Páginas

domingo, 24 de julio de 2011

"12 hombres en pugna" (1957).


-- "12 Angry Men" (título original en inglés), "12 hombres sin piedad" (título en España). Estados Unidos, 1957.
-- Dirección: Sidney Lumet.
-- Actuación: Martin Balsam, John Fiedler, Lee J. Cobb, E.G. Marshall, Jack Klugman, Edward Binns, Jack Warden, Henry Fonda, Joseph Sweeney, Ed Begley, George Voskovec, Robert Webber (sí, cuéntelos, hay doce).
-- Guión: Reginald Rose.
-- Banda Sonora: Kenyon Hopkins.

-- "12 hombres en pugna" en IMDb.
-- "12 hombres en pugna" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El juez le lanza una amonestación al jurado: deben deliberar y alcanzar un fallo unánime. Si el fallo es culpable (guilty), al jovenzuelo llevado a juicio por homicidio le espera la amiga de la guadaña al final del camino. Si el fallo es inocente (not guilty), saldrá librado. Si hay dudas razonables, el fallo debe ser inocente. No se puede dar un veredicto de culpable y después pedirle al juez que tenga piedad por circunstancias extraordinarias. Y si el jurado no llega a acuerdo, se invalida y se procede a un nuevo juicio. Después de lo cual, el jurado se encierra, los doce hombres, en una sola sala. Maldita sea, todos tienen cosas que hacer, y están atascados ahí en hacer funcionar la democracia. Oh, well... De todas maneras la cosa no será larga, el abogado del fiscal ha presentado pruebas contundentes y el del defensor se ha metido las manos en los bolsillos para poder tocarse los huevos sin que nadie lo note. De manera que para qué debatir, mejor votamos a ver si hay unanimidad y listo. Todos guilty, salvo uno. El Jurado #8. Todos lo miran. ¿Pero de verdad piensas que es inocente? ¡Pero si es un mierducho white trash, cómo va a ser inocente! No falta el derechista que pide mano dura, pena capital, descuartizamiento en la plaza pública, exorcismo de los restos calcinados, etcétera. Pero el #8, que para eso es ciudadano, que ciudadanos eran los que hacían antes y no los de ahorita que se envenenan la mente mirando American Idol, dice que al pobre desgraciao se le debe al menos un poquito de discusión, porque para eso es el jurado, para debatir, ¿no? Todos, maldita sea, siempre hay un cabrón que decide revolver el tazo, pero bueno, como la cosa debe ser unánime, vamos viendo para que el otro desgraciao cierre el pico de una p*** vez. El otro, el #8, plantea un par de dudas. Después de que vapulean al #8 por ser tan tonto de que no ve que el crío es culpable hasta las repatas, vuelven a votar, pero esta vez en secreto. Y ahora... ¡aparecen dos "not guilty"! La lucha por la libertad, la democracia y el American Way Of Life ha principiado.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Casi un milenio atrás, en la Inglaterra feudal, el rey Enrique II estaba verde por cargarse a los señores feudales. Y como entre otras cosas el derecho feudal reconocía a esos señorones la facultad de impartir justicia en su feudo a capricho, Enrique II, ni corto ni perezoso, creó una justicia paralela (sin abolir la feudal, para que no se le sublevaran), y le permitió a las personas decidir qué justicia iban a elegir. Como la justicia real era mucho menos arbitraria que la feudal, el nuevo sistema, basado en la idea de doce hombres libres que juzgaban y sentenciaban a sus pares, prosperó. Tanto, que es la base procesal del actual Common Law. El problema es que cuando la justicia y la sociedad eran más o menos simplecitas ambas, y entre los conocidos de siempre generalmente dentro de un mismo town, la cosa podía funcionar, pero a medida que el mundo fue creciendo, y cada vez más extraños se fueron haciendo entre sí los habitantes del mundo anglófono civilizado, así como los yankis, pues el anonimato se prestaba para hacer las cosas un poco a lo Homero Simpson, quien por cierto en un capítulo enloquece a un jurado entero para disfrutar de los beneficios de su condición, a costa del sistema entero, claro. No en balde, la elección de los jurados ha alcanzado un grado técnico superlativo, así como las técnicas para emocionarlos hasta las lágrimas. Y es que un jurado de blancos no sería un jurado de blancos si no mandara al negro de mierda a la horca por robarse un par de gallinas en el sur profundo, o un jurado de negros no sería un jurado de negros si no sacara libres a tipos con tanto olor a sangre como O.J. Simpson. En fin, ¡nadie es perfecto! (y los yankis, menos que nadie).

¿POR QUÉ VERLA?

-- A diferencia de subproductos como la decente "Tribunal en fuga", o la más impresentable "La jurado", que palidecen y se humillan ante "12 hombres en pugna", acá tenemos un muy serio y respetable trabajo sobre qué es un jurado y cómo funciona. Se trata de un caso judicial corriente, con un jurado compuesto de personas también corrientes, y en esta simplicidad radica una fortaleza de la peli. En ningún minuto vemos que los idealistas luchadores por la inocencia sean "los buenos" porque sí. Por otra parte, sus oponentes tienen una amplia variedad de motivos para votar culpable, no todos ellos deshonorables. Existe el que votará culpable por simple odio a los pobres, que son la hez de la sociedad, y por supuesto que el único pobre bueno es el pobre muerto. Existe el que lo hará porque tiene sus propios problemas no resueltos, que los proyecta en la víctima a la que puede juzgar y sentenciar a gusto, aunque sea en una doceava parte. Existen los que son demasiado débiles para ir contra la masa y hubieran votado lo mismo culpable que inocente, y los que quieren votar cualquier cosa aprisa para largarse de ahí sin que importe la posibilidad de que el chico en verdad sea inocente o culpable. Y existen los que creen en la culpabilidad del chico simplemente porque las pruebas los convencieron, sin haberlas examinado mayormente. La solución final, SPOILER DEL FINAL A CONTINUACIÓN, SI PIENSAS VER LA PELI SIGUE AL SIGUIENTE PÁRRAFO, tampoco deja en claro si el acusado era realmente inocente o no, porque de manera muy realista, los jurados no son cherlojolmes que a partir de unas pocas pistas, como una Reportera del Crimen de toda la vida, es capaz de reconstruirlo todo a partir de detalles nimios y hacer caer al verdadero criminal, y por lo tanto, al salir simplemente entregan un veredicto, y sobre lo que verdaderamente ocurrió la noche del crimen cae un velo de misterio que jamás se resolverá. Seguro que en una peli hollywoodense moderna al uso, el "jurado bueno" hubiera sido el cherlojolme de turno que descubre al presidente del jurado como el malo, y éste, luego de exponer su plan con una carcajada satánica, hubiera huído, y el jurado bueno lo hubiera perseguido por las calles destrozando un montón de autos hasta un vibrante final en que el malo hubiera caído azotea abajo (la azotea de otro edificio, claro está). Por suerte eso no pasa acá.

-- Más allá de un resorte argumental un poco típico (el clásico tipo idealista que va contra todo un grupo de personas para luchar por la justicia, etcétera), lo cierto es que tenemos un excelente estudio de personajes. Aunque cuesta en un principio seguirle la pista al quién es quién entre los doce, poco a poco se nos van perfilando cada uno. Bastan unos pocos certeros plumazos, y ya los tenemos definidos. Acá no hay buenos ni malos. Existen los que están convencidos de la inocencia del acusado, o al menos los que tienen una duda razonable, existen los que están convencidos de su culpabilidad, sea porque le creen sinceramente a la prueba del juicio o sea por prejuicios, y están también los que les importa un rábano si es inocente y culpable, y van a ir con la mayoría simplemente para que todo termine de una vez. La peli es un excelente y de los más perfectos ejercicios que nos ha dado el cine del llamado "pensamiento de grupo", en donde un grupo cerrado de personas puede entrar en relaciones esclavizantes respecto del grupo que anulan el pensamiento libre, y pueden llevar a decisiones desastrosamente erróneas, debido a la presión que el grupo ejerce sobre cualquier posible disidente que se atreva a romper la conformidad hacia el grupo que es la base de su misma existencia como tal. Todo esto, el director Sidney Lumet, uno de los más eximios directores de actores que ha conocido Hollywood, lo maneja a sus anchas. Y eso que es su primer largo (Sidney Lumet después dirigió cosas como "Límite de seguridad", "Sérpico", "Asesinato en el Expreso Oriente", "Tarde de perros", "Network", o "El veredicto", cada una toda una cátedra sobre cómo hacer cine). Henry Fonda está impecable como el Jurado #8, más allá de cierta tendencia del cine de la época a idealizar al tipo de personaje que encarna, que es el clásico idealista de formación intelectual (es arquitecto) que va contra todo y todos para salvar el día por nada más que las gracias y el deber cívico (algo que, repito, era más corriente en el cine de aquellos días que en el de los nuestros).

IDEAL PARA: Ver una de las mejores pelis judiciales de todos los tiempos, y una de las mejores pelis de todos los tiempos a secas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

6 comentarios:

  1. muy buena peli, recuerdo la discucíon sobre la navaja y Henry Fonda pela una navaja igual a la del acusado que había comprado a dos cuadras del tribunal

    ResponderBorrar
  2. Es un filme simbólico de la renovación del cine latinoamericano y de la llamada "generación de la televisión" en particular. Que ha sido re interpretado varias veces, casi siempre para la pantalla chica. Entre ellas, hay una de William Friedklin estrenada en 1987, que posee modificaciones interesantes (hay un clérigo musulmán entre los jurados, que a pesar de ser el más duro, no es el último en cambiar de opinión) y otra realizada en la década de 1970 por TVE.

    ResponderBorrar
  3. A SECUTOR: Esa escena es estupenda. Aunque mi favorita es cuando tienen que hacer la demostración acerca de cómo usarla, y el jurado 8 se la pasa a su más férreo oponente... al otro se le notan todas las ganas de querer arponear al gusano miserable que se niega a acompañarlo en la condena a muerte. Qué gran escena, y sacada adelante a punta de pura actuación.

    A GALO GÓMEZ: Por abc motivos, nunca me ha tocado ver alguno de los remakes, aunque la verdad no se me ocurre cómo podrían mejorar el original que ya de por sí está más que bien afinado. El de 1987 lo voy a tener que ver, porque debe escocerle al público yanki tener a un musulmán infiltrado en uno de sus muy americanos tribunales (¡además, George C. Scott, hombre!). Ignoraba que existía un remake español de 1970, eso debe ser una curiosidad también. Tengo entendido que hay un remake europeo reciente, que ha recibido críticas dispares, pero que no he podido ver para hacerme una idea.

    ResponderBorrar
  4. Muy buena cinta, toda una lección de puesta en escena y dirección de actores, aquí factores totalmente claves para el desarrollo de la trama. Lumet no pudo debutar mejor.

    Un saludo

    ResponderBorrar
  5. Te debo una disculpa, General Gato: coloqué "latinoamericano" en lugar de "norteamericano"... Fe de erratas. Pero de cualquier forma, gracias por no mencionarlo en la respuesta (y gracias por la respuesta, también)

    ResponderBorrar
  6. A EL BUENO DE CUTTLAS: Uno de los mejores debuts del cine, y una de las mejores combinaciones entre un guión recio y unos actores entregados ciento por ciento a sacarlo. Hay pocas pelis así... Saludos igualmente.

    A GALO GOMEZ: De nada. :-)

    ResponderBorrar