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jueves, 25 de octubre de 2007

"El protegido" (2000).


-- "Unbreakable". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: M. Night Shyamalan.
-- Actuación: Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Robin Wright Penn, Spencer Treat Clark, Charlayne Woodard, Eamonn Walker, Leslie Stefanson, Johnny Hiram Jamison, Michaelia Carroll, Bostin Christopher, David Duffield, Laura Regan, Chance Kelly, Michael Kelly.
-- Guión: M. Night Shyamalan.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.

-- "El protegido" en IMDb.
-- "El protegido" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Llaman de urgencia a un doctor. Una nigga acaba de tener parto. ¡Y qué clase de parto! El dotó pregunta que a quién se le cayó el nene. Pues, a nadie, le dicen... Entonces, pobrecito... viene entero quebrado desde la matriz. Pasan los años, y llegamos al momento en que David Dunn, un fulano cualquiera que viaja en un tren, está a punto de tener la experiencia trascendental de su vida. Porque después de coquetear infructuosamente con una lubricable manager de deportistas, pues bien, el trenecito de los sueños se descarrila. Todos los pasajeros terminan tocando el arpa celestial (¡seamos optimistas!), salvo por nuestro gran David, que no sólo se zafa con vida, sino que además un par de parches de curita y a la casa, que por aquí nada ha pasao, masho. Medio turulato todavía por tener tanta suerte, David circula fuera de la iglesia donde están velando a los muertos (vaya una manera de sacar pica, el desgraciao), y encuentra sobre un cristal, una pregunta: puez que cuántas veces te has enfermao en la vida, joer. En vez de enviar el mensaje a santa parte, David Dunn va a la galería que aparece en el membrete del mensaje, acompañado de su crío para más inri. Allí, el dueño de la galería (el nigga de los huesos quebraos, ya adulto, que ha conseguido sobrevivir de alguna manera la punta de años), le expone lo que piensa: que así como él es una osteofractura ambulante ("osteogénesis imperfecta"), debe haber alguien que sea lo exactamente opuesto, etcétera. Nuestro buen David Dunn lo mira con cara de vete a tu alcantarilla, sapo, pero el hijo opina que no, que su padre es un héroe, que debe probarlo... Y así, mientras el hijo empieza a alocarse su poco con su padre el héroe, el negrete de los ojos alucinógenos trata también de hacer lo suyo convenciendo a David Dunn de que es un héroe, etcétera. ¿Estará realmente el negro quebrantado en lo correcto, y David Dunn será un nuevo tipo de héroe? ¿O estaremos quizás frente a otros de los psicóticos y enfermizos giros finales de guión del señor Shyamalan...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aparte de "Batman" y secuelas, nadie daba mucho por las pelis de superhéroes, e incluso en la Warner Bros tuvieron a bien cargarse la franquicia con la risible "Batman eternamente", y esa malparida que es "Batman y Robin". El tiempo de los héroes en traje spandex parecía definitivamente ido, en particular porque como lo hemos dicho hasta la saciedad en Cine 9009, los '90s fueron los años en que los grungies preferían alienarse del mundo (gracias a Dios, algunos llegaron tan lejos que se suicidaron y nos libraron de sus molestas perillas mentónicas), y los de la generación en control, hijos de los rebeldes y marihuaneros '60s, estaban con ideas hippies como la tolerancia cultural y cosas así. En plenos '90s, con una Internet apenas consolidándose como referente para el Frikismo de pro, rodar una de superhéroes era casi un suicidio. Y hacer una de superhéroes que no fuera de superhéroes sino una especie de vuelta de tuerca o revisión metatextual del mito de los superhéroes, era no sólo suicidio, sino también condenar tu alma al infernal páramo de los directores que no se comen ni una rosca, y deben matar las cuentas domésticas a punta de telefilmes de "basados en un hecho real", con Judith Light o Jaclyn Smith. Pero M. Night Shyamalan, tipo muy sensible a lo que es la Era Bush (pero desde una trinchera contestataria, gracias a Dios) se olió que los superhéroes iban a estar de regreso. Como efectivamente pasó, porque el mismo año en que estrenó "El protegido", los estudios Fox se llenaron los bolsillos de dinero con "X-Men", y de ahí el asunto no ha parado. Además, pudo darse el lujo porque venía de rodar "Sexto sentido", y complacidos, los estudios iban a financiarle cualquier locura en la que quisiera meterse. En esta, afortunadamente, le fue bien. Sintonía con los tiempos, que le dicen.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como dijimos, es una película muy en sintonía con lo que iban los tiempos. El personaje protagónico es un superhéroe, sólo que no le dicen así, sino que emplean términos bastante más religiosos, como por ejemplo "ser especial", "ser un elegido", etcétera, algo que es efectivo en toda historia de superhéroes que se precie de tal (el individuo es el Ubermensch superior a la comunidad estúpida que no es capaz de articularse a sí misma para luchar contra el mal), pero que no siempre es expuesto con tanta crudeza. La crudeza viene de la inspirada idea de hacer de esta peli un metatexto. Estamos en el universo normal y corriente, con amenazas también normales y corrientes (asesinos psicópatas, ladrones, etcétera), no en el clásico Universo Marvel o Universo DC con monstruosos emperadores criminales galácticos desviando la energía ultrónica de estrellas masivas para hacer colapsar la Tierra en medio de la vorágine de una gran carcajada maniática. En un contexto así, en el cual para más remate existen los comics de superhéroes (nuestro universo, a fin de cuentas), es claro que el protagonista se va a tomar a cachondeo la idea de que él mismo pueda ser un protagonista de historietas. Con esto, el aspecto mesiánico del mito superheroico es reforzado al máximo. Este gran valor es lo que la ha hecho resistir contra viento y marea, porque después de "X-Men" o "Spiderman", con sus chunchulines efectos especiales, sus apoteósicas historias, y sus intencionados guiños a la comunidad friki que va a pagar la entrada o arrendar el DVD, bien podría haber sido desbarrancada del camino. No lo fue. Incluso, y esto es mérito, aguanta el hecho de que te sepas el retorcido giro final (bueh, si has mirado bien y aplicas un poco de lógica, en realidad es bastante obvio y se ve venir a la legua, pero aún así resulta una gran historia).

-- Bruce Willis. Repite protagónico con M. Night Shyamalan desde "Sexto sentido". Y lo hace bien. En el fondo, no importa cuántas veces haga el John McClane, a Willis siempre lo sentiremos como empático porque nunca se sale del marco del chato común y corriente que se ve metido a héroe reluctante (pensamos en "Duro de matar", en "Doce monos", en "16 calles"...). Aquí hace más o menos lo mismo, con su bonhomía de siempre, y lo queremos por eso. Samuel L. Jackson, quien ya había trabajado con Willis en "Pulp Fiction" y "Duro de matar: La venganza", no diremos que está magnífico, pero por lo menos cumple con ser una presencia ominosa y un buen contrapunto para el héroe, y con eso basta. Robin Wright Penn, actriz de la que no podríamos decir si nunca ha tenido su gran rol, o simplemente no tiene brillo actoral (¿alguien la recuerda? Es la chica a la que amaba Forrest en "Forrest Gump"... Además actuó en esa-de-Kevin-Costner que mandaba un mensaje en una botella...), aquí está discreta como siempre. Spencer Treat Clark como el retoñín del matrimonio está bien, pero después de ver "Sexto sentido", siempre queda la idea de que Shyamalan quería un "Harry Joel Osment II", y el nene simplemente no tiene tanto carisma.

-- James Newton Howard. Con cinco colaboraciones a la fecha de postear esto ("Sexto sentido", "El protegido", "Señales", "La aldea" y "La dama en el agua"), es claro lo mucho que depende Shyamalan de su compositor de partituras incidentales, casi tanto como otrora Alfred Hitchcock dependía de Bernard Herrmann (autor, entre otras cosas, de los violines asesinos de "Psicosis"); la comparación no es casual, porque no en balde, Shyamalan usa en el 2000 los mismos resortes de suspenso dramático que usaba el Maestro en los '50s, sólo que aplicados al cine fantástico y de Sci Fi en vez de al cine policíaco de toda la vida. El caso es que así como en "Sexto sentido", un James Newton Howard tocado por las musas le compone a Shyamalan una magnífica banda sonora, que acompaña muy bien su dirección firme y férrea. Incluso, debido a eso, hasta le perdonamos a Shyamalan que su película sobre superhéroes sea a ratos tan morosa para desarrollarse, porque de que crea atmósfera, crea atmósfera.

IDEAL PARA: Ver una peli de superhéroes que, aunque parezca contradictorio, tiene los pies bien puestos sobre la tierra.

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