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jueves, 17 de junio de 2010
"Pesadilla en la Calle Elm" (2010).
-- "A Nightmare on Elm Street". Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Samuel Bayer.
-- Actuación: Jackie Earle Haley, Kyle Gallner, Rooney Mara, Katie Cassidy, Thomas Dekker, Kellan Lutz, Clancy Brown, Connie Britton, Lia D. Mortensen, Julianna Damm, Christian Stolte, Katie Schooping Knight, Hailey Schooping Knight, Leah Uteg, Don Robert Cass.
-- Guión: Wesley Strick y Eric Heisserer, sobre una historia del primero, basados en los personajes creados por Wes Craven.
-- Banda Sonora: Steve Jablonsky.
-- "Pesadilla en la Calle Elm" en IMDb.
-- "Pesadilla en la Calle Elm" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
¿Más café, por favor? ¿Señorita, más café...? Pero qué... hijjjj... ¡Oye, tú, ven, tráeme más caf...! Er... Er... ¿Dónde estoy? ¿Y esto? ¿Y estas cabezas de animales cocinándose, que parecen sacadas de un videoclip de los '90s? ¿No estaré en los reinos de...? ¿Ese tipo, el de dedos cuchillosos y jersey a rayas de los '80s...? ¿Ah? ¡¡¡AUGH!!! Oye, te quedaste dormido. Oh, sí, mira, lo siento, yo... tuve un sueño raro. Como si el tipo de La Isla y Transformers me hubiera mandado de regreso a una peli de terror cutre de... bueno, no importa. Porque, qué de malo puede pasarme si me quedo dormido, si después de todo es sólo un sueño... ¿Eh? ¡¡¡AGH!!! ¡¡¡UGH!!! ¡¡¡NO!!! (Oh, yeah!). El pobrecito que se quedó dormido para no despertar, ahora lo están enterrando, y vemos a cuatro personajes alrededor que están mirándose unos a otros, porque no vayan a ser cosa que los tomen por locos, pero... todos ellos sueñan con un tipo con jersey a rayas y el rostro quemado y los dedos de cuchillo, y a todos ellos les ha pasado algo que les muestra que, si se quedan dormidos, es el final, kids. De manera que empiezan a explorar en el oscuro pasado de su ciudad, y en su propia vida anterior, la que sus padres parecen empecinados en borrar a toda costa. Quizás ésa sea la única manera de combatir contra Freddy Krueger. O quizás no, quizás él necesite que lo recuerden para obtener la fuerza necesaria para destruir a todos sus enemigos...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En 1984, en medio de la oleada de Jalogüines y Martestreces, surgió un slasher diferente. Hasta el minuto, todos los asesinos seriales macheteacalentorros eran simples tipos detrás de una máscara, más o menos poderosos, pero humanos. Freddy Krueger fue el primero (o el primero que tuvo éxito, al menos) cuyo trasfondo fue netamente sobrenatural desde el comienzo. Claro, por el camino también Michael Myers y Jason Vorhees también se hicieron sobrenaturales, porque la competencia es dura y uno no se puede quedar en el camino (y de "Freddy vs. Jason" mejor no hablemos). Pero Freddy Krueger fue un éxito inmediato. En la mitología de las pelis de Pesadilla (pesadilla fue que durara seis entregas, y que hubiera una séptima que era secuela y no, además del crossover ése, ya saben a qué me refiero) hubo espacio para mucho más que el mero cine slasher. Claro, el corazón de la franquicia (e hígado, bazo, riñones...) era ver a Freddy rondando mientras se escabechinaba a los muñecos de rigor, pero también Freddy era la materialización de un terror mucho más profundo, el viejo y ancestral miedo a dormir y no despertar. O el sueño como sinónimo de la muerte. ¿Acaso no decimos de las personas que están muertas, que están en el "sueño eterno"? ¿Y acaso no hablan los veterinarios, cuando nos tienen que eutanasiar a los gatos, de "dormir" a la mascota? (Humanos arrogantes, como si nosotros no fuéramos los amos, hahá). En fin, en qué estaba. Ah, sí. El personaje de Freddy Krueger, inesperado hallazgo del por otra parte irregular Wes Craven ("Las colinas tienen ojos", la "Pesadilla en la Calle Elm" de 1984, "La serpiente y el arcoiris", "Shocker: 100.000 voltios de terror", "La gente detrás de las paredes", "Scream"), se transformó en un símbolo por sí mismo, una nueva y diabólica encarnación de las fuerzas de la oscuridad. En la oleada de remakes y reboots que invadió Hollywood a partir de "Batman inicia" y "Casino Royale", no era tan impredecible que Freddy tuviera su propio reset-button. Ya habíamos tenido un "Martes 13" con un nuevo inicio. Y dénlo por hecho, de esta "Pesadilla en la Calle Elm" habrá secuela: costó 35 millones, pero a la fecha de escribir esto había recaudado 100. Se los doy firmado. Palabra de General Gato.
¿POR QUÉ VERLA?
-- La verdad, no hay demasiadas razones por las que valga la pena ver este reboot/remake. No es que sea mala de solemnidad (no lo es), pero es una peli completamente superflua. El principal pecado es que tomaron la trama de la peli original casi literalmente, incluyendo una tonelada de escenas no diré calcadas, pero sí abordadas de una manera que aburrirá sobremanera a quienes hayan visto la "Pesadilla en la Calle Elm" original. Y claro, la peli original te metía cuco porque estaba el misterio de quién diablos es el tipo del jersey a rayas que le gusta tejer pellejos a cuadritos con sus cuchillos, mientras que acá, ya Freddy es un personaje consolidado y aceptado en la cultura popular, y quién no lo conoce, vamos. Es como si ahora quisieras hacer una peli sobre Jesucristo en la que todo el suspenso radica en saber cuál de todos los discípulos lo va a traicionar, cuando sabemos de sobra que fue Judas Iscariote sin haber visto esa hipotética peli. Quizás parte importante del problema es que en la silla del productor esté sentado Michael Bay (sí, señores: "Armagedón", "Pearl Harbor", "La isla", "Transformers"...), tipo al que el terror le resbala por completo, y no debe ser casualidad que algunas de las escenas de más empaque dentro de la peli, sean justamente las de acción física pura y dura (léase, Freddy luchando a mano limpia, o a cuchillo limpio). Aún así, la peli tiene algunos puntos para defender. La dirección de Samuel Bayer es acertada, tratando de hacer lo que puede con un guión tan amuermante, aprovechando toda su experiencia como uno de los más grandes directores de videoclip de la MTV noventera (joyitas audiovisuales como "The Heart's Filthy Lessons" de David Bowie u "Only Happy When It Rains" de Garbage son suyos) para crear una densa atmósfera onírica, en la que llega un instante en que no se sabe qué es el sueño y qué la realidad. Jackie Earle Haley (el estupendo Rorscharch de "Watchmen") es un estupendo reemplazo para Robert Englund, probablemente el único que podía hacer el trabajo sin caer en el ridículo más supino, tanto en las escenas como el asesino de los sueños, como en los flashbacks en que lo vemos en su vida normal (esa cara de pedófilo...). A su alrededor, las actuaciones son cumplidorcitas dentro de lo que cabe, y sin ponerse muy exigentes. Y el soundtrack a cargo del usualmente ineficiente Steve Jablonsky ("Transformers") funciona inesperadamente bien (tampoco es que sea tan tremendo, pero es que viniendo de quien viene...). El guión mueve el énfasis desde el conflicto generacional presente en la primera (y en sus secuelas), hacia la soledad del adolescente actual, indefenso frente al mundo y sin otro recurso que conectarse a Internet, lo que es un giro interesante, aunque como es de esperar, no bien explotado. Un adolescente nacido en los '90s, que nunca haya visto una peli de Freddy Krueger antes, o al menos no una de "las clásicas", o que las considere un tanto añejas (y admitámoslo, ese ochenterismo de las primeras entregas como que ha envejecido un tanto mal), puede llevarse una agradable sorpresa aquí (bueno, ya saben qué quiero decir con "agradable"). Pero sí ya has visto la "Pesadilla en la Calle Elm" original, lo que es más que probable si estás dentro del rango etáreo supra25/30, no necesitas ver este remake, porque no vas a encontrar ninguna relectura interesante o novedosa, más allá de los FXs un poco más pulidos.
IDEAL PARA: Fanáticos de Jackie Earle Haley, que debe haberlos, o completistas de la franquicia, o larvas que crean que la Historia del Cine partió con "Armagedón".
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