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jueves, 3 de marzo de 2011

"Más allá de la vida" (2010).


-- "Hereafter". Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Matt Damon, Cécile de France, Frankie McLaren, George McLaren, Lyndsey Marshal, Thierry Neuvic, Bryce Dallas Howard, Mylène Jampanoï, Jenifer Lewis, Marthe Keller, Derek Jacobi, Niamh Cusack, Richard Kind, Jean-Yves Berteloot, Steven R. Schirripa.
-- Guión: Peter Morgan.
-- Banda Sonora: Clint Eastwood.

-- "Más allá de la vida" en IMDb.
-- "Más allá de la vida" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Tailandia. En el paraíso de la prostitución infantil, un adulto decide en cambio afilarse a una reportera que aparentemente ha tenido años mejores en el pasado (Cécile de France, con un look un tanto avejentado para sus escasos 35). Ella sale a hacer un poco de shopping étnico, mientras que él se queda en el resort. Y entonces, en esta peli de Clint Eastwood que ha partido a su manera melancólica y personajecéntr... ¡¡¡REDIOHLAPUTAMAREQUESEVIENEAHÍSÁLVESEQUIENPUEDA!!! Maremoto, aluvión, tusunami, que se viene el mar encima... ¡Leñe, yo pensé que la de Michael Bay la daban en el cine del la'o! El caso es que el agua entra en el pueblo como un Dichato cualquiera, se pasea como Pero por su casa, y se agarra a la reportera. ¡Joer, que se ha muerto la De France! ¡Y nadie se ha enterao porque aparte de mí, nadie conoce a la actriz fuera de Francia! Esperen... esperen... un momento... ahí... está... viendo la luz. Ah, ya, OK, si está viendo la luz al final del túnel es porque en algún minuto va a volver, va a despertar, va a descubrir que el mundo sigue ahí, y luego se va a volver una lunática predicando que existe la life after life y todo eso. Y en efecto, sobrevive la señora. Cambio de escena a... Inglaterra, en donde un par de niños tienen que hacer el toreo a los de servicios sociales para que no pesquen a su madre convenientemente conservada en alcohol y los agarren y los relocalicen en vaya uno a saber. El caso es que por esas revueltas del guión, a uno de los críos lo pesca un vehículo y lo deja tieso en el pavimento, para visible mosqueo del otro hermano. Cambio de escena a... San Francisco, Yueséi, en donde hay dos sujetos, uno que tiene un cierto don (ve a los muertos, a lo más Cháyaman), y otro (hermano, en este caso) que no tiene un don pero quiere aprovecharse del don de... ya saben el resto. Tres personajes (la periodista superviviente, el hermano de duelo, el vidente que evidentemente los conectará a todos al final), en un solo gran misterio: ¿existe la vida más allá de la muerte? ¿conseguirán al final ser felices y hacer las paces con la vida? ¿se coronará Clint Eastwood con otro peliculón que se lleve puñao de Oscares? (bueno, esa última ya la sabemos: NO).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A pesar de tener una carrera artística más larga que plegaria de vieja, la gran década de Clint Eastwood han sido sin lugar a dudas los 2000s. Quién diablos hoy en día recuerda que fue el pistolero sin nombre de "El bueno, el malo y el feo", o el ícono parafascista por excelencia de "Harry el Sucio". En la década nos ha legado peliculones como "La conquista de honor", "Cartas desde Iwo Jima", "El sustituto" o "Gran Torino", algunas sobrevaloradas pero aún así buenas dentro de su liga ("Mystic River", "Million Dolar Baby"), y entretenimientos simpáticos como "Jinetes del espacio" e "Invictus". Se va al cine a ver una peli de Clint Eastwood no porque sea un maestro titánico y un leviatán del cine, sino simplemente porque es uno de los pocos cineastas que andan rondando allá afuera que conocen un arte tan sencillo y básico como agarrar una historia y saber contarla bien. De pronto, decidió agarrarse un guión sobre lo sobrenatural, que andaba rondando desde 2008. ¿Clint Eastwood reconvertido en Night Shyalaman? MEIN GOTT!!! ¿Es que acaso papi Eastwood empezó a chochear, se ablandó, irá a hacer pelis ñoñas? Después de todo había rodado "Invictus", peli apaleada con injusticia porque de que era buena, era buena, pero no tan buenas como otras incluso más buenas. Por suerte no es el caso. Metiéndose en las aguas de lo sobrenatural, Clint Eastwood prueba una vez más que él es el jodido Clint, and you don't mess with Clint. No se comió ni un rosco en los Oscares. No importa. No es Clint el que necesita un jodido Oscar, es el jodido Oscar el que necesita desesperadamente a Clint.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digamos de entrada que "Más allá de la vida" no califica como lo mucho más mejor que ha rodado Clint Eastwood en su vida. Es una peli cumplidora e interesante, sin ser superlativa. La gracia acá es que un guión potencialmente ñoño y efectista (ya saben: fantasmas, vida después de la muerte, misterio sobrenatural, etcétera), Clint Eastwood lo agarra y lo clintisgudiza hasta convertirla en otra que es de su marca de fábrica. Es cierto que hay un cierto aire a que Clint Eastwood (acercándose velozmente a la ochentena) está haciendo las paces con la vida y la muerte y todo eso, pero considerar a la peli únicamente como eso sería reduccionismo. Clint opta por lo de siempre, porque la historia se cuente sola, y se toma todo el tiempo del mundo para eso. La receta ideal para que los adolescentes de mierda esperando una de sustitos facilones se aburran en el cine (como realmente ocurrió cuando General Gato su seguro servidor la fue a ver, único profeta en medio de tanto filisteo con demasiado tiempo libre), pero que el material con el que se confeccionan las historias de verdad, las que se erigen como poderosas y viriles. Porque nadie diría que Clint no es viril, ¿no? A través de la peli, Clint Eastwood va diseccionando a los personajes y retrata tres situaciones frente a la muerte: la casi muerte (la periodista), la muerte que pasa por el lado (el niño), y el que derechamente mira a la muerte cara a cara (el vidente). A través de ellos, a la manera sutil que es la propia de Clint, sin forzar el asunto en ningún minuto, nos va mostrando cuán indefenso estamos ante nuestra propia finitud. La periodista ha sobrevivido, sólo para que su mundo entero se le quiebre y venga abajo; el niño ha hecho lo propio sólo para seguir aferrado a su vida anterior; y finalmente el que más cerca está de la muerte, el vidente, lo único que quiere es escaparse de ella y olvidarse del cuento. El final feliz vendrá (spoiler acá, pero no demasiado significativo) cuando los tres personajes, de una manera en que no revelaré por supuesto, encuentran cómo reconciliarse con la existencia humana, etcétera. Y todo eso, guardando siempre un tono contenido y minimalista, todo lo contrario de lo apologético que habría resultado un, digamos, Steven Spielberg. La mayor muestra de esto se ve en la escena original del tsunami: Clint Eastwood lo pone porque la historia parte a través de ahí, y a mitad de camino pone también un bombazo terrorista que también aconteció en el mundo real, pero los trata como si fueran un incidente cualquiera, sin darles mayor realce ni engolosinarse con los efectos especiales como un Michael Bay cualquiera, sino al servicio de la historia, pasando en ellos lo mínimo y después derivando hacia el resto de la trama. Quizás el problema con la peli, lo que le impide despegar con un poco más de vuelo y transformarse en una obra maestra, es extenderse en demasía y darse demasiado tiempo en esta o aquella subtrama: una edición un poco más empaquetada hubiera hecho el milagro acá.

-- Otro interesante mérito de la peli es el tratamiento de la muerte. A pesar de estar marchando rápido a poner un pie en el cajón, Clint Eastwood no luce ni suena desesperado. Al final de la peli, la muerte sigue siendo esa gran desconocida que era al comienzo. Seguimos solos e ignorantes de qué habrá al otro lado. La peli asume firmemente que hay un otro lado, claro (después de todo, la peli tiene un vidente en su reparto, ¿no?), pero lo que hay allá es literalmente el país desconocido. Con un valor y agallas enormes, Clint Eastwood dedica sus minutos a desmontar y reirse cruelmente de los fantoches y milagreros que trafican con la muerte ofreciendo ilusiones estúpidas a gente demasiado crédula. La moraleja de la peli pareciera ser una muy del gusto de Clint Eastwood: nadie más que tú mismo puedes ajustar cuentas con tu propia mortalidad, ama la vida por lo que es, y confórmate con que va a durar lo que tenga que durar. Todo lo demás que te cuenten al respecto, son zarajandas. Este tema está latente en destellos estratégicamente ubicados a lo largo de toda la peli: lo estúpido de que un personaje sobreviva a un tsunami y otro muera con un simple accidente de camión, el sacerdote que hace un entierro apuradito y como un trámite burocrático, el desfile de falsos videntes que hay allá afuera (por contraste, el verdadero vidente se siente un desgraciado por serlo, porque él sí sabe), la mención de que vivir demasiado con la muerte al final no es vida... Los filósofos estoicos de la Antigua Grecia habrían estado entusiasmados comiendo palomitas viendo esta peli, claramente.

-- Los personajes también tienen una relación bastante particular entre sí. En cierta medida, en una poderosa metáfora sugerida muy sutilmente por la peli, los tres conforman una familia. El vidente (interpretado con una actuación para sacarse el sombrero por un portentoso Matt Damon) representaría al padre, a aquel que sabe y conoce y tiene las respuestas, un padre un poco distante (a lo Dios Veterotestamentario, y es que Clint al final es muy yanki en esto) pero que en algún minuto descubre la compasión por los demás, un poco porque él mismo sabe sobre la muerte. La periodista (una Cécile de France claramente incómoda aquí, que no se luce tanto como en otros roles que ha emprendido) representaría a la madre, a aquella cuya manera de adentrarse en el misterio no es a través del conocimiento, sino de la empatía: ella busca saber, pero para encajar de nuevo en el mundo, y desde ahí guiar a otras personas a través de lo que ella ha descubierto. Y finalmente el chico (Frankie y George McLaren, dos actores gemelos para un doble rol de hermanos gemelos) representa la búsqueda, esa infancia de desesperación e ignorancia que sólo encontrará confort con la mirada conciliadora de la madre (la periodista, a falta de la madre biológica) y el padre (el vidente). Metafóricamente (y quizás de manera inconsciente, vaya uno a saber si el guionista estaba pensando en esta hipotética lectura o no), esta estructura en tríada entronca con las familias divinas de las mitologías antiguas, con sus roles bien definidos, en que el creyente se transforma en hijo de una familia divina. De ahí que la peli tenga una alta carga simbólica: los tres personajes, en cierta medida, representan a toda la Humanidad como una sola gran familia. Visto de esa manera, "Más allá de la vida" triunfa gloriosamente allí donde "Babel" fracasó: el enfoque minimalista de Eastwood resultó a la larga mucho más potente que la pretenciosidad cultureta de González Iñárritu. A ver si los culturetas de una buena vez toman notas y... a quién quiero engañar. No van a tomar notas. Porque es más fácil hacer pelis excesivas y discursivas, que hacer un trabajo sobrio y contenido como Clint, y además de eso salirse con la suya. Por algo Clint es admirado, pero nadie hoy por hoy intenta imitarlo.

IDEAL PARA: Ver una potente peli sobre la tantas veces cacareada "naturaleza humana" frente a la muerte.

3 comentarios:

  1. Me parece que es una forma original y muy muy elegante de acercarse al tema de la muerte, algo así como el sexto sentido sin sustos ni casquería, pero tampoco creo que innove nada nuevo ni que sea ni de lejos de sus mejores películas.

    Un saludo general

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  2. Por cierto tienes comentarios sin contestar en otras entradas.

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  3. Ni innovador ni de sus mejores pelis, pero sí una buena peli en general, creo yo. Los comentarios, están siendo contestados poco a poco, ahora que Cine 9009 está regresando a la normalidad. Un saludo.

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