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domingo, 19 de diciembre de 2010

"Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1" (2010).


-- "Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1". Inglaterra / Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: David Yates.
-- Actuación: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Jim Broadbent, Robbie Coltrane, Warwick Davis, Michael Gambon, Brendan Gleeson, John Hurt, Rhys Ifans, Jason Isaacs, Bill Nighy, Alan Rickman, David Thewlis, Timothy Spall, Imelda Staunton, Julie Walters.
-- Guión: Steve Klover, basado en la novela de J.K. Rowling.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.

-- "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1" en IMDb.
-- "Harry Potter y las reliquias de la muerte" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Algo está podrido en el reino de J.K. Rowling. Las fuerzas del mal avanzan victoriosas en contra de los buenos, y el trío de niñatos ahora reconvertidos en un macizón, una majacita y un... bueno, en el bueno de Daniel Radcliffe de toda la vida pero ahora más alto y desgarbado si es que cabe, todos ellos abandonan sus hogares, listos o más o menos listos para la cruzada final. Un grupete de personajes llega hasta la guarida en que Harry Potter se está asilando, y tratan de hacer una salida para que el malvado Voldemort, el Voldemort del que no se puede decir el nombre de Voldem... er... ése, justamente, no llegue a ponerle las manos encima de Harry (a la horita, siete pelis y recién se les ocurre que sería bueno dotar al Elegido con una guardia pretoriana, si es que estos buenos de la peli son buenos pero para tirárselas). Pero las cosas salen mal: los malos malosos están esperando allá afuera, y lo que se suponía iba a ser una fuga clandestina se convierte en una batalla en toda regla, ahora en Londres mismo y el camuflaje del mundo mágico al reverendo carajo. Harry Potter escapa por los pelos, con sacrificio de personajes de por medio porque se acerca el final y por lo tanto ya es poco probable que se los necesite para alguna otra cosa, y se esconde en una casa segura, etcétera (la del mejor amigo de Harry, donde a ningún secuaz de Voldemort se le ocurriría buscar, en una descripción clásica de la sintomatología del síndrome Tatooine). La existencia podría ser bonita, iluminada, etcétera, e incluso celebran un matrimonio y todo, pero en medio del bodorrio aparecen otra vez los malos (que la tienen fácil para sembrar caos y destrucción a su paso, a pesar de que 10-15 minutos de peli antes, Voldemort ha comentado lo fútil que sería atacar un lugar tan bien protegido blah-blah-blah...), y ya tenemos otra vez a Harry Potter a la carrera. Esta vez decide que no va a poner a sus amigos en peligro más, y se manda a cambiar, junto con sus dos mosqueteros, y salen a campo abierto, absolutamente solos, indefensos frente a la traición, contando con sus propias fuerzas (pero no necesariamente obligados a defenderse siempre por sí mismos: la veterana tradición de esta saga, de salvar situaciones vía deus ex machina, es demasiado fuerte como para perecer incluso aquí). La única posibilidad de supervivencia que tienen es darle caza a los horcruxes, horrorcruxes o como se llamen los artefactos que esconden el alma de Voldemort, e irlos destruyendo uno a uno. Y supongo que no es un gran spoiler si digo que al final de todo esto, la cosa termina en "continuará". Si es que tiene un peazo "Parte 1" incrustado en el título, después de todo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el año 2010 de Nuestro Señor Jesucristo (mención sea hecha, porque como sabemos y han denunciado los doctos eruditos en la Biblia, Harry Potter es... ¡¡¡SATÁNICO!!!), la saga cinematográfica más rentable de todos los tiempos es de la Harry Potter, habiéndose embuchado más de seis mil millones de dólares. Le sigue de cerca (mil millones de dólares menos, un sexto menos, una nada, hombre) James Bond, con una diferencia: al niñato de lentes le ha tomado siete entregas, mientras que a Bond le ha tomado 22 (si a alguien le interesa, la tercera es Star Wars con otros mil millones menos, en siete entregas. Saquen cálculos). Pero la mina de oro se está agotando. Después de "Harry Potter y el misterio del príncipe", quedaba una entrega adicional y punto: no hay más novelas, hay gran final, etcétera. ¡Diablos, 'emonios, infiernos, rediablos!, se dijeron los ejecutivos de los estudios (ya lo advertimos: Harry Potter es satánico), ¿cómo le sacamos más centavos a los ya demasiado estrujados espectadores? ¡Hey! Hagamos la misma cosa que hizo el Carnicero Weinstein con "Kill Bill" y partámosla en dos. Pero, oye, qué van a decir, que somos unos mercenarios explotando despiadadamente a los fanáticos que tanto quieren nuestro material... Oye, pero no es nuestra culpa, si después de todos los yonkis son ellos y ellos eligieron hacerse jarripoterdictos, y además, les decimos que es porque queremos adaptar la novela bien adaptada metiendo todos los episodios, y no haciendo un drástico descuartizamiento como en las tres o cuatro entregas anteriores, y se la tragan con paz y tranquilidad mental. Así es que ahora tenemos la séptima peli de Harry Potter. Que será seguida por una octava peli de Harry Potter. Porque no me trago que ésta es "séptima, parte 1" y la siguiente será "séptima, parte 2". A mí me enseñaron de chiquitito en la clase de aritmética elemental que si tenías que pagar dos entradas diferentes, entonces es que son dos pelis diferentes. O sea, lo que tenemos es el penúltimo episodio de la saga que acabará en "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2". Al fin, digo yo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- En toda franquicia fílmica existe un punto en que la cantidad de información acumulada sobre un universo ficticio es demasiada como para que el espectador casual la maneje, y por lo tanto, llega el minuto en que las nuevas pelis se dirigen no a las audiencias masivas, sino a los acólitos que la franquicia ha conseguido reunir, con pelis cada vez más autorreferentes y plagadas de detalles que sólo la secta es capaz de concebir. Mientras que "Harry Potter y la piedra filosofal", "Harry Potter y la cámara de los secretos" y "Harry Potter y el prisionero de Azkaban" eran pelis más o menos completas y autoconclusivas, y el espectador casual las podía ver más o menos así, ya desde "Harry Potter y el cáliz de fuego" con la primera aparición de Voldemort el asunto empieza a virar. "Harry Potter y la Orden del Fénix" ya hacía girar algunas situaciones típicas de la franquicia (por primera vez Harry se rebela contra sus molestos y caricaturescos tíos). Y ya con "Harry Potter y el misterio del príncipe" está claro que estamos preparando el grande finale, incluyendo ese final de episodio en que la historia queda del mismo queda más o menos cerrada, pero queda el cabo suelto para la continuación. Toda la parrafada anterior fue para decir lo obvio: "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1" no es una peli dirigida a las grandes audiencias, ni a los críticos, sino única y exclusivamente a los fanáticos que han tenido el fuste y aguante para llegar hasta este punto sin echar sangre de narices por el camino. ¿Es una buena peli? ¿Y eso qué importa? Lo importante es que les guste a los fanáticos y continuadores de la franquicia. David Yates ya le ha tomado el tranquillo a la cosa y hace una entrega mejor que "Harry Potter y el misterio del príncipe", aunque claramente él no es Alfonso Cuarón (el que dirigió "Harry Potter y el misterio de Azkaban", probablemente la mejor de todas). El resultado es francamente irregular. Tenemos algunos de los mejores y más interesantes momentos de la saga: Hermione despidiéndose de su familia, los tres protas en una casa y solitarios (cosa rara en esta saga, decir mucho con lo mínimo), algunas secuencias de acción quizás no demasiado espectaculares comparado con el cine en general, pero mejores que el promedio de la saga de Harry Potter (cuyo fuerte nunca estuvo en la acción desenfrenada, todo sea dicho). Tiene también algún rasgo de ingenio como cuando recurre a una técnica inesperada, el uso de animación con figuras chinescas para referir la historia de las Reliquias Mortales (truco copiado de "Hellboy 2: El ejército dorado", que a su vez lo sacaba de alguna otra parte, pero para los estándares de Harry Potter...). Incluso se cae hasta alguna lagrimita cuando fallece algún personaje significativo, de los que no pensabas que iban a morir (aunque claro, cuando ves a uno dando vueltas allí donde no se suponía que iba a andar dando vueltas, ya se huele el aroma de asado para buitres). Al argumento no hay que darle demasiadas tornas porque es tan armado y calculado como siempre (a punta de deus ex machina, personajes que aparecen para empujar o tirar de Harry Potter, misterios y pistas con un tremendo cartel de "dirección obligada" porque la historia exige que los personajes vayan en esa dirección, deducciones con más inspiración que lógica... vicios que han sido propios de la saga entera, para qué vamos a estarnos engañando aquí). El trío protagónico se defiende, pero se limita a eso, defenderse, porque a estas alturas del partido, después de diez años de interpretar sus roles, ya los actúan casi de manera automática, pero tampoco han evolucionado actoralmente más allá. Los secundarios están brillantes como siempre (Imelda Staunton, Ralph Fiennes y Helena Bonham Carter llevándose la palma aquí), pero sus roles son tan mínimos que casi no lucen (el siempre bienvenido Alan Rickman aparece tan poco que parece casi un cameo para que recordemos que Severus Snape también está en las de Harry Potter). Si a eso le sumamos un metraje que al comienzo juega bien con la paranoia y la estética de lo que podríamos llamar "fascismo inglés", pero después resulta quizás excesivamente largo en su parte media, el resultado es un tanto descorazonador (aunque seamos justos, no tanto como "Harry Potter y el misterio del príncipe"). Si nos hubieran dicho que la saga iba a continuar por una cantidad indefinida de entregas, el asunto sería como para tirar la esponja. Pero nos prometieron que habría una más, tan sólo una más, y que después se acababa (o no, a según si la señora Rowling se manda un octavo tocho que se pueda transformar en una novena peli...), así es que seguiremos estoicamente hasta el final. Por cierto, esta peli nos ha brindado el que quizás sea el momento cumbre de la saga. En una escena, Harry Potter y sus dos amiguetes deben infiltrarse en un lugar asumiendo otra forma física, lo que da pie a otros tres actores adultos para interpretar los personajes a la manera de Radcliffe, Watson y Gringer, con todos sus modales y manierismos, y la calamidad es que estos actores lo hacen tan condenadamente bien, que dejan en evidencia a los actores originales que los interpretaron en primer lugar, como lo que en definitiva son, y es la saga entera: una caricatura de los cuentos infantiles sobre reinos de magia y del bien contra el mal, en vez de una historia sólida y coherente de principio a fin. (Dicho esto desprecio, si igual su seguro servidor el General Gato quien esto escribe se las ha bancado religiosamente en el cine porque se ha divertido lo suyo... y las ha olvidado escrupulosamente después).

IDEAL PARA: Hacer prueba de resistencia, si te has bancado seis pelis de Potter antes que ésta.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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