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domingo, 26 de abril de 2015
"La Cenicienta" (2015).
-- "Cinderella". Estados Unidos / Inglaterra. Año 2015.
-- Dirección: Kenneth Branagh.
-- Actuación: Cate Blanchett, Lily James, Richard Madden, Helena Bonham Carter, Nonso Anozie, Stellan Skarsgård, Sophie McShera, Holliday Grainger, Derek Jacobi, Ben Chaplin, Hayley Atwell, Rob Brydon, Jana Perez, Alex Macqueen, Tom Edden.
-- Guión: Chris Weitz.
-- Banda Sonora: Patrick Doyle.
-- "Cenicienta" en IMDb.
-- "Cenicienta" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Después de aguantar la tortura china de un corto frozenxplotation, comienza la peli. Una ambientada en ese espacio genérico de contohada llamado Europa ¿medieval/renacentista/barroca/victoriana/mitteleurope? Bueno, ya sabemos. Que Perrault escribía lo suyo imitando lo que veía, y después, cuando el tiempo pasó, todo ese mundo quedó como hadas y duendes, hiperexótico, listo para depredadores como Tolkien para saquearlo. En fin. El caso es que en ese ecosistema florece una parejita formada por Ben Chaplin (¡leñe! No puede ser... ¡estaba vivo!) y Hayley Atwell (que Bastet la mantenga en su Santa Gloria, y qué alegría ser yo un mamífero), y que son una pareja tan perfecta que tienen una hija shúper en todo y tal. El caso es que, ya saben como va esto... la mami contrae esa misteriosa enfermedad victoriana que consiste en debilitarse y morir, y listo, ya nos cargamos un progenitor. Luego el papi, a pesar de estar enamorao hasta las repatas de su antigua domadora, decide casarse de nuevo igual porque... bueno... porque... por alguna razón. A saber. La nueva señora es Cate Blanchett, y considerando los roles que ha hecho la señora, es casi como para pegarse un tiro. ¡Joer, que te acabas de cazar con Elizabeth Spalko Galadriel Blue Jasmine! ¡Ten miedo, imbécil, ten mucho miedo! El caso es que sucede lo inevitable: que la jodía le hace la vida un infierno al masho, ella y sus dos hijas. Tanto así, que el tipo se larga y en un viaje, para las chalas (momento en el cual, dentro del cine, se escucha el llanto de uno o dos niños aterrorizados porque eso pueda sucederle a SUS propios padres. No kidding). Con su otro progenitor fertilizando narcisos (o alimentando tiburones, a saber), la chiquilla hijipapi se queda sola a merced de su madrastra y sus hermanastras (vamos, ustedes lo sabían, ¿no?). Y entonces la chica, quien entiende a cabalidad que el triunfo del BIEN y la JUSTICIA implican el exterminio completo y sistemático de todo rastro de maldad en el mundo, coge su Kalashnikov AKA-47 subfusil de asalto y, a la primera que la madrastra y las hermanastras miran feo, dice GO AHEAD, MAKE MY DAY, les mete bala entre ceja y ceja, y las despide con un cordial: BIENVENIDAS A MI CASA, POBLACIÓN: 3 MENOS. Y hereda todo, se busca un chico guapo con el cual follar, y vive feliz para siemp... no, mentira, estoy bromeando. Lo que pasa, una vez que la chica se queda sola, es que decide ENTENDERSE con su familia postiza, y SER BUENA con ellos. El gran momento OH-CRAP de la peli, por supuesto. Pero bueno, qué puede esperarse de una petarda imbécil que tiene de amigas a los ratones, a diferencia de la madrastra, que sabemos que es la buena porque ella tiene un gato (aunque después, en un clásico ejercicio de castración ideológica hollywoodense, al gato no lo dejan cumplir su destino natural de merendarse a esas ratamerdas que andan por ahí. Disney, tú antes eras chévere). El caso es que la madrastra, pobrecita ella, hace lo único en estas circunstancias: SURVIVAL OF THE FITTEST, la raza australiana debe dominar la Tierra, y vamos esclavizando a la infrahumana que cree en LA BONDAD y en LA MAGIA. Incluso, la chica termina durmiendo al lado de una chimenea y se tizna la cara, así es que la llaman Cenicienta, listo, hemos dejado caer el título de la peli, podemos terminarla, ¿no? Quiero decir, las fuerzas del bien han vencido (el gato, claro) y la hereje amigarratones ha sido castigada por su heterodoxia. Ah, que no. Que es una Disney. A ver, entonces viene que ella conoce al Príncipe, luego va a la fiesta, le hace ojitos la muy calentabragas, se deja la zapatilla cristal detrás (¿que la tiró de casualidad? A quién engañas, querida, trepamerda), y se queda con el Príncipe. Porque es MAGIA. Porque es PELI. Que si fuera la vida real, ahí teníamos a la Cenicienta explotada hasta que muera. Como se lo merece. Por ser amiga de ratones. Rata.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hay ciertas historias que son atemporales. El mito de la Cenicienta, por ejemplo. La patipelá trepamerda que, con ayuda de terroristas antisistema que quieren demoler el orden social establecido (esa hada madrina de porquería que no entiende de distinción de clases y tal), va y seduce al Príncipe con el poder de MIS OVARIOS, y llega hasta la cúspide. El cuento tiene más gracia cuando hablamos de Teodora, la puta que a punta de afilarse a Justiniano se transformó en Emperatriz de Bizancio. La carrera telenovelesca de Talía en los 90s era puro déstos personajes. Cámbiese rostrotiznao por boletera de Lotería en la calle, y tenemos el argumento de María Remedios. O María Mercedes. O María Juana. O qué se yo. El caso es que Charles Perrault escribió su propia versión de la historia, que prendió y tal. Los Estudios Disney le vieron potencial, y lo adaptaron. Eran los 50s, venían saliendo de los horribles 40s (seriously, ¿"Música Maestro"?, ¿"Saludos amigos"?, ¿"Canción del Sur"?). De hecho, "Cenicienta" de 1950 se transformó en el hito que resucitó a los Estudios Disney y les abrió la puerta, después del fracaso relativo de "Alicia en el País de las Maravillas", para su gran década dorada ("Peter Pan", "La dama y el vagabundo", "La Bella Durmiente" y "La noche de las narices frías", aunque ésta ya de 1961). Salto de medio siglo hacia el futuro, y nos encontramos con que la Disney apuesta a un remake/secuela/bastardización de Alicia, y le dan luz verde a "Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton. La jugada tiene tanto éxito (ayudado por el 3D, digámoslo ya, porque la peli era más bien mugrosilla), que al final resulta que deciden darle luz verde a varios otros proyectos de remake pero con actores carnehueso. Y Angelina Jolie, que como actriz es estupenda, pero que es más hueso que carne por estos días, la pobrecita. Y esta moda llega justo ahora, en una época en donde los actores carnehueso actúan más que nunca frente a pantallas verdes, si no son ellos mismos pantallas verdes, claro (Andy Serkis, a tí te miramos). En 2014 comenzó el plan maligno disneyiano de dominación cinéfila mundial con "Maléfica". Ahora tenemos la siguiente entrega, que es la actual "La Cenicienta". Y ya están anunciadas "La Bella y la Bestia" con Emma Watson, "Mulan", "Dumbo" y "Pinocho". Por desgracia, no tenemos planes para una adaptación del Tío Remus. Joer, qué KKK sería tener un remake de "Canción del Sur" con Morgan Freeman... Ah, verdá. Que "Canción del Sur" ya no es parte del canon Disney. La industria de barrer bajo la alfombra, operando desde 1946.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Frente a una "Maléfica" que tomó la muy discutible opción de darle un aire moderniqui al guión, convirtiendo a la villana en una zorra empoderada feminazi en un mundo de HOMBRES KAKA, "La Cenicienta" optó por el camino exactamente contrario, el del respeto irrestricto a la tradición del cuento de hadas Disney de toda la vida. Es decir, lo opuesto de "Por siempre Cenicienta", esa mugre de Drew Barrymore que trató de presentar a una Cenicienta mashorra que... bueno, Drew Barrymore, ¿no? Aquí, en cambio, no tenemos ni un átomo o gota de ironía. Nada. Es lo que es. Y eso es justamente la mejor baza de la peli. Y la más divisiva, probablemente. Porque a quienes les de repelús el discurso carcamal de las pelis Disney, esta peli les va a caer como patánlaguata. Pero quienes quieran dejarse llevar por horita tres cuartos a un mundo de fantasía en donde todo es bonito y al final el bien triunfa sobre el mal, la peli es un dos pulgares arriba. Porque si hay una palabra para definir a esta peli, es BONITA. Es LINDA. Así, sin restricciones, y sin ninguna vergüenza. Así como sucedía con "Thor", el director Kenneth Branagh hace aquí también un trabajo alimenticio, de aportar su oficio y talento, cobrar el cheque, y salir para el lado discretamente. Vale por eso. En ese sentido, la peli no tiene ni un ápice de algo que podamos llamar originalidad. Pero por otra parte, Branagh es un tipo de formación shakesperiana, que sabe inyectar tanto fantasía como drama a la vena, y aquí lo consigue muy bien. Las escenas más dramáticas funcionan de maravillas, e incluso las escenas más romanticonas, habituales víctimas del pastelismo diabetes mellitus, también funcionan bastante bien, en eso de crear un aire de romanticismo irreal, que es a fin de cuentas a lo que veníamos al cine, ¿no? La dirección de actores es simplemente soberbia. Lily James como Cenicienta es todo un lujazo, muy lejana a esas chicas contratadas por carilindas que después no convencen a nadie en sus personajes (Liv Tyler en "Armagedón", por ejemplo). Frente a ella, Cate Blanchett se la pasa pipa interpretando a la madrastra, consiguiendo el milagro de que entendamos perfectamente sus motivaciones para la villanía... Y AÚN ASÍ LA ODIEMOS LA COSA PADRE LA MUY BITCH DESGRACIADA. Y cosa curiosa... ¡el Príncipe también funciona! Un tal Richard Madden, parece que actuó en la de Juego de Tronos o qué se yo (o actúa. No sé. No me importa. La tasa de masacre de personajes en esa serie rivaliza con Auschwitz). Todo eso sumado a un elenco de secundarios simplemente maravillosos, incluida una Helena Bonham Carter tremendamente borde como el Hada Madrina, que en la única secuencia de su aparición se roba la pantalla entera. Por su parte, Patrick Doyle, eterno colaborador de Kenneth Braga... er... Kenneth Branagh, eso es, y que compuso el interesante trabajo para "Thor" de 2011, aquí se manda un soundtrack tremendamente cumplidor, que evoca el aire de cuento de hadas, y que resulta vibrante en las secuencias más de acción. En definitiva, un estupendo cuento de hadas en pantalla, algo muy necesario en esta época desgraciada en donde si no es darkie tipo "The Dark Knight", pues no vale nada. En las pantallas debe coexistir todo tipo de cine, incluso estas fantasías escapistas, en particular cuando están hechas con un oficio más que notable, como es el caso aquí.
IDEAL PARA: Ver un cuento de hadas rodado como corresponde.
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