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jueves, 19 de octubre de 2006

"Policía corrupto" (1954).


-- "Rogue Cop" (título original en inglés), "Prisionero de su traición" (título en España). Estados Unidos. Año 1954.
-- Dirección: Roy Rowland.
-- Actuación: Robert Taylor, Janet Leigh, George Raft, Steve Forrest, Anne Francis, Robert Ellenstein, Robert F. Simon, Anthony Ross, Alan Hale Jr., Peter Brocco, Vince Edwards, Olive Carey.
-- Guión: Sydney Boehm, basado en la novela de William P. McGivern.
-- Banda Sonora: Jeff Alexander.

-- "Policía corrupto" en IMDb.
-- "Policía corrupto" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En los barrios bajos de la ciudad, apuñalan a un tipo cualquiera en un garito. El pinchacostillas va a dar rápido con sus huesos a la cárcel, pero surgen los problemas: el tipejo es lo suficientemente importante como para ganar la atención de los zares del crimen de la ciudad. Estos no pierden tiempo en encargar a un policía corrupto que se haga cargo del trabajo, porque este policía corrupto es hermano del polizonte que hizo la detención. El policía corrupto, que en el fondo, bien en el fondo, a pesar de aceptar sobornos y toda esa clase de cosas, es un tipo lo suficientemente bueno como para querer bien a su hermano, se pone manos a la obra, tratando de convencerle. Pero el hermano sale rebelde, y tiene algunas estúpidas ideas sobre que se debe actuar de manera moral y ética, de acuerdo a la ley y los reglamentos, etcétera, y él no va a contribuir a dejar en libertad al reptilito que arrestó por asesinato. Por lo que el polizonte corrupto recurre a todas sus argucias, incluso manipulando a la noviecita de su hermano el policía bueno, para tratar de convencerlo. Todo resulta inútil, y el policía corrupto se ve cada vez más envuelto en problemas. La única manera de salir de ellos es volverse contra sus empleadores y destruirlos. No contra sus jefes de la policía, por supuesto, sino contra sus OTROS empleadores, los del mundo del crimen.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Las décadas de los '40s y '50s vivieron el reinado en gloria y majestad del cine noir, del policial puro y duro que era herencia de la novela negra a lo Dashiell Hammett o Raymond Chandler. Algo bastante obvio, si se piensa, porque aunque hay un cierto halo de luminosidad en torno a ese período en Estados Unidos (los yankis apaleamos a los nazis primero, y nos apareamos como conejos y de ahí el baby boom posterior), lo cierto es que también fue una época dorada para los negocios de la mafia, que había conseguido extender sus tentáculos hasta lo más profundo del sistema legal y judicial, por no hablar de la policía; algo que queda muy bien reflejado de manera retrospectiva en las cintas "El Padrino" y "El Padrino II". No se hablaba abiertamente, pero algo olía podrido, y de ahí el éxito de este tipo de cine.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La trama es interesante. Es una película en donde pasan cosas, prácticamente ninguna escena sobra, y todos los cabos sueltos quedan bien amarraditos. El único requisito es aguantar en forma el primer tercio de película, ya que la historia tarda en empezar; ésos eran lujos que el cine más pausado de los '50s podía darse, y que en la actualidad hay que ver un poco con espíritu de época, para no aburrise. Pero una vez que la historia entra en vereda, ya no se detiene.

-- El prota interpretado por Robert Taylor, es un personaje duro, y ciertamente complejo. ¿Es realmente un villano reconvertido en héroe por haber encontrado un poco de iluminación interior debido a su drama personal, o bien actúa como un héroe por las mismas razones equivocadas que le llevaron a dejarse corromper y aceptar sobornos? No cabe duda que la ambigüedad del personaje sostiene la mayor parte de la película.

-- El tratamiento de la moral es bastante interesante. Como es usual dentro de la tradición noir, las fronteras entre el bien y el mal son difusas, y los personajes que quieran escaparse, la tendrán bastante difícil, oprimidos como están por la omnipresencia del mal. El único reparo es que cae en algunos lugares comunes propios de la época, que hoy en día difícilmente pasarían la prueba de la credibilidad ante el público, como poner como personaje secundario positivo a un enérgico sacerdote católico irlandés que se dedica a darle sermones al prota (que éste, con buen sentido común, se niega a escuchar).

IDEAL PARA: Ver una pequeña joyita del antiguo cine noir.

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