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jueves, 2 de agosto de 2007

"Los Cuatro Fantásticos" (2005).


-- "Fantastic Four". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Tim Story.
-- Actuación: Ioan Gruffudd, Jessica Alba, Chris Evans, Michael Chiklis, Julian McMahon, Hamish Linklater, Kerry Washington, Laurie Holden, David Parker, Kevin McNulty, María Menounos.
-- Guión: Mark Frost y Michael France, basados en el cómic de Stan Lee y Jack Kirby.
-- Banda Sonora: John Ottman.

-- "Los Cuatro Fantásticos" en IMDb.
-- "Los Cuatro Fantásticos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dos fulanos cualquiera (destacados en el ámbito de la ciencia, pero sin un rotoso centavo en los bolsillos, así es que fulanos cualquiera a fin de cuentas) están parados frente al edificio de... GUAAAAAA... Victor Von Doom, el multimillonario que antaño fue compañero de uno de ellos. Nuestro prota, Reed Richards, le pide ayuda a Von Doom para un proyecto muy proyectoso que consiste en enviar una misión espacial para investigar el papel que juegan las tormentas solares en la irradiación de la Tierra y la generación de la vida, para avanzar en Medicina, curar enfermedades, mejorar la genética... y forrarse los bolsillos de dólares, que es lo que Von Doom tiene en vista a la hora de contratar a Richards, a pesar de que éste tuvo en el pasado un asuntillo con Sue, la actual novia de Von Doom. Una vez instalados en la estación espacial, a Von Doom no se le ocurre nada más aparatoso que pararse con Sue en una plataforma espacial con visión al hemisferio más cercano de la Tierra, para pedirle matrimonio. Pero todo queda en agua de borrajas, porque la esperada tormenta solar se adelanta. Los cinco reciben un baño de chupilupis radiaciones que, en principio, no los mata como debería haber sido (es lo bueno de las radiaciones Marvel, que no te matan como las de a de veritas, sino que te convierten en alguien con el poder de vivir fascinantes aventuras viñeta a viñeta). Sin embargo, la estancia en el hospital se hará algo complicada. Resulta que pronto, uno de los miembros del equipo descubre que es un caliente, y no porque le gusten las mujeres para forrarse (bueh, también por eso), sino porque de verdad saca llamas; Reed descubre que puede estirarse como la tasa impositiva fiscal; Sue descubre (nosotros también, desgraciadamente) que puede hacerse invisible; el pobre tipo que los acompañaba se transforma en pura roca sólida; y para peor, Von Doom ahora se está volviendo pesado como plomo, más aún, y ahora en sentido literal. Mientras los otros cuatro empiezan a lidiar con sus nuevas habilidades y el cambio substantivo que eso significa en sus vidas, Von Doom termina al borde de la bancarrota, y se prepara para su venganza contra el hombre que le propuso el experimento, y que ahora, de paso, quiere estirarse alrededor de su chica...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá en el lejanísimo 1961, una nueva historieta irrumpió en el horizonte Marvel, y sentó la grandeza futura de Stan Lee y sus acólitos. Se trataba de los Cuatro Fantásticos, que presentó la importante innovación de que se trataba por primera vez de un equipo de superhéroes, en vez de ser uno, individual y aislado (si están pensando en que la Liga de la Justicia, de DC Comics, es anterior, piénselo de nuevo, porque los héroes de la Liga como Superman, Batman o la Mujer Maravilla no eran exactamente un equipo sino un pegostín de los grandes hits de la casa, a diferencia de los Cuatro Fantásticos, que fueron diseñados desde el comienzo como un equipo). Pero a pesar de algunas ideas innovadoras (eran los primeros superhéroes sin identidad secreta, por ejemplo), la historieta no pudo librarse de la visión clásicañoña de los superhéroes ultrabuenos contra los villanos (a diferencia de los un poco más complejos Spiderman, Hulk, etcétera), razón por la que no llegaron a convertirse en íconos masivos más allá del público friki comicófago. De ahí que siempre los Cuatro Fantásticos fuesen un poco los hermanos menores de los Hombres X (que en realidad nacieron para crear otro equipo de superhéroes que fueran la respuesta darker a los Cuatro Fantásticos), y no es raro que tuvieran que pasar nada menos que cinco años desde el exitazo de "X-Men", que puso a los superhéroes Marvel sobre la mesa de proyección de los cines, antes de que tuviéramos la versión fílmica de los Fab Four del cómic. ¡Demonios, si hasta "Daredevil" salió antes...!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es entretenida de cabo a rabo. Tim Story tiene la virtud de no tomarse la historia excesivamente en serio (algo que a veces lastraba un tanto a "Daredevil", por ejemplo), de tomarlo como lo que es (una ñoñería de marca mayor, ¡mira que el héroe principal es un cerebrito en vez de un Schwarzennegger!), de no exigirle demasiado a su equipo actoral, y el resultado no puede decirse que sea bueno, pero sí que cumple con el requisito del cine palomitero. Sólo los pacientes de frikicarcinoma terminal podrían sentirse ofendidos con una peli que, si bien no es ciento por ciento respetuosa con el material original, rescata bien el espíritu ñoñardo de la historieta. Para pelis de superhéroes más grandes que la vida están "Superman", "Batman" o "X-Men II", que no por nada se basan en personajes con substancia (el Ubermensch mesiánico, el vigilante vampiro, los renegados con corazón de oro), algo de lo que Reed Richards y su banda toda la vida han carecido (lo siento, pero el cambio en la historieta de Invisible Girl a Invisible Woman no cuela). Un dato: la película cumple rigurosamente con una hora y media, y no se estira innecesariamente para tratar de darle un falso sentido de épica o espectacularidad.

-- El elenco cumple bien. Sus actuaciones no los van a convertir ni de lejos en los sucesores de Clark Gable o Greta Garbo por los cuales tantas generaciones han gemido y estado de parto, pero para una historia palomitera y popconera son atractivos y simpáticos. Ioan Gruffund no era quizás la mejor opción para Reed Richards, y se ve un tanto joven para el rol; George Clooney se postulaba en serio, y lo hubiera hecho con su clase acostumbrada, y Brendan Fraser, que también levantaba candidatura, hubiera sido también una opción interesante, pero con Gruffund las cosas están bien. La actuación de Jessica Alba es simplemente deplorable y no cuela como científica ni con un cedazo industrial (aunque se ve más creíble que Denise Richards como ingeniera atómica en "El mundo no es suficiente", lo que no es una victoria homérica, bien mirado), pero consigue buena empatía con el señor Gruffund y hace que el romance se vea más o menos creíble en pantalla, además de que hace tan suyo el rol, aunque sea por tener el físico curvilíneo y tonificado propio de las superheroínas de comic, que cuesta pensar a otras actrices como opción (Julia Stiles, la infumable Kate Bosworth de "Superman regresa" y Rachel McAdams estaban en la lista, y de las nominadas, sólo Scarlett Johansson hubiera podido hacer morder verdaderamente el polvo a Jessica); no debe ser casualidad que este rol consagró a Jessica Alba (aunque le valió una nominación al Premio Razzie, dicho sea de paso, que perdió frente a Jenny McCarthy por "Dirty Love"). Michael Chiklis, el hombre pared de "The Shield", sin ser un prodigio de actuación, luce como el vecino amistoso al que de pronto la vida defeca y putea. Chris Evans se cachondea de lo lindo con su rol (y camelándose a María Menounos, la enfermera del hospital, ¿quién no?). Y Julian McMahon compone un Doctor Doom quizás demasiado metrosexual, y por ende poco siniestro (salió de "Nip Tuck", ¿OK?), pero la culpa de esto recae también en una cuestión de enfoque, que buscaba mostrar el origen del villano, además del origen de los héroes.

-- El guión consigue sacarle buen partido a los pocos puntos fuertes que podría tener. El enfoque de los héroes que deben lidiar con las consecuencias de su transformación está en general bien llevado, así como los problemas que acarrea la fama repentina. Detrás de la historia está, recordemos, el incombustible Mark Frost, que una veintena de años antes había dado que hablar con sus guiones para la serie policíaca "El precio del deber", y como colaborador de David Lynch en "Twin Peaks", y que ha escrito algunas novelas policíacas pastichosas con Arthur Conan Doyle como protagonista, que por cierto, sin ser grandes joyas, no son desdeñables.

-- Mención aparte se lleva John Ottman, aquí bastante suelto, componiendo una banda sonora que, sin ser el colmo de la genialidad, no peca de excesiva ni ampulosa, y acompaña en todo minuto, con toques de comedia o de epopeya según lo exija el guión. Este Ottman fue el que después se vio forzado a hacer el ridículo más supino en "Superman regresa", cuando aceptó el encargo de emular la banda sonora de John Williams para el "Superman" original, con los resultados catastróficos de todos conocidos.

IDEAL PARA: Distenderse viendo una peli de superhéroes que, por una vez en la vida, no pretende en vano ser más que una simple peli de superhéroes.

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