es el personaje allenesco de toda la vida, sólo que interpretado por otro actor! Bueno, eso es moneda corriente en las últimas pelis de Allen, que ya el carcamal no tiene edad para interpretarse a sí mismo en esta clase de roles (en "Scoop" uno ya estaba a punto de meterme a la pantalla para pedir un balón de oxígeno para el pobre vejete), pero la versión Wilson de dicho papel es simplemente grande. Rachel McAdams realiza una vez más esos papeles de pijilla miserable que tan bien se le dan (salimos ganando con el cambio desde Scarlett Johansson, que tendrá mayor diámetro mamario, pero no hubiera clavado tan bien el papel), mientras que Marion Cotillard pone toda la... contundencia francesa, diríamos (¡y además actúa! ¡Caray, esta peli lo tiene todo!). Michael Sheen está también insuperable como ese asqueroso pseudointelectual que está encantado de conocerse y escucharse a sí mismo. Los cameos de actores en roles históricos también están extraordinarios: Tom Hiddleston como Fitzgerald (¡sí, leñe, el Loki de "Thor"!), Adrien Brody como Salvador Dalí, Kathy Bates como Gertrude Stein... Y aparece también el pringao de Gad Elmaleh ("Enamórate de mi") en un inesperado y divertido cameo como villano, como la aceituna del cóctel (y su respectivo destino... para partirse).
-- Tratándose de una peli de Allen, no esperen que las cosas acaben color de rosa. El final es un tanto amable, supongo que para ir a tono con eso de que París es una ciudad mágica y todo, pero por el camino, se ha encargado de diseccionar a fondo toda la hipocresía y la arrogancia intelectual de... ¡Un momento, dirán ustedes! Eso Woody Allen lo hace en todas y cada una de sus pelis. Sí, de acuerdo en eso, pero acá es incluso más evidente porque el conflicto central de la peli radica entre dos mundos completamente distintos, ambos intelectuales, con lo que Allen establece un agudo contraste entre los intelectuales que eran de verdad (singular cariño le tiene a Hemingway, por lo visto) y la pomposidad y superficialidad más modernos. Resulta de risa que para los estiradillos yankis del 2011, ir a probar la cultura parisiense signifique encerrarse en restaurantes de lujo y catar vinos hasta ponerse de vuelta por los grados, mientras que en los '20s la cultura es al mismo más sórdida... pero también más gozosa. La bohème, bien sûr. Claro, uno puede argumentar que Woody Allen está torciendo un poco las cosas y todo, pero entonces... Véanlo por ustedes mismos y me entenderán (¡que no, que no voy a spoilerear el final, leñe!).
IDEAL PARA: Amantes de las "pelis con magia", seguidores de Woody Allen, fanáticos de Owen Wilson, pseudointelectuales que se merezcan un rapapolvos...
OTRAS PÁGINAS SOBRE "MEDIANOCHE EN PARÍS":
-- "Midnight in Paris" en Project 10-A.
-- "'Midnight in Paris', evasión en la lluvia" en Valencia Plaza.
-- "Medianoche en París (Midnight in Paris)"" en Cine Para Usar el Cerebro.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
No se por qué pero a medida que leía tu crítica me sonó mucho a "Annie Hall", es que Allen cuando se trata de una pareja en tren romántico clase media alta siempre le sale una Annie Hall de adentro, todas esas pelis con las características dichas remiten a la susodicha Annie. Salva esta aberración a repetirse cuando se pone en tren humor, como en "Robo, huyo y lo pescaron" o las de sexo, que también son de humor, o "Poderosa Afrodita" esa mezcla de tragedia griega en tren joda, esta última una de las que más me ha gustado de Allen, junto a aquella que no recuerdo el nombre donde asesinan a Scarlet Johanson al final por un tema de status, una de Allen que no parece ser de Allen.
ResponderBorrarBueno, y hasta aquí mis desvíos culturetas. Como siempre muy buenos tus posts
Me gusta la película. Me gusta todo lo que escribiste.
ResponderBorrarA SECUTOR: Bueno, Woody Allen es uno de esos cineastas que ha estado siempre más o menos rodando la misma peli y con los mismos chistes. A veces con mayor inspiración y a veces con menos. Sin que eso signifique un demérito porque cuando Woody ha estado mediocre ha sido doloroso, pero cuando de verdad se apunta una buena, le sale en grado superlativo de buenísima. Y la "aquella que no recuerdo el nombre" es "Match Point", y en realidad es más Allen de lo que parece a simple vista. Y gracias por las felicitaciones.
ResponderBorrarA DAVID C.: Gracias por las felicitaciones. Me gustó el blog Cine para usar el Cerebro y lo incorporé al blogroll. También añadí un enlace a tu artículo sobre la peli, en la sección "Otras páginas sobre 'Medianoche en París'" dentro del posteo.