Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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domingo, 24 de enero de 2016
"Gandhi" (1982).
-- "Gandhi". Inglaterra / India. Año 1982.
-- Dirección: Richard Attenborough.
-- Actuación: Ben Kingsley, Candice Bergen, Edward Fox, John Gielgud, Trevor Howard, John Mills, Martin Sheen, Ian Charleson, Athol Fugard, Günther Maria Halmer, Saeed Jaffrey, Geraldine James, Alyque Padamsee, Amrish Puri, Roshan Seth.
-- Guión: John Briley.
-- Banda Sonora: Ravi Shankar.
-- "Gandhi" en IMDb.
-- "Gandhi" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En medio de hondos disturbios destoquello, camina... ¡¡¡MAHATMA!!! De pronto, un tipejo se le para delante con estoquello pretexto, y ¡¡¡BANG!!! in-ya-face (bueno, in-ya-chest). El dice "oh Dios" de una manera un tanto tembleque (y blasfema. Ya sabemos que no hay otro dios que la diosa Bastet, y General Gato es su profeta), y PATAPLAM al suelo. Vemos una escena de funerales ultramasiva, y un locutor nos informa de que el que se ha muerto es MAHATMA GANDHI, el apóstol de la India, el hombre admirado en todo el mundo blablablá. Y ahora paso a unos comerc... er... quiero decir... a la peli, eso es. 1893, Sudáfrica. Vemos al JOVEN GANDHI yendo el tren, y de pronto aparece el cobraboletos, y le dice que OYE-NIGGA, MI HOMBRE BLANCO - TÚ PIEL MORENA CUMBIA SOL Y ARENA, TÚ A TERCERA CLASE. El otro que no, que yo no soy nigga sino de la India, y además soy abogao pussom, qué te creí, y... bueno, dentro de la lógica de los tipejos de los trenes no hay negro abogao, así es que ¡PATAPLÁM! tren abajo se ha dicho. Y entonces Gandhi decide... ¡¡¡REBELARSE!!! Empieza entonces MEDIA DE HORA DE PELI con marchas pacíficas contra el WHITE MAN. Hasta que consiguen... consiguen... bueno, algo consiguen, no sé bien qué (la peli tiene un ritmo más bien monótono, así es que no me pidan que me acuerde de ella escena por escena). El caso es que en la década siguiente, aparece Gandhi en la India. El hombre, lo que menos quiere es meterse en política o cosas así, pero resulta que hay un movimiento destoquello que quiere... ¡¡¡LIBERAR A LA INDIA!!! Y Gandhi entonces decide... ¿unirse al movimiento y LIBERAR A LA INDIA? ¿Qué? No, joer, que es un biopic EPICO, y hay que rellenar, así es que vamos poniendo imágenes de Gandhi recorriendo la India y tal. Y más o menos RECIÉN COMO A LA HORA DE PELI... por fin Gandhi se pone a hacer lo que dijeron al principio de la peli que haría, o sea, liberar a la India. Con marchas pacíficas. Joer, con esta peli para qué quiere uno valium antes de dormirrrzzzzzzZZZZZZ!!! Ehrmjsnjjjrk... ¿Ah, sí, qué? Ah, sí, pasemos a...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
El siglo XVIII, Inglaterra hizo el MEJOR CAMBALACHE DE LA HISTORIA. Perdió las Trece Colonias, vale, pero ganó la India. Con eso construyó el que hasta la fecha es EL MÁS GRANDE IMPERIO DE LA HISTORIA MUNDIAL. (Estados Unidos en la actualidad es más poderoso en términos de números brutos, pero en términos comparativos de superficie planetaria controlada, esfera de hegemonía, fuerza militar, control financiero y manejo con otras superpotencias, la Inglaterra fue mucho más fuerte en el XIX que Estados Unidos en el XX o XXI). Pero, ¡ah!, resulta que a los de la India, esa cosa de la carga del hombre blanco de llevar la civilización a esos pobres desgraciaos que no han tenío la suerte de haber nacido británicos, como que les resudaba un poco. De manera que iniciaron un movimiento de emancipación. Y vamos a hacer algunas precisiones. El movimiento de independencia de la India no empezó con Mahatma Gandhi, él se subió al carro después (el Congreso Nacional Indio, actualmente un partido político de la India, fue fundado en... 1885, cuando Gandhi era todavía un adolescente y ni siquiera pensaba en marchar a estudiar Derecho en Londres). Lo que Gandhi aportó fue su famosa resistencia pacífica, pésima traducción popular de lo que en realidad es el satyagraha, doctrina por lo general mal interpretada como "quedarse quieto mientras la policía te muele a palos", cuando en realidad el núcleo del satyagraha es bastante diferente, a saber, encontrar dentro de uno el amor y la firmeza para sostener un principio de manera tal, que se pueda soportar los más enormes dolores y sacrificios, incluso la muerte, en pos de irradiar ese amor y firmeza en los demás (como cuando la policía te muele a palos. Por ejemplo). Con todos esos ingredientes es obvio que Gandhi iba a transformarse en una personalidad internacional, más allá de su cruzada, por la sencilla razón de que ES LO MÁS CERCANO QUE UN NATIVO PAGANO PUEDE ESTAR DE SER EL MÁS PERFECTO EJEMPLO DE SER HUMANO POSIBLE, QUE ES SER UN BLANCO OCCIDENTAL CRISTIANO (y varón, claro). Incluso hasta, créanlo o no, CASI fue merecedor del Premio Nobel de la Paz (sólo CASI). Nada de raro entonces que pronto surgiera una peli sobre él. ¡Joer, si la única razón de que haya más pelis sobre Abraham Lincoln que sobre Mahatma Gandhi es que el primero viene de la Tierra de Jólivu! De hecho ya había planes en los 60s para un biopic sobre el Mahatma, con David Lean en la dirección (el tipo detrás de "El puente sobre el Río Kwai", "Lawrence de Arabia" y "Doctor Zhivago", la original de 1965 y no el remake con escena de sexo con Keira Knightley, valga la aclaración), con Alec Guiness en el protagónico, así es que ya se figuran lo que hubiera sido eso. Por una razón u otra, los proyectos fueron naciendo y muriendo de una manera casi kármica, incluyendo un casi-casi en 1976, que duró hasta que Indira Gandhi (sin parentesco con el Mahatma, ojito con eso) declaró el estado de sitio porque, bueno, era la Indira Gandhi, la señora de oro y cabello de plata que era feliz gobernando con mano de hierro (hasta que le llenaron la panza de plomo, eso es. Entre metales anda la cosa). Finalmente Richard Attenborough, que había perseguido el proyecto como un Peter Jackson tras Tolkien cualquiera, consiguió llevarse el palo al agua, y rodó. Con Indira poniéndose con una cantidad substancial de dinero, porque se diga lo que se diga de la señora, ella tenía estatura suficiente como para poner el dinero de pelis propagandísticas en cosas como ésta, y no como Augusto Pinochet que le dio para puro "El último grumete de la Baquedano" nomás. El resto salió de los sitios más peregrinos, porque ninguno de los grandes estudios quería financiar un biopic monumental sobre un tipo que en su vida no mató a nadie, no es un artista atormentado por sus demonios internos, y no tuvo una vida sentimental de ésas tipo carrusel (bueno, parece que igual sí, pero estuvo casao toda su vida con la misma mujer, qué aburrío, ¿no?). David Attenborough consiguió parte del financiamiento haciendo trabajo de galeras (debió rodar "Un puente demasiado lejos" y "Magia") y vendiendo su participación en los beneficios de la obra "La ratonera" (un long-runner de la dramaturgia británica escrita por... ¡¡¡CHA-CHÁN!!!, la Gata Christie), su amigo Jake Eberts hizo lobby poraqui porallá... Para el protagónico contrataron a Ben Kingsley, un perfecto desconocido cuyo gran campo de labor en la época era la televisión, en una época en donde la televisión era un matarratos despreciable y no esa cosa con la que se llenan los hipsters actuales con eso de que las series de televisión son arte y otras cosas para partir el culo. Bueno, al menos el señor Kingsley tiene ascendencia ¡indostánica!, sorpresa, porque en un minuto estuvo interesado... Dustin Hoffman. Joer, hubiera sido el Gandhi más raro de la historia (Dustin Hoffman decidió después que no iba a rodar "Gandhi" sino "Tootsie", y se mandó peazo rol que hasta fue nominado al Premio Oscar por el Mejor Actor... y perdió frente a Ben Kingsley por "Gandhi", juasjuasjuás). Otros nombres considerados en algún minuto fueron Anthony Hopkins (!), Albert Finney (!!), Peter Finch (WHAT THE...) y Tom Courtney (who...?). Estos de Jólivu a veces tienen ideas un tanto extravagantes. Pero bueno, si siempre eligen a pijos rubios de ojos azules para interpretar a un personaje tan prototípicamente semita como Jesucristo, entonces... En fin, el caso es que la peli se estrenó, y fue un taquillazo bastante grande para la época (52 millones, algo por debajo de los 57 millones de "Annie", la décima más taquillera del año. Bueno, el consuelo de Dustin Hoffman fue que "Tootsie" fue la segunda más taquillera del año, recaudando 177 millones, sólo por debajo de "E.T. el extraterrestre"). Además de una adorada por la crítica, siendo alabada incluso (¡sorpresa!) por los historiadores (salvo por los revisionistas cenizos que no encuentran nada bueno, que los hubo también). E inició de paso una breve moda por los filmes y TV series de "británicos en la India" ("Oriente y Occidente", "La joya de la corona", "Pabellones lejanos", y el desquite de David Lean en India-Movies que fue "Pasaje a la India"). Nada mal para un personaje al que Winston Churchill llamó un "fakir medio desnudo"...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por lo más general. Esta peli es bastante respetuosa con el personaje, y eso es al mismo tiempo un logro y una maldición. Porque la peli hace esfuerzos supremos por mantenerse lo más fiel posible al biografiado de turno, y puede decirse que logra plasmar bien las cinco décadas y media de su vida que transcurrieron entre Sudáfrica y su muerte. En ese sentido, no se pierde en dramatizaciones innecesarias destinadas a sacarle melodrama al personaje. Pero esto mismo también condena a la peli a ser ligeramente aburridona. Porque la cosa dura sus buenas tres horas, algo que quizás se antoje algo excesivo si se piensa que la vida de Gandhi estuvo relativamente exenta de grandes conflictos (vale, la independencia de la India, etcétera, pero en términos cinematográficos no tenemos ni podríamos en buena lid tener ingredientes que condimenten como escenas de lucha, escarceos amorosos y similares). En realidad, la peli tiende a hacerse un tanto monótona con su vals de: conversación - marcha - apaleo - vuelta a fojas cero. Con esa estructura episódica, da la impresión de que como miniserie en tres episodios hubiera funcionado mucho mejor. La peli tiene sus momentos álgidos, no se crea que no (la masacre de Amritsar, descrita con todo lujo de detalles, aunque sin gore por supuesto, pero aún así es algo bastante estomagante de ver), pero aunque hace todo lo posible porque entendamos la importancia y trascendencia por ejemplo de la Marcha de la Sal, falla en calar en la emocionalidad del espectador. La peli se esfuerza heroicamente porque entendamos lo que significa la resistencia pac... vale, vale, el satyagraha, pero no lo termina del lograr del todo. La peli al final termina siendo demasiado cerebral para su propio bien, lo que paradójicamente no impide algunas trasliteraciones algo impropias a la mentalidad occidental (por ejemplo: la última frase de Gandhi no fue "oh-Dios" sino "oh-Rama"... ¿qué tan importante puede ser eso? Bueno, Rama es una encarnación o avatar de Visnú, de manera que una traducción algo más fiel al sentido hubiera sido "oh-Jesús"... sólo que Gandhi no era cristiano, y al cambiar este detalle, la peli traiciona un poco algo de la cosmovisión de Gandhi, que era su Hinduísmo). Parte importante de la responsabilidad en esto es la dirección muy pulcra y correcta, pero particularmente poco imaginativa, de Richard Attenborough, el viejecito que quizás lo conozcas (surprise, surprise) por ser el dueño del parque de atracciones de "Parque Jurásico" (surprise, I said). Veamos algunas soluciones narrativas pobres. ¿Cómo nos dice la peli que Gandhi era tremendo tipo? Pues nos pone a un locutor al inicio a decírnoslo en plan relator de fútbol comentando el partido. ¿Cómo resuelve el problema de la aldea en Sudáfrica, con su propia esposa que no quiere fregar un WC porque eso es de PARIAS? Ella ve la luz porque Gandhi es mucho Gandhi, y listo, a fregar baños se ha dicho. ¿Cómo describe la ronda de negociaciones en Londres? Artículos periodísticos que eran perfectamente omitibles en la peli, dado que de esa secuencia NO SE SIGUE ABSOLUTAMENTE NADA. Es como si Attenborough respetara tanto al personaje, estuviera tan entusiasmado por construir una hagiografía, que quisiera ser lo más literal posible y evitarse cualquier vuelo que pudiera traicionar por accidente al biografiado (a pesar de que, como hemos dicho, hay detalles aquí y allá...). Es la misma peste que plagó a la correcta-pero-últimamente-latera "Lincoln", sin ir más lejos. Al final lo que queda es una peli técnicamente muy correcta, muy ajustadita a la realidad histórica, pero también una que debe verse a ratos con un enorme esfuerzo de voluntad. Uno ya casi puede escuchar el orgasmo (¡skwiq!) de Attenborough dirigiendo TRESCIENTOS MIL EXTRAS en la escena del funeral de Gandhi (la escena de masas más masiva de la historia del cine, y ahora que eso se hace por CGI, es muy probable que el récord quede ahí forever and ever hasta la consumación de los siglos), pero más no siempre es mejor. Hacer un biopic es siempre un negocio difícil, porque en crear un producto digerible para el espectador se necesita abreviar, recortar, dramatizar, y eso significa siempre un grado de traición en contra del material preestablecido. Nadie va a pedir que por el amor a una peli entretenida nos conviertan a Gandhi en un ACTION HERO o que lo pongan lanzando rayos con los ojos o qué se yo (o partiendo culos como en "Gandhi II", la hilarante parodia de la peli "Los telelocos"), pero es que, leñe, estamos hablando de un tipo cuya arma de lucha era marchar, marchar, marchar. Material muy poco digerible para el cine, de manera que lo que terciaba era abreviar, abreviar, abreviar. Ya nos enteraremos de los detalles por los libros de historia, los que queramos.
-- Ben Kingsley. Si hay una fuerza motora detrás de esta peli, es claramente el actor interpretando a Mahatma Gandhi. No en balde, su primer rol protagónico para el cine es también el momento álgido de su carrera. Después se puso a trabajar en un montón de mierdas, por desgracia ("El sonido del trueno", ¡"Bloodrayne"!, "El gurú del amor", "El príncipe de Persia"... no era tan mierdera, pero notable tampoco era, y "Iron Man 3" no era mierdera pero su personaje sí, premio al Mandarín más oligofrenoide de la historia Marvel). Bueno, fue Georges Melies en "La invención de Hugo Cabret", vale por eso. Pero aquí, Ben Kingsley está en estado de gracia: vemos a un personaje sinceramente convencido de su causa sin sonar como un fanático descerebrado, percibimos su bondad sin que nos irrite, y sobre todo vemos a un personaje nacido y que vive en la India en vez de, ya saben, un estereotipo Swami Salami. El vivaz y carismático retrato que Ben Kingsley hace de Mahatma Gandhi consigue evitar una peste muy común en esta clase de pelis inspiracionales: que terminemos más fastidiados que inspirados por un personaje al que nos quieren vender como el BIEN SUPREMO.
IDEAL PARA: Ver un biopic correcto sobre una de las grandes figuras históricas del siglo XX, pero sólo correcto y poquito más.
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