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domingo, 11 de octubre de 2015
"Los siete pecados capitales" (1995).
-- "Se7en" (título original en inglés), "Pecados capitales" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1995.
-- Dirección: David Fincher.
-- Actuación: Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow, Richard Roundtree, R. Lee Ermey, John C. McGinley, Kevin Spacey, Julie Araskog, Mark Boone Junior, John Cassini, Reg E. Cathey, Peter Crombie, Hawthorne James, Michael Massee, Leland Orser, Richard Portnow, Richard Schiff, Pamala Tyson, Daniel Zacapa, Alfonso Freeman, Harris Savides, Andy Walker, Richmond Arquette.
-- Guión: Andrew Kevin Walker.
-- Banda Sonora: Howard Shore.
-- "Los siete pecados capitales" en IMDb.
-- "Los siete pecados capitales" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En una ciudad no especificada de Estados Unidos en donde todo es óxido y lluvia, hay un policía negro vejete que sabemos que va a ser cool porque es MORGAN FREEMAN. En la época en que, hagan memoria... ACTUABA. El caso es que al Morgan le asignan... ¿una señora Daisy? Oh, no, por supuesto que no. Le asignan un joven y ambicioso policía, Brad Pitt cuando estaba en la cresta de la ola como el galán mojabragas de Jólivu. Ambos deben investigar la muerte de un tipo que aparece... ¿no han visto la peli? Bueno, lo describiré. Un gordo obeso mórbido cuya grasa daría para volver al peso normal a como veinte clones de Gwyneth Paltrow, con la cabeza hundida en un plato de espaguetis. El Brad Pitt empieza a dárselas de estoquello, y el Morgan Freeman se cabrea y lo manda a tomar vientos. (A ver cuántas chicas vieron esta peli en el cine para alimentar sus fantasías húmedas con Brad Pitt, y al ver la escenita ésta buitrearon de una toda la ración de vómitos agendada para mantenerse flacas durante la semana). El caso es que Brad Pitt, con modales macarras que parecen casi autoparodia, le hace flor pará 'e carros al Freeman porque, oye, tú eres un vejete y además feo, mientras que yo soy jovencito y arrastro a la chica que se me pegangana, así es que más respeto con lo HOTTIE. El Morgan Freeman dice que pa' estarse jo'iendo la última semana de trabajo con un chuloputo merda, mejor que lo asignen a casos separados. El jefazo, como hay que poner problemas, quiere no, quiere no, quiere no, al final bueno-ya. Al Morgan Freeman lo dejan en el caso, y al Brad Pitt lo mandan a un caso un poquito menos sangriento, el de un abogado (porque como todos sabemos, los abogados son vampiros porque tienen carencia de sangre en las venas). Y bueno, sucede lo que cualquiera puede adivinar: tenemos a dos actores con tremendo cartel, al Freeman y al Pitt, así es que no vamos a desperdiciar a ninguno corriendo por separado en una historia B cuando podemos concentrarlos a los dos en la historia A, de manera que al final resulta que los dos casos igual están conectados. Morgan Freeman entonces descubre, porque será poli y too pero es más listo que el hambre y culto además, que el asesino está escenificando los SIETE PECADOS CAPITALES. Porque verán, para algunos la Edad Media no termina todavía. Vendrán más asesinatos, y... ¿podrán nuestros héroes impedirlos? ¡Por supuesto que no! Porque qué gracia tiene que una peli se llame "Los siete pecados capitales" si agarran al fulano cuando está cometiendo su cuarto asesinato, digamos, y desperdiciamos otros tres bonitos asesinatos porque sí, ¿verdad?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Qué época aquélla. David Fincher pertenece a la primera gran oleada de directores que se habían cultivado menos en el mundo del cine, que en uno bien diferente, más taquilla, más rompedor: el videoclip MTV. No es que los directores de cine no grabaran antes videoclips o comerciales (Ridley Scott dirigió el famoso spot 1984 para Apple, y su hermano Tony Scott había rodado un videoclip para George Michael, pero ambos ya tenían currículum en el cine a sus espaldas, mientras que Fincher partió con videoclips y de ahí subió al cine). Alguien olvidó que es más fácil enseñarle a un cineasta a hacer videoclips, que a un videoclipero a hacer cine, por lo visto. De todas maneras el asalto era inminente: después de todo... ¿no se había vendido YA A MEDIADOS DE LOS '80S el concepto de "Miami Vice" como "MTV cops"? En paralelo, un tipo llamado Andrew Kelvin Walker, que trabajaba para Tower Records (una red de tiendas de venta de discos que era más o menos análoga a Blockbuster en el mercado del videohome, o sea, una plaga imparable cuya gran afición era reventar a la competencia más pequeña hasta que Internet los reventó a ellos), y de cuya experiencia salió... ¿un lindo relato de ponies rosados y arcoiris? Por supuesto que no: salió el guión de esta peli. Eso es síndrome postraumático y no lo de Vietnam. Resulta hilarante observar, a la luz del éxito, taquilla y fama posterior de la peli, que nadie quería el guión. ¿El guión escrito por un perfecto desconocido que además NO ES UNO DE LOS NUESTROS PORQUE NO ES JUDÍO, y que en realidad tiene un argumento que es apenas una excusa para concatenar asesinato molón tras asesinato molón? (Joer, los de "El juego del miedo" se mandaron siete con la misma premisa a partir de 2004, siete, cuéntenlas bien, pero una década antes, nadie tenía idea). Al final alguien compró el guión, pero encontraron el final demasiado poco Hollywood (ya saben, la tierra de los finales felices), así es que lo reescribieron, cambiándolo por una EMOCIONANTE CARRERA CONTRA EL TIEMPO para salvar a la esposa del poli joven. Y entonces, alguien pensó en David Fincher. Que después de todo, tan mal no lo había hecho con su peli debut, "Alien 3" (universalmente masacrada como una pésima peli de Alien y un muy poco promisorio debut para Fincher, aunque en estricto sentido, ni la peli es tan mala, ni tampoco la culpa es de Fincher sino de los cincuenta millones de cocineros que echaron a perder el pastel). Así es que le enviaron... el guión equivocado. El original, sin la reescritura HAPPY ENDING. Ups. A David Fincher le gustó, y decidió que le daría una segunda oportunidad a Hollywood. Cuando llegó, se encontró con que el estudio no quería rodar el guión original, quería rodar la revisión. Maldita sea. David Fincher dijo que se bajaba si no lo dejaban rodar el guión de verdad. Estuvo a punto, pero al coro se sumó Morgan Freeman. Y después, Brad Pitt. No es que estuvieran largos de estrellas para rodar la peli (el rol de Brad Pitt originalmente iba a ser para Denzel Washington, lo que hubiera sido la repipa, pero éste decidió que el guión era demasiado sanguinolento... ya tuvo el Washington tiempo para arrepentirse después. En cuanto al rol de Morgan Freeman, se lo quisieron ofrecer a Al Pacino, que prefirió ir a rodar "La sombra de la corrupción", y después a darse de cabezazos contra el Muro de los Lamentos de las malas decisiones fílmicas). Tampoco querían a Gwyneth Paltrow arriba, pero como en esa época algo pasaba con la Gwyneth y el Brad (¿recuerdan esos tiempos? ¿Antes de Brad y Jennifer? ¿Antes de Brad y Angelina?), al final éste insistió y se mantuvo a la Gwyneth. Al final, después de todos esos accidentes, la peli terminó siendo estrenada. Con éxito inmediato. Costó 30 millones de dólares, hizo 327. La crítica la adoró. David Fincher ascendió al Olimpo fílmico, y si bien después su carrera ha sido más o menos irregular (nunca ha caído demasiado bajo, pero también su condición de darling se ha desvanecido algo con el paso del tiempo... es el precio de la integridad artística, por supuesto), nunca ha dejado de ser amado por todo cultureta hipster con el corazón bien puesto. Por no hablar de los cincuenta millones de clones que siguieron de esta peli, el más destacado de los cuales es por supuesto la mencionada "El juego del miedo". Nada mal, sr. Fincher, nada mal. ¿Sería mucho pedirle ahora que rodara una peli que fuera menos estilo y algo más de substancia?
¿POR QUÉ VERLA?
-- Considerando que "Los siete pecados capitales" es una de las pelis más famosas, vistas e influyentes de los '90s, hasta el punto que su famoso giro de tuerca final es tan conocido y por lo tanto tan poco misterioso como el significado de "Rosebud" en "El ciudadano Kane" de Welles o la verdadera solución del asesinato en "Psicosis" de Hitchcock, resulta increíble observar lo mal que ha envejecido. No es una mala peli, en lo absoluto. Pero sí que es una peli demasiado "muy de su época". Un par de razones lo evidencian. Por un lado, la fórmula de "Los siete pecados capitales" (investigación policíaca, fotografía cochambrosa, asesinatos over-the-top, un cierto toquecillo sobrenatural-quizás a ratos) ha sido explotada después hasta la saciedad ("Poseídos", "El juego del miedo", "Captivity", el torture porn en general... y de hecho ni siquiera es una idea nueva porque es más que nada un refinamiento y americanización de lo que los italianos venían haciendo desde el giallo en adelante), y frente a sus imitadores, no se puede decir que "Los siete pecados capitales" sea más icónica o profunda, si no es por el hecho de ser "la primera". En segundo lugar, el propio Fincher después siguió adelante y rodó pelis mucho más interesantes, redondas y profundas ("El Club de la Pelea", "Zodíaco", "El curioso caso de Benjamin Button", "Red social", "Perdida"). Resulta curioso observar que Fincher mismo comentó alguna vez que "Los siete pecados capitales" era un intento de rodar algo como lo que William Friedkin debería haber rodado después de "El exorcista", curioso porque aunque algo más de dos décadas anterior, "El exorcista" se ha mantenido mucho más firme con el paso del tiempo, ayudado por supuesto que a diferencia de "Los siete pecados capitales", no es un ejercicio de substancia sobre estilo, sino que todo el excelente apartado visual está al servicio de una profunda exploración de nuestra relación con la naturaleza del mal, incluyendo la sexualidad, la culpa, y el valor de la religión, mientras que "Los siete pecados capitales"... bueno, en "Los siete pecados capitales" tenemos apenas un loquito que mata gente y eso es el mal, y punto. Es fácil ver por qué la peli enganchó tan bien con la audiencia de los '90s, considerando que en esos felices tiempos en que la Historia se había acabado, la racionalidad surgía triunfante, el libremercadismo era la solución y panacea a todos los problemas del mundo, era también la época en que, en las catacumbas, el movimiento neocon levantaba cabeza. No es por nada que en "Los siete pecados capitales", la religión es identificada explícitamente en la imaginería fílmica con el Medioevo, con grabados vetustos, con una estética lejana a la vida moderna, y el asesino es un tipo sin ninguna real conexión humana (tanto, que no aparece en la peli sino hasta bien el final, y carece de identidad). Es una idea interesante, pero nuevamente las comparaciones son ofensivas y reveladoras a un tiempo. "The Dark Knight" hizo exactamente lo mismo con el Joker, ya que el Joker, al igual que John Doe, no es tanto un ser humano o un personaje como una fuerza satánica suelta sobre el mundo, pero en "The Dark Knight" vemos como esa fuerza satánica influye, pervierte y corrompe a los "buenos" ciudadanos, mientras que en "Los siete pecados capitales", toda esa exploración de nuestra relación con el mal es terriblemente superficial: el mal está ahí, nosotros estamos aquí, el mundo es lluvia y óxido (y desierto, al final), pero igual nosotros somos buenos, nobles y decentes y de una pieza. No hay ambigüedad. Es exactamente el Zeitgeist de los '90s, en donde todos los libremercadistas ateos éramos buenos, y esos idiotas religiosos eran una especie de reliquia del pasado. Claro, después llegamos al XXI, y descubrimos que los talibanes todavía pisaban fuertes (los talibanes que tumban Torres Gemelas, por supuesto, pero también los talibanes que ganan Presidencias en Estados Unidos con sospechosos recuentos de votos en Florida). La peli tuvo las antenitas de vinil para captar eso que estaba viniendo, pero no alcanzó a ser premonitoria porque no exploró mucho más el tema. Es decir, lo dicho: nada de substancia. Sólo estilo. Y si el estilo al final resultó tan fácil de copiar...
-- Si la peli se ha sostenido en el paso del tiempo, es en buena medida gracias a su impecable factura. David Fincher es y ha sido siempre un cineasta de fuste. Habrá rodado pelis mejores o peores, pero de ninguna de ellas puede decirse que le falte un envoltorio bonito. Fácil, ¿no? Bueno, si es tan fácil, ¿por qué Michael Bay se fusila cañonazos de 200 millones por peli y no es capaz de sacarse una que tenga una estética mínimamente decente? Claro, David Fincher venía del mundo del videoclip, blablablá, OK con eso, pero muchos otros que vienen del videoclip no han sido capaces de rodar tan sólido (se me ocurre McGee, cuya estética videoclipera funciona excelentemente bien para "Los ángeles de Charlie", pero en buena medida por el carácter autoparódico de la peli). Capitaneados por Fincher, Morgan Freeman y Brad Pitt entregan dos enormes actuaciones, saliéndose de la dinámica caricaturesca del "poli viejo serio vs. poli joven macarra" para construir dos verdaderos personajes, en lo que acaso es una deconstrucción inconsciente de los tópicos de los dos polis condenados a entenderse (en esta peli, lo de ambos no termina exactamente en amistad abierta, sino en algo a mitad de camino entre la mera tolerancia y la incomodidad... tal y como probablemente sería en la vida real). Al lado de ellos, el resto de los actores son más bien veniales. Sea porque las actuaciones son deslavadas (¿cómo es que Gwyneth Paltrow se hizo una carrera después? Ha actuado bien en algunas pelis, pero es que joer, al día siguiente de verla aquí yo no la hubiera contratado ni para que interpretara a un extra sin diálogo), sea porque aparecen demasiado poco (Kevin Spacey, el caso más notorio). Pero funcionan dentro de lo suyo. Howard Shore por su parte contribuye con un excelente soundtrack, aunque lo suyo ya era cosa de fábrica si se piensa que venía de soundtrackear "El silencio de los inocentes" (aunque, cosas del destino, nadie hoy en día lo identifica con la musiquita de estas pelis porque, vieran ustedes, su trabajo más reconocido acabó siendo uno completamente diferente, la titánica banda sonora de "El Señor de los Anillos" en concreto). Si vamos a tener una peli puro-estilo-nada-de-substancia, entonces por lo menos que el estilo sea bueno. En ese sentido la peli cumple, y cumple muy bien.
IDEAL PARA: Nostálgicos de los '90s, y amantes del cine de horror, policial morboso, y casquería varia.
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