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domingo, 13 de mayo de 2007
"Trece días" (2000).
-- "Thirteen days". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: Roger Donaldson.
-- Actuación: Bruce Greenwood, Stephanie Romanov, Steven Culp, Kevin Costner, Dylan Baker, Lucinda Jenney, Michael Fairman, Bill Smitrovich, Frank Wood, Ed Lauter, Kevin Conway, Tim Kelleher, Len Cariou, Chip Esten, Olek Krupa, Elya Baskin, Jack McGee, Tom Everett, Oleg Vidov, Alex Veadov, Henry Strozier, Walter Adrian, Christopher Lawford, Madison Mason, Kelly Connell, Peter White, Boris Lee Krutonog.
-- Guión: David Self, basado en un libro de Ernest R. May y Philip D. Zelikow.
-- Banda Sonora:
-- "Trece días" en IMDb.
-- "Trece días" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
A miles de metros desde la superficie terrestre, un avión espía de la USAF (United States Air Force) descubre un hecho inquietante: los rojos están armando cabezas nucleares en Cuba. Es Octubre de 1962, y cualquier estupidez menor en el panorama internacional puede hacer volar las bombas y arrasar con nueve décimos de la Humanidad, y quizás también con el décimo restante. Como Estados Unidos no quiere estar a cinco minutos de distancia de los ICBM, el gobierno del Presidente Kennedy empieza a maniobrar para deshacerse de esas cabezas nucleares. Pero no a cualquier precio. Los militares están ávidos de reivindicarse por su monumental fracaso en Bahía Cochinos y quieren sangre: la de Fidel Castro, concretamente, por medio de una invasión armada a gran escala y en toda regla contra Cuba. Que Berlín caiga después en manos soviéticas no importa, y que después de eso vuelen los misiles de un continente a otro cargando algunos bebés nucleares, tampoco. Los Kennedy ahora lidian con Cuba y la Unión Soviética, y también con su propio alto mando militar, y sólo Dios sabe cuál de las dos amenazas es peor. Y estarían completamente acorralados, de no ser porque ¡ahí está el valiente Kevin O'Donnell para salvar el día!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En muchos sentidos, "Trece días" resultó una película fuera de época. Hace rato que el thriller político de alturas fue desplazado por el thriller policíaco en donde la política es sólo un condimento para darle afrodisíaco a las mujeres. ¿Por qué Kevin Costner se embarcó entonces en un filme que parece hecho en los '70s, en el umbral del siglo XXI? A finales de los '80s y comienzos de los '90, Costner era el favorito del mundo con sus roles en "Los intocables", "Sin salida", "Danza con lobos", "Robin Hood príncipe de los ladrones" o "Un mundo perfecto", pero después se despeñó dramáticamente en "Mundo acuático" y terminó de hundirse con el drama épico postnuclear (que no tenía ni drama, ni épica ni apocalipsis) "El cartero". Así que se metió a producir este filme que golpearía directamente al corazón patriotero de Estados Unidos, y también complacería a la crítica. No pasó ni lo uno ni lo otro, porque la crítica, si bien no se mostró negativa, sí que fue bien displiscente, y el público no respondió como se supone que lo haría. Una lástima, porque esta es una interesantísima película, fiel reflejo de la transición de la Era Clinton a la Era Bush, además de por sus propios méritos.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película sólida por los cuatro costados. Todo está arreglado por conversaciones de pasillo y discusiones sobre alta estrategia. Hay algunas escenas bélicas (aviones sobrevolando, misiles antiaéreos disparados, portaaviones y submarinos preparándose para el conflicto), pero en general el tono es de alta política, con poco espacio para el drama de lágrima fácil.
-- Roger Donaldson. Quien mejor cosecha aplausos es el director, responsable también de pequeñas joyas del cine comercial como "Especies", "Arenas blancas" y "El discípulo" (y sí, también dirigió la horrorosa "Cóctel"). Y es que tenía que habérselas con un material duro, denso y aridísimo, y consiguió con ello rodar una película con ritmo y suspenso. Crear tensión con balaceras y explosiones es fácil, y si no, que se lo digan a los que han dirigido filmes para la saga de "Misión imposible". Crear suspenso con rostros endurecidos y facciones tensas, eso es arte.
-- A pesar de que la película lleva implícita una fuerte carga patriótica, no cae en poner a los soviéticos como "los chicos malos", o no mucho, por lo menos. Cuando aparecen los soviéticos, lo hacen firmes y convencidos de sus posturas, tanto que en realidad son espejo de lo convencidos que están los yankis de las suyas. Incluso cuando el embajador Zorin se ve obligado a mentir, uno de los políticos de la Casa Blanca reflexiona que seguramente tenía órdenes de arriba y razones de alta estrategia para hacerlo. Y el quid de la cuestión está no sólo en evitar una amenaza para la seguridad nacional, sino en encontrar un lenguaje común y llegar a un acuerdo con los rusos. Quienes opinan que los rusos deben ser erradicados de Cuba son, no por nada, los militares, quienes son los villanos oficiales del filme. Y eso, un añito antes de que George W. Bush hiciera justo lo contrario que el Kennedy de la película, es decir, lanzarse a una épica cruzada para defender la Seguridad Nacional, y esas cosas...
-- Las actuaciones son razonablemente buenas. Esto es un thriller político y no un drama psicológico existencialista shakesperiano, así es que nadie espera que los actores se luzcan en sus papeles, pero en general el desempeño es notable, sin lunares de ninguna clase. Kevincito está en su día, y sin duda se hubiera lucido más si el papel suyo hubiera sido algo más denso (algo que, por el tipo de película, no era posible, de todas maneras).
IDEAL PARA: Ver un thriller político sólido y tenso, con un guión con alturas y actuaciones razonablemente buenas.
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