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domingo, 19 de julio de 2009

"Enamórate de mí" (2006).


-- "Hors de prix" (título original en francés), "Priceless" (título internacional en inglés), "Mujer de lujo" (título en Argentina), "Un engaño de lujo" (título en España). Francia. Año 2006.
-- Dirección: Pierre Salvadori.
-- Actuación: Audrey Tautou, Gad Elmaleh, Marie-Christine Adam, Vernon Dobtcheff, Jacques Spiesser, Annelise Hesme, Charlotte Vermeil, Claudine Baschet, Laurent Claret, Jean de Coninck, Blandine Pélissier, Philippe Vendan-Borin, Bernard Bourdeau, Didier Brice, Laurent Mouton.
-- Guión: Benoît Graffin y Pierre Salvadori.
-- Banda Sonora: Camille Bazbaz.

-- "Enamórate de mí" en IMDb.
-- "Enamórate de mí" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Todo progreso en la evolución de las especies marca también un progreso en la evolución de sus correspondientes parásitos. Mientras los gloriosos millonarios, símbolos y emblema del capitalismo que tantas bendiciones ha traído a la Tierra poniendo riqueza en los bolsillos de todos (bueno, de algunos más que otros, en particular de los wallstreetitos de toda la vida, OK, pero ¡no sean malagradecidos, que al menos tienen luz y agua potable, caramba!), ha prosperado también toda una subfauna de criaturas pupulando alrededor. Levanta una piedra en el jardín de un millonario, y los encuentras. Entre esta fauna podemos consignar a la mucama, a la lavandera, a la baby-sitter, al mozo de cuadra, al esclavo que susurra "acuérdate que eres mortal" (empleo en desuso éste, en realidad)... Y a los mozos de hotel que sirven martinis shaken and no stirren, y a las trepadoras que hacen como que se enamoran de algún vejete con money-money-money, always money, it's the richman's world, para obtener a cambio joyas, vestidos, suscripciones a "Astrobiological Magazine" (si, esto último fue un sutil y oscuro sarcasmo, ¿y?). Uno de estos mozos de hotel trabaja de cantinero, elaborando vaporosas bebidas para los millonarios que son su ser y razón de sustento. Hasta que, a las vaporosas de la madrugada, aparece una dama-de-éstas. Sólo que por las circunstancias, él no sabe que ella es una trepahombres, y ella no sabe que él es un alcoholizador mercenario a sueldo. El, hecho todo timidez frente al físico contundente de ella (Audrey Tautou never-seen-so...), es víctima de las tretas arteras de seducción de ella, que cree nuestro hombre está forrao, y ambos terminan encamados. El asunto no tendría consecuencias, de no ser porque un año después, y por esos azares del destino y de las comedias románticas, se reencuentran. Y ella le da un segundo preview a él, creyendo que la capacidad de pago de éste es prime y no subprime. Pero el vejete con el que está ella, se entera y la envía con cajas destempladas al frío mundo exterior. Ahora, ella está sola y por su cuenta, armada sólo con una libreta telefónica, lista para tomar por asalto a cualquier otro hombre que se le cruce en el camino. ¿Y nuestro heroico galán el sirvecocteles...? Ahí, el tarado, con ojitos de bovino, gastándose un pastón en la chica, y ella muy bien gracias, que si él es tarado para gastárselo... De esta manera, también él acaba en la calle, sin un solo franco. Ya sólo le queda una sola cosa por vender. Y como dicen, nunca mandes a una mujer a hacer el trabajo de un hombre: lejos de ser inconveniente, la naifeté de nuestro galán le abrirá una inesperada carrera como chulopiscinas, que podría llevarle no sólo dinero y prebendas sino también... ¿el corazón de la trepahombres...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El arte del hetairismo es viejo como... No diré como la Biblia, pero sí al menos como la Atenas de Pericles, en donde el mencionado Pericles se reforcilaba entre Peloponeso y Persia con la famosa Aspasia de Mileto, que como buena hetaira, no sólo conocía el arte de hacer cosillas inmundas para su hombre, sino que además era culta, tenía conversación y hacía socialité con los más grandes pensadores de su tiempo (no todos los griegos eran maricotas, para que vean). El paso del tiempo ha tratado mal el viejo arte del geishismo. Porque después de todo es un negocio, ellas son la oferta sexual y ellos la demanda, la oferta es refleja de la demanda (Economía 01, kids...), y si la demanda se deprime (los tipos cultos y refinados de finales del XX y comienzos del XXI son reemplazados por esnobs que compran discos de jazz o de cult-rock sin entenderlos ni disfrutarlos, pero que queda guay escucharlos...), la oferta debe adaptarse a la demanda o sucumbir. En paralelo, con esto de la liberación femenina, las mujeres no sólo han obtenido derecho al sufragio, a que el pater familias lave cagaos de guagua, y al patrimonio reservado de la mujer casada, sino también a contratar con sus propios medios económicos a sus propios vibradores con patas (bueno, nadie dijo que con la liberación las mujeres heredarían todas las virtudes de los hombres sin sus defectos, que esto no es beneficio de inventario, joer). Aumentado el poder económico de los demandantes, abiertas nuevas perspectivas con el incipiente mercado femenino y el de los y las homos, y rebajados los requisitos de titularidad para ser chula de lujo o putopiscinas (¡y es que ahora ya no exigen ni Cuarto Medio...!), parecen venirse buenos tiempos para este sexy mecanismo de redistribución de la riqueza. Así le va al mundo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Dicen que con esta peli querían hacer una especie de remake bastardo de "Desayuno con diamantes". Bueno, la pretensión de llegar a tanto es un poco escandalosa, OK, y de la comparación sale resentida. Pero si nos olvidamos del intento de hacer pasar a Audrey Tautou por Audrey Hepburn (la Tautou es plato fino, pero es que la Hepburn... es mucha Hepburn), la peli se defiende de lo más bien. La primera media hora es oscura, y uno puede muy bien preguntarse qué de comedia tiene el asunto, porque es un descenso cada vez peor a los infiernos. Pero una vez llegados a los tenebrosos avernos del vendecuerpismo... ¡qué tibiecito se está ahí! No es una comedia desopilante que vaya a matarte de risa, pero la vena de sarcasmo corrosivo ya no abandona ni por un minuto. Es como una Novela Picaresca con dos modernos Lazarillos de Tormes que no venden sus servicios como criados sino como calientacamas. Quizás no haya ningún chiste ni secuencia memorable, y el final sea hasta forzado de lo pasteloso, pero... Si es por comparaciones, lo mejor que pudo sacar Hollywood en materia de trade body for money es "Mujer bonita", y esta peli la barre de lejos porque no pretende ser una historia de Cenicienta ni mucho menos. O acaso, el verdadero romance está entre los cenicientos, y no vemos príncipes richardgerescos listos a salvar a Julias Roberts ingenuas de sus cadenas de opresión sexual (mmmmmm... Julia Roberts en cadenas... mmmmmm...). Aquí los millonarios lo tienen todo y lo compran todo y no tienen románticos y hollywoodenses ataques de conciencia. Sátira social garantizada.

-- Audrey Tautou. Que las minorras ingenuotas y optimistabalbas se queden con "Amelie" (o, para quedar más guay y sonar más cursi, "El fabuloso destino de Amelie Poulain"). Es el Síndrome Serena: Elizabeth Montgomery estaba buenoide como Samantha en "La Hechizada", pero cuando de verdad aceleraba a cien era cuando se ponía su peluquín negro y hacía maldades como la prima Serena. Las chicas buenas se van al cielo, las malas van a todas partes. Y esta Tautou sí que va a todas partes. Olvidémosnos de su detestable paso por "El Código Da Vinci" (por no hablar de que, como buena chica Bond, acompaña a Robert Langton sólo en ésa, y no se le verá el pellejo en "Angeles y demonios"). A pesar de que su personaje es en principio abiertamente repelente (hay que ver como abusa del pobrecillo barman...), Audrey Tautou consigue hacerlo simpático, y llega a doler cuando por pasarse de lista se le salen de madre las situaciones. Admitámoslo, esta peli de pícaros ventilavergüenzas no hubiera sido lo mismo sin ella.

-- Gad Elmaleh. Está simplemente estupendo en su rol. Al principio, cuando es un tímido camarero que blah-blah-blah, es un tanto detestable, y después, cuando se deja hundir a los abismos de la sordidez, uno puede preguntarse de qué se tomó. No se preocupen, que pronto rebota y se recupera en plena forma. Antihéroes románticos como éste no se ven en el cine de Hollywood. Al señor Elmaleh lo habíamos visto ya en "Mi otro yo", también escorzando entre el Escila y Caribdis de varios millonarios listos a jugar su juego con los pobres peones de todos los días... Y saliéndose con la suya. Gran tipo, oigan.

-- Escenas memorables. Audrey Tautou enseñándole a Gad Elmaleh cómo ser un buen p***. Audrey Tautou en bikini (ehm...). Gad Elmaleh fungiendo de Príncipe de Quéteimportastein... La familia con niñitos petrificada frente a Gad Elmaleh en camita (con la chica haciendo cositas, se entiende). Gad Elmaleh condicionado como botones incluso después de renunciar. O domesticando a la fiera de su ama. Las caras de la Tautou viendo como el poco aprovechable Gad Elmaleh prospera y le va bien en el negocio de prestación de servicios íntimos...

IDEAL PARA: Ver una estupenda comedia picaresca francesa de lujo.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en francés, sin subtítulos].



-- A ver quién hace caer a quién [en francés, sin subtítulos].

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