"Lokas". Dirigida por Gonzalo Justiniano. Protagonizada por Rodrigo Bastidas, Raimundo Bastidas, Coco Legrand, Fabiola Camponanes, Rodrigo Murray. Chile. Año 2008.
¿De qué se trata?
Charly o Charlie (no sé, no me importa tampoco, pero sale más corto Charly, y así lo conservaré) es un chilenito en México: se dedica a estafas varias, vive a medio morir saltando con su hijo, y tiene fantasías con Francisca Merino (se ve que no pudieron conseguirse a Carolina Oliva como actriz...). De pronto, por hacer las cosas que hace, termina metido en una cárcel, y siendo cooptado por un mariconcito, de esos que Charly tanto detesta. Después de salir, naaaaaa, que el buen Charly no aprende, pero como la mamita quiere arrejuntarse con un galán, y pues que casa no sobra, Charly y su hijo terminan fletados a Chile, a la casa de su padre, a quien no ha visto en 30 años. Y cuando llega, se encuentra con la sorpresa: su padre (el abuelo de su hijo) es una loca sin remedio, loca, loca, locaaaaaa... Y aparejao, más encima (aparejá, podríamos decir mejor). El Charly nuestro de cada día entonces tiene que tragarse su homofobia, porque bien machito será, pero es que con sus antecedentes, imposible conseguirse un empleo decente, y obligao a quedarse de allegao en lo de su papi el locaza. Pero no importa. La pareja de papi le consigue empleo, en un club nocturno llamado Lokas, y que se llena precisamente de eso, de locas. Pero para eso, tiene que hacerse pasar por maricón. Difícil tarea, pobre hombre, cuando se considera que su jefa es una neumática mexicana que, decepcionada de los hombres, empieza a encontrar bien confiable a nuestro macho recio chileno que se está haciendo pasar por maricón (¡¡¡HAHAHAHAHÁ, a ésta no le han enseñado ná sobre los chilenitos!!!). ¡Ah! Se nos olvidaba el pequeño bajito, que empieza a mirar con ojos de ternura al abuelo, porque él es inocente y aún no está contagiado por la homofobia de su progenitor. Y etcétera...
El espíritu de los tiempos.
Según dicen algunos, la sociedad chilena postdictadura se ha tornado más abierta, más tolerante, más variada... La verdad es que no sé dónde está lo variado, considerando el enorme poder que aún mantienen cierto curioso grupo de personas, que consideran como algo verdadero y tangible, la alucinación según la cual un carpintero judío ejecutado hace 2000 años por alta traición contra el Imperio Romano, era en realidad una especie de dios solar en plan Luke Skywalker con el poder para redimir los pecados y entregar salvación y vida eterna. En nombre de esa curiosa alucinación, estos individuos consiguieron parar la píldora del día después, y ya sabemos lo que sigue en la lista: misas en latín, burjas y clitorisectomías a destajo, todo eso en el nombre del Unico Dios. En medio de este panorama, el estatus de los, ejem, desviaditos, está en entredicho. En los políticamente correctos y tolerantes '90s, los homosexuales empezaron a salir tímidamente del desván, en particular dentro de la izquierda, que en la derecha todavía es castigo por nuestros pecaos que nos salga el hijo maricón, salvo que sea artista u opinólogo, en cuyo caso es bueno ser homosexual, porque se asocia la rebeldía sexual con la rebeldía artística o la "franqueza" opinológica, y toos contentos. En medio de todo esto, era cosa de más temprano o más tarde el que saliera una peli sobre lo crueles que son las cosas en Chile, con aquellos que les gusta afilar cuchillo con cuchillo en vez de contra una piedra. Aunque, si es por explotar el choque de culturas entre las alegres loquitas y los grises ultraconservadores de toda la vida, entre "Lokas" y "La jaula de las locas", la opción es bastante clara...
¿Por qué verla?
-- Lo siento, pero no puedo evitarlo. Esta peli era como una especie de ripoff de "La jaula de las locas". Las comparaciones son odiosas, pero así es como son las cosas. En ambas pelis hay un papi maricón con un hijo que se avergüenza de la condición de su papi, en ambas el papi tiene a otra loca como pareja estable, y en ambas el hijo que se avergüenza de papi trata de tapar el asunto, en "La jaula de las locas" frente a sus futuros suegros, y en "Lokas" frente a su hijo inocente y demasiado niñito para ver y darse cuenta de que tiene un abuelo degenerete. Y en medio de esas comparaciones, la peli se hunde sin remedio. Porque "Lokas" no es "La jaula de las locas", y Coco Legrand no es Ugo Tognazzi. En "Lokas", nadie parece saber bien qué demonios están haciendo. El guión está escrito a la rápida y de manera desmañada, con diálogos que oscilan entre el lugar común y la oligofrenia. La edición es horripilante (esas escenas en las que pasan como cinco minutos entre el diálogo y su réplica, y los pazguatos quedan mirándose en el intertanto...). La dirección es penosa, y eso que tenemos a Gonzalo Justiniano detrás de las cámaras, que no siempre habrá sido una cumbre del cine chileno (ahí tienen cosas vomitivas como "Sussi", "Caluga o menta" o "Tuve un sueño contigo"), pero que con pelis como "Amnesia" o "B-Happy" ha entregado algunos trabajos un poco más finos. Aquí, en cambio, deja bien en claro que la comedia no es su fuerte, y que carece del timing más elemental para descargar un buen chiste. Las actuaciones son mediocres tirando a malas: Coco Legrand lo hace relativamente bien, pero a veces se le olvida activar el interruptor actoral, y si bien la mayor parte de las veces lo vemos en el personaje, otras actúa como él mismo, y la diferencia se nota. Rodrigo Bastidas, como el hijo homofóbico metido a loca a la fuerza, está decentito, sin grandes desplantes actorales, pero sin desteñir tampoco. Raimundo Bastidas, hijo del anterior (tanto personaje como actor), y nieto del abuelo gay, es el típico niñato insufrible que en su inocencia hace la pregunta exacta y el comentario clave para avergonzar a los adultos, y ya sabemos las ganas que nos dan de estrangular a esos locos bajitos cuando sacan la nariz en cualquier peli (y en ésta, como tantos otros niños, éste sobreactúa descaradamente, como si fuera un réclame de yogurt y él tuviera que decirle a su mami lo fuerte y sano que crece con Yogurt Marca X). Rodrigo Murray, como la pareja del abuelo, es lo más rescatable, pero se queda en secundario de lujo, y no basta por sí sólo para la hercúlea tarea de remontar el marcador a favor de esta peli. Fabiola Campomanes es carismática y cumple sobradamente con ser la bomba sexy de la peli, pero su personaje es plano y unidimensional, y está ahí probablemente para que las audiencias masculinas puedan relajar la mirada, no sea que de tanto ver locas en la peli, los machos salgan un poco más afeminaditos de la sala. En cuanto a la banda sonora, son las mismas seis u ocho notas supuestamente de comedia alla italiana, per la madonna santa, que de tanto repetirlas llegan a ser cansinas. Desde luego, estos tipos no se harán ricos vendiendo el soundtrack de la peli, y en todo caso el tracklist sería algo así como: "1.- Seis Notas de Comedia (Original Version)", "2.- Seis Notas de Comedia (Edit Version)", "3.- Seis Notas de Comedia (Remix)", "4.- Seis Notas de Comedia (Acoustic Reprise)", "5.- Seis Notas de Comedia (Extended Version)", "6.- Seis Notas (Radio Version)", "Hidden Track.- Seis Notas (Demo Version)"... O sea, esta peli no funciona como comedia, no funciona tampoco como boceto sociológico (¿cómo podría hacerlo, si todos los gays presentados son unas nenazas sin salvación, lindando la caricatura, como si en ese subtipo humano no hubiera variedad tipológica ninguna?), no funciona como peli de suspenso (podría haber dado la cuerda, con un tipo estafador metido en un ambiente sórdido), no funciona como peli romántica, y a fortiori, no puede funcionar tampoco como lo que pareciera querer ser, o sea, un mensaje de tolerancia y comprensión hacia esos simpáticos saliditos del camino... Y esto, escrito en la sección de "¿Por qué verla?". Cómo sería, si Cine 9009 fuera otro blog de crítica destructiva, y tuviera su sección de "Hacha de guerra: Por qué no verlas"...
IDEAL PARA: Ultrafanáticos completistas de Coco Legrand.
¿De qué se trata?
Charly o Charlie (no sé, no me importa tampoco, pero sale más corto Charly, y así lo conservaré) es un chilenito en México: se dedica a estafas varias, vive a medio morir saltando con su hijo, y tiene fantasías con Francisca Merino (se ve que no pudieron conseguirse a Carolina Oliva como actriz...). De pronto, por hacer las cosas que hace, termina metido en una cárcel, y siendo cooptado por un mariconcito, de esos que Charly tanto detesta. Después de salir, naaaaaa, que el buen Charly no aprende, pero como la mamita quiere arrejuntarse con un galán, y pues que casa no sobra, Charly y su hijo terminan fletados a Chile, a la casa de su padre, a quien no ha visto en 30 años. Y cuando llega, se encuentra con la sorpresa: su padre (el abuelo de su hijo) es una loca sin remedio, loca, loca, locaaaaaa... Y aparejao, más encima (aparejá, podríamos decir mejor). El Charly nuestro de cada día entonces tiene que tragarse su homofobia, porque bien machito será, pero es que con sus antecedentes, imposible conseguirse un empleo decente, y obligao a quedarse de allegao en lo de su papi el locaza. Pero no importa. La pareja de papi le consigue empleo, en un club nocturno llamado Lokas, y que se llena precisamente de eso, de locas. Pero para eso, tiene que hacerse pasar por maricón. Difícil tarea, pobre hombre, cuando se considera que su jefa es una neumática mexicana que, decepcionada de los hombres, empieza a encontrar bien confiable a nuestro macho recio chileno que se está haciendo pasar por maricón (¡¡¡HAHAHAHAHÁ, a ésta no le han enseñado ná sobre los chilenitos!!!). ¡Ah! Se nos olvidaba el pequeño bajito, que empieza a mirar con ojos de ternura al abuelo, porque él es inocente y aún no está contagiado por la homofobia de su progenitor. Y etcétera...
El espíritu de los tiempos.
Según dicen algunos, la sociedad chilena postdictadura se ha tornado más abierta, más tolerante, más variada... La verdad es que no sé dónde está lo variado, considerando el enorme poder que aún mantienen cierto curioso grupo de personas, que consideran como algo verdadero y tangible, la alucinación según la cual un carpintero judío ejecutado hace 2000 años por alta traición contra el Imperio Romano, era en realidad una especie de dios solar en plan Luke Skywalker con el poder para redimir los pecados y entregar salvación y vida eterna. En nombre de esa curiosa alucinación, estos individuos consiguieron parar la píldora del día después, y ya sabemos lo que sigue en la lista: misas en latín, burjas y clitorisectomías a destajo, todo eso en el nombre del Unico Dios. En medio de este panorama, el estatus de los, ejem, desviaditos, está en entredicho. En los políticamente correctos y tolerantes '90s, los homosexuales empezaron a salir tímidamente del desván, en particular dentro de la izquierda, que en la derecha todavía es castigo por nuestros pecaos que nos salga el hijo maricón, salvo que sea artista u opinólogo, en cuyo caso es bueno ser homosexual, porque se asocia la rebeldía sexual con la rebeldía artística o la "franqueza" opinológica, y toos contentos. En medio de todo esto, era cosa de más temprano o más tarde el que saliera una peli sobre lo crueles que son las cosas en Chile, con aquellos que les gusta afilar cuchillo con cuchillo en vez de contra una piedra. Aunque, si es por explotar el choque de culturas entre las alegres loquitas y los grises ultraconservadores de toda la vida, entre "Lokas" y "La jaula de las locas", la opción es bastante clara...
¿Por qué verla?
-- Lo siento, pero no puedo evitarlo. Esta peli era como una especie de ripoff de "La jaula de las locas". Las comparaciones son odiosas, pero así es como son las cosas. En ambas pelis hay un papi maricón con un hijo que se avergüenza de la condición de su papi, en ambas el papi tiene a otra loca como pareja estable, y en ambas el hijo que se avergüenza de papi trata de tapar el asunto, en "La jaula de las locas" frente a sus futuros suegros, y en "Lokas" frente a su hijo inocente y demasiado niñito para ver y darse cuenta de que tiene un abuelo degenerete. Y en medio de esas comparaciones, la peli se hunde sin remedio. Porque "Lokas" no es "La jaula de las locas", y Coco Legrand no es Ugo Tognazzi. En "Lokas", nadie parece saber bien qué demonios están haciendo. El guión está escrito a la rápida y de manera desmañada, con diálogos que oscilan entre el lugar común y la oligofrenia. La edición es horripilante (esas escenas en las que pasan como cinco minutos entre el diálogo y su réplica, y los pazguatos quedan mirándose en el intertanto...). La dirección es penosa, y eso que tenemos a Gonzalo Justiniano detrás de las cámaras, que no siempre habrá sido una cumbre del cine chileno (ahí tienen cosas vomitivas como "Sussi", "Caluga o menta" o "Tuve un sueño contigo"), pero que con pelis como "Amnesia" o "B-Happy" ha entregado algunos trabajos un poco más finos. Aquí, en cambio, deja bien en claro que la comedia no es su fuerte, y que carece del timing más elemental para descargar un buen chiste. Las actuaciones son mediocres tirando a malas: Coco Legrand lo hace relativamente bien, pero a veces se le olvida activar el interruptor actoral, y si bien la mayor parte de las veces lo vemos en el personaje, otras actúa como él mismo, y la diferencia se nota. Rodrigo Bastidas, como el hijo homofóbico metido a loca a la fuerza, está decentito, sin grandes desplantes actorales, pero sin desteñir tampoco. Raimundo Bastidas, hijo del anterior (tanto personaje como actor), y nieto del abuelo gay, es el típico niñato insufrible que en su inocencia hace la pregunta exacta y el comentario clave para avergonzar a los adultos, y ya sabemos las ganas que nos dan de estrangular a esos locos bajitos cuando sacan la nariz en cualquier peli (y en ésta, como tantos otros niños, éste sobreactúa descaradamente, como si fuera un réclame de yogurt y él tuviera que decirle a su mami lo fuerte y sano que crece con Yogurt Marca X). Rodrigo Murray, como la pareja del abuelo, es lo más rescatable, pero se queda en secundario de lujo, y no basta por sí sólo para la hercúlea tarea de remontar el marcador a favor de esta peli. Fabiola Campomanes es carismática y cumple sobradamente con ser la bomba sexy de la peli, pero su personaje es plano y unidimensional, y está ahí probablemente para que las audiencias masculinas puedan relajar la mirada, no sea que de tanto ver locas en la peli, los machos salgan un poco más afeminaditos de la sala. En cuanto a la banda sonora, son las mismas seis u ocho notas supuestamente de comedia alla italiana, per la madonna santa, que de tanto repetirlas llegan a ser cansinas. Desde luego, estos tipos no se harán ricos vendiendo el soundtrack de la peli, y en todo caso el tracklist sería algo así como: "1.- Seis Notas de Comedia (Original Version)", "2.- Seis Notas de Comedia (Edit Version)", "3.- Seis Notas de Comedia (Remix)", "4.- Seis Notas de Comedia (Acoustic Reprise)", "5.- Seis Notas de Comedia (Extended Version)", "6.- Seis Notas (Radio Version)", "Hidden Track.- Seis Notas (Demo Version)"... O sea, esta peli no funciona como comedia, no funciona tampoco como boceto sociológico (¿cómo podría hacerlo, si todos los gays presentados son unas nenazas sin salvación, lindando la caricatura, como si en ese subtipo humano no hubiera variedad tipológica ninguna?), no funciona como peli de suspenso (podría haber dado la cuerda, con un tipo estafador metido en un ambiente sórdido), no funciona como peli romántica, y a fortiori, no puede funcionar tampoco como lo que pareciera querer ser, o sea, un mensaje de tolerancia y comprensión hacia esos simpáticos saliditos del camino... Y esto, escrito en la sección de "¿Por qué verla?". Cómo sería, si Cine 9009 fuera otro blog de crítica destructiva, y tuviera su sección de "Hacha de guerra: Por qué no verlas"...
IDEAL PARA: Ultrafanáticos completistas de Coco Legrand.
Desconocía totalmente esta película, andare atento por si pasa por delante de mi.
ResponderBorrarSaludos...
Pues, es que la hicieron con el vuelto del pan. Y se nota. Con decir que ni página web oficial tienen... Tampoco aparece en IMDB. Y la página de Wikipedia en español es paupérrima (http://es.wikipedia.org/wiki/Lokas). He aquí el enlace en el sitio del cine donde la vi: http://www.cinemark.cl/peliculas/pelicula_lokas.htm, por si de algo sirve.
ResponderBorrarEn todo caso, estoy lejos de decir que sea la mejor peli en la historia del cine chileno, y eso que tenemos aquí algunos bodriazos geniales (esa cosa que algunos valientes se atreven a llamar cine, que era "Viva el novio"...).