-- "Victory" (título en Estados Unidos), "Escape to Victory" (título internacional), "Evasión o victoria" (título en España), "Fuga a la victoria" (título en Perú). Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Michael Caine, Sylvester Stallone, Max von Sydow, Anton Diffring, Carole Laure, Gary Waldhorn, Benoît Ferreux, Clive Merrison, Maurice Roëves, Michael Cochrane, Zoltán Gera, Tim Pigott-Smith, Daniel Massey, Jean-François Stévenin.
-- Guión: Evan Jones y Yabo Yablonsky, basados en una historia de este último y de Djordje Milicevic y de Jeff Maguire.
-- Banda Sonora: Bill Conti.
-- "Escape a la victoria" en IMDb.
-- "Escape a la victoria" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Deutschland, III Reich. Die alemanischen están recluyendo a prisioneros de guerra en campos de concentración, en donde no la pasan tan mal porque aún no se rodaba la de Schindler y los alemanes no tenían de donde sacar ideas para ser... ¡¡¡EVIL!!! En fin, resulta que en una visita de la Cruz Roja, para mostrar que son POW, pero son POW bajo la Convención de Ginebra y toda la furutatalla, un nazito reconoce a uno de los tipos: ¡joer, si este british es un futbolista! Yo también fui futbolista, Alemania, 1938. ¡Ah, sí, claro, qué tiempos! Y no, no se fuman un cigarrito juntos, pero casi. El caso es que la guerra divide a las naciones y el fútbol las une, así es que entre conversa y conversa, el nazito se saca una idea del magín: ¿y por qué ustedes los POW no se arman su equipito de fútbol, y se enfrentan a nuestros Deutschenpanzermenschen en el enfrentamiento definitivo definitivoso que lo resuelva todo... o casi? Bueno, mire, no sé, en este campo de concentración no estamos tan famélicos, verán, pero igual si nos dan doble ración de todo, y de lo bueno, con carne y vegetales y huevos, o sea, para dar espectáculo y no dar lástima cuando estemos en lo del balompié... ¡Hecho, pues! Ahí tienen entonces a los nazitos de un lado, y por el otro a los POW que, como de costumbre, no sólo lucharán por ganarle a los nazis (en un match de fútbol en este caso), sino que además lucharán para obtener la libertad, o si no para qué tanto esfuerceo, y como si eso no fuera poco, también nos darán algunas lecciones de la grandeza del espíritu humano, etcétera.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Aunque ustedes no lo crean, las pelis de II Guerra Mundial no partieron con "Bastardos sin gloria". Ni siquiera con "La lista de Schindler". En verdad, pelis sobre la WWII venían rodándose desde la mismísima WWII, claro que en Estados Unidos e Inglaterra los Aliados eran los buenos, y los nazis los bellacos, que para eso contamos la historia nosotros, joer, para quedar bien nosotros. Bueno, el caso es que habiéndose explotado todos los filones habidos y por haber (¿desembarcos?: "El día más largo del siglo". ¿Operaciones militares frustradas?: "Un puente demasiado lejos". ¿Glamorosas operaciones comandos contra castillos de rancia arquitectura germánica?: "Donde las águilas se atreven". ¿Patrullajes en tierra enemiga?: "La batalla de Anzio". ¿La jungla?: "Guadacarnal"... y suma y sigue), quedaba aún cierta veta no explotada: ¡el deporte! Circulaba por ahí la anécdota de que un equipito de Europa Oriental fue puesto por los nazis a jugar fútbol, y cuando ganaron, los nazis como que se anduvieron mosqueando y les hicieron probar el amargo sabor de la victoria a punta de fusil. Así es que, ni cortos ni perezosos, tomaron la historia, la adaptaron a Europa Occidental para incluir estrellas de Inglaterra y Estados Unidos, que o si no la peli no se vende, pusieron al veterano John Huston a rodar, a ver qué podía hacer el vejete (y el vejete probó que todavía le quedaba sangre en sus jurásicas venas), contrataron un elenco tan bizarro como pudieron... y cruzaron los dedos para ver qué engendro salía del tubo de ensayo, o del laboratorio de montaje, usen la expresión que les acomode más. ¿El resultado? Una desquiciada peli sobre la II Guerra Mundial, como ustedes no la han visto hasta el minuto, y probablemente no volverán a verla jamás.
¿POR QUÉ VERLA?
-- ¿El muy british y actorazo Michael Caine, haciendo equipo en una misma peli con el musculín Sylvester Stallone, y además con el futbolista brasileiro Pelé, todos ellos coaligados en contra del sueco Max Von Sidow haciendo de malo maloso alemán...? Sí, sí sucedió... ¡Y bajo la dirección de John Huston, el hombre que incluye en su currículum pelis como "El halcón maltés", "El tesoro de la Sierra Madre", "Mientras la ciudad duerme", "La Reina Africana", "Moby Dick", "El hombre que quiso ser rey"...! En el reino de las decisiones estrambóticas, esta junta de individuos tenía todos los papeles para un alto cardenalato o algo así. Y milagrosamente, por alguna razón, funciona. No descartemos el gran talento del director Huston, que aunque en lo personal siempre lo he encontrado un tanto frío y cerebral para rodar (no en balde sus mejores filmes son los policiales), en este caso se aplica a una peli sin lugar a dudas irregular y a ratos un tantín ridícula, pero que es casi como el partido de fútbol que relata: corre, corre, corre, se esfuerza, moja la camiseta, y anota tanto a tanto hasta alzarse con la victoria. La pericia de John Huston es transformar una historia más o menos tontorrona y muy hecha para los estándares hollywoodenses (ya saben: los buenos son todos buenos, los malos son todos de cartón, se las arreglan para meter una chica que sea interés romántico del prota aunque sea con calzador... lo de siempre, vamos), y sin demasiada épica (¿un partido de fútbol? ¡Estamos en la WWII, como mínimo pongan algo de ametralladoras o algo!), en una emocionante historia de ésas que llamaríamos de "triunfo del espíritu humano" o similar. ¡Y sin que se vea ñoña! Claro, la peli no tiene demasiado espesor dramático, y nunca sentimos que los protas verdaderamente se estén jugando la vida o la muerte, a manos de unos nazis bastante condescendientes con ellos, pero John Huston se aplica a contar su historia, lo hace con los métodos espartanos que son su marca de fábrica (escenas rápidas y contadas, poner de relieve a los actores y sus personajes, etcétera), y le saca todo el jugo posible. Que el gran final de una peli ambientada en la II Guerra Mundial sea un partido de fútbol, y que aún así emocione, tiene su qué. ¿Es la enésima versión de los underdogs luchando por salir adelante? Sí, lo es, y qué. El viejo zorro de Huston nos cuenta la historia sin ningún sentimentalismo, no busca chantajear al espectador, y con esto, logra lo que muchas otras pelis que buscan conmovernos con músicas de violines, cámaras lentas, y rostros transfigurados por el dolor, no consiguen precisamente por ese derroche de melaza.
-- El elenco. O sea, tenemos a un joven Sylvester Stallone de protagonista (ya interpretado "Rocky", y a un año todavía de "Rambo"), haciendo su rol de buen chato de toda la vida, y si bien su protagonismo mosquea un poco (ya sabemos, es el típico American Man que viene a enseñarnos cómo ser mejores y salvar el mundo, etcétera), al final como que le cobramos cariño, joer, aunque sea porque tiene que sacrificarse por la causa y lo hace con su mejor cara del mundo. A su lado tenemos a Michael Caine ganándose los porotos a punta de puro carisma personal, y quizás un poco desaprovechado. La participación de Pelé es casi testimonial, si está ahí para recitar un par de líneas de diálogo y hacer lo suyo, o sea, jugar a la pelota. Claro que, admitámoslo, no por "estar en una peli" o algo así, Pelé nos escatima lo suyo: las escasas secuencias en que lo vemos jugar a la pelota y patear traseros germanos (figuradamente, claro está), esas secuencias son más que deporte: son arte. Y como decíamos, el malo es Max Von Sidow, que le inyecta un montón de bonhomía a un personaje que en principio es... bueno, es el malo. Sí, el Cristo de "La historia más grande jamás contada", el Padre Merrin de "El exorcista" y Ming el Despiadado de "Flash Gordon" es aquí el villano, y lo interpreta de una manera magistral. El resto de los actores, en realidad no son actores sino jugadores de fútbol, y hace lo que se espera de ellos, pero lo hacen notablemente bien.
-- El partido de fútbol mismo, por supuesto. Después de idas y venidas, toda esta secuencia está muy bellamente filmada. La maestría de Huston le hace simplemente poner la cámara dos o tres veces, a la pasada, a un guardia nazi con unos perritos con muy mala leche, más la banda sonora de Bill Conti, y ya con eso crea un clima amenazante en torno a los jugadores. A medida que el partido avanza y el asunto se vuelve cada vez más espinoso para nuestros héroes, la tensión aumenta, y aumenta, y aumenta... y sentimos cómo en esa cancha se está jugando algo más que un partidito amistoso... y suma y sigue, hasta llegar a ESE final... Un final simple, casi imposible desde el punto de vista histórico, pero que dado el tono y desarrollo de la peli, en realidad era el mejor de todos, y que muestra algo más que la resolución del conflicto: muestra lo que es en verdad el amor a la vida y a la libertad, de una manera que me atrevería incluso (por mucho que deteste esa palabra a la hora de escribir comentarios de pelis), me atrevería incluso a calificar de "poética".
IDEAL PARA: Ver una bizarra y muy inusual peli que mezcla fútbol y Segunda Guerra Mundial (¡y funciona!).
OTRAS PÁGINAS SOBRE "ESCAPE A LA VICTORIA":
-- "'ESCAPE A LA VICTORIA'. John Huston (1981)" en Im Freakalot.
Una de esas películas que te sientas a ver cada vez que la echan por la televisión, aunque nunca te comprarías el DVD, y además sin saber muy bien la razón. Si es que a uno el fútbol no le gusta nada. Lo inexplicable del ser humano.
ResponderBorrarUn saludo cinéfilo.
P.D.: por cierto, enhorabuena por los cinco años.
¿Me van a creer que yo jamás la había visto hasta hace algunos meses atrás? Y bueno, si la echan de nuevo por TV, creo que me inscribiré a reverla. Y tampoco sé por qué, si a mí el fútbol tampoco me da cosquillas... En fin, un saludo cinéfilo igualmente, y gracias por las felicitaciones.
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