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miércoles, 14 de febrero de 2007

"La mejor de mis bodas" (1998)


"The wedding singer". Dirigida por Frank Coraci. Protagonizada por Adam Sandler, Drew Barrymore, Christine Taylor, Allen Covert, Matthew Glave, Ellen Albertini Dow, Angela Featherstone, Alexis Arquette, Christina Pickles. Estados Unidos. Año 1998.

¿De qué se trata?
Robbie es un lindo chico (de alma, claro, que de cuerpo viene en el empaque más bien firry de Adam Sandler), que vive parasitándole techo y alimento a su hermana, y se malgana la vida cantando en las bodas de otros y dando clases de canto a cambio de albóndigas (esto no es una figura literaria: de verdad son albóndigas). Pero incluso a este perdedor entrañable le llega su día: se va a casar. O no. Porque la novia no llega. Aparece después, la desgraciada, para decirle que "estoy enamorado del Robbie de hace seis años, del tipo que rockeaba con su banda, no con un cantante de bodas sin futuro que nunca me va a sacar de este poblacho asqueroso". Gracias, bitch, por plantarme el día de la boda... Al mismo tiempo conoce a una linda camarera (linda de alma también, porque Drew Barrymore... hmmm... hay quien la encuentra sexy, sobre gustos no hay nada escrito). Comienza una linda relación, al principio platónica, pero ella está comprometida con un ganamoney de Wall Street, y se va a casar. Y como hoy día estoy flojo y he escrito ya dos reseñas más, lo resumiré para no cansarme: chico encuentra chica, chico pierde chica, chico reencuentra chica. ¿Necesitan un mapa...?

El espíritu de los tiempos.
Los '80s fueron un sueño dorado de fijador para pelo y canciones con arreglos electrónicos todavía tambaleantes, pero se fueron. Para no volver. ¿Nunca más...? ¡No! Porque a finales de los '90s, los adolescentes de los '80s habían crecido lo suficiente como para tener poder adquisitivo y querer el regreso de los '80s ¡¡AHORA YA!! Era entonces tiempo de hacer una peli sobre aquellos locos años, llenos de humor y nostalgia... Bien, lo de nostalgia quedó en el camino, porque ésta es una clásica producción romántica hollywoodense en clave de comedia al uso, lo que en definitiva quiere decir que es livianita, llevadera, y carente de alma. Pero lo de humor... Hmmm... ¿Diremos que tiene humor? Sí, sí lo tiene. No te hace partirte de risa, pero sí puedes sonreir. O por último, si viviste los '80s, puedes reconocer la enorme serie de guiños a la época.

¿Por qué verla?
- Los chistes sobre los '80s. Como cuando el prota acusa a su novia de arrojarle yeta a los Van Halen. O las referencias a varias series de TV, incluyendo "Miami Vice", o el mítico episodio en el cual le disparan a J.R. en "Dallas". O el imparable torrente de música ochentera en radios, discotecas, etcétera. O Billy Idol (en serio, en esta película aparece Billy Idol interpretándose a sí mismo, como gran final).
- Fue una película levantamuertos. Después de ser la chica adorable de "E.T." y de pasarse al lado oscuro con filmes softcores como "Doppelganger" o "Poison Ivy", Drew Barrymore estaba reponiéndose y buscando un nuevo sitial como comediante madura y etcétera; esta cinta le permitió ponerse en línea para el estrellato alcanzado con cintas de pop-corn masivo (y bien masivo, si es que captan la sutileza) como "Cenicienta, una historia de amor", "Jamás besada" o "Los ángeles de Charlie". Adam Sandler, por su parte, comenzaba a dar de qué hablar, y siguió dando de qué hablar (no demasiado para bien, eso sí, pero en fin).
- Abundando en lo anterior, las interpretaciones están decentes. Adam Sandler está relativamente bien: si hasta hay momentos en que parece que no fuera él sino Ben Stiller quien actúa. Y Drew Barrymore compone un personaje encantador sin pasarse de melosa ni antipática, como en otros filmes mírenmesoylaestrellafemenina.

IDEAL PARA: Devoradores de comedias románticas, y jinetes de los '80s.

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