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jueves, 24 de abril de 2008
"Marea roja" (1995).
-- "Crimson Tide". Estados Unidos. Año 1995.
-- Dirección: Tony Scott.
-- Actuación: Denzel Washington, Gene Hackman, Matt Craven, George Dzundza, Viggo Mortensen, James Gandolfini, Rocky Carroll, Jaime Gómez, Michael Milhoan, Scott Burkholder, Danny Nucci, Lillo Brancato, Eric Bruskotter, Rick Schroder, Steve Zahn.
-- Guión: Michael Schiffer, sobre una historia de éste y de Richard P. Henrick.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.
-- "Marea roja" en IMDb.
-- "Marea roja" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El mundo es un lugar peligroso para vivir. Fuerzas rebeldes de Chechenia han conseguido propagar la rebelión hacia otras repúblicas centroasiáticas. En respuesta, Rusia ha ordenado una serie de bombardeos estratégicos. Preocupados por las pérdidas humanitarias, Occidente ha decidido "¡Bagdad nunca más!", y corta toda ayuda económica. El Presidente de Rusia cede, pero un líder nacionalista, ancestro lejano de Vladimir Putin, se toma una base de misiles atómicos y amenaza con un ataque nuclear en toda regla contra Occidente. Ahora, la primera y última línea de defensa de Estados Unidos, el poderoso submarino nuclear USS Alamaba, sale con rumbo a la Mar Océana, cargando en su vientre unos cuantruhay bebés Tridente para crear bellos honguitos nucleares en suelo ex soviético. Los encargados de la misión son el capitán Frank Ramsey, para quien la marina es toda su vida y se comporta como un fiero lobo de mar, y su segundo el recientemente atachado lugarteniente Ron Hunter, quien es el Chico Teoría que procede de Harvard y tiene un decodificador de reglamentos por cerebro. Las relaciones parten en paz armada, pero progresivamente escala la tensión, hasta que un mensaje incompleto procedente de tierra firme los pone frente a una disyuntiva: ¿deben sumergir a la entera Unión Soviética bajo diez cabezas nucleares Tridente, o deben deponer el armamento y regresar a casa? Ambos lucharán por el control del mando a bordo del submarino. El objetivo: cumplir del mejor modo sus órdenes. Ordenes que, de ser mal cumplidas, podrían desatar la Tercera Guerra Mundial... o impedirla.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En 1990, los productores de Paramount se llenaron los bolsillos de dinero con una peli de submarinos, basada en una novela de Tom Clancy, llamada "La caza del Octubre Rojo". El productor Jerry Bruckheimer, siempre con buen olfato para buscar dónde estaba el dinero, decidió que rodando otro thriller militar con submarinos la hacía de oro. "La caza del Octubre Rojo" estaba basada en una novela anterior de Tom Clancy de plena Guerra Fría, así es que se veía la tensión soviéticoestadounidense, pero ahora el esquema debía ser distinto, así es que el trasfondo no son los malvados soviéticos comeniños, sino la inestabilidad política en Asia Central, lo que es en cierta medida signo de los tiempos, pero por otra parte, los milicos de gatillo fácil siempre la han tenido simple para encontrar pretextos; dos años después, en "El chacal", seguirán considerando una buena idea retratar a la Rusia de Yeltsin como un nido de serpientes que amenaza la seguridad de los beatíficos USA (después, con Vladimir Putin a cargo, ya no se atrevieron, salvo en "24"). Para la labor, Jerry Bruckheimer optó por llamar a Tony Scott, quien ya le había llevado oro, incienso y mirra a su oficina pariendo para él exitazos como "Top Gun" o (¡¡¡AAAJJJ!!!) "Un detective suelto en Hollywood 2". El resultado, contra toda esperanza, resultó ser bastante bueno. Claro, en esos tiempos el señor Bruckheimer todavía tenía algo de preocupación por la calidad fílmica; de lo que vino después, mantendré informado a Su Señoría...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una del tándem Scott/Bruckheimer. Ambos parecen entenderse la mar de bien, y los resultados están a la vista en filmes como "Top Gun", "Un detective suelto en Hollywood 2", "Días de trueno", "Marea roja" o "Deja Vu". No quiere decir esto que hagan buenas películas, claro está (alguna de ellas lo es, de todos modos), sino que tienen una empatía natural. A Jerry Bruckheimer le interesa el cine over-the-top con imágenes chulas para venderlo al público y forrarse, y a Tony Scott le gusta hacer imágenes chulas, así es que están de lo mejor uno con el otro. Aparte de ser hermano del venerable Ridley Scott, Tony Scott había partido en esto del cine con esa pequeña joya glam darkwave que fue "El ansia", y desde ahí fue cimentando una carrera que, pues bien, digámoslo crudamente, se vendió a Hollywood... Los hermanos Scott tienen ambos fuertes preocupaciones estéticas, pero Ridley es más clásico y sobrio, con un mayor sentido de la mesura, mientras que Tony es más alocado y videoclipero, y por lo tanto, más desmesurado. El primero es el neoclásico; el segundo es el romántico. Pero... ¡Ah, sí! Estaba en "Marea roja". Esta peli tiene el sello del cine de Tony Scott, pero aquí está claramente contenido, con una imaginería absolutamente funcional a lo que se espera de un thriller de submarinos (en "La caza del Octubre Rojo", referente indiscutible para "Marea roja", el director era John McTiernan, el de "Duro de matar" y "Depredador", y la diferencia entre McTiernan y Scott es notoria), lejos de los delirios que lo llevarían por los senderos descarriados de "Hombre en llamas", "Domino" o "Deja Vu". O sea, tenemos a un Tony Scott conteniéndose a sí mismo por una vez en la vida, y haciéndolo como corresponde.
-- Washington vs. Hackman. ¿Tienen ustedes idea de la cantidad de gente considerada para sus roles (y que, sabiamente creyeron, los rechazaron)? Para the old seawolf se pensó en Al Pacino, Warren Beatty y Tommy Lee Jones, y para el jovencito chulo sabelotodo se consideró a Andy García, Brad Pitt y Tom Cruise. Repasen mentalmente el listado, y pregúntense si alguno de los precedentes habría podido conseguir el músculo de Denzel Washington y Gene Hackman. En aquellos años Hackman no tenía que probarle nada a nadie, pero aún así se comportó como lo que se espera de él, o sea, el duro quintaesencial que vimos en "Contacto en Francia" o "Superman", mientras que Denzel Washington aún era estrella en ascenso, y por lo tanto tenía que estar contenido y no desatarse como egolátricamente lo ha hecho en filmes posteriores. Bien mirado, sus interpretaciones son tan potentes que incluso consiguen tapar más de algún bache en el guión (el más notorio: ¿cómo es que mandan para una misión de dejar caer el Martillo de Dios nuclear sobre la antigua URSS, a un sólo submarino nuclear y sin ser escoltado por un submarino más ligero...?).
-- Desgraciadamente, el tema de la peli es demasiado real como para ser ignorado. La cuestión es que existen armas de destrucción masiva en cantidades para exterminar cuatro o cinco veces a la Humanidad completa sobre la Tierra. Unos pocos tienen acceso a ese botón. ¿Quién demonios dijo que esos pocos son los más calificados para soportar sobre sus hombros tamaña responsabilidad? Da escalofríos pensar que el tipo con acceso al botón rojo entre 2000 y 2008 es un fulano elegido no por su intelecto superior, por su (des)conocimiento de los asuntos internacionales o por su tolerancia y respeto hacia civilizaciones y culturas extrañas, sino por ser cristiano y poner cara de bonachón ante la TV (y robarse descaradamente las elecciones con la ayuda de su hermano el Gobernador de Florida). En esta peli, el capitán de un submarino y su segundo tienen la responsabilidad última de desatar el infierno nuclear, el cual cargará consigo un infierno nuclear de represalia, y así todos nos vamos a ya saben donde, al infierno precisamente. Y resulta que uno es un mamón trágometodoslosmanuales, y el otro es un milico de pensamiento unidireccional que no cree en la democracia sino en las medidas de fuerza. Estamos aviados así. Al final de la peli se nos informa que a partir de 1996, la orden final de lanzar misiles nucleares desde submarinos será enviada desde Washington, pero... ¿quién dice que en Washington hay gente más inteligente para tomar semejante decisión? En lo que va del 2000 a la fecha ya hemos tenido una muestra de esto. Una camarilla de tipos en Washington decidió que la Guerra Contra El Terror exigía invadir un país sobre el cual no había ningún informe que lo vinculara a Al Qaeda, como lo es Irak. El día de mañana, esa misma camarilla puede decidir que Rusia, España o Chile son potenciales blancos. Para nuestra fortuna, los dos últimos no disponemos de petróleo.
-- Grandes diálogos y escenas. La escena de la naturaleza de la guerra es estupenda, y consigue expresar interesantes ideas filosóficas en un tono coloquial de conversación natural, sin que parezca discursivo en ningún minuto. O ese gran diálogo de Gene Hackman: "Nosotros estamos para proteger la democracia, no para ejercerla". O cuando Denzel Washington agradece a uno de los hombres el haberle apoyado, y éste en respuesta le espeta un muy sentido "púdrete" ("screw you"). Y por supuesto, las escenas militaroides de rigor.
-- Hans Zimmer. El soundtrack que compone para esta peli es enormemente deudor de "La caza del Octubre Rojo" (¿una novedad, a estas alturas?), y aunque su himno no alcanza la majestuosidad del "Himno del Octubre Rojo" de Basil Poledouris, se defiende bastante bien (en particular si no se conoce el trabajo de Poledouris para la mencionada "La caza del Octubre Rojo").
IDEAL PARA: Ver una peli de militares con un profundo dilema político y ético, solventemente llevado por el equipo de dirección, producción y actuación.
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